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PER TUTA

LA VITA

BASADA EN HECHOS REALES


Más que una biografía de mi vida quiero darles a conocer una
historia de amor, un amor que trascendió los años, la religión, las
críticas, las dificultades, la realidad…, un amor que prometimos
mantener toda la vida.
Yo, quien narra la historia soy Wilson Javier Pérez Corzo, al
momento en que escribo esto tengo 17 años, quiero que memoricen
muy bien ese número.
Nací en Bucaramanga, Santander, una reconocida ciudad de
Colombia. Soy el mayor de tres hijos.
Viví una infancia tranquila, “normal”. Los golpes y castigos de mi
madre y su fuerte carácter me formaron para convertirme en el
hombre que soy hoy.
Desde muy chico empecé a comportarme como alguien mayor (cosa
que tomará importancia mas adelante), la gente me trató desde los
14 años como alguien maduro, mi forma de ser, mi responsabilidad
y demás “virtudes” si se les puede llamar así, les hacía ver que yo
era alguien que tenía un nivel de educación y respeto superior al de
otros jóvenes.
Era el año 2020, un año difícil para todos y en aquel mismo año se
profundizó en mi el llamado de Dios al sacerdocio. Ese año dejé mi
casa, mis padres, mis amigos, mi colegio y demás cosas mundanas,
para seguir fielmente a Dios.
Antes de seguir con la historia es necesario que yo les cuente unos
grandes detalles que me llevaron a tomar la decisión de abandonar la
ciudad que me vio crecer e irme a un lugar totalmente desconocido
con la esperanza de encontrarme con el creador de todas las cosas.
Para poder entender los siguientes hechos, deben saber que vengo de
una familia que ha vivido toda la vida en el campo.
Todo comienza en el año 2016, cuando por decisión y esfuerzo de
mi madre, entré a estudiar en un colegio muy popular de
Floridablanca- ciudad conocida a nivel nacional por sus dulces.
Admito que fue un gran cambio para mí, toda la vida había
estudiado en una escuela veredal y en aquel entonces la educación
era decadente en comparación con los grandes y prestigiosos
colegios del pueblo. Se que mis padres me dieron lo mejor, dentro de
las posibilidades de ellos y les estoy inmensamente agradecido por
todos sus sacrificios, no me quejo en estos momentos de la
educación que recibí, porque sé que me criaron conforme a lo que
ellos consideraron correcto.

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