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MEDIOS REFRINGENTES DEL OJO

Cuando los rayos de luz se propagan en un medio transparente y llegan a


una superficie de separación con otro, también transparente, cambian la
dirección del recorrido. Si el ambiente de procedencia es menos denso
que el que ahora recorren, se aproximan a la perpendicular trazada en el
punto de incidencia (normal), alejándose de la misma en caso contrario.

En el ojo como instrumento físico las lágrimas, la córnea, el humor acuoso,


el cristalino y el humor vítreo actúan como medios a ser atravesados por los
rayos de luz, sus densidades y demás características propias inducen
modificaciones en la dirección de los rayos que las atraviesan. Ellos
constituyen los medios refringentes del ojo.

La lágrima es la primera superficie refractiva del ojo. Está formada por


elementos lipídicos, acuosos y mucinosos producidos por la glándula
lagrimal principal, glándulas sebáceas ubicadas en los párpados,
glándulas lagrimales accesorias de la conjuntiva y células caliciformes
ubicadas también en la conjuntiva.

La córnea forma la parte anterior transparente de la túnica externa del


ojo. Se encarga junto con la lagrima de la refracción del 60 a 70% de los
rayos de luz que llegan al ojo. En ella distinguimos una cara anterior
bañada por la lagrima y una cara posterior en contacto con las
estructuras internas del ojo.

El cristalino es una lente biconvexa transparente que se encuentra


suspendida en el el interior de ojo, funciona como 2 prismas unidos por la
base, ejerciendo un potente efecto convergente sobre los rayos de luz que
llegan a él después de haber atravesado la lagrima, la córnea y el humor
acuoso. Su potencia puede cambiar cuando el ojo necesita acomodar a
diferentes distancias.

El humor acuoso es un líquido transparente que llena la cámara anterior,


cumple funciones de nutrición de las estructuras del segmento anterior del
ojo y es responsable de la presión intraocular. El humor vítreo es un gel
que ocupa el espacio entre el cristalino y la retina en el segmento posterior
del ojo y contribuye de manera importante al mantenimiento de la forma del
globo ocular. Ambos medios participan en el enfoque final de los rayos
incidentes en la retina.

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