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UNIVERDIDAD MARTIN LUTERO

Un ministerio de las asambleas de Dios


Sede central Managua

Asignatura:
Español básico

Docente:
Lic. Meyling Ivanelia Lacayo Hernández

Sección:
G51

Integrantes:
➢ Julieth Vanesa Alemán
➢ Meylin Elizabeth Reyes
➢ Wendy Fabiola Ponce
➢ Linda Guadalupe Flores
➢ Josseling zapata
➢ Cristiana Melisa Traña
➢ José Abraham López

Sábado 13 de mayo del 2023


Introducción
El cerebro humano está dividido en dos partes principales llamadas hemisferios.
Ambos están conectados a través de un haz de fibras, el cuerpo calloso. Esta gran
estructura neuroanatómica se encarga de la comunicación interhemisférica (junto
con la comisura anterior) además de ser un soporte mecánico de otras estructuras
cerebrales. Gracias a la función del cuerpo calloso, es posible poder experimentar
la conciencia de nuestro cuerpo, proceso muy complejo en el que están implicadas
muchas partes de nuestro cerebro.
¿Qué pasaría si se eliminasen las conexiones entre un hemisferio y otro?
Además de otros muchos síntomas tales como apraxia, astero gnosia o agrafía,
aparece el llamativo Síndrome de la Mano Ajena (SMA). Síndrome que fue
introducido por los autores Brion y Jedinak (1972), tras la descripción realizada por
Sperry de los síntomas de desconexión callosa. Estos síntomas fueron descubiertos
a partir de una intervención neuroquirúrgica llamada comisurotomía, utilizada para
tratar casos muy graves de crisis epilépticas evitando así la propagación de los
ataques desde un hemisferio a otro.

Sintomatología frecuente
La alteración principal que observamos en este síndrome es la interferencia que la
mano izquierda causa en las acciones que está ejecutando la mano derecha. Es un
trastorno psicomotor que disocia la intención y la acción. En gran parte de las
ocasiones, las actividades llevadas a cabo por la mano “ajena” son totalmente las
opuestas a las realizadas por la mano sana. En muchos casos se observa una
necesidad de actuar ante los objetos cercanos, llamada conducta de utilización,
en la que los pacientes pueden, espontáneamente, coger objetos que se encuentren
a su alcance y u33wwsarlos de forma involuntaria. Por ello, se habla de que el
comportamiento está dirigido por los estímulos contextuales.
El comportamiento de mano ajena se restringe casi siempre a tareas en las que sólo
puede usarse una mano para conseguir el objetivo y en las que son posibles varias
acciones (subir o bajar, elegir A o B, hacer y deshacer) y tareas que implican varios
componentes no sobre aprendidos.
Podemos hablar también de la existencia de fluctuaciones o cambios en la
intensidad de las manifestaciones del síndrome, ya que se incrementan en las
situaciones de fatiga o de alta ansiedad. El paciente siente que su mano izquierda
actúa de una manera autónoma.
Tipo de texto:
Texto informativo

Título:
Síndrome de la mano ajena (SMA)

Lluvia de ideas sobre el síndrome de la mano ajena (SMA)


1.Este tipo de lesiones producirían una “interferencia” o conflicto entre ambas
manos. La mano afectada es la contraria al lado del cerebro donde se haya
producido la lesión.
2.También puede aparecer por algún tipo de lesión producidos por golpes,
aneurismas, tumores cerebrales, o a causa de alguna infección.
3. Perdida de conciencia al lado derecho, el sujeto deja de actuar y de responder
con este lado del cuerpo.
4. Este síndrome puede generar también en algunos individuos otros problemas de
la índole psicología, como ataques de pánico y ansiedad al comprobar la total
ausencia de control sobre la extremidad.

Bosquejo
Revisión histórica
I. Brion y Jedinak fueron los primeros autores en acuñar el SMA.
II. Feinberg por su parte, surgieron que existían dos tipos distintos de
síndromes, el subtítulo calloso y el frontal.
III. Estos autores descubrieron a cuatros pacientes que presentaban gran
variedad de signos de desconexión las cuales son:
➢ Mi negligencia atencional
➢ Dificultad para transferir información somatosensorial de una mano a otra
➢ Lesión en el córtex frontomedial, particularmente en área suplementaria.
Síndrome de la mano ajena
I. Descubrimiento
II. Año que fue descubierto
III. Tratamientos
IV. Tipos de enfermedades
Causas y tipos
I. Por lesión en el lóbulo frontal
II. Por lesión en el cuerpo calloso
III. Por lesión posterior
Consecuencias
I. El tratamiento psicológico
II. Puede experimentar miedo
III. Ataques de pánico
IV. Estrés y ansiedad.
Síntomas
I. Falta de conciencia
II. Movimiento involuntario
III. La mano actúa de forma intencionada
IV. Pérdida de control
V. Es difícil que esta actúe de manera voluntaria
Diagnóstico y tratamiento
I. Someterse a un tratamiento sintomatológico.
II. Tratar las aneurismas o la presencia de tumores (en caso de que estos hayan
sido los posibles causantes de la enfermedad).
III. Someterse a un entrenamiento para reducir los movimientos involuntarios de
la extremidad.
IV. Reducir los síntomas o problemas psicológicos causados por este síndrome.
V. Intentar mejorar la condición de vida del paciente.
VI. Técnicas psicológicas para disminuir la afectación.
VII. Rutina diaria sana.
SINDROME DE LA MANO AJENA (SMA)
Nuestro cerebro, aún en la actualidad sigue sorprendiéndonos con su gran
complejidad. Dicha estructura y funcionamiento tan difícil de entender, pueden
permitirnos hacer cosas extraordinarias e inimaginables. Sin embargo, también
puede ocasionar patologías bastante anormales, tal como el síndrome de la mano
extraña, como veremos a continuación.

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Fue descrita por primera vez en 1908 por el médico alemán Kurt Goldstein en un
paciente que había sufrido un infarto cerebral en el hemisferio cerebral derecho.
Tras recuperarse de la experiencia, sentía que su mano izquierda ““nole pertenecía”
En 1945 otro paciente comenzó a sufrir esta dolencia tras ser sometido a una cirugía
radical para tratar una epilepsia. En 1972 los franceses Brion y Jedynack acuñaron
la frase “le signe de la main étrangère” (el síndrome de la
mano extraña) para referirse a este trastorno. Hasta 1992 se describieron 37casos
de este síndrome; en todos ellos el paciente siente que una de sus manos ha dejado
de pertenecerle, actúa por cuenta propia, trata de incomodarle, se enfrenta a su otra
mano, etc.
El síndrome de la mano ajena (SMA), es un trastorno neurológico que implica una
actividad motora compleja, la persona tiene la sensación de que una de sus manos
tiene “voluntad propia” o que actúa autónomamente, pues pierde control sobre ella
y ejecuta movimientos involuntarios, como conductas de utilización y reflejos
exploratorios, es un padecimiento poco común entre la población.
La mano afectada puede sujetar objetos, personas y en pocos casos, puede intentar
atacar al paciente.
En ocasiones, la persona con SMA puede tener control voluntario intermitente sobre
el miembro afectado, otras veces, debido al conflicto Inter manual, las manos
pueden rivalizar entre sí, interfiriendo en las decisiones de ejecución de
movimientos, por ejemplo: el miembro afectado puede tomar un objeto, mientras la
mano que hace la voluntad de la persona, puede tratar de que la otra mano deje en
su sitio el objeto.
Nuestro cerebro está conformado por dos hemisferios unidos mediante un haz de
fibras nerviosas que conforman el cuerpo calloso. Gracias a esta estructura ambos
hemisferios pueden intercambiar información y, junto con la actuación de otras
zonas cerebrales, podemos ser conscientes de nuestro propio cuerpo.
Sin embargo, cuando esta estructura falla o se lesiona puede aparecer un extraño
desorden conocido como síndrome de la mano ajena por el cual la persona es
incapaz de controlar los movimientos de su propio brazo y mano que pueden ser
experimentados como ajenos o, incluso, como poseídos.
Se descubrió en 1908 por el doctor alemán Kurt Goldstein. Suele ser común en
pacientes sometidos a neurocirugías, en personas con accidente cerebrovascular,
infecciones, neoplasias, aneurismas o en pacientes con enfermedades
neurodegenerativas como Alzheimer o Creutzfeldt-Jakob.

¿Qué es el síndrome de la mano ajena?


También conocido como “síndrome de la mano extraña”, “síndrome de la mano
alienígena” o “síndrome del Dr. Strangelove”, este extraño trastorno de origen
neurológico se distingue por ocasionar en la persona que lo sufre todo tipo de
movimientos involuntarios e incontrolados en una de las extremidades superiores.
La primera vez que se describió este síndrome fue en el año 1908. El célebre médico
de origen alemán Kurt Goldstein descubrió estos extraños síntomas en pacientes
que habían sido sometidos a una comisurotomía. Esta intervención consiste en
realizar un corte en el cuerpo calloso y era propio de los tratamientos para epilepsias
muy graves, con el objetivo de evitar que dichos ataques se extiendan de un
hemisferio cerebral a otro.
El tratamiento rehabilitador, dirigido hacia las necesidades específicas de cada
paciente, podría permitir la mejoría en la consecución de las actividades de la vida
diaria. Se han identificado dos subtipos de este síndrome. Los signos de mano ajena
se producen comúnmente por lesiones anteriores del cuerpo calloso y por lesiones
frontomediales, aunque también pueden seguir a lesiones posteriores, aunque
también se han descrito casos de SMA en pacientes debido a lesiones posteriores.
Además, puede observarse como síntoma acompañante en diversas afecciones y
entidades nosológicas de etiología diversa, aunque la mayoría de los casos
descritos implican accidentes vasculares cerebrales de etiología isquémica o
hemorrágica.
Esta patología se observó por primera vez en un paciente que le habían practicado
una comisurotomía, intervención quirúrgica que consiste en cortar el cuerpo calloso,
estructura que une los dos hemisferios cerebrales, derecho e izquierdo, para que
ambos puedan funcionar de manera conjunta.
Asimismo, con posteriores investigaciones se vio que el síndrome también podía
deberse a una afectación de la corteza cerebral o más concretamente del lóbulo
frontal, que es la parte del cerebro que más nos distingue del resto de animales y
nos permite realizar las funciones ejecutivas. Este daño cerebral puede derivarse
de distintas alteraciones como: tumores cerebrales; aneurismas, un
ensanchamiento anormal que aparece en una arteria debido a debilidad de la pared;
traumatismos craneales; o cirugías cerebrales de la parte frontal del cerebro, como
ya antes hemos apuntado.

Causas y tipos
De esta forma, según cuál sea la afectación cerebral, es decir, según cuál sea la
causa podemos diferenciar tres tipos distintos de síndrome de la mano ajena,
vinculados cada uno con síntomas distintos.
1. Por lesión en el lóbulo frontal
En este tipo observamos lesión en distintas áreas del lóbulo frontal, que además de
las funciones ejecutivas también se vincula con el movimiento voluntario. Este es el
tipo que muestra mayor prevalencia, el más frecuente y son típicos los síntomas
como: coger impulsivamente y manipular de forma compulsiva objetos que el sujeto
tiene a su alcance e interacción entre las dos manos donde la ajena, anárquica,
detiene a la otra imposibilitando su movimiento.
2. por lesión en el cuerpo calloso
Como vimos otra causa posible es la afectación del cuerpo calloso dando así lugar
a un nuevo tipo. En este caso observamos oposición y conflicto entre las dos manos
y apraxia de la mano no dominante. La apraxia es una afectación del movimiento
voluntario que se produce por daño cerebral e imposibilita llevar a cabo movimientos
más o menos sencillos de forma intencionada.
3. Por lesión posterior
Este caso es el menos frecuente, no siendo habitual que afectaciones de la corteza
posterior y las zonas subcorticales se relacionen con este síndrome. En este tipo
los síntomas observados no se vinculan con alteraciones motoras sino con
afecciones sensitivas, dada la parte del cerebro dañada.
Se puede mostrar hemianestesia izquierda, que consiste en una pérdida de
sensibilidad en el lado izquierdo; hemianopsia homónima izquierda, donde se
observa una alteración óptica, en la percepción del campo visual y al ser homónima
la alteración se presenta en los dos ojos; y heminegligencia izquierda, que refiera a
una pérdida de conciencia, en este caso, el lado derecho, el sujeto deja de actuar y
de responder con este lado del cuerpo

Consecuencias del Síndrome de la Mano Ajena


Las consecuencias del síndrome de la mano ajena sobre los individuos se presentan
en primera instancia en forma de limitaciones a nivel motor, por cuanto está
incapacitado para dominar una de sus manos.
Por otra parte, a nivel psicológico es una fuente de conflictos para la persona en
vista de que crea confusión porque la persona no deja de sentir ese miembro como
ajeno a él o extraño, pero también puede experimentar miedo hacia lo que esa mano
pueda ocasionar e incluso llegar a sentir ansiedad ante la frustración que produce
no tener el control sobre la totalidad de su cuerpo.
El tratamiento psicológico le puede ayudar a sobrellevar los síntomas del síndrome,
que en ocasiones se convierte en crónico, por medio del control del estrés y de la
ansiedad que ocasionan una intensificación de los movimientos involuntarios y
acciones de la mano afectada.
El síntoma más habitual de este síndrome es la total ausencia de control sobre la
mano afectada, que actúa de forma independiente, generalmente, según han
podido comprobar diversos estudios, en respuesta a estímulos que aparecen en su
camino como pomos de puertas u objetos que están a su alcance. La intensidad de
estos síntomas puede variar, y se ha comprobado que se exacerban cuando la
persona afectada sufre situaciones de estrés y ansiedad.
El síndrome de la mano alienígena puede llegar a tal punto que el paciente ni
siquiera se dé cuenta de los movimientos que realiza por su cuenta la mano
afectada –lo que puede interferir en las acciones que quiere llevar a cabo con su
mano sana–, o al extremo de que el paciente llegue a sentir que la mano le es
realmente ajena y no pertenece a su cuerpo, aunque sí se conserve la sensibilidad
de la extremidad. En estos casos el síndrome puede generar también en algunos
individuos otros problemas de índole psicológica, como ataques de pánico y
ansiedad al comprobar la total ausencia de control sobre la extremidad.

Síntomas
Como ya hemos mencionado los síntomas más característicos son la capacidad de
sentir la mano, pero no ser capaz de controlar sus movimientos, observándose en
el paciente una falta de conciencia del movimiento involuntario de su mano. No
estamos hablando sólo de actos sencillos como coger un objeto, sino que la mano
afectada, ajena, también puede realizar acciones complejas como abotonar una
camisa o poner el tapón a un bolígrafo.
El sujeto tiene conciencia de que el miembro extraño, la mano ajena, le pertenece,
pero en ocasiones se requiere indicarlo para que realmente se dé cuenta. La
sensación de pérdida de control y de actuación independiente de la extremidad
puede dificultar el reconocimiento de la mano como propia, incluso si otro individuo
la toca, es necesario que el sujeto vea que la mano pertenece a su cuerpo.
Referentes al movimiento es frecuente observar cómo ambas manos entran en
conflicto, impidiendo la mano ajena el movimiento libre de la otra. Asimismo, suele
generar la sensación que la mano actúa de forma intencionada, pero realmente el
movimiento no tiene ninguna finalidad u objetivo, simplemente coge objetos a su
alcance y realiza acciones de manera aleatoria.
Esta rara sensación en ocasiones puede ser interpretada por el paciente como si la
mano tuviera vida propia, si estuviera poseída intentando así luchar contra ella con
la intención de volver a controlarla. Por su parte, la mano ajena puede realizar usos
inadecuados de objetos e incluso atentar contra el propio individuo causándole
daño.
La afectación fluctúa, lo que quiere decir que, en ocasiones, podemos observar una
mejora y ver cómo el sujeto es capaz de controlar las acciones de la mano ajena,
sus propias acciones. En cambio, en otras circunstancias por ejemplo cuando el
sujeto se encuentra más cansado con mayor fatiga o con ansiedad, estas
condiciones dificultan el control del cuerpo, el sujeto se muestra más débil y con ello
se ve disminuido el dominio de la mano extraña. Vemos como, cuando el sujeto se
encuentra en un estado de menor capacidad de atención o simplemente no presta
atención directa a la mano, no trata de controlarla, es difícil que esta actúe de
manera voluntaria.
¿Se puede tratar?
Sí. A pesar de que no existe un consenso oficial sobre el modo en el que debería
abordarse esta enfermedad, por lo general responde positivamente a programas
especializados de rehabilitación. Igualmente, tratamientos basados en terapia
conductual unidas a recetas farmacológicas también han dado buenos resultados.
Algunos enfoques, como por ejemplo los de las tácticas de visualización y
reconocimiento espacial, pueden ayudar al paciente a entrar en control de la
situación y su realidad al aprender a reconocer aquello que lo rodea y a proyectar
lo que desea que ocurra (Ej. Que la mano rebelde se detenga). Asimismo, otras
técnicas de afrontamiento de situaciones también pueden ayudar al individuo a
conseguir el mismo resultado.
En todo caso, durante estos tratamientos lo que se busca siempre es conseguir la
alternativa que mejor se ajusta a cada paciente. Una vez logrado esto, se puede ver
cómo incluirla en su cotidianidad, de forma que ayude a mejorar su calidad de vida
general.

Diagnóstico y tratamiento
En la actualidad, no existe un tratamiento específico para curar el síndrome de la
mano extraña. Sin embargo, si existen algunos métodos que pueden aplicar separa
reducir los síntomas de esta patología, tales como:
Someterse a un tratamiento sintomatológico.
Tratar las aneurismas o la presencia de tumores (en caso de que estos hayan
sido los posibles causantes de la enfermedad).
Someterse a un entrenamiento para reducir los movimientos involuntarios de
la extremidad.
Reducir los síntomas o problemas psicológicos causados por este síndrome.
A pesar de que estas alternativas no aseguran la curación de este síndrome, si
podrán contribuir con su disminución. Ayudándote de esa manera a mejorar tú
calidad de vida, mediante la búsqueda de un estilo de vida normal en donde esta
patología te afecte lo menos posible.
El paciente del síndrome de la mano extraña puede sentir tacto en la mano, pero
cree que no es parte de su cuerpo y que no posee control sobre sus movimientos.
La mano involucrada puede realizar actos complicados como abotonar y
desabotonar una camisa.
Se cree que el síndrome de la mano extraña resulta de la desconexión entre las
distintas partes del cerebro con control sobre el cuerpo. Como resultado, diferentes
regiones del cerebro son capaces de controlar los movimientos corporales sin ser
conscientes de lo que están haciendo las otras partes del mismo.
No existe un tratamiento que pueda erradicar estos extraños síntomas. No obstante,
se ha demostrado que los síntomas pueden reducirse notablemente al ocupar la
mano con algunas tareas, como sostener objetos mientras se realizan otras
actividades. Además de los síntomas mencionados que podemos ver y serán
indicativos de posible presencia de este síndrome, nos pueden ser útiles técnicas
de imagen cerebral para confirmar que existe un daño orgánico en el cerebro, cuál
es la lesión (tumor, accidente cardiovascular…) y dónde se localiza, para así poder
hacer el diagnóstico y concretar el tipo.
Estas técnicas son: la tomografía axial computarizada (TAC) que utiliza los rayos X
para obtener una imagen de la estructura cerebral o la resonancia magnética (RM),
en este caso se genera un campo magnético que permite detectar los iones de
hidrógeno y así obtener la imagen del cerebro.
Actualmente no existe ningún tratamiento específico para el síndrome de la
mano ajena que se haya demostrado eficaz. Aun así, hay maneras de intervenir
según la causa de la afectación o de los síntomas que expresa el sujeto. Por
ejemplo, en caso de observar la presencia de un tumor que provoque la
sintomatología, el modo de intervenir consiste en extirpar el tejido maligno, para así
intentar revertir o disminuir el síndrome.
El propósito final del tratamiento consistirá en intentar mejorar la condición de vida
del paciente, aunque no se logre eliminar por completo la patología. Se puede
probar con técnicas psicológicas para disminuir la afectación que se vincula con
este ámbito. Hemos visto que la ansiedad puede aumentar la sintomatología, como
dijimos el paciente puede ser consciente de la situación produciéndole esta falta de
control una sensación de malestar y un aumento de la ansiedad que será pertinente
trabajar. Puede ayudar realizar psicoeducación explicando al sujeto las causas de
su afectación, que sepa porqué sucede y así intentar disminuir el desconcierto.
Al verse afectado principalmente el movimiento otro modo de intervención consiste
en realizar rehabilitación dirigida a los síntomas que muestra cada paciente y a
conseguir recuperar la funcionalidad en su vida diaria, disminuir la repercusión que
tienen en su día a día. Asimismo, también vimos que el cansancio aumenta la
sintomatología, de este modo se recomienda fijar una rutina diaria sana,
descansado las horas necesarias, mínimo 7 horas.
Por último, será conveniente que el sujeto aleje de su alcance cualquier objeto que
pueda iniciar el movimiento de la mano y propiciar la activación de esta. En caso de
verse activado el movimiento y no poder controlarlo se ha probado útil mantener
ocupada al mano ajeno con un objeto o realizando alguna tarea, con la finalidad de
que no interfiera en nuestro movimiento intencionado, en la mano no afectada.
Asimismo, se recomienda que el individuo realice las tareas de una en una
centrando su atención, para disminuir y mostrar mayor control de la sintomatología.

Áreas cerebrales afectadas


Las áreas principalmente afectadas en el síndrome de la mano extraña son el lóbulo
frontal medial, cuerpo calloso y áreas parietales sabiendo esto, indaguemos un poco
más en los distintos subtipos.
Si nos centramos en la afectación de tipo frontal
en este síndrome, nos encontraremos en dicha
zona con estructuras tan importantes como el
área motora suplementaria.
Esta permite la realización de movimientos
voluntarios, así como su planificación y
coordinación.
También podemos dar con una actividad
anormal en el giro cingulado, parte cerebral que
se encarga del movimiento de las manos y los
comportamientos motores dirigidos.
Por otro lado, no es de extrañar que una lesión
en el cuerpo calloso (que conecta ambos
hemisferios cerebrales) tenga como
consecuencia una inadecuada coordinación de los movimientos, provocando
conflicto intermanual y apraxia de la extremidad no dominante, generalmente.
Finalmente, el último subtipo se relaciona con lesiones corticales y subcorticales,
dando lugar a una disminución de la conciencia propioceptiva.
Junto a esto, una alteración en la función de los lóbulos parietales inferiores y
superiores afecta al espacio extra personal.
Por otra parte, las investigaciones señalan el daño en algunas estructuras como
responsable de la aparición del síndrome. Entre estas se encuentran la
circunvolución postcentral (kinestesia), el área 5 de Brodmann (información
somestésica) y el tálamo (funciones sensitivas y motoras), incluyéndose los circuitos
cortico-estriato-tálamo-cortical.

¿Por qué aparece el síndrome de la mano alienígena?


Como trastorno neurológico que es, el síndrome de la mano alienígena tiene su
origen en daños ocasionados en el cerebro, generalmente en el cuerpo calloso, que
es la zona de fibras nerviosas que une los dos hemisferios cerebrales, impidiendo
la correcta comunicación entre ellos. Por ello, una buena parte de los casos
diagnosticados se producen tras operaciones quirúrgicas conocidas como
comisurotomías, que consisten en la sección del cuerpo calloso para tratar
enfermedades como la epilepsia.
El cineasta Stanley Kubrick quedó tan impresionado por el síndrome de la mano
alienígena que lo llevó a la gran pantalla en 1964 en la película ¿Teléfono rojo?
Volamos hacia Moscú
Pero la cirugía no es la única causa de la aparición de este extraño fenómeno, sino
que también se han diagnosticado casos de mano alíen o extraña asociados a otros
incidentes y enfermedades como tumores cerebrales, derrames, aneurismas,
traumatismos craneoencefálicos y enfermedades neurodegenerativas.

¿Es posible recuperar el control de la mano ajena?


En la actualidad no existe ningún tratamiento específico para este síndrome que,
en función de cuál sea su desencadenante, puede desaparecer a medida que las
personas se recuperan (de un derramen cerebral, por ejemplo), o la medicación
para la enfermedad que lo ha provocado (el cáncer, por ejemplo) empieza a hacer
su efecto. El diagnóstico es mucho menos optimista en el caso de las personas
afectadas por enfermedades neurodegenerativas.
No obstante, y a pesar de la ausencia de tratamiento, se ha comprobado que la
terapia de la caja de espejo –utilizada habitualmente con personas que han
perdido una extremidad–, las técnicas de terapia cognitiva y las terapias de
aprendizaje de tareas, pueden ayudar a controlar los síntomas del síndrome de la
mano extraña. También el entrenamiento para enseñar a las personas afectadas a
tener ocupada la mayor parte del tiempo posible la mano ajena, para de esta forma
reducir la cantidad de movimientos independientes llevados a cabo por esta.
Conclusión
Como ocurre en casi todas las afectaciones que padecen un porcentaje pequeño
de la población existe una falta de uniformidad clara en el síndrome de la mano
extraña, síndrome del Dr. Strangelove o síndrome de la mano alienígena.
Tanto en el diagnóstico como a la hora de realizar un tratamiento adecuado. Es por
esto que se resalta la necesidad de un mayor número de investigaciones al
respecto.
Como siempre se señala en la mayoría de las conclusiones sobre patologías, lo
importante en estos casos es velar por una calidad de vida para la persona.
Incrementar la autonomía y bienestar en todos los dominios que se puedan mejorará
el pronóstico y supondrá una diferencia con aquellos que no lo tengan en cuenta.
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• © 2023 TekCrispy es parte de CrispyMedia LLC.
• neurología/síndrome-mano-ajena
• https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4059570/
• https://irenea.es/blog-dano-cerebral/sindrome-de-mano-ajena/.

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