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Articulo Hemofilia p2
Articulo Hemofilia p2
Grupo: 203
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Índice
Introducción................................................................................................................................................3
Otros trastornos de coagulación...................................................................................................................6
Clasificación................................................................................................................................................6
Datos de laboratorio................................................................................................................................6
Manifestaciones clínicas..............................................................................................................................6
Niveles de gravedad según el nivel de factor de coagulación..................................................................6
Materiales y métodos...................................................................................................................................7
Prevalencia de pacientes y madres portadoras...................................................................................8
Avances en tratamiento...........................................................................................................................9
Pruebas y experimentos.......................................................................................................................9
Aplicaciones convencionales.............................................................................................................10
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Introducción
La hemofilia es un trastorno que se presenta en raras frecuencias. Presentándose en el
paciente como un trastorno hemorrágico que es difícil de controlar. Esto sucede debido
a la mutación en uno de los genes (encontrados en el cromosoma x) que determinan la
manera en que el organismo produce el factor VIII o IX de coagulación. El sangrado
interno es el principal problema en la hemofilia. El sangrado ocurre en articulaciones
como codos, rodillas y tobillos. Esto puede ser el resultado de una lesión, pero en la
hemofilia aguda, puede comenzar de forma voluntaria. Esta enfermedad es adquirida
por herencia, lo que quiere decir que la madre es la portadora y en la mayoría de los
casos los hombres son los que presentan los síntomas. La hemofilia está divida en dos
principales categorías, A y B. La hemofilia A está relacionada con la deficiencia
congénita del factor VIII de la coagulación, mientras que, la hemofilia B está
relacionada con la deficiencia congénita del facto IX de la coagulación.
Aunque las personas que presentan hemofilia son escazas, la hemofilia de tipo A es el
más común con una frecuencia de 1 por cada 5,000 varones recién nacidos, y en el
caso de la hemofilia de tipo B es de 1 por cada 25,000. La prueba para su detección
está indicada en lactantes masculinos con antecedentes familiares de hemofilia;
adolecentes o adultos asintomáticos que tienen hemorragia excesiva inesperada por un
traumatismo o un procedimiento cruento.
Las primeras descripciones científicas que hacen referencia probable a la hemofilia son
de finos del siglo XVIII. Algunos autores de esa época describieron familias en las
cuales los varones sufrían hemorragias postraumáticas anormalmente prolongadas. Se
describe una familia en la cual seis hermanos sangraron hasta morir después de sufrir
pequeñas heridas, pero sus medios hermanos de distintas madres no estaban
afectados. Notaron que, si bien los varones mostraban los síntomas, el tiempo de
transmisión transmitido por mujeres aparentemente sanas a una parte de su
descendencia masculina.
Todos estos relatos relacionados a definir un síndrome clínico del cual, ya en el siglo
19, se acumuló una extensa literatura. Se le adjudicaron distintos nombres, cuentos
como "Hemorrea", "Idiosincrasia hemorrágica"; "Hematofilia"; "Diátesis hemorrágica
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hereditaria", hasta que fuera tratado ya definitivamente con el peculiar nombre de
"Hemofilia" que significa "Amor a la sangre" y que aparece como título de un famoso
tratado en 1828. El síntoma más característico de la hemofilia fue recién descrito en
detalle en 1890. Antes había sido confundido con artritis reumática, tuberculosa y de
otros tipos.
Algunos escritos del siglo XIX manifestaron que las hemorragias producidas por la
hemofilia se debían a cierta anormalidad vascular. Sin embargo ya en 1830 había sido
notado cierto defecto en el mecanismo de la coagulación que, a principios de este siglo,
fue establecido como el rasgo característico y distintivo de la enfermedad. Este
supuesto defecto, sumado a los síntomas característicos, la incidencia en el sexo, la
historia familiar determinada clínicamente y los resultados de los cuentos de laboratorio
como los prolongados tiempos de coagulación, forman parte del concepto actual que
define la hemofilia.
Podemos decir, por lo tanto, que un paciente varón puede ser diagnosticado como
hemofílico si se ha probado una evidencia razonable de tendencia a sangrados
prolongados, y que muestra una deficiencia concluyente de la sustancia de Factor VIII.
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reducir la necesidad de infusiones frecuentes en pacientes con trastornos hemorrágicos
potencialmente mortales.
“Un estudio nacional demostró que la atención integral brindada en los centros de
tratamiento de hemofilia reduce significativamente las complicaciones médicas para las
personas con hemofilia. Hay una incidencia sustancialmente menor de problemas de
salud y muerte prematura en las personas que usan HTC que en los que no. También
mostró una disminución en las hospitalizaciones relacionadas con el sangrado.” (IHTC,
2020)
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Otros trastornos de coagulación
La hemofilia A y B son los tipos más conocidos de hemofilia, pero también existen otras
deficiencias de factores de coagulación. La hemofilia C, también conocida como
síndrome de Rosenthal, es causada por bajos niveles de factor XI, otra proteína
sanguínea necesaria para formar un coágulo sanguíneo. Aunque está asociada con el
sangrado, la hemofilia C difiere de la hemofilia A y B en la causa y la tendencia al
sangrado.
Clasificación
Datos de laboratorio
La hemofilia se diagnostica mediante la demostración de un nivel de actividad bajo
reproducible aislado del factor VIII o del factor IX en ausencia de otras alteraciones.
Estos diagnósticos incluyen una prueba estándar de coagulación de la sangre para
medir qué tan rápido puede coagularse la sangre, así como una prueba de nivel de
factor VIII o factor IX para determinar si usted o su hijo tienen hemofilia A o B.
Manifestaciones clínicas
Niveles de gravedad según el nivel de factor de coagulación
La hemofilia A y la hemofilia B son clínicamente indistinguibles y son trastornos
hemorrágicos potencialmente mortales debido a la deficiencia de factor VIII y factor IX,
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respectivamente. La clasificación de la hemofilia se basa en los niveles de actividad
plasmática del factor VIII o IX y se reconocen los siguientes tipos:
Materiales y métodos
Se estableció un sistema de vigilancia que ayudara a identificar datos y casos de esta
patología. Este sistema opera a través de los departamentos de salud estatales para
proporcionar autoridad legal en identificación de los pacientes y revisión de los
registros médicos. Cada departamento de salud trabaja en colaboración con los CDC y
con los HTC establecidos, facilitando un poco el proceso.
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TABLA I. Métodos de identificación de casos de hemofilia
Proveedores de materiales:
Características demográficas
El número de episodios hemorrágicos experimentados
Resultados de evaluaciones integrales de articulaciones
La cantidad y las fuentes del factor de coagulación utilizado
Los resultados de las pruebas de exposición a enfermedades infecciosas
Durante la primera mitad del siglo XX, la esperanza de vida de los pacientes
hemofílicos iba cerca de los 16 hasta los 23 años. Alrededor de la segunda mitad del
siglo XX, la esperanza de vida tuvo un aumento y mejoró a casi 65 años. Sin embargo,
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esto no duro mucho, ya que, entre los 70s y 80s, muchos pacientes se infectaron con el
VIH, el virus de la hepatitis B y el virus de la hepatitis C a través de derivados
plasmáticos contaminados que se les transfundieron, lo que resultó en una disminución
de la esperanza de vida durante estos años.
Las hemorragias internas pueden poner en peligro la vida de los pacientes, sobre todo
cuando se localizan dentro del cráneo, cuello, garganta o a nivel gastrointestinal.
Avances en tratamiento
Con el desarrollo de nuevos tratamientos, la transmisión de estas infecciones ha
disminuido y recientemente se ha estimado que los pacientes con hemofilia pueden
aspirar a una esperanza de vida similar a la de los sujetos sin enfermedad y con una
calidad de vida adecuada.
Pruebas y experimentos
Se están evaluando varios tratamientos experimentales para identificar una
solución a más largo plazo para pacientes con hemofilia.
Los tratamientos existentes como Kovaltry y Kogenate de Bayer son proteínas
del factor VIII recombinante fabricadas en laboratorios, idénticas a las
producidas por el cuerpo. Suplementan temporalmente el factor VIII faltante y
ayudan en la coagulación normal de la sangre.
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insertar copias funcionales de los genes para los factores de coagulación en las
células de los pacientes con hemofilia es el objetivo de la terapia génica. Estos
tratamientos podrían ayudar a los pacientes a producir sus propias proteínas de
coagulación, permitiendo que su sangre se coagule de manera más efectiva y
eventualmente eliminando la necesidad de infusiones de tratamiento repetidas.
SB-525, AMT-060 y AMT-061 son tres candidatos basados en terapia génica
que se están evaluando.
La PEGilación es una técnica en la cual se agrega una molécula llamada
polietilenglicol (PEG) a los factores de coagulación para evitar que se degraden
en el cuerpo, extendiendo su vida media. Cuanto más tiempo permanezca la
proteína funcional diseñada en la sangre, menos infusiones de tratamiento
tendrá que someterse el paciente.
Aplicaciones convencionales
R.I.C.E (descanso, hielo, compresión, elevación)
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