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Manual Del Participante en El Huila
Manual Del Participante en El Huila
CONTENIDO
Pá g.
INTRODUCCIÓN
El arte de la sanació n
“Particularidades de un desastre” 27
MÓDULO I
Derechos colectivos 56
Principio de precaució n 58
MÓDULO II
MÓDULO III
Guıá metodoló gica para la elaboració n del plan de acció n especı́ ico 91
MÓDULO IV
El Manual del Participante, es la memoria té cnica del diplomado de Polıt́ica Pú blica de
Gestió n del Riesgo de Desastres. Está compuesto por cuatro mó dulos cuyo principal
objetivo es fortalecer la polı́tica pú blica de gestió n del riesgo de desastres del
Departamento del Huila; ademá s contiene orientaciones para el correcto manejo de las
posibles emergencias y desastres que se presenten en nuestro territorio; có mo
prevenirlos, có mo manejarlos, có mo mitigar los riesgos y sus posibles impactos, de tal
manera que puedan ser atendidos de manera efectiva y oportuna.
Preguntas y respuestas tales có mo, ¿qué fue lo que pasó ?, ¿en dó nde fallamos?, ¿cuá l es
el grado de responsabilidad de la ciudadanıá?, qué dice el marco legal en Colombia y
có mo debemos generar la sinergia y la armonıá entre hombre, naturaleza, desarrollo
econó mico, desarrollo social, desarrollo tecnoló gico y los má s importante, generar en la
administració n humana el componente del riesgo como un há bito en su vida, en donde
propenda el servir y el vivir en plena armonıá con la naturaleza y dejar un futuro
sostenible para las nuevas generaciones.
AGRADECIMIENTOS
En el departamento del Huila hemos tenido que afrontar diferentes situaciones desde la
Gestió n del Riesgo de Desastres; algunas situaciones se presentan frecuentemente, no
obstante, las emergencias se han ido agudizando por el cambio climá tico y nuestra
atenció n debe ser prioritaria. Son evidentes las situaciones de vulnerabilidad asociados
a inundaciones, fuertes tormentas, temperaturas extremas y recientemente una
pandemia, todo un desafıo ́ en materia de gestió n del riesgo de desastres.
Por otro lado, en el tema de la ola invernal, cuando el IDEAM señ aló que iba a comenzar la
primera temporada de lluvias, nosotros ya habıámos declarado una calamidad publica y
aú n presentamos varias afectaciones desde los sectores de vıás e infraestructura,
vivienda, agua potable, educació n, entre otros. Sin embargo, hemos atendido esta
situació n fundamentalmente con recursos propios, gestionando recursos a nivel
nacional, logrando hasta ahora algú n apoyo con maquinaria y ayudas humanitarias, pero
aú n con muy pocos resultados sectoriales.
Igualmente, tenemos una oportunidad para la construcció n de una Polıt́ica Pú blica de
Gestió n del Riesgo de Desastres en el departamento integrando a los municipios,
dejando unas rutas claras y sensibilizando a cada uno de los actores locales y sectoriales.
Por esta razó n, formarse en gestió n del riesgo de desastres es muy importante, bien es
cierto que con el tiempo se ha generado conciencia en la sociedad respecto a los riesgos y
el cambio climá tico pero aú n encontramos instituciones que no está n preparadas para
responder y prevenir los riesgos que afectan a cada uno de los sectores.
Es por ello que, desde el departamento del Huila, es prioritario trabajar articuladamente
con cada uno de los actores, instituciones y Consejos Municipales de Gestió n del Riesgo
de Desastres, pues en su mayorıá carecen de claridad sobre las responsabilidades de la
atenció n en gestió n del riesgo de desastres. Por consiguiente, debemos fortalecer
nuestras capacidades desde lo local y regional para que desde los actores y por supuesto
nuestro gobierno, se implementen medidas, prioridades, se evalú en los riesgos para ası́
satisfacer cada uno de los retos y necesidades identi icadas.
Cada uno de los mó dulos de este manual fueron escritos por expertos en el tema, de allı́
podrá retomar consejos y experiencias para que sigamos aunando esfuerzos y
fortaleciendo desde cada uno de los actores la gestió n del riesgo de desastres en nuestro
departamento.
Entre 1994 y 1996 dirigió la Corporació n NASA KIWE, creada por el gobierno nacional
para acompañ ar a las comunidades y a los ecosistemas afectados por el terremoto de
Tierradentro. El aná lisis de esa experiencia se encuentra en el libro “En el borde del
caos”, escrito por Wilches con el apoyo del Fondo Nacional Ambiental y de la Fundació n
para la Comunicació n Popular FUNCOP CAUCA, y publicado por la Casa Pensar de la
Universidad Javeriana en el añ o 2000.
Todos los seres vivos, incluyendo las comunidades humanas y sus ecosistemas, poseen
"mecanismos de superació n" que les permiten transformarse creativamente como
resultado de las crisis. La Corporació n NASA KIWE entiende su propia funció n y la de los
distintos actores externos que intervienen o intervendrá n en la zona de desastre, como
el papel que cumplen las medicinas bioló gicas sobre los organismos afectados por
alguna dolencia: no sustituyen el sistema inmunoló gico que le permite al organismo
enfermo asumir el protagonismo de su proceso curativo, sino que lo fortalecen a travé s
de estım
́ ulos de energıá que el mismo organismo se encarga de procesar segú n sus
propias carencias y necesidades. Esos estım ́ ulos de energıá, representados en este caso
por los aportes econó micos, metodoló gicos o té cnicos que realicemos en la zona los
actores externos, deben reconocer en las distintas expresiones de la cultura de las
comunidades locales, la columna vertebral de su sistema inmunoló gico y de sus
posibilidades creativas.
* De los “Principios Orientadores” de la Corporación NASA KIWE
(Creada por el Gobierno Nacional para acompañar a las comunidades y
a los ecosistemas afectados por del terremoto del Páez - 6 de Junio de 1994)
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convierten en amenazas, y unos factores de vulnerabilidad que determinan que una
comunidad no esté en capacidad de adaptarse sin traumatismos a la ocurrencia de esos
fenó menos, o que bloquean o reducen la capacidad humana para recuperarse de los
efectos nocivos de los mismos.
De una u otra manera todos estos Derechos son desarrollos y aplicaciones concretas de
Derechos Constitucionales consagrados en nuestra Constitució n Polı́tica y en la
Declaració n Universal de los Derechos Humanos. Este documento, entonces, no
propone nuevos Derechos, sino que aterriza los que ya existen en la situació n concreta
que viven las comunidades afectadas o susceptibles de ser afectadas por desastres.
Por ú ltimo, hay que decir que en este listado tentativo no se incluye el derecho que les
asiste a las personas y comunidades afectadas por un desastre para exigir una
indemnizació n econó mica cuando se demuestre objetivamente que el desastre se ha
producido por culpa o negligencia del Estado o de otros actores, por considerar que
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sobre ese derecho existe todo un cuerpo de teoría jurídica y de jurisprudencia,
alrededor de temas como el de la “responsabilidad civil extracontractual”. Los
derechos que aquı́ se invocan, hacen má s referencia a la manera de “manejar el desastre"
por parte tanto del Estado como de las comunidades afectadas, y de todos aquellos
actores externos que intervienen en una u otra forma en un escenario de crisis.
Otro campo que queda por explorar, es el de los deberes correlativos a estos
derechos, es decir, las responsabilidades que deben asumir los distintos actores
sociales e institucionales en caso de que se reconozca efectivamente la existencia de los
derechos propuestos.
LOS DERECHOS
1) Derecho a la protección del Estado:
Las personas y comunidades afectadas por desastres, tiene derecho a que el Estado,
directamente o a travé s de los organismos de socorro nacionales e internacionales y de
otras instituciones con ines similares, les otorgue sin distingos de ninguna especie, la
protecció n que requieren mientras recuperan las condiciones que les permitan
satisfacer por sus propios medios sus necesidades esenciales. Dicha protecció n se
concreta en el suministro de albergue, alimentació n, vestido, atenció n mé dica y
sicoló gica, recreació n y seguridad para sı́ mismos y para sus bienes (incluyendo los
bienes colectivos que forman parte del patrimonio cultural de la comunidad), todo lo
anterior teniendo en cuenta las particularidades culturales de cada comunidad
afectada. Lo anterior incluye el derecho a la evacuació n oportuna y concertada de zonas
de amenaza inminente y alto riesgo cuando las circunstancias ası́ lo ameriten, y la
reubicació n concertada, temporal o permanente, en zonas libres de amenaza o en donde
las amenazas sean manejables. Sin embargo, las personas y comunidades tambié n
poseen el derecho a no ser evacuadas en contra de su voluntad de una determinada
zona, a pesar de poseer toda la informació n necesaria sobre los posibles riesgos de
permanecer en dicha zona.
2) Derecho a la información:
b. Su propia situació n de vulnerabilidad frente a dichos fenó menos y los riesgos que
de la misma se puedan derivar.
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c. Informació n necesaria para que las comunidades y sus lıd ́ eres puedan tomar, de
manera concertada con las autoridades, la decisió n de ser evacuados de una zona de
amenaza inminente y alto riesgo, o la decisió n de permanecer bajo su
responsabilidad en dicha zona en contra de las advertencias e instrucciones de las
autoridades.
3) Derecho a la participación:
Las personas y comunidades afectadas por desastres, tienen derecho a que los procesos
tendientes a su recuperació n, reconstrucció n y posterior desarrollo, sean concebidos
con cará cter integral y con sentido humano, social, econó mico, ambiental y cultural, y a
que no se centren en la mera reconstrucció n de la infraestructura fıśica. Lo anterior
implica el derecho a que la recuperació n y el fortalecimiento del tejido social de las
comunidades afectadas, y de su capacidad de gestió n y autogestió n, se consideren como
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prioridades de los procesos, con miras a la sostenibilidad global de las comunidades que
los protagonizan. Ası́ mismo, comprende el derecho a la protecció n y recuperació n del
patrimonio cultural, tangible e intangible, en sus diferentes expresiones, que le otorgan
a la comunidad sentido de identidad, de pertenencia, de propó sito colectivo y de
continuidad en medio de la crisis.
5) Derecho a la diversidad:
Las personas y comunidades afectadas por desastres, tienen derecho a que se respeten
las particularidades culturales de cada actor y sector social en las distintas etapas y
expresiones de los procesos que surjan como consecuencia del desastre, lo cual incluye
la necesidad de tener en cuenta las necesidades especı́ icas de los sectores má s
vulnerables de la comunidad (niñ os, ancianos, enfermos, discapacitados, etc.)
Lo anterior comprende ası́ mismo el derecho a que las ayudas externas se realicen
teniendo en cuenta las necesidades y particularidades de los receptores o bene iciarios
de las mismas, má s que las necesidades de los donantes, y el derecho a que toda ayuda se
realice como un insumo para el proceso hacia la autogestió n de las comunidades, y no
como un auxilio a damni icados impotentes.
Las personas y comunidades afectadas por desastres, tienen derecho a que en las
distintas etapas y expresiones de los procesos, se garantice la participació n decisoria de
las mujeres, de manera tal que sus puntos de vista, sus propuestas, sus necesidades, sus
aspiraciones y su potencial, sean tenidos en cuenta en la direcció n, planeació n,
ejecució n, control y evaluació n de dichos procesos.
7) Derecho a la autogestión:
Las personas y comunidades afectadas por desastres, tienen derecho a que en las
distintas etapas y expresiones de los procesos, se respete y se fortalezca la capacidad de
decisió n, gestió n y autogestió n de los distintos actores locales, tanto gubernamentales
como no gubernamentales.
8) Derecho de prioridad:
Las personas y comunidades afectadas por desastres, tienen derecho a que las acciones
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y procesos tendientes a restituir su autonomıá y su capacidad de gestió n perdidas o
reducidas como consecuencia del desastre, sean atendidos con cará cter prioritario
frente a los intereses y objetivos de sectores polıt́icos, o de sectores econó micos o
sociales no afectados, ası́ pertenezcan a la misma regió n.
Las personas y comunidades afectadas por desastres, tienen derecho a que los medios
de comunicació n respeten su intimidad, a que no las conviertan en motivo y
oportunidad para el sensacionalismo, y a que los medios cumplan el papel de
facilitadores de los procesos de comunicació n entre las comunidades afectadas y las
autoridades o actores y sectores sociales de distinto nivel que intervienen o vayan a
intervenir en los procesos. Ası́ mismo, tienen derecho a que la informació n que
transmitan los medios contribuya a comprender de manera veraz, objetiva y racional las
causas y procesos que condujeron al desastre, y a descubrir y fortalecer el potencial de
recuperació n y gestió n existente en las mismas comunidades, en lugar de consolidar el
estereotipo segú n el cual los afectados por un desastre son entes incapaces de retomar
el control de su propio destino.
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“Los ecosistemas, el agua, el clima, los suelos y la biodiversidad no son cosas inertes sobr e
las cuales los humanos tomamos decisiones de maner a unilateral, sino actores activos de los
territorios, los cuales deben ser consultados y tenidos en cuenta en las decisiones humanas”.
Dr. Gustavo Wilches Chaux
Las personas y comunidades afectadas por desastres, al igual que los ecosistemas con
los cuales é stas interactú an, tienen derecho a que la voz de la naturaleza sea escuchada
en la toma de las decisiones que determinará n el rumbo de los procesos de
recuperació n, reconstrucció n y desarrollo, de manera tal que los mismos avancen hacia
la construcció n de unas relaciones sostenibles entre las comunidades y su entorno.
Las personas y comunidades afectadas por desastres, al igual que los ecosistemas con
los cuales estas interactú an, tienen derecho a que en los procesos, planes y programas
tendientes a su recuperació n, reconstrucció n y desarrollo, se incorpore el concepto de
prevenció n de nuevos desastres, mediante la herramienta de la gestió n del riesgo, a
travé s de la cual se busca el manejo adecuado de las amenazas y la mitigació n de los
factores de vulnerabilidad, de manera que ni la diná mica de la naturaleza se convierta
en un desastre para las comunidades, ni la diná mica de é stas en un desastre para los
ecosistemas.
* Ley 1523 de 2012 por la cual se adopta la política nacional de gestión del
riesgo de desastres y se establece el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de
Desastres y se dictan otras disposiciones.
Lecturas recomendadas:
Ÿ Wilches, G. (2018). Un documento para no olvidar: las 11 propuestas del ambientalismo colombiano para los
equipos negociadores de La Habana. http://enosaquiwilches.blogspot.com
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Ÿ Wilches, G. (2016). ¿NO APRENDEMOS?. http://enosaquiwilches.blogspot.com
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Imagen puesto médico de control Covid 19
Foto: https://chicanoticias.com/2020/05/24
El Arte de la Sanación
"Particularidades de un Desastre”
Escribo entre comillas el tıt́ulo de este artıćulo, porque estoy reciclando el de otro que
escribı́ en 1995 en el cual explicaba las caracterıśticas particulares que tuvo el desastre
que se desencadenó el 6 de Junio de 1994 a partir de un terremoto en el cañ ó n del rıo ́
Pá ez, en la regió n de Tierradentro, en los lım
́ ites entre los Departamentos del Cauca y el
Huila.
Este del cual somos testigos y actores las generaciones vivas de hoy en dıá y que
formamos parte de la Tierra, posee una serie de “particularidades” que determinan que
no se parezca a otros que han afectado a la humanidad en los miles de añ os (Pandemia
del Covid 19) y cuyo impacto se prolongará , nadie sabe ni con mediana certeza, durante
cuá nto tiempo má s, supera de lejos la complejidad de los citados desastres nucleares.
No dudo en unirme a quienes a irman que este desastre está cambiando para siempre el
curso de la humanidad.
Todos los desastres ponen en evidencia las mú ltiples vulnerabilidades del territorio
que padece su impacto (Territorio= ecosistemas x comunidades x instituciones x
valores x lujos de materiales, energıá e informació n). Los desastres sacan a la luz las
debilidades y vergü enzas que las sociedades intentan ocultar en la llamada
"normalidad".
En este caso, está n quedando al desnudo, de manera muy trá gica, las mú ltiples
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debilidades del "modelo de desarrollo" que impera en el mundo, particularmente, por
ahora, en cuanto hace referencia a lo sistemas de salud (preventivos y de respuesta)
tanto de los paises má s desarrollados, como de regiones extremadamente marginadas
como es la Costa Pacı́ ica colombiana.
Ası́ mismo, cada dıá es má s visible la incapacidad del sistema econó mico para reducir la
vulnerabilidad no solamente de los sectores sociales má s marginados, sino de sectores
medios y de alto ingresos, que no eran plenamente conscientes de la magnitud de su
propia vulnerabilidad.
Por otra parte, hay que destacar las fortalezas que está n quedando má s en evidencia,
como lo es el compromiso de quienes, en medio de todos los riesgos y carencias, se
dedican a proteger la salud humana y a mantener en funcionamiento las "lineas vitales"
que sostienen a la comunidad.
Fractalidad
Una primera caracterıśtica de este desastre actual es su fractalidad, la cual se expresa en
que afecta desde el nivel planetario, el má s global, hasta el nivel individual, en el cual está
impactando hasta lo má s ıń timo de la salud afectiva y de la cotidianidad de cada una de
las personas.
Este desastre está afectando todas las esferas y todas las dimensiones de la Cultura
Humana -de la Civilizació n Humana- y está dejando al descubierto toda su
vulnerabilidad, de manera muy traumá tica y muy visible en los paıśes que se habıán
autoproclamado como “paıśes desarrollados”, como “Primer Mundo”, y que durante
dé cadas le han impuesto al mundo a travé s de distintos medios, su “modelo de
desarrollo”, que incluye los patrones a travé s de los cuales se alcanzan y se miden el
Progreso, el Exito, la Seguridad y la Felicidad.
Hoy parece haber consenso, incluso entre pensadores del Sistema, en que ese "modelo
de desarrollo" está colapsando, no solo por los impactos de corto, mediano y largo plazo
del desastre en curso, sino porque está quedando demostrado que la forma como ha
"organizado" las relaciones de lo seres humanos entre sı,́ y de nosotros con el planeta, es
la principal causa de la vulnerabilidad global que ha determinado que un "simple
virus" esté poniendo en peligro la misma existencia de millones de seres humanos.
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Una amenaza invisible para los sentidos
Como es bien sabido, la amenaza que está generando este desastre es un virus, una
identidad microscó pica, que existe en el limite difuso entre lo no vivo y los seres
vivientes má s “elementales”, como son las bacterias y las cé lulas de organismos
animales y vegetales; En este caso, un Coronavirus.
Lo cierto es que nos encontramos ante una amenaza especı́ ica que los cientı́ icos
especialistas en el tema apenas comienzan a conocer; ante una amenaza que tiene la
capacidad de propagarse con gran velocidad gracias a sus vectores humanos.
En un artıćulo sobre Resiliencia Urbana y Cambio Climá tico que publicó la revista “El
Arrendajo Escarlata”, escribı́ lo siguiente sobre el sistema inmunoló gico de nuestro
planeta:
Con el perdó n de los especialistas que, por supuesto, saben mucho má s del tema que yo,
me atrevo a a irmar que el sistema inmunoló gico de cada ser humano no está
compuesto solamente por “una red de cé lulas, tejidos y ó rganos que trabajan en
conjunto para proteger el cuerpo”, entre los cuales se destacan los leucocitos y el sistema
linfá tico, sino que de una u otra forma surge de la interacció n entre todos los sistemas
concatenados del organismo (circulatorio, ó seo, nervioso, digestivo, endocrino,
muscular, respiratorio, reproductor, urinario), ademá s del sistema afectivo, del sistema
de creencias y valores y, en general del “sistema cultural” del cual cada uno de nosotros
es expresió n y parte. Esto quiere decir que todo uno es su sistema inmunoló gico.
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Ası́ mismo, tanto en nuestra dimensió n corporal como en nuestras dimensiones
afectiva, mental y espiritual, todas inseparables e interrelacionadas entre sı́ ,
dependemos de sistemas externos, como es el entorno inmediato o má s amplio del cual
somos parte, o el que de una u otra manera in luye sobre nosotros, y de cuya salud
depende la nuestra.
Ası́ como un virus convierte a la cé lula que parasita en su aparato reproductor, ası́
cualquier ser humano cuyas cé lulas hayan sido parasitadas, se convierte en un vector de
la enfermedad.
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enfermedad es el “aislamiento social”.
Esa particularidad de que todo ser humano sea simultá neamente vector de la amenaza y
expresió n de la vulnerabilidad, genera condiciones iné ditas para la Gestió n del Riesgo
de Desastres, aunque seguramente no para la infectologıá ni para la inmunologıá,
especialidades que ya se han enfrentado muchas veces a otras epidemias y pandemias,
aunque nunca antes con una cobertura tan global.
¿Cómo apostarle, por ejemplo, a “la autoconstrucción de sujetos sociales” en las cir cunstancias
actuales? ¿Cómo lograr esa "transformación humana individual y colectiva" que en
los desastres convencionales se logra mediante la participación activa de las personas
y comunidades afectadas, en la construcción de la nueva r ealidad que sustituirá
a la que se ha perdido como consecuencia del desastre?
Hoy los carros, buses y camiones podrıán circular porque las vıás está n en buen estado;
los barcos podrıán navegar porque las aguas no está n agitadas; los aviones podrıán
volar porque los cielos está n tranquilos y los aeropuertos y equipos de navegació n no
está n afectados, pero ninguno de estos medios puede cumplir su funció n porque
incurrirıá en el alto riesgo de transportar a los vectores humanos de la enfermedad.
Ver también:
Lara, A. (2020, Marzo 29). Causalidad de la pandemia, cualidad de la catástrofe. https://www.eldiario.es
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Esto no tiene antecedentes en la historia reciente a nivel tan global. La ú nica vez de que
tengo memoria, que se han paralizado todos los vuelos sobre Amé rica del Norte, fue el
11 de Septiembre del 2001, cuando a raıź del atentado contra las Torres Gemelas el
Gobierno de Estados Unidos ordenó que todos los vuelos civiles que en ese momento
volaban sobre ese paıś o que se dirigıán a é l, debıán aterrizar o devolverse a su punto de
partida
Un fenó meno natural que generó una gran pará lisis aé rea a nivel subcontinental fue la
erupció n del volcá n Eyja jallajö kull entre el 14 y el 20 de Enero de 2010.
Pero de initivamente la pará lisis casi total de vuelos en el mundo, por un tiempo tan
largo como el que ya llevamos y el que todavıá falta antes de que se puedan levantar
estas restricciones, no tiene antecedentes, lo cual constituye otra indudable
particularidad de este desastre.
Muchas veces sucede que el fenó meno que desencadena un desastre no genera tantas
pé rdidas humanas y materiales como los que generan las amenazas y los desastres que
se derivan del impacto inicial.
Tal fue el caso de las avalanchas ( lujos de lodos) posteriores a las erupciones volcá nicas
del Ruiz/Cumanday en 1985 y del volcá n Nevado Huila en 2008; y de los 3002
deslizamientos y la avalancha que desencadenó un terremoto en el cañ ó n el rıó Pá ez en
1994. El fenó meno inicial causó pocos dañ os (cuando los causó ) pero las amenazas
subsiguientes o concatenadas generaron la mayor cantidad de vıćtimas humanas y de
destrucció n.
La má s grave, sin duda es ya -y cada dıá se agrava má s- el impacto del “Aislamiento
Social” sobre las economıás del paıś, las cuales menciono en plural porque la afectació n
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resulta tan desastrosa para la economıá formal, como para toda la amplia gama de las
economıás informales, y para las economıás de supervivencia que ejercen quienes
literalmente sobreviven con lo del dıá, ya sea en trabajos relativamente formales como
en actividades extremas del rebusque.
Todo esto tiene que ver con las condiciones que permiten o que impiden que exista una
efectiva gobernabilidad, las cuales en gran medida está n ausentes en Colombia.
De todas maneras no existe nada ni nadie en en el paıś que no resulte afectado en mayor
o menor medida, por esta consecuencia de la crisis fractal.
Pregunta necesaria: ¿Qué papel están jugando en este momento y qué papel van a jugar en el
futuro las economías ilegales ligadas al narcotrá ico y a otras actividades ilícitas?
Volvamos al tema del desastre social actual y potencial: el padre Francisco de Roux,
Presidente de la Comisió n de la Verdad, en un artı́culo titulado “Nos creı́amos
invencibles”, describe una de esas amenazas derivadas de la pandemia, y cuyas
consecuencias pueden llegar a ser má s graves que las que produce directamente el
virus:
Como nosotros, millones en Colombia trabajan en sus casas y reciben ingresos. Pero
hay otros millones que comen de lo que ganan en el día, que no pueden comprar un
bulto de papa porque pagan cada noche por la libra de arroz y el cuarto de aceite.
¿Qué va a ser de ellos? ¿Cómo van a sobrevivir encerrados cuando pasen tres semanas, o
veinte? Son las preguntas de madres solteras populares, de miles de pequeñas
iniciativas familiares que venden en la calle, de millones de hogares donde la casa es un
hacinamiento de dos cuartos donde viven del rebusque cinco o siete personas. Estas
preguntas ponen a prueba al Estado y a la solidaridad de todos nosotros. Si todos
dependemos de todos y no respondemos, esa multitud va salir a llevarse lo que haya en
tiendas y supermercados, porque nadie puede dejar morir a su familia. En necesidad
extrema todas las cosas son comunes, escribió el teólogo Tomás de Aquino. Si esa
multitud sale a la calle nos invadirá el virus.
Lectura recomendada:
Ÿ Chaparro, L. (2020, Abril 2). La medicina no alcanza: por qué necesitamos ciencias sociales para frenar esta
pandemia. La Nación. https://www.lanacion.com.ar
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cualquiera de ellos una emergencia o un desastre, dicha situació n incrementarıá a su
vez los impactos la crisis de salud y de todos y cada uno de los efectos que é sta genera.
Estarıámos ante un ejemplo claro de retroalimentació n positiva: lo que sucederıá con
un calentador de agua cuyo termostato en lugar de desconectar la corriente una vez el
agua llegue a una temperatura predeterminada, incrementara el voltaje hasta que el
agua se caliente tanto que haga estallar el sistema.
Me limito, por razones de espacio a mencionar solo algunos de esos procesos que se
encuentran en curso en el paıś:
Ÿ Todas las diná micas generadas de la variabilidad climá tica (como son las
temporadas secas y las temporadas de lluvias), las cuales pueden alterar la ya de por
sı́ muy complicada situació n. En estos dıás, por ejemplo, informa la revista Semana
Sostenible que bajó el nivel del agua en los embalses que abastecen a Bogotá y sus
municipios vecinos: “La Corporació n Autó noma Regional de Cundinamarca (CAR),
informó que los embalses de Neusa, Sisga, Tominé , Chuza y San Rafael, que hacen
parte de la cuenca alta del rıo ́ Bogotá , está n en un 41% de su capacidad total. La
entidad hizo un llamado al ahorro de agua.”
Ÿ Varias comunidades siguen siendo afectadas por riesgos latentes y por desastres
continuados y sin solució n, o por epidemias como el dengue y el SARS, que siguen
causando vı́ctimas especialmente en climas calientes como los del Pacı́ ico
colombiano.
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sociales, las amenazas de desplazamientos, y la pé rdida de sus territorios y de sus
fuentes de subsistencia, a lo que ahora se suma la amenaza del COVID-19, sin que los
municipios cuenten con la mı́nima infraestructura necesaria para atender y
controlar el avance de esta nueva amenaza.
Preguntas:
Ya existen, por supuesto, mú ltiples re lexiones y debates sobre el papel de la internet y
de las redes sociales en este escenario de desastre, y sobre el importante papel que los
medios virtuales han adquirido como estrategias alternativas para permitir la
continuidad de procesos vitales para el funcionamiento de las sociedades en medio de
esta pandemia que es necesario combatir, principalmente, mediante el “aislamiento
social”.
Sin desconocer, ni mucho menos, esa importante funció n, que sin duda alguna está n
cumpliendo, por citar solo un ejemplo, en el campo de la educació n, ya se discute
tambié n en qué medida la indigestió n por exceso de informació n afecta nuestra
resiliencia individual y colectiva, sin contar la cantidad enorme de informació n falsa y
desorientadora sobre la pandemia, y la capacidad viral para propagarse que tiene esa
informació n, generada y difundida con la expresa y consciente intenció n de mal-
informar.
En su libro “El hombre en busca de signi icado” cuenta que cuando alguno de sus
compañ eros de suplicio en el campo de concentració n le preguntó si é l creıá que iban a
sobrevivir, porque de lo contrario todo ese sufrimiento carecı́a de sentido, é l le
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respondió :
Y agrega en el libro:
“La vida cuyo signi icado depende de una causalidad -ya se sobreviva o se escape a ella-
en último término no merece ser vivida”.
No termino por ahora, sin expresar mi convicció n, que comparto desde hace mucho
añ os con quienes protagonizan o acompañ an de cerca estos procesos, de que a todo lo
largo y ancho del territorio colombiano, está n presentes esos que en prospectiva se
denominan "Gé rmenes de Futuro", y que son ejemplos concretos y tangibles de có mo -y
en ejercicio de qué Valores Eticos- se pueden abordar creativa y constructivamente los
desafıo ́ s que nos impone la crisis. Muchos de esos procesos tienen entre sus principales
logros, el haber podido germinar, consolidarse y fructi icar aú n en contra de todas la
evidencias aniquiladoras que les son contrarias.
De esto también estoy seguro: “Los humanos solos no podemos, necesitamos alianzas
entre todos los seres vivos del planeta.
Lecturas recomendadas:
Ÿ Wilches, G. (2012, Enero 9). "Lo primero es lo primero: Colombia tiene con qué”. Razón Pública.
https://razonpublica.com/lo-primero-es-lo-primero-colombia-tiene-con-que/
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Reconstrucción con enfoque de Derechos
Otro de los terrenos en los cuales posiblemente estamos “corriendo un poquito el cerco”
con la cartilla del CISP, es el de la comprensió n de los desastres como problemas de
comunicació n, o má s bien: de incomunicació n. Para efectos de este ejercicio, partimos
de una red o “telarañ a” a travé s de la cual intentamos entender el sentido de la
sostenibilidad en las relaciones entre una comunidad y el territorio del cual forma parte.
La red está conformada por los lazos o interacciones entre distintos factores de
vulnerabilidad o de sostenibilidad, los cuales constituyen “clavos” entre los cuales
tendemos esos lazos. La sostenibilidad del sistema es la capacidad de la red para resistir
un “balonazo” (resistencia) o para recuperarse despué s de que la amenaza ha logrado
meter un “gol”. Es decir, despué s de que ha resultado imposible evitar el desastre
(resiliencia).
En los añ os que han transcurrido desde la publicació n de este artıćulo he aprendido
nuevas cosas sobre la RESILIENCIA.
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“Telaraña” de factores de vulnerabilidad / sostenibilidad
Esta grá ica muestra la complejidad del tejido social del sistema, que no se limita a los
aspectos organizativos de la comunidad, sino que comprende toda la red de relaciones e
interacciones con los distintos factores de los cuales dependen la vulnerabilidad o la
sostenibilidad del sistema. La sostenibilidad depende de la resistencia y de la resiliencia
de la telarañ a, es decir, de su capacidad para aguantar un balonazo y/o para recuperarse
de los efectos del mismo. Ese balonazo puede ser, por ejemplo, un terremoto, una
temporada invernal, una crisis econó mica generalizada o un con licto armado. Má s
importantes que las caracterıśticas independientes de cada uno de esos factores, son las
relaciones que se establecen entre ellos. Los factores son como clavos en la pared. Las
relaciones son las hamacas que colgamos de esos clavos.
En este caso, los hilos que vinculan a los distintos actores y sectores entre sı́,
representan canales y lenguajes para la comunicació n. Al igual que sucede en la telarañ a
anterior, unos hilos fuertes deben generar una red sostenible, capaz de resistir sin
mayores traumatismos los embates de una amenaza externa. Una buena comunicació n
entre todos los actores y sectores sociales, entre estos y la naturaleza y entre estos y la
comunidad en general, constituye un ingrediente esencial de la sostenibilidad.
Cuando, por alguna razó n, algunos de estos canales de comunicació n son dé biles o está n
rotos, no só lo entre actores y sectores entre sı,́ sino con la naturaleza con la cual, lo
reconozcan o no, mantienen mú ltiples interacciones, se generan las condiciones
propicias para que cualquier cambio interno o externo se convierta en amenaza e
inclusive en desastre.
Sabemos por experiencia directa, que en ambos casos suelen fallar muchos de los hilos
que conforman nuestra telarañ a de comunicació n. Las inversiones de un paıś extranjero
en condiciones de “normalidad” se suelen pactar entre gobiernos o con el sector
38
empresarial, pero no siempre tienen en cuenta los intereses y preocupaciones de los
demá s actores sociales. Mucho menos los de los ecosistemas que de una u otra manera
esa inversió n puede impactar.
LA TELARAÑA DE LA COMUNICACIÓN
O, en otro ejemplo, entre la clase polıt́ica y el sector empresarial de una regió n se puede
pactar con el gobierno nacional y la banca internacional la realizació n de una
39
determinada obra de infraestructura, como una presa o un embalse, pero sin tener en
cuenta de manera su iciente el impacto de esa obra sobre las comunidades que será n
desplazadas, ni sobre la fauna y la lora de los bosques que será n inundados. Tarde o
temprano el conjunto de la sociedad tendrá que hacerse cargo de la correspondiente
“cuenta de cobro”, que se expresará en graves desequilibrios ecoló gicos o en con lictos
sociales. Lo má s triste e injusto es que no siempre quienes provocan el dañ o son quienes
se ven obligados a responder, sino las generaciones posteriores, que heredan las deudas
de sus antepasados.
Cuando uno se embarca en el diseñ o de eso que los cientı́ icos sociales denominan una
“parrilla de interpretació n” y luego sale a mirar el mundo con ese nuevo lente, muchas
imá genes que antes estaban borrosas comienzan a parecer má s nıt́idas (posiblemente
porque, como a irma la Ley de Murphy, “cuando uno só lo tiene un martillo todos los
problemas le parecen clavos”.)
En el aná lisis de los riesgos existentes y de muchos puntos crıt́icos de ese sector, en los
cuales se detectan ademá s “pequeñ os desastres” que de alguna manera constituyen
“condiciones normales” para las comunidades, encontramos, en el fondo, problemas de
incomunicació n. Unas veces, como ya dijimos, entre la naturaleza y la comunidad. Otras,
entre las empresas pú blicas y la gente. Otras, entre las instituciones o las empresas entre
sı,́ o entre distintos niveles jerá rquicos al interior de una misma institució n.
Esa experiencia constituye terreno abonado para mú ltiples re lexiones. El proceso de
crecimiento de la ciudad de Bogotá , especialmente a lo largo del siglo XX, constituye un
ejemplo perfecto, aunque para nada ú nico, de incomunicació n entre “la mancha urbana”
y la diná mica del territorio sobre el cual está asentada. Bogotá (cuya á rea construida se
acerca hoy a las 60.000 hectá reas) comenzó el siglo XX con 50.000 hectá reas de
humedales y lo terminó con 800. En el curso de unos 60 añ os enterramos 49.200
hectá reas de humedales bajo la urbanizació n. Muchos de los barrios que constituyen a
40
Bogotá se encuentran por debajo del nivel de los rıo ́ s, lo cual ha obligado a construir
decenas de kilometros de jarillones o barreras con sacos de suelo-cemento para evitar
que el agua penetre a las zonas que esos rıó s habıán utilizado siempre como parte de su
sistema natural de auto-regulació n en é poca invernal, pero que ahora se encuentran
casi totalmente ocupadas por calles y casas. Otros barrios se levantan sobre humedales
rellenados, lo cual se traduce en hundimientos parciales de algunas edi icaciones y
podrıá generar graves efectos en caso de un terremoto, debido al incremento que sufre
la aceleració n generada por una onda sıśmica en ese tipo de suelos.
A manera de conclusió n, digamos que ası́ como hace algunas pá ginas proponıámos
preguntarnos si nuestro trabajo contribuıá de alguna manera a que las comunidades
ganaran mayor autonomı́a y mayor control sobre sus vidas, aquı́ proponemos
preguntarnos si nuestro trabajo, en condiciones de desastre o de “normalidad”,
contribuye a reestablecer los canales de comunicació n que está n interferidos o han sido
cortados, o a poner en contacto constructivo a actores y sectores que a lo mejor nunca
antes se han comunicado entre sı.́
Lecturas recomendadas:
Ÿ Wilches, G. (2008). “La gestión del riesgo: del deber de la Esperanza a la Obligación del Milagro”.
http://enosaquiwilches.blogspot.com/
Ÿ Wilches, G. (2015, Enero 11). Ventajas comparativas de Colombia para coevolucionar con el cambio climático.
http://enosaquiwilches.blogspot.com/
Ÿ Wilches, G. (2014, Noviembre 17).Por qué los Derechos de Infancia y Adolescencia son útiles como orientadores e
indicadores de la dirección del desarrollo. http://enosaquiwilches.blogspot.com/
Ÿ Wilches, G. (2014, Julio 12). Encuentro internacional sobre desarrollo y biodiversidad en urabá-darién.
http://enosaquiwilches.blogspot.com/
Ÿ Wilches, G. (2014, Junio 21). El fenómeno de el niño: un simulacro general para el cambio climático.
http://enosaquiwilches.blogspot.com/
41
Imagen Ciclo Hidrológico - Urabá
Foto: Gustavo Wilches Chaux, 2004.
42
cual se establece o icialmente la ESTRATEGIA INSTITUCIONAL PARA LA
ARTICULACION DE POLITICAS Y ACCIONES EN MATERIA DE CAMBIO CLIMATICO EN
COLOMBIA, que a la letra dice: “Al dıá de hoy la de inició n de los paıśes má s vulnerables,
como condició n para la priorizació n en la asignació n de recursos para adaptació n, fue
replanteada, gracias a la gestió n nacional, que permitió reabrir la discusió n frente a la
creciente vulnerabilidad de paıśes como Colombia, que a pesar de no pertenecer a
grupos como el de paıśes menos desarrollados y los Pequeñ os Estados Insulares,
enfrenta enormes afectaciones por eventos extremos como los vividos durante el añ o
2010”.
Cualquiera que sea la razó n en que se sustente, estoy totalmente en desacuerdo con esa
a irmació n.
Que Colombia tenga ventajas comparativas para coevolucionar no quiere decir que no
seamos vulnerables al cambio climá tico. Lo somos, claro, y no solamente frente al
cambio climá tico, sino tambié n frente a la variabilidad climá tica. Esta ú ltima, como se
sabe, es la condició n natural del clima y del tiempo atmosfé rico, de estar variando de
manera permanente.
43
muchas veces antes, en los mismos lugares. Posiblemente lo excepcional es que en ese
momento sucedió de manera simultá nea; antes era má s repartido.
En in: esto para que quede claro que sı́ somos vulnerables a los efectos de diná micas
hidro-meteoroló gicos y a otras diná micas tanto de origen natural (terremotos,
erupciones volcá nicas, etc.), como a mú ltiples diná micas de origen antró pico.
Por nuestra condició n de seres vivos –y el territorio es un ser vivo- somos vulnerables a
las diná micas del entorno, de la misma manera que un barco es vulnerable a las
diná micas del océ ano donde navega o debe navegar. El hecho de que el barco haya sido
diseñ ado y construido para desempeñ arse en el agua (lo cual lo hace menos vulnerable
a las diná micas del agua y del viento que un aparato que no posea esa condició n), no
quiere decir que no se pueda hundir. Siempre pueden presentarse, por ejemplo, una
tormenta y un oleaje de tal magnitud, que superen su rango de adaptació n.
Lo que aquı́ quiero resaltar, en primer lugar, es que pese a ser vulnerables al cambio
climá tico, estamos muy lejos de ser el tercer paıś del mundo má s vulnerable a ese
proceso global, entre otras razones porque, como ya se dijo arriba, el territorio
colombiano posee muchas ventajas para coevolucionar positivamente frente a esas y
otras diná micas.
Y, en segundo lugar, espero que quede claro que la tripulació n y los pasajeros podemos
incrementar la vulnerabilidad del barco y neutralizar sus ventajas comparativas para
resistir a las tormentas y para no encallar en los bajos, si en lugar de darle el
mantenimiento adecuado nos dedicamos a abrirle huecos al casco y a deteriorar su
estructura por descuido o de manera intencional.
44
I
M O D U L O
Es el resultado de una serie de consultas entre las partes interesadas que se iniciaron en
marzo de 2012 y de las negociaciones intergubernamentales que tuvieron lugar entre
julio de 2014 y marzo de 2015, con el apoyo de la O icina de las Naciones Unidas para la
Reducció n del Riesgo de Desastres, a petició n de la Asamblea General de las Naciones
Unidas.
Antecedentes:
1. Marco de Acció n de Hyogo (2005-2015). Aumentar la resiliencia.
2. Decenio Internacional para la reducció n de desastres (1.989).
3. Estrategia de Yokohama: Para un mundo má s seguro (1.994).
4. Estrategia internacional para la reducció n de desastres (1.999).
Fundamentos:
1. Gestió n del RIESGO de desastres.
2. La reducció n del riesgo de desastres como el resultado esperado.
3. Resiliencia.
4. Responsabilidad primordial del Estado.
Objetivos:
1. Comprender mejor el riesgo de desastres (Exposició n, vulnerabilidad y
caracterıśticas de las amenazas).
2. Fortalecimiento de la gobernanza del riesgo de desastres.
3. Rendició n de cuentas en la GRD.
4. Resiliencia de la infraestructura sanitaria, del patrimonio cultural y de los lugares
de trabajo.
Prioridades:
1. Comprender el riesgo de desastres. Asegurar polıt́icas pú blicas de GRD
2. Fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres. Estrategia, leyes e instituciones.
3. Invertir en la reducció n del riesgo de desastres.
4. Aumentar la preparació n para la GRD.
Metas mundiales:
1. Reducir la mortalidad.
2. Reducir las personas afectadas.
47
3. Reducir las pé rdidas econó micas. Un dó lar invertido en prevenció n ahorra siete en
recuperació n.
4. Reducir los dañ os en infraestructura y la intervenció n en los servicios bá sicos.
5. Incrementar el nú mero de paıśes con estrategia de GRD.
6. Cooperació n.
7. Sistemas de alerta temprana.
Políticas públicas
Las polıt́icas pú blicas son acciones de gobierno con objetivos de interé s pú blico que
surgen de decisiones sustentadas en un proceso de diagnó stico y aná lisis de factibilidad,
para la atenció n efectiva de problemas pú blicos especı́ icos, en donde participa la
ciudadanıá en la de inició n de problemas y soluciones.
Proceso Social
La gestió n del riesgo de desastres, en adelante la gestió n del riesgo, es un proceso social
orientado a la formulació n, ejecució n, seguimiento y evaluació n de polı́t icas,
estrategias, planes, programas, regulaciones, instrumentos, medidas y acciones
permanentes para el conocimiento y la reducció n del riesgo y para el manejo de
desastres, con el propó sito explıćito de contribuir a la seguridad, el bienestar, la calidad
de vida de las personas y al desarrollo sostenible. Art. 1, Ley 1523 de 2012.
Un Derecho
Ÿ Un deber.
48
La Gestión de Riesgo de Desastres como Derecho Fundamental
Descentralización
49
Principios en la Gestión del Riesgo de Desastres
Principios (Concepto)
Fundamentos.
“Los principios son mandatos de optimización, porque ordenan que algo se realice en la
mayor medida posible, de conformidad con las posibilidades fácticas y jurídicas. Pueden
por tanto cumplirse en diferente grado”.
Teoría de los derechos fundamentales
Robert Alexi
50
Derecho de Gestión del Riesgo de Desastres
Ÿ Heteró noma.
Ÿ Estatal.
Ÿ Crea derechos y genera obligaciones.
Ÿ Establece responsabilidades.
Ÿ Vincula.
Normas:
A. Internacionales.
Existe un derecho convencional de gestió n del riesgo de desastres
“Marco de Sendai”.
B. Nacionales.
Constitució n Polıt́ica. Leyes. Decretos.
Ÿ ACNUR.
Ÿ Estrategia Internacional para la prevenció n de desastres.
Ÿ Concepto de catá strofe del Centro de investigaciones de la Academia de Derecho
Internacional de La Haya:
«Acontecimiento a menudo imprevisible, o situación durable, que produce daños inmediatos o
diferidos a las personas, a los bienes o al medio ambiente, y de una amplitud tal que llama a una
reacción solidaria de la comunidad nacional o/e internacional.»
Crítica:
En este sentido habrıá dos di icultades para interpretar el derecho existente. De un lado
la escasez de normas generales consuetudinarias precisas sobre desastres y la multitud
de normas convencionales sectoriales, regionales y bilaterales, ası́ como de normas
nacionales aplicables. Es decir, una de las tareas que debe realizar la Comisió n de
Derecho Internacional es clari icar el derecho vigente y desarrollarlo teniendo en
cuenta la multitud de instrumentos existentes. En este sentido, hay que destacar la
existencia de instrumentos jurıd ́ icos obligatorios y de soft law (no vinculantes), tanto
universales como regionales.
51
Derecho Nacional de GRD
Derecho Constitucional:
Derecho de GRD
Legislación de Desastres
Se re iere a todos los aspectos que deben activarse por las entidades en forma individual
y colectiva con el propó sito de ejecutar la respuesta a emergencias de manera oportuna
y efectiva.
52
Planes departamentales, distritales y municipales de
gestión del riesgo y estrategias de respuesta
Inversión Pública
Todos los proyectos de inversió n pú blica que tengan incidencia en el territorio, bien sea
a nivel nacional, departamental, distrital o municipal, deben incorporar
apropiadamente un aná lisis de riesgo de desastres cuyo nivel de detalle estará de inido
en funció n de la complejidad y naturaleza del proyecto en cuestió n.
53
Ley 1523 de 2012
Es una polıt́ica de desarrollo indispensable asociada con la plani icació n del desarrollo
seguro, con la gestió n ambiental sostenible en todos los niveles de gobierno y con la
participació n ciudadana
Estructura Organizacional
1. El Presidente.
2. El Director de la Unidad Nal. de GRD
3. El Gobernador.
4. El Alcalde
Observaciones:
Ÿ Fue primero el decreto que la Ley 1523.
Ÿ Ya no depende del Ministerio del Interior.
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Características:
Ÿ Creados por ley o autorizados por é sta.
Ÿ Autonomıá administrativa y inanciera.
Ÿ Patrimonio propio.
1. Orientar y aprobar las polıt́icas de gestió n del riesgo y su articulació n con los
procesos de desarrollo.
55
Derechos Colectivos
Regula:
• Acciones populares.
• Acciones de grupo.
56
propios, del Sistema General de Participaciones o de otros recursos y, (v) el Legislador le
impuso a la administració n municipal deberes de prevenció n y mitigació n frente a la
població n localizada en zonas en donde se pueda presentar un desastre.
Concluyendo, (i) las personas damni icadas por un desastre natural son sujetos de
especial protecció n constitucional debido al estado de debilidad mani iesta en que se
encuentran como consecuencia de dicho acontecimiento, (ii) el Estado tiene el deber de
solidaridad y de protecció n con las personas damni icadas como consecuencia de un
desastre natural, lo anterior debido a la posició n de garante que tiene con todas las
personas que habitan en el territorio nacional, (iii) desconocer la situació n de
vulnerabilidad en la que se encuentran las personas vıćtimas de un desastre natural
generarıá la vulneració n de sus derechos fundamentales, tales como la vida digna, la
vivienda digna, la salud, entre otros y, (iv) en lo concerniente al manejo de emergencias,
es imprescindible que las autoridades competentes evalú en el riesgo en que se
encuentra la població n afectada, con la inalidad de tomar las medidas necesarias para
evitar que aumente situació n de debilidad mani iesta en la que se encuentran , sin
excluir a ninguna de las vıćtimas del desastre.
57
prevalencia del interé s general sobre el particular. Lo anterior, tiene su fundamento en el
Preá mbulo y en el artıćulo 1° de la Constitució n, con el establecimiento de pará metros
fundamentales para nuestra sociedad, que se desenvuelven como pauta de protecció n,
en especial a favor de las personas que se encuentren en estado de debilidad mani iesta.
Concluyendo, (i) las personas damni icadas por un desastre natural son sujetos de
especial protecció n constitucional debido al estado de debilidad mani iesta en que se
encuentran como consecuencia de dicho acontecimiento, (ii) el Estado tiene el deber de
solidaridad y de protecció n con las personas damni icadas como consecuencia de un
desastre natural, lo anterior debido a la posició n de garante que tiene con todas las
personas que habitan en el territorio nacional, (iii) desconocer la situació n de
vulnerabilidad en la que se encuentran las personas vıćtimas de un desastre natural
generarıá la vulneració n de sus derechos fundamentales, tales como la vida digna, la
vivienda digna, la salud, entre otros y, (iv) en lo concerniente al manejo de emergencias,
es imprescindible que las autoridades competentes evalú en el riesgo en que se
encuentra la població n afectada, con la inalidad de tomar las medidas necesarias para
evitar que aumente situació n de debilidad mani iesta en la que se encuentran , sin
excluir a ninguna de las vıćtimas del desastre.
Principio de Precaución
Concepto
Las actividades que puedan entrañ ar grandes peligros para la naturaleza será n
precedidas de un examen a fondo, y quienes promuevan esas actividades deberá n
demostrar que los bene icios previstos son mayores que los dañ os que puedan causar a
la naturaleza. Esas actividades no se llevaran a cabo cuando no se conozcan cabalmente
sus posibles efectos perjudiciales.
58
de precaució n … cuando haya amenaza de dañ o serio e irreversible, la falta de complete
certidumbre cientı́ ica no deberıá ser utilizada como razó n para posponer las medidas
de prevenció n de la degradació n medioambiental.
Cuando haya peligro de dañ o grave o irreversible, la falta de certeza cientı́ ica absoluta
no deberá utilizarse como razó n para postergar la adopció n de medidas e icaces en
funció n de los costos para impedir la degradació n del medio ambiente.
¿Qué es?
C-583-2015:
C-293-2002:
“Por ello, la menció n que el artıćulo acusado hace de los particulares, debe considerarse
como la obligació n que ellos tienen de tomar las medidas de precaució n, cuando exista
peligro de dañ o grave e irreversible al medio ambiente, aú n en el caso de que el
particular no tenga la certeza cientı́ ica absoluta de que tal dañ o se produzca”.
Regla jurídica
59
Elementos del principio de precaución:
Amparo Constitucional de
la Gestión del Riesgo de Desastres
CONCEPTO DE GRD
Marco de Sendai.
Consagració n constitucional
Derecho de la
Gestión del Riesgo Desarrollo legal y administrativo
de Desastres
* Conjunto de normas que regulan el proceso social y
la funció n administrativa de la GRD en Colombia.
A. Derecho de petició n
B. Acciones constitucionales.
Constitución 1. Tutela. 2. Acció n popular. 3. Acciones de grupo
Política de 1991 4. Acció n de cumplimiento. 5. Derecho de petició n.
C. Responsabilidad patrimonial del Estado:
Acció n de reparació n directa. Art. 90
60
A. Protege la GRD como derecho fundamental.
Conexidad
Antes era considerado solo un derecho colectivo.
61
Reparació n de los perjuicios causados a un grupo.
Cualquier persona perteneciente a un nú mero plural o
Acción de a un conjunto de personas que reú nan condiciones
Grupo uniformes respecto de una misma causa que les
originó perjuicios individuales, puede solicitar en
nombre del conjunto la declaratoria de
responsabilidad patrimonial del Estado y el
reconocimiento y pago de indemnizació n de los
perjuicios causados al grupo, en los té rminos
preceptuados por la norma especial que regula la
materia. Art. 145 de la Ley 1437 de 2011.
62
Competencias y Responsabilidades de
la Gestión del Riesgo de Desastres
Competencias
Ÿ Las competencias son las facultades legales conferidas a las autoridades del Sistema
Nacional de Gestió n del Riesgo de Desastres (SNGRD) por la Constitució n, las leyes y
las normas internacionales.
Ÿ Autoridades
Ÿ Instancias de orientació n y coordinació n
63
Presidente de la República
Tiene personería
Creadas por ley y
jurídica, autonomía Dirigir el Sistema
reglamentada mediante
administrativa y inanciera Nacional de GRD.
el Dec. 4147 de 2011
y patrimonio propio.
Gobernadores
Alcaldes
64
Ÿ Su competencia es complementaria y subsidiaria no eximente de la responsabilidad
de los alcaldes y gobernadores.
Áreas Metropolitanas
Ÿ Programar y coordinar el desarrollo armó nico, integrado y sustentable de los
municipios que la conforman, racionalizar la prestació n de los servicios pú blicos,
prestar en comú n algunos de ellos, desarrollar proyectos de interé s social, promover
y facilitar los planes de ordenamiento territorial.
65
Comité Nacional de Reducción del Riesgo:
Ÿ Orientar la formulació n de polıt́icas que fortalezcan la reducció n del riesgo de
desastres.
Ÿ Orientar y articular las polı́ticas ambientales, de ordenació n del territorio, de
planeació n, de cambio climá tico que fortalezcan la reducció n del riesgo.
Ÿ Orientar las acciones de intervenció n correctiva.
Ÿ Orientar la intervenció n prospectiva.
Ÿ Orientar las polıt́icas de reducció n té cnica del riesgo.
Ÿ Orientar las polıt́icas de protecció n inanciera
Comisiones Técnicas
Los comité s de conocimiento, de reducció n del riesgo y manejo de desastres pueden
crear comisiones permanentes y transitorias. Ası́ se puede generar una comisió n de
riesgo tecnoló gico, de comunicaciones, de transporte, de albergues, etc.
Ÿ Ademá s los departamentos y municipios con má s de 250.000 habitantes deben crear
dentro de su estructura administrativa una o icina de GRD.
66
Responsabilidades en la Gestión del Riesgo de Desastres
El Art. 6 de la C. P. a irma que los particulares solo son responsables ante las autoridades
por infringir la Constitució n y las leyes mientras que los servidores pú blicos lo son por la
misma causa y por omisió n y extralimitació n en el ejercicio de sus funciones.
1. Deberes y obligaciones.
2. Culpa.
3. Dañ o: Bienes: Personas:
Particulares Salud
Patrimonio pú blico Morales
Responsabilidad Administrativa
Responsabilidad Social
67
Plan Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres
2015 - 2025
Producto del proceso adelantado por la Unidad Nacional para la Gestió n del Riesgo de
Desastres UNGRD, el Plan Nacional constituye una hoja de ruta para el paıś que convoca
a los diferentes actores del Sistema Nacional de Gestió n del Riesgo de Desastres SNGRD
a implementar acciones conjuntas para llevar a cabo el proceso social de la gestió n del
riesgo, contribuyendo la seguridad, al mejoramiento de la calidad de vida y al desarrollo
sostenible.
La Unidad Nacional para la Gestió n del Riesgo de Desastres, agradece a todos los
integrantes del SNGRD que fueron partıćipes de la construcció n colectiva de este
importante instrumento de plani icació n el cual orientará las acciones que el paıś
deberá adelantar en materia de gestió n del riesgo de desastres, aportando a la
implementació n de la polıt́ica establecida mediante la Ley 1523 de 2012 en aras de
contribuir a la construcció n de Colombia menos vulnerable con comunidades má s
resilientes.
Introducción
El documento Plan Nacional de Gestió n del Riesgo está estructurado en dos
componentes:
un Componente General el cual contiene el marco estraté gico de la gestió n del riesgo y
un Componente Programá tico en el que se incorporan los programas, los proyectos, los
objetivos de proyecto, las metas y responsables de la implementació n para el periodo
68
2015-2025. El PNGRD reemplaza al Plan Nacional de Prevenció n y Atenció n de
Desastres adoptado mediante el Decreto 93 de 1998. Durante la formulació n se
identi icaron aspectos positivos del PNPAD los cuales fueron re incorporados por
guardar pertinencia con los propó sitos de la polıt́ica de gestió n del riesgo con el in de
asegurar su continuidad.
El componente general de ine los objetivos estraté gicos nacionales a ser logrados por
los tres niveles de gobierno, ası́ como con la acció n privada, de los actores sociales y
comunitarios. Establece tambié n las metas y las estrategias que guiará n al SNGRD para
alcanzar estos objetivos y ası́ mismo presenta los instrumentos de vinculació n y
armonizació n con la planeació n del desarrollo territorial y sectorial; todo con base en el
diagnó stico elaborado para tal in.
El componente programá tico y de inversiones establece para cada uno de los objetivos
estraté gicos del PNGRD, los programas y proyectos, ası́ como los responsables de su
implementació n y las fuentes de inanciació n previstos para tal in en el corto, mediano
y largo plazo.
Los programas está n estructurados para cada uno de los objetivos y guardan relació n
directa con las estrategias, cada programa se deriva en un conjunto de proyectos que
permiten evidenciar la participació n de los sectores y demá s entidades del SNGRD, en el
nivel nacional y territorial, como responsables en el cumplimiento de las metas
establecidas.
Antecedentes
Con el in de fortalecer la capacidad nacional en los diferentes aspectos de la gestió n del
riesgo, en el añ o 2004 se emite el CONPES 3318: Programa de Reducció n de la
Vulnerabilidad Fiscal del Estado ante Desastres Naturales cuyos objetivos fueron: a)
Mejorar el conocimiento sobre los riesgos, b) Fortalecer la capacidad institucional y
inanciera del SNPAD; y c) Fortalecer los procesos de plani icació n del desarrollo,
sectorial y territorial.
En este contexto, le correspondió a la Direcció n de Gestió n del Riesgo del Ministerio del
Interior y de Justicia ejecutar el proyecto de Fortalecimiento de Polıt́icas e Instrumentos
Financieros del Sistema Nacional de Prevenció n y Atenció n de Desastres, a travé s de
é ste se llevó a cabo las acciones que permitieron la elaboració n de proyecto de ley para el
establecimiento de una polıt́ica nacional de gestió n del riesgo de desastres. A mediados
69
del mes de agosto de 2011, el ministro del interior, Germá n Vargas Lleras radicó ante la
Secretarıá de la Cá mara de Representantes el proyecto de Ley. De manera paralela a
partir de la Ley 1444 de 2011, el Presidente de la Repú blica Juan Manuel Santos, creó la
Unidad Nacional para la Gestió n del Riesgo de Desastres UNGRD como una entidad
adscrita a la Presidencia de la Repú blica con el objetivo de dirigir la implementació n de
la gestió n del riesgo de desastres, atendiendo las polıt́icas de desarrollo sostenible, y
coordinar el funcionamiento y el desarrollo continuo del Sistema Nacional de Gestió n
del Riesgo. Con la expedició n del Decreto 4147 de 2011 “Por el cual se crea la Unidad
Nacional para la Gestió n del Riesgo de Desastres, se establece su objeto y estructura”, se
asignaron, entre otras, la funció n de “formular y coordinar la ejecució n de un Plan
Nacional de Gestió n del Riesgo de Desastres, realizar el seguimiento y evaluació n del
mismo”.
El actual Plan Nacional de Desarrollo 2014 – 2018 “Todos por un Nuevo Paıś”, incluyó en
el capıt́ulo X denominado Crecimiento Verde, el objetivo: “Lograr un crecimiento
resiliente y reducir la vulnerabilidad frente a los riesgos de desastres y al cambio
climá tico” , ası́ mismo, la Estrategia para Fortalecer los Procesos de la Gestió n del Riesgo
plantea como una de las acciones a realizar dentro de la estrategia, la formulació n,
socializació n y seguimiento al Plan Nacional de Gestió n del Riego de Desastres. La
apuesta de paıś es la de avanzar hacia un modelo de desarrollo que contribuye a reducir
pé rdidas econó micas, superar la condició n de pobreza, mejorar las condiciones de vida
de la població n, aumentar la competitividad del paıś y, en el largo plazo, reducir la
vulnerabilidad iscal del Estado frente a los desastres. (Ver capítulo completo
http://portal.gestiondelriesgo.gov.co/Paginas/Plan-Nacional-de-Gestion-del-Riesgo)
Lecturas recomendadas:
70
II
M O D U L O
rehabilitació n y recuperació n.
Componentes
Ÿ Preparación:
Ÿ Recuperación:
73
Ÿ Respuesta:
7. Asesorar el diseñ o del proceso de manejo de desastres como componente del sistema
nacional.
74
Proceso de Reducción del Riesgo
Ÿ Intervención Prospectiva:
Ÿ Intervención Correctiva:
75
Ÿ Protección Financiera:
Líneas de Intervención
Prospectiva
01
Procesos comunitarios
de Gestión del Riesgo 02
de Desasters Estrategias
de resiliencia
07 frente a desastres
Fortalecimiento y
empoderamiento
comunitario Estrategias
territorial y
sectorial en GRD
de Ayuda
mutua
03
Reducción del
Adaptación
riesgo en zonas
al cambio
de riesgo No
climático
Ordenamiento Mitigable
06 y planificación 04
territorial
05
Reforzamiento de
1
2
edificaciones Construcción de obras
de estabilidad de
taludes
Mejoramiento de
viviendas 4 3 Construcción de obras
de estabilidad vial
76
Líneas de Protección Financiera
Fondos Territoriales
de Municipios 1
2
Apropiaciones
y Departamentos presupuestales
en GRD
7. Asesorar el diseñ o del proceso de reducció n del riesgo como componente del sistema
nacional.
8. Propender por la articulació n entre el proceso de reducció n del riesgo con el proceso
de conocimiento del riesgo y el de manejo de desastres.
77
10. Orientar la formulació n de los planes de acció n especı́ icos para la recuperació n
posterior a situació n de desastre.
Bibliogra ía de Consulta
1. Guía metodológica para la formulación y actualización de planes municipales de gestión del riesgo de desastres.
(2021, Julio 16). https://repositorio.gestiondelriesgo.gov.co/
2. Lineamientos para la respuesta a emergencias y desastres durante la pandemia por COVID-19. (2020, Abril).
http://hdl.handle.net/20.500.11762/29723
3. Biblioteca UNGRD. (2020, Enero 29). Guía para la integración de la gestión del riesgo de desastres en los planes
de desarrollo territorial. https://pubhtml5.com/pxou/dwhw/basic
4. Biblioteca UNGRD. (2018, Diciembre 19). Guía para la integración de la variabilidad climática con la gestión del
riesgo de desastres a nivel territorial. https://pubhtml5.com/pxou/ikdb/basic/51-93
78
III
M O D U L O
Introducción
El sistema ademá s incluye un mó dulo de consulta, donde se puede consultar el evento
actual registrado y la facilidad de exportar a Excel dicha consulta. Como tambié n un
mó dulo de documentos que incluye la generació n de documentos .pdf y un de mó dulo de
carga de estos al sistema.
Biblioteca UNGRD. (2017, Marzo 27). Manual de usuario: Registro Único de Damni icados.
https://pubhtml5.com/pxou/eqwr/basic
81
Formato para consolidar la información sobre daños
y necesidades, gestión de manejo de desastres
Código FR-1703
Datos Generales
82
Posibles Eventos Secundarios y/o Riesgos Asociados
83
Aspectos Hábitat y Vivienda
84
Aspectos Telecomunicaciones
85
Aspectos Accesibilidad y Transporte Terrestre
86
Consolidado Departamental
87
Sector Servicios Públicos:
Afectaciones en servicios esenciales
88
Sector Productivo:
Consolidado de afectaciones agropecuarias
89
Sector Productivo:
Afectación en industria, Comercio y Turismo
Ÿ SNGRD. (2013). Formato para consolidar la información sobre daños y desastres. Recuperado de
https://repositorio.gestiondelriesgo.gov.co/
90
Guía metodológica para la elaboración
del Plan de Acción Especi ico
1. Objetivo
Orientar en la elaboració n del Plan Especı́ ico para la Recuperació n a los Consejos
Territoriales de Gestió n del Riesgo de Desastres , a travé s de las acciones de
plani icació n, organizació n y de gestió n para las fases de preparació n y ejecució n para la
recuperació n (rehabilitació n y reconstrucció n), que conlleven al restablecimiento de
los derechos y las condiciones de calidad de vida de los colombianos afectados por
emergencias e impedir la extensió n de sus efectos en el mediano y largo plazo.
2. De iniciones
Calamidad Pública:
Es el resultado que se desencadena de la manifestació n de uno o varios eventos
naturales o antropogé nicos no intencionales que al encontrar condiciones propicias de
vulnerabilidad en las personas, los bienes, la infraestructura, los medios de
subsistencia, la prestació n de servicios o los recursos ambientales, causa dañ os o
pé rdidas humanas, materiales, econó micas o ambientales, generando una alteració n
intensa, grave y extendida en las condiciones normales de funcionamiento de població n,
en el respectivo territorio, que exige al municipio, distrito o departamento ejecutar
acciones de respuesta a la emergencia, rehabilitació n y reconstrucció n.
Emergencia:
Situació n caracterizada por la alteració n o interrupció n intensa y grave de las
condiciones normales de funcionamiento u operació n de una causada por un evento
adverso o por la inminencia del mismo, que obliga a una reacció n inmediata y que
requiere la respuesta de las instituciones del Estado, los medio de comunicació n y de la
comunidad en general.
92
FNGRD: Fondo Nacional de Gestió n del Riesgo de Desastres (antiguo FNC).
El Plan Nacional de Gestió n del Riesgo abordará las acciones necesarias para la
identi icació n y aná lisis del riesgo, el monitoreo de los factores de riesgo, la
comunicació n del riesgo, la reducció n de los factores de riesgo mediante la intervenció n
correctiva y prospectiva, la protecció n inanciera, la preparació n para la respuesta a
emergencias, la preparació n para la recuperació n, entié ndase: rehabilitació n y
reconstrucció n; sistemas de informació n, consolidació n de la polıt́ica nacional de
informació n geográ ica y la Infraestructura colombiana de datos espaciales - ICDE y el
fortaleciendo institucional, entre otras.
Recuperación:
Son las acciones para el restablecimiento de las condiciones normales de vida mediante
la rehabilitació n, reparació n o reconstrucció n del á rea afectada, los bienes y servicios
interrumpidos o deteriorados y el restablecimiento e impulso del desarrollo econó mico
y social de la comunidad. La recuperació n tiene como propó sito central evitar la
reproducció n de las condiciones de riesgo preexistentes en el á rea o sector afectado.
93
Respuesta:
Ejecució n de las actividades necesarias para la atenció n de la emergencia como
accesibilidad y transporte, telecomunicaciones, evaluació n de dañ os y aná lisis de
necesidades, salud y saneamiento bá sico, bú squeda y rescate, extinció n de incendios y
manejo de materiales peligrosos, albergues y alimentació n, servicios pú blicos,
seguridad y convivencia, aspectos inancieros y legales, informació n pú blica y el manejo
general de la respuesta, entre otros. La efectividad de la respuesta depende de la calidad
de preparació n.
Riesgo:
Es la probabilidad de ocurrencia de un evento que genere consecuencias econó micas,
sociales o ambientales en un sitio particular y durante un tiempo de exposició n
determinado.
Sala de Crisis:
Es el componente del SNGRD, responsable de promover, planear y mantener la
coordinació n y operació n conjunta, entre las diferentes instancias, niveles,
jurisdicciones y funciones de las instituciones involucradas en las fases de respuesta y
recuperació n. Su sesió n permanente es el esquema recomendado para el manejo de
emergencias donde la intervenció n del nivel nacional sea imprescindible. En ella
estará n integrados los delegados autorizados del Comité Nacional para el Manejo de
Desastres, ası́ como aquellos sectores, entidades e intuiciones que se requieran para
atender la emergencia enmarcado en lo pú blico, privado y comunitario, con el in de
centralizar la informació n de la emergencia, la oferta y la demanda de recursos,
plani icar y ajustar la respuesta y generar las decisiones que permiten el mejor
desempeñ o de las instituciones nacionales.
3. Desarrollo
“Cuando se trate de una situación de calamidad pública departamental, distrital o municipal,
el plan de acción especí ico será elaborado y coordinado en su ejecución por el consejo
departamental, distrital, municipal respectivo, de acuerdo con las orientaciones
establecidas en la declaratoria o en los actos que la modi iquen”
1. Los CDGRD ó CMGRD con base en el EDAN (Formato para consolidar la informació n
sobre dañ os y necesidades (FR-1703-SMD-05) identi ican los sectores afectados.
NOTA: A nivel territorial, la ejecución de los recursos provienen del Fondo Territorial de Gestión del
Riesgo de Desastres (Fondo Nacional de Calamidades), a través de actos administrativos expedidos
por las Gobernaciones y Alcaldías.
94
2. Con el insumo del EDAN, los CDGRD ó CMGRD diligencian el Formato Plan de Acció n
Especi ico (FR-1703 - SMD-09) acorde a las siguientes aspectos:
Ÿ Actividades a realizar en cada una de las lı́ n eas de intervenció n, con los
responsables y resultado esperado. Se realiza una priorizació n de los sitios o á reas
que han sido identi icadas como estraté gicas, con el in de restablecer los derechos y
condiciones de calidad de vida de las comunidades, personas, la infraestructura, la
economıá y el ambiente. Con base en la priorizació n, se identi icará n programas y
proyectos que proponen soluciones para solventar la situació n por afectació n.
95
Ÿ Cronograma de actividades en cada una de las lın
́ eas de intervenció n, donde se
establecen tiempos a cumplir para la ejecució n de las actividades.
96
Ÿ Resumen del plan acció n especı́ ico para la recuperació n
97
Guía metodológica estrategias territoriales
para la respuesta a emergencias
Lista de acrónimos
98
la unidad territorial para la atenció n oportuna de las emergencias; ası́ como, se
determinan los mecanismos de articulació n y coordinació n con los niveles de gobierno
superiores, a in de dar respuesta e iciente a las necesidades de la població n y el
territorio cuando las emergencias superan la capacidad de respuesta local.
Esta segunda versió n de la guıá metodoló gica, busca brindar a los Consejos Territoriales
de Gestió n del Riesgo de Desastres una orientació n má s profunda sobre el marco
normativo aplicable, la relació n de las estrategias con otros instrumentos de
plani icació n, los pasos bá sicos para formular el documento y un modelo de ERE
aplicable en la gran mayorıá de municipios del paıś, entendiendo que las ciudades
principales y los departamentos podrá n desarrollar instrumentos mucho má s
complejos debido a las caracterıśticas propias y capacidades disponibles.
Cabe mencionar que el modelo de ERE aquı́ presentado corresponde a una propuesta
basada en la experiencia obtenida durante los ú ltimos añ os en el desarrollo de la
asistencia té cnica que desde la UNGRD se ha prestado para la elaboració n de estos
instrumentos, ası́ como de las experiencias y lecciones aprendidas que las emergencias
reales han dejado para el paıś. Por lo anterior, se espera que este modelo se adapte de
una mejor manera a las necesidades reales de los municipios, distritos y departamentos
del paıś y se constituya como un instrumento que facilite la plani icació n y oriente el
marco de actuació n para la respuesta a emergencias, dirigido a las autoridades, las
entidades pú blicas y privadas y a la comunidad en una unidad territorial.
Esta guıá presenta las orientaciones para formular o actualizar las Estrategias para la
Respuesta a Emergencias - ERE, partiendo de la plani icació n dentro del contexto de la
preparació n para la respuesta. Por ello, es importante se realice la lectura completa a la
Guıá antes de diligenciar los formatos presentados en los anexos. De esta manera, se
podrá dimensionar de mejor manera todo lo que implica diseñ ar el marco de actuació n
para la respuesta a emergencias en un municipio, distrito o departamento y toda la
informació n de entrada que deberá ser analizada, depurada y ajustada para establecer
el mejor modelo posible para garantizar que la entidad territorial y su consejo de
gestió n del riesgo tengan la capacidad de prever y ejecutar las acciones de respuesta
inicial y las acciones de coordinació n con los niveles de gobierno superiores cuando se
99
requiera.
Por lo anterior, la Guıá está diseñ ada en cuatro capıt́ulos, cada uno con informació n
especı́ ica para brindar contexto y herramientas conceptuales y metodoló gicas a in de
facilitar el proceso de formulació n de la ERE a quienes lideran el mismo.
Una revisió n rá pida del contenido de cada capıt́ulo permitirá evidenciar la importancia
de su lectura y comprensió n:
El Capítulo 1. Hace un breve repaso del marco conceptual de la gestió n del riesgo de
desastres en Colombia de acuerdo con la Polıt́ica Nacional y reconoce a la ERE como un
instrumento de plani icació n que se encasilla en el subproceso de Manejo de Desastres
como una actividad de preparació n para la respuesta, hacié ndose efectivo cuando se
articula con otros instrumentos.
El Capítulo 2. De ine unas premisas bá sicas para la formulació n de la ERE, ası́ como
tambié n propone los objetivos. Tambié n hace referencia a la funcionalidad de la ERE
como el instrumento que plantea la organizació n interinstitucional y los protocolos
especı́ icos para una respuesta oportuna y e icaz.
100
aplicabilidad.
101
duplicació n de esfuerzos y ajustados a la realidad del territorio.
Figura 2.
102
cuá les son las acciones esperadas cuando estos se declaran, es en la ERE y sus
protocolos complementarios, donde se de inen los canales de coordinació n,
procedimientos de activació n, niveles de alerta y se de inen las acciones a ejecutar
cuando los SAT se activan. La ERE hace operativo al SAT.
A travé s del Sistema Nacional de Gestió n del Riesgo de Desastres - SNGRD sus
integrantes y sus componentes (Figura 3). El Sistema Nacional está integrado por la
comunidad y todas las entidades pú blicas y privadas. Ademá s, está compuesto por una
estructura organizacional que de ine los responsables de Direcció n, Coordinació n y
Operació n; unos instrumentos de plani icació n que ejecutan acciones de gestió n del
riesgo de desastres ligados a los procesos de desarrollo y de ordenamiento territorial;
un sistema de informació n que garantiza la integració n de contenidos de las entidades y
facilita la toma de decisiones, y unos mecanismos de inanciació n que apoyan el
inanciamiento de la gestió n del riesgo en cada territorio.
Figura 3. El Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres en Colombia (Ley 1523 de 2012).
Es uno de los instrumentos de plani icació n creados para el SNGRD. Establece el marco
de actuació n de las entidades de gestió n del riesgo para la reacció n y atenció n de
103
emergencias. Se re iere a todos los aspectos que deben activarse por las entidades en
forma individual y colectiva con el propó sito de ejecutar la respuesta a emergencias de
manera oportuna y efectiva.
Los servicios de respuesta corresponden a las acciones que deberá n desarrollarse para
la atenció n de los dañ os y pé rdidas humanas, materiales, econó micas o ambientales que
se presentan por efecto de eventos adversos ocurridos. Las funciones de soporte son
aquellas actividades té cnicas, administrativas y logıśticas que se desarrollan para
optimizar las operaciones de respuesta a la emergencia. Para ambas formas de
intervenció n se deberá n contemplar protocolos y procedimientos que incluyen lın ́ eas
de acció n, actores y roles de las diferentes entidades del SNGRD que tienen
competencia.
¿Con cuáles otros instrumentos de plani icación debe articularse una ERE?
Los planes de gestió n del riesgo de desastres y los planes de desarrollo territoriales
pueden de inir programas y proyectos de corto, mediano y largo plazo destinados a la
implementació n de medidas de preparació n para la respuesta que conlleven a
optimizar los servicios de respuesta y las funciones de soporte que desarrollan las
entidades pú blicas y privadas, ası́ como la propia comunidad que está n contemplados
en la ERE de acuerdo con sus capacidades.
104
especı́ ico por parte de un sector particular. Los planes de gestió n del riesgo de
desastres de las entidades pú blicas y privadas² brindan informació n relevante de los
escenarios de riesgo, ası́ como las medidas de respuesta de inidas. Los planes
comunitarios de emergencia precisan informació n de có mo la comunidad se organiza
para salvaguardarse y apoya los servicios de respuesta especializados y diferenciados.
Los gobernadores y alcaldes son los conductores del Sistema Nacional en su nivel
territorial y está n investidos con las competencias necesarias para conservar la
seguridad, la tranquilidad y la salubridad en el á mbito de su jurisdicció n. El gobernador
y la administració n departamental como instancias de coordinació n de los municipios
2 Se enmarcan en el Decreto 2157 de 2017 que reglamenta el artículo 42 de la Ley 1523, y corresponde elaborarlos a
“todas las entidades públicas o privadas encargadas de la prestación de servicios públicos, que ejecuten obras civiles
mayores o que desarrollen actividades industriales o de otro tipo que puedan signi icar riesgo de desastre para la
sociedad, así como las que especí icamente determine la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (…)”.
105
que existen en su territorio, deben dirigir y responder por la implementació n de la
gestió n del riesgo de desastres aplicando los principios de coordinació n, concurrencia y
subsidiariedad positiva. El alcalde por su parte, como jefe de la administració n
municipal y conductor del desarrollo local, es el responsable directo de la gestió n del
riesgo en el distrito o municipio, incluyendo el manejo de desastres.
Por ú ltimo, se debe recordar la importancia que tienen los Consejos Territoriales de
Gestió n del Riesgo de Desastres (CTGRD), los cuales se constituyen como la instancia de
coordinació n, asesorıá, planeació n y seguimiento territorial destinada a garantizar la
efectividad y articulació n de los procesos de conocimiento del riesgo, de reducció n del
riesgo y de manejo de desastres.
En conclusió n, la ERE debe ser formulada con la participació n de todas las instancias y
entidades que conforman el respectivo consejo de gestió n del riesgo, bajo la direcció n
del alcalde (para el caso de los municipios y distritos) o el gobernador (para el caso de
los departamentos) y apoyados té cnicamente por el respectivo coordinador de gestió n
del riesgo o la dependencia que haga sus veces. Aun cuando una administració n
territorial opte por la contratació n de personas externas para la formulació n de la ERE,
siempre se deberá procurar por un proceso de consulta y socializació n con el consejo de
gestió n del riesgo, de manera que el instrumento se elabore sobre un contexto só lido y
una integralidad consolidada, propios de un proceso participativo.
106
ambientales, econó micas y culturales.
Ÿ La formulació n y/o actualizació n de la ERE debe considerar como insumos los demá s
instrumentos de plani icació n para la gestió n del riesgo (plan de gestió n del riesgo de
desastres y planes de emergencia sectorial, institucional y comunitario), para el
desarrollo (Plan de Desarrollo) y el ordenamiento territorial (Plan de Ordenamiento
Territorial).
Los servicios de respuesta corresponden a las acciones que deberá n desarrollarse para
la atenció n de los afectados, el restablecimiento inmediato de los servicios y en general,
la atenció n de la emergencia.
Ÿ UNGRD. (2018). Guía Metodológica Estrategias Territoriales para la Respuesta a Emergencias. ISBN Digital: 978-
958-5509-13-09. https://repositorio.gestiondelriesgo.gov.co
107
Guía técnica que facilite la implementación de los planes
de gestión del riesgo de desastres de entidades
Públicas y Privadas - PGRDEPP
Decreto 2157 de 2017
En Colombia, desde 2012 se cuenta con una Polıt́ica Nacional de Gestió n del Riesgo de
Desastres, normatizada por la Ley 1523 de 2012, en donde se establece la
responsabilidad compartida y los lineamientos de polı́tica de corresponsabilidad
pú blica, privada y comunitaria en la gestió n del riesgo de Desastres. Un desarrollo de los
principios de Autoconservació n, Sostenibilidad Ambiental Coordinació n, Sisté mico,
Concurrencia, Precaució n, Gradualidad, Participativo y Oportuna informació n previstos
en la ley, establece obligaciones especı́ icas para gestionar el riesgo de desastres por
parte de: los sectores del desarrollo, las entidades pú blicas y privadas, las entidades
territoriales y los demá s integrantes del Sistema Nacional de Gestió n del Riesgo de
Desastres - SNGRD.
De esta forma el artı́ c ulo 42 de la ley 1523 de 2012, relacionado con las
responsabilidades inherentes a las entidades pú blicas y/o privadas cuyas actividades
que puedan signi icar riesgo de desastres para la sociedad, condujo a la adopció n del
Decreto 2157 del 20 de diciembre de 2017 que establecen la obligatoriedad y
directrices para la elaboració n e implementació n del denominado Plan de Gestió n del
Riesgo de Desastres para Entidades Pú blicas y Privadas – PGRDEPP, como el
instrumento para lograr la implementació n de los procesos – objetivos que permitan
gestionar el riesgo de desastres: Conocimiento del Riesgo, Reducció n del Riesgo y
Manejo de los Desastres. Este paso signi ica para las entidades pú blicas y privadas en
nuestro paıś, el salto de un enfoque reactivo, ligado a la preparació n y ejecució n de la
respuesta a emergencias (con planes de emergencia y/o planes de contingencia), a un
enfoque sisté mico que dinamice la gestió n del riesgo de desastres como un proceso
social que contribuye a la seguridad, el bienestar, la calidad de vida de las personas y al
desarrollo sostenible, tanto de las entidades y como de su entorno.
En este contexto el Plan de Gestió n del Riesgo de Desastres para Entidades Pú blicas y
Privadas – PGRDEPP, no es una tarea má s que permita darle cumplimiento a la ley, sino
que representa el instrumento de plani icació n para gestionar el riesgo de desastres,
posibilitando sinergias internas y externas con objetivos comunes a los sistemas y/o
modelos de gestió n, aunado a un decidido liderazgo y compromiso gerencial, una
estructura organizacional coherente, mecanismos de inanciació n, y sistemas de
informació n, que fortalece la gestió n y la sostenible de las entidades pú blicas y privadas.
De esta forma el Plan de Gestió n del Riesgo de Desastres para Entidades Pú blicas y
108
Privadas – PGRDEPP, fue concebido como el instrumento que contribuye a una mayor
integració n de la gestió n del riesgo de desastres, con los sistemas de calidad, gestió n
ambiental, gestió n de los sistemas de seguridad y salud en el trabajo, continuidad del
negocio, gestió n de riesgos informá ticos, gestió n del riesgo inanciero, entre otros, con
un enfoque de resiliencia y gestió n del cambio, que les permita a las entidades pú blicas y
privadas, consolidar sus propios Sistemas de Gestió n del Riesgo.
Ası́ mismo integra herramientas ya existentes para la gestió n del riesgo de desastres,
como los Planes de Emergencia y Planes de Contingencias, Planes de Ayuda Mutua
(PAM) y otros, que se está n aplicando por las diferentes entidades a partir de lo regulado
en el decreto 1072 del 26 de mayo de 2015, normas ISO y los sistemas de gestió n y/o
modelos de administració n.
De esta forma nuestro Sistema Nacional de Gestió n del Riesgo de Desastres - SNGRD, ha
logrado avanzar en la regulació n e implementació n de la gestió n del riesgo de desastres
a nivel de los diferentes sectores del desarrollo nacional y en el acercamiento de las
entidades que hacen parte del SNGRD, como mecanismo de fortalecimiento de la
plani icació n y la coordinació n de acciones de intervenció n que permitan seguir
creciendo en la implementació n del conocimiento del riesgo, reducció n del riesgo y
manejo de los desastres; objetivos de la polıt́ica nacional para la gestió n del riesgo de
desastres.¹
En este sentido la Cruz Roja Colombiana – CRC en coordinació n con la Unidad Nacional
de Gestió n del Riesgo de Desastres - UNGRD, y el apoyo de la Cruz Roja Alemana y la
O icina de Ayuda Humanitaria y Protecció n Civil de la Comisió n Europea, ECHO,
mediante el proyecto “Fortalecimiento de la coordinació n entre el sector privado, la
sociedad civil y el SNGRD en Colombia, para una mejor respuesta ante contextos
multiamenazas”, pone a disposició n de las entidades pú blicas y privadas, los sectores
del desarrollo nacional, entidades territoriales y demá s actores y partes interesadas en
la implementació n del Decreto 2157 de 2017, la presente guıá, la cual busca orientar en
la elaboració n de los respectivos Planes de Gestió n del Riesgo de Desastres para
Entidades Pú blicas y Privadas – PGRDEPP y su armonizació n interna, territorial e
integral con el entorno que permitan fortalecer la toma de decisiones e implementació n
de los procesos de inidos por la Ley 1523 de 2012 para la gestió n del riesgo de
desastres.
1 Adaptado de la Circular 072 de 29 septiembre de 2020, orientaciones generales para la aplicación sectorial y territorial
del Decreto 2157 de 2017 – UNGRD 2020.
109
Ÿ Los objetivos, alcances, marco normativo, responsables y tareas que se articulan para
la implementació n del decreto 2157 de 2017.
“Nada socava el desarrollo y la prosperidad como un desastre. Así como los desastres no
discriminan: todas las personas y todos los sectores se ven afectados, todos debemos hacer
nuestra parte para garantizar sociedades resilientes.” (UNDRR, 2019)
El riesgo de desastres corresponde a los dañ os y/o pé rdidas potenciales en:
Ÿ Bienes ambientales (Por ejemplo, Bosques, pá ramos, cuerpos de agua, playas, etc.).²
2 Adaptado de la De inición 25 del Artículo 4 de la ley 1523 de 2012 y de conceptos de la Guía Municipal para la Gestión
del Riesgo de Desastres – DGR/MIJ 2010.
3 Idem
110
se encuentra totalmente en los procesos naturales de transformació n y modi icació n
de la tierra y el ambiente por ejemplo, un terremoto, una erupció n volcá nica, un
tsunami o un huracá n y que puede resultar en la muerte o lesiones a seres vivos,
dañ os materiales o interrupció n de la actividad social y econó mica en general.⁴
Ÿ Tecnológico: Puede presentarse debido a los eventos generados por el uso y acceso a
la tecnologıá, originados en sucesos antró picos, naturales, socionaturales y propios
de la operació n. Los riesgos tecnoló gicos son percibidos como fenó menos
controlables por el hombre o fruto de su actividad, y está n asociados a una gran
variedad de actividades, dentro de las cuales se incluyen las domé sticas y de servicios
profesionales, es decir, aquellas realizadas por la població n en general producto de
su cotidianidad, ası́ como tambié n las actividades industriales, extractivas, de
transporte, entre otras, teniendo una relevancia especial las que utilizan sustancias
y/o energıás peligrosas. (Por ejemplo: Derrames, Fugas, incendios, explosiones,
accidentes en transporte y colapso).⁶
Se excluyen de su alcance:
4 Terminología sobre Gestión del Riesgo de Desastres y Fenómenos Amenazantes – UNGRD 2017
5 Idem
6 Lo que usted debe saber de riesgo tecnológico - UNGRD 2018.
111
Ÿ Los riesgos asociados a las radiaciones ionizantes que tienen su origen en sustancias.
Ÿ Los riesgos asociados a los agentes bioló gicos, con excepció n de las instalaciones
operativas.⁷
112
¿Qué es alteración intensa, grave y extendida?
“Extendida: Hacer que algo, aumentando su super icie, ocupe más lugar
o espacio que el que antes ocupaba”
Ÿ Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana, CRC. (2021). Guía técnica que facilite la implementación de los planes de gestión del
riesgo de desastres de entidades públicas y privadas. http://hdl.handle.net/20.500.11762/32810
113
114
Tabla N°1 Algunos ejemplos de alternación de las condiciones normales de funcionamiento de la sociedad,
producto de la materialización de daños y pérdidas / Fuente: Elaboración propia
Plan Nacional de Contingencia
Frente a pérdidas de contención de hidrocarburos
y otras sustancias peligrosas
115
OPRC-SNPP: Protocolo sobre cooperación, preparación y lucha contra los sucesos de
contaminación por sustancias nocivas y potencialmente peligrosas.
PAI: Plan de Acción del Incidente
PEC: Plan de Emergencia y Contingencia
PMU: Puesto de Mando Uni icado
PNC: Plan Nacional de Contingencia frente a pérdidas de contención de hidrocarburos y
otras sustancias peligrosas.
SGA: Sistema Globalmente Armonizado de Clasi icación y Etiquetado de Productos
Químicos
SCI: Sistema de Comando de Incidentes
SINA: Sistema Nacional Ambiental
SNIGRD: Sistema Nacional de Información para la Gestión del Riesgo de Desastres
SNGRD: Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres
SOLAS: (74/88) Safety of Life at Sea. Convenio Internacional de la Seguridad de la Vida
Humana en el mar.
UNGRD: Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres
116
El presente PNC aplica a todas las entidades pú blicas y privadas dedicadas a la industria
de hidrocarburos, quım ́ ica, minerıá, a las actividades en todos los modos de transporte y
demá s operaciones generadoras de riesgo asociadas a incidentes por pé rdidas de
contenció n de hidrocarburos u otras sustancias peligrosas, ası́ como a las instancias de
direcció n, orientació n y coordinació n que hacen parte e integran el Sistema Nacional de
Gestió n del Riesgo de Desastres, contempladas en los artıćulos 8°, 9° y 15 de la Ley 1523
de 2012.
Componente Estratégico
117
establecidos en el presente PNC, asumiendo los costos directos e indirectos que
demande la atenció n del incidente. Es su responsabilidad realizar un aná lisis
especı́ ico de riesgo que considere los posibles efectos de fenó menos naturales,
antró pico intencionales y no intencionales, el desarrollo de la operació n; ası́ como los
efectos en el entorno ante la posible ocurrencia de un incidente. El aná lisis de riesgos
es la base fundamental para la implementació n de medidas de reducció n del riesgo y
la formulació n y aplicació n de un Plan de Emergencia y Contingencia (PEC)¹.
118
Ÿ Organizació n y Coordinació n. El PNC es una herramienta que implementa protocolos
y procedimientos de coordinació n de competencias estatales y particulares para la
preparació n y atenció n de emergencias de orden local, regional y nacional, que
funciona con niveles de activació n y estructura de intervenció n, establecidos dentro
de sus esquemas operativos y en el marco del Sistema Nacional de Gestió n del Riesgo
de Desastres. Las competencias de las entidades se desarrollan de manera que
integren lo sectorial y territorial, mediante procesos secuenciales en tiempos y
alcances.
2. Objetivos
Servir de instrumento rector de las entidades pú blicas y privadas del Sistema Nacional
de Gestió n del Riesgo de Desastres (SNGRD) para el diseñ o y realizació n de acciones
dirigidas a la preparació n y la respuesta integral⁴ frente a incidentes por pé rdida de
3 El peor escenario posible corresponde a aquel escenario creíble que tiene las peores consecuencias incluso si su
probabilidad es muy baja.
4 La respuesta integral se re iere a las acciones que debe desplegar el Responsable de la Actividad para la atención
oportuna, e iciente, adecuada y su iciente del incidente por pérdida de contención de sustancias peligrosas, y de los
daños y perjuicios que este puede ocasionar en cualquier entorno. El Responsable de la Actividad debe contar con la
capacidad para dar respuesta integral a cualquier incidente, en especial en áreas pobladas o sensibles del ambiente.
119
contenció n de hidrocarburos u otras sustancias peligrosas en á reas marı́timas,
continentales, insulares y luviales del paıś.
Ÿ Identi icar las responsabilidades de las entidades del SNGRD vinculadas en el PNC
para los incidentes por pé rdida de contenció n de hidrocarburos u otras sustancias
peligrosas, de tal manera que se delimite claramente el á mbito de acció n de cada uno
y se facilite la labor de coordinació n y control.
3. Alcance
El PNC es el instrumento rector de cará cter té cnico, operativo y administrativo, para el
diseñ o y realizació n de actividades dirigidas a conocer, preparar y responder frente a los
incidentes por pé rdida de contenció n de hidrocarburos y otras sustancias peligrosas
(en adelante, sustancias peligrosas) que se puedan presentar en aguas marinas y
luviales, en el territorio insular y continental del paıś y en las á reas de interé s
designadas por convenios bilaterales o multilaterales, regionales y acuerdos
internacionales.
Ÿ Identi ica las responsabilidades y funciones de las entidades pú blicas y privadas y la
comunidad, relacionadas con las contingencias.
120
Ÿ De ine los niveles de activació n de acuerdo con la capacidad de respuesta y nivel de
control del evento de parte del Responsable de la Actividad.
Para dar alcance a las diferentes operaciones, el PNC incluye los siguientes Protocolos
Nacionales de Respuesta:
Cada Protocolo Nacional se activará segú n el lugar donde se originó el evento. Para el
caso del Archipié lago de San André s, Providencia y Santa Catalina y los demá s en que el
incidente por pé rdida de contenció n involucre á reas geográ icas contempladas en los
alcances de los dos protocolos anteriores, se aplicará el principio de coordinació n entre
las entidades coordinadoras operativas de é stos.
Con relació n a las sustancias peligrosas clasi icadas como Clase 7 “Materiales
Radioactivos”, segú n las Naciones Unidas, la atenció n de un incidente por pé rdida de
contenció n será de acuerdo con la normatividad vigente expedida por el Ministerio de
121
Minas y Energıá.⁵
4. Marco Jurídico
Ÿ Convenio de Chicago sobre aviació n civil internacional, 1944 (Adoptado por la Ley 12
de 1947).
Ÿ Convenio para la protecció n y el desarrollo del medio marino de la regió n del Gran
Caribe, 1981.
Ÿ Convenio para la Protecció n del Medio Marino y la Zona Costera del Pacı́ ico Sudeste,
1981.
Ÿ Convenio Internacional sobre Bú squeda y Rescate Marıt́imos, SAR, 1979 (Aprobado
por la Ley 10 de 1986).
5 Para las actividades marítimas, también será considerado el Código para la seguridad del transporte de combustible
nuclear irradiado, plutonio y desechos de alta actividad en cofres a bordo de los buques.
122
Trabajo, 1990 (Promulgado por el Decreto 1973 de 1995).
Ÿ Ley 45 de 1985 “Por medio de la cual se aprueban el «Convenio para la protecció n del
medio marino y la zona costera del Pacı́ ico Sudeste», el «Acuerdo sobre la
Cooperació n Regional para el combate contra la Contaminació n del Pacı́ ico Sudeste
por Hidrocarburos y otras sustancias Nocivas en casos de emergencia», irmados el
12 de noviembre de 1981, en Lima, Perú , el «Protocolo complementario del Acuerdo
sobre la Cooperació n Regional para el combate contra la contaminació n del Pacı́ ico
123
Sudeste por Hidrocarburos y otras sustancias Nocivas», y el «Protocolo para la
protecció n del Pacı́ ico Sudeste contra la Contaminació n Proveniente de Fuentes
Terrestres», suscritos en Quito, Ecuador, el 22 de julio de 1983.
Ÿ Ley 99 de 1993 “Por la cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente, se reordena el
Sector Pú blico encargado de la gestió n y conservació n del medio ambiente y los
recursos naturales renovables, se organiza el Sistema Nacional Ambiental, SINA y se
dictan otras disposiciones”.
Ÿ Ley 885 de 2004 “Por medio de la cual se aprueban el «Convenio Internacional sobre
Cooperació n, Preparació n y Lucha contra la Contaminació n por Hidrocarburos,
1990», hecho en Londres el dıá treinta (30) de noviembre de mil novecientos noventa
(1990) y el «Protocolo sobre Cooperació n, Preparació n y Lucha contra los Sucesos de
Contaminació n por Sustancias Nocivas y Potencialmente Peligrosas, 2000», hecho en
Londres el dıá quince (15) de marzo del añ o dos mil (2000)”, en especial los artıćulos
3°, 4°, 5°, 6° y 7°.
Ÿ Ley 1575 de 2012 “Por medio de la cual se establece la Ley General de Bomberos de
Colombia”. Entre otras disposiciones, crea la Direcció n Nacional de Bomberos, como
una Unidad Administrativa Especial del orden nacional, con personerıá jurıd ́ ica,
adscrita al Ministerio del Interior, con autonomı́a administrativa, inanciera y
124
patrimonio propio. En su artıćulo 3° - Competencias del nivel nacional y territorial –
de ine que “Corresponde a la Nació n la adopció n de polıt́icas, la planeació n, las
regulaciones generales y la co inanciació n de la gestió n integral del riesgo contra
incendios, los preparativos y atenció n de rescates en todas sus modalidades y la
atenció n de incidentes con materiales peligrosos. Los departamentos ejercen
funciones de coordinació n, de complementariedad de la acció n de los distritos y
municipios, de intermediació n de estos ante la Nació n para la prestació n del servicio
y de contribució n a la inanciació n tendiente al fortalecimiento de los cuerpos de
bomberos”.
Ÿ Ley 1523 de 2012 “Por la cual se adopta la polıt́ica nacional de gestió n del riesgo de
desastres y se establece el Sistema Nacional de Gestió n del Riesgo de Desastres y se
dictan otras disposiciones”. En su artıćulo 42⁶ - Aná lisis especı́ icos de riesgo y planes
de contingencia – de ine que “Todas las entidades pú blicas o privadas encargadas de
la prestació n de servicios pú blicos, que ejecuten obras civiles mayores o que
desarrollen actividades industriales o de otro tipo que puedan signi icar riesgo de
desastre para la sociedad, ası́ como las que especı́ icamente determine la Unidad
Nacional para la Gestió n del Riesgo de Desastres, deberá n realizar un aná lisis
especı́ ico de riesgo que considere los posibles efectos de eventos naturales sobre la
infraestructura expuesta y aquellos que se deriven de los dañ os de la misma en su
á rea de in luencia, ası́ como los que se deriven de su operació n. Con base en este
aná lisis diseñ ará e implementará n las medidas de reducció n del riesgo y planes de
emergencia y contingencia que será n de su obligatorio cumplimiento”.
Ÿ Decreto 1076 de 2015 “Por medio del cual se expide el Decreto Unico Reglamentario
del Sector Ambiente y Desarrollo Sostenible”. Prevé en el artıćulo 2.2.2.3.9.3. -
Contingencias ambientales – que “Si durante la ejecució n de los proyectos obras, o
actividades sujetos a licenciamiento ambiental o plan de manejo ambiental
ocurriesen incendios, derrames, escapes, pará metros de emisió n y/o vertimientos
por fuera de los lıḿ ites permitidos o cualquier otra contingencia ambiental, el titular
deberá ejecutar todas las acciones necesarias con el in de hacer cesar la contingencia
ambiental e informar a la autoridad ambiental competente en un té rmino no mayor a
veinticuatro (24) horas. La autoridad ambiental determinará la necesidad de
veri icar los hechos, las medidas ambientales implementadas para corregir la
contingencia y podrá imponer medidas adicionales en caso de ser necesario. Las
contingencias generadas por derrames de hidrocarburos, derivados y sustancias
nocivas, se regirá n ademá s por lo dispuesto en el Decreto 321 de 1999 o la norma que
lo modi ique o sustituya”.
125
exploren, exploten, manufacturen, re inen, transformen, procesen, transporten o
almacenen hidrocarburos o sustancias nocivas para la salud y para los recursos
hidrobioló gicos, deberá n estar provistos de un plan de contingencia para el manejo
de derrames”.
126
IV
M O D U L O
1 Conceptos preparativos
atención de emergencias
2 Componentes para la
respuesta
PREPARATIVOS
PARA LA
RESPUESTA
3 Planes de atención
sector público y privado
4 Planes estratégicos y
herramientas de medición
Componentes de la respuesta
1. Institucionalidad
Ÿ Gobernanza
Ÿ Estructura Organizacional y funcional
Ÿ Procesos de Investigació n
Ÿ Mercadeo
Ÿ Sistema de gestió n de calidad
2. Conocimientos de la normatividad
129
3. Servicios a la comunidad de acuerdo a los fenómenos amenazantes
Ÿ Central de comunicaciones
Ÿ Automatizació n
Ÿ Equipos de comunicaciones
Ÿ Hardware y software seguros y funcionales
Ÿ Cobertura
Ÿ Está ndares en el manejo de las comunicaciones
Ÿ Areas de in luencia
y concentració n.
Ÿ Nuevos Accesos,
vıás y puentes
Ÿ Puntos de
Intersecció n
Ÿ Densidad poblacional
sin servicio
130
Respuesta a Emergencias de Ciudad del Sistema
131
CROWD SOURCING: información segmentada ciudadanos
El crowdsourcing es una herramienta donde una comunidad de personas ofrecen sus
ideas o servicios, aportando creatividad y disminuyendo el volumen de trabajo de los
miembros de una empresa. Puede ser utilizado por cualquier compañ ıá cuando surja
una necesidad, desde el diseñ o de una app, logos o campañ as publicitarias hasta nuevos
productos o nuevas estrategias de mercado. Solo basta con acceder a esta plataforma,
abrir una convocatoria y empezar a recibir candidaturas de las personas má s
capacitadas para el proyecto.
Tiempo de Respuesta
132
133
3.4. Información al publico
134
Tiempo de Respuesta
Ÿ Respuesta liviana.
Ÿ Segunda respuesta.
Ÿ Rescate vehicular.
Ÿ Rescate vertical.
135
3.11 Suministros humanitarios
Ÿ Grupos de trabajo
Ÿ Centros de almacenamiento
Ÿ Puntos de recolecció n
Ÿ Reservas de alimentos e insumos.
Ÿ Encargados y contratos.
3.12. Albergues
Ÿ Contratos para instalació n de albergues
Ÿ Estrategias de albergue y autoalbergue
Ÿ Coordinació n con grupos Voluntarios
Ÿ Presupuestos y temporalidad
Ÿ Articulació n con Polıt́icas municipales de ayuda.
DOCUMENTACION
136
4. Curva de preparación para la Atención de emergencias
Experiencias
137
Aspectos a considerar en el manejo de crisis
138
Metodologia de preparativos
1 Identificación de Crisis
Probables.
Debe estar de
acuerdo a los 2 Plan de Mitigación
y contingencias.
escenarios de eventos
misionales.
Administrativos y 3 Plan de comunicaciones
internas y externas.
reputaciones de
la entidad, ciudad
o territorio 4 Plan de continuidad y
sostenibilidad de servicios.
Plan de
preparativos, Planificación para el
de acuerdo a los fortalecimiento de Bomberos,
escenarios de eventos teniendo como punto de par da
catastróficos escenarios de mayor riesgo de la
misionales y mapas ciudad y definiendo el plan de
de afectación de con nuidad y la sostenibilidad con
la ciudad base al riesgo admisible.
139
Plan de mitigacion y contingencias
140
Plan de comunicaciones internas y externas
COMUNICACIÓN INTERNA
COMUNICACIÓN EXTERNA
Campañas Internas Eventos externos
141
Plani icación de fortalecimiento de la entidad
142
Referencias Bibliogra icas
1. https://ccs.org.co/publicaciones/directorio-sst/
2. Compendio para Bomberos, capítulo de técnicas de extinción en espacios cerrados, 2011, UPB. ISBN:
978-958-696-968-0.
3. Emergency, care and transportation of the sick and Injured, American Academy of Orthopaedic
Surgeons, ISBN: O-7637-0796-1.
5. Fundamentos de Medicina, Atención Pre hospitalaria, CIB- CES, seguridad en operaciones y salud
ocupacional en la APH, Medellín 2012, ISBN: 978-958-90-76-55-2
6. https://iris.paho.org/handle/10665.2/801
7. Manual de referencia Curso Bases administrativas de gestión de riesgos de desastres, USAID- OFDA.
8. Ministerio de Salud, Guías de atención medica Prehospitalaria, Lesiones por inmersión, Salud
Ocupacional en la Atención Prehospitalaria, Seguridad de Operaciones de APH, 2012. ISBN: 958-
97551-4-3.
9. Sistemas de emergencias médicas, una experiencia de los estados unidos para países en desarrollo,
organización panamericana de la salud.
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