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DR! Pame
DR! Pame
condición divina
no quiso hacer de ello ostentación,
sino que se despojó de su grandeza,
asumió la condición de siervo
y se hizo semejante
a los humanos.
Y asumida la
condición humana,
se rebajó a sí mismo
hasta morir por obediencia
y morir en una cruz» (Flp 2,5-8)23.
Para Pablo, esto es lo que Jesús hizo para expiar los pecados
de los paganos y restablecer la relación entre toda la familia
humana y Dios. Sigue siendo un misterio la razón exacta por la
que Pablo (y supuestamente otros seguidores de Jesús) llegó a
entender este acto particular realizado por este individuo parti
cular como capaz de lograr esta profunda reconciliación, pero
esto es lo que creía y lo que predicaba. La muerte de Jesús fue
considerada, evidentemente, como un medio de expiación, y
parte de esta expiación se logró por el hecho de que Jesús fue
obediente hasta morir y morir en una cruz. Jesús es el principal
actor en el camino hacia su muerte. La obediencia a Dios le
exige sacrificarse a sí mismo. Este es el gran acto de fidelidad
que consigue que Dios extienda su gracia a los paganos.
Así como los grandes actos de fidelidad de Abrahán y los
patriarcas hicieron posible que Israel disfrutara de la gracia de
Dios por el mérito de los padres, así también la fidelidad de
Jesús significa que Dios mirará favorablemente a las naciones y
no les hará rendir cuentas de su pecado acumulado. No fue la
fe de Israel en Abrahán la que le permitió gozar del favor de
Dios, sino la fe de Abrahán. El mismo tipo de sistema teológico
es el que opera con Jesús y los paganos5.
4 Sam K. W illiam s , Jesús Death as Saving Event: The Background and Origin
</(a Conrept, Harvard University Press, Cambridge 1975.
380 PABLO N O FU E C R IS T IA N O
5 En un escolio sobre Calatas 2,16, Lutero decía literalmente esto: «La justicia
es la fe en Jesucristo». Véase Alister E. M c G r a t h , lustitia Dei: A History o f the
Christian Doctrine ofjustification, Cambridge University Press, Cambridge 32005,
p. 223.
6 Ibíd., p. 220.
7 Por esta razón, la doctrina de la justificación por la te es expresada en la
tradición luterana como «justificación por la gracia m ediante la le».
JU S T IF IC A C IÓ N M H O IA N 'IT (K S U C R IS T O 381
* Las siguientes versiones inglesas traducen por «fe en Cristo»: NRSV, NIV,
NJB, CF.V, Good News. Extrañamente, la KJV traduce la frase por «fe en Cristo»
en Cfílalas, y por «fe de Cristo» en Romanos.
382 PABLO N O FU E C R IS T IA N O
a ser justo era una mala forma de religión. Para Lutero, el cato
licismo romano del siglo XVI era precisamente esa especie de
mala religión, pero el judaismo continuó siendo el paradigma
de la religión mala.
¿Cuál es, entonces, la distinción entre fe y ley? Primero, de
beríamos notar que Pablo nunca pone fe y ley en oposición di
recta; el contraste se afirma entre la «fe» y las «obras de la ley»,
donde «obras de la ley» se refiere a las exigencias de la ley10.
Segundo, y más importante aún, Pablo se está dirigiendo a pa
ganos. Debemos recordar siempre esto: ¡que se dirige a paga
nos, paganos y paganos! Lo que Pablo quiere decir es
simplemente que mientras que la posesión de la Torá por los
judíos les posibilitaba estar en buena relación con Dios, no po
día decirse esto mismo de los paganos. Lo que la Torá hace por
los judíos, lo hace Jesús por los paganos. La relevancia de la
oposición que Pablo describe no es una diferencia ontológica
entre la fe en Jesús y la observancia de la Torá, sino, más bien,
la diferencia de situación de los judíos y los paganos al abalan
zarse la historia a su final.
Aunque la Torá ha sido la posesión exclusiva de los judíos,
representa la norma con respecto a la que todos tienen que ren
dir cuentas, al menos teóricamente. Los paganos deberían ha
ber conocido lo suficiente para vivir según la ley de Dios,
aunque no estuvieran presentes cuando Dios entregó la Torá a
Moisés. Ya hemos visto que para Pablo la naturaleza humana
no es completamente depravada. Todos, judíos y paganos por
igual, tienen la misma capacidad para obrar el bien o el mal
(véase Rom 2,20). Puede que a los judíos se les haya «confiado
los oráculos de Dios» (Rom 3,2), pero todas las personas son
moralmente responsables —es decir, responsables según la ley de
Dios, y la ley de Dios es la Torá— Los judíos no poseen ninguna
naturaleza moral especial que los sitúe aparte de los paganos;
cada cual acepte el yugo del Reino de los Cielos primeramente y luego
acepte el yugo de los mandamientos”» {Berakhot2,2)n .