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EL CONOCIMIENTO

TEORÍA: El conocimiento. Tipos y grados.

QUÉ ES EL CONOCIMIENTO
“Conocer” significa darse cuenta de algo interno o externo a nosotros mismos. En términos
filosóficos, conocer implica establecer una relación entre un “sujeto” que conoce y un “objeto”
que es conocido. El sujeto es toda persona con capacidad para adquirir experiencias internas
o externas. El objeto es la totalidad de las cosas de las que nos podemos dar cuenta: desde las
experiencias personales más inmediatas hasta la comprensión de ideas, juicios o
razonamientos.
El más alto grado de conocimiento es el saber, y es una creencia de la que estamos seguros, y
que, además, podemos demostrar. Muchas veces usamos el término conocimiento como
sinónimo de saber o sabiduría. Usado de esta forma, podríamos definir el conocimiento como
un conjunto de representaciones mentales sobre el mundo y lo que en él acaece que se
pueden justificar como certezas.
GRADOS DE CONOCIMIENTO
Llamamos ignorancia a la ausencia absoluta de conocimiento. Tradicionalmente se ha
distinguido entre 3 grados de conocimiento: la opinión, la creencia y el saber.
-OPINIÓN: Se da cuando el sujeto afirma algo sobre un objeto, pero sin estar plenamente
convencido de ello. No tiene pruebas suficientes para defender su postura desde un punto de
visto objetivo, ni se halla realmente convencido de la veracidad de lo que afirma desde un
punto de vista subjetivo. El sujeto duda de la verdad de lo que afirma.
-CREENCIA: El sujeto está convencido de estar en lo cierto desde el punto de vista subjetivo,
pero no posee un fundamento objetivo para justificar lo que cree. Decimos que el sujeto se
halla persuadido por la idea, está convencido de su verdad, pese a no tener razones
suficientes para afirmar su verdad de manera objetiva.
-SABER: Se da únicamente cuando el sujeto está plenamente convencido de la verdad de la
afirmación, y, además, tal afirmación es verdadera y tiene razones objetivas suficientes para
justificarla. Llamamos convicción al estado mental en que se halla quien sabe algo. El saber, a
diferencia de la opinión y de la creencia, nunca pueden estar equivocado. De alguien que
estuviese plenamente convencido de algo falso, diríamos que cree saberlo, pero que en
realidad no lo sabe.
TEXTO: OPINIÓN, CREENCIA, SABER.
El tener algo por verdadero es un suceso de nuestro entendimiento, y pude basarse en fundamentos
objetivos, pero requiere también causas subjetivas en el psiquismo del que formula el juicio.
Cuando este es válido para todo ser que posea razón, su fundamento es objetivamente suficiente y,
en este caso, el tenerlo por verdadero se llama convicción. Si solo se basa en la índole especial del
sujeto, se llama persuasión.[...]
Solo puedo afirmar- es decir, formular como juicio necesariamente válido para todos- lo que
produce convicción. La persuasión puedo conservarla para mí, si me siento a gusto con ella, pero
no puedo ni debo pretender hacerla pasar por válida fuera de mí.
El tener por verdad, o validez subjetiva del juicio, en relación con la convicción (que posee, al
mismo tiempo validez objetiva) tiene los tres grados siguientes: opinión, creencia y saber. La
opinión es un tener por verdad con conciencia de que es insuficiente tanto subjetiva como
objetivamente. Si solo es subjetivamente suficiente, se llama creencia. Finalmente, cuando el tener
por verdad es suficiente tanto subjetiva como objetivamente, recibe el nombre de saber. La
suficiencia subjetiva se denomina convicción (para mi mismo); la objetiva, certeza (para todos).
Immanuel Kant, Crítica de la razón pura.

Grado de saber Causas Fundamento


Subjetivas Objetivo
(persuasión) (convicción)
OPINIÓN

CREENCIA

SABER
EL CRITICISMO KANTIANO

“Quizá la respuesta más perspicaz dada hasta la fecha al problema del conocimiento la brindó I.
Kant a finales del S. XVIII en su Crítica de la Razón Pura . Según Kant, lo que llamamos
“conocimiento” es una combinación de cuanto aporta la realidad con las formas de nuestra
sensibilidad y las categorías de nuestro entendimiento.
No podemos captar las cosas en sí mismas sino sólo tal como las descubrimos por medio de
nuestros sentidos y de la inteligencia que ordena los datos brindados por ellos. O sea, que no
conocemos la realidad pura, sino sólo cómo es lo real para nosotros. Nuestro conocimiento es
verdadero pero no llega más que hasta donde lo permiten nuestras facultades.
De aquello de lo que no recibimos información suficiente a través de los sentidos -que son los
encargados de aportar la materia prima de nuestro conocimiento- no podemos saber realmente
nada, y cuando la razón especula en el vacío sobre absolutos como Dios, el alma, el Universo, etc.,
se aturulla en contradicciones insalvables”.
F. SAVATER, Las preguntas de la vida.
I. Kant (1724-1804)
EL GIRO COPERNICANO EN EL CONOCIMIENTO.
Se ha supuesto hasta ahora que todo nuestro conocer debe regirse por los objetos. Sin embargo,
todos los intentos realizados bajo tal supuesto con vistas a establecer a priori, mediante conceptos,
algo sobre dichos objetos -algo que ampliara nuestro conocimiento- desembocaban en el fracaso.
Intentemos, pues, por una vez, si no adelantaremos más en las tareas de la metafísica suponiendo
que los objetos deben conformarse a nuestro conocimiento.[...] Ocurre aquí como con los primeros
pensamientos de Copérnico. Este, viendo que no conseguía explicar los movimientos celestes si
aceptaba que todo el ejército de estrellas giraba alrededor del espectador, probó si no obtendría
mejores resultados haciendo girar al espectador y dejando las estrellas en reposo . En la metafísica
se puede hacer el mismo ensayo, en lo que atañe a la intuición de los objetos. Si la intuición tuviera
que regirse por la naturaleza de los objetos, no veo cómo podría conocerse algo a priori sobre esa
naturaleza. Si, en cambio, es el objeto (en cuanto objeto de los sentidos) el que se rige por la
naturaleza de nuestra facultad de intuición, puedo representarme fácilmente tal posibilidad.
[...] Sólo conocemos a priori de las cosas lo que nosotros mismos ponemos en ellas.
Immanuel Kant. Crítica de la razón pura.
1. Según el texto, ¿Cómo se explica mejor el conocimiento, suponiendo que la iniciativa
la tiene el sujeto o el objeto?¿Por qué?
2. ¿Por qué considera Kant que su nueva forma de entender el conocimiento se puede
comprara con la aportación que hizo Copérnico en astronomía?
TEORÍA: Teorías de la verdad

Todos usamos continuamente el término verdad. Sabemos qué quiere decir que algo es
verdadero o que algo es falso. Sin embargo, definir el concepto no es algo fácil (cosa que suele
pasar con muchos términos, y más aún con los filosóficos). Inténtalo y te darás cuenta.
Etimológicamente, el término verdad viene del latín veritās. Los griegos, en cambio, usaban
otra palabra, alétheia, que quería decir "sin velos, desvelado".
Desde un punto de vista ontológico, lo verdadero es lo real, lo que acontece u ocurre de hecho
en el mundo. Lo que es el caso.
Pero, ¿cómo sabemos qué es real y qué no lo es? ¿Cómo distinguimos lo verdadero de lo
falso? A poco que hurgamos un poco, nos damos cuenta de que el concepto de verdad suele
tener más que ver con la epistemología que con la ontología. El problema con la verdad
estriba más en poder entender cómo podemos alcanzarla, descubrirla, desvelarla (recuerda
lo que acabamos de decir sobre el término griego).
Desde antiguo los filósofos vienen diciendo que lo verdadero y lo falso no son las cosas, sino
lo que se dice sobre ellas. Aquello que afirmamos como verdadero es lo que se afirma o niega,
se dice o se piensa sobre algo...en definitiva, la verdad no es una propiedad de la realidad,
sino de los juicios (enunciados, proposiciones...) que hacemos acerca de la realidad.
Lo que nos interesa, y lo que trataremos de hacer a continuación, es averiguar bajo qué
criterios decimos de algo que es verdadero. Distintos filósofos han buscado el criterio de
verdad, aquél capaz de explicar de forma precisa qué hace falta para decir de un enunciado
que es verdad. Sin embargo, lo cierto es que es esa una tarea prácticamente imposible.
Algunos de los siguientes criterios han sido asumidos por distintas sociedades y pensadores.
Pero, si analizamos todo aquello que creemos cierto, que tomamos como verdad, veremos
que no usamos uno solo de estos criterios, sino que tomamos por verdaderas (generalmente
de forma inconsciente) algunas afirmaciones basándonos en un criterio, y en otras ocasiones
en otro. Pero, ¿tiene esto sentido? Si partimos de la base de que la realidad es una y sólo una
(algo que también es discutible), ¿no debería haber un criterio único que nos permitiese
acceder a ella?
·CRITERIOS DE VERDAD
1) La verdad como correspondencia. El criterio de la verdad como correspondencia sostiene
que una afirmación es verdadera cuando lo que se dice se corresponde con la realidad. La
verdad será, por tanto, una adecuación entre el entendimiento y las cosas. Este criterio viene
a coincidir con la idea comúnmente aceptada de lo que decimos de algo que es verdad.
Autores como Aristóteles, Santo Tomás o Wittgenstein han defendido este criterio de verdad.
2) El criterio de la verdad como evidencia. Afirma que algo es verdadero cuando nos resulta
absolutamente imposible dudar de ello. Aquello que, si se ha entendido de la manera
adecuada, no se tendrá otro remedio que aceptar. Uno de sus defensores fue Descartes, quien
tomó su "pienso, luego existo", como la Verdad Primera de su método, debido a la
autoevidencia de la afirmación.
3) La verdad como coherencia. Defiende que un enunciado es verdadero cuando no es
contradictoria con ninguna otra afirmación que ya ha sido tomada por verdadera. Es un
criterio muy utilizado en el ámbito de las ciencias formales (lógica y matemáticas).
4) El criterio de verificabilidad. Se toma por verdadero aquello que, al contrastarlo con la
realidad, se corresponde con ésta. Se aplica muy a menudo en el terreno de las ciencias
experimentales.
5) La verdad como consenso. Se toma por verdadero aquello que es admitido por una
comunidad a través del diálogo y el debate racionales. El filósofo Jürgen Habermas defendió
este criterio de verdad. Hoy día las verdades científicas son establecidas siguiendo este
criterio por expertos que han seguido una determinada metodología y han logrado un cierto
consenso.
6) El criterio pragmático o utilitarista. Según este criterio lo verdadero y lo falso se
determinan atendiendo a las consecuencias prácticas que se derivan de aceptar algo como
verdadero. Si aceptar algo resulta útil, ventajoso, provechoso o eficaz, porque, por ejemplo,
nos permite avanzar en nuestras investigaciones, u orientarnos mejor en la realidad, se
tomará por verdadero. Esta teoría fue defendida por William James y otros filósofos
pragmatistas en el siglo XIX.
7) La verdad como tradición. Se toma por verdadero aquello que ha sido admitido por la
comunidad a la que uno pertenece. Esta teoría resulta difícil de mantener ante la crítica
filosófica, sin embargo, muchos conocimientos se han tomado y se toman por verdaderos
amparados por ella.
8) El criterio de autoridad. Se toma por verdadero aquello que procede de una entidad a la
que se concede crédito por su conocimiento en determinada materia. Como le ocurría al
criterio basado en la tradición, es fácil darse cuenta de que no es un criterio que se pueda
defender con firmeza y que nos asegure alcanzar conocimientos firmes e indudables. Sin
embargo, en los último siglos de la Edad Media, la filosofía occidental asumió este criterio en
lo tocante a la filosofía de Aristóteles. Podríamos poner muchos más ejemplos: los seguidores
de una ideología muy marcada con respecto a su ideólogo o sus líderes políticos; los
creyentes respecto a sus textos sagrados o líderes religiosos; los estudiantes cuando su
profesor les transmite conocimientos; o, casi cualquier persona que cree algo porque ha sido
dicho por un experto en la materia.
TEORÍA/PRÁCTICA: ¿Por qué creemos lo que creemos?
·CREENCIAS
Una creencia es el estado de la mente en el que un individuo supone verdadero el
conocimiento o la experiencia que tiene acerca de un suceso o una idea.
Las fuentes de las que provienen las creencias pueden ser:
- Externas, cuando se originan a partir de explicaciones culturales recibidas para la
interpretación y comprensión de ciertos fenómenos y la comprensión determinada de ciertos
discursos.
- Internas, cuando surgen del propio pensamiento, experiencia y convicciones.

Por su parte, las creencias externas:


- Se generan por la tendencia a la interiorización de las creencias de la gente que nos rodea y
la imitación de su conducta, sobre todo si ésta viene avalada por el éxito social. Es algo
fundamental durante la infancia en la formación de la personalidad del niño. Así suele ocurrir
con las creencias culturales, políticas y religiosas.
- Las creencias no son siempre voluntarias pues los individuos necesitan asociar su
experiencia de la realidad con unas creencias racionales como teorías que eviten los
conflictos cognitivos y justifiquen los comportamientos. El refugio en la colectividad o en el
“sentido común” de la tradición así como la seguridad en el sometimiento a la norma
impuesta por el grupo, el "jefe" o los que mandan, juega en ello un papel primordial.

Los seres humanos no podemos elegir lo que creemos. No podemos evitar creer lo que
creemos. A veces esa imposición es racional, o autoevidente, pero muchas otras veces, son las
emociones las que imponen una creencia.

·(extractos de un artículo de Fernando Pinto para Confilegal)


En 2017 se realizó en Estados Unidos un sencillo experimento que pretendía demostrar las
limitaciones del razonamiento humano. Los investigadores mostraron a los voluntarios dos
fotografías.
La primera reflejaba la toma de posesión de Barack Obama en 2009 como presidente de los
Estados Unidos.
Se trataba de una foto aérea de la National Mall, la avenida que une el Congreso con la Casa
Blanca. Según estimaciones oficiales, aquel día había alrededor de 1.800.000 personas. La
segunda fotografía reflejaba ese mismo momento en 2017.
En esta ocasión, el protagonista era Donald Trump.
Las autoridades calcularon que aquel día se reunieron apenas 700.000 personas. Tras
exhibirles las dos fotografías, se preguntó a los voluntarios en cuál de ellas veía a más gente.
El 15% de los votantes de Trump dijo que había más gente en la foto de 2017 lo que, a todas
luces, constituía un error manifiesto.
¿Cómo era posible?
¿Acaso los votantes del republicano tenían algún problema de visión?
¿O alguna disfunción cerebral que les impidiera constatar un hecho tan objetivo?
El estudio concluyó que, cuando se tratan temas sensibles (religión, política, ideología), la
razón pierde peso en favor de las emociones.
Si el 15% de los votantes de Trump hubiera dicho que había más gente en la foto de 2009,
estarían reconociendo que su candidato era menos popular y, en definitiva, mucho menos
querido por la sociedad estadounidense.
Y, lógicamente, eso ponía en tela de juicio su propia identidad como votantes.
“Creemos ver el mundo, pero lo que vemos no es sino el marco de la ventana por la que lo
miramos”, solía decir el filósofo Wittgenstein.
Es decir, cualquier creencia errónea podría destruirse mediante un razonamiento lógico
acerca de su equivocación. Sin embargo, el experimento de las fotografías y otros muchos que
se han realizado demuestran más bien lo contrario: la decisión sobre si una afirmación es
verdadera o falsa es emocional.
Para defender nuestra visión del mundo, vamos razonando de forma inconsciente,
descartando unos datos y recogiendo otros, en la dirección que nos conviene para llegar a la
conclusión que nos interesa.
Al parecer, nuestro cerebro crea una experiencia emocional a partir de una creencia.
Cuando esa experiencia es positiva, se graba en nuestro cerebro como si tratara de un sabor
agradable. Cada vez que nos ofrecen argumentos que refuerzan nuestras creencias,
experimentamos esa sensación placentera.
En cambio, los argumentos contrarios nos generan una sensación de inquietud y temor.
Por tal motivo, estamos cegados a los hechos objetivos cuando demuestran el error de
nuestro planteamiento.
Así, por ejemplo, en la política, se ha demostrado que a medida que un ciudadano adquiere
mayores conocimientos políticos, más sesgada es su lectura de la realidad a favor de sus
posiciones.
Por tal motivo, los “cazadores de mentiras” de los líderes políticos apenas tienen impacto en
el resultado final de las elecciones.
·SESGO DE CONFIRMACIÓN
El sesgo de confirmación o sesgo confirmatorio es la tendencia a favorecer, buscar,
interpretar, y recordar, la información que confirma las propias creencias o hipótesis, dando
desproporcionadamente menos consideración a posibles alternativas. El efecto es más fuerte
en publicaciones con contenido emocional y en creencias firmemente enraizadas. También
tienden a interpretar que las pruebas ambiguas apoyan su postura existente.
Éste sesgo nos hace darle validez a los hechos o interpretaciones que confirman nuestras
creencias previas, y despreciar u ignorar aquéllos que las contradicen.
Hay ejemplos muy sencillos de ver en los demás, aunque lo realmente difícil es ser capaz de
reconocer cuando nosotros mismos nos estamos dejando llevar por él. Ejemplos:
-La inmensa mayoría de las supersticiones provienen de este sesgo. Alguien puede afirmar
algo sin ninguna validez contrastada como que pasar bajo una escalera trae mala suerte, pero
habrá quien se lo crea y confirme constantemente su teoría, porque recordará por siempre
aquél día que pasó bajo una y unas horas más tarde sufrió un accidente, pero olvidará las
decenas de veces en las que lo hizo y no ocurrió absolutamente nada. Lo mismo ocurriría con
el horóscopo y todas las pseudociencias.
-Esto es especialmente acuciante y peligroso cuando se trata de temas éticos y sociales. Quien
tiene una ideología muy marcada, tiende a creer cualquier información que apoye su doctrina
(incluso aunque resulte inverosímil o difícilmente creíble) y a rechazar por falsa o ignorar la
información que contradiga sus ideas. Puede ser muy interesante ver varios ejemplos
evidentes de doctrinas contrarias para ver cómo nadie se libra de ello.
·Por ejemplo, hace años se viralizó un vídeo en el que Albert Rivera (por aquél momento líder
de Ciudadanos) recibía de forma disimulada algo en la mano. Se hizo creer que estaba
recibiendo droga, algo que cuadraba con otras imágenes que previamente se habían
difundido de él con los ojos rojos, la mandíbula aparentemente desencajada, etc. El caso es
que los detractores de Albert Rivera y su partido no dudaron en difundir el vídeo por redes y
whatsapp, y muy pocos de ellos se planteaban ¿Es real o un montaje? ¿Será realmente droga
lo que está recibiendo? ¿Tiene realmente sentido que un político famoso decida hacer un
intercambio de este tipo a plena luz del día en una plaza llena de gente y con móviles a su
alrededor grabándole? Obviamente, lo que le pasaron no fue droga, como demostraba el
vídeo completo sin cortar. Junto a Rivera, en todo momento, se veía a un guitarrista tocando y
cantando. Albert quería darle dinero al músico, y no llevaba encima la cartera, así que un
ayudante le dio un billete de forma disimulada para que, al acabar la actuación, todo el
mundo viese cómo Albert Rivera le daba dinero a un músico callejero. Por supuesto, los que
habían hecho circular el vídeo cortado no hicieron lo propio con el vídeo sin cortar, por lo que
la reputación ya estaba dañada. Es más, si se preguntaba a alguna gente sobre el tema,
echaban balones fuera y decían cosas como "bueno, bueno, quizá en ese momento no, pero
está claro que Rivera consume drogas".
·En un caso muy similar, más o menos en la misma época, circulaba una imagen de Pablo
Iglesias, líder de Podemos, con una frase que pretendía ser suya y que venía a decir algo así
como que, si él llegaba al poder, prohibiría las procesiones de Semana Santa y las Fallas de
València. La imagen se hizo viral, y sirvió para que muchos detractores hicieran campaña en
su contra afirmando que quería acabar con algunas tradiciones nacionales y regionales
(nótese cómo en este caso se ataca a algo tan emocional como la religión y la fiesta típica de
ciertas regiones). Por supuesto, esa frase jamás fue pronunciada ni insinuada por Iglesias, ni
hay registro alguno de ninguna entrevista o vídeo donde haya dicho algo así. Una conocida
web de desmontar bulos informativos así lo hizo saber, pero, de nuevo, el daño ya estaba
hecho y la gente que había compartido la imagen falsa en ningún momento vieron la
necesidad de compartir la noticia que la desmentía. Quienes rechazaban a Iglesias y a sus
ideas no dudaron en creer que aquello era real, pues confirmaba sus creencias previas sobre
el supuesto extremismo del político. Mientras que, entre quienes eran más cercanos a sus
ideas, sí que era más habitual que la imagen les crease una disonancia cognitiva y que
tratasen de averiguar si aquello era o no real.
·Otro ejemplo, para acabar, lo podemos ver en quienes defienden que la serie Los Simpsons ha
predicho en varias ocasiones el futuro. Magnifican cualquier parecido de la serie con la
realidad, y pregonan las ocasiones en las que la serie se ha asemejado a lo que ha acabado
ocurriendo, ignorando las cientos de miles de escenas en las que han dicho cosas que no se
han parecido ni remotamente al futuro.
VÍDEO SESGO CONFIRMACIÓN: https://www.youtube.com/watch?v=YjNwpzZZQ1I

1. Cuando las creencias de una persona han sido producidas, no racionalmente, sino
debido al sesgo de confirmación, éstas no son conscientes. A ti y a mí también nos
pasa... ¿Crees que estudiar esta cuestión puede ayudarnos a prevenirnos contra él?
¿Por qué?
2. Di algún ejemplo personal en el que tú te hayas dejado llevar por este sesgo.
3. Según el vídeo, ¿Qué busca nuestra mente? ¿La verdad u otra cosa?
4. ¿Qué cosas propone el vídeo para no caer en las redes del sesgo de confirmación?
· VÍDEO TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

Observa atentamente este vídeo sobre el tema que estamos tratando (epistemología), y haz
un resumen de las distintas teorías del conocimiento que se mencionan.

https://www.youtube.com/watch?v=w21qIq4AY14

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