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CUENTO
CUENTO
CANTIDAD DE
PARRAMOS INICIO: 1
NUDO: 4
DESENLACE: 1
PALABRAS Púas filosas
CLAVES Señalan sin conocer
I.E. 81751 “DIOS ES AMOR” ÁREA DE COMUNICACIÓN
Wichanzao – Trujillo – Perú Jhomaira Diaz
5° C
TEXTUALIZACIÓN
Érase una vez en un bosque lejano, había un puercoespín llamado Robín que tenía un gran corazón, pero
también unas grandes púas filudas que rodeaban la gran mayoría de su cuerpo, Su hogar era en un gran árbol
de roble lejos del pueblito donde convivan tranquilamente la mayoría de animales del bosque quienes se
alejaban por el aspecto del pobre puercoespín por temor a ser lastimados de aquellas púas filudas de naturaleza
de el
Un día Robín fue de visita al pueblo, al llegar sentía unas miradas de temor, enojo y de despreció, triste el
puercoespín no entendía por que no lo querían cerca de ellos… “ohh… por que sucede esto conmigo… ¿acaso
soy malo y no merezco el cariño de nadie? –pensó- De pronto se le acerca una ardilla con una expresión
arrogante y se acercó a Robin “¡aléjate de aquí!.... antes que lastimes a uno de nosotros con esas horribles y finas
púas sino, verás los que te pasará” –gritó la ardilla-. El puercoespín con el corazón partido, salió de aquel
pueblo entre lágrimas hacia un rio. ¡Ay! Quisiera cambiar, quitarme estas horribles púas que causan este
desprecio-. Se lamentó el despreciado puercoespín
De pronto un castor oyó aquellos lamentos. ¡Santos Cielos! ¿que son esos llantos puercoespín?.- pregunto
incrédula el castor Lo siento castor, aléjate de mí no quiero hacerte daño-. Respondió Robín, el castor con una
sonrisa respondió. –Déjame decirte algo… te admiro puercoespín ya quisiera tener usas púas tan filudas para
así no temer que algún depredador pueda comerme, eres muy afortunado- Afortunado? Gracias a estás a estás
púas todos me temen y se alejan de mí, sin darme la oportunidad de conocerme. –No puercoespín a quien
deben temor es a ellos mismos que señalas sin conocer y dejándose llevar por las apariencias, son incapaces de
convivir con alguien más fuerte que ellos- respondió el castor
Enseguida se escucharon gritos que provenía del pueblo, Robín y el castor fueron a ver qué es lo que ocurría.
Inmediatamente al llegar al pueblo vieron a un depredador que estaba atacando a los animales del pueblo, y
Robín sin pensar se acercó al depredador, hincándolo con sus filosas púas, dejándolo herido y ahuyentándolo
del pueblo.
Cuando todo termino los animales del bosque reconocieron la valentía de Robín, y arrepentidos le pidieron
disculpas por todo el daño que le causaron. El castor ayudó al puercoespín con sus filosas púas haciéndole
corchos de maderas para que puedo convivir y no lastimar a los animales del pueblo. Hicieron una gran fiesta y
vivieron felices y unidos por siempre.
I.E. 81751 “DIOS ES AMOR” ÁREA DE COMUNICACIÓN
Wichanzao – Trujillo – Perú Jhomaira Diaz
5° C
Un día Robín fue de visita al pueblo, al llegar sentía unas miradas de temor,
enojo y de despreció, triste el puercoespín no entendía por qué no lo
querían cerca de ellos... –ohh por que sucede esto conmigo… ¿acaso soy
malo y no merezco el cariño de nadie? –pensó- De pronto se le acerca una
ardilla con una expresión arrogante - ¡aléjate de aquí! antes que lastimes a
uno de nosotros con esas horribles y finas púas, si no verás los que te pasará
–gritó la ardilla-. El puercoespín con el corazón partido, salió de aquel
pueblo entre lágrimas hacia un rio. ¡Ay! Quisiera cambiar, quitarme estas
horribles púas que causan este desprecio-. Se lamentó el despreciado
puercoespín.
De pronto un castor oyó aquellos lamentos. - ¡Santos Cielos! ¿que son esos
llantos puercoespín? - pregunto incrédulo el castor. -Lo siento castor, aléjate
de mí, no quiero hacerte daño-. Respondió. El castor con una sonrisa
respondió. –Déjame decirte algo… te admiro puercoespín ya quisiera tener
esas púas tan filudas para así no temer que algún depredador pueda
comerme, eres muy afortunado. - ¿Afortunado? -grito el puercoespín-
Gracias a estás púas todos me temen y se alejan de mí, sin conocerme.
–No puercoespín a quien deben temor es a ellos mismos que señalas sin
conocer y dejándose llevar por las apariencias, son incapaces de convivir
con alguien más fuerte que ellos- respondió el castor