Está en la página 1de 23
Jesus Ignacio Mora Echeverrta* Los calendarios tenochcea y tlatelolca: una reconsideracién de la hipotesis de Paul Kirchhoff ‘A mi entrafable amigo Juan Riqué Flores In menorian En tos estudios acerca del calendario mexica y su correlaci6n con el calenda- rio curopeo, intervienen de manera fundamental las fechas indigenas que las fuentes asignan a la primera entrada de Cortés a México- Tenochtitlan, el 8 de noviembre de 1519, asi como a la caida de esta ciudad el 13 de agosto de 1521. Como se sabe, todas las fuentes coinciden en que la conquista final de Méxi- co ocurrié en un dia 1 céatl,y la mayoria de ellas indica que la primera entra- da de Cortés a Tenochtitlan fue en el noveno dia del mes queckolli, pero dis- crepan en cuanto al dia del ‘onalpohualli que correspondié con este dltimo evento, asigndndole tanto el dia 1 ehécat/, como el 8 ehécatl. Hace casi medio siglo, Paul Kirchhoff hizo notar que todos los investigadores del calendario y Ia eronologia mexicas, desde Seler hasta Caso, han considera- do el registro del dia I ehécat! como ert6neo, limitdndose @ utilizar el otro y sin que aalguno de ellos se Je ocurriera la posibilidad de utilizar ambos; lo que les hubiera permitido reconstruir no sélo un calendario, sino dos, y establecer la correlacién entre ellos y el calendario europeo (Kirchhoff, 1954-1955:257). Lo que les impidi6 reconocer dicha posibilidad —continéa Kirchhoff— fue basicamente el hecho de que todas las fuentes sefialan que la conquista de México ocurrié en un dia llamado { eéatl, y puesto que se puede demostrar de un modo muy seneillo que las fechas I cfat! y 8 ehécatl son congruentes en- tre si, es decir, que pertenecen al mismo calendario, no les quedaba otro re~ curso que declarar como equivocada la otra, 1 ehécat/, por el prejuicio de con- siderar como axiomitica la existencia exclusiva de un solo calendario (op. cit: 257-258). Kirchhoff asever6 que ambas fechas son correctas y propuso como explicacién alternativa la existencia simultanea de dos calendarios, asignando 1a fecha 1 chécatl al calendario tenochca y !a fecha 8 ehévat! al tlatelolca. Para ello funda- * Dareceiby de imesaigacien y Conserveeion am iienonie arquedltgic, AlaoOsvOaUORA menté su explicacién en los siguientes puntos (op. cit.; 259-261): 1. Blandlisis del libro XII del Cédice Florentino, ‘que Sahagén dedica a la Conquista de Mé- ico, cuyos primeros 28 capitulos del texto nghuatl le parecen de redaccién tenochea, a diferencia de los 13 capiculos restantes que considera de redaccién tlatelolca. Es preci- samente en la parte que asume de tradicién tenochca donde se consigna la fecha I ehévat! yen la de tradici6n tlatelolea donde esta registrada 1 céatl. 2, Dado que las fechas de correlacién I ehéeatl = 8 de noviembre 1519 y I céat/ = 13 de agosto 1521 no pueden pertenecer al mismo calendario, Kirchhoff afirmé que correspon- den a dos, agregando que si 1 céat/ es una fecha tlatelolea, como deriva del punto an- terior, también lo es 8 ehécatl, fecha con la cual es congruente y se registra como pri- mera entrada de Cortés a México-Tenochti- tlan, tanto en los Anales de Tlatelolco como en la Séptima Relacién de Chimalpéhin, que también ororga preferencia a informaciones tlateloleas De esta manera, Kirchhoff concluye que el ca- lendario reconstruido por Alfonso Caso, con base en las fechas 1 céatl y 8 ehécatl, no es el calendario tenochea, sino el tlacelolca, preci- sando que los tenochca y los tlatelolea usaban calendarios distintos, aunque basados en los mismos principios: Para los fas, ambos empleaban los mismos nombres y 6stos seguian un orden igual y el primer dia de su afio Hevaba el mismo nombre en ambos calendarios. Pero esto no obstanté llevaba cada dia solar un nombre dis tinco.en un calendatio y otro: aun cuanda el aha pri. cipiaba por un dia del mismo nombre, en la realidad era tun dia diferente (op. cit:262). En éste [calendario te~ rnochea] el afo I cat (1519] también principiaba por el dia 6 ocent! pero por el mes Ardcahualo; y en €l, el rnoveno dia del mes Quechllino se larnaba 8 hic! sino 1 ehéeal (op. t:259). Esta reconstruceién del afo 1 deatl, agrega, esta mejor fundada que el reconstruido por Alfonso Caso, pues evidentemente no se trata de una combinacién de datos tomados de distintas Fuentes, una que indica la posicién de un dia en su mes y otra que da el mes por el que co- menzaba el afo, sino de una sola, que en unos cuantos parrafos que claramente provienen de la misma tradicién histérica [tenochca], pro- porciona los datos necesarios y suficientes para ese propasito; es decir el nombre del afto y del mes por el cual comienza, asi como el nombre de un dia y su posicién en un mes determinado (ibidem.), Kischhoff se refiere al Cédice Florenti- no el texto que considera es el siguient ‘Yhe aqui la cancidad de dias en que los espatioles es tuvieron en México. Entraron el dia 1 eka y en el aio del signo 1 deat, en la vispera de 10 Quecholy al haberse quedada un dia Fue 2 cll, exaceamente 10 Quechol.Y al haber Negado el termino de Qui, el sia festivo propiamente dicho, sigue despues la esta Panuetcalizti, veince dias. Después sigue Atemoet, veinte dias también, después sigue Til, veinte dias también, después sigue Jaca a festa final, veince dias también. Comienza entonces el reing de los cin «ons que se llaman renontei-Y cuando fs cinco dis estan terminados, empieza Atlahualo 0 Quabuilhua Entonees se encadenan los aos, entonces empieza el fo nuewe! Kirchhoff advierte que su hipotesis tiene dos aspectos que es indispensable distinguir, pues si bien le resulta indudable que se crata de dos calendarios distintos, acepta que tales calenda- rigs sean el de los tenochea y el de los tlatelol- ca enfrenta alguna dificultad, pues entonces la ipida de la dedicaci6n del templo de Huitzilo- poche resultaria tlatelolca y no tenochea, como asume Alfonso Caso, siempre que se admita el supuesto de que el dia registrado en ella, 7 deatl del ato 8 deal (1487), fue el vigésimo dia del mes Panguetsaliati (op. cit: 262-263). Por razones que parecen obvias, el plantea- miento de Kirchhoff fue eriticado y rechazado por Alfonso Caso, quien para ral propésito uti- rchrof inaica que es ctandeo la versién castetana en ka nde 1938, dela racucedn del nhs vata por 23+ ENERO-JUN 2000 liz6 los siguiences argumentos (1967:48 y 67, ccursivas méas): Kirchhoff sostuvo en la misma Mesa Redonda (ss, 1955] y antes lo habja sostenido [1950], que la va cin entre los calendarios del México Central, no sélo consistiaen el mes por el que principiaba el af, sino también variaban en cuanto al nombre de cada dia, de tal modo que el 13 de agasto de 1521 no se Hamma 1 atatl en todos los calendars, y esto en ciudades can cercanas como Tenochtitlan yTiateloleo, que en el mo- mento de la Conquista pricticamente no forraban sino una sola ciudad. Esta opinin de Kirchhoff nos parece insostenible pues no existe ninguna fuente que diga tal cosa, y por otra parte resultaria bstanc inexplicable que pueblos ran le- jianos de los mexicanos, no sélo en el espacio sino en la cculeura, como los quichés y cakchiqueles de Guatema- {a, os mixes de Oaxaca, los popolocas de Puebla y los ‘matlatzincas de Michoacin, conservaran para un dia el mismo nombre que los tenacheas, y que en cambio los tatetoleas, sus mis prximos vecinos, conectados es- trechamente con ells, diftieran en el modo de deno- ‘minat los das de acuerdo can el tonalpobuall {...] Kirchhoff eree que la lépide de la dedicaci6n es un ‘monumnento tlatelolea que comprucba mi cortlaciés, pero que éta es verdadersparalostlateloleasy no para tos tenocheas. Ya hemos dicho que es may improbable que dos pueblos que formaban una sla ciudad, tuvie- ran calendarios diferentes; pero en este caso, na encan- ‘ramos en la piedra ninguna indicacién de que sea un ‘monumento taelola, ues ios dos reyes que aparecen son tenocheas y no hay entre los atiguos comentarios, por ejemplo el de Ramivez 0 el de Orazcoy Bere nin- i6n de que esta ipida proceda de Ts Los argumentos que expone Alfonso Caso apa- rentan ser de fondo y absolutamente contun- dentes, por ello la hipétesis planteada por Kirchhoff se ha ignorado como objeto de inves- tigacién en todos los estudios del calendario mexica, en algunos de los cuales se sigue “refu- tando” mediante la simple y acritica repeticién de la argumentacién original de Caso. Pero cabe preguntar si tales razonamientos son prucba indiscutible de que la conclusién a la ‘que se oponen es falsa. Indudablemente, no. AR QUEOLOGIA Solo se trata de consideraciones factibles, pero ‘en tigor, no prueban nada. Basta sefialar que Caso, cuando se refiere al principio del afo indigena en el México cen- tral, plantea la posibilidad de que en Tenoch- titlan y Tlatelolco se utilizaran calendarios di- ferentes (op. cit:39), en franca contradiccién respecto a lo que afirma contra e| plantea- miento de Kirchhoff. Y si bien es verdad que Jas fuentes callan acerca de maltiples y varia dos aspectos del calendario indigena, esto no significa, a fortiori, que son inexistentes 0 que no pueden inferirse mediante los datos que las fuentes si consignan. Si asi fuera, entonces la correlacién calendérica que sustenta el propio Caso resultarfa insostenible, pues en clla se hace corresponder el dia 9 (sic) de noviembre de 1519 con el dia 8 ehécatl 9° Quecholli, y para usar sus palabras, no existe ninguna fuente ‘que diga ral cosa. Ya Rafael Tena habia adver- tido que tal fecha ha sido aceptada por varios cestudiosos modernos con el fin de eludir a di- ficultad creada por datos aparentemente in- compatibles (Tena, 1987:45).! 2 Lacorelacon del ala 9 Ge noviemtre de 1519 con 8 aha? 5° Guecrot est plenemerse jusuicaca por Caso, a crise ra a sugerencia de Richard Long, que a ciferenca de un ois fre las echar ingens y europees que coneacioran i pr mera iegada oe Cortés a Tenocreiian y a ca de esta cudad {et & ge poviemibre de 1519 a 13 ae agesta de 1521 hay 645 Gas, en tanto que de 8 ara a1 caat/nay 644), puede expicase azcrabiemente la cuenta del la menca se vc baal mediodla y no a la medianache, coma ene calendar ‘exropen, por lo que el 8 de nowerrkye de 1519 se conetae conaia con dos las consecutiv det calendar nagena, especticamente 7 pacity 8 enécar Caso, 96 ot 53) sa explcacion hapotetica no es aceptada por todos fos 2 tucios, ya que se corsdera que la hore er que He ingaba cuenta eta caercirco mena sigue siendo un probierra ho resulta cle manera satidactona (cf Seaic, 1987 106}, Por fo dbo hacer nctar un dete que habia paseco inadvertdo hasta ef momento, e cual resuele ol problema espectico y confirm la sence de & exphcecién dada por Caxo. EI dato se fexcuenra en Cratobal ce Cast, Fragrnontas cela Hts ae lat mencares quen a (eferise a a primera tegada de tes esparotes a Meco Tenochutan aie, ues ben, cuando virion por prea vez, cuando en fon a gran palece de Mencolos espa |. en ia cuerea (els ahs we encortaba tarbién el mien | Acad Era vis era del ciécemo aa, acu lamaben esta de Quecholt [- oquechall y cuando amanecid, ercerces ya hve ev cece Al2O403R2 U0 FRA La objecién més fuerte al planteamiento de Kirchhoff es el hecho demostrado que la pro- yeecién de los calendarios indfgenas usados hoy dia en Guatemala hace coincidir el 13 de agosto de 1521 con el dia 1 eéatl; que es preci- samente el dia que las fuentes asignan en for- ‘ma undnime a la caida de México-Tenochti- tlan, Y I eéatl, como se ha dicho, es congruente con 8 ehécatl, no con I eh. Pero si lo anterior es evidencia irrefutable de ‘que los almanaques de uso actual en Guatena- Ja si estan alineados con el calendario recons- truido con base en las fechas 8 ehécatl y 1 cbatl, bajo ningtin concepto demuestra, como pre- tende Caso, la incorreccién de la fecha 1 ehécatl la supuesta imposibilidad de que en algunos calendarios del México antiguo el mismo dia solar pudiese recibir distinto nombre conforme al tanalpokuall. Apoyando el planteamiento de Kirchhoff, puede decirse que si se considera exclusivamente la autoridad de las fuentes, co- mo advierte Tena, las fechas 1 ehécatly 8 ehécatl aparecen como igualmente probables, pues por un lado estan los testimonios de Chimalpahin. (Tercera Relacién), Cristébal del Castillo y del Cédice Florentino, en canto que del otto se encuentran los del mismo Chimalpahin (Sépti- ace quectiont en forefoot estaba el a0 7 Cal fen Tena, op. 2:39, axsvas is). Fs deci, ques en elafo | dca (1519) ia cuenta inclgens 8 da se ned al amanecey, come lo precisa sn duda el tee ‘ado, enconces 8 de novierbve det mimo ao europe eceserarmerte s2correlacon6 con dos das del calendar Inaigera, como asever6 Caso. aunque en et catendana irwolur crac en esta fuerte esos das no son 7 pact) & ehdcat sino 13 cjpacty | ahead! Ese 2 e calendno que Krchhot ‘agra a os tenacneas. ‘A menos gue el ecto corsigere que se vata. ota vez. ce Un dato "“erdneo’ el fenta de Crsdbal cel Castitoresuelve a firiamenie en favor de Nlorso Caso y fa por tera3 exh «acter que ots autores Nan dado ala ciferencia calendlica ‘2e un da, squyenco fa intercatcon en et calencro niger de-un supiesto dla Diss (6F Casto Ferrera, 1971; Tera, 10 ct} Pero esto implica. que quede dao, ave as socie \dades del Méuco aniguo desconadevan un procedmienta stint para mantener su clendixioaineado can et ao tp 0, procedimiento que debe ser congruerte con el desrroto histricosecal prop, con ls sistemas y con ls formas que las sociedades cel Mésico araguo uaizaon para aprehender ne lecualmerte el univers [ef Flores, 1995, Mora Echeverr, 1997). ma Relacién) y de los Anales de Tlatelolco (Tena, op. cit:46). Por todo lo expuesto, €s indudable que la hip6- tesis planteada por Paul Kirchhoff est4 razona- blemente fundada y permanece sin refutacién ceptable, por lo menos desde los criterios que con esa finalidad se manejan en la investiga- cién cientifiea. Por ello, el propésito de este articulo es resaltar la necesidad de revalorar dicho planteamiento, pero no mediante juicios de autoridad, como ha sucedido hasta el mo- mento, sino mediante la contrastacién de las implicaciones de prueba que pueden derivarse de dicha hipétesi Por mi parte, expongo ala consideraci6n del lec- tor los resultados que obruve al contrastar el 5 Rafael Tena ese estucioso que ha eleciuado la mds completa y cudoosa revisin ets hertes que ue referer al calendar ‘esc y aos acontecmentos eaivas al conqusta de Méxco {90. ot: 37-50). Tomando os dats de su propio ‘rabaio,indico aquetias que regitran las fechas relevant para el propesto de ete atta a techa 8 de nowerare oe 1519. sesegisra como la primera legada de los esparotes a Mexco-Tenochttian en: Heman Cones. Caras ae Races |$19-526), Francisco Lopee de Gora, Htc ce 13 Cones de Mino 1552}: Franorco Cervanies de Salazar, Cdnica dels Nueva spare (1580-1567); Bemal Daz det Casto, storia de ls Conquista ‘ae Nueva Epa (1568), Juan de Torquemada, Mararque ‘indore 615) Ferrendo ce Ave baixecW, /15one des nacido Chichirecs (1625-1640), Pea el mairo acortecrmientoregitvan ta fecha indlgena | ehécatCOetce Florentino ()S78+1S80), Crstibal del Casto, Fragmentos ce ls Historia eos mencaros|159b| 605) Tercera Retacén de Chiraipahin, Obras rsercas 1608 163!) La fecha B a/c consigned en Ares cl Teak (1528), Sepia Relacion ce Camayaahin Fn cuanto al afo inaigera, nombre de a veintena y pascitn en ela det aa en que ts espaiotesegaron por pemera ver a MéncoTenadhilan, Tena advert lo squiente (ep. 0:45), Todas as Tuertes caine en amar que la primera legada de los esparoles a MéncoTenocrsian ocurné en Lun ano | Aca Cas todas as Fuentes coincden en airrar dems que dice Veqads tuvo lug durante a vente ‘e quechot | Et Cece Flrencna, Cristal del Castilo \y Chmapatin jen ws Sépuina Relgotn) cen que egads fue € rovena da dela verter, ANarado Tezoaérnoc y Chimaipain fen su Oct Re'acion) dicen que fue et decimo ala de ta veintera I Coetce Aun y el Ms Mex 217 ae a BN? acen ambiguamerte que faatsn ez dias para que concuyera la ventena de quechait 2» ENERO- JUNIO 2000 primer aspecto del planteamiento de Kirchhoff, tomando como parametro la estructura que de manera fundada se atribuye al calendario me- xica, y como elemento de juicio, tanto su con- gruencia con la estructura de los calendarios “mexicas" reconstruids por Alfonso Caso, Ra- fael Tena y Paul Kirchhoff, como el significado calendrico y astronémico que en estas recons- trucciones adquieren las festividades seculares conocidas como Fuego Nuevo y Entierro del Siglo. Los resultados indican que el calendario tenochea reconstruido por Kirchhoff es el que debe corresponder con el calendario oficial de México-Tenochtitlan. El calendario mexica El calendario mexica “ejemplifica la estructu- ra regular e ideal del calendario mesoamericano, al resultar de la combinaci6n fija y ciclica entre un cémputo solar de 365 dias, llamado wiukpo- ‘/nalt y un conjunto ritual o magico de 260 dias, Mamado ronalpohuall” (Tena, op. cit:19). Para el propésito de este articulo, no es necesario indicar los aspectos del calendario mexica que derivan de la estructura esencial del calendario mesoamericano, sino s6lo aquellos que lo ca- racterizan como una de sus modalidades con- cretas, pues asf es posible juzgar la congruencia y la consistencia de sus diversas reconstruccio- nes. En general, se considera que tales elemen- tos son: /) la veintena que daba principio al afio, 2) la posicién de los dias aciagos o nemon- temi, 3) la posici6n del dia festivo por excelen- cia, 4) los dias porcadores del afio, y 5) la posi- cién del dia epénimo 0 nominal del aio. Es un dato seguro, afirma Tena (op. ciz.: 20), que al margen de los varios nombres que podia recibir un mes determinado, las 18 veintenas det calendario nahuatl se sucedian en el curso de los afios en orden invariable y sin interrup- ci6n alguna. Del andlisis de las fuentes que se refieren directa 0 indirectamente al calendario nahuatl, los especialistas han concluido que para los tiempos de la Conquista la secuencia de las 18.veincenas del afio era la siguiente: satemosth, tit, izcali, alcahualo, tacaxipehualieth ARQUEOQLOGIA tozoxtonthi, huetozoxth,téxcal, etzaleualith,teuil- huitonti, hucitecuithutl, Haxockimaco, xacolhuetsi, ochpanizili, teotleco, tepeithuitl, quecholli y pan- quetzaliztl. No obstante, su opinion diverge cuando se pregunca cudl de ellas iniciaba el anio mexiea, quedando como Gnicas alternativas posibles las veincenas atleahualo, tlacaxipehualz~ tie ixcall. Alfonso Caso, basindose en un dacumento in- dudablemente tenochea, el Gédice Borbénico, propone que el calendario oficial de México- ‘Tenochtitlan iniciaba por el mes iscall, pero reconoce que el manuscrito deja duda si el afio mexica principiaba realmente por atlcakualo. Lo que si considera imposible, de acuerdo con el documento citado, es que el afio azteca prin- cipiara por algin otro mes (op. cit.: 45). Hans Prem opina que el Gédice Rorbénico de ninguna manera apoya la proposicién de Caso acerca del inicio del ano en éxcalf, y agrega que la Gnica interpretaciOn de dicho documento sin contradicciones internas es la que hace casi un siglo propuso Del Paso y Troncoso, de la cual se deriva que el primer mes del afio mexica es sin duda atlakualo (Prem,1991:400-401).! Prem considera que la Gnica opcién para el inicio del afo en el México central son las veintenas at/~ cahualo y tlacecipehualizl (op. cit:409), Ya Rafael Tena habia advertido que la mayoria de las fuentes que se refieren al calendario mexica se agrupan en torno a esos dos meses contiguos, y considera relevante la hipotesis planteada por Kubler y Gibson para explicar la aparente coexistencia de las dos tradiciones: La difusion més amplia, desde el punto de vista geo- srifico, estarla atestiguando una mayor antiguedad del sistema basado en tlacaxipehualictli como primer mes hee bette betes tote tet ttt te [cama] aS Pe eT Cees Ts ee Te A oo ee Dsl eee tolstats tebe tots Dia inicial del ato. HEIN 0 vedas nome at ho 7] ime eg de expats Mex Teehidan @ Fig. 1 Calendario mexica propuesto por Caso. (Edmonson, 1995:25). Sin embargo, Alfonso _vigésimo dia de la pentiltima veintena, #ifit/. Al Caso no especifica algo al respecto. La reconstruccién que propone Caso es incon- gruente respecto la veintena con la cual se ini cia el afio mexica, que deberia ser atleahualo y no izcal.Y si bien hay consistencia interna en la colocacién de los nemontemi, después del dl- timo mes, en ninguna fuente se dice que en el calendario mexica los dias aciagos se intercala- ran al finalizar tt! (of. Tena, op. cit: 52). La figura 2 corresponde con el calendario me- xica reconstruido por Tena. En este caso se ‘cumple cabalmente con los requisitos de que el afio se inicie por adakualo y termine con tall, que los nemontemi se intercalen después de este iltimo mes, asi como que el dia festivo por ex- celencia sea el vigésimo de cada veintena, como lo implica el que leven cl mismo signo del ano. Sin embargo, falla en cuanto. la posi- cidn del dia epénimo, que en esta reconstruc- ciGn no es el Gltimo dia del dltimo mes, sino el respecto, el autor de la reconstruccién conside- ra que si bien 20 ¢iit/ no es el Gltimo dia del afio, i es posible que revistiera particular signi ficacién, pucs del Cédice Borbénica se deduce que en ese dfa se celebraba la “fiesta de todos los dioses” y segdn la interpretacién de Caso, “el siglo que habia muerto en el mes panguetsa- Gath de un aio 2 Caia, era enterrado en el mes itt de ese mismo aio secular (ibidem:82-83). El problema de tal justificaci6n es que su autor no indica, como si lo hace Alfonso Caso, que el Entierro del Siglo involucra la fecha 1 miguiztli, por lo que resulta imposible que en la recons- truccién calendarica que propone, como en cualquier otra basada en la fecha sincronol6- gica 8 de noviembre de 1519 = 8 ehécatl, el dia 1 miguiatli aparezca en el mes tititl del afio se- cular 2 deatl. Como sucede en la reconstruccién que susten- ta Caso, también en la que propone Tena el vi gésimo dia de Aueitosoztl \leva el nombre del 23 + ENERO-JUNIO 2000 afio. Y para valorar la repeticién del dia nomi- nal, Tena argumenta que 20 hueitoxoxtli pudo revestir de alguna manera el cardcter “oficial” del Gltimo dia de la estacién de secas y del pri- mer dia de la estacién de lluvias, destacando que ese dia coincide en su correlaci6n fija con 13 de mayo juliano; por lo que cinco dias mas tarde, en la veintena de téwa/, ocurria el primer paso del Sol por el cenit de México-Tenochti tlan. Tal evento astronémico, agrega, anuncia- ba el comienzo de la estacién de Huvias y el momento propicio para la siembra del maiz, a ccuyos dioses se consagraban en la veintena pre~ cedente, /ucitozoxi, las mazorcas que se utili- zarian en la siembra inminente (ibidem.). La figura 3 corresponde con el calendario me- xica que reconstruye Kirchhoff, el nico que tiene total congruencia con las caracteristicas estructurales atribuidas de manera fundada al calendario de México-Tenochtitlan, pues el afio se inicia con el mes atleahualo y cermina con el mes izcal, después del cual se interca- lan los dias aciagos 0 nemontemi. Los dias festi- vos por excelencia llevan el mismo signo del afio yeel dia epénimo es precisamente el vigésimo de la Gltima veintena, iscalli, es decir, el dia que finaliza el aio, Por otra parte, en favor del planteamiento de Kirchhoff, debo indicar ademas la particular relevancia y significaci6n especial que en su reconstruccién calendérica adquieren los dos dias cuyo nombre es el mismo del ao. En cuanto al dia epénimo, 20 izcali, puede de~ cirse que su colocacién como tltimo dia del aiio no sélo cs congrucnte con la forma general en que los mexicas daban nombre a los diversos segmentos temporales, sino también es con- gruente con el contenido esencial de la festivi- dad que se realizaba en el Gltimo dia de esa veintena, pues en izcalli se honraba a Xiuhte- cuhtli (f, Sahagan, 1981, I:131-132, 219-225), Dios del Fuego y Sefior del Afo. Ademés, cada cuatro afios la festividad de 20 éscalli adquiria relevancia adicional, pues s6lo ARQUEOLOGIA entonces los principales sefiores participaban de manera exclusiva en el baile festivo (netecui- oti), y s6lo en esa ocasién se sacrificaban cau- tivos y esclavos imagenes de Xiuhtecuhtli, y se perforaban las orejas de todos los nifios y nifias nacidos en los tres afios anteriores (cf. Sahagin, op. cit:222-225). Aunque s¢ trata de una conje- ‘ura, Sahagin informa que cada cuatro afios, al finalizar 20 izcall, se intercalaban seis dias de nemontemi. En cuanto al otro dia que lleva el nombre del aiio, también es significativo que corresponda con el dia festivo de la veintena séxcal, toda vez que “esta fiesta era la principal de todas las fiestas” y en ella se honraba al dios Tezcatlipo- ca que “tenian por dios de los dioses” (Sahagin 9p. cit:114). No es menos importante que en téxcal se honrara también al numen tutelar de Jos mexicas, Huitzilopochtli. Si se acepta que el calendario indigena era esen- cialmente un calendario agricola y solar, en el cual se celebraban los equinaccios, los solsti- cios y los pasos del Sol por el cenit, asf como Jos eventos cruciales relacionados con la agri- cultura, por ejemplo el advenimiento de las Mluvias fructuosas, la siembra y la cosecha (cf. ie Broda, 1983 y 2000; Aguilera, 1998; Graulich, 2000), entonces la repeticién del nombre del afio en 20 séxcal adquiere mayor relevancia> ‘Tanto en la famosa y discutida correlacién fija que establece Sahagiin, asf como en otras de igual naturaleza, como las que proponen Franz ‘Tichy (1976, en Broda, 1983:146-147), Rafael ‘Tena (op. cit.) y Carmen Aguilera (1982, 1998), es invariablemente en la veintena féxca/ cuan- do ocurre el primero de los pasos del Sol por el cenit de México-Tenochtitlan, Y este evento * De acuerdo con Miche! Graulich, el cite ae festvidades arte cae". uno ae ls mejores consrudes y esructurados que evien en el mun, con festa de vemia, decosechs, de Soliscies y equinoccios,etctera,perfecamentereconocibies ere dlesplaadas” (Graulich, 20006 y 8, cushas mis) Se ‘aon ext autora cotncderca de as estacionesy el catenin Fesvo tuvo ugar pox ita vez, en el peiodo 680-884 aC (1976, 1986, 2000) Aiaosvauona io 3 i sdea j $3 i ae 171] Wiig i g i dig all aegdidaiegeds £2] r ocelotl fey7 Tifa 9[3fwl4[iufsiizte 7Tii1fel2zi9 =| emma -e pots fota tats} els}? titel pets fo ¥ | ceacuunat Peto ts bole tts estat 7 tr tetetots bole ta Tez ]5]s [wl sn] spells [7 Zs z wlstatstetelslr ts Pelee 3 be Tepes Tees [s [elspa sey efetal7tifelefostots|ntsfepesl7 tT MMs lets ts bola tits fefefs p7 As [EEE] isin stato HEB 0 ces nine aso T] Pine de ineaptless Misc Teecien (@ Fig, 2 Calendario mexica propuesio por Tena. astronémico fue de la mayor importancia en la concepcién indigena del cosmos, pues corres- pondia precisamente con el espacio-tiempo en que el axis mundi, el érbol c6smico central que seguramente los mexicas representaron con el propio glifo de Tenochtitlan, era sefalado por el astro y “conectaba verticalmente el espacio terrestre con el cielo y el inframunda, y unia las cuatro esquinas del cosmos con el centro de la tierra” (of. Florescano, 1992:25). Ademés, si bien el primer paso del Sol por el cenit no es la causa de la época de lluvias, como afirma Johanna Broda, en las latitudes que com- prenden Mesoamérica el evento si ocurre en la “Del paso det Sat por el cen depend tambien ereérneno cirmatoibqco de ta etac0n de laa. El primer paso cerned ‘snunca en Mesoaméica que pronto caerdn is lavas, as que ‘2 SU vez son fs condelén neces para inicar i sera det mele Este wincut causa encontr su expresiin en el to y iu en ceremonias relacionadas con el agua yl male” (Bode, 200051. cursvas ries) proximidad de la estacién lluviosa, Como se ha dicho en incontables ocasiones, tal concurrencia en el tiempo fue de importancia fundamental para la planificacién de la actividad agrfcola, y ¢ por ello, sin duda, que el paso cenital del Sol fue observado y registrado de manera sistems- tica alo largo del desarrollo histérico de Meso- américa (¢. #.e. Malmstrom, 1973; Anderson, 1981; Soruco, 1991). ‘Ahora bien, si se considera que los mexicas da- ban nombre a los distintos segmentos tempo- rales por el dia del sonalpohualli en que éstos finalizan, que téxcal significa “cosa seca” 0 “se- quedad”, asi como el hecho que en la recons- truccién que hace Kirchhoff 20 zészal es el dia que repite el nombre del afio, puede concluir- se, modificando la propuesta original de Tena en favor del planteamiento de Kirchhoff, que el dia que finalizaba “oficialmente” en el ca- Jendario de México-Tenochtitlan la estacién de sequia no era el vigésimo de Aucitozozth, sino el de séxcal; veintena que se caracterizaba no s6lo por ocurtir en ella uno de los eventos astroné- micos de mayor envergadura en ls cosmovision indigena, sino también se caracterizaba porque generalnente en clla se establecia la temporada de Huvias fructuosas. Asf lo implica el texto de Sahagén, donde dice (op. cit:114, las cursivas son mias): Seginslasiba de algyes, os ios que mataban jun- tdbanlos enel permed, comprindolasa sus muds, ce fbales matando en wd las Fiestas siguientes ke ues gua come ceceras: as mata algunas nel primer mes, lamado gua; y os ene se- undo lamado dacaspcually otas en el tree, Hamad oeeonh otros en el eure, Iimado 20: sat de manera que hat qu comer es agua dosamente, en todas las fiestas crucificaban nifios.” Y puesto que ninguna fuente dice que en la festividad de séxcal se sacrificara a los nifios, se concluye que es en esta veintena cuando las aguas “comenzaban abundosamente”, “cuando ‘comenzaban de veras”. Asf, por su indudable asociaci6n con el estable- cimiento de la temporada de luvias, una de las condiciones materiales que hacen posible la agricultura de temporal y, por ende, la existen- cia de una sociedad que depende de ella, la festividad de réxcal revisti6 enorme importan- cia en el calendario mexica, lo que permite comprender de mejor manera por qué Sahagiin 1a califica como “la principal fiesta de todas las "Esta nota, como muchas ce as que se encuentran en las fuentes, impica la correspondencia de las duersas acdades _2aycoas y fesvidades calenaicas con el ao aes estacio Ines, aly como se ha reconoddo desde nace mucho Hempo or ciersos extudiosos. La correspondences tan endente, ‘que los opositores del jute calendtvico han terido que reco- rRocer que ls ceremnonas deli Festvo llegron 3 nce ele _mentos que si cavrespondlan alas condciores estacionates, ‘aunque lo expan por a cortaminacion de as ceremone, ‘debida a a reaica ceadiara de tos campesnesy sus tos dee reiminadas por necesicades pracecas (Grauich. 1990 352s (992.22, 38, comertado por Sra, 1997 11) | msn han Soraj uno de los mas sens y dacumeriadas opostores det ')ux calendrco, tiene laimpresion de". quel ceremanias fected a I argo oe cco anual esaban en sus aspectos ms imparanies, sculadas con los cambios exacionales y 3s atvidades cola corespondientes, aunque i concoraan- ‘a no necesaiamente era muy exacia ."(S9r9K, 126 Ct). ARQUEOLOGIA fiestas”. De abf la trascendencia del nombre calendérico de su dia festivo, su particular rele- vancia y significacién especial: el mismo nom- bre del afto, pero s6lo en la reconstruccién del calendario tenochca que propone Kirchhoff. Por tiltimo, si se est de acuerdo con Edmonson en que la repeticién del dfa nominal del afio debié tratarse como “una especie de pequefio afo nuevo", y ademés se consideran los datos cn las fuentes relativos a las festividades que en el aio anteceden a téxcal, particularmente la finalidad de los sacrficios de nifios en los meses, catleahualo, tlacaxipehualizth, toxoxtontli y hueito- zoztli, asi como la consagracién en este tlti- mo mes de las mazoreas de maiz para la siem- bra, entonces es una posibilidad real que 20 téxcal no s6lo determinara la transicién de ro- rnaleo a xopan, sino que por ello ademés tuviese el carécter de portador de la veintena en la que generalmente se realizaba la siembra del matz de temporal.“ A esta determinacién canénica se refiere Durin cuando dice que no se cose- charfa un campo de mafz maduro, aunque se perdiese, sien el sonalpohualli no habia llegado el dia que se consideraba propicio para ello (Durén, 1971:397). Sin embargo, para el propésito de este articu- Jo no importa que la determinacién candnica de la siembra no fuese dada por 20 réxcal, el dia que en el calendario mexica repite el nombre del afio. Considero que se ha demostrado, de manera razonable y suficiente, que el calenda- +B cilo ageols de temporal seinica con la mp y quem [ola [ups pe rc upstefetst7[itslefsts pols [nts fal «ps a eles}? Mele totstol stats tetebs>7 iain HEB suc cans romtrest aro Pier eg de os espales Meio Teochidan @ Fig. 3 Calendario mexica propuesto par Kirchnatt rio reconstruido por Paul Kirchhoff es el Gnico que tiene todas las caracteristicas estructura- les que de manera fundada se atribuyen al ca- lendario mexica, ademas de que también es el nico en el cual la posicién de los dos dias que llevan el nombre del afio tienen verdadera im- portancia calendirica y mayor congruencia con el contenido esencial de las festividades reali- zadas en las veintenas correspondientes. Si como afirma Graulich, “... la mejor prueba que se puede proporcionar es que la nueva in- terpretaci6n explica més y mejor que las ante- riores” (2000, foc. cit.), entonces es ineludible aceptar que el calendario tenochea que propo- ne Kirchhoff, debe ser el que corresponde con el calendario oficial de México-Tenochtitlan. En los siguientes apartados presento a la con- sideracién del lector el resultado que obtuve al comparar entre si dos de las reconstrucciones del calendario mexica que se han tratado aqut, con la finalidad de conocer el significado calen- darico y astronémico que en cada una de ellas adquieren las ceremonias seculares del Fuego Nuevo y el Entierro del Siglo. EI Fuego Nuevo El encendido del Fuego Nuevo, como bien se sabe, fue la ceremonia de mayor trascendencia en la cosmovisi6n indigena, pues se crefa que de su realizacién exitosa dependfa la continui- dad de! mundo, la existencia misma del uni- verso. Asi lo informa Sahagin, cuando dice: [La mayor eventa de tiempo que contaban era hasta 104 aos, esta cuenta llamaban un siglo; ala mitad de esta ‘cuenta, que son 52 afias, llamaban una gavilla de ahs. Este tiempo trafanlo de antiguo contado; no se sabe cewsndo comenz6, pero tenian por muy averiguado, y coma de fe, que el munda se habia de acabaren el fin de una de estas gavillas de fos (Cie Florentin, 1979: 7, en Tena, op. cit:94). La ceremonia del Fuego Nuevo, con la cual se solemnizaba el final de una gavilla de afios y 23 + ENERO. JUNIO 2000 se impelfa mediante un acto magico la conti- nuidad del mundo, tenia lugar cada 52 afios y originalmente se efectuaba en el afio 1 cachli que es el primer afio efectivo de la rueda ca- lendérica, seguramente porque la cimentacién del ciclo y de la tierra sucede precisamente en tun afio con ese nombre, segin el mito indige- na de los soles (of. Leén Portilla, 1981:14-17).? La evidencia arqueologica demuestra que el encendido del Fuego Nuevo en el afio secular 1 tochtl se remonta por lo menos al periodo Ej clasico (cz. 700-900 d. C.), segiin la inscripcién encontrada por César Séenz en el sitio arqueo- légico de Xochicalco (¢/. Séenz, 1967); pero se sabe que los mexicas cambiaron la celebracion al afio siguiente, 2 deatl, ya sea que el cambio haya ocurrido en los afios 1350-1351, como pro- pone Tena (op. cit:92), 0 bien en el afio 1506 por disposicién de Moctezuma, como dice el Cidice Telleriana Remenss (biden: 93). Sea como fuere, lo importante para el propésico de este articulo es el hecho documentado de que la {iltima celebracién mexica del Fuego Nuevo, en 1507, cuvo lugar en la cumbre del cerro Hui- xachtécatl, actualmente Gerro de la Estrella, y ocurrié en un afio llamado 2 dearl. Hay diversos puntos de vista y datos contradic torios en relaciGn con la fecha calendirica en la que tenia lugar la ccremonia. El Cédice Borbénico asocia el encendido de! Fuego Nuevo con el mes panquetzalizty algunos estudiosos conside- ran que la ceremonia tenia lugar el vigésimo dia de esa veintena, el dia festivo por excelen- cia, Sahagiin informa de las condiciones astro- némicas en tomo a la celebracién, especifica- mente del paso de las Pléyades a medianoche por el meridiano de México- Tenochtitlan, dato que permice colocar el encendido del Fuego * Tal coro to sea Carmen Aguilera lop. ct 55, "ELhacer Fuego Nuevo en ia sera es un acta de mags smptca por eco det culos horréxes mpi a Ckk6 a hacer 19 MIMO para que el unverso siga endo citerenca ce a reign, ue es popicatoia mediate a solu a spi, la rage obiga y orden, es ante pracico cuyos acos teen sigicace Sis en func de! fin preciso que fe busca (cf Lope Asi, 1370.78) ARQUEOLOGIA Nuevo el 17-18 de noviembre gregoriano; fe- cha que en ninguna correlacién del calendario mexica cae en el mes panquetzaliati, excepto en Ja que hace Sahagin, cuando correlaciona el er dia del mes atleahualo con el 1-2 de fe- brero juliano (11-12 gregoriano). Si se atiende de manera exclusiva a la estruc- tura de la rueda calendérica, la ceremonia del Fuego Nuevo deberia ocurrir idealmente cuan- do | cipactli e primer dia del ronaipohualli,co- incidfa con el primer dia del xiulpohalli o calendario civil de 365 dias (¢f. ie. Aguilera, 1998:49); sin embargo, la evidencia disponible demuestra que en la realidad no sucedia de esa manera, Como ejemplo pueden sefalarse los siguientes casos: 1) La lépida de Xochicaleo registra 1 tochtli co- moajio de Ia atadura, y si bien es cierto que se trata del primer afio efectivo en el ciclo de 52, el dia del onalpohualli que aparece asociado no es 1 cipactli, sino 2 chatl; y es im- posible que 2 véad! figure como primer dia del afio xochicalea, cuyos portadores fueron dcatl, técpatl, calli y tocktli. 2) La Crénica Mesicdyot! dice que los mexicas celebraron en Cohuatépec la atadura de sus aos en el ano 2 deatl, pero no en el dia 1 Gipacti, sino en | répatl, que no es el primer dia del afio, peso sfel dia que nace Huitzilo- pochtli, como lo dice la misma Cronica. 3) En cuanto al calendario de México-Tenoch- titlan, también es imposible que el xiuhpo- ual se inicie o termine con un dia llamado pect. Y si Movolinfa asevera que “en Méxi- coy en toda su tierra” la ceremonia del Fue- go Nuevo ocurrfa “en el fin y postrero dia de aquellos 52 afios y en el primer dia que co- menzaban nuevo afio” (Motolinfa, 1995:31), Jo que confirma Sahagiin cuando dice que “los de México y de toda la comarca” encen- dian el Fuego Nuevo “al principio del nue- vo afio que se decia ome deatl” (cf. Sabagin, 1981: 11, 269-270), el Cidice Borbonica de- muestra de manera indiscutible que entre Jos tenocheas el encendido del Fuego Nue~ vo estuvo asociado al mes panguetzaliatli, que Aja osoauonA desde luego no era el primer mes de su ca- lendario. Todo parece indicar que el encendido del Fue- go Nuevo sf tenia que efectuarse en el primer afio efectivo del ciclo de 52, inicialmente 1 tochili y después 2 deatl, pero también que la fecha concreta de la ceremonia no se relacioné con el inicio del aio civil, y mucho menos con el inicio ideal de la rueda calendérica en 1 aipac- 1h 1° de X; donde X es el primer mes del afio, que ademas no era el mismo en todos los ca- endarios de! México central, por lo menos para los tiempos de la Conquista, Ahora bien, considerando que Sahagtin, al refe- rirse a la atadura de los ahos dice: “Este tiempo rafanlo de antiguo contado; no se sabe cuando comenz6” (Ciidice Florentino, loc.ct.), es posible que con la fecha del Fuego Nuevo se haga referencia o se correlacione aquella que en un antiguo calendario, quizds el calendario pri- migenio, iniciaba la cuenta ritual del tiempo. ‘También es posible, sin excluir lo anterior, que la fecha del Fuego Nuevo se encuentre determinada por la ocurrencia de un evento astron6mico particularmente significativo en el contexto simbélico de la ceremonia; coma lo ha demostrado Johanna Broda, al descubrir que la fecha gregoriana en la que ocurre el primero (en el calendario mexica) de los pasos del Sol por el nadir de México-Tenochtitlan, corespondia en 1507 con el paso de las Pléyades a la media- noche en la latitud de dicha ciudad (¢f. Broda, 1982). Como se ha dicho, éste es el evento que Sahagiin relaciona con Ia noche en que se en- cendia el Fuego Nuevo: [1 y tomaban por sefal el movimiento de las Cabri- Has la noche de esta fiesta, que ellos llamaban toxiuh- rmolpilia; de tal manera cai, que las Cabrillas estaba ‘en medio del cielo ala medianoche, en respecto de este horizonte mexicano, En esta noche sacaban Fuego Nue- v0 (Cédice Flrentng, lc. cit). Aunque Broda concede mayor importancia al evento de las Pléyades y concluye que la cere- monia del Fuego Nuevo se conectaba con cl culto de la Huvia y la agricultura, ademas de constituir una demostracién del poderfo re- nochea (Broda, op. cit:147-149), es indiscutible que en el contexto simbdlico de la ceremonia el evento relevante y significativo se relaciond con el curso solar, especificamente con el paso del dios Sol Huirzilopochtli por el nivel infe- rior del inframundo (nadir) y con su salida que anunciaba la continuidad del mundo por otros 52 afios.”” Desde luego que el contexto astrondmico de la ceremonia es un sistema y por ello no puede ignorarse ninguno de sus elementos, ni las re- laciones que éstos guardan entre si. El paso de las Pléyades a la medianoche, el 17-18 de no- viembre gregoriano, era fundamental porque correspondia con la posicién del dios Sol en el nivel inferior del inframundo, sefialando preci- samente el tiempo ritual para el encendido del Fuego Nuevo; ademas de que la puesta de las Pléyades anunciaba el nuevo amanecer y asi la continuidad del universo por otros 52 afios."* Pero la constelacién mexica que jugaba el pa- pel trascendental en la ceremonia fue sin duda Mamalkuazth y particularmente el slecuahuit! 0 “palo de fuego”, que representaba el fuego ce- "£1 conocimiento dels posiciin de Sl en el nadir ne puede Surgr de ure reac simple de percepadn —evicertemente el evento no es observabie— sna de una forma del saber ind Gena, cuya ser hitvico dena, de acuerdo con Lépes Aust, “de una secueris de tarsfommanones gue crstazaron en luna mane‘a pecular de aprenende intlecuaimente ef verso de aciua racionaimerte en , ntegrando un ciniurto ce sstemas de conocrriento”jLéper Austin, 1995-218) Es probable que el canocirento del rac, conceptual como et Micién, el rive nferor det nramunca, ya enstese en ff Preciseny en a zone ruciear ommeca, region donde surge un cut formaizaao a jaguar sehr def nace. a as caver: racy por eerulOn det inramund, A respecta hago tar Ln hecho cigno de atencin desde ef purto oe vista calendr 0. em la zona rurlear cimeca, especiicamente en la attud aproximads del to arquedlogico ae La Venta, Tabasco 18° 7}, los pases cel Sol nore a8 y el intamundo, cena'y 3a, Se ajutan pevlectamente a ia cra sagrada de 260 cla (13.0e ‘mayo a 28 de enero y' 14 de nowerbe 1° de agosto, of Anuato del Observatorio Astrondémico Nacional 1999:20-22) Heals 1500 a. C. el prmey at en que tas Peyades poclan verse en el hoizante este. ocukéncose antes el sali ce Sol, covresponde con ia fecha 18 ce novembre gregorano [cf ‘Aver, 1980 126, tabla 10), 28 + ENERO-JUNIO 2000 leste y divino que cae y se reproduce en la tie- rea (¢f. Aguilera, op. ct: 51-54). Debido a que no todos los estudiosos del ca- lendario mexica estén de acuerdo en que el encendido de! Fuego Nuevo tenia lugar cuan- do las Pléyades cruzaban a medianoche por México-Tenochtitlan, ya sea porque conside- ran al solsticio de invierno como determinante de la fecha de la ceremonia, o porque suponen que la informacién proporcionada por Sahagén acerca de las Pléyades tenia como interés pri- mordial refutar la religi6n antigua, mis que pro- porcionar un dato exacto (of. Aguilera, op cit 52), es necesario indicar algunos datos que sustentan el encendido del Fuego Nuevo en la fecha gregoriana 17-18 de noviembre. Para el efecto s6lo es necesario recordar que los Fuegos Nuevos de los aiios 2 dcatl, 1455 y 1507, se encendieron en la cima del cerro Hui- xachtécatl (g."Tena, op. cit:48, ouadea 1), donde todavia pueden verse los yestigits urtucolégi- cos del templo que Mocteeiima reverenciaba de manera especial. " Recientemente Ivan Sprajc ha realizado medi- ciones cuidadosas, para determinar las fechas ‘gregorianas que corresponden a la salida y pues- tadel Sol en las cumbres prominentes que pue- den verse desde la llamada Pirdmide del Fue- go Nuevo, evidentemente dentro de! angulo "La congelacién areca Mamahuazt puede comesponcer en laura que resula al unw con una nea a etatri con 36 Fleyades y con otra a gel on Aldebardn, eta titema conse. ‘ada por a mayor de los autores como el ttn dl palo de {uego, debido a su magnitud y color aparertes. La figura resut tante es igual a ioyjo de Mamaiuazt) que aparece ene! Co- dlce Firertino Es cero que en este cédice se cibujaron por separado als Péyades ya Mamahaatl. lo que aparentemen> teincica que se rata de consclacones ciferertes, pero habia ‘que consderar que a diferencia dels Péyades, ue umeror lurpostencia anual y su cio se 8a6 de alguna manera con la ‘acwidad agycola icf Broda, 1962), Maratuazt teria impor tarda fundamental. peto stlo cada $2 afos Por la msm, no es.aventurado propener que Memahueat fue ura const ‘66n que se vualraba (conceptualzaba) excisamente ur ‘arte el encenaigo de! Fuego Nuevo, ntegrénaola entonces iversas estes, como ls mismas Peas, Bee, Fe), 5 On, Pet Cn. 3 Only Acetavan ARQUEOQLOGIA de desplazamiento anual del Sol por el h zonte local y considerando que tales promi: nencias pudieron haber servido como marcado- tes de las fechas relevantes en el afio solar (cf. Spraje, 1997, 1998). Entre los resultados que Spraje obtiene desta- can las fechas 17 de mayo y 26 de julio, pues cortesponden con los dias en que el Sol pasa por el cenit del lugar, como sefiala el autor (1998: 7, nora 5). Pero en el contexto que se discute es de mayor imporcancia la fecha 15 de noviembre, registrada por la salida del Sol en la cumbre del voleén Iztacethuatl (9p. cit:4, tabla 2), pues marca, con dos o tres dias de anticipacién, el primero (en el calendario mexica) de los pasos del Sol por el nadir del Huixachtécatl, o sise pre- fiere, el paso de las Pléyades a la medianoche por el meridiano del mismo lugar (19° 20"). Bs decir, que se trata de un registro solar anticipa~ torio de la fecha de encendido del Fuego Nue- vo, y si como argumenta Spraje, la funcién mis importante de los llamados calendarios observacionales es precisamente su aspecto “anticipacorio”, entonces deberfa aceptarse que la salida del Sol en la cumbre del Iztac- cthuatl, “observada desde la misma Pirdm de del Fuego Nuevo”, fue uno de los eventos que permitieron programar oportunamente y de manera eficaz la realizacién concreta de la ceremonia, Para conocer la correlacién de la fecha greg riana 17-18 de noviembre con el calend: mexica, en la figura 4 se presenta la recons- truccién del ao 2 deat/, 1507, segin Tena (op. ct:108, tabla 3) y en la figura 5 la que resul- ta para el mismo afio de los datos aportados por Kirchhoff (v. supra). Se advierte al lector que las fechas de correlacién son gregorianas y en ambos casos sc considera un ajuste periddico ‘que mancuvo el calendario indigena en concor- dancia con el afo solar. En el caso Kirchhoff, las fechas se correlacionan con dos dfas consecuti- vos del calendario indigena, tomando como fundamento la evidencia que se ha presentado aqui acerca del inicio de la cuenta del dia ca- lendérico mexica (df. nota 2). ATDOLORUORA Cabe aclarar que no se analiza la reconstruc- cién del aio 2 deatl, segin Caso, pues su corre- laci6n no es invariable y por ello la fecha de celebracién del Fuego Nuevo se retrasa sucesi- vamente 13 dfas en su correspondencia con el ao tr6pico, por lo que no puede tener signifi- cado alguno en el contexto de! afio solar. No obstante, si la correlaci6n se considera invaria- ble, las fechas gregorianas del afio 2 deat! di- fieren en un solo dia (+) respecto a las que aparecen en la correlacién que propone Tena, en la cual el inicio del afio mexica es siempre el 23 de febrero. Dado que Tena considera que el paso de las Pléyades a la medianoche por el meridiano de México-Tenochtitlan ocurria hacia 1500 a. C. €1 6-7 de noviembre juliano (16-17 gregoria- no), la fecha de encendido del Fuego Nuevo corresponde en su reconstruccién con los dias 7 xdchitl y 8 cipacti, séptimo y octavo dias del mes quecholl (op. cit:95); veintena cuyo dia fes- tivo se llama 7 dcatl De acuerdo con Caso (ap. ct:190-199), 7 séchitd es el nombre det Sol (cita a Del Troncoso y Le- _yenda delos Soles, p. 30) y 7 deatl, ademés de ser ‘el dfa de nacimiento de Topiltzin-Quetzalcoat!, celebrado en Cholula cada 52 afios (refiere al Céddice Telleriamo Remensis,fo\. 10 y al Cédice Rios, fol. 16), es el nombre de Chictlapangui-Tesca- thipoca (refiere al Cédice Bolonia 31). Aunque ta- les asociaciones son sugerentes, no hay eviden- cia clara para proponerlas como determinantes calenditicos de la fecha de celebracién del Fue- go Nuevo, en el sentido que si tienen el nom- bre del afio y la veintena especifica en que la celebracién ocurre, Seguin la Historia de los mexi- canns por sus pintiras, en wn aio 2 deat! Tezcathi- poca, encendi6 el Fuego Nuevo primordial y “dej6 el nombre y se le mudé en Mixcoar!”, dcidad ala que sc honraba de manera especial en la fiesta anual de ¢lacoguecholli, que tenia lu- gar tres dias después de la fecha de celebra- cién del Fuego Nuevo (¢f. Tena, op. cit:98). De acuerdo con este autor, Ia fiesta de Tlacoquecho- Ui tiene elementos que se pueden interpretar como una conmemoracién anual de la fiesta secular del Fuego Nuevo (idem). Es evidente que el encendido del Fuego Nue- vo en la veintena gueckolli no se ajusta a lo que registra el Cédice Borbénico, pues en este docu- ‘mento, como se ha dicho, la celebracién est asociada al mes panguerzaliztli. Para solucionat esta contradiceién y conciliar los datos que pro- porciona Sahagtin, al relacionar el paso de las Pléyades con el encendido del Fuego Nuevo, ‘Tena propone que durante una época de su his- toria (1090-1403) los mexicas encendfan el Fuego Nuevo en ocasiGn de la fiesta Tlacogue- hols, por ser la festividad més cercana al paso real de las Pléyades. Posteriormente (1455), ya en plena poscsiGn de la hegemonfa militar y politica sobre la Cuenca de México y por ini- ciativa de Tlacaétel, los mexicas difirieron la ceremonia para hacerla coincidir con la fiesta de Panguerzaliztli, d'a en que ellos conmemora- ban él pécimiento y triunfo de Huirzilopochtli (op. st:96-91), También concluye que la deidad que estuvo asociada al Fuego Nuevo no fue Xiuhvecuhtli,'como se esperarfa, pues se trata del dios del Fuego por excelencia, sino en una primera época hist6rica Mixcéatl, en sustitu- ci6n de Tezcatlipoca y como deidad del fuego astral para los chichimecas cazadores (en gue- cholh), posteriormente lo fue el dios Sol Huit- zilopochtli (en panquetzalizlt), deidad tutelar de los mexicas (ihidem.). Unaspecto que merece destacarse de la corte- laci6n calenditica fija que establece Tena, asi como de la que efecttia Caso, si ésta se consi- dera invariable, es que en ellas el dia 1 cipactl se correlaciona con el 29 de octubre gregoriano enel afio 2 deat! y con el 12 de febrero gregoria- no en el afto | fockali. Esta titima es particular mente interesante, ya que se trata del primer dia del ‘onalpohuaili en el primer aio efectivo del ciclo de 52, y de la fecha que los informan- tes de Sahagén correlacionan con el “inicio del afio” (2 de febrero juliano), después de haber altercado 1a materia por muchos dias. No re- viste menor interés que el 29 de octubre y el 2222758 Sse E58 Ret S 27 8 “axes 8432 ae 5 _§ ilies .& When seaaddbdiieiiaiial r xochitl 711] 8[2]9] 3] 10] 4 |] s [12] 6] is} 7 {ij si2)9 © [29 [s solr] s fee] 6 [as] 71 M2 | | 3 [0 7 ai [ola Pats [2] 6 [3] 71 | § | 4 Pan] s [az 12 ebhuatl 2] 6113] 71118) 24913 | so] 4] | 5 | 12] 6 [13] 7h 13° miquizsli BT 7] 11 81219) 3] iol 4 |] siz] o | 13] 7] 1) 8) 2 16° Sfrol 4 | at] s | 12) 6113) 7] 1] 8} 2] 9] 3] nol 4 | 5 ir 4 |i] 5 [12] 6 | 13] 7] 1] 8] 219) 5] 10} 4] it] 5 | 12] 6 18° 5] 12] 6 | 13] 7] 1] 8) 2) 9) 310] 4 | a1] 5 | 12] 6 | 13] 7 1% 6{13] 7] 1] 8] 219] 3] 10} 4 | at} s | 12) 6 | 13) 7) 8 a Thifsl2tststol4[uls [2] 6[sl7 {i]s ee ° @ Fig. 4 Calendario propuesto por Tena 12 de febrero sean las fechas de paso del Sol por el nadir en la latitud aproximada de Izapa, Chiapas, lugar que se ha propuesto como el de origen del calendario ritual de 260 dias (cf. Malmstrom, 1973). Encl calendario mexica que propone Kirchhoff, el encendido det Fuego Nuevo también ocurre en la veintena quechalli del afto 2 deatl, por lo que puede aplicarse lo que se ha dicho acerca de la determinaci6n calendarica de la fecha de celebracién, en cuanto al afo y veintena en que sucede. Pero en este calendario hay una diferencia esencial en lo que se refiere al nom- bre que lleva en el sanaipohualli el dia de paso de las Pléyades (Sol en el nadir), y también en el nombre que Hleva el dia festivo por excelen- cia de la veintena quechall. ‘Como puede notarse en la figura 5, el dia de celebracién del Fuego Nuevo se llama 1 cipactl, precisamente el dia que inicia el sonalpokualli, Ja cuenta del tiempo sagrado. Y 1 cipactli tiene como Sefior del Dfa y de la Noche a Xiuhtecuh- 1h, Dios del Fuego y Sefior del Ato, y como pa- tronos de su trecena a Tonacatecuhtli y Tonacaci- juail, a pareja creadora, los misir + duefios de la vida (cf. Caso, op. cit:21-26). "'ambién es significativo que el Fuego Nuev: ‘eng lugar en la veintena quecholl, pues su dias +9 por aAlaosoazuona excelencia se llama 13 deat! y tal es el nombre calendérico del Sol (Caso, op. a2.:196 ),asi como el nombre del afio en que nace el Sol de movi- miento, el Quinto Sol, segin el mito indigena de los soles (cf. Ledn Portilla, 1981:14-17). ‘Vemos pues que en el calendario reconstruido por Kirchhoff, las fechas calendiricas y la fecha solar del encendido del Fuego Nuevo son per- fectamente congruentes con el contenido de Jos mitos de creacién mexicas, conformando un sistema que recrea el espacio-tiempo sagra- do y primigenio, cuando el Sol, que esté muer- toy por ello en el nivel inferior del inframundo (nadir), renace y de esta manera fundamenta el Quinto Sol (13 deat!) el nuevo tiempo de los dioses y de los hombres (1 aipacii). En el con- texto particular de la ceremonia: Ia continui dad del universo por otz0s $2 afios. El Entierro del Siglo tra festividad secular con pleno significado en el calendario tenochea que propone Kirchhoff, € aquella que Alfonso Caso encuentra repre- sentada en las paginas 35 y 36 del Cédice Borbo- rico. Caso la denomina el Entierro del Siglo, pues una de las partes esenciales consistia en depositar en el interior de los altares de cri- neos, un atado de cafias 0 maderos envuelto con papeles, como simbolo del xiuhmolpilli o si- glo indigena de 52 afios que habia finalizado muerto (¢f. Caso, 1967:129-140). De acuerdo con el cédice citado, la ceremonia del Entie- ro del Siglo tenia lugar en la veincena rit del afio secular 2 deatl, siendo presidida por Hama- tecutli, 1a diosa vieja de la vierta (ibidem.).. Caso complementa y a fa vez sustenta su lec- tura del Enticrro del Siglo con datos arqueol gicos y etnohistéricos, entre los cuales desta- can los siguientes: 1. Que la investigacién arqueolégica de los alta- res de crinevs, como el explorado por Ba- tres en la cal: de Escalcrillas en la Ciudad de México, ha demostrado que en algunos de ellos efectivamente se depositaron cilindros de piedra que representan un atado de cahas 0 maderos, El hecho de no haberlos encon- trado en otros altares de la misma clase, co- mo los de Tenayuca y Cholula, puede obede- cera que en ellos realmente se depositaron haces de cafias cubiertos con papeles, como el representado en la lamina del c6dice, que por lo mismo no resistieron la accién de los agentes destructores. 2, Que tales cilindros de piedra ostentan los glifos del ato 2 deat! y de los dias 1 tépatl y 1 igus. 3. Que de acuerdo con tas noticias que propor cionan algunos cronistas, como Leén y Gama 0 Crist6bal del Castillo, el dios Sol Huitzilo- pochtli nace en un afto 2 deat! y muere 52 afios después, en otro afio 2 deat, sefialindo- se como dia de su nacimiento a 1 técpatl y como dia de su muerte a 1 miguizdl. De lo anterior, el autor concluye que los altares de crdnevs son monumentos funerarios del si- glo que habia finalizado 0 muerto, simbolizado por los cilindros de piedra cuyos gliflos calend ticos se refieren al mito de nacimiento y mucr- te del Sol Huitzilopochtli. Lo que explica la ceremonia secular representada en las paginas 35 y 36 del Cédice Borbénico. Sin embargo, Alfonso Caso se da cuenta de que el calendario involucrado en tal mito, y conse- ‘cuentemente en la ceremonia del Entierro del Siglo, no corresponde con el que reconsteuye con base en la fecha sincronolégica 8 ehécat! = 8/9 de noviembre de 1519. Al respecto dice lo si- guiente (9p. cit:140, las cursivas son mias): [Lu] para que el dia 1 mignistl apaceciera en el mes ‘Tivil en un atio 2 det, sera necesario que el ao 2 deatl ‘erminaraen ical con el dia 2dcatl,o lo que es lo mismo, ‘que principiara en aslahual; pero si cl ano azteca prin- cipiara por este mes, entonces los datas que nos dan los ‘eronistas y que hemos examinado en el capitulo prime 10, na serian vides. ‘Tampoco se ajustaria el cmputosi se principiara por el dia epénimo o sea el que da su nombre al ano, bien sea en ize 0 en atleahualo. Para la piedra de Taxpan, podrfa pensarse que se trata de otro calendatio, pero no ‘para et cilindro encontrado en Tnachtdan 28 ENEFOUND 2m ARQUEOLOGIA ee eee gg2e8iie ga *ea"7 38° a ea Ato 2dcATh j ae ee ae Ete uk ‘ : lbh P2b)2a72202)4a812a! [ee = [wait Tee to ts fola [nts tefeps]7 [1 [ale [ots pole F] west ots hole tusfefetsl7}1e[2fo[s hola [nts #[ alin hola utsfetetst7titefe fos tol lits [elo ¥ técpatl my} 5 [12] 6 113/711) 8) 219) 3] 10] 4 fit] s [12] 6 | 13) 7 ©] avd [eto fst ti tele tots holes tate fet7 fa FL wed postr] Pelz tot store [ots fete ps} rt fez FN 2 [os hols (nfs tele [sl is 20s v] cue [2}o [stole [nts telelsl7 [ria] t 19s tole wf ali fs bole [nts fete bsp Ta wl tnys ue? cvetzpallin. 4 [ij s fiz] 6 |13} 7] 1] 8] 219] 3 |] 4 [ii] 5s [iz] 6 zl hud —[sfelolsl7lifeletets ole (nfs [ele to ]7 1 Es 7 fi felz [ots pols [nls(elols|7 is [Td 1° ‘wochtl 8{z[9[3 fol [nls fiz] fis +S [10 ef —Jo]sholstulstele{alrtifslefo ls bola hin A | oma us feo [] 711 s[2z Te [s}wls [nls [elo [ns | — mato [26 [3711 1a [ztotsfolelnts tele felt 2F alttitetetetstolatutstele patti fe '® Fig. 5 Calendario propuesto por Krchholt Posiblemente la muerte del dias habia currido en el ‘mes anterior, el dia 13 de atemossli, que queda coloca- do entre panquerzatizlyritt/o bien, lo que es més pro- bable, en el dia 13 de sazentont, ances de la renovacién del fuego; pero con los datos que actualmente tenemos no podemos resolver este problema. Si bien es cierto que Caso asevera lo anterior en una conferencia impartida ante la Sociedad Mexicana de Antropologia en noviembre de 1937, mucho tiempo antes de que Kirchhoff planteara su hipétesis acerca de los calendarios tenochca y tlatelolea, resulta evidente que cuando Caso la rechaza en defensa de la corre- laci6n que sustenta, no se percata, ono quiere aceptar, que el calendario involucrado en el mito de nacimiento y muerte del Sol Huitzilo- pochtli, y asi en la ceremonia secular del En- tierro del Siglo, es precisamente el calendario que Kirchhoff reconstruye y propone como el verdadero calendario tenochea. Puesto que sélo en la reconstruccién basada en la fecha “errénea” 1 ehécat! 9° quecholli = 8 de noviembre de 1519 el dia 1 miquiztli puede fi- gurar en la veintena titic! de un afto 2 dcatl, es innecesario abundar en la congruencia de la fecha involucrada en la ceremonia tenochca del Entierro del Siglo con el calendario que pro- pone Kirchhoff. ALD 0402008 A Ahora bien, si se considera lo que se ha dicho acerca de las festividades veintenales, seria ra- zonable suponer que la ceremonia del Entierro del Siglo también se realizaba en el dia festivo por excelencia, en este caso el vigésimo dia de tititl, pero es posible que tratandose de las fes- tividades seculares la situacién no se desarro- Iara de la misma manera. Ast lo indica la fecha del Fuego Nuevo, determinada esencialmente por la ocurrencia de un evento astronémico significativo en la cosmovisién y el contexto simbélico y ritual de la ceremonia, Para confrontar esta suposicién se utiliza la misma reconstruccién del afio 2 deatl y su co- rrelacién con el calendario gregoriano que se presenta en la figura 5, conforme a las caracte~ risticas generales sefialadas por Kirchhoff. Ahi puede notarse que el dia festivo propia- mente dicho, 20 til, se correlaciona con el 29- 30 de enero gregoriano, fecha que no correspon- de con algén evento importante del aio solar. ‘Tampoco el nombre de ese dfa tiene mayor sig- nificado en el calendario o en el panteén mexi- cas, pues evidentemente no se llama I miguizsl, sino 8 deatl, y este nombre no esté asociado con deidad alguna, por lo menos en el elenco que Caso presenta al respecto (op. cif. 190-199). Pero si se atiende a la posicion que el dia 1 -miquixtli tiene en el afio solar, se constata la congruencia y la consistencia del calendario tenochea que propone Kirchhoff, ya que en este calendario, y sélo en éste, el dia 1 miguiztli de un afio 2 deat! se correlaciona con un even- to solar que es altamente significativo de la muerte del dios Sol Huitzilopochtli; ef egundo ‘paso del Sol por el nice inferior del inframundo, por el nadir de México-Tenochtitian (¢f. Anuario del Observatorio Astronémico Nacional, Lnscituro de Astronomfa, unas, 199). Puede concluirse entonces que las fechas de Jas ceremonias seculares del Fuego Nuevo y el Entierro del Siglo, si estaban determinadas por eventos cruciales del afio trépico, eventos que son de la misma naturaleza, pero con diferen- te contenido especifico en el émbito del calen- dario y la cosmovision mexicas. Por la obligada extensién y el propdsita de este articulo no puedo tratar aqui los detalles rela- tivos a cada una de esas ceremonias, por lo que s6lo destaco que la precisa concurrencia de celebraciones seculares y eventos astronémicos, ‘con la cual se rectea el mito en el espacio-tiem- po sagrado y primigenio, dificilmente puede obedecer a la casualidad, a una coincidencia azarosa, pues la probabilidad de que asi sea resulta verdaderamence insignificante, como puede verificarlo e] lector mediante sus pro- pios eéleulos,"" Esta situacién implica la perfecta coordinacién vel alineamiento preciso del calendario indige- * lector ineresadi tambien puede tomar en cuenta loss uertes caios 1) En el Teocal de a Guera Sagrada se registra el af 2 call yen el disco sola acyacerve aparece en ei misma moni mento el signo # 7 En el calendaro encchca que pro- one Kichhom, ella 4 atinae un ano 2 case coreaciona ‘on el 26 de jsbo gregaran, fecha en a que oxure ese unde paso del Sol pore cert de MéxcorTenocraiian 2) Lalecha 2 cdot cel ao | rachel reqirada en a lipid de -xochcao como fecha de celebraciin del Fuego Nuevo, Se corelcciona con el segundo paso del Sol por ef cenit en la latiud de Xochicalco, siempre y cuando el afo xochicat ‘ambién se nici el 23 e febvero regenano, pero con e| dla epbrimo como priver of de a primera vemtena 3) En el ano 2 seat det calendar tenachea que propone Kerchhof no $16 10s das aac y 1 equate comele- Conan con eventos crucaes det fo Sola, sna también is las | quycnui y 7 azomany que comesponden asu vez ‘con el pam paso det Sol par e crit de MécoTenoch. titan y con et Sosnao de verano. Eos was, junta cont | técpatl son los que estén regisrados en la parte cereal de ia Pecra del So, per ab no se retaceran con el aia 2 deat sino con 13 Aca como lo inca a ouacrete del af que Fqua en e sino monument, No puedo seFa- Tar aqul los cats y los arqumentos, pero el aa 13 ace det Calendario invcluerado en la Pedra del Sol es equivalence al afo 2 date calendano fenochea reconstrxdo por Krchhof, en cuarte ala coreacin de los das de fanajoo- ‘ult con el afo sel. En ese Calendario, et ato seria ba con el mes dacanachuel por lo tanto et 3-14 de rrarzo gegorano, pero tena coma ols enero al prrer dla det ao y coma alas festvos por exceenca a primera de cade verter, Tal Como 10 Consideren aversosest4do- ‘ep, eli dal ato en ikecampanualet esi wadkién © _sseme ealendenco de mayor araguedad y aluson ene Merce cereal 23 “ENERO. JINO 2000 na con el afio solar, pero también que el calen- dario tenochca reconstruido por Paul Kirchhoff es el que debe corresponder con el calendario oficial de México-Tenochtitlan; sin que esto signifique que el calendario reconstruido por Caso sea por necesidad el de los tlatelolcas. Desde mi punto de vista, este aspecto del plan- teamiento de Kirchhoff es falso. Ya reserva de presentar en otra ocasiGn los datos y los argu- ‘mentos que sustentan tal juicio, considero que cl calendario reconstruido por Alfonso Caso, ¢n fo que se refiere al tonalpohualli su correlacién con laa solar, es el calendario de uso general en el ‘México antiguo y en cl cual, cada 52 aftos tr6- pico, el dia 1 cipactli del ano 1 tacktli ocurre in- variablemente el 11-12 de febrero gregoriano. Este debe ser el “inicio del afio” al que se refi- rieron los informantes de Sahagéin, no a la co- trelacién del primer dia del afo civil, para lo cual los sabios indigenas no hubiesen tenido la necesidad de altercar la cuestin durante mu- chos dias, como también lo informa Sahagin. Por otra parte, puede ser que el calendario re- construido por Paul Kirchhoff no sea més que la adaptaci6n renochea del calendario de uso general en Mesoamérica, para hacerlo coincidir con eventos solares especificos de la latitud de México-Tenochtitlan y validar de esta manera, ante propios y extrafios, los mitos, las festivida- des y en general la propia cosmovisién e his- toria tenochcas. Esta adaptacién, que no ex- cluy6 el uso del calendario panmesoamericano, como lo demuestran otras fechas indigenas re- gistradas en las fuentes y su alineamiento con los almanaques de diversos tiempos y regiones, debié realizarse con la reforma ideol6gica que consolida el poderio azteca. De ahi el cambio en la fecha de celcbracién del Fuego Nuevo, de 1 sachtli a 2 dcail, de ahi ta quema de los an- tiguos cédices de los pueblos vencidos y de los propios del pueblo azteca, porque en ellos su figura histérica carecia de importancia. Como bien seitala Leén Portilla, con esa reforma ideo- légica sc estaba concibiendo a la historia como un instrumento de dominacién (1981:90); pero ARQUEOLOGIA también, y necesariamente, al calendario que la narra: No conviene que toda la gence ‘Conozca las pinturas Los que estén sujetos [el pueblo}, ‘Se echardn a perder YY andar orcida la tierra, Porque alli se guarda mucha mentira, 'Y muchos en ella han sida tenidos par diases.

También podría gustarte