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Problemas de Violencia Escolar
Problemas de Violencia Escolar
respecto a la sensación de malestar, inconformidad e inseguridad que han dejado los recientes
conflictos de agresiones al interior de nuestra comunidad escolar.
Cabe señalar que durante este año, se han vivido tres episodios de violencia al interior de nuestro
colegio, los que se han viralizado a través de las redes sociales y han afectado de manera directa e
indirecta a todos los integrantes de nuestra comunidad educativa.
Frente a esto, lamentamos la decepción de aquellos apoderados, que apelando a las antiguas normas
escolares en donde existía la expulsión inmediata de cualquier estudiante que estuviera involucrado
en este tipo de faltas, aclaman castigos ejemplificadores a los alumnos que comenten estas acciones.
Cabe recordar que a partir de la entrada en vigor de la Ley de inclusión escolar (promulgada en mayo
de 2015) las medidas disciplinarias deben acotar su actuar a las normas legales que las regulan y que
son fiscalizadas por la Superintendencia de Educación.
Por lo tanto, es nuestro Manual de Convivencia Escolar el documento que regula las acciones de
todos los actores de la comunidad educativa y este Reglamento el que determina las medidas
disciplinarias a tomar. En conclusión, las acciones disciplinares no dependen del deseo o voluntad de
las autoridades del establecimiento, ni tampoco la de aquellos apoderados que claman culpables y
castigos.
Ahora bien, frente a cada falta (leve, grave y/o gravísima) ocurrida en lo que va del año escolar, y que
han transgredido lo establecido en nuestro manual de convivencia, nuestro colegio ha actuado de
acuerdo a lo señalado en la normativa vigente (pág. 25 – 29 manual de convivencia). Medidas que no
se pueden hacer públicas por resguardo a la privacidad y por tratarse de menores de edad.
Cabe señalar el trabajo permanente de convivencia escolar por fomentar el compromiso por un
entorno basado en el trato amable y respetuoso de los miembros de la comunidad educativa. De
esta manera, se implementó una jornada de análisis del reglamento de convivencia, la que culminó
con un decálogo que comprometió acciones concretas de los mismos estudiantes en favor del buen
trato y el respeto a las normas establecidas. Así también, se desarrolla un trabajo planificado en
clases de orientación las que refuerzan valores importantes para el buen vivir. Finalmente, señalar la
intervención del equipo de psico-orientación en algunos niveles educativos, atendiendo temas
transversales que aportan a la convivencia escolar.
Respecto a los criterios para aplicar las medidas disciplinarias, cabe señalar:
“Toda sanción o medida debe tener un carácter claramente formativo para todos los involucrados y
para la comunidad en su conjunto.
Será impuesta conforme a la gravedad de la conducta, respetando la dignidad, edad y madurez de
los involucrados, y procurando la mayor protección y reparación del afectado(s) y la formación del
responsable(s), así como el desarrollo emocional y las características personales de los estudiantes.
Asimismo, en la aplicación de estas medidas deberá resguardarse el interés superior del niño y el
principio de proporcionalidad, no discriminación arbitraria y gradualidad, entre otros principios
formativos del procedimiento”.
Lamentablemente, estamos ante una sociedad afectada por los altos niveles de violencia que se
evidencian a diario y en los diversos ámbitos de nuestra cotidianeidad. Por lo tanto, somos TODOS
los adultos integrantes de la comunidad educativa, los llamados a trabajar y aportar a favor de la sana
convivencia.
No podemos olvidar que el primer y principal agente educativo es la familia, ya que es en ese espacio
donde se aprende las normas de comportamiento y los principales valores que acompañarán el
crecimiento y desarrollo de nuestros estudiantes. Los que posteriormente son reforzados por la
escuela.
Por lo tanto, para lograr nuestros objetivos de mejorar la convivencia escolar y reforzar la forma
adecuada de solución de conflictos: “requerimos del apoyo de la familia para asumir la formación
disciplinaria como una tarea compartida. Asumimos que, en la medida en que el estudiante perciba
una mayor coherencia entre la disciplina del hogar y del colegio, interioriza de mejor manera el
respeto por las normas de convivencia”.
Finalmente, esperamos que esta instancia también se aproveche como un espacio de comunicación
y reflexión al interior de la familia, para reforzar los valores y las normas de comportamiento, que
ustedes han entregaron a sus hijos. Asimismo, hacemos el llamado a evitar frases habituales de los
mismos padres que les indican a sus hijos: “tú no dejes que te hagan nada, así que defiéndete no
más”, ya que con este tipo de comentarios, solo estamos avalando la violencia que tanto criticamos.