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Importancia de La Gestión Calidad para Cumplir Los Objtivos Ambientales
Importancia de La Gestión Calidad para Cumplir Los Objtivos Ambientales
Gestión de calidad total y excelencia empresarial
ISSN: 14783363 (Impreso) 14783371 (En línea) Página de inicio de la revista: https://www.tandfonline.com/loi/ctqm20
La importancia de la gestión de la calidad para la eficacia de
la gestión ambiental: evidencias de empresas ubicadas en
Brasil
Adriano Alves Teixeira, Charbel José Chiappetta Jabbour, Hengky Latan,
Jorge Henrique Caldeira de Oliveira, Wesley Ricardo de Souza Freitas & Talita
Borges Teixeira
Para citar este artículo: Adriano Alves Teixeira, Charbel José Chiappetta Jabbour, Hengky
Latan, Jorge Henrique Caldeira de Oliveira, Wesley Ricardo de Souza Freitas & Talita Borges
Teixeira (2019) La importancia de la gestión de calidad para la efectividad de la
gestión ambiental: evidencias de empresas ubicado en Brasil, Total Quality Management
& Business Excellence, 30:1112, 13381349, DOI: 10.1080/14783363.2017.1368377
Para enlazar a este artículo: https://doi.org/10.1080/14783363.2017.1368377
Publicado en línea: 04 de septiembre de 2017. Envíe su artículo a esta revista
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Gestión de calidad total, 2019 vol. 30,
núm. 12, 1338–1349, https://doi.org/10.1080/14783363.2017.1368377
La importancia de la gestión de la calidad para la eficacia de la
gestión ambiental: evidencia de empresas ubicadas en
Brasil
un
Adriano Alves Teixeira , Charbel José Chiappetta Jabbour , Hengky Latand, e , antes de Cristo
Jorge Henrique Caldeira de Oliveiraf , Wesley Ricardo de Souza Freitas g y
h
Talita Borges Teixeira
a
Departamento de Administración, Universidad Federal de Mato Grosso do Sul, Paranaı´ba, Brasil;
b
Stirling Management School, Centro de Educación Avanzada en Gestión (CAME), Universidad de Stirling, Stirling,
C
Escocia, Reino Unido; Escuela de Negocios de Montpellier, Montpellier Investigación en
d
Gerencia, Montpellier, Francia; Departamento de Contabilidad, Facultad de Economía y
Negocios, Universidad Diponegoro, Semarang, Indonesia; Departamento de Contabilidad, Banco STIE
Es
BPD Java Central, Semarang, Indonesia; FDepartamento de Administración, Universidad de Sao Paulo,
Ribeirão Preto, Brasil; Departamento de Administración, Universidad Federal de Mato Grosso do
gramo
h
Sul, Paranaı´ba, Brasil; Equipos Eléctricos ITB, Birigui, Brasil
Discusiones recientes en la literatura especializada sustentan que la gestión de calidad influye en el nivel y
madurez de las prácticas de gestión ambiental; sin embargo, en búsquedas realizadas en las bases de datos
ISI Web of Science y Scopus, se verificó que existe la necesidad de investigaciones que retraten
cuantitativamente esa relación, especialmente cuando se trata de empresas ubicadas en Brasil. Por lo tanto,
esta investigación tiene como objetivo explorar esta brecha: ¿la gestión de calidad influye positivamente en
la adopción de prácticas ambientales en empresas ubicadas en Brasil? Por lo tanto, se realizó una
fundamentación conceptual sobre las cuestiones antes mencionadas y, con base en esto, se construyó el
cuestionario utilizado para la fase empírica de la investigación, siendo una encuesta electrónica
autoadministrada con 104 empresas de todos los tamaños y sectores ubicadas en Brasil. . Los resultados
demostraron que, de hecho, la gestión de la calidad influye positivamente en las prácticas de gestión
ambiental. Además, se verificó que el tamaño de las empresas y la certificación ISO 14001 son significativos
para controlar las prácticas de gestión ambiental. Hasta la fecha, se cree que este es el primer estudio que
muestra una encuesta para probar la relación entre la gestión de la calidad y las prácticas de gestión
ambiental en las empresas de Brasil.
Palabras clave: gestión de la calidad; gestión ambiental; prácticas de gestión ambiental; madurez
de la gestión ambiental; modelado de ecuaciones estructurales; Brasil
1. Introducción y contexto de investigación
La sustentabilidad es un recurso valioso, raro, inimitable y no reemplazable que puede ser
una fuente de ventaja competitiva (Hollos, Blome, & Foerstl, 2012). La idea es que las prácticas
avanzadas de gestión ambiental (EM) pueden aumentar la competitividad de las organizaciones,
por ejemplo, mediante la reducción de costos, la mejora de la calidad y la generación de
nuevos productos y procesos (Yang, Lin, Chan, & Sheu, 2010) .
También se pueden esperar beneficios en relación con el valor de mercado de las
empresas cuando anuncian que están adoptando sistemas EM (Jacobs, Singhal, &
Subramanian, 2010), así como proactividad ambiental proporcionando un rendimiento financiero superior (Hall &
Autor de correspondencia. Correo electrónico: aatadrianobirigui@gmail.com
# 2017 Informa UK Limited, cotizando como Taylor & Francis Group
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Gestión de calidad total 1339
Wagner, 2012), y también las empresas que valoran los problemas ambientales pueden atraer empleados más
calificados y motivados (Renwick, Redman y Maguire, 2013) , lo que puede proporcionar un ciclo virtuoso de
mejoras generales en el desempeño.
Por lo tanto, la adopción de prácticas avanzadas de EM, como la gestión de la cadena de suministro verde
(GSCM), puede brindar innumerables beneficios. Sin embargo, estas prácticas no se implementan al mismo nivel
entre organizaciones (Jabbour, Jabbour, Latan, Teixeira, & De Oliveira, 2014; Zhu, Sarkis, Cordeiro, & Lai, 2008;
Zhu, Sarkis, & Lai, 2007; Zhu & Sarkis, 2006).
En este sentido, estudios han indicado que la adopción temprana de principios de gestión de la calidad (GC)
puede mejorar el nivel y la madurez de las prácticas ambientales en las organizaciones (Zhu, Cordeiro, & Sarkis,
2013; Llach, Perramon, AlonsoAlmeida, & Bagur Femenı ́as, 2013; Jabbour et al., 2014). Por ejemplo,
Wiengarten y Pagell (2012) encontraron que las empresas mejoran su desempeño en términos de costo,
flexibilidad y desempeño de entrega, cuando las prácticas de EM están en presencia de una alta inversión en
prácticas de QM.
PereiraMoliner, ClaverCorte´s, MolinaAzorı´n y Jose´Tarı´ (2012) señalan que las empresas pueden utilizar
enfoques de QM para desarrollar un sistema integral para la reducción y eliminación de todos los flujos de
residuos asociados con la diseño, fabricación, uso y/o eliminación de productos y materiales.
Estos hallazgos fueron reforzados recientemente por la investigación de Zhu et al. (2013), Jabbour et al.
(2014), Mazzi, Toniolo, Mason, Aguiari y Scipioni (2016), Siva et al. (2016), Pipatprapa, Huang y Huang (2017)
que evidenciaron la influencia de las prácticas de QM en el desempeño ambiental y/o la sustentabilidad. Aquí,
destacamos la investigación de Siva et al. (2016), realizado en forma de una revisión de la literatura que encontró
solo 22 artículos (Scopus e ISI Web of Science) que describen a QM como un apoyo a la implementación de
sistemas de EM y gestión de la sostenibilidad, y los autores concluyen que "hay una falta de investigaciones
empíricas sobre estándares específicos de QM y su contribución en la aplicación de estándares o prácticas
específicos de EM. También se necesita más investigación empírica sobre las sinergias entre QM integrado y EM
y sus efectos en el desempeño ambiental' (Siva et al., 2016, p. 154).
Avanzando un poco en la literatura se puede evidenciar que tres variables pueden interferir en esta relación
y por tanto deben ser controladas: (a) tamaño de la empresa (Surroca, Tribo´, & Waddock, 2010; Lo´pezGamero,
Molina Azorı ́n, & ClaverCortes, 2009, MurilloLuna, Garce´sAyerbe, & RiveraTorres, 2011, Jabbour et al.,
2014); (b) la empresa con ISO 14001 (Jabbour et al., 2014; Gonza´lezBenito, Lannelongue, & Queiruga, 2011);
y (c) el tiempo de existencia de la empresa (Lee, 2008). Existe un apoyo significativo a la idea de que estas
variables son importantes en el debate ambiental; la intención no es ser concluyente sobre qué variables podrían
influir más en las prácticas/estrategias ambientales; así, seleccionamos aquellas que recibieron la mayor atención
de los investigadores y que fueron consideradas en más documentos.
Sin embargo, con base en el conocimiento disponible en las consultas de las bases de datos de ISI Web of
Science y Scopus en enero de 2017, existe la necesidad de investigaciones que reflejen cuantitativamente esta
realidad, especialmente cuando se trata de empresas ubicadas en Brasil, un país emergente.
Esto hace que sea fundamental para el desarrollo sostenible comprender cómo las organizaciones en estos
países están logrando sus objetivos económicos, ya que pueden, por ejemplo, influir en la dinámica de las
emisiones futuras (Gunasekaran, Jabbour y Jabbour, 2014) .
Por lo tanto, esta investigación tiene como objetivo explorar esta brecha (Figura 1): QM influye positivamente
la adopción de prácticas ambientales en empresas ubicadas en Brasil?
Se cree, por lo tanto, que la adopción previa de principios de QM puede proporcionar prácticas ambientales
más proactivas. Entre estas prácticas destacan las propuestas de Gonza´lezBenito y Gonza´lezBenito (2006).
Estos autores concluyeron que las empresas pueden adoptar tres prácticas de EM:
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1340 A.A. Teixeira et al.
Figura 1. Marco relacional de QM y prácticas ambientales y respectivas variables de control.
. Prácticas organizativas y de planificación: están relacionadas con el establecimiento de la política
ambiental, el desarrollo de procedimientos para la selección e implementación de prácticas
ambientales, y para evaluar sus resultados o asignar responsabilidades orientando a la empresa
a actuar proactivamente en temas ambientales.
. Prácticas Operativas: son ajustes de los sistemas de producción con el fin de proporcionar mejoras
ambientales. Pueden dividirse en dos tipos: (a) diseño de producto, es decir, actividades que
diseñan y desarrollan productos más amigables con el medio ambiente, y (b) diseño de proceso,
es decir, prácticas consideradas para buscar adaptar los procesos de producción para reducir
los impactos ambientales; y
. Prácticas comunicacionales: siendo aquellas que informan a la sociedad en general de las
acciones que realizan las organizaciones por el medio ambiente. Su objetivo es mantener una
buena relación con las partes interesadas.
Se destaca que las prácticas referenciadas por estos autores han sido sustentadas en varios
estudios, por ejemplo, Teixeira, Jabbour y Jabbour (2012), Sihvonen y Partanen (2017), Dı´azGarrido,
Martı´nPen˜a , y SánchezLópez (2016). En ese contexto, para esta investigación, se adoptaron las
prácticas de EM y QM presentadas en la Tabla 1 , seguidas por el método de investigación presentado
en la siguiente sección.
2. Método de investigación
Esta investigación tuvo como objetivo probar el marco relacional mencionado anteriormente, por lo que
se optó por un enfoque de investigación cuantitativo con la aplicación de una encuesta electrónica en
empresas ubicadas en Brasil de varios segmentos y tamaños.
El cuestionario, cuya construcción siguió los pasos propuestos por Synodinos (2003), exploró los
términos de las prácticas de QM y EM enumerados en la Tabla 1. Todas las preguntas se inspiraron en
trabajos que discutieron los constructos y validaron sus preguntas. Cabe señalar que en este estudio,
cinco empresas (que no forman parte de la muestra final) y cinco
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Tabla 1. Constructos y prácticas utilizadas en el cuestionario de investigación.
Gestión
calidad
total
1341
de control de calidad
(EM7); . Selección de proveedores
en base a criterios ambientales
(EM8); . Política ambiental consistente con
los objetivos de la empresa
(EM9); . Personal a tiempo completo dedicado a EM
(EM10); .
Objetivos ambientales a largo plazo (EM11); .
Existen
planes de emergencia ambiental (EM12).
Wiengarten y Pagell (2012) ¿Cuál es el nivel de adopción de la calidad?
prácticas de gestión en su empresa?1 – No
. Certificación de proveedores basada en adoptado 5 – Totalmente adoptado
criterios de
calidad (QM1); . Gestión de la calidad
total (QM2); . Control estadístico de
procesos (QM3); . ISO 9001 (QM4)
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1342 A.A. Teixeira et al.
profesionales del área académica con un conocimiento profundo del tema de esta investigación
actuaron como árbitros para llegar a la versión final del cuestionario.
En total, se contactaron por correo electrónico unas 937 empresas/responsables ambientales y/
o responsables de calidad, entre los meses de noviembre de 2015 y febrero de 2016, y unas 300 de
estas empresas fueron reforzadas mediante llamadas telefónicas con el fin de aumentar la tasa de
devolución. Con estos enfoques, la tasa de retorno fue del 11,09% (104 cuestionarios).
Antes de finalizar el trabajo de campo, se buscó comprobar la adecuación de la muestra obtenida,
es decir, si los cuestionarios presentaban un nivel estadísticamente satisfactorio. Así, se utilizó el
software G Power 3.1 (Faul, Erdfelder, Lang, & Buchner, 2007) siguiendo las recomendaciones de
Cohen (1988) y Hair, Babin, Money, and Samouel (2005).
Los resultados mostraron que el número mínimo requerido fue de 85 cuestionarios. Por lo tanto, se
inició el análisis de datos.
Los datos se analizaron utilizando modelos de ruta de mínimos cuadrados parciales (PLSPM;
enfoque estadístico multivariado de segunda generación que permite el análisis de modelos
conceptuales más complejos (Hair, Ringle, & Sarstedt, 2011)) con el apoyo del software SmartPLS 3.0 .
Al tratarse de un modelo de medición reflexivo, se evaluó la consistencia interna y la validez
(Hair, Hult, Ringle, & Sarstedt, 2017; Latan & Noonan, 2017). Se incluyeron medidas específicas
(ver Tabla 1): confiabilidad compuesta/rho_A (para evaluar la consistencia interna), validez
convergente y validez discriminante (para evaluar la validez del modelo). Para calcular la validez
convergente se utilizó el indicador de confiabilidad individual y la varianza promedio extraída (AVE).
Además, se utilizaron los criterios de FornellLacker (tabla 2) y la relación heterorrasgomonorrasgo
(HTMT) (tabla 3) para evaluar la validez discriminante (Hair et al., 2017; Latan & Noonan, 2017).
Posteriormente, el modelo estructural fue construido por Booststrapping. Para este cálculo se
utilizaron los siguientes parámetros: evaluación de los coeficientes de determinación (R2 ), tamaño
del efecto R2 ajustado ,
2
(F ), la validez predictiva (Q2 ), el factor de inflación de la varianza (VIF), y para los índices de
bondad de ajuste de los dos indicadores del modelo, utilizamos el residual cuadrático medio
estandarizado (SRMR) y el índice fijo normalizado (NFI) (Tabla 4 ) . Finalmente, para la prueba de hipótesis, 2000
Tabla 2. Resultados de validez convergente y consistencia interna.
Fuente: Datos generados automáticamente en SmartPLS 3.0.
Nota: carga del factor FL.
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Gestión de calidad total 1343
Tabla 3. Resultado final de validez discriminante con criterios de FornellLacker
EDAD 1,000 –– – 0,175 0,361 0,109 0,218 –
EN 0,786 ––– 0,515 0,718 0,667
TAMAÑO 1.000 – –
control de calidad
0.524 0.553 0.874
Fuente: Datos generados automáticamente en SmartPLS 3.0.
Nota: negrita para resaltar las cargas factoriales más altas en sus propias variables latentes.
Tabla 4. Resultado final de validez discriminante como HTMT.
EDAD 0,90 –– – 0,169 0,361 0,109 0,225 –
EN 0,90 – ––
control de calidad
0,698 0,549 0,581 0.90
Fuente: Datos generados automáticamente en Smart PLS 3.0.
Nota: El valor de HTMT debe ser inferior a 0,90 (negrita).
Tabla 5. Resultados del modelo estructural (bootstrapping).
Tamaño del efecto Q2 Validez
Variables R2 R2 Ajustado 2
(F ) predictiva VIF SRMR NFI
EDAD – – – – 1,158 – –
– – 0,175 – 1,698 – –
QM
– – 0,035 – 1,573 – –
Fuente: Datos generados automáticamente en SmartPLS 3.0.
Nota: Bootstrapping . Cambios de signo ¼ Cambios individuales; Submuestra ¼ 2000; Método del intervalo de confianza ¼
Método acelerado y corregido por sesgo.
Se utilizaron submuestras y un nivel de significación del 5% representado por la prueba 't' de
Student y el valor de P (Tabla 5). Todos estos cálculos y sus coeficientes se presentan en la
siguiente sección.
3. Resultados de la investigación
La muestra de empresas que participó en este estudio tenía las siguientes características: el
82,69% de las empresas estaban en el sector manufacturero y las demás industrias de la muestra
eran de cinco sectores diferentes: minería (3,87%), construcción (2,88%), transporte y
almacenamiento (4,86%), información y comunicación (0,96%) y otras actividades y servicios
(0,96%) (REV, CIIU 4.0). De este total, el 12,50% eran microempresas, el 19,23% pequeñas
empresas, el 40,38% medianas empresas y el 27,89% grandes empresas
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1344 A.A. Teixeira et al.
según la clasificación del Sebrae (2017). Aún en cuanto a la muestra, el 56,75% de las
empresas tenía más de 25 años de existencia, el 14,44% tenía entre 11 y 15 años, el 9,63%
entre 21 y 25 años, el 9,61% entre 16 y 20 años, y el 5,79% entre 6 y 10 años. . Además, el
44,23% eran multinacionales y el 64,42% contaba con la certificación ISO 14001.
Una vez caracterizada adecuadamente la muestra, se comenzaron a presentar los
resultados. Para procesar los datos se creó un diagrama de ruta con la relación anterior que
se pretendía analizar. Luego, se transformó en un modelo de medida (Hair, Sar stedt,
Hopkins, & Kuppelwieser, 2014) para determinar si los coeficientes obtenidos eran significativos
y así indicar consistencia interna y validez de los datos.
Se nota que todas las cargas externas fueron mayores a 0.6, los AVE's de QM y EM
fueron mayores a 0.50, y la confiabilidad compuesta / rho_A mayor a 0.9 (Tabla 2), por lo
tanto por encima de lo recomendado (Hair et al., 2017 ; Latan & Ghozali, 2015; Latan y Noonan, 2017).
A partir de los resultados (Tabla 2), se puede verificar que los constructos QM y EM tienen
validez convergente y muy buena consistencia interna para el modelo reflexivo.
Posteriormente, es necesario determinar si el modelo tiene validez discriminante.
La validez discriminante demuestra si los indicadores presentes en el modelo se relacionan
con su constructo o con otro del modelo, y básicamente se puede verificar de dos formas:
criterio de Fornell y Larcker (Tabla 3) y HTMT (Tabla 4). En el primer caso, el enfoque más
conservador es evaluar la validez discriminante. Compara la raíz cuadrada de los valores
AVE con las correlaciones de las variables latentes. En este caso, la raíz cuadrada del AVE
de cada constructo debe ser mayor que su mayor correlación con cualquier otra variable, es
decir, es mayor en su constructo que en las correlaciones (Hair et al., 2017; Latan & Ghozali ,
2015; Latan y Noonan, 2017). La lógica de este método se basa en la idea de que una
construcción está más en línea con sus indicadores asociados que con cualquier otra
construcción (Hair et al., 2017; Latan & Ghozali, 2015; Latan & Noonan, 2017).
Convencionalmente, la raíz cuadrada de AVE se coloca en diagonal (en negrita) para facilitar
la lectura de los datos (Tabla 3). Los resultados demuestran que el modelo tiene una buena
validez discriminante.
En el segundo caso, el HTMT es uno de los criterios de aproximación más novedosos
para evaluar la validez discriminante mediante PLSPM (Henseler, Ringle, & Sarstedt, 2015),
siendo el valor resultante de los intervalos de confianza (IC) bootstrap. Se recomienda que
este valor de HTMT sea menor a 0,90 (Henseler et al., 2015). Del siguiente análisis (Tabla 4),
se puede ver que el valor HTMT generado del intervalo de confianza es menor a 0.90 en el
modelo, lo que significa que todas las variables en este modelo de investigación tienen
validez discriminante, reforzando los resultados encontrados por Fornell– Criterios de Lacker.
Procediendo con los cálculos, se estima el modelo estructural que consiste en la
conversión del diagrama de caminos en un conjunto de ecuaciones que representan
matemáticamente la relación estructural o relación gráfica entre variables (Hair, Black, Babin,
Anderson, & Tatham, 2009) . . En este procedimiento, como se menciona en el ítem 2, se
2
adoptaron siete indicadores: coeficiente de determinación (R2 ), el ,R 2 ajustado ),
del efecto (f validez
tamaño
predictiva (Q2 ), el VIF y para los índices de bondad de ajuste del modelo se utilizaron dos
indicadores: el SRMR e índice de fijación normado (NFI) (Tabla 5).
R2 se conoce como el coeficiente de determinación e indica la calidad del modelo
ajustado. Este valor indica el porcentaje de variación total de 'Y' explicado por el modelo de
regresión (Hair et al., 2009, p. 198). Para Cohen (1992), un R2 pequeño ocurre cuando su
valor es de aproximadamente 0,02; medio, donde 0,13; y grande cuando R2 es mayor o igual
a 0,26. Así, se encontró un R2 de 0,635 (Cuadro 5).
La validez predictiva (Q2 ) es un tipo de modelo de predicción de calidad (Hair et al.,
2014). En otras palabras, mide cuánto se acerca el modelo a lo esperado. Para el cabello
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Gestión de calidad total 1345
Tabla 6. Resultados de las pruebas de hipótesis para la relación entre las variables (sig. 5%).
Fuente: Datos generados automáticamente en SmartPLS 3.0.
et al. (2014), debe ser mayor que cero (Q2 . 0). Los resultados indican un Q2 superior a 0,639
(Cuadro 5).
Así, se encontró un R2 grande y bueno y un R2 ajustado con validez predictiva (Q2 ) también
buena. Esto significa que los predictores del modelo pueden explicar la varianza de la variable
dependiente.
2
La F evalúa cómo cada constructo es 'favorable' para el ajuste del modelo, siendo
considerados los valores de 0,02, 0,15 y 0,35 como ajustes pequeños, medianos y grandes,
2
respectivamente (Hair et al., 2014) . Los resultados de esta encuesta indican una gran f para las
variables QM ¼ 0,175 e ISO 14001 ¼ 0,415 (Tabla 5), lo que garantiza que las construcciones
son importantes para el modelo.
A su vez, el VIF es un 'indicador del efecto que tienen otras variables independientes sobre
el error estándar del coeficiente de regresión' [... (Hair et al., 2009, p. 151). Se consideran
adecuados valores inferiores a 3,3, aunque aceptables valores inferiores a 5,0 (Latan & Ghozali,
2015; Latan & Noonan, 2017). En esta investigación, el resultado fue VIF AC ¼
1,158, VIF QM ¼ 1,698, VIF TE ¼ 1,573 e ISO VIF ¼ 1,500 (Cuadro 5), lo que se considera
adecuado, lo que significa que no existen problemas de colinealidad entre las variables
independientes.
Para Hu y Bentler (1998), el SRMR y el NFI, que son indicadores que miden la bondad de
ajuste del modelo, deben tener valores, respectivamente, iguales o menores a 0.08 y mayores o
iguales a 0.85, siendo los resultados encontrados valores SRMR ¼ 0,074 y NFI ¼ 0,916 (Cuadro
5); por lo que se considera que el modelo tiene un buen ajuste.
Finalmente, se analizó la prueba 't' de Student y el valor P para evaluar si existen
significancias en los coeficientes de trayectoria entre variables. Lo ideal es t ≥ 1.96, ya que se
consideran valores de 't' cercanos a 1.65, 1.96 y 2.58 con niveles de significancia del 10%, 5% y
1%, respectivamente (Hair et al., 2014) . Probamos la hipótesis utilizando la prueba de una cola
en lugar de la de dos colas. También vemos el resultado del IC del 95% corregido por sesgo para
obtener resultados estables. De los resultados mostrados en la Tabla 6, se desprende que con
excepción de la relación de edad de la empresa (AC), todas las demás tuvieron una 't' de Student
superior a 1.755, demostrando un efecto positivo en EM. Cabe destacar que la prueba de
hipótesis se realizó utilizando un bootstrapping de una submuestra de 2000 y un nivel de significancia del 5% (una c
4. Discusiones y consideraciones finales
Esta investigación presentó un marco relacional en forma cuantitativa con el uso de la técnica de
encuesta electrónica, aún no explorada en empresas ubicadas en Brasil. El principal objetivo de
este estudio fue determinar si QM influye positivamente en la adopción de prácticas ambientales
en empresas brasileñas, así como identificar prácticas clave de QM y EM, e identificar si el
tamaño de la empresa, la ISO 14001 y la edad de la empresa son importante
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1346 A.A. Teixeira et al.
en esta relación. Así, 104 empresas respondieron al cuestionario (ver Tabla 1) y los datos recolectados fueron
analizados a la luz del modelo de ecuaciones estructurales con la ayuda del software SmartPLS 3.0.
Para que este modelo se considere apropiado, es necesario cumplir con los criterios de validez y
confiabilidad. En opinión de Hair et al. (2005), la confiabilidad es el grado en que una variable (o un conjunto
de ellas) es consistente con lo que se pretende medir. A su vez, la validez no está relacionada con lo que debe
medirse, sino con la forma en que se mide.
En este contexto, el modelo se consideró válido (aceptado – Tabla 6) y se puede concluir que existe una
relación positiva y significativa entre las prácticas de QM y EM.
Así, la hipótesis de que la adopción previa de principios de QM puede influir positivamente en las prácticas de
EM fue confirmada en empresas ubicadas en Brasil. Además, el tamaño de la empresa y la certificación ISO
14001 también tienen un efecto positivo y significativo en las prácticas de EM como lo recomienda la literatura
((Surroca et al., 2010; Lo´pez Gamero et al., 2009; MurilloLuna et al., 2011; Jabbour et al., 2014 – tamaño de
la empresa) y Jabbour et al. (2014); Gonza´lezBenito et al. (2011) – certificación ISO 14001).
Vale la pena señalar que identificar las prácticas de QM que influyen en las prácticas de EM también fue
el objetivo de esta investigación (ver Sección 3). En este sentido, es importante arrojar luz sobre las prácticas:
certificación de proveedores en base a criterios de calidad (QM2) y QM total (QM3).
Por otro lado, las prácticas de EM más relevantes fueron las metas ambientales a largo plazo (EM11),
empleados a tiempo completo dedicados a EM (EM10) y tener una política ambiental coherente con los
objetivos del negocio (EM9).
Por lo tanto, nuestros resultados confirman que QM influye en EM como en los hallazgos de Jabbour et al.
(2014), Zhu et al. (2013), Llach et al. (2013), PereiraMoliner et al. (2012) y Wiengarten y Pagell (2012), y
también sugieren de primera mano que la certificación de proveedores basada en criterios de calidad y la
implementación de total QM tienden a apoyar iniciativas verdes en las empresas, especialmente aquellas
relacionadas con objetivos ambientales a largo plazo, completos. tiempo de empleados dedicados a EM, y
contar con una política ambiental coherente con los objetivos de la empresa, que pueda facilitar el camino
hacia una sociedad ambientalmente más sustentable.
Los hallazgos traen implicaciones importantes para las empresas y sus profesionales, ya que permiten
definir mejor las estrategias de acción, así como priorizar e invertir en prácticas que permitan mejores
resultados ambientales en el contexto empresarial. También es importante para el estado del arte del tema, ya
que agrega más evidencia empírica sobre el tema en el contexto de un país emergente.
Esta investigación tiene algunas limitaciones que se pueden mencionar: (a) a pesar de todos los esfuerzos,
el tamaño de la muestra fue menor que en los estudios anteriores, por ejemplo, Daily, Bishop y Massoud
(2012) y Sarkis, GonzalezTorre y Adenso Díaz (2010); sin embargo, cumple con los requisitos estadísticos
y metodológicos y (b) la adopción de prácticas de EM puede depender de otros factores, no solo de QM, como
requisitos regulatorios y legales (Zhu et al., 2007) o incluso prácticas de recursos humanos como capacitación
(Teixeira, Jabbour, de Sousa Jabbour, Latan, & de Oliveira, 2016), sistemas de recompensa y evaluación del
desempeño (gestión verde de recursos humanos) (Jackson, Schuler, & Jiang, 2014) y la restricción relativa de
las variables impuestas a la constructos QM y EM, así como aquellos relacionados con un estudio tipo encuesta
electrónica. Por lo tanto, se sugiere futuras investigaciones, realizando múltiples estudios de casos para que
se pueda comprender
mejor 'cómo' y 'por qué' ocurre esta relación, lo que podría proporcionar nuevos percepciones sobre el
tema. Además, nuevos estudios también podrían evaluar modelos más complejos con más variables que
podrían influir en la adopción de prácticas de EM, o sus implicaciones para el desempeño financiero, operativo
y ambiental de las organizaciones.
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Gestión de calidad total 1347
Agradecimientos Los
autores desean agradecer a la Comissa˜o de Aperfeic¸oamento de Pessoal do Nı´vel Superior
(CAPES) por apoyar la investigación.
Declaración de divulgación
Los autores no informaron ningún posible conflicto de intereses.
ORCIDO
Adriano Alves Teixeira http://orcid.org/0000000216694073 Charbel
José Chiappetta Jabbour http://orcid.org/0000000261434924
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