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Escuela de Chicago
Escuela de Chicago
Lyllan Luque
Contexto histórico de surgimiento:
Hay coincidencia entre los autores que analizan esta escuela al describir el período de
surgimiento de la misma. Así, Anitua (2005: 247 y ss) refiere que a inicios del siglo XX se
produce “el trasvase del poder económico y político del poder occidental” desde Europa a
Estados Unidos, proceso que constituirá el telón de fondo sobre el que se desarrollará la
teoría. Uno de los aspectos en lo esto se tradujo fue el fuerte proceso de industrialización
iniciado desde fines del siglo XIX y que continuó durante las primeras décadas del siglo XX.
La disponibilidad en abundancia de capitales para inversión volcado en la industrialización
requería de mano de obra, lo que fomentó los grandes procesos migratorios entre ambos
siglos, con personas provenientes no solo del interior de Estados Unidos, sino también de la
vieja Europa. La mixtura de culturas, religiones, razas agrupados en guetos en grandes
ciudades, y el aumento de las tasas de población producto de la migración, plantearían a la
integración como una de las cuestiones relevantes a principio de siglo XX.
Los fundamentos sobre los que esta escuela se construiría serían el pragmatismo, el
individualismo y el empirismo.
Antecedentes:
Los Estados Unidos han sido un lugar donde “todo es posible”, donde supuestamente
no hay límites para lo que se puede lograr, resolviendo las tensiones poniendo énfasis en el
individuo. Más allá de un individualismo económico, el individualismo moral también
constituye una fuerza influyente en la historia norteamericana. Este individualismo moral
proviene principalmente del legado religioso del puritanismo y del protestantismo evangélico,
religiones que se caracterizaron por ser instrospectivas y extremadamente individualistas. A
principios y mediados del siglo XIX, esta tradición religiosa cobró forma secular en la
primera teoría social norteamericana importante: el trascendentalismo. Tenían una
orientación espiritual y no material, eran muy individualistas y describían al hombre como
aislado de su ámbito social, abogando por la liberación de los actores respecto de las
restricciones sociales. Se enfatizó la libertad individual sobre el determinismo social y se
propusieron revalorizar la sociedad norteamericana devolviendo a los individuos a su estado
“natural”.-
El gran teórico social posterior a la guerra civil fue para los norteamericanos el
utilitarista inglés Herbert Spencer, quien propuso la noción utilitarista de la “supervivencia
del más apto”. El darwinismo social de Spencer proclamaba los beneficios del individualismo
a ultranza abrazado por los capitalistas recién surgidos, pero omitía toda mención de las
barreras que el capitalismo ponía a la oportunidad y a sus costos para la comunidad humana.
Sin embargo, a fines del siglo XIX, se generó una reacción norteamericana que fue paralela al
movimiento antiindividualista que en Europa alimentaba el nacimiento de la sociología. La
depresión, la urbanización y los frecuentes desastres rurales ponían en jaque a norteamérica.
La inundación de inmigrantes europeos que ingresaban en el país aumentaba la sensibilidad
ante las fuerzas grupales en cuanto opuestas a las individuales.-
Aunque la respuesta intelectual a esa crisis cobró a veces un matiz colectivista, con
mayor frecuencia emergió como una nueva forma de individualismo crítico, socialmente
sensible. Ante el angostamiento de la libertad, exigieron más libertades, aludían a la
restricción de la libertad como la causa del trance en el que se encontraban. Criticaban el
formalismo que comenzaba a impregnar el pensamiento, la economía y la sociedad
norteamericana. Estas reacciones sociales se reflejan en el mundo del pensamiento. Los
intelectuales consideraban que la vida intelectual europea adolecía de formalismo y fatalismo.
Criticaban a Kant, Hegel y Spencer porque veían en sus sistemas el divorcio de la experiencia
con la vida real.-
Era erróneo según ellos, tratar los mercados, las leyes y las instituciones como
mecanismos de autorregulación automática no afectados por la experiencia humana concreta.
Era preciso pues pasar del formalismo a la experiencia.-
- Alexander, Jeffrey C.. Las Teorías Sociológicas desde la segunda guerra mundial”.
Editorial Gedisa, Barcelona, 2000.
- Anitua, Gabriel Ignacio. Historias de los pensamientos criminológicos. Editorial del
Puerto, Buenos Aires, 2005.
- Chapman, Dennis. El estereotipo del criminal. Universidad Autónoma Metropolitana,
México, 1986.
- Larrauri Pijoan, Elena. Herencia de la criminología crítica. Siglo XXI, Madrid, 1991.
- Larrauri Pijoan- Cid Moliné, José. Teorías criminológicas. Bosch, Barcelona, 2001.
- Marcó del Pont, Luis. Manual de Criminología. Marcos Lerner, Córdoba, 1991.
DOWNES, David y ROCK, Paul: Sociología de la desviación, Gedisa, Mexico, 2011, pp. 85-
120.
Capítulo 7.1
Lyllan Luque
Esta hipótesis es utilizada para explicar por qué se producen incrementos de las tasas
de criminalidad. Analizando el proceso de inmigración, ve que las personas que llegan a la
ciudad provienen desde ámbitos rurales en donde las formas de control social sobre el
individuo son personales, basadas en las costumbres y permanentemente reforzadas por los
miembros de la comunidad. El asentamiento de los individuos en el marco de una gran
ciudad, transforma a ese control en impersonal y abstracto (basado en la ley).-
- alta movilidad social: la zona se transforma en el lugar con las viviendas más baratas de
la ciudad, por lo que la población que las ocupa son personas con muy bajos ingresos que
generalmente llegan a buscar trabajo en las industrias que se han apropiado del espacio
del área. Es percibida por sus habitantes como un lugar de paso del que, en cuanto
mejores sus condiciones, será abandonado por uno que será propio y mejor.
- heterogeneidad cultural: esta teoría surge como elemento para tratar de comprender y
gobernar a amplios conglomerados urbanos que no están unidos por una cultura común,
que incluso tienen distintas pertenencias raciales. La multiculturalidad fue percibida en
estos autores como un obstáculo para la transmisión de los valores de la sociedad
norteamericana, y por lo tanto como un potencial foco de conflictos.
- Exposición de los niños a la delincuencia adulta: los niños de las familias asentadas en
estos espacios suelen pasar mucho tiempo alejados de sus padres, que se hallan
trabajando, por lo que no son controlados permanentemente. Sin embargo el alejamiento
del núcleo familiar cercano somete a los niños a las influencias de los adultos que no
trabajan y cometen conductas delictivas o desviadas.
En zonas de la ciudad con estas características, las formas de control social actúan con
mayores obstáculos. La hipótesis principal de esta escuela será que las formas de desviación
no dependen de los sujetos, sino por el contrario, de las formas de organización social. Es en
éstos sectores en los que los autores visualizan que existe una “desorganización social”.
Ahora bien, este concepto no significa carencia de orden en éstos espacios, sino por el
contrario ese mundo “…posee un orden palpable, pero es un orden incómodo, que es
percibido como comparativamente rudimentario y poco confiable. Un mundo así es a la vez
más y menos complicado que un mundo que convencionalmente se define como organizado.
Tiene sus propias complejidades e intrincaciones que requieren un análisis particularmente
delicado. Para sus habitantes la negociación de las relaciones es tensa, frágil y
problemática…” (DOWNES-ROCK: 2011:103). Al mismo tiempo, este concepto de
“desorganización social” afecta las relaciones entre las zonas de transición y el resto de la
ciudad que sí se encuentran “organizadas”, provocando en los momentos de cambio social
intenso el aislamiento y la autonomización de las primeras en relación a las segundas,
pudiendo llegar a afectar el orden social.
En los estudios que siguen esta línea realizados en la década del 80 del siglo XX se
han determinado nuevos factores de desorganización social:
- homogeneidad social: La creación dentro de los espacios de las ciudades de guetos, lejos
de solucionar el problema, homogeiniza la pobreza, asegura la transmisión de los valores
desviados y aleja a las personas allí asentadas de las pautas generales de la cultura;
- familias monoparentales: la existencia de familias en las que existe solo un progenitor a
cargo del grupo, provoca una disminución del control sobre las conductas de los niños y
jóvenes;
- densidad poblacional: el aumento de la densidad habitacional en estos espacios provoca
por un lado mayor contacto y posibilidades de conflicto, y por otro mayores posibilidades
de que la conducta delictiva sea observada.
Política Criminal:
Larrauri- Cid Moliné (2001, 95), afirman que el programa de política criminal para la
prevención de la delincuencia en los barrios que reúnen las características de pobreza y
desorganización social consiste en:
Críticas a la teoría
Bibliografía:
- Alexander, Jeffrey C.. Las Teorías Sociológicas desde la segunda guerra mundial”.
Editorial Gedisa, Barcelona, 2000.
- Anitua, Gabriel Ignacio. Historias de los pensamientos criminológicos. Editorial del
Puerto, Buenos Aires, 2005.
- Chapman, Dennis. El estereotipo del criminal. Universidad Autónoma Metropolitana,
México, 1986.
- Larrauri Pijoan, Elena. Herencia de la criminología crítica. Siglo XXI, Madrid, 1991.
- Larrauri Pijoan- Cid Moliné, José. Teorías criminológicas. Bosch, Barcelona, 2001.
- Marcó del Pont, Luis. Manual de Criminología. Marcos Lerner, Córdoba, 1991.
- DOWNES, David y ROCK, Paul: Sociología de la desviación, Gedisa, Mexico, 2011, pp.
85-120.