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Dignidad y Derechos
Dignidad y Derechos
Apoyo a la investigación
Anisai Ledesma Rodea
Guillermo Francisco González Zárate
Coordinación editorial
Blanca Estela Gayosso Sánchez
Corrección de estilo
Carlos Garduño Gonzalez
Hecho en México.
Distribución gratuita. Prohibida su venta.
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La ciudadanía se construye en el ejercicio de los DH. Por esa razón la formación del sujeto
individual y social con conciencia de su dignidad y derechos y con capacidades para su
ejercicio, defensa y exigencia, es una condición indispensable para la educación ciudadana.
Desde la perspectiva jurídica, el sujeto activo de derechos humanos es la persona o grupos
de personas a las que se refiere la titularidad, ejercicio y garantías de los derechos humanos;
pero desde una visión holística de la educación en derechos humanos (EDH) la formación
del sujeto de derechos supone la articulación de las distintas dimensiones de los DH: ética,
jurídica, cultural, histórica y política.
La dimensión cultural de los DH sustenta en la tensión entre lo universal y lo local, entre los
rasgos de lo humano y de lo culturalmente situado. La diversidad, la interculturalidad y la
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inclusión son aspectos de los DH que se juegan en esa tensión. Finalmente, la dimensión
política de la EDH se despliega en la esfera del ejercicio del poder para transformar las
situaciones que atentan contra los principios de dignidad y derechos humanos, para
ejercerlos plenamente y colaborar en la construcción de una sociedad justa, libre,
democrática e igualitaria. En ese sentido, la formación del sujeto con dignidad y derecho se
liga necesariamente a la formación del sujeto político.
El Programa Mundial para la Educación en Derechos Humanos (ACNUDH, 2004, 2009, 2014)
define a la EDH como un conjunto de actividades de educación, capacitación y difusión de
información orientado a crear una cultura universal de los derechos humanos, cuyo fin es
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fortalecer el respeto de los DH, desarrollar la personalidad y la dignidad humana, promover
la igualdad, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones, prevenir violaciones a los
DH, fomentar la participación en los procesos democráticos y afirmar en sus derechos a las
personas que sufren discriminación.2 La UNESCO impulsa diversas iniciativas para fomentar
la EDH en estrecha relación con la democracia.
La preocupación por la formación del sujeto con dignidad y derechos se encuentra ligada a
la formación ciudadana desde su surgimiento, ya que emerge con la defensa de los derechos
civiles, políticos, económicos, sociales y culturales en contextos de dictadura, represiones,
crímenes de lesa humanidad y crisis humanitarias. Actualmente este vínculo prevalece y se
amplía ante nuevos desafíos como el uso de armas químicas, la pobreza extrema, el cambio
climático, la exclusión, la crisis migratoria, de inseguridad y de DH, la escalada de violencia
vinculada con el crimen organizado y el narcotráfico.
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competente para la acción, la denuncia, el diálogo y la participación; es poseedor de una
filosofía de vida sustentada en los valores de solidaridad, respeto, justicia, libertad,
igualdad, responsabilidad y legalidad. Esta filosofía de vida articula su condición de sujeto
con dignidad y derechos con la dimensión moral al sustentarse en valores, con la dimensión
social al reconocer al otro como igual en un marco de respecto a la diversidad, y con la
dimensión política al saberse protagonista de la construcción de su sociedad, lo que le
confiere poder en distintas escalas. Los aspectos clave que desarrollan en la formación del
sujeto con dignidad y derechos son los siguientes.
La formación del sujeto con dignidad y derechos se logra mediante el trabajo de, al menos,
cinco dimensiones: ética, jurídica, cultural, histórica y política. Esto implica una intervención
educativa que las desarrolle de manera holística a lo largo de la educación obligatoria.
Asimismo, se requiere reconocer plenamente a NNA como titulares de éstos y desplegar
una educación basada en derechos, inclusiva y libre de violencia a lo largo de su vida, que
garantice el principio del interés superior de la niñez y del derecho a la educación de calidad
que, además, es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para la agenda 2030.
Educación asequible y accesible —para toda la niñez en todos los rincones del país—;
además aceptable y adaptable —para su seguridad y bienestar— son los cuatro indicadores
del derecho a la educación con calidad, de acuerdo con Tomasevski (2001).
Un currículo integral para la formación del sujeto con dignidad y derechos requiere del
diseño de programas que favorezcan el conocimiento sobre los DH, condiciones para su
ejercicio en la vida cotidiana, así como capacidades para exigirlos y defenderlos. Una
propuesta curricular con enfoque de derechos ve a cada NNA como sujeto activo de
derechos, que incluye el derecho a ser cuidado y tratado con afecto, a la alimentación, a la
educación, a la salud, a la participación, entre otros.
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Conciencia de sí como sujeto con dignidad y derechos
Al tener conciencia de la dignidad propia y ajena, desde una perspectiva crítica el estudiante
se va configurando como un sujeto político empoderado por las garantías que le reconoce
la ley para el ejercicio de sus derechos y la defensa de la dignidad. De esta manera, la
formación del sujeto con dignidad y derechos está profundamente imbricada con la
dimensión política de la educación ciudadana al constituirse en un sujeto capaz de
equilibrar su poder frente a otros sujetos de derechos y de usarlo para transformar sus
circunstancias por sus propios medios; habilitado con herramientas y valores para
intervenir en la construcción de una sociedad justa, respetuosa de los DH mediante el
cuestionamiento y la transformación de las prácticas y estructuras que constituyen formas
de dominación y de violación a la dignidad humana.
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los mecanismos de justicia constitucional, del Sistema Nacional de Protección no
Jurisdiccional de los DH, así como de otros organismos autónomos garantes, como el
CONAPRED o el Sistema Nacional de Protección de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes (SIPINNA).
Más allá de la aproximación formal al marco jurídico, se requiere tanto del conocimiento de
leyes e instituciones como de su comprensión y análisis en estrecha relación con las
situaciones en las que se observa el su cumplimiento pleno de los DH o, por el contrario,
con aquellas que constituyen violaciones a los mismos.
Ejercicio de derechos
La formación del sujeto con dignidad y derechos estaría incompleta sin el desarrollo de
capacidades y disposiciones para su ejercicio. Esto implica que, en primera instancia sean la
familia, el grupo de pares y el aula donde se ejerzan los derechos y, posteriormente, el
espectro se amplíe hacia la comunidad, el país y el mundo, desde el compromiso como
integrante de la humanidad.
El ejercicio y exigencia de los DH, así como la defensa de dignidad humana traen consigo la
conciencia y la comprensión crítica de situaciones de injusticia que los limitan para sí o para
los demás. En este punto la formación del sujeto de derechos se articula con la del sujeto
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social porque comprende el sentido de la interdependencia y del bienestar común; con el
sujeto moral porque de la indignación ante las situaciones de injusticia e inequidad
sobreviene el coraje ético y cívico; y del sujeto político, cuando se genera una disposición a
la transformación de estas condiciones y a la creación de otras en las que sea posible el
respeto pleno a los derechos y dignidad de todas las personas.
La formación precisa para la exigencia y respeto de los derechos pasa por la cultura de la
legalidad arropada de un sentido político, ya que no se trata de la aplicación ciega de los
deberes y las normas, sino de la creación de contextos de exigencia para el respeto de los
DH propios y de amplios sectores sociales. Aprender a presentar una queja ante los
organismos de defensa es un aprendizaje fundamental que se requiere articular con
procesos de denuncia de las violaciones a los DH que se cometen en la vida cotidiana.
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que construyen y mantienen la paz, lo mismo que evitar un pleito, dejar de acosar a los
compañeros o resolver los conflictos mediante el diálogo.
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buscar el cambio de los estudiantes a nivel individual, buscan impregnar a las
escuelas de una atmósfera de justicia e inclusión (Carbajal, 2013, p. 22).
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