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Evo nueos edicién de te yo etésicn Hisroma bw ua Anguzeruma, de Auguste Choisy, conrti- fuye otro meritorio y feeunda aparte al conoei- thiento de ton importante asignatura. La OMA Iranece Ei Taz SEGUNDA EOICION COMELEEA, HN {hr 5010 TOMO, 5 TOTALMENTE CORRES. |Al pubticar este ediciin se han logrado “doe ventajas, estudiadas de antemono. La primera de ellas consiste, como se ha dicho, en Ia unificactén del libro en un cuerpo ‘inico de formato y volumen muy conveniente ¥ préctico, legrando de tol modo que et estu- Giante 0 el profesional puedan acudir a ella para consultar cualquier punto sin necesidad Ge ubicar previamente el problema en uno w otro tomo de le obra, tal como se ha publica =o anteriormente, La segunda ventaja surge de haber sepa rado del texto las léminas, que integran en festa edieién un cuerpo aparte, permitiendo al festudiante —Ua prictica oxi to demuestra — tun cotejo mucha mds eémodo y efieaz del tex to con la parte grifics. Asimismo, esta diepasicién permite fisea- lizar el conjunto ilustrativo con mayor ampli ‘tud, simplificando la comfecciin de ‘croquis y Aibujos con que el alumio fija sus conoc!~ mientos teéricos. ‘Ast remozade, més accesibte y comunica~ tive, entabla nuevo cologuio con et lector exta bre, que a pesar del fiempo transcurride des- dle que apareciera por primera vez, justfica con au alta calidad eientifiea 1a publicacién de rrucvas ediciones ‘Maxvxt, Avausro Doncixaurz ‘Frofewr de ia Universidad de Buenos isos DRO SIERRA AUGUSTE CHOISY HISTORIA DE LA ARQUITECTURA VOLUMEN I PREKISTORIA Y ANTIGCEDAD VOLUMEN II [ARTE BIZANTINO Y MUSULMAN — EDAD MEDIA RENACIMIENTO — TIEMPOS MODERNOS Segunda sileléa, complete: reviseda por el argultecto MANUEL 5, DOMINGUEZ Profeeor de Iz Universidad de Buenos Altes Editorial VICTOR LERU 5. RB. L. BUENOS AIRES rast 220 Historia pe ta Angurrecruna LA COMPENSACION DE LOS ERRORES VISUALES a) EFECTOS DE LEJAN{A Se ha reprochado- a los métodos que acabamos de exponer, tanto.a los Procedimientos moclulares como a los grificos, el defecto ‘de establecer uma ‘simonia fictici, transtornada por las deformaciones perspectivicas, En realidad, el espisitu reconstituye las dimensiones reales y capta casi de inmediato las verdaderas relaciones; pero queda una parte de ilusién con J cual es preciso contar. Este problema complejo, habia excitado la sagacidad de Tos griegos Un texto de Platén, en el didlogo del Sofista, extablece que era costumbre ‘exagerar la altura disminuida por la perspectiva de las partes que debian set vistas desde abajo, Vitruvio. precisa esta indicacién general: Para un espectadior colocado cerca del edificio, las deformaciones se acen ‘tian ¢ medida que el tamatio det edificio aumenta; los fustes adquieren ante €! ojo de quien los mira un estrechamiento excesivo, el entablamento parece menos pesado. que lo que en realidad es, y la inclinacién de los pies derechos de las puertas parece sobrepacar la medida, Se comegitin esas ilusiones épticas exagerando Tos miembros que la pers Pectiva disminuye, y reduciendo los que aumenta; en las coliimnas se moderars el estrechamiento de os fustes, en las puertas se atenvari la inclinacién de las Jambas, y se exagerard un tanto el espesor de los miembros del entablamento, “Tal es la regla formulada por Vitruvio. En este orden de ideas, lejos de expresar la grandeza material de la obra ‘haciendo variat la proporcién de acuerdo 2 Ia escala, se borra, por decitlo asi, todo rastro de la misma, dando al edificio el mismo aspecto, cualesquiera sean, Jas dimensiones. ‘Una aplicacién muy elemental reslizada en el templo de Priene nos per: mite captar pricticamente este artficio de compensaciones, En una inscripcién arabada sobre una de las antas (fig. 291), la altura de les letras varla de una a ofa linea. Para un espectador colocado en O, las alturas angulares de las diversas lineas se igualan, produciendo et efecto de na inseripcién de carac teristicas uniformes. Peanethorne, apoyindose en que la vista percibe solamente relaciones angulares, considera el astificio de a insripcién de Priene como la apicacion de un método general del arte griego. Tomando, entre otros ejemplos, eb Par- tend, efala un punto desde el coal las masis arquitectOnea se presentan jo Angutos visuales de relaciones simples. eee Skin a refers sur om tclacones angular son Jat que el arquitcts fa buscado ante todo. - Aeepta esta teoria sin reservas, constituitla en primer témino admitir le yes angulares que el autor ha podido establecer s6lo por medio de aproxima- Axguitgcrusa Guizca 22 Clones, considerarla como un pricipio abscluto sexta stponer que sl edificio ssté coucebide en fanciéa de tn punto de vista nico ba vise desplaza, pero, atin en los desplazamientos considecables, los ingulos dptivos trig oso, En realidad Js teoria de Pennethorme parece la expresiéa de na ides eal, ¥ aunque no podiia resolverse en una fSrmula, indica, al menos, wea tendencia Ei attfico de las compensaciones épticas no & exclusivo de la arquites: tua, también se aplica a lz estatuaria. Un cronista bizantino nos ha tenes, tmitido la desfavorable impresién que le produjeron, fuera de s0 verdadno fmplazamiento, las figuras gestinadas al Hontis del Partendn, pues estabee de, formadas por razones perspectivicas. La estatua que coronaba el frontin de Olimpia, vista de frente, carece de Safa, Pero cuando se la mira desde absjo, adquiete una clegenda y una Delleza sorprendente, Fidias en el Parteaéa, y Peonios en Olimpi, Laban fiaido en cuenta este punto de vista; todas ins extatuas de la éposa ‘brillante fueron escilpidas teniendo en cuenta el loser de su emplazamioto Si Tos griegos ban tratado de rectifier las ilssiones dpticas que turban Ja arnoni, por el contrario existen otras que provocaron valuntarianente En Ios portions con dos hileras de columnas; las de la segunda het son Senealmente més delgadas que las anteriores. Una vec reducidas’ pareten ‘guales 2 las del primer plano, pero més relitadas de lo que en realidad thn Se produce una ilusiin de profundidid. Existen apenas algunas edificion av caicos, como al templo de Selinonte o el viejo teinpto de Siracusa, en los rales cl péttico tiene dos hileras de columnas iguales: la diferencia expucste se aa, ta sin excepcién en fos pérticos del siglo ¥. as columnas del Pronaos tienen en: Olimpia la misma altura que las de fachada, pero su diémetro es menor; en e| Futtendn poseen a ls tar ments altura y menor diémetzo. b) EFECTOS DE IRRADIACION ¥ DE CONTRASTE Tuusionas Some 14 Recrrrua ¥ £4 Veericauipan pe ras, Linas Eniasis de Jos columnas. — En un tustade griego de éptica, leemos que un cilindso exzcto, parece estrechado en sy pacte media, Damidn de Lari. Inubiese podide aplicar esta observacién a un fuste de columna en vez de un cllindro, los griegos se preoeupan (fig. 293 A) por comegir este estrecha- miento arqueando hacia el exterior lac gencwtcives del fuste. De ahi es cur vatura descripta con ef nombre de éntasis Incremento del eapesor on las columnos de émgulo.— Los griegos no se limitan a rectificar paia la visual la axistx de las columnas; preocupindolos también Tos efectos convergentes que falsein la impresién de su grasor (fig. 292 By C}. 22 Historta 98 LA ARgurrEcruna La columna de Angulo de un templo que se destaca sobre el cielo, parece, segin la observacién de Vitruvio, “devorada por la luz que la bata”. ‘Se aumentz entonces su espesor por espiritu de compensacién, Peestum nos proveyé un ejemplo de dicha correccién. Inclinacién de las columnas. — No solamente las aristas de las colw- nas se apartan de Ta recta, sino (croquis D) que su eje también se desvia de: {a vertical. Vitravio preseribe dar al eje X de las colummas, una ligera inclinacion hracia el interior del edificio, lo cual se confirma por el analisis de los’ mo- tos RumGara realizar la inclinacién del eje, se procede de lz manera siguiente: se nivela perpendicularmente a la direccign X Ta cara superior Mi del peter tambor, ls unién entre el fusteinclinado y ef capitel se fectta hacis el sus méseapo por medio de un tambor N, de lechos no paralelos; el cuerpo fuste se ejecuta sin mayor dificultad que si la columna fuese recta ‘La inclinacién de los ejes-hacia el interior puede justificarse por razones de estabilidad. De todas maneras responde 2 una necesidad instintiva tan im- periosa, que en los edificios donde ne se aplica este artifici, las ejex de les Eolumnnas parecen diverger come las vasillas de un abanico. "Los monumnetos modernos, donde las columnas son verticales, pre tanse todos 2 dicha ilusién, Si dbservamos el Panteén de Paris o el palacio det Cuerpo Legilativa provocan Ia dusién de que el frente del edificio ejerce un cempufe hacia ¢l vacio inclindndose hacia el exterior. a ‘La fig, 293 expresa, exagerdndola, esa divergencia aparente y 1a fig. 2 indica le corcecei6n adoptada por los griegos. Las columnas, y afin el arquitrabe, ” presentan tna inclinacion real en sentido inverso de aquélis que la vista tlende a atribuirles. Inclinacién de Jos frontonos. — Otra ilvsién producida por los edificios actuales consiste en que el frontén no. parece vertical. “Vitruvio concela este efecto: “si el frontén es vertical —nos dice— pare a huir hacia atras”. S Bars compensar Jo cual. Vitruvio aconseja deplomar dicho frontén hacia adelante (fig, 294, croquis G), En el Pastenén las: losas del fronts presentan tina desviacion semejante, de efecto muy feliz, pero que podcia resultar de Emples deformeciones, no implicando nada en cuanto a 1a8 disposiciones ori: ginales Substitucién de Hizeas hovizontales por curvas.— He agai otra ilsién aque puede comprobarse examinando Tas fachacas actuales (fg, 295 R). [Nt mismo tiempo que las Iineas verticales divergen, las horizontales del entublamento flexionan dingendo su concavidad Iacia’ el ciclo como si 1s olumnats cediera en su parte media bajo la sobrecarga del frontén, ‘Los griegos observaron también esta desagradable apariencia y la neutsa: Anguitrctura Grieca 223 lizaron encorvando las lineas en sentido inverso. De suerte que al aumentar Jas eurvaturas, al mismo tiempo que se fuerza Ta inctinacién de las columnas, obtendremos para la fachada del Partendn, el diagrama Ri E] croquis de la fig, 296 acusa, exigerindcla, Ia deformacién del capitel que resulta de ta curvature de las lineas del arquitrabe. Combadura de los enilosados. — Un embaldosado exactamente plano pa- rece acusar una depresién en su parte media. En el Partenén, esta depresién aparente esté compensada por una ligera combadura. Epoca ¥ origen de las correcciones épticas, — Esos ingeniosos artificios ‘que consisten en oponer ctirvas de sentido opuesto a las curvaturas aparentes de las lineas y de las superficies, no se manifiestan en Grecia antes de pro- mediar el siglo v, pero el principio ya era conocido por los egipcios, Ein el Patendn, ls Uns son recta en planta, arqueadhs en leacin, por modo inverso en el templo de Medinet-Abi (fig. 44, croquis M) las Iineas son arqueadas en planta y rectas en alzado, En ottas términos, los egipcios dis- omen le crvatare er un plano horaotal, lo giegs en un plano wet En ambas partes el resultado perspectivico es semejante, las curvas del Partendn y las de Medinet-Abé constituyen dos modes distintes de realizar el mismo efecto éptico. ‘Todas esas curvaturas son extremadamente pequeias, tinto que han es- capado a la sagicidad de observadores como Stuart. La flecha medida por Penrose, es de 0,065 m. sobre las 100 pies, 0 en ndmeros redondos, 30 mts. de Ja fachada principal y de 0,123 m., sobre los 70 mts. del frente lateral Esas curvas no podrian ser atribuidas a asientos del edificio, pues al sub- suelo del Partenén,€¢ una roca y las fundaciones del templo, un amontona- miento de mortillos sin mortero. Vitruvio, por otra parte, nos habla del attificio comectivo de las curva: turas como de una préctica perpetuada hasta la época romana y para ésto se apoya sobre la razéin ya mencionada, la compensacién de un error visual més © menos inexplicado, pero indiscutible como hecha. La teorfa del oflebre arquitecte romano seria decisiva si esta débil lecha correctora produjera la dusién de le linea recta. En realidad Ja carvatura subsiste en forma apreciable, Significa éste que la findlidad no hays side alconzada? Ciertamente no, pues, tengamos o no conciencia de ello, de esta forma, inesperada surge tuna impresién extrafa y mueva de las Iineas. E} expectador desprevenido siente algo insslito, pero si se le setiala-ef attificio reconoce wna atencién delicada que Je encanta, Los contomos adquieren, grecies a ese rebuscamiento un arte de distineién at cual el gusto no podria pennanecer indiferente. El edificio se sustrae al aspecto vulgar de las construcciones de Iineas rigidas y se impregna de un caricter imprcvisto y nuevo que quisis escaps af andlisis, pero que ‘hos sorprende, atin cuando ignoremos su verdadero. sentido y las eausas que Jo promueven, 224 Historia pe La Angurrecrurs LO PINTORESCO EN EL ARTE GRIEGO ‘Taazanos Disnuctraices, Ponpesaciss vr Masis LOS PLANOS DISIMETRICOS Los gtiegos no lmaginan nunca un edificio independientemente del lugar ‘que le presta marco y de los edificios que lo rodean. La idea de nivelar los alrededores les es absolutamente extrafta, aceptan,” regularizéndolo apenas, el emplazamiento, tal cual lo creara.la naturaleza y stt ‘inica preocupacién consiste en armonizar Ja arquitectura con el paisaje; los templos griegos valen tanto por la eleccién de su emplazamiento como por el arte que ha presidido su ejecucién. : E! templo de Sunivn se hiergue sobre la cresta abrupta de un promontorio i templo de Crotona sefala la extremidad de un cabo; mientras un barranco rodea el templo de Segesta; Ios templos de Selinonte coronan dos colinas entre las cuales se extendian las aguas tranguilas de! puerto; los templos de Agrigento ordean un acantilado que domina el mat. ‘Traténdose de un grupo de edificies, ese respecto de ta traza natural del suelo opénese a la simetsia. Ota circunstancia toma inealizables los alineamientos. Los templos se coastruyen uno.tras otro en Jos emplazamientos: sagrados, invadidos ya. por edificios mis antiguos. Siendo forzoso limitarse a los espacios qye quedan libres entre los antiguos santuarios. 1a arquitectura se adapta a estas sujecciones y las aprovecha; la imposi lidad de organizar planos simétricos ha permitido la adopcién de partidos pi torecs tale como los gue delinean el acropolis de Atenas y al “Alu de Olimpia, o esos grapos de monumentos que las recientes excavaciones de scotia 'Francese de Atenas ban revelado en los emplaramientos de. Delfos y de Delos. Delfos. — En Delfos, el templo ocupa una plataforma en el flance de la montafia, y los tesoros se escalonan 2 fo largo de un camino sinuoso que ter- ‘mina en la terraza, con e! monte Pamaso sirviendo de fondo al hermoso cuadro, Delos. — En Delos (fig. 297) encontramos un templo. principal A ro- deado por una corona de santuarios y de tesoros. El camino de los peregrinos, pattiendo del propileo P, encuentra suce- sivamente una colosal figura de Apolo y el templo “A”; Inego rodea el he- miciclo de Tos tesoros, y viene a terminar en uno de los lugares més santos de Delos: una galerie alargada que guarda un altar fandado por el mismo dios. Los edificios se escalonan sobre un terreno de suave declive, mientras cl ‘mat anima los primeros planas. , Axgurrzcrura Grizes 2s Olimpia. — En Olimpia (fig. 298) la composicién se agrupa alrededor de dos santuarios: el gran templo de Jpiter T, y el templo arcaico de Juno, el Hereén H. Entre los dos, est el viejo recinto de Pelops, P; en C, el altar en M, un templo secundario, el Metréon, A y B son dos propileos, uno de entrada y el otto de salida. Los restantes edificios son pdrticos 6 tesoras; estos ‘ltimos se disponen sobre una terraza del monte Kronios, cuya cima domina ese majestuoso _conjunto. Agrupaciones no menos ordenadas dentro de su disimetria se encuentran gu Hleuss.en Bpidauro, en Dodoma y finalmente y sobre todo, en lz scrépals le Atenas LA PONDERACION DE MASAS: EJEMPLOS DE LA ACROPOLIS DE ATENAS Consideremos en la fig. 299 dos estados sucesivos dé la Acrépolis de Atenas. E! plano de la derecha A, muestra la Actépolis, tal cual la habjan dejado Jos Pisitritidas, y cémo se presentaba en el atio 480, al producinse el incendio de Atenas por los persas, El plano de la izquierda B, corresponde 2 la Acropolis actual, con los edi- ficios reconstrufdos por Cimén y Pericles. > Para localizar los antiguas edificios con relacién a los que existen hoy, hemos marcado sobre el plano arcaico A, los edificios nuevos, designando cada uno de ellos por su centro, su ee y la letra de reenvio que lo designa en el plano, en el siglo de Pericles. La Acrépolis se presenta como una roca aislada en todas sus partes, cuya plataforma esti consagrada al culto de los dioses na- cionales. En I estaba la impresién del tridente de Neptuno. No lejos dé alli, erecta el olivo de Minerva. Ex las cercanias de este emplazainiento sagrado se habia elevado a las dos divinidades un templo comin T. Después del incendio, el espacio quedé vacio, y se pudo reconstruit el santuario sobre el mismo sitio consagrado por la leyenda. El templo T fué transportado a S y se convirti6 en

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