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470 ARTICULO 1 El derecho, zes el objeto de la “justicia? Objeciones por las que parece que el derecho no es el objeto de la justicia: 1. Dice, en efecto, el jurisperito Cel- 0 que el derecho es el arte de lo bueno y de lo equitativo'. Ahora bien: el arte no es objeto de.la justicia, sino que, por sf mismo, es una virtud intelectual. Luego el derecho no es el objeto de la justicia. 2. Mas atin; Como dice Isidoro, en al libro Btymol.’, la ley es una especie de de- echo. Mas la Tey no es objeto de la jus- ticia, sino, més bien, de la prudenciai de aquf que e! Filésofo* ponga el arte de le- gislar como parte de la prudencia. Luego el derecho no es el objeto de la justicia. 3. Y también: La justicia somete principalmente e] hombre a Dios; pues dice Agustin, en el libro De mor. Eccl. Carbol.*, que iajusticia es un amor que séio sine a Dias y que, por eso, rige bien las de més cosas que estén sometidas al hombre Pero el derecho no pertenece a las cosas divinas, sino Gnicamente a las humanas, porque afirma Isidoro, en el libro Ery- rmol.®, que lo sagrado es ley divina; en cam bio, el derecho 5 ley humana, Por lo cual, el derecho no es objeto de la justicia En cambio esté Isidoro, que dice en el mismo libro’ que el derecko se!ha lama- do asiporque esusto. Pero lo justo es ob- jeto de la justicia; pues afirma el Filéso- fo, en V Ethic.’, que todos deciden lamar Justicia @ semejante Adbito, mediante el cual Tealizan cosasjustas. Luego el derecho es objeto de a justicia Solucién. Hay que decir: Lo primero de Ia justicia, dentro de las demés virtu- des, é ordenar al hombre en las cosas que estén en relacién con e] otro. Impli- ca, en efecto, cierta igualdad, como su propio nombre manifiesta. Vulgarmente se dice que las cosas que se igualan se ajustan. Ahora bien: la igualdad se esta~ Dlece en relacién a otro. Pero las demas yirtudes perfeccionan al hombre sola- mente en aquellas cosas que le convie- nén a éf mismo. 1, Dig, 1 thd legis _turi operam (KR I 29). S319, "3, ARISTOTELES, Eikc, 6 <8 n2 (BK 1141b25): S. TH lest TIN, De mor, Eccl cathol, 1 c.lS: ML 32,1322. 5. $2198, 6. SAN ISIDORG, Exymol. 5 c3: ML $3,119. (BK 112947): 8. TH, lect. La virtud de la justicia cs7al Asi, pues, aquello que es recto en las acciones de las demés virtudes, hacia lo que tiende la intencién de Ia virtud, como a su propio objeto, no se determi- nna sino por relacién al agente. En cam- bio, lo recto que hay en el acto de Ja justicia, aun exceptuada la relacién al agente, se distribuye por relacién a otro sujeto; pues en nuestras acciones se Ila- ma justo a aquello que, segin alguna igualdad, corresponde a otro, como la retribucién del salario debido por un servicio prestado. Por consiguiente, se lama justo a algo, es decir, con la nota de la rectitud de la justicia, al término de un acto de justicia, aun sin la consideracién de ‘cémo se hace por el agente. Pero en las otras virtudes no se define algo como recto a no ser considerado cémo se hace por el agente. Y, por eso, el objeto de la Justicia, a diferencia de las demés virtu- des, es el objeto espectfico que se lama Jo justo. Ciertamente, esto es el derecho. Luego es manifiesto que el derecho es el objeto de la justicia Respuesta a las objeciones: 1. A la primera hay que decir: Que es frecuente ‘que los nombres se desvien de su prime- ra acepeidn, para designar otras cosas, como e| nombre de medicina se asigné, en un principio, para designar el reme- dio que se aplica al enfermo para curar- Jo, Luego pas6 a significar el arte por el gue se hacia esto. Ast también sucede con el nombre de derecho, que se asigné primero para significar la misma. cosa justa, Pero, después, derivé hacia el arte con ef que se discierne qué es justo; y, ulteriormente, a designar el lugar en él que se otorga el derecho; asf, por ejem- plo, se dice que alguien comparece ante al derecho; finalmente, también se deno- mina derecho a la sentencia que es pro- nunciada por aguel a cuyo oficio perte- nece hacer justicia, incluso a pesar de gue lo que decida sea inicuo. 2. A. la segunda hay que decir: Que de! mismo modo, que de las acciones que se hacen exteriormente por el arte, una cierta idea, que se llama la regla del arte, 2, SAN ISIDORO, Enmmol. 5 03: ML 4, SAN AGUS- |AN ISIDQRO, Enmol 3 2: ML 7. ARISTOTELES, Ethic. 5.1 13 CST a2 preexiste en la mente del artista, asi tam- bign, de la accién justa, que la razén de- termina, preexiste en Ja mente cierta ra- z6n, a modo de determinada regla de prudencia, Y esto, si se formula por es- crito, se denomina ley; pues Ia ley es, se- gin Isidoro®, una constitucién escrita, Por Jo cual, Ia ley no es el derecho mismo, propiamente hablando, sino cierta razén del derecho. 3. A la tercera hay que decir: Que, ya que la justicia conlleva la igualdad y'2 Dios no le podemos recompensar equi- tativamente, se deduce que no podemos dar a Dios Io justo, en su sentido estric- 05 y, por este motivo, la ley divina no se lama propiamente derecho, sino nor- ma sagrada, porque a Dios le es suficien- te que cumplamos lo que podamos. La justicia, en cambio, tiende a que el hom- bre, en cuanto puede, rinda tributo a Dios, sometiéndole su alma totalmente. ARTICULO 2 Elderecho, ¢se divide convenientemente en derecho natural ‘y derecho positivo? Infra G60 a5; In Ethic. 5 tect. Objeciones por las que el derecho no se divide convenientemente en derecho natural y derecho positivo: 1. En efecto, lo que es natural es in- mutable e idéntico para todos. Mas en las cosas humanas no se halla nada se~ mejante, porque todas Jas reglas del de- echo humano fallan en ciertos casos. y no tienen fuerza en todas partes. Luego no existe un derecho natural. 2. Més atin: Se dice que es positive aquello que procede de la voluntad hu- mana. Pero nada es justo porque proce- da de Ja voluntad humana; de Io contra- io, la voluntad del hombre no podria ser injusta. Luego, al ser igual lo justo gue el derecho, parece que no existe dere- cho positivo, 3. ¥ también: El derecho divino no es derecho natural, ya que sobrepasa la naturaleza humana; e igualmente, tam- poco es derecho positivo, puesto que no se apoya en la autoridad humana, sino en Ia autoridad divina. Luego el derecho 8. SAN ISIDORO, Exymol. 5 113418): S. THL, lect.12. ° ML 82,198, BL derecho an se divide incompletamente en derecho natural y derecho positivo. En cambio esté el Filésofo, en V Ethic.*, que dice que de lo justo politico, uno es naturaly otro legal, esto es, estable- cido por la ley. Solucién. Hay que decir: Segin se ha dicho (2.1), el derecho o Io justo es una accién adecuada a otra segin cierto modo de igualdad. Pero algo puede ser adecuado a un hombre en un doble sen- tido: primero, por la naturaleza misma de la cosa, como cuando alguien da tan- to para recibir otro tanto. Y esto se lla- ma derecho natural. En un segundo sen- tido, algo es adecuado o de igual medida 4 otto por convencién 0 comin acuer- do, es decir, cuando uno se considera contento si recibe tanto. Esto, cierta- mente, puede hacerse de dos maneras: una primera, por cierto convenio priva- do, como el que se establece por un acto entre personas privadas; y la segunda, por convencién pitblica, ‘como cuando todo el pueblo consiente que algo se tenga como adecuado y ajustado a otro, © cuando esto Io ordena et gobernante, que tiene el cuidado del pueblo y repre- senta su persona. Y a esto se llama dere- cho positivo, Respuesta a las objeciones: 1. A la primera kay que decir: Que lo que es natu- ral al ser que tiene naturaleza inmutable es neceserio que sea tal siempre y en to- das partes. Mas la naturaleza del hombre es mutable. Y, por esto, 1o que es natu- ral al hombre puede fallar a veces. Por ejemplo, tiene igualdad natural el hecho de que se devuelva lo depositado al de- positante; y, pot consiguiente, si la natu- raleza humana fuera siempre recta, ésta deberfa siempre observarse. Pero, “debi do 8 que la voluntad del hombre se per- vierte a veces, hay algunos casos en Ios que lo depositado no debe ser devuelto, a fin de que un hombre con voluntad perversa no lo utilice mal: como, por ejemplo, si un loco o un enemigo del Estado exije las armas depositadas. 2. A la segunda hay que decir: Que la voluntad humana, por comtn acuerdo, puede convertir algo en justo en aque- las cosas que por sf no tienen ninguna 9, ARISTOTELES, Ethic. 5 c7 nl BK C58al La Justicia 495 para el siervo. Pero, en cuanto uno y ‘otro son algo del otro, segin esto, falta aqut Ia perfecta razén de derecho o de lo justo, 3. A la tercera hay que decir: Que to- das las demés diferencias de personas que viven en la ciudad tienen una inme- diata relaci6n hacia Ia comunidad, de la ciudad y el principe de la misma, y, por consiguiente, para ellos existe el derecho segtin la perfecta raz6n de la justicia. Se distingue, sin embargo, este dezecho por los diferentes oficios. Por eso se dice de- recho militar, derecho de los magistra- dos © de los sacerdotes; no por defecto del derecho en’ sentido absoluto, como. es el caso del derecho paterno o del de- recho sefiorial, sino porque a la condi- cién de cada persona se le debe algo pri- vativo de acuerdo con su peculiar fun- cidn. CUESTION 58 La justicia Corresponde a continuacién tratar sobre la justicia (cf. q.57 introd.). Acerca de la cual se plantean doce problemas: 1. 4Qué es la justicia?—2. {La justicia siempre es hacia otro?—3. {Es virtud?—4, {Est en la voluntad como en su sujeto?—5. Es virtud gene- ral 7. gBxiste la justicia particular 6, En cuanto es general, se identifica en esencia con toda virtud?— —8, La justicia particular, gtiene materia propia?—9. {Versa sobre pasiones 0 sdlo sobre operaciones?—10. El me- dio de Ia justicia, ges un medio real?—I1. El acto de Ia justicia, ges dar a cada uno lo que es suyo?. virtudesmorales? ARTICULO 1 GBsté definida correctamente la Justicia diciendo que «es la constante Yperpeua voluntad de dar a cada uno su derechor? Objeciones por las que parece que la justicia se define inadecuadamente por los jurisperitos, cuando dicen que es la perpetua voluntad de dar a cada reco |: 1. La justicia es ef Adbito que dispone a obrar lo justo y por el que se realizan y se quieren las cosasjustas, segin dice el Fil6- sofo en V Ethic.* Pero la voluntad de- signa la potencia o, también, el acto. Luego se dice inconvenientemente que Ja justicia es la voluntad. 2. Més atin: Ja rectitud de la volun- tad no es Ja voluntad; de lo contrario, si la voluntad fuese su rectitud, se seguiria que ninguna: voluntad serfa perversa. Sin 12. La justicia, ges la principal entre las demds embargo, segtin Anselmo en el libro De veritate*, lajusticia es rectitud. De ahi que la justicia no es voluntad, 3. Y también: sdlo la voluntad de Dios es perpetua, Si la justicia es perpe- tua voluntad, se concluye que la justicia estd sélo en Dios, 4. Todavia mis: todo lo perpetuo es constante, porque es inmutable. Carece de sentido, entonces, que se pongan a bas cosas en la definicién de Ja just a saber: no sélo lo perpetuo, sino también lo constante. 5. Tneluso an: dara cada uno su derecho pertenece al principe. Si la jus- ticia, pues, es la que atribuye su derecho a cada uno, se sigue que la justicia no esté sino en el principe, lo cual es inad- misible. 6. Y ademas dice Agustin, en el li- bro De moribus Eccles.', que lajusticia es elamor que tan sdlo sirve a Dios. Luego yo es la que da @ cada uno lo que es suyo”. 1, Dig. 1 tit leg.10: Justitia est (KR 1 296); of, Insti. 1 tit.1 leg.t: Justitia est (KR I 1a). 2, ARISTOTBLES, Ethic. 5 cl n3 (BK 1120a7'S. TH, lect 3. SAN ANSELMO, De ver. ci2: ML 158480. 4. SAN AGUSTIN, De mor. Eccl. cathol. 1 c.15: ML 32132. 5, En los cédices falta el argumento En canibio de este articulo 416 La virtud de lajusticia Solucién, Hay gue decir: La definicién de la justicia antes dicha es correcta si se la entiende bien. Pues, al ser toda virtud hébito, que es el principio del acto bue- no, es necesario que la virtud sea defini. da mediante e! acto bueno sobre la mis- ma materia de la virtud. Pues bien: la justicia tiene como materia propia aque- Iles cosas que se refieren a otro, segun se veré luego (0.2.8). Por lo tanto, e} acto de la justicia, re- ferido a la propia materia y al sujeto, se expresa cuando se dice que da su derecho @ cada uno; porque, como dice Isidoro en el libro Etymol. °, Idmase justo porque guarda el derecho. Pero, para esto, es decir, para que- cualquier acto sobre alguna cosa sea virtuoso, se requiere que sea voluntatio, que sea estable y que sea fir- me, porque el Fil6sofo dice, en II Ethic.’, que para el acto de la virtud se requiere: primero, que se obre sabiendo; segundo, eligiendo y por un fin debido; y tercero, que se obre indefectiblemente. Mas el primero de estos requisitos se incluye en el segundo, porque lo que se hace por ignorancia es involuntario, como se dice en III Ethic. * Por eso se pone en primer lu- gar, en la definicién de Ja justicia, la vo- luntad, para mostrar que el acto de Ia Justicia debe ser voluntario; y se afiade lo de la constancia y perpetuidad para de- signar la firmeza del acto. Por consi- guiente, la definicién predicha es una definicién completa de Ia justicia, excep- to que se pone el acto en Tugar del habi- to, el cual es especificado por aguél, pues el hibito se dice para el acto. Y si alguien quisiera reducir la definicién a su debida forma, podrfa decir que lajus- ticia es el hdbiso segin el cual wno,\ con cons- tante y perpetua voluntad, da a cada uno su derecho, Y esta definici6n es casi igual a aguella que pone el Filésofo en V Ethic.", diciendo que lajusticia es el habi- to segiin el cual se dice que uno es operativo en Ia eleci6n de lojusto. Respuesta a las objeciones: 1. A la primera hay que decir: Que voluntad desig- rna agus el acto, no la potencia, Es c 6. SAN ISIDORO, Etymol. 10 ad litt, L: ML, 82,380. 8, ARISTOTELES, 9. ARISTOTELES, Ethic. 5 c.5 0.17 (BK 113431): S. TH. lect.10. I. ARISTOTELES, Ethic. 5c n.7 (BK 1132221);'06 n.5 (BK 1105231): §. TH, lect 4. £40 super 8:32: ML. 35,1690 1134al): S. TH,, lect.6.11. C58 al tumbre en los autores, en efecto, el defi- nir los hébitos por medio de sus actos. Asi, Agustin, In Ioann.”, define la fe como creer lo que no ves. 2A Ia segunda hay que decir: Que ni tampoco la justicia es esencialmente la rectitud, sind tan s6lo causalmente; pues es el hdbito por el que uno obra y quie- re rectamente, 3. A la tercera hay que decir: Que la yoluntad puede Iamarse perpetua en do- ble sentido: primero, desde la parte del mismo acto que dura perpetuamente, y asi s6lo la voluntad de Dios es perpetua. En segundo lugar, desde la parte de] ob- jeto, es decir, porque uno quiere perpe- tuamente hacer algo. Y esto se requiere para Ja razén de Ja justicia, Pues no es suficiente para la razén de Ja justicia que uno quiera en un momento observar la justicia en algin negocio, porque apenas se halla alguien que quiera obrar injusta- mente en todas las cosas; pero sf se re- quiere que el hombre tenga perpetua- mente y en todas ellas la voluntad de observar la justicia A la cuarta hay que decir: Que, que perpetuo no tiene sentido de duracién perpetua del acto de la volun- tad, no es superfluo afiadir constante. Re- sulta asf que, del mismo modo que al decir voluntad perpetua se expresa que al- guno obra con propésito perpetuo de conservar la justicia, asf también, al de- cir constante, se expresa que persevera fir- memente en este propésito. 5, A la quinta hay que decir: Que el juez da a cada uno lo que es suyo, ac- ‘tuando como el que manda y el que diri- ge; porque el juez es lojusto animado y el principe es el guardian de lo justo, como se ‘afirma en V Ethic." Pero los subditos dan a cada uno lo que es suyo, actuando como el que ejecuta. 6. A la sexta hay que decir: Que asi como en el amor de Dios se: incluye el amor al prdjimo, como se ha dicho ante- riormente (q.25 a.1), asf también, en el servicio del hombre a Dios, se incluye que dé a cada uno lo que debe, 7. ARISTOTELES, Fthic, 204 03 BK hic. 3 ¢1 0.9 (BK 1108835): §. TH,, lect. 10. SAN AGUSTIN, in Joann,

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