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Los Proyectos de Aula
Los Proyectos de Aula
En una escuela podemos encontrar diversos tipos de proyectos, a saber: Proyecto Educativo
Institucional (P.E.I.); Proyecto Curricular Institucional (P.C.I.); Proyectos Específicos (P.E.) y
Proyectos de Aula (P.A.). Aquí nos ocuparemos de estos últimos.
LA ESCUELA LA ESCUELA
QUE TENEMOS QUE QUEREMOS
EVALUACIÓN
DIAGNÓSTICA P.C.I.
VISIÓN
FORTALEZAS
DEBILIDADES
P.A.
P.E.
CUADRO Nº 1
Los Proyectos de Aula tienen por finalidad llevar al aula las decisiones curriculares y se
elaboran con el objetivo de cubrir una demanda, a la vez que ofrecen una solución
específica para un problema concreto que se haya detectado en el Análisis Institucional, o
en la Evaluación Diagnóstica que realice el docente. En principio no se mantienen por
mucho tiempo y es probable que no se repitan, aunque puede ocurrir que se desarrollen
durante todo el ciclo lectivo, con los ajustes que se consideren necesarios, hasta llegar,
incluso, a integrarse como parte de la propuesta curricular.
Otra característica de estos proyectos es su versatilidad, puesto que tienen pocos elementos
fijos, lo que les permite adoptar diferentes formas y modalidades, dependiendo éstas tanto
de la problemática que se intente abordar, como de la creatividad de los actores
involucrados.
También está previsto que, para su ejecución, se integren diferentes personas, aún cuando
no sean personal estable de la escuela. Asumiendo cada uno las tareas y responsabilidades
que le competan. Esta característica es muy importante ya que permite el aporte de los
propios padres y familiares de los alumnos, tanto como de personas de la comunidad
educativa que, por su formación u oficio, puedan brindar conocimientos específicos
requeridos para el normal desenvolvimiento del proyecto en cuestión.
De este modo se favorece el aprendizaje colaborativo, el diálogo y la integración escuela-
sociedad.
“Es importante destacar que los proyectos dan, a su vez, la posibilidad de implementar
estrategias didáctico–metodológicas novedosas que luego, y con los ajustes pertinentes,
pueden pasar a formar parte del trabajo habitual del aula.” (Bixio, Cecilia, 1998)
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Para abordar este tema, seguiremos, principalmente, las recomendaciones de Cecilia Bixio en “Cómo
construir proyectos en la E.G.B.”, Homo Sapiens, Rosario, 1998.
Lic. Daniel Carbone
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UAdER – Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales
Ficha de cátedra: Análisis Institucional
Una vez adoptada la decisión de elaborar un Proyecto de Aula, conviene trabajar sobre la
base de alguna estructura o diseño predeterminado, que sirva de guía tentativa, es decir que
oriente pero que no encasille, a efectos de lograr la coherencia interna de la propuesta. Lo
que se buscará al respecto será que, tanto el problema que se aborde, como los objetivos,
los contenidos, las actividades y la evaluación, sean lógicamente coherentes.
A continuación presentamos el Diseño que propone Cecilia Bixio:
No debemos olvidar que se trata sólo de una diseño guía que, al igual que cualquier diseño,
habrá de adecuarse a las condiciones reales en los que se plantea el proyecto concreto.
Veamos ahora uno por uno los puntos que debemos tener en cuenta:
Dice Cecilia Bixio que todo proyecto se inicia con un problema. Pero no olvidemos que
estando los Proyectos de Aula en la línea de concreción del Currículo, se trata de problemas
cognitivos, no de cualquier tipo de problema. Aquellos problemas (Debilidades) que afecten
a la escuela, pero que no sean de índole cognitiva, habrán de abordarse con un Proyecto
Lic. Daniel Carbone
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UAdER – Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales
Ficha de cátedra: Análisis Institucional
Específico que, si bien responden a una matriz similar, se diferencian básicamente de los de
aula, en que no incluyen contenidos curriculares ni actividades de aprendizaje en forma
explícita, aun cuando no podemos negar el hecho de que toda actividad desarrollada en el
ámbito escolar conlleva un sentido educativo.
Aclarado este punto, continuemos. Tenemos que ser capaces de transformar el tema del
proyecto en un problema, es decir que debemos problematizarnos al respecto.
Por ejemplo: queremos trabajar con los alumnos sobre la cuestión del SIDA. Este puede ser
un tema interesante para desarrollar un proyecto de aula.
Pero: ¿Por qué hemos elegido este tema?. ¿Qué sabemos al respecto? ¿Para qué nos
puede servir abordar esta temática?
Cuando podamos problematizar la cuestión habremos iniciado el proyecto.
Al tomar como referencia para la elaboración del proyecto un problema, nos encontramos
con que estos proyectos pueden atravesar a las diferentes áreas y pueden apoyar el trabajo
de los llamados contenidos transversales: Educación para la Salud, Educación para la Paz,
Educación Vial, etc.
Podemos elaborar proyectos integrados que aborden una determinada problemática y la
analicen desde diferentes ángulos y con aportes de diferentes áreas, claro que sin perder de
vista a los destinatarios de la propuesta. Si este es el caso conviene tener en cuenta la
propuesta de Tomás Sánchez Iniesta en “La construcción del aprendizaje en el aula”2, donde
aborda la aplicación del enfoque globalizador a la enseñanza.
Por otra parte dado que los Proyectos de Aula son modos posibles de concretar el Proyecto
curricular, no sólo han de estar articulados con los contenidos curriculares, sino que
además, es importante que se articulen con los proyectos específicos del P.E.I.
Sabemos que para aprender algo debemos querer y poder hacerlo. De modo que la temática
seleccionada tiene que, por un lado, resultar interesante para los alumnos y además, ha de
ser significativa desde el punto de vista cognitivo, esto es, que esté al alcance de las
posibilidades cognitivas de aquellos.
De nada o muy poco sirve que tratemos de abarcar los grandes problemas de la humanidad
si a los destinatarios de la propuesta no les interesa o no están en condiciones de
aprenderlos por carecer de los conocimientos previos necesarios.
Tanto el punto anterior como éste, son muy importantes de tener en cuenta, puesto que
ayudan a cumplir con el requisito de significatividad psicológica que debe reunir todo
proyecto áulico. Cuando hay una determinada situación social, política, religiosa, económica,
etc., que por diferentes motivos produce un gran impacto en la comunidad, puede ser
utilizada como fuente de un problema para comenzar a construir un proyecto.
Las dificultades detectadas en las Evaluaciones, constituyen un buen punto de partida para
Proyectos de Aula, en especial si el docente logra hacer tomar conciencia a los alumnos de
tales problemas. En este caso, y siguiendo a Piaget, podemos decir que el proyecto surgirá
a partir de un conflicto cognitivo, tendrá como objetivos la solución de dichos problemas y
es muy probable que dé pié a seguir trabajando con otras problemáticas de aprendizaje.
Tomar como referencia la vida escolar para identificar situaciones problemáticas para la
elaboración de proyectos, permite conectar las propuestas áulicas con un contexto más
amplio. Pueden abordarse desde pequeñas discusiones entre compañeros, dificultades en la
resolución de algún ejercicio en clase, hasta problemas que afecten a cualquiera de las
dimensiones de la escuela (Recursos, Estructura, Cultura, etc.). En este caso son proyectos
cuyo contenido se justifica por las dificultades advertidas en el aula; o por la significatividad
institucional de la problemática.
Las Efemérides pueden constituirse en un buen disparador para iniciar un debate de donde
surja un proyecto. Por ejemplo: el Día de la Independencia, el Día Internacional de la Mujer,
de los Derechos del Niño, el Día de la Constitución Nacional etc. En este caso son proyectos
cuyo contenido se justifica por la significación social de la problemática. Si bien el día en que
se conmemora puede ser el momento para iniciarlo o finalizarlo, la duración del mismo
dependerá del interés que mantengan los alumnos sobre el tema y de las posibles
derivaciones que se hayan realizado.
El momento de reuniones de equipos de ciclo o de personal no sólo puede ser fructífero para
que cada docente piense problemas interesantes para trabajar con sus alumnos, sino que
incluso puede ser la ocasión para comenzar un proyecto articulado con otro u otros
docentes. Éstos son proyectos cuyo contenido se justifica por la posibilidad de articulación
con otras áreas, años, ciclos, etc.
Cuando hayamos analizado y comprendido los puntos anteriores, es probable que nos
sigamos preguntando: ¿cómo lo hacemos? Para la realización de un proyecto, tenemos que
atender al Diseño y a la metodología.
Más arriba presentamos un Diseño a manera de guía y dijimos que no se trata de algo
rígido, sino que puede reelaborarse, adaptándolo a las circunstancias concretas en que se
implemente el proyecto. Respecto a la metodología a utilizar, hay un aspecto muy importante
a tener en cuenta y es la participación de los alumnos en el proyecto. Si dijimos que la
significatividad psicológica es un requisito esencial para producir aprendizajes significativos,
nos daremos cuenta que considerar el modo en que se manifestará la participación de los
alumnos en el proyecto, no es de poca importancia. Aquí entendemos a la participación
como el poder compartido en la toma de decisiones.
Esa participación puede darse de tres maneras:
Una vez acordada la forma en que se tomarán las decisiones, hay que iniciar el camino
(. Así que veamos ahora algunas sugerencias para
La metodología
Recorte del problema: Seleccionar y acotar el problema es, quizás, el punto más difícil o, al
menos, el que más detenidamente debe considerarse, puesto que constituye el punto de
partida en el que se apoyarán todas las demás decisiones. Por ejemplo, a partir de la
problemática proponemos los objetivos, seleccionamos los contenidos, planteamos
actividades, etc.
Muchas veces el fracaso de un proyecto se debe a que, impelidos por el entusiasmo que
generó inicialmente la problemática abordada, nos embarcamos en una empresa que nos
supera y esto suele dejar una sensación de frustración a docentes y alumnos, que suele
hacer perder la confianza en este modo de abordar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Cuando el problema que moviliza al grupo es muy amplio y no se quiere hacer recortes muy
limitados, puede adoptarse la estrategia de abordarlo por subtemas. Por ejemplo, si
deseamos trabajar sobre Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs),
podemos hacer la siguiente diferenciación: Los avances tecnológicos en Informática en la
segunda mitad del Siglo XX, Las TICs y la Globalización, Las TICs y la Educación en la
Argentina en la actualidad , etc. Como cada uno de estos aspectos, a su vez, puede resultar
amplio, debe tenerse en cuenta que a mayor recorte se logrará mayor profundidad en el
tratamiento del problema.
Planteo del problema: Una vez identificado el problema, conviene que pidamos a nuestros
alumnos que escriban lo que se saben al respecto. Identificar qué sabe el grupo respecto de
la problemática seleccionada, es de suma importancia puesto que nos orientará respecto de
los siguientes pasos, a la vez que pone de manifiesto el interés que despierta en ellos este
tema.
Los objetivos: Formular los objetivos con claridad es de vital importancia para asegurar el
éxito del proyecto. No es necesario una larga lista, basta que dos o tres objetivos estén bien
planteados, es decir con que sean posibles de cumplir y a su vez, ricos en su potencialidad
cognitiva. Podemos además distinguir entre Objetivos Generales y Específicos.
Por ejemplo, si el tema es “Las TICs y la Globalización”, puede que nuestro Objetivo
General sea:
Conocer cómo influyeron las TICs en el proceso de Globalización Cultural y
Económica que se produjo hacia fines del Siglo XX.
Si a su vez, a este cierre se le otorga una alta significatividad social compartiéndolo con la
comunidad educativa (familiares, alumnos de otros cursos e incluso otras escuelas,
docentes, etc.) se estará ayudando a vivenciar las actividades escolares como socialmente
significativas. “De lo contrario, la escuela suele quedarse en un “como si” y los alumnos no
le reconocen valor a las tareas que allí se desarrollan” (Bixio, Cecilia, Op. Cit.).
Nuevos problemas y preguntas que se abren: Que los alumnos puedan percibir la
construcción del conocimiento como una tarea que no tiene fin, que es posible darle
continuidad al problema que se trabajó, en una secuencia que puede abarcar incluso
diferentes años, que todo proyecto puede abrirse hacia otras áreas o especializarlo en un
aspecto particular, es un aspecto que no debe descuidarse, por el contrario es deseable que
se lo trabaje explícitamente en cada proyecto.
Planificación de Actividades
Actitudinales
Postura crítica
ante el mensaje
del vídeo.
Respeto y
escucha de las
opiniones del otro.
CUADRO Nº 3