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SERIE SALMOS

CONFIANDO EN DIOS A PESAR DE NUESTROS MIEDOS. SALMO 3

TEXTO

Muchos son, SEÑOR, mis enemigos;


       muchos son los que se oponen a mí,

y muchos los que de mí aseguran:
       «Dios no lo salvará». Selah


Pero tú, SEÑOR, me rodeas cual escudo;
       tú eres mi gloria;

       ¡tú mantienes en alto mi cabeza!



Clamo al SEÑOR a gritos,
       y desde su monte santo él me responde. Selah


Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar,
       porque el SEÑOR me sostiene.

No me asustan los numerosos pueblos
       que me acosan por doquier.

¡Levántate, SEÑOR!
       ¡Ponme a salvo, Dios mío!

¡Rómpeles la quijada a mis enemigos!


       ¡Rómpeles los dientes a los malvados!

Tuya es, SEÑOR, la salvación;
       ¡envía tu bendición sobre tu pueblo! Selah

SALMO 3

INTRODUCCIÓN

1. IDENTIFICANDO NUESTROS MIEDOS

Muchos son,  SEÑOR, mis enemigos;


       muchos son los que se oponen a mí,

y muchos los que de mí aseguran:
       «Dios no lo salvará». SALMOS 3:1-3

2. CAMBIANDO LA MIRADA DE LOS PROBLEMAS A DIOS

Pero tú, SEÑOR, me rodeas cual escudo;


    tú eres mi gloria;
    ¡tú mantienes en alto mi cabeza!

Clamo al SEÑOR a gritos,
    y desde su monte santo él me responde. 

Yo os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En este mundo tendréis aflicciones, pero ¡tened
ánimo! Yo he vencido al mundo. JUAN 16:33.

Dios me ha encomendado anunciar el plan secreto que tuvo escondido durante siglos y generaciones enteras,
y que ahora Dios ha revelado a los creyentes,  27  dándoles a conocer la gloria y la riqueza que este plan
encierra para las naciones. Me refiero a Cristo, que vive en vosotros y es la esperanza de la gloria.
COLOSENSES 1:26-27


Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar,
    porque el SEÑOR me sostiene.

No me asustan los numerosos pueblos
    que me acosan por doquier.

CONCLUSIÓN

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