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PROYECTO DE CONTESTACIÓN DE SR.

FAUAD:

JUZGADO SEGUNDO DE MUNICIPIOS.

DE LA REPOSICIÓN DE LA CAUSA AL ESTADO DE NUEVA ADMISIÓN DE


LA DEMANDA POR NO HABERSE EXPRESADO EN EL AUTO DE
ADMISIÓN DEL TRIBUNAL LA CALIFICACIÓN DE LA ACCION, EL
MOTIVO POR EL CUAL SE DEMANDA.

Reforzando lo anterior, tenemos que en lo referente a los deberes del Juez en el


proceso relacionados con el Principio de Verdad Procesal y Legalidad, el artículo 12
del mismo Código de Procedimiento Civil, establece:

Artículo 12: “Los jueces tendrán por norte de sus actos la verdad, que
procurarán conocer en los límites de su oficio……Debe atenerse a lo alegado
y probado en autos, sin poder sacar elementos de convicción fuera de éstos,
ni suplir excepciones o argumentos de hecho no alegados ni probados por
las partes….”

Del análisis exhaustivo de las normas constitucionales y legales antes invocadas, se


desprende de una forma indubitada, clara y contundente, la majestad suprema de la
voluntad del peticionante, lo que conlleva a que su inobservancia, inaplicación o
error del organo jurisdiccional en la aplicación e interpretación de dichas normas, se
revierta inexorablemente en el menoscabo de sus derechos garantizados en las
mismas, por ello procede la nulidad del acto que haya sido dictado en estas
condiciones.
En este orden, el artículo 206 del Código de Procedimiento Civil vigente, referido a
la nulidad de los actos procesales, establece:
Artículo 206: “Los jueces procurarán la estabilidad de los juicios, evitando o
corrigiendo las faltas que puedan anular cualquier acto procesal. Esta nulidad no se
declarará sino en los casos determinados por la Ley, o cuando haya dejado de
cumplirse en el acto alguna formalidad esencial a su validez. En ningún caso se
declarará la nulidad, si el acto ha alcanzado el fin al cual estaba destinado”.
Esta norma tiene su asidero, en el sentido de que, los actos procesales, deben
realizarse bajo el cumplimiento de ciertas formas esenciales para que las mismas
sean válidas, no solo para cumplir con el esquema legal propuesto, sino para que las
garantías procesales de raíz constitucional como el debido proceso y el derecho a la
defensa sean cumplidas.
Por ello, toda actividad procesal o judicial necesita para su validez, llenar una serie
de exigencias que le permitan cumplir con los objetivos básicos esperados, esto es,
las estrictamente formales y las que se refieren al núcleo de dicha actividad. Sin
embargo, independientemente de cuales sean los variados tipos de requisitos,
ciertamente ellos dan la posibilidad de conocer cuando se está cumpliendo con lo
preceptuado por la norma, circunstancia que permite entonces conocer hasta donde
se puede hablar de nulidad o validez de los actos procesales.
Sobre el particular, la doctrina de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia, ha elaborado una teoría sobre las nulidades procesales que consiste en
indagar si el acto sometido a impugnación, satisface o no los fines prácticos que
persigue, pues desde la vigencia de esta norma, estableció la Sala, la obligación de
los jueces de examinar, si la violación de la legalidad de las formas procesales,
produce menoscabo en el derecho de defensa, para concluir si la reposición cumple
un fin procesalmente útil. (Sala de Casación Civil, Sentencia N° 345, de fecha 31 de
Octubre de 2000).

De la interpretación concatenada de las normas antes indicadas, bajo el mandato


jurisprudencial antes expresado, se evidencia claramente la importancia del
cumplimiento de los actos procesales tal como los ha establecido el legislador, más
aun cuando ha señalado que el accionante, como el caso que nos ocupa, tiene la
obligación de ejercer los actos que le son encomendados en la forma correcta.
Por otra parte, el artículo 212 del Código de Procedimiento Civil vigente, establece
que no podrán decretarse ni la nulidad de un acto aislado del procedimiento, ni la de
los actos consecutivos a un acto irrito, sino a instancia de parte, salvo que se trate de
quebrantamiento de leyes de orden público.
Cuando dicha norma señala, “…salvo que se trate de quebrantamiento de leyes de
orden público…”, allí encontramos presente las nulidades llamadas absolutas, las
cuales no podrán subsanarse, sino que indefectiblemente deberá ser el mismo órgano
jurisdiccional quien subsane dicha causal de nulidad.
Siendo ello así, no es potestativo del Tribunal entonces, declarar o no la nulidad del
acto, si se encuentra involucrado el orden público y hubo quebrantamiento de
normas de esta índole, jamás podrá considerarse que el acto ha alcanzado su fin, y
menos aún que las partes convalidaron tales actos, pues esto escapa de la esfera
jurídica de las partes y es netamente responsabilidad del órgano jurisdiccional como
garante del orden público procesal.
En consecuencia, en este escenario, la reposición de la causa es la institución
procesal creada con el fin práctico de corregir los errores de procedimiento que
afecten o menoscaben el derecho de las partes con infracción de normas legales que
señalen las condiciones que deben seguirse en el trámite del proceso.
DE LA CUESTION PREVIA PREVISTA EN EL ARTICUL0 346, NUMERAL
6°, DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL, EN CONCORDANCIA
CON EL ARTICULO 78 EJUSDEM, DE LA INEPTA ACUMULACION DE
PRETENSIONES
Del análisis del libelo de la demanda y del petitorio de la misma, el demandante deja
claro que el objeto de su pretensión es el desalojo del inmueble, y así lo expresa en
su capítulo II de la demanda, cuando textualmente dice:” …en acción de desalojo
para que convenga o de lo contrario sea condenado por este Tribunal…”, y también
una pretensión de cumplimiento de contrato como lo es el vencimiento del termino y
la prorroga legal.
En relación a tales pedimentos debe decirse que incurre el demandante en una inepta
acumulación de pretensiones, pues la pretensión de desalojo es de carácter extintiva,
ya que ella persigue poner fin al contrato por incumplimiento, en tanto que la
pretensión de pago de cañones insolutos implica una acción de cumplimiento.
Ambas pretensiones son contrarias entre sí, incompatibles por su naturaleza, no
pueden ejercerse en una misma demanda, ya que como lo señale anteriormente, el
desalojo es extintivo del contrato, el pago es simplemente una prestación de
cumplimiento que mantiene su vigencia; en uno u otro caso es permitido demandar
el pago de los daños y perjuicios a que hubiere lugar.
Que las pretensiones libeladas por un lado se aspira al desalojo, entrega del local o
conclusión del contrato existente, y por otro lado se pide el pago o ejecución del
contrato, es decir , su cump0limiento , en este caso de las obligaciones arrendataria,
o pago de cánones insolutos mensuales, es decir se aspira a hacer cumplir el
contrato, o sea que valida y refuerza lo constituido o existente , y de otro , busca su
extinción o desalojo, lo que significa resolver, terminar, liquidar o concluir la
relación contractual existente, precisamente, el incumplimiento o falta de pago
demandada, dicha petición es consecuencia típica de la resolutoria de la relación
existente, mientras que el pago de cánones insolutos, es afirmatoria o constitutiva,
pues exige su cumplimiento, y es allí donde reside la contradicción y oposición entre
ambas peticiones.
Se solicita que sea declarada con lugar la cuestion previa contemplada en el artículo
346, numeral 6°, del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo
78 del mismo Código, o sea la inepta acumulación de pretensiones, por cuanto la
presente delación constituye materia de eminente orden público, y así ha están
establecido las distintas salas del Tribunal Supremo de Justicia.
Que la sala constitucional en sentencia N° 3.584, de fecha 06 de diciembre de 2005,
caso V.B. de R. y otros; de la misma sala Constitucional en expediente N° 04-2930,
de fecha 05 de abril de 2006, con ponencia del Magistrado J.E.C.R.; de la Sala de
Casación Civil, en sentencia N°: 009 del 27 de abril de 2000, M.P.D.C.O.V.; de la
misma Sala de Casación civil en sentencia N° 00370, de fecha 7 de junio de 2005; y
de la Sala Político Administrativa en sentencia N° 1812 de fecha 3 de agosto de
2000, expediente n° 15.222 con ponencia del Magistrado L.I.Z..
Que para dar por concluido el tópico referente a la inepta acumulación de
pretensiones en la presente causa, pido que la presente defensa sea declarada
procedente en la sentencia definitiva, tal y como lo estableció recientemente la Sala
constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia N° 346, expediente N°
10-1045, de fecha 05 de mayo de 2014, ratificando la misma Sala las sentencias N°
1.720 del 15 de julio de 2005, la sentencia N° 4,240 del 9 de diciembre de 2005, y la
sentencia N° 338, de fecha 1 de marzo de 2007.

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