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El 

poder legislativo o legislatura es una asamblea deliberativa que tiene la


exclusiva autoridad para crear leyes para una entidad política como un país o
ciudad, además de administrar el presupuesto del Estado. Las legislaturas forman
parte importante de la mayoría de los gobiernos; en el modelo de separación de
poderes, se contrasta con las ramas ejecutiva y judicial del Estado y a la vez
responsable de controlar sus acciones en consonancia con las disposiciones
constitucionales.
Las leyes promulgadas por las legislaturas se conocen como legislación. Las
legislaturas observan y dirigen las acciones de gobierno y generalmente tienen
autoridad exclusiva para modificar el presupuesto o los presupuestos involucrados
en el proceso.
Los miembros de una legislatura se llaman legisladores. En una democracia
representativa, los legisladores son elegidos popularmente de manera directa, en
otros regímenes se utilizan las elecciones proporcionales y el nombramiento por
parte del ejecutivo también es usado, particularmente para las legislaturas
bicamerales que presentan una cámara alta.
Montesquieu propuso, en su libro El espíritu de las leyes, que era necesario que
las funciones del Estado se dividieran y separaran entre distintos poderes
(legislativo, ejecutivo y judicial), para que mediante los arreglos de las
características el poder se autocontrole, a fin de evitar la tiranía.

El poder judicial es un poder del Estado encargado de impartir Justicia en una


sociedad. Es uno de los tres poderes y funciones primordiales del Estado (junto
con el poder legislativo y el poder ejecutivo), mediante la aplicación de las normas
y principios jurídicos en la resolución de conflictos. Por «poder», en el sentido
de poder público, se entiende a la organización, institución o conjunto de órganos
del Estado, que en el caso del poder judicial son los órganos judiciales o
jurisdiccionales: juzgados y tribunales, que ejercen la potestad jurisdiccional, que
suele gozar de imparcialidad, autonomía y poder absoluto dentro de la ley.
Según la teoría clásica de Montesquieu de la separación de poderes, que
distingue entre poder legislativo, ejecutivo y judicial, la división garantiza
la libertad del ciudadano. Montesquieu compuso su teoría después de un viaje
a Inglaterra en donde interpretó que un poder judicial independiente puede ser un
freno eficaz del poder ejecutivo. Bajo esta separación de poderes, nace el
llamado estado de derecho, en el cual los poderes públicos están igualmente
sometidos al imperio de la ley. El poder judicial debe ser independiente para poder
someter a los restantes poderes, en especial el ejecutivo, cuando estos
contravengan el ordenamiento jurídico y convertirse en el encargado de hacer
efectivo la idea del Derecho como elemento regulador de la vida social.
Poder ejecutivo
En ciencia política y derecho, el poder ejecutivo es una de las tres facultades y
funciones primordiales del Estado. Se distingue así del poder legislativo, que
aprueba o deroga leyes, y del poder judicial, que las interpreta, hace respetar o
invalida.
El poder ejecutivo es el responsable de la gestión diaria del Estado, concibe y
ejecuta políticas y leyes que tienen que ser aplicadas; representa a la nación en
sus relaciones diplomáticas; sostiene a las fuerzas armadas y en ocasiones
aconseja con respecto a la legislación. En los estados democráticos, el poder
ejecutivo está considerado como administrador y ejecutor de la voluntad popular a
la cual representa y de la que debe ser su más firme garante.

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