El liberalismo como doctrina que propone la libertad y tolerancia en las relaciones Humanas es la base del libre albedrío. Pero los procesos del cerebro se pueden alterar con un sistema de activación de las neuronas o casco transcraneal. Experimentos con animales muestran que se pueden dirigir y además lo hacen contentas porque creen que mediante el sistema de casco Transcraneal son estos animales lo que felices realizan tales experimentos. Esta tecnología está en sus inicios y florecimiento, pero demuestra que los deseos se pueden alterar. El liberalismo se basa en el individuo o la persona, que es indivisible. Sin embargo, el cerebro humano tiene dos hemisferios conectados tanto el derecho como el izquierdo. Si se corta la comunicación a una parte le faltará la información de la otra y se pueden inventar cosas para justificar que pasa. Cuando se toma una decisión hay diferentes entidades en conflicto. El Yo Experimentador: No recuerda nada. Nuestra conciencia momento a momento. El Yo narrador: Recupera recuerdos, historias, planes futuros. Es cuestionable la idea del liberalismo de que soy un individuo que tengo una voz interior consistente y clara dueño de mis actos, pensamiento e imaginación. El yo narrador prefiere seguir adelante antes que reconocer que el sufrimiento anterior no ha tenido ningún sentido. Los italianos siguieron luchando contra el imperio Austrohúngaro “para que nuestros chicos no hayan muerto en vano” y siguieron muriendo. Se continúa invirtiendo en proyectos fracasados o seguimos conviviendo con una pareja ya rota.
Hablamos de un avance tecnológico sin presentes, donde la humanidad y lo que
puedan sentir percibir o creer queda relegado a un segundo plano por la neurociencia y sus ramificaciones, estamos ante la era de lo tecnológico y el gran impacto que este evocara en la humanidad y en nuestra forma de apreciar el mundo y sus alrededores.
El Dataísmo no es antihumanismo, pero no cree que la experiencia humana tenga más
valor por ser humana. El H.S. ha quedado obsoleto, si encontramos algoritmos superiores pues los sustituimos, aunque no tengan conciencia. Antes para tomar decisiones se consultaba a las estrellas, a la Biblia o a uno mismo, en el Dataísmo tenemos que consultar los algoritmos externos que nos conocen mejor que nosotros mismos.