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Avances en el área de hemofilia y

atención integral de la condición

Alumno: Oswaldo Angel Santos

Docente: Bt. Gema Carolina Díaz Hernández

Grupo: 203

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Índice
Introducción................................................................................................................................................3
Otros trastornos de coagulación...................................................................................................................6
Clasificación................................................................................................................................................6
Datos de laboratorio................................................................................................................................6
Manifestaciones clínicas..............................................................................................................................6
Niveles de gravedad según el nivel de factor de coagulación..................................................................6
Materiales y métodos...................................................................................................................................7
Prevalencia de pacientes y madres portadoras...................................................................................8
Avances en tratamiento...........................................................................................................................9
Pruebas y experimentos.......................................................................................................................9
Aplicaciones convencionales.............................................................................................................10

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Introducción
La hemofilia es un trastorno que se presenta en raras frecuencias. Presentándose en el
paciente como un trastorno hemorrágico que es difícil de controlar. Esto sucede debido
a la mutación en uno de los genes (encontrados en el cromosoma x) que determinan la
manera en que el organismo produce el factor VIII o IX de coagulación. El sangrado
interno es el principal problema en la hemofilia. El sangrado ocurre en articulaciones
como codos, rodillas y tobillos. Esto puede ser el resultado de una lesión, pero en la
hemofilia aguda, puede comenzar de forma voluntaria. Esta enfermedad es adquirida
por herencia, lo que quiere decir que la madre es la portadora y en la mayoría de los
casos los hombres son los que presentan los síntomas. La hemofilia está divida en dos
principales categorías, A y B. La hemofilia A está relacionada con la deficiencia
congénita del factor VIII de la coagulación, mientras que, la hemofilia B está
relacionada con la deficiencia congénita del facto IX de la coagulación.

Aunque las personas que presentan hemofilia son escazas, la hemofilia de tipo A es el
más común con una frecuencia de 1 por cada 5,000 varones recién nacidos, y en el
caso de la hemofilia de tipo B es de 1 por cada 25,000. La prueba para su detección
está indicada en lactantes masculinos con antecedentes familiares de hemofilia;
adolecentes o adultos asintomáticos que tienen hemorragia excesiva inesperada por un
traumatismo o un procedimiento cruento.

Las complicaciones de la hemofilia, incluyen las enfermedades articulares crónicas


graves y debilitantes, además de las enfermedades infecciosas transmitidas a través de
productos sanguíneos. Todo esto genera grandes demandas de recursos de atención
médica. Lamentablemente, se sabe poco sobre la cantidad y la distribución de la
población de hemofilia en el mundo y menos aún sobre la tasa de complicaciones de la
enfermedad o su tratamiento.

Las primeras descripciones científicas que hacen referencia probable a la hemofilia son
de finos del siglo XVIII. Algunos autores de esa época describieron familias en las
cuales los varones sufrían hemorragias postraumáticas anormalmente prolongadas. Se
describe una familia en la cual seis hermanos sangraron hasta morir después de sufrir
pequeñas heridas, pero sus medios hermanos de distintas madres no estaban
afectados. Notaron que, si bien los varones mostraban los síntomas, el tiempo de
transmisión transmitido por mujeres aparentemente sanas a una parte de su
descendencia masculina.

Todos estos relatos relacionados a definir un síndrome clínico del cual, ya en el siglo
19, se acumuló una extensa literatura. Se le adjudicaron distintos nombres, cuentos
como "Hemorrea", "Idiosincrasia hemorrágica"; "Hematofilia"; "Diátesis hemorrágica

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hereditaria", hasta que fuera tratado ya definitivamente con el peculiar nombre de
"Hemofilia" que significa "Amor a la sangre" y que aparece como título de un famoso
tratado en 1828. El síntoma más característico de la hemofilia fue recién descrito en
detalle en 1890. Antes había sido confundido con artritis reumática, tuberculosa y de
otros tipos.

Algunos escritos del siglo XIX manifestaron que las hemorragias producidas por la
hemofilia se debían a cierta anormalidad vascular. Sin embargo ya en 1830 había sido
notado cierto defecto en el mecanismo de la coagulación que, a principios de este siglo,
fue establecido como el rasgo característico y distintivo de la enfermedad. Este
supuesto defecto, sumado a los síntomas característicos, la incidencia en el sexo, la
historia familiar determinada clínicamente y los resultados de los cuentos de laboratorio
como los prolongados tiempos de coagulación, forman parte del concepto actual que
define la hemofilia.

Veinte años más tarde, en Bélgica, se refinaron estas observaciones mediante la


demostración que la fracción correctora de plasma normal no era absorbida por los
filtros habituales, por lo tanto no se trata de protrombina. Era, en realidad, una molécula
de tal tamaño que no pasaba por el filtro. Cinco años más tarde, en Harvard,
reexaminaron la fracción que precipitaba del plasma normal y la llamaron "globulina".
Confirme entonces que una pequeña proporción de esta "globulina" podría corregir
marcadamente el tiempo de coagulación. La llamaron "globulina antihemofílica". Para
evitar la confusión con otros nombres, actualmente nos referimos a la globulina
antihemofílica como "Factor VIII" con números romanos, como internacionalmente.

Podemos decir, por lo tanto, que un paciente varón puede ser diagnosticado como
hemofílico si se ha probado una evidencia razonable de tendencia a sangrados
prolongados, y que muestra una deficiencia concluyente de la sustancia de Factor VIII.

En 1975, se crearon y fueron establecidos centros integrales de tratamiento de


hemofilia (HTC) para proporcionar acceso a tratamientos especializados para personas
con trastornos hemorrágicos. Posteriormente, los Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades (CDC) desarrollaron programas de prevención
implementados a través de HTC para reducir las complicaciones de estos trastornos.
Aunque se cree que alrededor del 60% al 70% de la población hemofílica recibe ayuda
y cuidado en estos centros, no hay información disponible para comprobarlo.

El control de la hemofilia trae consigo complicaciones que implica en primer lugar la


corrección de la deficiencia del factor de coagulación. Los estudios y avances en el
tratamiento muestran que la farmacocinética del factor VIII y el factor IX mejorada,
brinda protección adicional contra el sangrado excesivo, además de que ayuda a

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reducir la necesidad de infusiones frecuentes en pacientes con trastornos hemorrágicos
potencialmente mortales.

La mala comprensión de los mecanismos fisiopatológicos implicados en la hemofilia


crea un obstáculo importante para acceder al manejo efectivo de la enfermedad. Se
han tomado varios enfoques para el tratamiento implicando la terapia de reemplazo del
factor de coagulación para el control efectivo del sangrado hemorrágico. Los avances
actuales en el tratamiento de pacientes con hemofilia incluyen Farmacocinética
alterada logrando concentrados de factor de coagulación para una mejor profilaxis y
manejo de hemofilia. El entusiasmo que provocó la introducción del tratamiento con
concentrados, que modificó específicamente la mente de la calidad de vida del paciente
con hemofilia en los últimos 20 años, ha sido lamentablemente contrarrestado por las
desastrosas complicaciones derivadas de su uso: primero la infección con el virus VIH
y luego la enfermedad hepática producida por el virus C de la hepatitis. Deberemos
abocarnos en los próximos 20 años para desarrollar un tratamiento que no sea eficaz
sino 100% seguro. El tratamiento preventivo está todavía en sus primeras etapas y, por
supuesto, aún no podemos curar la enfermedad. Tal vez el trasplante de hígado o la
terapia genética pueden, en un futuro, ofrecer el cambio decisivo. Para ello, la mente
humana continúa trabajando para intentar ofrecer un tiempo la cura definitiva de la
hemofilia.

“Un estudio nacional demostró que la atención integral brindada en los centros de
tratamiento de hemofilia reduce significativamente las complicaciones médicas para las
personas con hemofilia. Hay una incidencia sustancialmente menor de problemas de
salud y muerte prematura en las personas que usan HTC que en los que no. También
mostró una disminución en las hospitalizaciones relacionadas con el sangrado.” (IHTC,
2020)

En este artículo se tomara como punto de objetivo, los avances en el tratamiento


profiláctico, las nuevas técnicas de producción, otras técnicas de tratamiento y la
posición actual de la terapia génica en el tratamiento de la hemofilia, además de
describir un sistema de vigilancia desarrollado por los CDC para identificar a todas las
personas con hemofilia, incluidas aquellas no atendidas por centros integrales de
tratamiento de hemofilia.

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Otros trastornos de coagulación
La hemofilia A y B son los tipos más conocidos de hemofilia, pero también existen otras
deficiencias de factores de coagulación. La hemofilia C, también conocida como
síndrome de Rosenthal, es causada por bajos niveles de factor XI, otra proteína
sanguínea necesaria para formar un coágulo sanguíneo. Aunque está asociada con el
sangrado, la hemofilia C difiere de la hemofilia A y B en la causa y la tendencia al
sangrado.

La enfermedad de von Willebrand (VWD) es un trastorno genético causado por la


deficiencia de factor von Willebrand (VWF). El VWF ayuda a las plaquetas de la sangre
a amontonarse (aglutinarse) y adherirse a la pared de los vasos sanguíneos, después
se une al factor VIII, una proteína de coagulación clave, que ayudan a formar un tapón
de plaquetas durante el proceso de coagulación.

Clasificación
Datos de laboratorio
La hemofilia se diagnostica mediante la demostración de un nivel de actividad bajo
reproducible aislado del factor VIII o del factor IX en ausencia de otras alteraciones.
Estos diagnósticos incluyen una prueba estándar de coagulación de la sangre para
medir qué tan rápido puede coagularse la sangre, así como una prueba de nivel de
factor VIII o factor IX para determinar si usted o su hijo tienen hemofilia A o B.

Manifestaciones clínicas
Niveles de gravedad según el nivel de factor de coagulación
La hemofilia A y la hemofilia B son clínicamente indistinguibles y son trastornos
hemorrágicos potencialmente mortales debido a la deficiencia de factor VIII y factor IX,

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respectivamente. La clasificación de la hemofilia se basa en los niveles de actividad
plasmática del factor VIII o IX y se reconocen los siguientes tipos:

Materiales y métodos
Se estableció un sistema de vigilancia que ayudara a identificar datos y casos de esta
patología. Este sistema opera a través de los departamentos de salud estatales para
proporcionar autoridad legal en identificación de los pacientes y revisión de los
registros médicos. Cada departamento de salud trabaja en colaboración con los CDC y
con los HTC establecidos, facilitando un poco el proceso.

Además tomaremos en cuenta una serie de tratamientos desarrollados en los últimos


años para ponerlos a prueba y así conocer la eficacia de esta y el beneficio que puede
tener en el cuerpo del individuo hemofílico.

Un caso de hemofilia definitivo se definió como una persona con diagnóstico de


hemofilia A o B por parte de un médico y un nivel de actividad del factor de coagulación
basal del 30%.

El personal de vigilancia en cada estado implementó métodos de búsqueda de casos


que se adaptaban mejor a las características únicas y la disponibilidad de datos de ese
estado. En la Tabla 1 se presenta una lista de algunos de los recursos utilizados por el
personal en todos los estados. Los métodos implementados para proteger la
confidencialidad del paciente incluyeron la protección de seguridad de todos los
resúmenes de datos del paciente y la asignación de un código de identificación
generado por computadora a todos los datos contenidos en bases de datos
computarizadas.

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TABLA I. Métodos de identificación de casos de hemofilia

Fuentes de atención y apoyo para enfermedades específicas:

 Centros de tratamiento de hemofilia.


 Organizaciones regionales de hemofilia.
 Grupos de defensa del paciente.

Otras fuentes de atención:

 Hematólogos, especialistas en enfermedades infecciosas y otros médicos.


 Laboratorios clínicos que realizan pruebas para trastornos de coagulación.

Proveedores de materiales:

 Proveedores y distribuidores de factores de coagulación


 Organizaciones de atención médica domiciliaria
 Farmacias
 bancos de sangre

Bases de datos existentes:

 Listas de alta hospitalaria


 Información del certificado de defunción
 Datos de reclamos de Medicaid
 Registros de VIH / SIDA
Se recopiló información detallada sobre:

 Características demográficas
 El número de episodios hemorrágicos experimentados
 Resultados de evaluaciones integrales de articulaciones
 La cantidad y las fuentes del factor de coagulación utilizado
 Los resultados de las pruebas de exposición a enfermedades infecciosas

Prevalencia de pacientes y madres portadoras


La hemofilia ha sido catalogada en algunos países como una enfermedad rara, debido
a que se presenta en 1 de cada 10,000 nacimientos en varones (para la hemofilia del
tipo A) y en 1 de cada 50,000 para la hemofilia del tipo B. De acuerdo a la Federación
de Hemofilia de la República Mexicana, A.C., para enero de 2016 se tenían registrados
5,221 pacientes en México y aproximadamente 1,092 madres portadoras, aunque es
importante destacar que a la mayoría de las madres no se les ha realizado un estudio
para determinar esta condición. (Federacion de Hemofilia de la Republica Mexicana,
A.C., 2016)

Durante la primera mitad del siglo XX, la esperanza de vida de los pacientes
hemofílicos iba cerca de los 16 hasta los 23 años. Alrededor de la segunda mitad del
siglo XX, la esperanza de vida tuvo un aumento y mejoró a casi 65 años. Sin embargo,

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esto no duro mucho, ya que, entre los 70s y 80s, muchos pacientes se infectaron con el
VIH, el virus de la hepatitis B y el virus de la hepatitis C a través de derivados
plasmáticos contaminados que se les transfundieron, lo que resultó en una disminución
de la esperanza de vida durante estos años.

Las hemorragias internas pueden poner en peligro la vida de los pacientes, sobre todo
cuando se localizan dentro del cráneo, cuello, garganta o a nivel gastrointestinal.

Avances en tratamiento
Con el desarrollo de nuevos tratamientos, la transmisión de estas infecciones ha
disminuido y recientemente se ha estimado que los pacientes con hemofilia pueden
aspirar a una esperanza de vida similar a la de los sujetos sin enfermedad y con una
calidad de vida adecuada.

Pruebas y experimentos
 Se están evaluando varios tratamientos experimentales para identificar una
solución a más largo plazo para pacientes con hemofilia.
 Los tratamientos existentes como Kovaltry y Kogenate de Bayer son proteínas
del factor VIII recombinante fabricadas en laboratorios, idénticas a las
producidas por el cuerpo. Suplementan temporalmente el factor VIII faltante y
ayudan en la coagulación normal de la sangre.

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 insertar copias funcionales de los genes para los factores de coagulación en las
células de los pacientes con hemofilia es el objetivo de la terapia génica. Estos
tratamientos podrían ayudar a los pacientes a producir sus propias proteínas de
coagulación, permitiendo que su sangre se coagule de manera más efectiva y
eventualmente eliminando la necesidad de infusiones de tratamiento repetidas.
SB-525, AMT-060 y AMT-061 son tres candidatos basados en terapia génica
que se están evaluando.
 La PEGilación es una técnica en la cual se agrega una molécula llamada
polietilenglicol (PEG) a los factores de coagulación para evitar que se degraden
en el cuerpo, extendiendo su vida media. Cuanto más tiempo permanezca la
proteína funcional diseñada en la sangre, menos infusiones de tratamiento
tendrá que someterse el paciente.

Aplicaciones convencionales
 R.I.C.E (descanso, hielo, compresión, elevación)

R.I.C.E (por sus siglas en inglés) es un tratamiento recomendado por muchos


profesionales de la salud para las hemorragias articulares. Cuando es usado con
la combinación de concentrado de factor de coagulación, reduce la hinchazón y
el daño del tejido.

 Administración de concentrados de factores de coagulación

Por lo general, se pueden usar dos tipos de concentrados de factor de


coagulación para el tratamiento de la hemofilia. Estos son factores de
coagulación recombinantes y derivados del plasma. El derivado de plasma se
desarrolla a partir del plasma sanguíneo humano, donde los factores de
coagulación recombinantes se dividen en tres generaciones. Los factores de
coagulación de primera generación contienen dos productos como estabilizador
en el medio de cultivo. Los productos de segunda generación contienen
materiales derivados de animales en el medio de cultivo y, en lugar de albúmina,
contiene sacarosa como estabilizador para el medio de cultivo. Los factores de
coagulación de tercera generación no contienen albúmina en su preparación.

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