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Coordinación:
Dr. Herminio Olmeda Trejo
Diseño y edición:
Mtro. Julio César Balderas Cepeda
Portada: Imagen por senivpetro en Freepik
La edición de esta obra estuvo a cargo del Centro Regional de Formación Docente e Investigación
Educativa en Tamaulipas. Los contenidos de los artículos son responsabilidad de los autores. El presente
documento ha sido realizado con base en conocimientos colectivos y recursos públicos, por lo que
puede copiarse y difundirse libremente, siempre y cuando se cite la fuente y no se altere su contenido,
no se comercialice o se apropie privadamente, por persona física o moral, todo o parte de este.
Directorio
La Investigación Educativa es el estudio científico y organizado que tiene por objeto analizar con
rigurosidad y objetividad un problema o una temática relacionada con el proceso educativo.
Es considerada como una valiosa herramienta didáctica que fortalece el proceso de aprendizaje, si el
docente utiliza la investigación en su práctica educativa, la reflexión crítica de su propia actividad y la
de sus alumnos, para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje.
La investigación educativa en México inició en 1936 con la fundación del Instituto Nacional de
Pedagogía, cuyo objetivo era “Realizar investigaciones científicas en Materia Educativa”
Los desafíos de la educación son de índole muy diversa, para superarlos se requieren nuevos enfoques
y paradigmas, desde el nivel de licenciatura hasta el posgrado.
La agenda 2030 establecida por la ONU, establece en el objetivo de desarrollo sostenible 4: lograr una
educación de calidad; cuando las personas acceden a una educación de calidad, pueden escapar del
ciclo de pobreza, porque la educación contribuye a reducir las desigualdades y lograr la igualdad de
género.
En el capítulo 1 se integran experiencias y reflexiones en torno a temas relacionados con las políticas
educativas en México como el programa “Escuela Segura”, la formación docente, entre otros; en el
capítulo 2 se presentan tres trabajos de investigación acerca de la evaluación educativa en diferentes
contextos; en el capítulo 3 se analizan los saberes digitales en modalidad híbrida y otro par de temas
de tecnología educativa; en el capítulo 4 se integran diversos estudios y experiencias en torno a la
equidad y la inclusión en educación básica. En el capítulo 5 se presentan dos experiencias relacionadas
con la resiliencia en el contexto educativo. Finalmente, en el capítulo 6 se reúnen estudios y experiencias
en diferentes niveles educativos acerca de temas relacionados con los procesos de aprendizaje y de
formación docente en el contexto de la pandemia ocasionada por el coronavirus SARS-CoV-2.
I POLÍTICAS EDUCATIVAS..................................................................................................................... 3
CONSTRUIR ENTORNOS PROTECTORES PARA VIVIR SIN RIESGOS: PROGRAMA ESCUELA SEGURA EN MÉXICO, 2007-
2015..................................................................................................................................................... 4
DOS EXPERIENCIAS DE FORMACIÓN DOCENTE UNIVERSITARIA EN EL CONTEXTO DE LA POLÍTICA EDUCATIVA EN
MÉXICO ............................................................................................................................................... 22
POLÍTICA EDUCATIVA, USO DIDÁCTICO DE TIC Y TRADICIONALISMO DIGITAL EN EL CONTEXTO POST-COVID19:
REFLEXIONES DESDE LA DOCENCIA ............................................................................................................. 44
VINCULACIÓN DE PLANES Y PROGRAMAS ENTRE LA ESCUELA NORMAL Y ESCUELAS PRIMARIAS: ELEMENTO
FUNDAMENTAL EN LA FORMACIÓN DEL ESTUDIANTE NORMALISTA ................................................................ 58
FACTORES CLAVE EN EL PROGRAMA DE ESTANCIAS DE LA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE VICTORIA ..................... 66
LOGROS Y DESAFÍOS DE UNA ESCUELA NORMAL RURAL ANTE EL PRODEP ...................................................... 79
II EVALUACIÓN EDUCATIVA............................................................................................................... 93
LA INVESTIGACIÓN BASADA EN DISEÑO, UN MÉTODO COMO APOYO PARA RESOLVER PROBLEMAS EDUCATIVOS
DESDE CONTEXTOS REALES .................................................................................................................... 144
ANÁLISIS DE COMPETENCIAS EN SABERES DIGITALES EN LOS DOCENTES DE INGENIERÍA: UN ESTUDIO DE CASO ... 160
DISEÑO INSTRUCCIONAL Y HABILIDADES DIGITALES EN MODALIDAD HÍBRIDA ................................................ 174
~ 1~
V RESILIENCIA EN LA EDUCACIÓN ................................................................................................... 269
EXPERIENCIAS DE FRAGILIDAD DEL ESTUDIANTE NORMALISTA CON LA EDUCACIÓN A DISTANCIA ......................... 270
LA ESCUELA COMO UN ESPACIO PARA LA SUSTENTABILIDAD: PLAN DE ACCIÓN PARA ELABORACIÓN DE COMPOSTA
ESCOLAR ............................................................................................................................................ 282
EL AUTOAPRENDIZAJE DE LSM SIN MODELO LINGÜÍSTICO DEL ESTUDIANTADO EN EL NIVEL A2. EXPERIENCIA
NORMALISTA EN CONTINGENCIA ............................................................................................................ 299
SENTIMIENTOS DE UN COLECTIVO DOCENTE DURANTE EL CONFINAMIENTO DEL COVID-19 EN YUCATÁN .......... 315
TRANSVERSALIDAD EN LA ESCUELA NORMAL URBANA CUAUHTÉMOC: INICIACIÓN AL TRABAJO DOCENTE E INGLÉS III
......................................................................................................................................................... 330
EL CONOCIMIENTO PEDAGÓGICO DEL CONTENIDO PRESENTE EN LAS PLANIFICACIONES DIDÁCTICAS DE LAS
DOCENTES DE EDUCACIÓN PREESCOLAR AL ENSEÑAR LA MEDICIÓN ............................................................. 344
TECNOLOGÍAS INCLUYENTES QUE CONECTAN LA FAMILIA Y LA ESCUELA RURAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA ........ 358
REGULACIÓN DE LAS EMOCIONES EN LA EDUCACIÓN POR MEDIO DE LA RETROALIMENTACIÓN FORMATIVA ........ 376
FORMACIÓN DE INVESTIGADORES NOVELES CON EXIGENCIA ACADÉMICA EN TIEMPOS DE PANDEMIA, LICENCIATURA
PRIMARIA ........................................................................................................................................... 392
LA RELACIÓN ENTRE LA INTEGRACIÓN DE LO VIRTUAL Y PRESENCIAL Y EL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO EN LA
UNIVERSIDAD LA SALLE VICTORIA ........................................................................................................... 410
LA FORMACIÓN DE DOCENTES COMO EXPERIENCIA EN LA COMPLEJIDAD CONTEXTUAL .................................... 423
EL IMPACTO DEL AUTOCONCEPTO ACADÉMICO DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS DE PREESCOLAR EN SU DESEMPEÑO
ACADÉMICO, EN EL CAMPO FORMATIVO DE LENGUAJE Y COMUNICACIÓN ..................................................... 440
MODELACIÓN: HERRAMIENTA DIDÁCTICA EN EL APRENDIZAJE SÍNCRONO PARA SOLUCIONAR PROBLEMAS CON
FRACCIONES ........................................................................................................................................ 457
ESTUDIO COMPARATIVO ENTRE LA ZONA 082 Y 083 ACERCA DE LA INFLUENCIA DE LOS AMBIENTES DE APRENDIZAJE
Y LA COMPRENSIÓN LECTORA DE LOS ALUMNOS DE EDUCACIÓN PRIMARIA EN CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS .. 474
COMPRENSIÓN NARRATIVA MULTIMODAL Y HÁBITOS DE LECTURA EN TUTORES DE NIÑOS PERTENECIENTES A LA
EDUCACIÓN PREESCOLAR ...................................................................................................................... 487
ESTRATEGIAS PARA DISMINUIR LA DESERCIÓN ESCOLAR POR EL COVID 19 EN LOS ALUMNOS DEL PRIMER CICLO DE
INGENIERÍA INDUSTRIAL DEL TECNOLÓGICO DE EL MANTE .......................................................................... 499
FACTOR SOCIOLÓGICO Y RENDIMIENTO ESCOLAR EN ESTUDIANTES DE PRIMARIA DURANTE LA PANDEMIA DEL
COVID-19 ......................................................................................................................................... 511
~ 2~
Políticas
Educativas
Construir Entornos Protectores para Vivir sin Riesgos: Programa Escuela Segura
en México, 2007-2015
María del Refugio Magallanes Delgado 1
Universidad Autónoma de Zacatecas
mmagallanes@uaz.edu.mx
Resumen
En México, en el 2007, enseñar a construir entornos para vivir sin riesgos a través del
Programa Escuela Segura, surge en el contexto de la política pública de fortalecer la
participación política de las instituciones en la prevención social de la violencia, la
delincuencia y las adicciones. Este referente mostró a los educandos que vivir en un
entorno saludable, libre de violencia y recibir amor y protección es un derecho. El
Programa es interinstitucional y opera con un modelo coeducativo que involucra a la
escuela, la familia y la comunidad. Las guías “Me valoro y aprendo a cuidarme” y
“Aprendo a elegir bien para desarrollarme mejor”, como apoyo técnico del programa
están dirigidas a niñas y niños de tercero a sexto grado, se inscriben en el paradigma
de la pedagogía de la prevención de conductas antisociales y el principio del
estudiante como un agente capaz de autorregularse y seleccionar de manera correcta
a las personas y los espacios para interrelacionarse sin riesgos. La escuela como
entorno protector necesita promover la cultura del buen trato para desencadenar la
mejora de los aprendizajes y la formación cívica, logros que se inscriben en una meta
más ambiciosa, el fortalecimiento del tejido social.
Introducción
1
Doctora en historia de la educación adscrita como docente investigadora en la Maestría en Educación y Desarrollo Profesional Docente de la Unidad
Académica de Docencia Superior de la Universidad Autónoma de Zacatecas “Francisco García Salinas”. Docente perfil PRODEP, miembro del SNI e integrante
del CA-UAZ-184 consolidado “Estudios sobre educación, sociedad, cultura y comunicación”.
~ 4~
alumnado; cuáles son los propósitos educativos y recursos técnicos del Programa
Escuela Segura, que se creó en el 2007 para evitar vivir libre de riesgos; y cómo se
impulsa la enseñanza de la prevención de riesgos y daños físicos y emocionales en las
guías del Programa Escuela Segura publicadas en el 2010, “Me valoro y aprendo a
cuidarme” y “Aprendo a elegir bien para desarrollarme mejor”, dirigidas a niñas y niños
de tercer a sexto grado de primaria.
La hipótesis de la investigación es que en México, a principios del siglo XXI, la
problemática de la violencia escolar aceleró las políticas intergubernamentales
orientadas al fortalecimiento de la participación social de las instituciones para
erradicar y construir espacios públicos libres de violencia, entre ellos la escuela. La
declaración de la política de cero tolerancia de la violencia escolar se convirtió en el
vehículo para vigilar, reprimir y castigar toda transgresión cometida en el ámbito
escolar; y los educandos se presentan como transgresoras y transgresores latentes.
La pedagogía de la prevención asume que los comportamientos antisociales se
revierten a través de procesos de enseñanza coeducativos. Los límites entre la
indisciplina, los comportamientos disruptivos y las formas de violencia se fusionan
rápidamente en la comunidad escolar, incrementándose las situaciones de riesgo para
el alumnado. Vivir con seguridad y sin miedo se proyectó como un derecho, en
consecuencia, la enseñanza del autocuidado se convirtió en una meta educativa.
La metodología aplicada fue la hipotética deductiva para analizar la causa-efecto
del Programa Escuela Segura a partir de tres variables: la conceptualización sobre la
violencia escolar y el riesgo social desde la literatura especializada; los objetivos
centrales del Programa expuestos en documentación oficial y la descripción del
contenido medular de las guías. Estas guías afirman que un ambiente seguro es aquel
en el que las personas encuentran afecto, cuidado, protección, posibilidades de
desarrollo intelectual, emocional y moral. Asimismo, se sostiene que el hogar, la
escuela y la comunidad construyen ambientes protectores para los infantes; que el
desarrollo de capacidades como el autocuidado, la autoestima, la resistencia a la
presión, el manejo de emociones, entre otros, son parte sustantiva de la ética del
cuidado, la cual abre la posibilidad de prevenir daños futuros o reparar daños del
pasado. Dos elementos sustantivos para la implementación de este Programa federal
fueron la elaboración de la agenda estratégica de seguridad escolar y la capacitación
docente, aspectos que se conocen muy poco.
Violencia escolar desde las políticas de tolerancia cero y prevención del riesgo
A partir de los años noventa del siglo pasado, el campo investigación de la violencia
en la escuela ha generado una vasta literatura internacional, y en el caso de México,
~ 5~
ha provocado la formación y crecimiento de esta área de estudio en las dos últimas
décadas. Una consecuencia inmediata de esta proliferación fue la ruptura en la manera
de mirar al conjunto de acontecimientos, situaciones, personas y espacios dentro de la
escuela, incluso la propia violencia. Aunado a esto, el acontecimiento de la masacre de
la escuela secundaria en Columbine Colorado, 1999, hizo que perdiera vigencia, la
clásica idea de que la violencia escolar era un fenómeno urbano y que el problema de
la indisciplina quedara subordinado al de la violencia Asimismo, la adopción
generalizada de políticas y estrategias de corte criminológico, ha llevado, al uso
frecuente de conceptos como bullying y cero tolerancia en los discursos y prácticas
administrativas de la escuela (Furlán y Spitzer, 2013).
Desde esta política, el alumnado es visto como el vehículo principal para la
introducción de la violencia en las escuelas, es decir, el plantel se presenta como lugar
exento de prácticas violentas. Sin embargo, el sistema escolar es cómplice en la
generación de la violencia debido a que diversifica el rol del docente. El profesorado
tendrá que desempeñarse como vigilante y distanciarse del cuerpo del alumnado, y
contribuir con el sistema represivo, pero ha de exhortar, al mismo tiempo, a la
resolución pacífica de conflictos entre el estudiantado, aunque se tenga la certeza de
que, ambas acciones, poco o nada, previenen las manifestaciones de la violencia
(Devine y Cohen, 2007).
Lograr una escuela segura desde la política de cero tolerancia llevó a la instalación
cámaras de seguridad. Las grabaciones hechas en los planteles educativos revelan
que la vida escolar en cada espacio de la institución implica una dinámica diferenciada
y la ocurrencia de eventos azarosos o repetitivos con o sin violencia es algo que
acontece diariamente, pero en algunos casos, “el aula, aún representa la promesa de
diálogo, unidad, una configuración coherente de tiempo, concentración y la posibilidad
de una narrativa” (Devine y Cohen, 2007, p. 2).
Otro aspecto de las evidencias fílmicas es la existencia de distintas territorialidades
dentro de la institución escolar y maneras diversas de apropiación por parte de los
sujetos de dichos territorios. Se detectó una naturaleza dual de la violencia: la
importada de la comunidad a la escuela y la que se exporta de nuevo, de la escuela a
la calle (Furlán y Spitzer, 2013). Este proceso dual hace de las manifestaciones de la
violencia, constructos socioculturales dinámicos y complejos que se naturalizan en la
vida cotidiana de la comunidad escolar.
La cero tolerancia conlleva a utilizar castigos severos sin reparar si se trata de
incidentes triviales y a la tolerancia encubierta de los mismos, para aparentar el uso de
la vía pacífica como recurso conciliador. Uno de esos castigos es la expulsión, temporal
o definitiva de la escuela. Pero se ha demostrado que, la expulsión es discriminatoria,
~ 6~
inefectiva y no tiene efectos positivos en el desarrollo humano de los estudiantes
afectados. Por ello, se aboga por el enfoque comprensivo como estrategia alternativa
a la cero tolerancia (Devine y Cohen, 2007).
Este enfoque promueve experiencias de aprendizaje de comportamientos
prosociales, en lugar de sólo castigar conductas inapropiadas. El programa preventivo
contra el acoso escolar (anti-bullying) de Olweus (1993) fue el primer proyecto
comprensivo implementado a gran escala y evaluado sistemáticamente. Un elemento
esencial del mismo es que se dirige a todas y todos los actores en la comunidad
escolar, se incorporaron al currículum actividades diseñadas para inculcar actitudes
anti-bullying en los alumnos y promover el desarrollo de habilidades para la resolución
de conflictos (Furlán y Spitzer, 2013).
Otra vertiente de las investigaciones sobre violencia escolar advierte dos grandes
problemáticas. La primera gira alrededor del paradigma de las normas y las
desviaciones para explicar los comportamientos irregulares o la transgresión de
normas. En este modelo, los individuos son incapaces de mostrar respeto por otras
personas debido a un déficit de socialización o falta de integración. La segunda se
centra en el paradigma de los riesgos y los daños. El modelo sostiene que los
protagonistas actúan de acuerdo con sus intereses, pero no calculan los riesgos y el
orden social es pensado como normado. En consecuencia, la violencia es un atentado
contra el orden porque transgrede las normas en las que el orden se fundamenta
(Carra, 2009).
Algo es evidente, ante la repetición de situaciones que perpetúan la violencia en la
escuela, deviene la crisis de identidad de la institución por la pérdida de respeto. La
sensación de abandono que experimentan los docentes, por parte de directivos,
consejeros de educación, área de psicología y trabajo social, para atender y resolver
el problema, provoca el repliegue del profesorado para no estar en los territorios de la
violencia. Revertir esta crisis, implica la formación docente de manera voluntaria para
atender los problemas de conducta, detectar los factores de riesgo y el mejoramiento
del clima institucional, entre otros. Pero, no se trata de formar para la aplicación de
programas de combate a la violencia, sino de incorporar la prevención a la práctica
ordinaria (Furlán y Spitzer, 2013).
Rescatar a la escuela como institución no violenta anima a la gestión de la violencia
escolar. Aparecen los propósitos, técnicas, instrumentos, procedimientos, convenios
interinstitucionales y programas inspirados en la prevención y el control. No obstante,
se advierte, “la permeabilidad de la escuela y de una nueva territorialidad asociada a
ella; una nueva geografía escolar […] que se cierra por dentro […] en tanto que los
actos se gestan y ocurren dentro y fuera de ella, por parte de sujetos escolares”
~ 7~
(González, 2011, pp. 11-12). Esta invención de la violencia escolar permite imaginar a
la escuela necesitada de una política de seguridad.
Hacer de la escuela un lugar seguro se sustenta en mirar a los niños, adolescentes
y jóvenes escolares dotados de una peligrosidad manifiesta o latente. Si bien, la cero
tolerancia persigue y sanciona incivilidades, deja impunes los delitos que tienen como
sustento relaciones asimétricas de poder y corrupción intencionadas que se entretejen
durante la interacción de los educandos y el profesorado (Kaplan, 2011).
Si la violencia es una construcción social, una cualidad relacional asociada a una
época, es un concepto que designa:
Prácticas diferentes, que van desde los tradicionales castigos a los niños, los abusos
sexuales, los golpes entre alumnos y las fechorías de las pandillas extra o
intraescolares, a la drogadicción o amenazas de narcos, cholos y maras, los
secuestros y asesinatos de estudiantes, los ataques de alumnos a maestros, a sus
compañeros o a las instituciones educativas (González, 2011, p. 21).
~ 8~
aprendizaje, desarrollo de las personas y la forja de identidades comunitarias e
institucionales (Fierro y Carbajal, 2003).
De esta manera, la valoración de la situación de seguridad escolar desde el enfoque
de la convivencia cuestiona si el profesorado brinda un trato respetuoso y equitativo
libre de prejuicios socioeconómicos, de género o cultura al alumnado; si se promueve
el buen trato y los comportamientos libres de violencia y el trabajo colaborativo entre el
estudiantado y si se ofrecen apoyos pedagógicos diferenciados a los educandos que
presentan situación de rezago. También interpela la existencia de normas justas y
adecuadas, construidas de manera participativa, y manejadas de manera consistente;
el fomento del buen trato en todas las áreas del plantel y el involucramiento de la familia
en este proceso; y la valoración de la cultura local y del estudiantado (Fierro, 2013). El
buen trato como basamento del cambio, mantiene implícita la visión sistémica de la
seguridad escolar.
El buen trato es “toda forma de relación que promueve el descubrimiento y
valoración de los propios sentidos y de los ajenos, el diálogo fluido con las personas en
la vida cotidiana, la construcción de proyectos de vida propios y la convivencia
pacífica” (Iglesias, 2012, p. 33). En el ámbito escolar, una cultura de buen trato se
fundamenta en cinco principios: reconocimiento, empatía, colaboración y cooperación,
comunicación efectiva y negociación y mediación. La puesta en marcha de estos
principios promueve el derecho a ocupar un espacio físico, intelectual y afectivo en el
entorno escolar; la interacción empática para el logro de metas comunes, la
comunicación dialógica (opinión y escucha) y construir la tolerancia como medio para
solucionar los conflictos (Iglesias, 2012). Si el profesorado aplica estos principios,
estará haciendo de la escuela un ambiente seguro.
En México, los expertos han detectado que la convivencia se vincula a los problemas
de indisciplina, las incivilidades y la violencia en la escuela, así como a su prevención.
Pero también se asocia a fenómenos como el fracaso y la exclusión en la escuela
(Fierro, Lizardi y Juárez, 2013). En este sentido, la educación básica tiene dos
propósitos fundamentales:
Que los alumnos aprendan a aprender y aprendan a convivir para que la violencia no
se reproduzca […] y establecer una sinergia interinstitucional entre docentes,
alumnos, padres de familia, autoridades federales y locales, para tener una escuela
libre de violencia, con una cultura apegada al respeto de los derechos humanos
(Chávez, Gómez, Ochoa y Zurita, 2016, p. 2).
~ 9~
En este contexto, con base en el Acuerdo 557 con el que se emiten las reglas de
operación del Programa de Escuela Segura (PES), que se estableció en febrero de
2007, se reconocía que en México:
La existencia de ambientes seguros en las escuelas públicas de educación básica es
una situación indispensable para generar condiciones que permitan mejorar el
aprovechamiento escolar en niños y adolescentes […] Las escuelas públicas de
educación básica forman parte del entorno social por lo que todo aquello que altere o
ponga en riesgo su dinámica, las afectará directamente provocando un clima de
incertidumbre y vulnerando la integridad de la comunidad escolar. En nuestros días,
existen factores como la violencia, la delincuencia y las adicciones que ponen en
riesgo la seguridad dentro y fuera de la escuela y merman las posibilidades de una
convivencia solidaria, respetuosa y democrática, por tanto, deben ser atendidas y
prevenidas (Diario Oficial de la Federación [DOF], 2010, s/p).
Por lo anterior, el PES se proyecta como una estrategia para prevenir situaciones de
riesgo que impactan la seguridad de la comunidad escolar. En la fase inicial operó en
nueve entidades federativas del norte, centro y sur del país: Baja California, Chihuahua,
Distrito Federal, Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Sinaloa y Quintana Roo” y a
partir del 2008, se integrarían más entidades y la cobertura sería en todos los niveles
de la educación básica (DOF), 2010). En el 2007, el PES benefició a “1, 174 escuelas
ubicadas y a 558, 718 estudiantes de preescolar, primaria y secundaria” (Secretaría
de Educación Pública [SEP], 2011, pp. 5-6) en estos estados.
En este sentido, en diciembre del 2010, el Programa ya era de cobertura nacional
en el que participaban todas las entidades, con base en las reglas de operación 351
municipios prioritarios, es decir, que tuvieran alta incidencia delictiva identificada por la
Secretaría de Seguridad Pública (DOF, 2010). Para el 2013, el número de municipios
inscritos al Programa fue de 746, pero solamente 361 municipios calificaban como
prioritarios; este año las escuelas beneficiadas fueron 74, 845 planteles (SEP, 2011, p.
5). Si bien se trataba de participación asimétrica, la cobertura del programa crecía año
con año por el hecho de que se aspiraba a tener una escuela más segura, es decir,
libre de violencia.
Este anhelo hizo que el PES apuntara hacia el fortalecimiento de estrategias y
acciones que impulsan una cultura de la prevención del riesgo escolar sustentada en
el desarrollo de competencias ciudadanas en los alumnos y en la construcción de
ambientes democráticos en las escuelas públicas a través del currículo escolar, la
gestión escolar y la participación social. En el PES es fundamental la promoción de la
participación y el involucramiento de los integrantes de la comunidad escolar en
asuntos de interés colectivo para resolver los conflictos por vías no violentas como el
diálogo y la negociación. Asimismo, en una escuela segura debe prevalecer un
~ 10 ~
ambiente escolar democrático y armónico, que facilite la toma de decisiones en un
marco de equidad y respeto, en torno a medidas preventivas ante situaciones de riesgo
(DOF, 2010).
Si bien, el riesgo es una construcción social, por lo tanto “es dinámico y cambiante
y su expresión más acotada se capta en unidades territoriales y sociales de pequeña
escala. El riesgo es siempre producto de las acciones conscientes o inconscientes de
actores sociales, organizaciones, instituciones o individuos" (Sandoval, 2005, p. 3). Por
consiguiente, cada grupo social elabora variadas concepciones sobre la gravedad y
aceptabilidad de distintas situaciones de riesgo. Dichos patrones se rigen por los
procedimientos de socialización y de factores económicos, políticos y culturales y no
tanto del cálculo de probabilidades, en consecuencia, hay una diferenciación entre la
percepción del riego y el riesgo objetivo (Sandoval, 2005).
Para el PES, la elaboración de la Agenda de Seguridad Escolar era fundamental.
Esta agenda es el documento formulado en el seno del Consejo Escolar de
Participación Social de cada escuela; define las acciones para atender los principales
problemas identificados en la autoevaluación de la convivencia y la seguridad en la
escuela, de la cual se deriven acciones y metas, mismas que forman parte de la
planeación anual escolar. Esta agenda necesitaba vincularse con el Programa
Estratégico de Seguridad Escolar que es el documento de planeación estatal a través
del cual se describen las estrategias establecidas por la Coordinación Estatal del
Programa Escuela Segura (DOF, 2010).
La Agenda de Seguridad Escolar debe contener compromisos concretos con la
innovación de la gestión de la seguridad escolar, la prevención de la violencia y de las
adicciones; estrategias de coordinación entre las autoridades educativas estatales,
municipales y federales para sumar capacidades y recursos en beneficio de la
seguridad de las niñas, niños y jóvenes de educación básica derivados de una
descripción, análisis y diagnóstico de la situación de la seguridad escolar en la entidad;
principales indicadores educativos de violencia, consumo de sustancias adictivas o de
otros factores que vulneran la seguridad escolar; objetivos, metas y acciones para
fortalecer la seguridad en las escuelas de educación básica en la entidad; acciones
para el seguimiento de compromisos y la rendición de cuentas y la identificación de las
principales fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas que posibilitan o frenan
la implementación de las acciones propuestas en los instrumentos estatales de
planeación y de gestión escolar (DOF, 2010).
De esta manera, una escuela segura “es aquella en la que las y los integrantes de la
comunidad escolar conviven de manera inclusiva, democrática y pacífica, y trabajan
comprometidamente para la mejora de los aprendizajes de todo su alumnado” (Diario
~ 11 ~
Oficial de la Federación [DOF], 2014). Gestionar el aprendizaje de la convivencia se
ponderó como una tarea educativa indispensable para el desarrollo de las actividades
de aprendizaje.
En el 2013, se dijo en el Acuerdo 663 que emiten las Reglas de Operación del
Programa Escuela Segura, que el PES apuntaba a que la escuela contribuyera a:
La cohesión y la integración social de las comunidades escolares, mediante el
desarrollo de una cultura de paz. Dicha cultura de paz constituye un criterio que
orienta el desarrollo de las competencias ciudadanas y es congruente con los criterios
establecidos en el Artículo Tercero Constitucional y la Ley General de Educación en el
sentido de que la educación debe contribuir a la convivencia pacífica […] El Programa
Nacional Escuela Segura forma parte, desde julio de 2007, de la estrategia nacional
Limpiemos México, la cual establece vínculos de colaboración con diferentes
instituciones, de forma prioritaria con la Secretaría de Seguridad Pública y su
Programa “Comunidades Seguras”, la Secretaría de Salud con el Programa Nacional
“Salud sólo sin drogas”, la Secretaría de Desarrollo Social con el Programa
“Recuperación de Espacios Públicos” (Gobierno de México [GM], 2013, s/p).
~ 12 ~
El importe mínimo será de $5,000.00 y el máximo de $35,000.00 y será utilizado por
las escuelas para implementar las acciones planteadas en sus agendas de seguridad
escolar. El apoyo financiero otorgado a las escuelas será por única ocasión y no es
regularizable […] de manera complementaria se podrán utilizar para la compra de
insumos de seguridad, siempre y cuando las acciones no se dupliquen con las de
otros programas, se atienda las necesidades de seguridad que expresen las escuelas
en sus agendas de seguridad y convivencia escolar y se promueva la cultura de la
prevención (SG, 2013, s/p).
Otro aspecto negativo en este incremento de la cobertura del 2008 al 2014 fue la
baja en el monto económico asignado a cada plantel porque la partida presupuestal no
se incrementó en proporción directa con el aumento de planteles beneficiados.
En este mismo Acuerdo, 663, se estableció la naturaleza de los apoyos técnicos y
económicos que se brindaría a las escuelas incorporadas al PES. Los apoyos técnicos
serían cuatro:
a) Dotar a las escuelas de materiales educativos sobre gestión de la seguridad
escolar.
b) Brindar acompañamiento y asesoría a las escuelas.
~ 13 ~
c) Generar espacios de diálogo y procesos de gestión para fomentar la participación
social y la vinculación interinstitucional a favor de la seguridad escolar.
d) Promover la sistematización de la información derivada de la gestión de la
seguridad escolar (SG, 2013, s/p).
Cabe señalar, que el riesgo es visto tanto desde la perspectiva del bienestar
individual como también de la seguridad de familiares, amigos, compañeros de curso
y comunidades. La conducta individual o colectiva ante el riesgo toma se asume como
inexistente por el grupo que la acepta o real por el grupo que la rechaza e interpela. En
todo escenario social el riesgo debe evitarse tomando una adecuada decisión presente
en cuanto a lo que pasará en el futuro. Es necesario tener presente que la seguridad
jamás será completa dado que no existe conducta libre de riesgo, se tomen o no
decisiones (Sandoval, 2005).
Desde la perspectiva del desarrollo humano sustentable, se dice que existen cinco
pilares para que la calidad de vida de una persona sea la deseable: la equidad, la
sostenibilidad, la productividad, la participación y la seguridad humana. Este último pilar
~ 14 ~
comprende dos dimensiones: la protección que ante amenazas crónicas y la protección
ante repentinas y dañinas interrupciones de los patrones de la vida cotidiana en el
hogar, el trabajo o la comunidad (Sierra, 2001). En este caso, la violencia como
amenaza repentina o soterrada ha truncado la seguridad de la comunidad, en
consecuencia, de la escuela.
Para menguar esta amenaza, los contenidos de las guías se fundamentan en la
construcción de entornos protectores. El contenido de la Guía, Me valoro y aprendo a
cuidarme es el siguiente:
Porque yo valgo, mi derecho a ser protegido, aprendo a cuidarme, evito riesgos y
peligros, sin violencia es mejor, aprendo a decidir, haciendo planes, la ley nos
protege, hagamos un trato, cartilla para la protección personal, ¿a dónde puedo ir?,
para saber más (Conde, 2010a, p. 5).
Cada uno de estos temas se presenta con una narrativa sencilla, pero bien
argumentada, con ilustraciones de niñas y niños, conceptos centrales definidos con
precisión, actividades de refuerzo del tópico, otras fuentes de información y
autoevaluación. En esta guía, el derecho a la protección se presenta en dos sentidos:
como una condición de bienestar proporcionada por “tu familia, la comunidad, tus
maestros y el gobierno” (Conde, 2010a, p. 13) y como un proceso de aprendizaje a
través del cual se “debe tener información para aprender a cuidarse a reconocer los
riesgos y evitarlos” (Conde, 2010a, p. 13).
De esta manera, los cuatro agentes involucrados en la protección del educando
forman un entorno protector global, extra e intra escolar. Las características de este
entorno protector están mediadas por elementos objetivos y subjetivos que vigilan y
sancionan a las personas que violentan el derecho a la seguridad. La familia está
comprometida a querer, respetar, enseñar a evitar riesgos, proteger de los peligros,
evitar y denunciar la violencia, cuidar la salud, proporcionar normas y valores, enseñar
la responsabilidad y la toma de decisiones. La comunidad previene riesgos evitando
tradiciones y costumbres que dañan a los infantes, evita el maltrato y respeta los
derechos humanos. El gobierno brinda educación, servicios de salud y espacios para
la diversión, aplica las leyes y castiga a quienes hacen daño y crea instituciones que
ayudan a los niños abandonados o violentados. Los infantes aprenden a reconocer y
evitar riesgos, a tomar decisiones libres y ser responsables de las consecuencias de
sus actos (Conde, 2010a).
En la guía se hace énfasis en que, aunque una niña o niño tiene derecho a ser
cuidado, los infantes deben aprender a cuidarse. El autocuidado implica comer bien,
tener higiene y aseo corporal, dormir y descansar adecuadamente, realizar ejercicio,
~ 15 ~
controlar las emociones, evitar riesgos y peligros, y resistir la presión y las influencias
negativas (Conde, 2010a).
En este tenor, se afirma que se tiene derecho a vivir sin violencia. Pero:
En ocasiones en la escuela existen niñas y niños que abusan de los demás, los
molestan y hasta les pegan. Estas conductas provocan en quienes sufren el acoso y
la violencia, que la escuela no sea un lugar seguro. Hay muchas formas de violencia
en la escuela y debemos combatir todas (Conde, 2010a, p. 30).
Se indica que, para frenar la violencia escolar, los niños de tercer y cuarto grado
necesitan aprender a denunciar, a resolver los conflictos sin violencia, a decidir y trazar
un plan de vida. Estas acciones son parte sustantiva del autocuidado en el presente y
el futuro.
Para los educandos de quinto y sexto grado, la guía Aprendo a elegir bien para
desarrollarme mejor, está integrada por los siguientes temas: “Me quiero mucho, mi
escudo personal, me sé cuidar, mido el peligro, ¡No me presiones!, aprendo a elegir,
respeto y buen trato, aprender sin miedo, veo el futuro, cartilla para la protección
personal, ¿A dónde puedo ir? Para saber más” (Conde, 2010b, p. 4).
Estos doce tópicos poseen una estructura idéntica a la guía para tercero y cuarto
grado. Pero ahora se inicia con el tema de la autoestima, la cual se define como “el
aprecio que cada persona siente por sí misma” (Conde, 2010b, p. 8). Se hace hincapié
en que “una persona con una buena autoestima se respeta, se siente segura de sí
misma, sabe lo que quiere y demuestra confianza al enfrentar las situaciones difíciles
que se le presentan” (Conde, 2010b, p. 8). Se indica que la autoestima se forma a
partir de tres elementos: “La idea que tienes de ti mismo, lo que sientes por ti y lo que
haces” (Conde, 2010b, p. 8).
Se afirma que las niñas, los niños y los adolescentes “tienen derecho a vivir en un
entorno saludable, libre de violencia, en el que reciban amor y protección” (Conde,
2010b, p. 8), porque solamente de esta manera, tendrán mayores oportunidades para
crecer sanos, desarrollar sus capacidades y fortalecer aquellos aspectos que los
pueden proteger de riesgos y enfermedades.
El entorno es todo lo que te rodea en la casa, la escuela y la comunidad y está
formado por diversos elementos que pueden proteger o poner en riesgo (Conde,
2010b). De ahí la importancia que ponderar todo lo que hay, lo que se hace y las
maneras de relacionarse en la comunidad.
Los factores de riesgo se definen como “las condiciones y características personales
y del entorno que incrementan la probabilidad de que una persona se enferme, sufra
un accidente, consuma drogas, tenga relaciones sexuales tempranas y sin protección
~ 16 ~
o participe en actos delictivos” (Conde, 2010b, p. 12). En cambio, los factores de
protección contribuyen “a prevenir o reducir la probabilidad de sufrir riesgos o de
involucrarse en conductas de riesgo” (Conde, 2010b, p. 12). Pero lo más importante
de este tema es que los estudiantes adviertan que, los factores de riesgo se pueden
modificar y los factores protectores, fortalecer.
Si bien se exhorta al autocuidado valorando el conocimiento que se tiene del cuerpo
para reconocer si está saludable o enfermo, si se le brinda higiene y aseo, se pondera
de manera muy fuerte el control de los sentimientos y emociones, la toma de decisiones
que convienen y ayudan a tener una vida sana, la comprensión de la consecuencia de
los actos, la selección de amistades y la presión que pueden ejercer para realizar
acciones ilegales o indignas, el respeto a los demás y evitar la violencia y el maltrato
(Conde, 2010b).
Aprender a controlar las emociones, se presenta desde la autorregulación entendida
ésta como “la capacidad de expresar y encauzar las emociones debidamente: sin
esconderlas, sin que exploten, sin lastimarnos y sin lastimar a los demás” (Conde,
2010b, p. 21). Se dice que la necesidad de regular las emociones surge cuando se
reacciona sin control o de manera agresiva en situaciones que provocan enojo, tristeza,
miedo, ansiedad, aburrimiento o desesperación (Conde, 2010b). Aprender a no perder
el control implica tres pasos: pensar tranquilamente, hablar de lo que se siente y pedir
ayuda.
Otro exhorto que se hace al alumnado de quinto y sexto grado es medir el peligro.
En este tema se parte de tres premisas. Primera, que los riesgos y peligros existen en
cualquier parte; segunda, no existen lugares ni actividades cien por ciento seguros; y
tercera, las niñas y los niños no pueden estar encerrados en una burbuja. Por lo tanto,
tendrán que aprender a reconocer lo que les hace daño y no correr riesgos, es decir,
medir el peligro (Conde, 2010b). A mayor percepción del riesgo, la capacidad para
medir los daños y riesgos llevará a la toma de una decisión adecuada.
Se suma a este aprendizaje, aprender a resistir la presión negativa, entendida ésta
como una estrategia que utiliza una persona sobre otra, para la realización de una
acción que daña o pone en riesgo tu salud física, emocional o vida. Las formas de la
presión negativa son: “ridiculizar, maltrato físico o abuso, amenazar, desafiar o retar,
adular “hacer la barba”, prometer recompensas, insistir y engañar” (Conde, 2010b, p.
32). Las técnicas para resistir la presión son: “di que no, di la verdad, intenta ganar
tiempo, cambia el tema, disco rayado, aléjate y evita, ignora” (Conde, 2010b, p. 33).
Si bien estas técnicas sirven únicamente para poner distancia entre la persona y las
situaciones de riesgo, el buen trato es parte del telón de fondo. Éste conduce a la no
violencia y al aprender sin miedo. Si bien se dice que la violencia está presente en la
~ 17 ~
sociedad entera y en la escuela se repite pues es un reflejo de ésta, aprender a tratar
bien es ir contra cualquier forma de violencia, la cual se define como:
El uso intencional de la fuerza o el poder, que una persona o grupo ejerce sobre otra
para dañarla, someterla o para obligarla a hacer algo que no quiere. La violencia puede
provocar daños físicos como moretones o lesiones y daños emocionales como miedo,
angustia, depresión y problemas de conducta. Casi siempre surge cuando no se
dialoga, los conflictos no son afrontados y se pierde el respeto a las personas, a las
reglas y a las autoridades (Conde, 2010b, p. 46).
La denuncia es el mecanismo que frena la violencia, pero conocer y aplicar los 8
elementos de la Cartilla para la protección personal son los pilares de la prevención:
“quiérete, defiende tus derechos, cuídate, reconoce y evita riesgos y di no, controla tus
emociones, pide proyección, aprende a decidir y planear, y conocer y actúa con
legalidad” (Conde, 2010b, pp. 59-60).
Algo es cierto, en la conducta, la tensión entre querer ser y deber ser está siempre
presente y para gestionar esa tensión, “el sujeto se defiende, se adapta, se reconstruye
o salva su identidad personal, es decir, desarrolla diversas lógicas de acción,
entendidas estas como el eje central sobre el cual las personas articulan su conducta,
lo que da origen a ciertas tendencias” (Sandoval, 2005, p. 13) o padrones de
comportamiento antisociales o socialmente aceptables.
Conclusiones
~ 18 ~
Atender este reto, implica varias cosas. Primero, que los investigadores educativos
tengan acceso al contenido de las agendas para la seguridad escolar que elabora cada
plantel. Segundo, reconocer que imponer el orden en las escuelas no genera una
cultura de la prevención, sino de la represión. Tercero, asumir la prevención del riesgo
desde la ética del cuidado, es decir, en la construcción de la autonomía de la persona,
por lo tanto, debe efectuarse día a día en las escuelas. Cuarto, aceptar que el
aprendizaje del buen trato es algo más que un aspecto remedial de la violencia es la
apuesta por la pedagogía de la alteridad, es decir, el reconocimiento de la otredad
como condición necesaria para mirar con otros ojos las diferencias y valorar los riesgos
sociales.
Consolidar a las escuelas de educación básica del país como espacios seguros y
confiables ha sido una política inconclusa y frágil debido a que las tres guías del
Programa Escuela Segura, Me valoro y aprendo a cuidarme, Aprendo a elegir bien para
desarrollarme mejor y ¿Cómo construir ambientes protectores, se entregan al
profesorado como recursos técnicos para ser enseñados, pero no existió un horario
lectivo para ese contenido ni capacitación real para impulsar la cultura de la prevención
desde la cotidianidad.
En esta tónica de la prevención desde la escuela, en el 2015 se estableció el
Programa Nacional para la Convivencia Escolar para todos los niveles de educación
básica. En el 2016 se dio la primera edición de los cuadernos para el alumnado y el
2018 se institucionalizó en el currículo escolar la enseñanza-aprendizaje de habilidades
socioemocionales con el objetivo de favorecer el establecimiento de ambientes de
convivencia escolar sana y pacífica que contribuyan a prevenir situaciones de riesgo,
entre ellas el acoso escolar.
Frente al incremento de la inseguridad, la violencia y las adicciones, en el 2016, el
Secretariado Ejecutivo en el marco del programa federal “Desarrollo de capacidades
en las instituciones locales para el diseño de políticas públicas destinadas a la
prevención social de la violencia y la delincuencia con la participación ciudadana en
temas de seguridad pública”, operó a nivel nacional el Proyecto “Prevención de
Violencia Escolar”, el cual tiene como propósito:
Promover la escuela como un espacio seguro tanto al interior como al exterior de los
plantes escolares, a través de intervenciones y estrategias que ayuden a prevenir y
erradicar la violencia escolar, además de formar niños y adolescentes con capacidad
de solucionar problemas mediante el diálogo y el consenso, convirtiéndolos en
agentes de cambio en su familia y comunidad” (SESNSP, 2019, p. 6).
~ 19 ~
Hacer que el alumnado aprenda a construir entornos protectores desde sus recursos
socioafectivos y reconocer que su familia, la comunidad y las instituciones de gobierno
son promotoras y defensoras de su derecho a vivir sin miedo, es un primer paso. Habrá
que esperar a que estas agencias cumplan con este principio de los derechos
constitucionales y humanos.
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~ 21 ~
Dos Experiencias de Formación Docente Universitaria en el Contexto de la Política
Educativa en México
César Silva Montes
Departamento de Humanidades, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
cesilva@uacj.mx
Resumen
~ 22 ~
Se eligió la etnografía porque la investigación en las escuelas se desarrolla en
ámbitos naturales y no se altera por la presencia de un extraño, como en la presente
experiencia, porque desde hace 17 años trabajo como docente en la institución. En la
ponencia se relata la experiencia de un curso y un taller de actualización docente en
una universidad pública del norte de México. El primero como respuesta a las
exigencias laborales, y el segundo como opción pedagógica para que el profesorado
intentara tornarse en protagonista de su actualización. El fin fue contrastar la formación
enfocada a los requerimientos de la Cuarta Revolución Industrial (CRI) y la posibilidad
de desarrollar autonomía e intervención del docente en los contenidos de su
actualización.
El curso se llamó Habilidades socioemocionales y su importancia en la labor
docente, y el objetivo de la formación fue: “Fortalecer las habilidades sociales y
emocionales del profesor/a como apoyo adyacente al desarrollo integral, propio y de
los estudiantes, así como la sana convivencia con sus pares de trabajo”. El curso es
una evidencia de la omisión del contexto socio económico y política en los contenidos
y en las deliberaciones durante las sesiones, que no ponderan su origen en el ámbito
empresarial y su relevancia como una habilidad suave para obtener un empleo. El curso
se desarrolló en línea debido a la pandemia y el profesorado compartió sus opiniones
a través del foro de discusión con la escritura. No hubo interacción visual virtual.
El taller se denominó “Taller Integral de Formación Docente” (TIFD) con base en la
Investigación-Acción Participativa (IAP) y como alternativa a cursos prescriptivos, pues
un estudio encontró que la actualización en la universidad concurre a los cursos por
imposición o recompensas y no modifica su práctica en el aula; además, se originó
tecno-dependencia y no se discute el contexto en qué ocurre su formación. En
consecuencia, durante el taller se debatió el marco social, político y económico
contemporáneo y las dimensiones epistemológica, sociológica, psicoeducativa y
pedagógica en que trabaja el magisterio. También se propuso la modificación de los
contenidos o dinámica del taller de según lo propusiera el grupo.
Como técnica de recopilación de información se usó la observación participante que
me permitió interactuar con los participantes y reflexionar sobre mi quehacer durante
las sesiones. Y en el diario de campo anoté acontecimientos relevantes para establecer
los nexos de los contenidos con la demanda del avance tecnológico y las acciones que
promueven la reflexión y la factibilidad para diseñar otra formación. Asimismo, las
opiniones, presentaciones, ejercicios y diarios de reflexión del profesorado en la
plataforma digital Microsoft Teams y los foros de discusión, fueron otras fuentes de
información. Las voces del magisterio se codificaron con D para un docente y un
número para identificar a cada participante.
~ 23 ~
En el curso de habilidad socioemocionales participaron 41 docentes de los todos los
campus de la institución con una duración de 20 horas. En el TIFD asistieron 25
profesores y profesoras con experiencia frente a grupo entre cuatro y 38 años. Basten
estos datos para seguir un principio de la etnografía de conservar el anonimato de las
personas, pues lo que importa es cómo y desde dónde se expresa. Por tanto, se anotan
los mínimos detalles que identifiquen a las personas citadas. Hablaré de los nombres
de los cursos de manera general, sin fechas, sin las o los responsables. Les manifiesto
mi respeto a su trabajo porque entiendo el convencimiento sobre lo que enseñan, por
eso me centraré en cómo desarrollaron el curso y sus contenidos.
En este marco, se exploran las políticas educativas de actualización del magisterio
en las universidades de los gobiernos mexicanos en correspondencia con las
demandas, prioritariamente, del cambio tecnológico y con la denominada CRI o
industria 4.0. Se presenta la política educativa de formación docente plasmada en los
programas educativos del año 2001 al 2019. Luego una definición de formación, un
breve recorrido histórico del modelo de profesorado y algunos cuestionamientos a la
actualización en general. Enseguida se relata la experiencia del curso sobre habilidades
socioemocionales. Después el relato del TIDF. Por último, el balance y las posibilidades
de que el magisterio sea protagonista de su actualización.
El recuento del Programa Nacional de Educación 2001-2006, y los Planes
Sectoriales de Educación 2007-2012, 2013-2018 y 2019-2024, más la propuesta de
la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior
(ANUIES) hacia el 2030, muestra la continuidad de una política de formación docente.
Los rasgos característicos del perfil del profesorado enfatizan las habilidades
instrumentales que obvian el análisis del contexto socioeconómico y le asignan la tarea
de reproducir en el alumnado los conocimientos, habilidades y valores exigidas por la
CRI.
En los últimos 20 años se percibe una política de continuación con los principios
empresariales y las directrices de los organismos financieros internacionales, entre
otros: la educación a lo largo de la vida, competencias, excelencia, aprender a
aprender, capital humano y PISA 1 como referente del logro de los aprendizajes del
estudiantado. En este periodo, la educación superior se orientó al aseguramiento de la
calidad, la formación del personal académico y fortalecer el nexo con el sistema
productivo. Para la actualización del magisterio se modificaron los contenidos para
convertir al profesorado en un facilitador del aprendizaje y con un sistema de estímulos
1
Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
~ 24 ~
económicos encaminado a la mejora de la enseñanza. Asimismo, se impulsó la cultura
emprendedora basada en la innovación, desde los niveles básicos.
En el marco del avance tecnológico y la preocupación por el desarrollo social, la
actualización del profesorado piensa a la escuela como un lugar de aprendizaje
didáctico mediante el diálogo y comunidades de aprendizaje entre colegas. En el
contexto del fortalecimiento del nexo escuela-producción, en la formación docente se
encuentran constantes como: el magisterio es el principal agente para transformar la
enseñanza, requiere profesionalización y la mejora continua con vocación de servicio;
el desarrollo de habilidades socioemocionales y del aprendizaje colaborativo. Para
sustentar lo anterior, con el riesgo de leerse reiterativo, se citan el discurso tecnológico
del Estado mexicano y los elementos del perfil docente del siglo XXI con base en las
políticas educativas de 2001 a 2021.
Así, el Programa Nacional de Educación 2001-2006 destaca que en la sociedad del
conocimiento es necesario modificar los procesos de aprendizaje y los papeles de
estudiantes y docentes. El entorno es un mundo de competencia globalizada que
requiere mayores conocimientos susceptibles de aplicación, pero con vigencia
limitada. Para evitar la obsolescencia del conocimiento es adecuado el aprendizaje a lo
largo de la vida con “aptitudes para fomentar la comunicación interpersonal y el trabajo
en equipo… Capacidad para trabajar en ambientes de tecnologías de información y
comunicación… Disponibilidad para aprender por cuenta propia (p. 50-51). Y el perfil
del profesorado es de un “…facilitador del aprendizaje” (p. 51), con una pedagogía que
promueva el pensamiento analítico y creativo en la educación superior para superar la
débil “formación profesional y el mundo del trabajo” (p. 65). Además, al profesorado se
le estipula la responsabilidad de mejorar la calidad de los programas mediante la
superación académica con “enfoques de enseñanza flexibles centrados en el
aprendizaje” (p. 211) y su vínculo con recompensas económicas mejorando “los
programas de estímulos al desempeño” (p. 65).
En el Programa Sectorial de Educación 2007-2012 se reitera la importancia de la
“capacitación de profesores” y el uso de las Tecnologías de la Información y
Comunicación (TIC) para que el estudiantado pueda “ampliar sus competencias para
la vida y favorecer su inserción en la sociedad del conocimiento” (p. 11). Se insiste en
los modelos educativos centrados en el aprendizaje (p. 28), el desarrollo de la carrera
académica, alentar los programas de educación continua y estimular la formación a lo
largo de toda la vida (p. 35). Asimismo, promover la renovación de las prácticas
docentes y establecer un sistema de certificación de docentes.
Con pocas variantes respecto al contexto tecnológico y económico se elaboró el
Programa Sectorial de Educación 2013-2018, a excepción de mencionar la
~ 25 ~
revalorización del magisterio ante la reforma educativa de la educación básica basada
en la evaluación del profesorado como vía para asegurar la calidad educativa. Se
enfatizó la preponderancia de actualizar las competencias para el personal académico
y “se propiciará una mayor vinculación con el sistema productivo” (p. 12). Más
adelante, se asevera que en la formación y actualización del profesorado: “No existe
evidencia de su impacto en la transformación de las prácticas de enseñanza” (p. 26).
No obstante, en las universidades se impulsará “la formación del personal académico
mediante modelos pertinentes” (p. 50) y utilizar las TIC (p. 51).
La continuidad de las políticas se encuentra en el Programa Sectorial de Educación
2019-2024 de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador,
autonombrado antineoliberal, en el marco del siglo XXI plantea “que la formación
continua debe ser un derecho del personal docente” (DOF, 2020, p. 13). Permanece
la noción de que la calidad de los contenidos en la escuela pública “disminuye las
posibilidades de aprendizaje de las y los estudiantes, así como el acceso al mercado
laboral y su contribución al desarrollo económico y social” (DOF, 2020, p. 6). Tampoco
existe una variante significativa en el enfoque sobre la capacitación para el trabajo y el
currículo en competencias. En la estrategia prioritaria 1.1 Ampliar las oportunidades
educativas para cerrar las brechas sociales y reducir las desigualdades regionales”,
acciones de la 1.1.3 a 1.1.6 se asienta: Fortalecer la oferta de capacitación para que
jóvenes y adultos adquieran conocimientos y habilidades que mejoren sus posibilidades
de empleabilidad; y fomentar la certificación de competencias laborales asociadas a
las características de cada región como el emprendimiento.
En la Estrategia prioritaria 3.2 Reorientar la formación continua del personal docente,
se aporta la posibilidad de realizar un diagnóstico integral para conocer las necesidades
específicas de capacitación y actualización profesional. Entre otras acciones (3.2.3) los
posgrados en educación serán una opción de formación, el intercambio internacional
de docentes para fortalecer las prácticas pedagógicas (3.2.9); asimismo, y se mantiene
la admisión, promoción y reconocimiento, con evaluaciones diagnósticas.
Por su parte, la ANUIES 1 en su proyección al 2030 sostiene que la CRI es un
imperativo del avance tecnológico y en el marco de la exclusión social enuncia cuatro
desafíos: disminución de la pobreza y la inequidad, el combate al rezago educativo, la
incorporación al empleo formal y el incremento de la competitividad nacional. Repite lo
que Schwab (2016) afirmó sobre la CRI: un mundo globalizado, inestabilidad en el
empleo, la obsolescencia del conocimiento y el destino de las universidades para
adaptarse a las demandas de la era digital con su inteligencia artificial y automatización
1
Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior
~ 26 ~
que determinan las habilidades cognitivas y socioemocionales. Paradójicamente
“mayores capacidades de desarrollo y bienestar, posibilitadas por el avance de la
ciencia y la tecnológica, a la vez se han profundizado las desigualdades sociales”
(ANUIES, 2018, p. 22). En el Objetivo 4, se refiere al aprendizaje a lo largo de la vida
en las competencias para el empleo, el trabajo decente y el emprendimiento.
Siguiendo con la ANUIES (2018), de las TIC se transitará a las Tecnologías para el
Aprendizaje y el Conocimiento (TAC), de programas educativos disciplinarios a un
aprendizaje flexible con alternativas en cuanto a cómo, cuándo, dónde y qué estudiar,
porque el estudiantado será el centro en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Por
esto, se mantendrán las habilidades y competencias humanas que “por ahora, las
máquinas no ofrecen una alternativa viable…. la empatía, el trato personal y las
relaciones de grupo” (p. 31). Y el diploma de licenciatura o ingeniería dejará de ser la
principal evidencia de empleabilidad si no se adaptan a trabajar en un entorno
tecnológico en constante evolución. La ANUIES repite las capacidades enunciadas
desde hace 20 años: mayor creatividad, capacidad para resolver problemas y tomar
decisiones en incertidumbre, analizar e interpretar grandes volúmenes de información
y dominar lenguas extranjeras, en respuesta al avance tecnológico.
En síntesis, es evidente en el discurso de los gobiernos recientes que la formación
docente depende de las demandas tecnológicas y económicas, se concentra en los
aspectos técnicos y relega la reflexión sobre el contexto. Por otra parte, al profesorado
se le responsabiliza de alcanzar la calidad educativa y el éxito en el perfil de egreso,
como si la enseñanza y el aprendizaje solo se realizaran en un aula entre el docente y
el estudiantado. Se olvida que el quehacer docente obedece a programas y planes de
estudio, del espacio, o a las demandas familiares, económicas, políticas y sociales. Por
tanto, la actualización del magisterio debe considerar su participación en el diseño de
los cursos según su particularidad y sus propósitos, desligarla de recompensas
monetarias y deliberar qué significa la noción de formación en el profesorado.
~ 27 ~
Tiene al menos dos fuentes: una social-sindical que beneficia al individuo para
alcanzar mayores oportunidades y autonomía frente al entorno socioeconómico; otra,
la económica que aporta contenidos, conocimientos y técnicas relacionadas con el
trabajo y el rendimiento. Por ello, la formación entraña una significación política y
expresa un conflicto entre el trabajo, la persona y la organización social. Una alternativa
de formación es colectiva, es un esfuerzo de comprensión, renovación y, a veces, de
creación. Formarse es realizarse como ser humano y para el entorno, proceso en
donde el sujeto se apropia de la cultura en la que nació y debe renacer
incesantemente.
El término bildung (en alemán: formación), se refiere al cultivo de la misma persona.
En la educación implica la formación del ser humano con respecto a su propia
humanidad, no en mera instrucción para obtener conocimiento externo o habilidades
que aliena cuando se define desde la perspectiva de otro. Según Martínez (2010) los
diseños formativos externos y promovidos por el Estado provocan la pérdida de control
del profesorado sobre el sentido, los procesos y los productos de su trabajo que lo
alienan. Este rasgo externo, desde la sociología de las profesiones, considera que el
magisterio no es un profesional porque depende de otras personas y no controla la
estructura y el contenido del trabajo. Por ejemplo, el profesorado no determina la
admisión, certificación y validación de la profesión. En cambio, un abogado realiza un
diagnóstico para identificar el problema, determina la posible solución y ejecuta la
acción (Medina, 2010).
La noción de formación esbozada (aquí utilizada como sinónimo de actualización)
enfatiza su carácter externo y paralelo a la estructura socioeconómica versus la
posibilidad de una experiencia autónoma y particular. En este sentido, un sucinto
recuento sobre el modelo y formación del profesorado muestra su nexo con las
peticiones sociales, los intereses de los gobiernos y, ahora, con el avance tecnológico.
Prophetes, etimología de profesor, se relaciona con quienes hablan en nombre de dios,
por eso los primeros maestros eran sacerdotes y luego doctores en teología (Torres,
2010). En el sistema educativo moderno, en el contexto industrial y de migración hacia
las ciudades europeas y estadounidenses, el magisterio era un difusor de los valores
de amor al trabajo y al mérito para el éxito personal. Ahora al docente se le considera
un facilitador del aprendizaje para la era digital de conocimientos prácticos, concretos,
de inmediata aplicación y de reducida vigencia.
A finales del siglo XIX el profesorado fue controlado, formado y certificado por las
escuelas normales. El docente ideal conocía los contenidos de su materia, poseía
habilidad didáctica, y la ciencia le imprimía el rasgo de verdad a los conocimientos. Más
adelante, Davini (2016) sostiene que la formación docente en los orígenes del
magisterio se orientó a comprender a la niñez. En el siglo XX, décadas de los sesenta
~ 28 ~
y setenta, la corriente psicológica neoconductista promovió los objetivos
operacionales, la instrucción programada, las técnicas grupales y la evaluación de los
aprendizajes mensurables.
Liston y Zeichner (2003), sustentan que Estados Unidos buscó conformar un
profesorado experto en su asignatura y apto para lograr aprendizajes. Postularon tres
tradiciones según el rol del docente en el aula: conservadora, es un transmisor del
conocimiento; progresista, provee al estudiantado de estrategias para que solucione
problemas y consiga información; radical es reflexivo y se involucra con su entorno.
Davini (2001) aporta dos tradiciones en América Latina: La normalizadora-
disciplinadora, que homogeneiza las ideologías de las personas y el profesorado es un
prototipo de “buen maestro”; y la eficientista, división técnica entre un magisterio
ejecutor de las directrices de expertos en cómo enseñar. En los noventa del siglo XXI
los organismos financieros y culturales modelaron un docente constructivista basado
en la psicología de Piaget.
En el caso de la UNESCO (s. f.) se exhortó a las escuelas a delinear un currículo en
competencias; en la Declaración de París se recomienda una pedagogía centrada en
el estudiantado que demanda innovar los métodos educativos (Art. 9). Y la educación
a lo largo de la vida requiere programas adecuados de formación del personal docente
(UNESCO, 1998, punto II.6.h). Después arribará la industria 4.0 compuesta por
sistemas ciber-físicos que monitorean los procesos, toman decisiones descentralizadas
y cooperan con personas en tiempo real vía Internet (Novik, 2018).
En este marco, al profesorado se le exigen habilidades didácticas, competencias
comunicativas, el dominio de TIC y la capacidad de investigación y reflexión sobre su
práctica (Vaillant, 2010). Para Cimoli (2018), se requiere que: “docentes y el sector
privado desempeñen un papel muy importante y deben hacerse oír para que la
sociedad interprete y demande el desarrollo de tecnologías digitales como base
formativa de los alumnos” (p. 110). En la era digital, para Luchetti (2008) la educación
plantea acceder, procesar y organizar la información con buscadores temáticos como
Google. Otro escenario para la formación del profesorado es la obsolescencia y la
transformación y pérdida de empleos por el cambio tecnológico. Según Weller, Gontero
y Campbell (2019) para evitarlo las políticas de educación deben orientarse a un perfil
técnico-profesional para el emprendimiento y el aprendizaje a lo largo de la vida.
Adaptar la formación del profesorado a las demandas de la era digital y la producción
basada en la información y cambiar sus prácticas no es sencillo, es un proceso largo y
complejo que excede los contenidos y las directrices oficiales (Davini, 2002). Por otra
parte, la actualización docente se enfoca en los conocimientos y destrezas, pero se
desatienden las implicaciones de la función social de la enseñanza. Intenta configurar
~ 29 ~
un profesorado para instruir al estudiantado con las habilidades para el empleo. En
pocos cursos se invita al docente a que observen críticamente el contexto histórico,
filosófico, social, político y económico donde ejecuta su trabajo.
Para Leiva y Loreto (2016) la formación universitaria aspira a un profesorado
solidario y comprometido con la sociedad; pero adaptable a la cultura que lo rodea,
educar eficazmente para el planeta “tecnologizado”. El docente debe planificar,
preparar clase, manejar TIC, exponer con claridad y trabajar en equipo. Guzmán,
Arévalo y Martínez (2016), señalan la complejidad de la docencia, pero de acuerdo con
las competencias de la producción: tomar decisiones, resolver problemas, saber hacer
y mejora permanente. Concluyen: la profesionalidad del magisterio pasó de un deseo
a una exigencia para lograr la calidad educativa.
En la discusión, Pacheco (2005) medita en cómo el lenguaje de las competencias
surgidas de la administración, no son del todo compatibles con las ciencias sociales y
la formación profesional se iguala en función del destinatario final. Por tanto, los cursos
de formación no deben responder en automático al uso de las TIC y las necesidades
laborales, pues el profesorado no se forma con esquemas de conductas idénticas ni
normalizado para una cadena industrial (Postic, 1996). Pero se impone la utilización de
las TIC por el imperativo de la innovación.
Para cerrar, un recuento sobre formación docente de Elías y González (2019)
encontró: a) tendencia predominantemente técnica para desarrollar habilidades; b)
distante de los problemas cotidianos del profesorado; c) actividades instruccionales
similares a la capacitación para adquirir saberes declarativos o pautas conductuales
que relegan lo imprevisible y complejo del acto educativo. Como alternativa,
encontraron que la implicación del docente en su proceso formativo aumenta cuando
los contenidos responden al contexto, se logra un trabajo participativo y una reflexión
crítica para cambiar la práctica docente. Situación que no se logró en un curso sobre
las habilidades blandas que requiere la CRI: el control de las emociones.
~ 30 ~
socioemocionales, las más difíciles de automatizar. Otras competencias que exige el
empresariado es gente con liderazgo, comunicación oral y escrita e inteligencia
emocional, idóneos para profesar empleos gerenciales y de ventas con alto nivel de
estrés. Son las competencias blandas y la educación puede forjarlas.
En México, las HSE se implantaron en el Nuevo Modelo Educativo (NME) decretado
por Enrique Peña Nieto, porque: “Se reconoce la importancia de desarrollar las
habilidades socioemocionales de las personas para conocerse a sí mismas, y convivir
y cooperar con otros” (Secretaría de Educación Pública (SEP), 2017, p. 54). Además,
para que el estudiantado sea resiliente y “puedan lidiar y adaptarse a nuevas
situaciones, y ser creativos” (p. 63). En contraparte, Velázquez (2017) observa una
nueva ruta para la explotación laboral, que encubre el mercantilismo en la pedagogía,
porque el NME enfoca la dimensión socioemocional en congruencia con las empresas
de consumo personal y online, que requiere un manejo adecuado del estrés en medio
de la excesiva flexibilidad laboral. Alude a la inteligencia emocional, citando a Daniel
Goleman en su best seller de mercadotecnia que entiende que en los patrones de
consumo el 70% de las razones para comprar se relacionan con cuestiones
emocionales. Velázquez y la revista Semana coinciden en la importancia de las HSE,
aunque desde diferentes perspectivas: el primero, con una mirada crítica; la segunda,
desde una visión deseable y necesaria para la empleabilidad.
El impulso de las HSE son uno más de los lineamientos de los organismos financieros
internacionales. Pujol (2018) señala el valor de las habilidades socioemocionales para
la educación integral del estudiantado, pero cuestiona que se presentan a la sociedad
con un discurso de innovación y políticamente neutras. En el fondo, estas políticas
responden a la lógica del mercado y descartan la desigualdad, la violencia y la
impunidad del contexto latinoamericano. Pujol cita el documento de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos de 2015 “Habilidades para el progreso
social. El poder de las habilidades sociales y emocionales”, como la perseverancia, la
estabilidad emocional y la sociabilidad para lograr eficacia en el aprendizaje y en lo
socioeconómico. Agrega que la demanda al profesorado para desarrollar HSE en la
escuela sucede en un momento en que no siente respeto por su dignidad ni su
individualidad. Conviene recordar que hoy socialmente la docencia se percibe como
un empleo desprestigiado.
~ 31 ~
módulo relacionadas con el objetivo del curso: “Docentes emocionalmente
inteligentes”, “Manejar las emociones, factor importante en el mejoramiento de la
calidad de vida”. El proceso para la comprensión de los contenidos se dividió en
subtemas y, en síntesis, por ejemplo, de las páginas 63-66, parece incongruente invitar
a los docentes a escudriñar retazos de lecturas para conocer los pormenores de un
curso, en un momento en que se cuestiona la fragmentación del conocimiento y el
enciclopedismo.
En los textos por analizar se mencionó el egoísmo, la violencia y ruindad espiritual
que afecta la vida comunitaria e individual. Se estableció que quienes no controlan las
emociones padecen deficiencias morales, incapacidad de manejar el impulso con
voluntad y carácter. Se afirmó que carecemos de empatía ante un acto violento. Está
en boga la empatía que, para Goldman, es altruismo y sólo sintiendo lo que otro siente
nos preocupamos por él. “Se hace el bien sin mirar a quien”, como sentenciaba el
comercial de una pomada. Se apela a Dios, “amar al prójimo como a ti mismo”. No se
trata de negar la libertad de creencias y la práctica de una religión, pero sí de deliberar
respecto a la perspectiva laica y científica de la escuela.
Después se abordó la visón biológica y psicológica: los datos neuro-biológicos que
abren múltiples posibilidades para crear, mantener y fortalecer hábitos emocionales
favorables. Las emociones se controlan con la plasticidad del sistema nervioso. La
inteligencia emocional es aprender a escuchar; practicar la empatía; practicar el
perdón de Dios; tolerancia; ser asertivos. Como nuestro trabajo es cambiar a las
personas, se puede lograr con un “toque” de sentimientos y el entendimiento se
fortalece con la reflexión y la retroalimentación. También se habló de basarnos en
nuestro proyecto de vida, realizar ideales, vivir con intensidad cada reto y perseguir la
calidad de nuestra existencia. La retórica del curso continuó concentrada en el
individuo como si estuviera aislado del contexto socioeconómico, incluso sin historia.
En el Módulo III se planteó el Objetivo: El docente identifica y conoce las habilidades
socioemocionales en su quehacer diario y con sus estudiantes. La lectura afín fue “La
inteligencia emocional como una habilidad esencial en la escuela”. Para potenciar el
vínculo estudiante-docente se requiere de autoestima. El estudiantado aprende mejor
cuando está feliz, se siente aceptado y valorado por otros. (Importante aseveración,
porque la escuela no siempre ha sido así: existe diferenciación, jerarquización,
competencia, mérito y en consecuencia la exclusión. Esto sucede mediante concursos,
calificaciones, aprobación o reprobación, para gozar de becas, títulos o reconocimiento
social). Para modelar a un alumnado feliz se requiere apoyo del profesorado en lo
escolar y emocional. Aunque alguien comentó que los “premios y concursos minan la
participación del estudiantado”.
~ 32 ~
“Dinámicas y ejercicios de regulación emocional: individual y colectivo, a partir de
las aulas felices” se examinó en el Módulo IV. Se postuló: “Reflexionando para la puesta
en marcha: El docente conoce dinámicas y ejercicios de apoyo para mejorar su
práctica con base en los aprendizajes obtenidos sobre las habilidades
socioemocionales”. El contenido detalló la meditación basada en la respiración:
sentados en una silla, espalda recta, sin cruzar las piernas. Al inspirar calmo mi cuerpo,
sonrío, vivo el presente, sé que es un momento maravilloso. Se recomienda realizar
nuestras actividades con plena conciencia: saborear un alimento; contemplar una
imagen, la música; despertar ante situaciones especiales. Exhorto plausible y que
ayuda al ejercicio de la enseñanza, como un manual de autoayuda con poca efectividad
ante los acontecimientos impredecibles de la cotidianidad en el aula y su entorno.
Otra parte del Módulo IV sobre las “Formas de intervenir en el currículo”, se orientó
a la resolución de conflictos, negociación, mediación, toma de decisiones, desarrollo
del autocontrol. Sin una amplia perspectiva contextual se invita a solucionar problemas
y en el fondo debemos mostrar disposición para resolver problemas. El ejemplo fue el
divorcio y se exhortó a ponerse en el lugar del otro, defender su postura y buscar
soluciones creativas. Se destacó que “ponte en mi lugar”, combina habilidades de
empatía, resolución de conflictos y toma de decisiones. Se lee el problema y se propone
qué hacer. Sin embargo, no es tan sencillo. Sería adecuado reflexionar respecto a
situaciones sociales y más complejas. Botones de muestra abundan: el papel de los
países más ricos y su compromiso para disminuir el calentamiento global; la
construcción del Tren Maya y su afectación a las comunidades indígenas; o la
negociación salarial de un sindicato con el patrón. Se entiende que cada asunto se
podría solventar, pero no sólo con “ponerse en el lugar de otro”, como solución mágica.
En una experiencia en el ámbito empresarial de integración en el departamento de
ingeniería atribuido a la falta de comunicación, un facilitador intentó propiciar la labor
de equipo, unificar criterios y la aceptación de mando del gerente. Se desarrolló un
diálogo abierto entre los participantes y resultaron múltiples divergencias. Después, se
les presentó a los participantes el triángulo de Rasmussen, conminándolos a descubrir
los triángulos contenidos en el icono en cinco minutos y se encontraron diferentes
cantidades. La moraleja del ejercicio fue demostrar que vemos lo que queremos, pero
la realidad es una. Así, es necesario aceptar el supuesto de que distorsionamos la
realidad y construimos sobre tales desviaciones que pueden limitar nuestra habilidad
para solucionar problemas. Son prácticas apoyadas en la psicología que intentan
alcanzar objetivos relegando el entorno y convencernos de movernos por objetivos de
la empresa.
En la lectura sobre “Actividades prácticas para trabajar las habilidades sociales en
el ámbito escolar”, se afirmó que somos felices cuando nos sentimos aceptados y
~ 33 ~
apreciados, pero no es innata. Se sustentó que entrenar en habilidades sociales
supone prevenir graves problemas personales y sociales. Esta idea convierte a las HSE
en un fetiche para todos los problemas sociales, como si no dependiera de causas
estructurales, económicas, sociales y políticas. Enseguida se detallaron las sesiones
para que el profesorado asuma un rol receptivo y tolerante, no racista para aceptar a
nuevos integrantes. Se recomendó que el docente modere y dirija las sesiones para
evitar situaciones incómodas o violentas, emitiendo comentarios solidarios como: “A mí
no me gustarían que me lo hicieran a mí”, pero con palabras no basta en el entorno de
migración y xenofobia en Ciudad Juárez. Es conocido como una parte de la población
culpó a los cubanos y centroamericanos del aumento en las rentas, los robos, quitarles
empleos y recibir ayuda humanitaria que aquí no se disfruta. Similares argumentos de
rechazo a los mexicanos en los Estados Unidos de América.
En cuanto al conocimiento del profesorado sobre las HSE se compendia en que
permiten a las personas reconocer y gestionar sus emociones, para convivir en
sociedad de forma respetuosa y con un desarrollo pleno. También se expresaron
opiniones acerca de la educación socioemocional que busca formar un ser humano
integral, no solamente en los conocimientos racionales. Identificaron que la SEP
promueve el concepto en el currículo de las primarias, para enseñarle al alumnado qué
son las emociones y cómo poder administrarlas. Se concluyó que las HSE permiten
elaborar un modelo preciso de sí mismo y utilizarlo apropiadamente para interactuar de
forma efectiva en su desarrollo personal. Se enlistaron habilidades afines a las HSE:
liderazgo, resolver conflictos, empatía, cordialidad, respeto, relaciones sanas. Desde
una mirada alejada de los conceptos hegemónicos que no tuvo eco, una docente
consideró las habilidades sociales como la solidaridad, el trabajo colaborativo, la
generosidad, el respeto a los derechos humanos y las garantías individuales, la
tolerancia e inclusión social.
En el curso poco se deliberó, como sustenta Ciénega (2020), en que las HSE sirven
para el éxito del futuro laboral del estudiantado, en una sociedad competitiva y en un
modelo económico neoliberal que ha trastocado los ámbitos educativos,
convirtiéndolos en productores de capital humano para en las empresas a un bajo
costo. Además, capaces para lidiar y sobrevivir en trabajos altamente nocivos a la salud
física, mental y emocional. El discurso político educativo de los beneficios que traería
la educación socioemocional en el aula quedó en prácticas educativas del sentido
común, con deficiencias teóricas y conceptuales e instrumentalista.
Asimismo, la promoción de las HSE se produce en el marco flexibilidad del trabajo y
la exigencia de polivalencia en las funciones que desempeña, por ejemplo, el operario
o el profesorado para el manejo el estrés. Una muestra son los exámenes como avales
de la competitividad docente y la permanencia del profesorado en su plaza (Sánchez,
~ 34 ~
2018), como sucedió con la reforma educativa de 2013 en México que condicionó su
puesto a una evaluación. En referencia a la salud, Robalino y Kórner (2005) registraron
en varios países de América Latina la sobrecarga de tareas, entre otras: vigilar a los
niños, revisión de exámenes, captura de calificaciones y múltiples comisiones. Aunado
a la inestabilidad laboral y la disminución de la jubilación generó en el magisterio:
disfonía, dolores lumbares, fatiga, estrés, depresión, neurosis, gastritis, úlceras, colon
irritable y cansancio crónico.
En suma, en el curso de HSE se descartó el aspecto sociológico y se redujo a lo que
Torres (2001) llamó la psicologización de la vida social. Así, los conflictos y problemas
se individualizan, porque las soluciones dependen del individuo y se invisibilizan las
estructuras económicas, políticas, militares y educativas. El discurso de la inteligencia
emocional se exhibe como trampolín al éxito profesional, por tanto, educadores y
estudiantes aceptan que son ellos los principales responsables de sus éxitos o fracasos
laborales, sociales o educativos si no controlan sus emociones. Y cuando los cursos se
presentan como los manuales que proveen al docente de instrucciones para ejecutar
su tarea, llamado Libros del profesor. son desprofesionalizantes (Torres, 2010), porque
merma su autonomía y la enseñanza se vuelve rígida. En contraste la acción-reflexión
promueve en el profesorado el análisis de las situaciones pedagógicas vividas, los
aspectos afectivos y cognoscitivos y le permite deliberar para evitar formarse con
esquemas de conductas idénticas y normalizas demandadas por la era digital.
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La IA busca solucionar los problemas identificados por un grupo que recolecta
datos, los interpreta y actúa. El grupo asume un razonamiento práctico de la enseñanza
(Adelman, 1998), más que el cálculo para alcanzar fines operativos intenta comprender
sus propias acciones con referencia, entre otras, al currículo, a la evaluación o a la
pedagogía. En Latinoamérica el origen de la IA incluye una concepción antropológica,
filosófica y pedagógica del ser humano que busca nuevos nexos entre educador-
educando (Barabtarlo, 2002).
La IA sigue vigente y se utilizan en diversos ámbitos de la educación, la difusión
sobre la conciencia de diversos problemas de la sociedad y la formación. Por ejemplo,
Palma y Mosalves (2021), usaron la IAP para transformar las relaciones del
estudiantado como actores sociales relevantes con el mundo adulto. Castillo (2017) y
Bonilla (2016) se enfocaron en generar alternativas para la convivencia ecológica y el
reciclaje como una estrategia didáctica para la conservación ambiental,
respectivamente. En lo económico, Castro (2017) promovió un programa emprendedor
con estudiantes del tercer año en Venezuela.
También es útil para comprometer social y éticamente al docente en la superación
de sus debilidades en el proceso educativo y en su responsabilidad en la
transformación social, formando ciudadanos capacitados de convivir con los otros
(Mavarez y del Valle, 2017). Igualmente, para el impulso a los Cuerpos Académicos
(Cruz-Pallares, 2019). O promover el interés del profesorado por participar en colectivo
para resolver problemáticas sobre su tarea en una continua reflexión sobre la praxis
diaria (Parra y Mavarez, 2017), pretensión similar de un taller de formación docente en
una universidad pública.
~ 36 ~
Asimismo, se conceptualizó el perfil docente en las dimensiones: epistemológica,
sociológica, psicoeducativa y pedagógica.
Durante el taller se hizo patente el compromiso docente por conformar un
profesional integral, independiente y creativo, capaz de tomar “las riendas de su vida,
que aprovechen la adquisición de conocimientos para construirse” (D2). En los
aspectos por mejorar sobresalió el uso de la tecnología. Otro punto en discusión fue la
imagen del alumnado. Para algunos es adecuado crear un ambiente relajado, cercano
y alegre, de la reflexión sobre la sociedad tecnológica global y la economía del
conocimiento. Desde otra visión, se consideró que el principal problema para el
aprendizaje es que “Muchos alumnos no tienen una actitud positiva y receptiva… No
saben lo que quieren… Como profesores universitarios no podemos intentar arreglarles
la vida a estos jóvenes... Podemos ser guías académicos, ¡¡¡pero no podemos
convertirnos en sus padres!!!” (D9). En la discusión se incluyeron las condiciones
sociales, económicas y políticas del país.
En referencia a la propuesta de la IAP, en los diarios de reflexión se manifestó el
beneplácito por la experiencia. Una docente resumió que la IAP sirve para “Mejorar el
sistema educativo y social; es participativa, colaborativa e implica teorizar sobre la
práctica” (D7). Otro docente declaró que es distinta y “nos invita a construir desde
nuestra experiencia nuevas formas de enseñar y relacionarlos con los contenidos y, en
especial, con el estudiantado” (D5).
Otros puntos para la deliberación fueron: salarios, sobrecarga laboral y la política
institucional. Un profesor cuestionó que alcanzar indicadores pervierten el sentido de
la universidad: “Cuántos profesores se ven obligados a impartir clases por obtener
estímulos al desempeño DOCENTE, cuando mencionan con los colegas que odian la
docencia porque prefieren estar investigando y publicando para no perder la credencial
del SNI” (D11).
Más allá de recompensas, el profesorado ponderó necesario fortalecer la
capacitación en las TIC. Es adecuado, pero para Bacher (2009) éstas no garantizan la
innovación pedagógica, la calidad educativa, el pensamiento crítico ni la inclusión,
porque es un saber instrumental. Otra reflexión grupal se enfocó en la inestabilidad,
obsolescencia y precariedad del empleo. En tiempos donde “la tecnología decreta la
empleabilidad y la obsolescencia del puesto de trabajo, el futuro parece que, similar a
un iPhone, dura menos de un año” (D5). La tendencia de la sustitución de la mano de
obra por computadoras, robots y la automatización en los procesos de producción,
provoca que sea "mejor tener un empleo mal pagado que no tenerlo" (D5).
Las opiniones aludieron al trabajo cotidiano y la política educativa, de no asumir
actividades que no nos corresponden: “No podemos ser todólogos. Se nos contrató
~ 37 ~
por ser especialistas” (D11). Sobre la problemática educativa, un docente expresó que
se encuentra en lo sociopolítico y no es responsabilidad del “maestro solucionar los
problemas que son creados por la sociedad y las malas políticas. No puede ser que
nos exijan desaparecer los índices de deserción y reprobación. Se deben crear
instancias y profesionales especializados dentro de las instituciones” (D7). La reflexión
arribó a la familia y los problemas sociales y estructurales provocados “en buena
medida, por la desmedida ambición del mercantilismo a costa de lo que sea. ¿Cuánto
podemos hacer, como docentes universitarios?” (D14).
Al final del Taller se destaca la diferencia con otros cursos: a) se incluyeron aspectos
teóricos, económicos, políticos y sociales y sus efectos en la educación superior; b) se
privilegió el uso de la voz del participante, no el cumplimiento de los contenidos y los
tiempos indicados para cada sesión; c) comprendimos que la dinámica propicia
catarsis. No como un defecto, sino porque juega nuestra subjetividad, valores e
intereses sobre qué significa enseñar; d) la reflexión alcanzó el rol de la administración
con sus aciertos y obstáculos en la mejora de la práctica docente; e) las modificaciones
al desarrollo del taller surgieron de la deliberación grupal.
Otras reflexiones se enfocaron en: f) qué es educar, el perfil de egreso, la docencia,
el efecto del avance tecnológico, la globalización y el imaginario respecto al
estudiantado; g) hubo sensación de sentirnos sujetos, no sólo objetos de formación; h)
se aceptó la dificultad para llevar a las aulas la práctica de la teoría por los controles
administrativos; i) las posturas, convicciones y declaraciones de cada participante no
se presentaron como verdades, sino como el diálogo que trascendió los objetivos
formativos de la institución.
En el futuro se sabrá si cada participante modificará su práctica, a diseñar cursos no
institucionales y dimensionar si la universidad debe privilegiar la formación del
estudiantado para el mundo laboral. La voz de un profesor ilustra esta idea: “Siento que
los intereses de los maestros, alumnos y autoridades no coinciden. Sin embargo,
personalmente seguiré dando mi mejor esfuerzo, participando y opinando” (D6).
Conclusiones
~ 38 ~
que privilegian el nexo con el sector productivo y usar sistemas de remuneración extra
para la mejora de la calidad de la enseñanza son adecuados.
En este sentido, un desafío en la actualización docente universitaria es conseguir la
asistencia voluntaria del profesorado sin esperar recompensas, como en programas de
estímulos que otorgan puntos por asistir a cursos de actualización. Acudir por
convicción supone el gusto por conocer otras maneras de enseñar, de pensar su
profesión y compromiso social. Si el profesorado digital como facilitador del aprendizaje
sustituye al erudito, conviene sopesar el papel de Google como fuente de datos o
conocimientos; o si las TIC no mermarán las capacidades reflexivas y creativas de
estudiantes y docentes, pues cualquier presentación y tarea se resuelve con un ‘clic’
en la red.
El modelo de formación del magisterio hoy se relaciona con la tecnología. Más
socializar indígenas y extranjeros (como en el pasado), ahora el dominio de la materia
y de las técnicas para instruir debe orientarse a conformar un sujeto tecnológico. Como
sostiene Postic (1996), actualizar al docente en las habilidades digitales es una
necesidad del sistema y de su vínculo al imperativo de la innovación, en un momento
en que la filosofía como base de la enseñanza se volvió economía (Cajiao, 2004).
Comprender esta situación puede provocar replantearse la racionalidad instrumental
contemporánea de la docencia, para elaborar juicios y enfrentar situaciones inciertas
en el aula, ausentes en cualquier manual de formación.
Ante la preeminencia de enseñar técnicas y competencia intelectual, desde la IAP
se postula que la docencia es subjetiva, intuitiva, de sentido común y deliberativa. En
consecuencia, se requiere fortalecer la crítica y la autonomía del profesorado, no
descalificarlo porque no usa o no domina las TIC. Tampoco convertir su tarea en rutina
sin capacidad para decidir sobre su objeto de trabajo, desde un enfoque empresarial,
como sucedió en el curso de HSE, desligado del contexto socioeconómico y
sociológico, en aras de un enfoque psicológico e individualista. En oposición, en el
Taller de IAP reseñado la opinión del profesorado pudo acercarse a definir el contenido
y propósito de acuerdo con sus necesidades, y dilucidar las dimensiones
epistemológica, sociológica, psicoeducativa y pedagógica de la docencia.
No se asevera que el TIFD sea una panacea, pero puede inducir prácticas reflexivas
y renovadoras en la planta docente. Es susceptible de promover una enseñanza sin
perder el contexto social, pero sin reducirse a responder a las demandas tecnológicas.
El fin sería formar un perfil profesional de docente constructivista, reflexivo, no rutinario,
con capacidades técnicas, que valore las cuestiones afectivas. Distanciarse del
utilitarismo pedagógico y volverse protagonista de su formación a través de la reflexión
~ 39 ~
y la acción. El ideal es construir primero el espíritu antes que cualquier especialización
técnica.
No obstante, el taller no fue una experiencia sin contradicciones o solo el ambiente
relajado y de compañerismo. Al finalizar las reuniones se abrió un foro permanente de
reflexión, pero sólo hubo una participación. Además, durante el taller varios
participantes desertaron, en ocasiones llegaron tarde o se retiraron temprano, y no
todos y todas escribieron los diarios de reflexión ni expresaron sus opiniones en cada
sesión. La experiencia mostró que las demandas institucionales de reportes, aumento
de impartición de clases y reuniones burocráticas, obstaculiza la actualización docente.
Asimismo, en ocasiones se patentizó la demanda de conocer “recetas” sobre el
quehacer en el aula para perfeccionar nuestra enseñanza, según la tradición de buscar
resultados aplicables en la formación del profesorado.
Finalmente, en la búsqueda de la transformación de la práctica docente desde su
particularidad, no se propone la homogeneización de talleres o cursos, porque le
quitaría autonomía y puede convertirse en un mero reproductor de pautas culturales.
Conviene recordar que la enseñanza es una actividad compleja desarrollada en un
contexto concreto. La formación estandarizada para una sociedad de habilidades
digitales implica cuestionar los efectos de la CRI y debatir cuáles y desde qué
perspectiva son los contenidos idóneos para formación docente. La aspiración es un
prototipo de profesorado diverso, creativo e innovador como demanda la sociedad del
constante avance tecnológico, pero con una formación que reconozca sus
aspiraciones personales, su historia y la subjetividad e interioridad.
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Política educativa, uso didáctico de TIC y tradicionalismo digital en el contexto
post-COVID19: reflexiones desde la docencia
Victor Hugo Jiménez Bastián 1, Priscila María Guadalupe Jiménez Garduño
Academia de Pedagogía, Universidad Insurgentes
Resumen
La hipótesis para este trabajo consiste en que durante el confinamiento por COVID19,
en México (marzo de 2020 y agosto de 2021), aunque se promovió el uso de las
Tecnologías de la Información y la Comunicación entre la población escolar para dar
continuidad al proceso de aprendizaje, la falta de competencias digitales entre varios
docentes y estudiantes, prácticamente en todos los niveles educativos de México,
implicó prácticas educativas coincidentes con lo que Paulo Freire definió como parte
de la educación bancaria (1999), por lo cual se omitieron parcialmente -quizás
involuntariamente-, las necesidades e intereses emergentes de la misma población
estudiantil (OCDE, 16-septiembre-2021), lo cual se convirtió en un factor adicional
para la deserción escolar durante dicho periodo. Investigación cualitativa, documental,
analítica, principalmente apoyada en las aportaciones de Paulo Freire, el psicólogo
Rune J. Krumsvik, el informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la
Educación para el siglo XXI (1997), así como diversas investigaciones acerca del uso
didáctico de las TIC en el contexto referido. Se concluye la necesidad de mejorar la
formación docente para promover la toma de conciencia mutua, a favor de una
relación como partícipes del proceso educativo institucionalizado, pero también de su
humanización.
Cuando se publicó la Pedagogía del oprimido, del educador brasileño Paulo Freire,
en la década de 1970, éste, al criticar las prácticas educativas vigentes en su país,
denominó educación bancaria a un conjunto de prácticas caracterizadas cuyo objetivo
principal consistiría en adaptar al educando al ámbito social (por encima de su
desarrollo individual al igual que un pensamiento crítico o su autonomía), para lo cual
se requiere pasividad en el estudiante y ascendencia o control del educador.
Consecuentemente, el rol del educador consiste en transmitir el mantenimiento de
pautas y valores, así como la asignación de roles socialmente validados. Para lograr lo
1
No tenemos conflictos de intereses que revelar. La correspondencia sobre este trabajo debe dirigirse a la Lic. Priscila María Guadalupe Jiménez Garduño
(priscila.jimenez.garduno@uinenlinea.mx) o el Mtro. Victor Hugo Jiménez Bastián. Academia de Pedagogía, Universidad Insurgentes, plantel Coacalco. Avenida
José López Portillo No. 299, Coacalco, Estado de México, C.P.55017.
~ 44 ~
anterior, el educador debe decir con tono de mando, con autoridad, que el acto debe
ser cumplido y considerado tal como él lo muestra, sin posibilidad de realizarlo en otra
forma; si es necesario, debe dar a entender que la negativa a obedecer no es ni siquiera
concebible dentro del ambiente de clases.
Bajo el enfoque de la educación bancaria, continúa Freire, la superioridad que el
maestro tiene sobre los estudiantes, debido a su experiencia y a su saber, ejerce una
influencia decisiva a la hora de "hacer los depósitos", es decir, lo que enseña, cómo lo
enseña, en qué momento y con qué intención, se valida en la idea de que “El docente
sabe lo que hace”, por eso habla, sabe y escoge contenidos. El educador aparece
como representante incuestionable de la sociedad, cuya labor obligatoria es “llenar” a
los educandos con los contenidos de su narración (lo que el educador brasileño
denomina invasión cultural). Finalmente, el educador impone las reglas del juego e
impone su concepción al educando: de esta manera expresa una relación similar entre
opresor (docente), y oprimido (estudiante), en la realidad social.
Por su parte, el educando debe limitarse a recibir estas pautas y valores con
pasividad, pues se le considera un “vaso vacío” en el momento de empezar su
educación. Su función consiste en adaptarse al orden establecido, que se produce a
través de un proceso en el que son espectadores del mundo, por lo cual no hay espacio
para la conciencia crítica ni la autonomía (1997: 69-83).
Lo descrito por Paulo Freire hace medio siglo, coincidió con diversas situaciones
reportadas tanto por los medios masivos (noticieros, redes sociales), como por
investigaciones más estructuradas, durante el confinamiento de la totalidad de la
población escolar en México -entre marzo de 2020 y julio de 2021-, por lo cual se
recurrió a la educación a distancia apoyada en las Tecnologías de la Información y la
Comunicación. Para ello, la Secretaría de Educación Pública dispuso tanto de recursos
propios como de otros medios, proporcionados desde la iniciativa privada, concretados
en el programa “Aprende en casa”, pues de acuerdo con una encuesta realizada por
el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) -al inicio del
confinamiento y el proceso de transición a la educación a distancia apoyada en TIC-, a
pesar de que dicho estudio no abarcó al 100% de la población docente del sistema
educativo nacional, la información recabada ilustra varios aspectos que permiten
señalar que la educación bancaria, criticada por Paulo Freire, sigue vigente. Por
ejemplo, entre los argumentos presentados por aquellos alumnos que decidieron dejar
de asistir a clases, a partir de marzo de 2020, 58.3% opinaron que “no se aprende o
se aprende menos que de manera presencial”; otra respuesta dada fue la “falta de
seguimiento al aprendizaje de los alumnos” (27.1%); mientras que 23.9% hizo
referencia a la falta de capacidad técnica o habilidad pedagógica de padres o tutores
para transmitir los conocimientos (2020: 2).
~ 45 ~
En otra investigación realizada específicamente con docentes de Educación Media
Superior y Superior de la UNAM, se indica que, de una muestra de 788 -contestada en
línea por 383-, el 43.3% señaló que los principales obstáculos enfrentados han sido de
tipo logístico, es decir, para manejar los tiempos de sus clases a distancia, distintos a
los de sus clases presenciales, así como los horarios de clase, los espacios físicos para
trabajar a distancia (en sus propios hogares o algún otro espacio), y para la
comunicación institucional; a su vez, 39.7% de los académicos expresaron problemas
de tipo tecnológico: acceso a internet, disposición de equipos de cómputo,
conocimientos de plataformas educativas, entre otras; 35.2% del personal encuestado
externó problemas relativos al conocimiento de herramientas didácticas de educación
a distancia, el manejo de grupos a distancia, la evaluación de los estudiantes, etc.
Finalmente,14.9% del grupo encuestado registró dificultades emocionales, afectivas y
de la salud: tristeza, frustración, ansiedad, cansancio, entre otras (Sánchez M. et al,
2020).
Las cifras referidas muestran que parte de la población docente carecemos de
habilidades didácticas suficientes para usar las Tecnologías de la Información y la
Comunicación eficientemente, a la par que los estudiantes dominan y usan
constantemente las TIC para comunicarse y socializar, dichas habilidades, en el caso
de estos últimos, no corresponden plenamente con aquellas que se requieren para el
intercambio de información con fines de aprendizaje para el desarrollo de habilidades
cognitivas, socioemocionales, técnico-metodológicas, dirigidas tanto a logros
académicos como a la formación técnico-profesional y para la vida, es decir, su
desarrollo integral.
También se añade lo que distintas investigaciones identificaron como sentimientos
de aislamiento, aburrimiento, ansiedad, estrés y frustración que, a su vez, provocarían
desesperanza, depresión y enojo entre parte de la población estudiantil de todos los
niveles educativos en el Sistema Educativo Nacional (Heredia, 29-junio-2020),
contribuyendo a la deserción escolar en el periodo señalado.
Un aspecto reconocido igualmente en varios informes, desde antes del
confinamiento por COVID19, se relaciona con el significado de la escuela, que
trasciende al de “templo del saber”: es el espacio de socialización en el que niños y
jóvenes de edades más o menos idénticas, intercambian emociones, necesidades,
gustos, intereses, gracias a lo cual podrían desarrollar, así como afinar, sus habilidades
socioemocionales en pro del desarrollo tanto de su personalidad individual como de su
identidad colectiva: el confinamiento por COVID19 y la permanencia prolongada en
casa representó la pérdida del laboratorio socioemocional para cada generación de
estudiantes, pero también para los docentes que, a final de cuentas, son seres
igualmente sociales, con intereses, necesidades, miedos y expectativas (Saucedo, 9-
~ 46 ~
junio-2020; Sánchez M. et al, 2020), que además de inherentes a la naturaleza
humana, se expresan, voluntariamente o no, durante su interacción con los estudiantes
y el resto de la comunidad escolar, conforme a lo que en sociología de la educación se
denomina curriculum oculto (Vid. Torres, 1996: 17).
Volviendo a Paulo Freire, éste refiere lo que también denomina cansancio
existencial, que describe como ausencia de ánimo, de esperanza, así como miedo
frente a la aventura y el riesgo en un contexto de cambio cultural (2011); mismo que
coincidiría con las emociones referidas por algunos docentes, así como estudiantes en
las investigaciones previamente mencionadas, frente al cambio del espacio físico en el
aula al aprendizaje a distancia, apoyado en TIC. Igualmente, otro fenómeno vigente es
el de anestesia histórica, entendida como fatalismo ante la consideración de un mundo
inmutable, que termina por inmovilizar a los sujetos, expresado concretamente en la
desvalorización de sí mismo: “¿Qué puedo hacer, si soy un campesino?” (1999), pero
en la que bien podría caber otro rol: “¿Qué puedo hacer si soy un estudiante?”, o “¿Qué
puedo hacer si solo soy el maestro?”.
A la tensión cotidianamente enfrentada durante las clases presenciales, previo al
confinamiento a nivel nacional, ante la que algunos docentes ya habían desarrollado
herramientas o estrategias de “resistencia” (Giroux, 1999), se agregó,
inesperadamente, la carga de trabajo previo (Sánchez M. M. et al, 2020) que implicó
preparar clases apoyadas en TIC, usando recursos que quizás no dominábamos
plenamente o de plano no habíamos usado antes con fines didácticos, mucho menos
en un contexto tan distinto como las plataformas educativas -en el caso de quienes
pudieron optar por este recurso-, que se completarían mediante el programa “Aprende
en casa”. La falta, en varios casos, de un espacio propio en casa, adecuado para las
clases a distancia mediante videoconferencia, a la par que el estrés derivado de
distractores ambientales internos y externos al hogar, incrementó la incertidumbre
sobre la eficiencia de las medidas tomadas en materia educativa por cada institución.
La ansiedad, el estrés, el miedo a correr riesgos utilizando estrategias, actividades o
recursos didácticos (TIC), cuyo uso, ventajas y limitaciones eran desconocidos,
también se convirtieron en factores que afectaron, directa o indirectamente, el
desempeño docente así como la dinámica de las relaciones docente-estudiante que,
en algunos casos, llegaron a manifestarse de forma violenta (amenazas o sanciones a
los estudiantes), y en otros, en la deserción docente mediante la jubilación o renuncia.
Lo mismo puede decirse en el caso de los estudiantes.
En el caso del docente, además, se puede afirmar que algunos experimentaron la
“anestesia histórica”, también referida por Freire (1999), derivada de la tensión entre
cumplir con los programas de estudio, a como diera lugar, aprender a manejar las TIC
con fines didácticos, y considerar los cambios en el contexto educativo así como las
~ 47 ~
necesidades emergentes de sus estudiantes, generando frustración: ¿Cómo generar
nuevas estrategias didácticas que ayuden al desarrollo integral o, cuando menos al
desarrollo de una conciencia crítica, en medio de solicitudes de ayuda por parte de los
estudiantes, que tampoco dominan las plataformas educativas, carecen de recursos
tecnológicos apropiados o, de plano ya no podían seguir asistiendo a clases de ninguna
forma? Adicionalmente, la deserción de estudiantes de escuelas privadas, para su
posterior ingreso a escuelas públicas (incrementando la población escolar por
atender), las dificultades para la colaboración de la totalidad de los padres de familia
en el proceso de orientación y seguimiento de las actividades de aprendizaje en casa
dificultaron más la enseñanza a distancia en México, entre marzo de 2020 y agosto de
2021.
Otro factor a considerar derivado de las clases a distancia desde 2020 a nivel
nacional, tiene que ver con las tendencias en la aplicación de las TIC con fines
didácticos, pedagógicos (en coincidencia con la propuesta de Rune J. Krumsvik,
2011), por parte de los docentes en ejercicio, así como de quienes pretendan
incorporarse a esta actividad profesional y económica, tanto en el mediano como largo
plazo, pues, con intención de sobrevivir a la crisis económica- que llevó a la deserción
de un número importante de estudiantes en este nivel-, algunas instituciones privadas
nivel superior optaron por matricular estudiantes de distintos planteles o campus para
conformar distintos grupos que cursen asignaturas consideradas “de tronco común”,
a cargo de un solo docente, con intención de hacer costeable la oferta de tales servicios
y mantener cierto margen de ganancia. Lo anterior implica un conjunto más amplio de
variables educativas a considerar, pues a pesar de que los estudiantes comparten
algunos elementos generacionales, es necesario recordar que son diversos a nivel
regional, local e incluso personal, para lo cual quizás no todos los docentes estén
preparados, a pesar de su propia formación y experiencia profesional al respecto.
Respecto a lo anterior, cabe agregar que el concepto que los docentes tienen de las
TIC así como acerca de sus posibles usos para diseñar y aplicar escenarios educativos
al igual que para evaluar los aprendizajes logrados en éstos, está directamente influido
por el nivel de apropiación tecnológica logrado por dichos docentes en sus prácticas
pedagógicas, lo cual incide, a su vez, de diversas formas en las situaciones de
aprendizaje y sus resultados (Valencia, T., et al., citados por Lizárraga J., E. López y
J.E. Martínez, 2020, p. 160), es decir, una apropiación plena, crítica, del concepto de
TIC así como de sus aplicaciones didácticas, pedagógicas, ayudará a los docentes,
tanto en ejercicio como en formación, a generar propuestas que ayuden a atender
eficientemente las necesidades educativas de la población estudiantil, en
correspondencia con su contexto sociocultural así como en pro de su desarrollo
integral.
~ 48 ~
Competencias digitales y docencia en el contexto post-COVID-19
~ 49 ~
Habilidades digitales básicas: capacidades para el acceso, la gestión, la
evaluación, la creación, la comunicación con las TIC. Ser capaces de
comunicarse por correo electrónico con sus estudiantes, compañeros o
autoridades educativas, usando un lenguaje apropiado, conforme a las
características del destinatario, por ejemplo.
Competencia didáctica con las TIC: capacidad de utilizar las TIC en los procesos
de aprendizaje (manejar una “plataforma educativa” o algún recurso digital para
promover el ambiente o el proceso de aprendizaje, como diapositivas, un texto
digitalizado, un video, etc.)
Estrategias de aprendizaje: a partir del reconocimiento de elementos para el
aprendizaje permanente, el docente puede proponer ejercicios de reflexión
metacognitivos sobre la relación entre TIC y desarrollo humano, por ejemplo,
mediante el análisis de una película, durante cuyo proceso el docente llevaría a
los estudiantes a darse cuenta, por sí mismos, de que, al tratarse de una cinta,
no todo lo que aparece en ella es real sino ficción; en el caso de una lectura,
habría que llevar a los estudiantes a reflexionar sobre la calidad de la fuente,
mediante la búsqueda del repositorio de donde se extrajo, la editorial,
institución u organismo que lo publicó, la trayectoria o experiencia profesional
de éste, las fuentes en las que él mismo se apoyó para respaldar sus
afirmaciones, etc.
El cuarto componente básico, denominado por el mismo Krumsvik
Digital Bildung (en noruego Digital Danning, 2011, p. 47), que se puede traducir
como “Formación digital”, enfatiza que el docente debería adquirir una meta-
perspectiva, es decir, debería ser reflexivo, crítico con las habilidades
didácticas, las competencias didácticas, así como las estrategias de aprendizaje
apoyadas en TIC que emplea.
El cuarto componente de la Competencia Digital Docente también promueve la
evaluación acerca de la manera en que el aspecto formativo ha sido influido por la
revolución digital y las escuelas digitalizadas, la forma en que la participación de los
estudiantes, su pertenencia a diferentes comunidades, los medios sociales y el
desarrollo de la identidad en la era digital son influidos por la digitalización de la
sociedad, e implica reflexiones morales a la par que éticas acerca del papel de las
tecnologías en el desarrollo humano (Íd.).
Este mismo formador de docentes noruego, reconoce que los profesores en
ejercicio aumentan la integración de las TIC en sus lecciones a lo largo del tiempo, y
este “trayecto en la competencia”, consiste en un proceso de dos fases:
1) Adopción / adaptación: en esta primera parte, los docentes están ocupados la
mayor parte del tiempo en aplicar habilidades relacionadas con las TIC y aquellos
~ 50 ~
obstáculos relativos al manejo de artefactos TIC (celular, tableta, pizarrón inteligente,
etc.); mientras que en la segunda, no resulta inmediatamente evidente para los
docentes el uso de las TIC, debido a que se encuentran ocupados principalmente en
aplicar sus habilidades básicas en este rubro así como enfrentando los obstáculos en
contra al manejar los artefactos TIC.
En el primer caso se puede observar que las habilidades aplicadas por los docentes
para la enseñanza aplicada no difieren mucho de aquellas usadas por la mayoría de la
población con acceso a las TIC, mientras que en el segundo (y en opinión de este
autor), pareciera que ya hay un esfuerzo consciente o ciertas expectativas por parte
del docente en relación al uso de TIC con fines didácticos, pedagógicos, por lo cual se
presentaría el dilema sobre las posibles ventajas o limitantes al elegir ciertas TIC, o no
hacerlo, para enseñar un tema determinado en clase.
2) Apropiación / innovación. Cuando el docente alcanza la dimensión de
apropiación, integra las TIC al proceso de enseñanza de tal manera que se vuelven
“invisibles”, quizás -en opinión de quien escribe-, por la relativa cotidianeidad con que
las usa o por el grado de dominio que ya alcanzó en relación con las habilidades
requeridas: se comunica, envía materiales de apoyo, da seguimiento al aprendizaje o
evalúa los logros de sus estudiantes frecuentemente a través de algún medio (correo,
redes sociales, etc., plataforma educativa), entre otras actividades relacionadas con la
enseñanza. Finalmente, siguiendo a Krumsvik, la dimensión de innovación se alcanza
cuando los docentes están dispuestos a desarrollar innovaciones didácticas y
pedagógicas utilizando las TIC de forma creativa, lo cual implica su habilidad para
rediseñar y desarrollar artefactos digitales, por ejemplo, utilizando recursos digitales de
aprendizaje dentro de un tema (Íd).
Aunque ya existen esfuerzos por formar a las nuevas generaciones de docentes para
usar las TIC con fines didácticos, pedagógicos -así como para que quienes se
encuentran en ejercicio también lo logren-, en concordancia con los fines de la
educación a nivel nacional e internacional, es necesario recordar que el contexto post-
covid19 no es nada prometedor al menos para los próximos 5 años, conforme a lo
señalado por distintas investigaciones, especialistas y medios (Banco Mundial, 5-
enero-2021; Buitrón, A., 8-septiembre-2020; Castedo, A., 17-septiembre-2020; IISUE,
2020; Gutiérrez, J., 24-febrero-2021; Loera, M. E., 14-agosto-2020; López, P. y L.
Romero, 28-septiembre-2020; OCDE, 16-septiembre-2021; Rendón, P. / ICM, 26-nov-
2020; Zepeda, C., 6-octubre-2020), en relación con las consecuencias educativas,
económicas, laborales al igual que sociales, derivadas inmediatamente de la transición
de educación presencial a la enseñanza en el contexto del confinamiento.
Específicamente en materia educativa, además de la necesidad de manejar las clases
por videoconferencia, en las localidades de México donde era posible, se hizo evidente
~ 51 ~
la exigencia de manejar recursos apoyados en TIC, adicionales a las presentaciones
en diapositivas, ya sean “tradicionales”, “interactivas”, o herramientas llamadas de
“gamificación”: cuestionarios, pizarrones, juegos, etc., que permiten diseñar clases
más dinámicas, interactivas, pero cuya aplicación no necesariamente acarrea, per se,
un aprendizaje significativo, en pro de la formación profesional e integral de quienes
estudian la carrera de Pedagogía en México: no es lo mismo repetición mecánica que
asimilación y acomodación (Piaget, 2016), y aunque la memorización de ciertos
elementos fundamentales para la vida personal, cotidiana, es indispensable, nuestro
nombre, el de nuestros padres, nuestro domicilio, etc., también se precisa que las
nuevas generaciones sean capaces de criticar lo que se pretende que aprendan, como
parte de un auténtico proceso de aprendizaje, basado en la convicción personal,
razonada, no en el dogma, la imposición, la repetición o el “logro de tareas”, para que
puedan mejorar los logros de la humanidad alcanzados hasta el momento.
Un factor más a considerar, consiste en la posibilidad latente, constante, de que,
mientras la pandemia por COVID-19 siga presente a nivel mundial, y ante el aumento
de contagios tanto en los propios centros escolares como entre la población local, se
suspendan las clases presenciales, por lo cual se altere, una vez más, la dinámica de
aprendizaje al volver al confinamiento y las clases a distancia, ya sea apoyados en TIC
o no: un escenario educativo inestable, de incertidumbre -como el vivido previamente
de marzo de 2020 a agosto de 2021-, puede seguir generando distintas emociones
negativas que conduzcan a la desmotivación por aprender entre la población aún
inscrita. Consecuentemente, se requiere ir más allá del dominio de los modelos de
enseñanza presencial, a distancia, apoyado en TIC, o híbrido (IISUE, 2020), y
desarrollar estrategias de aprendizaje considerando a los estudiantes como seres
humanos integrales con necesidades emocionales y problemas, al igual que gustos,
intereses y tendencias, que influyen en su aprendizaje.
Como también se indicó al inicio de esta reflexión, el informe de la UNESCO para la
educación en el siglo XXI ya apuntaba, desde su publicación, a fines de siglo XX, el reto
de enseñar a las nuevas generaciones habilidades para manejar las grandes
cantidades de información que estarían disponibles gracias al desarrollo, difusión y
accesibilidad de las TIC, advirtiendo sobre los posibles riesgos de que un sector de la
población, al carecer de habilidades cognitivas para clasificar, interpretar y criticar, la
información, podrían llegar a experimentar “un sentimiento de desposeimiento y de
pérdida de identidad” (1996), en perjuicio de su desarrollo pleno y, en consecuencia
de una vida de calidad, libre de prejuicios, mitos, estereotipos, capaz de diferenciar
entre la información enriquecedora para su vida personal, además del aspecto
profesional o académico, así como para su integración armoniosa en sociedad, en lugar
~ 52 ~
de su marginación o, peor aún, poniendo en peligro su vida o la existencia del grupo al
cual pertenece.
Cabe recordar que no es la primera vez que se promueve el uso de Tecnologías
para la Información y la Comunicación en las aulas de todos los niveles educativos en
México, éste ya se gestaba desde la década de los 90, sin embargo, la reciente crisis
sanitaria, vino a resaltar las carencias y necesidades del sistema educativo nacional
pues su aplicación se convirtió en un mero ejercicio de depósito y recepción de
información, más que un ejercicio de innovación. En palabras de Frida Diaz-Barriga, las
TIC deben ser contempladas como una herramienta innovadora para el aprendizaje, y
para ello es necesario también que cambiemos los paradigmas respecto a la
enseñanza- aprendizaje (Centro de Tecnologías para la Academia, 2019, 22m. 16s).
El uso de las TIC en las aulas implica la constante innovación en educación y por
tanto, del docente, dirigida al desarrollo de las competencias necesarias para el
ejercicio docente y dicente, en pro de las habilidades para la vida misma. Para lograrlo
se necesita, por un lado, de las competencias propuestas por Krumsvik en cuanto a la
adopción/ adaptación y apropiación/ innovación, procesos que suceden sólo en la
práctica reflexiva, lo que Freire llama praxis, mediante la búsqueda de posibles
soluciones a los retos que enfrentan las aulas de manera particular, y que abren el
espacio a la problematización, la búsqueda y tratamiento de informaciones, la
innovación y la creación, esto gracias a los múltiples escenarios, al vínculo entre lo
cotidiano y la formación académica. La innovación en las aulas de clases será entonces
el motor que lleve a la formación de creadores, capaces de aprender entre los otros de
manera independiente y práctica.
Conclusiones
El uso de TIC ya es parte de nuestra práctica educativa diaria, no solo en las aulas
de clases sino en el actual entorno post-COVID19, sin embargo, esto no implica que
se estén utilizando de forma eficiente, en pro del desarrollo integral y la conciencia
crítica. Se necesita que éstas apoyen el aprendizaje para el desarrollo académico, la
vida cotidiana al igual que de herramientas para el trabajo, crear ambientes donde se
problematicen los escenarios de aplicación, propicie la búsqueda de soluciones y se
conduzca no sólo al desarrollo de saberes, sino a la creación. No basta con usar
aplicaciones o estrategias de gamificación: habrá que reflexionar críticamente acerca
de las aportaciones al igual que las limitaciones de cualquier recurso didáctico, se
apoye en las TIC o no, para crear ambientes de aprendizaje, espacios de interacción,
intercambio y práctica, en pro de espacios de diálogo cada vez más humanos.
~ 53 ~
La forma en que hoy se usan las TIC en las aulas, en la mayoría de los casos,
requiere de innovación al igual que la apropiación de habilidades para crear ambientes
de aprendizaje: hablamos de una actitud crítica y consciente, considerando las
tecnologías una oportunidad para el cambio y no sólo espacios para verter o propagar
aprendizajes que caigan en lo que describimos en este trabajo como “tradicionalismo
digital”, sino que animen a la creación y recreación tanto del conocimiento como del
propio ser humano. La práctica docente en México aún mantiene vigentes prácticas
educativas tradicionalistas que, si bien no deben ser absolutamente menospreciadas,
tampoco pueden ser las únicas a realizar en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya
sea de forma presencial o a distancia. Varias herramientas de trabajo “en la nube”
ofrecen la posibilidad de que tanto niños como jóvenes trabajen colaborativamente,
acompañados por el docente, en pro del desarrollo de valores y/o habilidades
socioemocionales fundamentales para la vida en sociedad, en el mundo real o “digital”,
tales como la disposición al diálogo, apertura intelectual, capacidad de negociar, toma
de decisiones consensuadas, el escuchar al otro, intercambiar puntos de vista, respeto,
la tolerancia, mismas que los docentes necesitamos manejar o, en su caso,
reaprender, en un contexto complejo, incierto, cambiante, todas ellas vinculadas con
los anhelados pilares de la educación para el siglo XXI: aprender a aprender, a hacer,
a Ser y a vivir juntos (Ídem).
Consideramos que las políticas educativas subsecuentes al contexto post-COVID19
deben transitar de considerar al docente un profesional de la educación a un ser
humano tan integral y complejo como los estudiantes: con necesidades, intereses,
gustos, tendencias, emociones, que entran en juego en el contexto de la educación
presencial al igual que a distancia o en modalidad híbrida. Eso es lo que hace del
fenómeno educativo un proceso tan complejo y contradictorio, pero dialéctico,
enriquecedor, y distintivamente humano. Por ello, además de la necesidad de
lineamientos y acciones dirigidas al mejoramiento de las herramientas didácticas
apoyadas en las TIC, es necesario considerar herramientas que ayuden a los docentes
en ejercicio, a la par de aquellos en formación, para el desarrollo y atención
socioemocional propios, pues ellos también experimentaron los efectos negativos del
confinamiento y la educación a distancia. En tanto líderes al interior del espacio de
enseñanza-aprendizaje (presencial o virtual), los docentes deben ser capaces de
reconocer sus propias emociones, aprender a expresarlas y manejarlas positivamente,
así como para ayudar a sus educandos en un proceso semejante o, en su caso,
encausarlos para que reciban el apoyo correspondiente con intención de evitar su
desmotivación por aprender, el descenso cualitativo y cuantitativo en su desempeño
académico o la consecuente deserción escolar.
~ 54 ~
Referencias
~ 55 ~
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~ 57 ~
Vinculación de Planes y Programas entre la Escuela Normal y Escuelas Primarias:
Elemento Fundamental en la Formación del Estudiante Normalista
José Ponce Magno
El Colegio de Morelos, Escuela Normal Miguel Cástulo Alatriste
pue15.jponcem@normales.mx
Resumen
~ 59 ~
modo condicionados por las características del contexto y la propia historia del aula
como grupo social (Sacristán, 2008, p.399).
El Plan de Estudios de la Licenciatura en Educación Primaria 2012 y 2018, en el
trayecto práctica profesional: orientaciones para su desarrollo, indica en el apartado
Consideraciones para establecer los vínculos con las escuelas de educación básica, la
importancia de establecer vínculos con las autoridades de educación primaria con la
finalidad de crear las condiciones óptimas para que los estudiantes normalistas
desarrollen las actividades de observación y práctica docente (SEP, 2018, p. 20)
Es fundamental considerar que las actividades desarrolladas en la escuela primaria
resultan importantes en la formación del estudiante normalista ya que son espacios que
le permite al joven ponerse en contacto directo con la realidad educativa a la cual se
enfrentará al concluir su formación docente. El profesor y la enseñanza constituyen
objetos de saber para las ciencias humanas y para las ciencias de la educación. Esas
ciencias o al menos alguna de ellas no se limitan a producir conocimientos, sino que
procuran también incorporarlos a la práctica del profesor (Tardif, 2009, p. 29). Por su
parte el Plan de estudios 2018 concibe a la práctica como "el conjunto de acciones,
estrategias e intenciones que un sujeto pone en juego para intervenir y transformar su
realidad", concebida así, la práctica se materializa en contextos específicos los cuales
brindan la posibilidad de lograr nuevos aprendizajes, de ahí que se reconozca el valor
que ésta tiene en el proceso de formación.
Un aspecto al que no siempre se le presta la debida importancia es al hecho de que
gran parte de las temáticas revisadas en las aulas de la escuela normal tiene como
objetivo primordial la contribución directa a la formación profesional del estudiante
normalista, y será en el salón de clase de la escuela primaria en donde tendrá la
oportunidad más próxima de poner en práctica los conocimientos adquiridos, de los
cuales el conocimiento de los modelos educativos 2011 y 2017, los planes y programas
de estudio correspondientes y demás estructura curricular reviste de importancia,
razón por la cual éstos aspectos entre otros debiera ser un proceso minuciosamente
atendido y cuidado pertinente con miras a que la experiencia resulte realmente
enriquecedora. Entendiendo así a la formación profesional como fruto de la reflexión
sobre la acción en donde la actualización no solo se remitirá al atesoramiento de
conocimientos, sino que implicará dar sentido a la experiencia acumulada y decidir qué
conviene hacer, qué es posible y cómo hacerlo dentro de determinadas circunstancias
(Sacristán, 2008, p.15)
La formación que recibe el estudiante normalista en relación al conocimiento de la
estructura curricular de la escuela primaria en las aulas normalistas, se ve ampliamente
influenciada por la presencia tutorial del docente de la escuela primaria, por lo cual
~ 60 ~
resulta fundamental seleccionar adecuadamente los espacios de práctica
considerando no sólo las características de cercanía si no también, incluso en rango
de mayor importancia, la condiciones ideales para que el maestro practicante
enriquezca su formación, los saberes experienciales no provienen de las instituciones
de formación ni de los currículos, estos saberes no están sistematizados en doctrinas
o teorías, son prácticos (Tardif, 2009, p.37). Es por esto que se hace necesario
establecer una adecuada vinculación con las autoridades de educación primaria, de
ahí que el Plan de Estudios 2018 vigente menciona:
Los procesos de gestión para el desarrollo de las prácticas de los estudiantes estarán
a cargo de la coordinación académica, a través de los responsables del área de
docencia y de quien coordine el trayecto de Práctica profesional. Dicha gestión obliga
a tomar acuerdos tanto al interior de la Escuela Normal, con los responsables de los
cursos de cada semestre, así como con las autoridades e instituciones de educación
básica. Debido a la naturaleza de cada uno de los cursos, el tipo de competencias a
desarrollar y los aprendizajes que habrán de lograrse, es necesario considerar que se
requiere de un proceso paulatino de incorporación a la escuela, sólo de esta manera
se podrá concretar la gradualidad, profundidad y secuencialidad que sostiene el
Trayecto de Práctica profesional.
Aun cuando no está considerado en ambos planes un espacio curricular que este
centrado en la revisión y análisis de planes, enfoques, propósitos y contenidos en la
educación básica, es necesario tratarlos o abordarlos a través de los trayectos
formativos que constituyen la estructura académica de la Licenciatura en Educación
Primaria, tales como Trayecto Formativo Bases Teórico-metodológicas para la
Enseñanza, Trayecto Formativo para la Enseñanza y el Aprendizaje y Trayecto
Formativo Practica Profesional, siendo en los dos últimos donde recae y se presentan
las áreas de oportunidad para la revisión amplia y detallada de los planes y programas
que actualmente se cursan en la Educación Primaria, en este caso Plan y Programas
2011 y 2017 (Programas de Estudio 2011. Guía para el Maestro y Aprendizajes Clave
para la Educación Integral. Plan y Programas de estudio, orientaciones didácticas y
sugerencias de evaluación) Dicha revisión y estudio a considerar está en los diversos
apartados tales como: Propósitos generales y por nivel educativo. Enfoques
pedagógicos. Organizadores curriculares. Orientaciones Didácticas. Sugerencias de
Evaluación y Principios pedagógicos, entre otros.
Corresponde a los docentes normalistas titulares de los cursos correspondientes a
los trayectos formativos para la enseñanza y el aprendizaje y práctica profesional, una
actitud profesional, de serios compromisos para que en cada semestre se den a
conocer de forma pertinente los componentes curriculares de los planes y programas
de educación primaria 2011 y 2017 de los trayectos, de la misma manera llevar un
seguimiento oportuno de los mismos al paso de los semestres subsecuentes. De esta
~ 61 ~
manera se estará fortaleciendo y cumpliendo con uno de los rasgos del perfil de egreso
del normalista el cual le atribuye a una de las competencias profesionales
fundamentales como el de aplicar el Plan y Programa de Estudio para alcanzar los
propósitos educativos y contribuir al pleno desenvolvimiento de las capacidades de sus
alumnos (SEP, 2018, p. 20)
La Escuela Normal “Miguel Cástulo Alatriste” se ha caracterizado por llevar a cabo
el proceso sistemático referente a la vinculación con las escuelas primarias, el cual
inicia con una reunión de vinculación con directores y profesores de educación
primaria. En esta reunión se dan a conocer las características y necesidades para que
los estudiantes normalistas desarrollen jornadas de observación, ayudantía y práctica
docente en las escuelas primarias. La importancia de entablar esta comunicación
permite que los alumnos de la institución cuenten con las condiciones para llevar a
cabo las actividades de práctica, mismas que son primordiales para su profesión pues
como asume Pérez (2008) "el conocimiento profesional del docente emerge en y desde
la práctica y se legitima en proyectos de experimentación reflexiva y democrática en el
propio proceso de construcción y reconstrucción de la práctica educativa". Sin
embargo, dentro de esta vinculación se ha dejado de lado la relación estrecha entre
los componentes de la estructura curricular correspondientes a los programas y planes
de estudio respectivos, tales como el conocimiento e interpretación de componentes
esenciales como los enfoques, propósitos, orientaciones didácticas, aprendizajes
esperados y sugerencias de evaluación, así mismo la revisión y análisis de los libros de
los alumnos y de los maestros.
Por lo anteriormente descrito, la problemática que se presenta en la Escuela Normal
Miguel Cástulo Alatriste es el desconocimiento total o parcial por parte de los
estudiantes normalistas y docentes de la vinculación y correspondencia académica
entre los planes y programa de estudios vigentes, Escuela Normal (plan y programa
de estudios 2018), Escuela primaria plan 2017. Aprendizajes clave para la educación
integral).
El presente proyecto de investigación tiene como sustento teórico el Plan de
Estudios de la Licenciatura en Educación Primaria 2018, específicamente en el trayecto
de práctica profesional: orientaciones para su desarrollo y el trayecto para la enseñanza
y el aprendizaje, en éstos documentos se describen ampliamente los propósitos,
organización y características de las jornadas de observación y práctica docente,
indicando como una de las tareas iniciales el establecimiento de vínculos entre planes
y programas de estudio, entre otros aspectos. Para la SEP (2018) el establecimiento
de vínculos entre planes y programas de estudio y con las autoridades de educación
primaria contribuye a la formación del estudiante normalista.
~ 62 ~
Pérez (2008) define al docente como profesional interesado y capacitado para
utilizar el conocimiento de la estructura curricular como herramienta conceptual que
le permita reconstruir el conocimiento experiencial, por su parte Schön (1992)
establece, que el conocimiento en la práctica se ejercita en los ámbitos institucionales
propios de la profesión, y se organiza en función de sus unidades características de
actividad y sus formas familiares de situaciones de la práctica, recupera a Jhon Dewey
para mencionar que una práctica profesional es la competencia de una comunidad de
prácticos que comparten las tradiciones de una profesión, entre ellas el conocimiento
y aplicación de contenidos curriculares (Schön, 1992, p.41).
La investigación se realizará bajo un enfoque cualitativo, el cual “utiliza la recolección
de datos cuantitativos y cualitativos, así como la medición para descubrir o afinar
preguntas de investigación en el proceso de interpretación” (Hernández, et. al. 2006).
Antes de las jornadas de ayudantía, observación y práctica docente de los
estudiantes de la institución se ha considerado fortalecer en los normalistas el
conocimiento e interpretación de los distintos enfoques, propósitos, contenidos y
demás componentes curriculares de los planes y programas de la educación primaria
(plan 2017) y así establecer un vínculo solido con el plan y programas de la educación
normal (plan 2018 o Acuerdo Secretarial). Para tal acción se contemplara promover en
los alumnos normalistas el participar en un curso de aproximadamente 40 horas de
estudio para la revisión e interpretación del plan 2017 de educación primaria primer y
segundo grados, para ello se cuenta con los materiales informáticos y audiovisuales
necesarios para que los estudiantes realicen el curso de forma satisfactoria y estos
conocimientos se reflejen en el accionar de los estudiantes normalistas frente al
proceso de la práctica docente profesional. Es un propósito realizar de manera
anticipada, a través de una adecuada y pertinente planificación el curso en cuestión y
con ello vincular los planes y programas de estudio.
Sin lugar a dudas la vinculación que se establece entre la Escuela Normal y la
Escuela Primaria resulta fundamental para que los estudiantes normalistas puedan
desarrollar las actividades de observación, ayudantía y práctica docente, ya que para
que estas puedan llevarse a cabo de manera efectiva se requiere de una gestión previa,
la cual además de informar sobre la visita de los practicantes, también genera las
condiciones necesarias para que el alumno pueda presentarse sin problema en las
instituciones de práctica.
En este proyecto de investigación se han contemplado tanto recursos humanos,
como materiales, la conjunción de ambos de manera adecuada y pertinente harán
posible el conocimiento puntual, interpretación e instrumentación de una vinculación
viable entre las estructuras curriculares del nivel de Educación Primaria y la
~ 63 ~
Licenciatura en Educación Normal, específicamente entre los Planes y programas de
estudios (Plan 2017, ACUERDO número 07/06/17) y los trayectos formativos (plan
2018, ACUERDO número 14/07/18). En atención a ello, en cuanto a los materiales
tanto impresos como digitales, necesarios para su revisión y análisis, son importantes
los siguientes:
ACUERDO número 14/07/18. ESCUELAS NORMALES. Estrategia de fortalecimiento
y transformación, Orientaciones curriculares para la formación inicial, Planes y
Programas de Estudio de la Educación Normal. Documento Base. Transformación
Pedagógica de Acuerdo al Modelo Educativo, Programas de Estudio del Trayecto
Formativo para la enseñanza y el Aprendizaje, APRENDIZAJES CLAVE PARA LA
EDUCACION INTEGRAL. Plan y programas de estudio para la educación básica,
APRENDIZAJES CLAVE PARA LA EDUCACION INTEGRAL. Educación preescolar.
Plan y programas de estudio, orientaciones didácticas y sugerencias de evaluación
(libro para el Maestro) APRENDIZAJES CLAVE PARA LA EDUCACION INTEGRAL.
Educación primaria 1° y 2°. Plan y programas de estudio, orientaciones didácticas y
sugerencias de evaluación (libro para el maestro) Libros de texto para el alumno de
Educación Primaria. Otros recursos materiales que considerar son computadoras,
conexión a internet, presentación en power point, material impreso, impresiones entre
otros.
Conclusiones
~ 64 ~
La observación, ayudantía y análisis de la realidad de las escuelas primarias y las
vivencias emanadas de estos acercamientos, permitirán conocer el lugar en el que más
adelante se va a trabajar como maestro (Carvajal, 1998, p. 27), pues sobra mencionar
que los escenarios en donde se desarrollan son singulares, por la propia cultura, por lo
que se exige del docente una actuación profesional específica que no se derive de la
aplicación automática, rígida, mecanicista o instrumentalista de las teorías y principios,
sino más bien del reconocimiento de que todas las escuelas tienen una peculiaridad
irrepetible a pesar de sus características comunes (Santos, 2000, p. 106).
Una situación que posiblemente afecte esta vinculación es el tiempo, las dinámicas
de trabajo, la burocracia y las prioridades que permean, ya que la Escuela Primaria
centra su trabajo en el aprendizaje de los niños, en tanto que la Escuela Normal hace
un seguimiento de la idoneidad de los estudiantes en el proceso de selección para la
ocupación de plazas docentes.
Referencias
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~ 65 ~
Tardif, M. (2009). Los saberes del docente y su desarrollo profesional. Madrid: Narcea.
Resumen
Este trabajo de investigación tiene como objetivo primordial analizar los factores clave
del programa de estancias de la Universidad Politécnica de Victoria. La información
descriptora acerca de las estancias y las políticas públicas aborda una fundamentación
teórica conformada por la teoría del prácticum, que sustenta al periodo de tiempo de
los estudiantes en un contexto laboral y su aprendizaje experiencial. Asimismo, se
muestran los resultados preliminares, ya que se realizaron las primeras dos fases de
la metodología del diseño de políticas públicas, en donde se identifica el análisis del
problema y de soluciones, finalmente se presentan las conclusiones y
recomendaciones principales para destacar la aplicación de un reglamento interno e
incrementar la disponibilidad y participación de los asesores empresariales para el
intercambio de información, así como brindar los espacios, equipo y herramientas
necesarios para la realización del proyecto, mejorar la interacción de los asesores
empresariales y los estudiantes, proporcionar un programa de onboarding
(incorporación) así como aquella capacitación o adiestramiento para los estudiantes
que sean necesarios para la realización de las actividades, además de mejorar la
colaboración entre el practicante, asesor empresarial e institucional para que el
proyecto pueda llevarse a cabo en el tiempo y la forma establecido.
Introducción
~ 66 ~
mixta de acuerdo con las condiciones impuestas por la pandemia de SARS-CoV-2 o
COVID-19 (UPV, 2022).
~ 67 ~
oportunidades dentro de la Estrategia 2020 para el Sector Educativo, especialmente
en países de ingreso medio como México. La prioridad del Banco Mundial
interconectada con este estudio es: Mejorar la calidad y la relevancia del sistema
educativo, que permita fortalecer la vinculación con el mercado laboral y la transición
de la escuela al trabajo, respondiendo a la demanda de programas de habilidades
flexibles (Banco Mundial, 2011).
Las políticas educativas están estrechamente relacionadas con el futuro del trabajo,
es por ello que la Organización Internacional del Trabajo recomendó el programa
centrado en las personas para el futuro del trabajo, en el que uno de los ejes de
actuación es aumentar la inversión en las capacidades de las personas, de tal forma
que puedan lograr un desarrollo y mejores condiciones de vida, que traigan como
consecuencia la ampliación de las oportunidades y bienestar social; para ello, se
plantean las siguientes dimensiones que incluyen el derecho que tienen las personas
para adquirir las competencias y perfeccionarlas profesionalmente; así como también,
aumentar las inversiones en las instituciones, políticas y estrategias que brinden un
apoyo a las personas a través de la vinculación para transitar de la escuela a la empresa
(OTI, 2019).
De acuerdo con lo anterior, las prácticas profesionales son actividades esenciales
para la formación de las competencias de los universitarios, es por ello que surge la
pregunta ¿Cuáles son los factores clave del programa de estancias de la Universidad
Politécnica de Victoria?
~ 69 ~
experiencia y que incluyen el poder realizar una acción intencionada para comprobar
la hipótesis que proviene de la misma reflexión, a su vez guía hacia una experiencia
más profunda de tal forma que se realiza un ciclo de aprendizaje continuo (Gibbs y
Rust, 1997). De igual forma Roelens (1989) menciona que se requiere cumplir con tres
períodos en el aprendizaje: la búsqueda, la prueba y la obra.
Para poder cumplir el aprendizaje experiencial se desarrollan cuatro fases, de
acuerdo con Lewin (1946):
1. Tener una experiencia concreta
2. Realizar observaciones y reflexiones
3. Formular y comprender los conceptos y
4. Comprobar los conceptos en contextos específicos de trabajo. De tal forma que el
estudiante avanza en su aprendizaje formativo.
~ 70 ~
Estos fundamentos teóricos sirven como base para analizar el supuesto principal de
este estudio, el cual busca identificar los factores clave de las estancias.
Metodología
Análisis y resultados
Este espacio está conformado por análisis del problema y análisis de soluciones. En
esta primera fase se desarrolla la definición del problema público, la cuantificación del
problema y análisis causal.
Un problema público
Según Cobb (1994) se considera problema público cuando afecta a un gran número
de personas, que incluye efectos y consecuencias, incluso a personas que no están
directamente relacionadas con el problema. Aunado a esto Anderson (2003) manifiesta
que produce insatisfacción en la ciudadanía y que requiere solución pública.
La falta de normatividad para la realización de las prácticas profesionales, que en el
caso de las Universidades Politécnicas incluye la realización de las estancias y estadías,
se puede identificar que la Ley Federal del Trabajo no incluye la prestación de estos
~ 71 ~
servicios y no existe un reglamento interno de la Universidad Politécnica de Victoria en
Tamaulipas.
Por tal motivo, se pueden presentar confusiones e incluso arbitrariedades por parte
de los involucrados, considerando al alumno practicante, asesor empresarial y asesor
institucional como principales actores.
Nota. Resumen de egresados y número de escuelas de nivel superior de acuerdo al ciclo escolar 2020-2021. Adaptada del Sistema
Interactivo de Consulta de Estadística Educativa, por SEP, 2022, (https://www.planeacion.sep.gob.mx/principalescifras/).
Análisis causal
El análisis causal requiere un énfasis especial, ya que se tendrán que buscar
soluciones para atacar la causa del problema (Franco, 2012). En este paso se utiliza el
diagrama de Ishikawa, el enfoque 80/20, así como un análisis FODA (Fortalezas,
Oportunidades, Debilidades y Amenazas).
El diagrama de Ishikawa de la figura 1 permite identificar las causas en categorías
principales y a su vez en subcausas del problema (Ibíd), en este caso se consideran de
acuerdo con la perspectiva de los alumnos afectados que ya realizaron las estancias.
~ 72 ~
Figura 1. Diagrama de Ishikawa
Nota. El diagrama ilustra las causas y subcausas del problema. Adaptado de Diseño de Políticas Públicas. Una guía práctica para
transformar ideas en proyectos viables, por J. Franco, 2012, Grupo Editorial y de Investigación Polaris S.A. de C.V.
Lo anterior, resulta de utilidad para identificar las consecuencias con ayuda del
enfoque 80/20 (Principio de Pareto), en donde el principio fundamental radica en que
la minoría de las causas provocan la mayoría de las consecuencias, como se ilustra en
la figura 2.
Figura 2. Enfoque 80/20
Nota. Se identifica que la minoría de las causas provocan la mayoría de las consecuencias. Adaptado de Diseño de Políticas Públicas.
Una guía práctica para transformar ideas en proyectos viables, por J. Franco, 2012, Grupo Editorial y de Investigación Polaris S.A. de C.V.
Análisis de soluciones
~ 73 ~
Objetivos e identificación de la población potencial
A continuación, se muestra el árbol de objetivos en la figura 3, que consta del
objetivo general en la ubicación central, los objetivos de causa en el inferior del
diagrama, así como los objetivos de efecto en la parte superior. La población a quien
va dirigido son los estudiantes que realizan prácticas profesionales, estancias o
estadías en las universidades según el programa de estudios, se puede realizar una
aproximación de acuerdo con el ciclo escolar 2020-2021 en donde egresaron 538,948
y en el Estado de Tamaulipas totalizaron 19,819.
Tabla 2. Matriz FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas)
Nota. Análisis interno y externo de acuerdo con la percepción de los estudiantes del Programa Académico de Administración y Gestión
Empresarial.
~ 74 ~
Figura 3. Árbol de objetivos
Nota. En el centro del diagrama se encuentra el objetivo general, en el inferior se identifican los objetivos de causa y en la parte
superior los objetivos de efecto.
Conclusiones y recomendaciones
Las prácticas profesionales han permitido que los estudiantes universitarios puedan
desempeñar los aprendizajes que previamente han adquirido en las instituciones, en
un entorno real de trabajo, lo que les permite reflexionar por medio de las experiencias
~ 75 ~
en el ambiente en que se desenvuelven. No obstante, se deben buscar las condiciones
óptimas para la mejora del programa de estancias y como respuesta a la pregunta
inicialmente planteada ¿Cuáles son los factores clave del programa de estancias de la
Universidad Politécnica de Victoria?
Existen aspectos que favorecen la realización de las prácticas profesionales, de
acuerdo a los estudiantes que realizan las estancias consideran las fortalezas como la
aplicación de las competencias (conocimientos y habilidades) así como el desarrollo
de nuevas, mejora en las relaciones interpersonales, aplicación de administración del
tiempo y creatividad; además, se presentan oportunidades como la adquisición de
aprendizaje y experiencia en un entorno real de trabajo, que se puede aplicar en una
modalidad mixta (presencial y a distancia).
Sin embargo, también se presentan debilidades como la falta de dispositivos
informáticos, equipo y conectividad para el desarrollo de los proyectos y la falta de
conocimientos profundos en ciertas áreas para la aplicación práctica y así poder dar
cumplimento en el tiempo establecido. De igual manera de identificaron amenazas
como la poca disponibilidad de los asesores empresariales para el intercambio de
información, espacios asignados y falta de asesoría que coadyuve al desarrollo del
proyecto.
Para mitigar las principales dificultades que enfrentan los practicantes se
recomienda implementar una adecuada normatividad para la realización de prácticas
profesionales en la Universidad Politécnica de Victoria, que incluya un reglamento
interno para aplicación de los estudiantes, asesores empresariales e institucionales,
que permita mejorar la disponibilidad de los asesores para intercambiar información
por medio de una interacción, comunicación y buen trato, proporcionar un programa
de onboarding (incorporación) para los practicantes, capacitación y adestramiento en
caso de necesitarlo, brindar las facilidades para uso de equipo, herramientas
necesarias para la realización del proyecto.
Aunado a lo anterior, también es posible sugerir la creación de proyectos
colaborativos con las empresas, profesores y alumnos, que permitan la asesoría
modalidad mixta, seguimiento en proyectos existentes para resolver problemas y
aplicar mejoras, ampliación de convenios de transporte que permitan otorgar
facilidades a los practicantes y gestión de becas para que se adapten a los periodos
de aplicación de prácticas profesionales que se desarrollan en la Universidades
Politécnicas.
~ 76 ~
Referencias
~ 77 ~
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inclusivo-de-la-productividad-en-america-latina.pdf.
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http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=56780202.
~ 78 ~
Logros y Desafíos de una Escuela Normal Rural ante el PRODEP
Irma Cuéllar González 1, Eréndida Yasmin Mendoza Reyna 2 y Olga Báez Moreno 3
Escuela Normal Rural de Tamaulipas “Maestro Lauro Aguirre”
irmacuellar75@gmail.com
Resumen
1 Docente de tiempo completo, Maestría en Metodología de la Enseñanza en el Instituto Mexicano de Pedagogía. Reconocimiento del Perfil Deseable PRODEP.
Participa en la formación de docentes a partir de 1998, ha sido integrante de la Comisión de Titulación Institucional desde 2015 y se ha desempeñado como
asesora de Tesis.
2
Docente de tiempo completo, Licenciada en Educación Media con especialidad en Matemáticas, por la Escuela Normal Superior de Tamaulipas, Maestría en
Psicoterapia Gestalt Enfoque Grupal en el Centro de Gestalt Fritz Perls, cuenta con más de diez años de experiencia docente en nivel superior y medio superior,
y como psicoterapeuta individual y grupal. Actualmente cuenta con Reconocimiento del Perfil Deseable ante PRODEP, desde el 2019. Contacto:
erendida1010@gmail.com
3
Docente de tiempo completo, ha sido Jefa del Área de Difusión Cultural y Extensión Educativa, Integrante de la Comisión de Titulación así como del Comité
de Planeación en la Escuela Normal de procedencia, titulada en Maestría en Psicoterapia Gestalt Infantil por el Centro de Investigación y Psicoterapia Gestalt
Fritz Perls, más quince años de experiencia docente en educación superior y ha participado como ponente en diversos congresos nacionales. cuenta con
Reconocimiento del Perfil Deseable ante PRODEP. Contacto: baezmorenoo@gmail.com
~ 79 ~
Introducción
b) Contribuir, a través de los apoyos que otorga el Programa, a que los PTC se
articulen y consoliden en Cuerpos Académicos (CA) que avancen en su grado de
consolidación para generar una nueva comunidad académica capaz de transformar
su entorno. (SEP, 2020, Apartado 2.2)
~ 81 ~
Investigaciones previas
En el tema de la aplicación del PRODEP, en las IES en México, se encontró una
investigación muy amplia respecto a los logros y desafíos explorado en 628 docentes
y 30 escuelas, dicho estudio fue coordinado por la Red de Estudios sobre Instituciones
Educativas (RESIEDU) en el 2013, y entre las conclusiones a las que llegaron está que,
por una parte el programa ha tenido un impacto positivo en las instituciones (aquí
principalmente las Universidades Públicas), sin embargo también señalan una
distribución inequitativa de los recursos asignados y, por último que la preponderancia
para la formación de los cuerpos académicos, ha incidido en que se dejen de lado
actividades de gestión, administración y tutelaje a los estudiantes, incluso se ha
buscado ir más allá, de este programa (PRODEP) buscando acceder al Sistema
Nacional de Investigadores (Barona-Ríos et al 2017).
Siqueiros et al (2018) en el estudio “Evolución de las normales ante PRODEP:
Escuelas, profesores y cuerpos académicos”, realizaron un estudio en base a los
informes trimestrales oficiales que emite el programa. Los resultados demuestran que
en el periodo revisado 2012 al 2017, las cifras van en aumento a un ritmo lento,
respecto a: escuelas normales participantes, nivel de habilitación de docentes, perfiles
deseables y conformación de cuerpos académicos. Las reflexiones son que, se detecta
como área de oportunidad continuar elevando dichos indicadores, y se recomienda,
realizar investigación para analizar los efectos de estos datos en el incremento la
calidad de la educación.
Esta misma autora, en publicación posterior, reconoce que al “comparar las
escuelas normales con otras instituciones de educación superior en México, por
ejemplo, con UPES, se observa una clara desigualdad de condiciones para desarrollar
investigación” (Siqueiros, 2019, p. 4).
El trabajo de Siqueiros y Vera (2020), titulado “Caracterización de cuerpos
académicos de escuela normales”, se basó en una revisión documental por medio del
acceso a la página oficial de cuerpos académicos reconocidos por PRODEP, durante
el período 2009 a 2019, analizaron los datos de 215 CA, ubicados en 104 del
subsistema de educación normal. El objetivo fue caracterizar a estas agrupaciones en
términos de su ubicación geográfica y composición (tamaño y diversidad). En las
conclusiones, señalan que la mayoría de los CA se encuentran en la región Centro Sur,
principalmente en el Estado de México; están conformados de tres a cinco integrantes
con mayor porcentaje de mujeres, y una relativa tendencia a ser el hombre el líder.
Además, refiere que por las diversas características institucionales: beneméritas y
centenarias, rurales, urbanas, superiores, especializadas, institutos, etcétera), centros
~ 82 ~
de actualización de magisterio y centros regionales, las políticas como el PRODEP se
han logrado de distinta manera. Enfatizan que:
[…] es preciso continuar con la comprensión y construcción de procesos
encaminados a la legitimización de la profesión académica en los entornos de las
escuelas normales, en los cuales la incorporación de las prácticas de investigación,
generación y aplicación del conocimiento deberán modificar no solo los estatutos del
personal académico, sino transitar hacia un cambio dentro de un proceso histórico en
el cual habían fincado su posición política, usos y costumbres vinculados al sistema
de educación básica y al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, hacia
un paradigma universitario que no es garantía de éxito (Siqueiros y Vera, 2020, p. 91).
Edel-Navarro et al (2018), realizaron un estudio donde analizan cuáles han sido los
efectos del programa PRODEP en instituciones que forman docentes para la educación
básica. En su análisis encuentran que este programa fue implementado primero en
Universidades públicas y se aplicó con criterios muy similares a las Escuelas Normales,
que se encuentran en desventaja porque para tener la efectividad esperada se requiere
por lo tanto, realizar reformas trascendentales equiparables a las de las Universidades,
también llegan a la reflexión que el sistema normalista no debería reformarse como tal
para cumplir con esta política; más bien habría que modificar el programa, para que
mejore su funcionamiento de acuerdo a la realidad de las Escuelas Normales.
Por último, se encontró un estudio de caso, respecto a las perspectivas y obstáculos
para la conformación de cuerpos académicos en una Escuela Normal de Chiapas
ubicada en Villaflores, en la cual entrevistaron a 20 docentes de su planta docente,
obteniendo en sus hallazgos que reconocen que la normal ha tenido acercamientos de
organización y funcionamiento para el trabajo de investigación y publicaciones a través
del Programa para el Fortalecimiento de las Escuelas Normales (ProFEN) e identifican
que falta implementar estrategias de la entidad para generar condiciones que
favorezcan el registro de docentes ante el PRODEP con pertinencia (Ruíz-González et
al, 2019).
Metodología
Hallazgos
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Normal (PEFEN), inicia una jornada de seis talleres de capacitación y actualización en
investigación educativa, dirigida a dos PTC de cada una de las seis Escuelas Normales
públicas del estado. Como resultado de esta acción estratégica, se publica en el 2016
el libro “Experiencias de Investigación con Formadores Docentes. Hacia la formación
de un Cuerpo Académico”. Todo lo anterior, impulsó que se concretaran diversas
publicaciones académicas en revistas y congresos, y en el 2017 se obtiene registro
ante PRODEP de tres cuerpos académicos “En formación” de dos escuelas normales.
Esto se considera una fortaleza, en contraparte con lo que se observa como sugerencia
en la investigación de Ruíz-González (2019) mencionada anteriormente.
El rubro de Cuerpo Académico, como un apartado de énfasis en la planeación
institucional de cada Escuela Normal se siguió trabajando en el marco de los ProFEN,
a su vez, impulsado por las autoridades educativas estatales subsecuentes, añadiendo
año con año objetivos y metas respecto a este rubro se han ido concretando a un ritmo
que pareciese pausado pero continuo. Una fortaleza más, para el logro de los
resultados, es que una de las integrantes del Cuerpo Académico en Formación (CAEF),
ha participado en la elaboración de la planeación institucional, y las acciones
gestionadas han fortalecido el trabajo de investigación y difusión realizado:
[…] pues desde hace años ella ha colaborado en la planeación institucional (del
EDINEN) y atinadamente ha propuesto acciones en el énfasis de Cuerpos
Académicos (Narrativa 2).
~ 85 ~
Aún sin los incentivos directos, para los participantes, se ha mantenido la
comprometida decisión de continuar las acciones de productividad académica en el
marco de las Líneas de Generación y Aplicación del Conocimiento (LGAC), porque
representan para la Escuela Normal, acrecentar los indicadores de calidad,
explícitamente considerado como un área de énfasis en la Planeación Institucional
señalada por la Guía Metodológica de Plan de Apoyo y la Transformación de las
Escuelas Normales (PACTEN) y actualmente la Estrategia de Desarrollo Institucional
de la Escuela Normal (EDINEN).
Por otra parte, en el análisis de las narrativas de las PTC, hay coincidencia respecto
a señalar que: un proceso importantísimo para acceder a las políticas educativas del
PRODEP, fue la capacitación, asesoría y acompañamiento a través de cursos, trabajo
colegiado entre las escuelas normales de la región. Ese conocimiento, comprensión de
conceptos, procesos, acceso a plataformas, incluso derechos y obligaciones, se dio de
una manera lenta, superándose así, las creencias limitantes del contexto normalista.
Como lo expresan:
Todavía no conocía muchos aspectos que hoy conozco, como: grupos colegiados,
perfil deseable, los aspectos que se requiere trabajar para lograrlo, lo que significaba
para la escuela, y el impacto que tendría en mi vida y la de la escuela (Narrativa 2).
Otra acción importante fue el conocimiento y uso de las plataformas PRODEP, para
la captura de currículum vitae de los PTC, del Cuerpo Académico en Formación (CAEF)
y del RIP. Lo cual se atendió, primeramente, con la asesoría externa de una RIP de una
Escuela Normal de la región, posteriormente con un curso-taller gestionado por el
Departamento de Educación Normal y finalmente el uso de estas plataformas en la
gestión de la trayectoria del Cuerpo Académico postulado fue un reto, como se
menciona en esta narrativa:
El uso correcto de las diferentes plataformas jugó un papel importante, porque
implicaba posibles omisiones o errores, que podrían ser factores que demeritaran la
puntuación obtenida o, incluso, cerraran el proceso en un momento inoportuno
(Narrativa 1).
Llenar el currículum vitae en la plataforma, aprender las opciones ésta, reconocer las
opciones, la falta del internet, la página no guardaba los cambios o dejaba de dar
acceso, además del escaneo de documentos y el subirlos en la plataforma fue toda
una experiencia de aprendizaje (Narrativa 1).
En la Escuela Normal de estudio, de 17 PTC con los que cuenta, 10 de ellos tienen
nivel de posgrado, de estos mismos, tres (3) realizan funciones directivas, condición
que por la sobrecarga de actividades laborales les limita la participación en procesos
de investigación, como lo demanda el PRODEP. Otros dos PTC, por años han estado
a cargo del curso de práctica profesional en el séptimo u octavo semestres con alta
~ 86 ~
demanda de atención a la docencia; las otras tres PTC integraban un grupo
disciplinario de investigación, que hoy alcanzó el registro como CAEF, cabe mencionar
que una de ellas atiende tres grupos del curso de matemáticas con carga horaria de
18 horas/clase semanales; otra atiende dos grupos de séptimo semestre con una carga
horaria de 8 horas y además encargada de la evaluación del Programa Educativo ante
los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES);
la otra integrante del Cuerpo Académico se encuentra en proceso de titulación de
Doctorado; por último, las otras PTC en mención, una es jefa del Área de Investigación
y la otra, es la responsable del Programa Institucional de Tutoría Académica, ambas
con actividad docente.
En cuanto a los siete (7) PTC que no cuentan con estudios de posgrado, desarrollan
principalmente actividades de docencia en diferentes cursos de la malla curricular.
Además, se observa como área de oportunidad, que se integren en grupos
disciplinares para generar otras líneas de investigación y realizar publicaciones
inherentes a su área de ejercicio profesional. Un ejemplo es los tres PTC de reciente
contratación, cuyo perfil es la enseñanza del idioma inglés, esto en el entendido de que
en un corto o mediano plazo será necesario la obtención de un grado de maestría.
Por lo anterior es patente la necesidad de apoyo para estudios de posgrado,
considerando que, no es funcional la forma en que se distribuyen los recursos
etiquetados para elevar el grado de habilitación de los PTC, pues dependen de los
periodos de erogación y de uso, lo que, por lo regular, se desfasa de los tiempos de
inicio y finalización real, del plan curricular que cursan, y la aplicación efectiva del
presupuesto asignado por el EDINEN, convirtiéndolo en un trámite burocratizado
(relatoría grupo focal).
En lo que respecta al logro del reconocimiento al perfil deseable y Cuerpo
académico; se considera una fortaleza que se haya logrado tres docentes lo hayan
obtenido, y se cuente con el registro de un Cuerpo Académico. Ha sido un proceso de
años, catapultado por la estrategia estatal en 2013, para emprender la conformación
de cuerpos académicos en el Estado, el 2018 tuvo el primer PTC con Reconocimiento
al Perfil Deseable; en el 2019, se sumó uno más; en el 2020, se postulan por primera
ocasión para el registro de Cuerpo Académico, siendo el dictamen negado; y el 2021,
retomando los aprendizajes de la experiencia previa, nuevamente presentan solicitud
ante PRODEP obteniendo el registro.
Los cursos y talleres en los que se ha participado, para mejorar los referentes
metodológicos para la publicación de artículos de investigación educativa, han dado
resultados en aquellos docentes que participaron en la estrategia estatal de formación,
mencionada en párrafos anteriores, y que aunque el resto de los PTC expresan interés
~ 87 ~
por incursionar en rubros diferentes a la docencia, la asesoría y la tutoría, mantienen la
inercia de la dinámica institucional que pondera estos aspectos, y en el caso de las tres
PTC, se ha avanzado, sin descuidar las funciones de docencia, asesoría, tutoría y
gestión, esto como parte de una cultura institucional normalista.
Se observa como fortaleza que el asunto de cuerpo académicos, investigación y
reconocimiento a perfil deseables, estén impulsadas por las autoridades de los tres
niveles, nacional, estatal e institucional, lo que ha permitido contar con recursos para
las actividades propias de la investigación en el marco de las LGAC institucionales
(Narrativas 1, 2 y 3). El logro del reconocimiento de un CAEF y 3 PTC con
Reconocimiento al perfil deseables, es resultado de un trabajo conjunto de lo individual
y lo colectivo, y las facilidades brindadas por las autoridades, sin embargo, la decisión
de continuar y persistir, aun cuando no siempre las condiciones han sido óptimas es
producto del compromiso personal de las participantes. Como lo narran:
PTC La verdad la compañera y yo lo tomamos con mucho compromiso, pues había
que ser constantes (Narrativa 2)
Las tres PTC expresaron en sus narrativas (Narrativas 1, 2 y 3)que lograr el perfil
deseable fue un proceso de años, que inició con el trabajo colegiado de investigación
desde el 2013 con dos de ellas cuando se integraron a la convocatoria que hizo el
Departamento de Educación Normal del Estado para conformar grupos disciplinares, y
la otra PTC, en el 2014 cuando inició actividades en el Proyecto de Investigación de
Seguimiento a Egresados, en ambos proyectos se contempló la habilitación en
procesos de investigación educativa.
Año tras año, desde el 2013, se ha recibido capacitación con recursos vía PACTEN
o sus similares, tanto por parte de la institución como del Departamento de Educción
Normal, los cursos con modalidad de taller han atendido diversos temas relativos a los
procesos de investigación, productividad académica, su difusión y, la caracterización
de los cuerpos académicos reconocidos (Narrativas 1, 2 y 3)
nos pedían seleccionáramos temas de estudio, así como plantear la pregunta de
investigación, definir categorías de análisis, realizar la investigación documental
(aplicando lo visto en el taller), en consecuencia, también nos pedían avances de
nuestros trabajos de investigación (Narrativa 2)
Una fortaleza es que los asesores externos han sido especialistas o investigadores
con una amplia trayectoria en estos rubros, y con esos referentes han compartido sus
experiencias y acompañado en los procesos de construcción de las LGAC, de la
selección del objeto de estudio principal dadas las condiciones de la Escuela Normal,
en la que convergen diferentes perfiles, en el grupo disciplinar: una es docente de
matemáticas, una de gestión educativa, y una más en el trayecto de prácticas
~ 88 ~
profesionales, que a pesar de no ser perfiles afines, se han sacado adelante diversas
publicaciones.
Cabe hacer mención que las autoridades institucionales han brindado en el marco
de la planeación institucionales, con recursos federales se cuenta con algunos insumos
tecnológicos y un espacio físico para realizar dichas actividades, así también en la
medida de las condiciones institucionales de cada semestre, se han dedicado horas
comisionadas para el desarrollo de las actividades propias del grupo disciplinar, ahora
Cuerpo Académico, algunas de esas horas, se han destinado de manera coincidente,
y en muchas otras ocasiones, los trabajos se ha sacado adelante en horarios contra
turno, en incluso ya entrada la noche, con reuniones virtuales vía Google Meet, como
lo reafirma, el siguiente texto
Nos ha convocado a reuniones vía meet, hemos trabajado en las tardes-noches, en
sábados y domingos o días de periodos vacacionales, todo con el propósito de sacar
adelante algún artículo de investigación, lo cual se ha logrado. (Narrativa 2)
Todo este trabajo no ha sido sencillo, en ocasiones fue extenuante, había que atender
al grupo clase, así como otras comisiones, más reuniones o eventos institucionales.
Sentía que el tiempo no me alcanzaba. (Narrativa 2)
Conclusiones
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2643-7 ISBN UNAM Obra completa: 978-607-30-2621-5 ISBN AMECIDER Volumen
IV: 978-607-8632-09-1 ISBN AMECIDER Obra completa: 978-607-8632-06-0
Siqueiros, M. G, Vera, J. A y Mungarro G (2018, marzo) Evolución de las normales ante
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~ 92 ~
Evaluación
Educativa
Caracterización de los Ambientes de Aprendizaje a través de las Prácticas de
Evaluación Durante la Formación Docente: Un Estudio Exploratorio
Francisco Enrique García López, María Magdalena Hernández Valdez, Luis Alberto Luna García
Escuela Normal Oficial “Dora Madero”
franciscoenrique.garcia817@docentecoahuila.gob.mx
Resumen
Los modelos educativos para la formación docente cada vez hacen más énfasis en la
necesidad de consolidar la evaluación, ya sea auténtica, formativa y/o socioformativa,
entre otras, lo que implica, en principio, la formación para la evaluación de los docentes
relacionados con estos procesos, para garantizar la emisión de juicios de valor
confiables sobre la adquisición y desarrollo de los saberes docentes, tales como, el
saber, el saber hacer y el saber ser de los estudiantes en formación. La evaluación es
un proceso continuo, riguroso y crítico que no debe dar cabida a un altruismo
académico por conveniencia (prácticas académicas de evaluación deshonestas). Por
ello es valioso desarrollar una conciencia académica crítica basada en la
implementación de conductas éticas y valores morales que permitan comprender,
asimilar y garantizar que la evaluación de los saberes docentes es fundamental e
inalienable. Metodológicamente, el estudio fue descriptivo-exploratorio e implico la
participación de 235 estudiantes de la licenciatura en educación primaria mediante la
aplicación de un cuestionario de 70 ítems en línea, el cual considero tres dimensiones:
1. Características del ambiente de aprendizaje; 2. Las prácticas de evaluación en la
formación docente; y 3. Las distensiones y tensiones en el ambiente de aprendizaje
relacionadas con el proceso de evaluación.
Introducción
~ 94 ~
Desde esta perspectiva, la evaluación de los aprendizajes y de competencias cobra
mayor importancia para determinar con precisión el verdadero nivel de adquisición de
saberes y desarrollo de competencias docentes, con base en los parámetros
establecidos en los programas de estudio (criterios de desempeño, criterios de
evaluación, etc.) y en el modelo educativo (perfil de egreso). La evaluación es una de
las herramientas fundamentales para establecer si el estudiante en formación es o no
competente, lo cual se avala mediante la acreditación y/o certificación de dichas
competencias.
Los procesos de evaluación son críticos para el aprendizaje y adquisición de saberes
docentes, porque a través de estos se puede determinar el nivel de desarrollo que se
tiene de cierto conjunto de capacidades inherentes a la formación docente. El diseño
del ambiente de aprendizaje, la evaluación de los saberes, las prácticas de evaluación
durante la formación docente, entre otras categorías, son aspectos clave que pueden
contribuir, dificultar u obstaculizar el logro del perfil de egreso, pero también de generar
distensiones y tensiones en el ambiente de aprendizaje relacionadas con el proceso de
evaluación, es por ello, que es trascendental estudiar la importancia que le asignan los
docentes en formación a la evaluación, además, de determinar cuáles son las
principales aciertos en las practicas evaluativas durante la formación inicial docente,
entre otros aspectos. Lo anterior no solo representa el qué, sino también el porqué de
la investigación.
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Revisión de la literatura
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Flórez, 1999; Palacios & López-Pastor, 2013, como se citó en Sonlleva et al. (2018)
destacan que la evaluación supone una de las dimensiones docentes que presenta
mayores controversias tanto para los profesores universitarios como para los maestros
en formación y los egresados. La evaluación de los aprendizajes, dependiendo de las
expectativas, concepciones y prácticas del evaluado y del evaluador, es capaz de
desencadenar una gran diversidad de emociones académicas que impulsen al
estudiante a auto desafiarse cognitiva y personalmente de manera continua y rigurosa,
sin embargo, si los resultados de esta no son los esperados, puede liberar un sin
número de emociones negativas y hasta conductas disruptivas. Por ello es
transcendental desarrollar una conciencia académica crítica (conductas éticas, valores
morales, entre otros) que permitan comprender y asimilar que la evaluación de los
saberes docentes es fundamental e inalienable, pero también lo es la formación para
la evaluación, no solo del formador de docentes sino también de los docentes en
formación y del resto del colectivo institucional. No se puede implementar y
comprender lo que no se ha aprehendido en el marco del saber, saber hacer y saber
ser durante estos procesos.
Se deben de erradicar todo arquetipo de prácticas docentes, escolares