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Oscar Teraa Ye ve pas, catestafes 4 e8peranras, Uk Cauiug | Welechal Sz «x1 2006. Como se cuenta la historia 2004 Intentaré desarrollar dos cuestiones vinculadas con Ja excritura historiogrii- ca. Una muy general, que trata de abrir o de indicar cierta colocacién respecto de este tipo de discursos, y luego algunos momentos del desarrollo de esta préctica entre nosotros, es decir, en Ia historiografia argentina, En principio, y tratando no 365i de responder pero sf 2] menos de ser fie! al tftulo de la convocatoria, podria decir, en clave pedante y vieja ya, que la historia es a ideologta de la etnia occiden- tal esta préetica que para nosotros ofrece criterios de organizacién del pasado que al mismo tiempo implican un espejo sobre el presente y perspectivas respecto del porvenir es un invento relativamente reciente que coincide con la fundacién de Occidente y, como tantas cosas, inaugurada en la Grecia clésica. Esto es tan simple como decir que, como cualquiera otra disciplina, la escritarae interpretacién del parado no es uma préetica esponténea, no esté inscripta en ninguna pulsion inma- ta de los seres humanos, sino que se configura, ella también, de manera hist6rica. Ahora bien: al tratar de comprender el pasado, para intentar dar cuenta de cémo y —si es posible— por qué ocurrié lo que efectivamente ocurri6, € histo- riador debe seleccionar de la masa si no infinita, por lo menos innumerable de acontecimientos, unos pocos de ellos que van a formar parte de eso que se ama Ia historia. ¥ por ende va a ignora, a oclur, a reprimir, la inmensa mayoria de los acontecimientos que ocurrieron en esas épocas. Precisamente allfse plantea el pro- blema de la seleccién: c6mo saber aquello que merece ser recuperatlo para incor porarlo a lainterpretaci6n yal relato hist6ricos. Piensen ustedes que en el momen- to en el que hablames estin produciéndose miles de millones de mensajes en el {nismo instante, de los cuales una masa muy pequeia va a ser recogida por los his- “{oviadores del futuro. Yno sabemos, no podemos saber, cuales son los aconteci- Imienitos que serén seleccionados. Pero al menos pueden entreverse unos riesgos le los cuales es preciso protegerse. Bl primero sérfa replicar una suerte de histo- tiador «ta Funes el memorioso, es decir, que recogiera todos fos acontecimientos ocu- ‘idos, con lo cual et relato de un dfa le Hevarfa varios afios de su relato, Frente a ésto qué s¢ puede hacer o qué es lo que efectivamente se ha hecho. Una posibili- dad es dejar que pase el tiempo, suponiendo que el tiempo puede seleccionar quello que los contemporaneos no pueden, en la medida en que no saben cud- es de los acontecimientos de su presente van a ser relevantes en los significados tesco sos cultural, exe, que van afomar pat dea storia Borges por ENTRE LA FILOS ahi decfa que! yPelayo, Dem Menéndez y Pe instramento ta vvamente ocurn se sabe qué es historia ha term to que a partir final que se ha ‘mo iba a termir De manera que iban a conducis Pero, y pot mos con el prot tia, y por lo tan telos ya. conocidh ces tampoco sat do en su propic car dichos sucet Como se ve propia vida. Un ‘aserel significa role diré si mer rotos hemos as que es la implos ralmente, es0 qi significa la Revo decir que sabem bemos mas de le pudo vivir lo sufi proceso iba a ale mas al destino de al mismo tiempo En esta tens pronto et historic siva ventaja, cons bian: de los sigios yesp sisionales pero ne el pasado. Asi, ve smo siguic historiografi respecto de esta préctica eaandono ora, podria nia occiden- pasado que respecto det indacisn d stan simple retacién del tsi inna rahistérica, renenta de 16, el histo- merable de ue se llama yoria de los ntea el pro- para incor. et momen: wajes en eh porles his saconteci 108 riesgos de histo- ‘entos oou- >. Frente a ENTRE LA FILOSOPIAYLA HISTORIA PO Va decantando aquello que efecti- se mgaie ocurte, Pero hay otra manera de escribir I historia. Suponer o crear que «fe se qué es lo que va a pasar, a la Marx, o bien determina & ie Hegel, que la sar dichos sucesos. Gomo se verse wata de una ea bastante convencional: basta pensar en la Pichi Vida. Un individue no sabe en el momento en que se est casando ena ss str ¢l sgnificado de exe hecho que, en principio, etd celebrande, Séle-cl aa ro ls dird si merece seguir siendo celebrado 0 deplorado, En téeminos muy con- Gates hemos astido hace poco, yo dita ayer, aun acontecimiento gigewince as ¢ la implosion de un mundo, el mundo det lamado socialise real, Nea ‘almente, eso que se simboliza con el nombre de “caida del muro de Beh al mismo tiempo no puede resglyen = ix esta tensin epistemolégia, diganos, se instala el relato del pasado; de Pronto el historiador se torna eonsciente de siva ventaja, Dian: c6mo siguig la historia. Pero ademas este quehacer ha eleberade a by largo As Jo ios y especialmente desde l siglo xx una serie de criterion, siempre pro- TRUE: Peto no pocas veces productive, para ratar era materi eusion che cs ~ pasado, Asi, vemos que en los ikimos tempos ta historiografia se contaming , i awa ‘OSCAR TERAN n provechosamente ya veces peligrosamente con estimules ntelectuales provenien- arcs campos, bésicamente de Ia revolucién Tingosstica originals en Ja oF ganda década del siglo pasado. y con sus derivados hacia el estructuralismo y Io jae se denomind e "gir lingbistico" Sin entrar en detalles agi jimpertinentes, diigamos tan s6lo que, de modo aun més extent sl algo auraviesa come Wa gear cot filosoa el siglo XX, exe algo esa termatizacin de la eng del lene sguaje (Heideggen Wittgenstein, empirsmo logic, etructuralisney ‘deconstruc- or o__), en donde el Yenguaje, el mundo simbélico, adquiere wn Peto senenipaate, La emergencia en la gravitacién de o simbélico sobre exo que lr sean real la evidencia de los efectos materiales de lo simbélic, lasoepecta ‘de que el modo en cl que se dicen las cosas constitu Toque 88 com an sido, ae de wna manera al vez inmoderada que se reflec sigue refljando has tren tos titulos de los ibros de historia que aparecieron y gue en general iene” os ellos an austantivo comin: “ivenciOn’. De pronto se descubrié Ia invet snes la cemuatidad, el purgatoro, los géneros la figura del niio. Bs posible que fo que de moda hubo en este encuadre esté pasando o, simplemente) ba pasado, Pero To que en ello habia de estilo te6rico legiime ba perdurado. Yano podemos enfieniarnos con Ias letras os discursos, los objetos cculturales, aes eepecie de mirada virgen y posts que se atenge a rellejas un real Y2 censttuide plenamente al margen de los simbotos que le dan sentido, “Ademnés, esta visi6n del pasado que Tamamos historia se organiza desde} presente. Muchas veces, quien reconstruye el pasado lo hace 2 partir de pregum- tas que au propio present le ests formulando. ¥ esto plantea problemas, PAes® que aquéllas son preguntas que tal ez los contemaporéneos de aquel pasado ja- seeees formulaion. Ademés, los términos con que esa preguntas se formmulan son ‘quid categorfas que no existin en aquel momente, aqui los Hess de lo que sisrana *descontextualizacién” son considerables, Por ello el “eontextualismo” ‘Pocock, Skinner) demanda no cometer anacronismos, sino medi 910820101) de ese pasado en furicién de su propio context material y de lenguaje, atendien- a Sd raiecionatio" del que efecivamente dispontan. Uno dirfa por elemplo que tata prohibido decir que Carlos Octavio Bunge era racist, porgue o término "ra {Gaa” entre norotres esta inexorablemente signiticado cn relaciSn con ‘Auschviti, CToariame y e} holocausto judio, siendo que cuando Bitnge escribia el emino no estaba connotado ni definido de ete modo. + Ter jendo en cuenta esas y otros precauciones, de todos modos desde el Pre” dnt se formolan preguntas, esde el presente se organizan probleméticas, see sentra un conjunta de preguntas con las cuales el historiador va al pasado de- plandar respuestas: a veces I historia responde; a veces, no- Podemos entonces a shea mirada ida sobre cles eon algunos de os ogves Prox Memdtcor en tno de Tos cuales, o para los cuales, fue utilizada la historia. Cud- sees A ENTRELA siLOSOFE {es fueron algunos historiogréfico est gimiento del Estac partes en un relat Ja naciin. Entre 2 quien, siguiendo « bade argumentar de una serie de cit eterna como el age Cuestion de t acerca de las ofens momentos como € y gue generan en ca del.plancta: din ‘mo ingresar? gde t Larecientey+ cen laensayistica de sible que en un pa rmersas en su tiemy sociales Jatinoame partia de un prese, ciaaunasociedad que el desarrollo € ‘comunicaba con Is ses en perfodos dic mocracia. Ysi hoy! do de iluminias, pc disciplinas sociales marcada, ¥ més qu pregunta ¢s.cémo vex existi6. Esto qu io tal vez imaginay ral de las Gltimas d ‘Tomaré lo dic) da uno de nosotro, 1 Se refiere alos ‘Tareus [N. del E. OSCAR TERAN ales proveinien- finada en la se- turalismo y to impertinentes, vomo.un eje ar =ngua, de! len- ©, deconstruc- siete un peso wre 650 que Hla- ©, Ia sospecha ‘sas han sido, llejando has. ‘eneral tienen bri6 Ta inven- +. Bs posite mente, yahae ‘a perdursdo, 0s culturaies, jar un real ya do. niza desde et ir de pregun. emas, puesto sel pasado ja- ‘omnulan son (08 de lo que textualismo” alos actores ie,atendi siemplo que término “ra 1 Auschwitz, \ el término cesde et pre- fticas, sees asadoade- 's entonces ‘oques pro- toria. Cus B jis Os de I histori”. At, muy sbido que genera: Sada tla en ls tiempos moderns con el ant viet en el siglo xx en todas fry legimar la existoncia de sobre todo de Bartolomé Mitre, {his fguiendo el modelo hisorigrafca romanncn oi siglo xtx, lo que trata! ‘Tomaré lo dicho expliciomlalaagreee do & ‘mundo ha observado: que ca. ‘ia uno de nosotros! encarna tes maneras de vy 1 Se rellee Tos otra os integrantes de una mena redonda: Guillermo Gasié y Horacio ‘Tareus (N. del E), um OSCAR TERAN gitimidad, sin duda... pero son tres maneras). Asf que yo me encuentro, creo, tratando de ser deseriptivo, entre el positivismo y la tragedia. V entonces retorna ta temible pregunta: zpara qué la historia 0 cuiles son los distintos usas de Ta his- toria? Sin duda, como en cualquier érea del saber hay algo que remiteal viejo Je~ gado elisico; para dar respuesta ala curiosidad, al interés, ala fascinacién de esa ‘mirada antropol6gica que pregunta ¢cémo vivia un romano del Imperio? 0, con Montesquieu, zcémo se puede ser persa? En la rafz de esas preguntas, si no son. formuladas “desde arriba", esti presente la fascinacién ante el formidable amues- trario de maneras de ser un ser humano que la historia nos revela, Como la lite- \ ratura, como las artes en general, la historia tiene esa mirada sorprendentemen- te Gariosa que comunica con ciertas zonas densas de la reflexién de aquello que cen algin momento —no sin cursileria— se Tlamné “la aventura humana’. Hay por cierto usos de Ja historia, y son miiltiples y vatiados. No sé siella es ‘maestra de la vida. ‘Tampoco sé si quienes no Ia conocen estan condenados a re- i petir el pasado... Pero sf creo saber que esta disciplina se practica desde una heh + rada Iaica, una mirada secular, que no rinde tributo a ningtin dios (ni al de las | | religiones ni al de las naciones). Y esto acarrea problemas, porque entonces la i historia, como tantas diseiplinas modernas, contiene un fuerte componente di- e solvente. Dado que disuelve creencias amadas, muestra quc ciertas epopeyas es- tuvieron habitadas de patéticas mezquindades. Y en este sentido es corrosiva, por- |, que se opone a los relatos formativos, edificantes. La historia, en fin, tiende a no ) |, ser edificante.. \ “""yiuego, lo que decfa Horacio Tarcus, que plantea otro problema ético-po- Iitico: a historia trafda al presente con los mismos protagonistas, aquellos que tratan el dificil (y tal vez imposible y tal vez omnipotente y narcisista) posiciona- miento de ser sujeto y objeto. Entre nosotros estamos abocados a esclarecer acon- tecimientos aiin lacerantes, vivos, heridas gigantescas producidas en el cuerpo ‘dé esta sociedad. Entonces retornan Jas preguntas: zqué es lo que pasé?, ¢cémo fue posible que creyeran lo que creyeron y que hicieran lo que hicieron? En tér- rpinos generales, pienso que Jo que ocurti6 en Ta historia tuvo buenas razones para ocurrir. ¥ que los histdriadores encuentran que los textos, los documentos que dan cuenta de esos addnteceres pueden servir para diversas lecturas, pero ‘no para cualquier tipo de lectyra. Pero junipsggpalgringue:lo ocurrido tuvo bus: ‘hes motives para ocurrir, también pienso que podria no haber ocurrido y que podria haber sucedido otra cosa, Porque deseo creer que si el pasado fue distin- to, el presente también puede serio, Y entre ambos reconocimientos, me gusta pansar con Koselleck que en el pasado esté contenido més 0 memos aquelle que va.a ocurrir,y que sobre ese “més 0 menos” estamos los seves humanos. | Otra pregunta también retorna: dénde ocurre la verdadera historia, No es cabual por ejemplo que ante la cafda de los grandes paradigmas, de las filosofias ENTRE LA FILOSO) de la historia, en mo si decepcion esté en los detal mas “calico” En cuanto « ‘un importante h que haya tenido el papel de Talle IMtica estratégica, dejé.en él el des: resulté servicial, comprenderan ¢ ra compensar la Pero, ay, oc yaun de la intes Coulanges expre el documento sit fuentes no habla guntas ya son un rece como la evit bélico. Aun las y penetradas por v tenemos rituales tear. De manera si misrna”, la real valores... Siesto fuera plicitar desde qu rada puede estar OscaR TERAN encuentro, creo, entonces retorna os wsos de Ta his. remite al viejo le- ascinacién de esa Umperio? 0, con guntas, sino son ormidable: mues- sla. Come'la lite- tprendentemen- 1 de aquello que ‘uumana’ 3. No sé siellaes ondenados a re- vadesde una mi- lids (ni al de las gue entonices la componente di- tas epopeyas es S corrosiva, por- fin, tiende ano blema ético-po- S.aquellos que ista) posiciona. ssclarecer acon. ws en el euerpo © pas6?, 286m0 Gieron? En tér- >uenas razones 2s documentos lecturas, pero ‘rid tuvo bue- reurrido y que ado fue distin- tos, me gusta os aquello que «anos... sistoria. No es © las flosofias "mas “cali” ~¢l papel de Talleyrand en la politica se ex, ENTRELA BILOSOBlA YLA HISTORIA 6 cele historia, emergieran ls historia de a vda privads, la microhistoria, Es ¢o- nes decepcionados de as grandes estructura, volviéramos a pensar que "Dios esta en los detalles" y que la vida verdadera transcurre en lo més intimo, en lo En cuanto ala gravitacin de la ideas en los acontecimientos histéricos, __ ta importante bistoriador llamado Namier predica que no hay ni una sola idea ane haya tendo la menor incidencia sobre la préctica de los sereshutnanos.Asg plica no por sus concepciones de fo. Fa atéties sino por una infanca wstemence sltaria hasta lo Yobica, due dej6 en él el deseo de rodearse de personas, para lo cual la actvideet politica le ‘ews servic. Los que han vt la pelicula Citizen Kane de Orson Welle, Combrenderdn que se trata de! mismo esquenja: alguien monta un imperio. be a compensarla pérdida de aquel trineo de la infancia. | Pero, ay, ocurre que la vsiones que descren dle Ia eficacia de lo simbdtico Yaun de Ia interpretacton recaen en el fllido sueiio positvsta que Fuse! ae Goulanges cxpresaba a fines del siglo xx: en lg précticahistérica se trata de leer cl documento sin poner nada que pecturbe su elocuencia, eto he aqui que les entes no hablan, que zequieren que se les formulen preguntas, y que cas plo. unis yason una incursin en su supuesta purea, Y esto sobre lo que hoy son, rece como la evidencia de que no hay manera de puentear el 4 Dolico, Aun las practices mas elementales y més biologicas co ppenetradas por un universo simbélico, Por es0 comemos con tonemes rtuales de mesa. todo eso tiene un significado que n tear. De manera que no hay documento privilegiado donde se simismna”, la realidad plenamente valores. St esto fuera ai, ol historiador lo mejor que podria hacer serfa tratar de ex: pci desde qué cireulo de creencias yvalores est escribiendo, porque su rada pnede estar matriaada por ese ent mo comer estin tubiertos. Por eso 10 se puede puen- agite “la vida en relingatstica, sin simbolos, sin creencias, sin ramado de creencias y valores.

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