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Lo que saben los que no saben leer

Hace 90.000 años, tantos que es casi imposible imaginarlos, los hombres y las mujeres comenzaban a poblar nuestro planeta.
Faltaban todavía 85.000 años para que inventaran la escritura.
Para quienes saben leer y escribir, como ustedes, resulta difícil imaginar un mundo sin letras y sin textos. Sin embargo la mayor
parte de la vida de la humanidad transcurrió en un período que los historiadores llaman “prehistoria” justamente porque no se
conservan de ella registros escritos.
¿Cómo se transmitían los acontecimientos más importantes de cada pueblo esos que hoy se leen en la escuela, con la ayuda de
los libros de Ciencias Sociales? ¿Cómo se hacía para recordar fechas importantes, como los cumpleaños o aniversarios sin una
agenda o al menos un papelito donde anotarlos?
La escritura es un invento relativamente reciente. El lenguaje es, por naturaleza, oral. Todos los seres humanos, donde quiera
que se encuentren tienen un lenguaje. Sin embargo, cientos de lenguas que hoy están en uso no tienen un sistema de escritura. De
los casi 7.000 idiomas que algunos investigadores consideran que existen, menos de 250 tienen escritura.
Si bien en nuestro país existen escuelas y se enseña a a leer y escribir, todavía hay gente que desconoce la escritura. Se trata de
personas que suelen poseer información muy valiosa y gran cantidad de historias aprendidas de sus mayores, que guardan en su
memoria. Dependiendo de las culturas a las que estas personas pertenecen, estas historias se transmiten alrededor de un fogón
nocturno, en un campo de caza antes de invocar a los dioses para obtener buenas presas, o en un rincón de la montaña al que sólo
los hombres o mujeres tienen permitido ir.
Conscientes de la importancia de la tradición oral, hay antropólogos, historiadores, lingüistas y otros investigadores que van de
pueblo en pueblo, de región en región buscando comunidades orales y sabios iletrados que guardan en su memoria tesoros de la
historia de su pueblo y de su cultura, conocen muchísimas historias, adivinanzas, coplas, refranes, juegos de palabras que
aprendieron como se han aprendido desde hace miles de años: en forma oral. Si no se escriben corren el riesgo de morir con ellos.
¿Por qué? Porque como hoy en día sus hijos o nietos están insertos en sociedades con escritura y aprenden a escribir, a veces dejan
de prestar atención a esas historias que sólo los mayores conocen. Lamentablemente, en ocasiones los chicos, y también los grandes,
no valoran todo lo que sabe quien no sabe escribir y leer. Y hay tanto, pero tanto que aprender de la tradición oral que sería una
verdadera lástima que todo eso se perdiera.
• Glosario
Iletrado, da. Adj. Analfabeto, que no sabe leer, o ignora los saberes elementales
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MARCO TEÓRICO: FÁBULAS


Las fábulas son narraciones que se caracterizan por brindar simples enseñanzas de la vida, consejos sobre qué actitudes son
convenientes y cuáles no; es decir que tienen un intención didáctica, dejar una enseñanza. Por lo general, cuentan historias
breves cuyos personajes suelen ser animales que se comportan y hablan como personas. Mediante estos personajes y lo que
les sucede, las fábulas invitan al lector a reflexionar sobre las virtudes y los defectos propios de los seres humanos.

PERSONAJES TEMAS INTENCIÓN MORALEJA


Son, en su mayoría, animales u Los vicios, por ejemplo: la Detrás de cada fábula hay una Es una enseñanza moral, un
objetos humanizados, pero envidia, la avaricia, la mentira, la crítica hacia ciertos consejo o una pauta de
también pueden ser seres arrogancia, etc. comportamientos, y actitudes, conducta.
humanos. que se disimula con el uso de
personajes humanizados.
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EL HORNERO
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo iban a casarse el alfarero y la alfarera de una importante tribu. Los
dos estaban muy contentos. Para festejar el casamiento mandaron un montón de vasijas y platos de barro
decorados por ellos mismos a todo el pueblo.
Esa noche, como siempre antes de un matrimonio, el hechicero se reunió con los novios, sus familias y el cacique. El hechicero iba
a adivinar cómo sería el futuro de la pareja. Bailó y cantó. Luego arrojó semillas y hojas al fuego. En ese momento, un viento muy
fuerte apagó las llamas y cubrió de cenizas a las personas. Horrorizado, el hechicero anunció grandes desgracias para todos si la
pareja se casaba. Entonces el cacique prohibió el matrimonio.
Los dos alfareros, desconsolados, decidieron escaparse a la selva para poder vivir juntos allí. Pero, al darse cuenta de la fuga, el
cacique envió a sus mejores guerreros que los alcanzaron y les lanzaron flechas envenenadas. Los jóvenes cayeron heridos y,
apenas tocaron el suelo, se levantó una nube de polvo y se oyó un revuelo de plumas y trinos. Los enamorados se habían
transformado en una pareja de horneros que huyó volando. Cuando estuvieron a salvo, construyeron su nido de barro, como
buenos alfareros que eran.
Así nacieron los horneros, artesanos entre los pájaros del campo argentino.
“El zorro y la cigüeña”

Al zorro le encantaban las bromas pesadas y quiso gastarle una a su amiga la cigüeña. Un día la invitó a cenar a
su casa y la cigüeña aceptó con mucho agrado. La cigüeña se presentó a la hora acordada y tras conversar un
buen rato, se dirigieron al comedor.
El zorro había preparado una deliciosa sopa, pero la sirvió
en dos platos muy llanos. La cigüeña apenas pudo probar
la sopa con la punta de su largo pico. El zorro, entre risas
burlonas, se tomó toda la sopa y al final se lamió y relamió
el plato.
La cigüeña pronto se dio cuenta de la broma de mal gusto
que le estaba jugando el zorro. Sin embargo, disimuló su
enojo. Al despedirse, dio las gracias al zorro dejándole
saber que estaba invitado a almorzar a su casa al día
siguiente.
El zorro se presentó en la casa de la cigüeña. Al entrar, sintió un olor exquisito que le hizo agua la boca y lo llenó
de emoción. Pero la emoción le duró poco, porque el guiso que había preparado la cigüeña le fue servido en un
jarro muy largo y de cuello estrecho. La cigüeña alcanzaba fácilmente el guiso con su pico, pero no el zorro con
su hocico ancho y corto. El zorro, muy avergonzado, se marchó con el rabo entre las patas.
Moraleja: No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.

MARCO TEÓRICO

Como ya vimos, los textos de tradición oral, se organizan en grupos o géneros de acuerdo a características que
tienen en común.

Ya trabajamos con las fábulas. Las fábulas son narraciones más bien cortas que se crearon para dejar un mensaje
o una enseñanza. Esa enseñanza aparece generalmente al final indicada como “moraleja”. Los personajes suelen ser
animales o seres inanimados (la luna, el sol, etc.) que pueden hablar y que representan cualidades humanas (haragán,
trabajador, perseverante, madrugador, etc.). En estas historias, el tiempo y el lugar en el que se desarrollan no se
especifica.

Ahora vamos a ver otro género: Las leyendas. También son narraciones de tradición oral, pero no tienen la
intención de dejar una enseñanza. Forman parte de la cultura y el folklore de las distintas comunidades o pueblos
(hay leyendas de distintas sociedades de todo el mundo). La finalidad de estas historias es dar explicación a distintos
fenómenos del lugar (creación de ríos, forma de algunas montañas, creación de algún animal o planta, etc.). Esa
explicación no es científica, si bien toma elementos de la realidad, se basa en hechos sobrenaturales, imaginativos,
mágicos o milagrosos. Sin embargo, hay personas, especialmente las de la comunidad que las origina, que creen en
ellas como verdades. Estas historias siempre ocurrieron en el pasado y tienen un lugar determinado que, aunque no
se nombre, se puede deducir por la tribu que la origina o el fenómeno que intenta explicar. Entre sus personajes
aparecen seres humanos, dioses, héroes, bestias (hay personajes reales, fantásticos y maravillosos).
1er año LENGUA. Trabajo páctico
Prof. Fabia Miguel

PARTE 1: Buscando tesoros literarios familiares


En las últimas clases estuvimos conversando sobre la importancia de la literatura de
tradición oral en la cultura de los pueblos. Como sabemos, la literatura oral agrupa las
historias, juegos, canciones y versos que se fueron transmitiendo de generación en
generación, de los adultos a los niños.

Para este trabajo, la propuesta es que investigues en tu familia y recuperes esos textos de
literatura de tradición oral que los identifican. Para poder hacerlo vas a tener que charlar
con abuelos, tías, primas, etc. Podés llamarlos por teléfono o visitarlos.

Escribí:

• Una anécdota extraña o graciosa que le haya ocurrido a un miembro de tu familia.


• Una adivinanza
• Una ronda o retahíla con la que jugaban los mayores de tu familia
• Dos coplas
RECORDÁ: NO SE PUEDE USAR INTERNET. A CHARLAR CON LA FAMILIA!

SU VIDA Y SUS HISTORIAS NO LAS VAS A


PODER ENCONTRAR EN NINGÚN LIBRO.
CHARLÁ CON ELLOS, TIENEN TANTO PARA
CONTAR Y ENSEÑAR.

Y LES VAS A DAR UNA ENORME ALEGRÍA

PARTE 2: Fábula y leyenda


Compará las fábulas y las leendas a partir de la lectura de los marcos teóricos, luego realizá
un cuadro comparativo del modelo 2

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