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Materia: Farmacología

Profesor: Ángel Nóe Lamas Sánchez


Grupo: LQB6
Alumno: Evelyn Josette Nava Tapia
Paciente masculino de 47 años, ingeniero informático, con hábitos higiénico-dietéticos
saludables y refiere tener una familia disfuncional y hace no más de 1 año se mudó de estado.

Antecedentes personales patológicos: epilepsia desde la adolescencia debido a una lesión en el


lóbulo temporal derecho, controlada con carbamazepina durante varios años.

Síntomas: el paciente ha presentado un aumento en la frecuencia de las convulsiones en los


últimos meses, a pesar de estar tomando carbamazepina en dosis adecuadas. Además, ha
experimentado síntomas característicos de depresión y ansiedad que afectan su calidad de vida.
También refiere haber tenido lo últimos meses ardores estomacales y constantes dolores de
cabeza. Por último, negó ser consumidor frecuente de cigarro / alcohol, así como también negó
alergias.

Exploración física: La piel del paciente se notaba pálida y deshidratada, con un aspecto
descuidado. Además de eso, no se encontraron más datos de importancia clínica.

Estudios complementarios: se le realizó una resonancia magnética cerebral, que mostró una
lesión en el lóbulo temporal derecho, sin embargo, esta lesión ya había sido detectada con
anterioridad. Por lo cual, luego de una revisión exhaustiva, se descubrió que el paciente había
estado consumiendo grandes cantidades de alcohol en los últimos meses, lo que podría estar
desencadenando sus convulsiones. Se realizó un análisis de sangre que confirmó niveles
elevados de alcohol en su sistema.

Diagnóstico: epilepsia focal del lóbulo temporal derecho con síntomas de ansiedad y depresión,
exacerbada por consumo excesivo de alcohol.

Tratamiento: se decidió iniciar tratamiento con lamotrigina, un antiepiléptico que actúa en el


sistema nervioso central y que ha demostrado eficacia en la epilepsia focal. La dosis inicial fue
de 25 mg una vez al día, aumentando gradualmente hasta alcanzar una dosis de mantenimiento
de 200 mg al día. Además del tratamiento con lamotrigina se le recomendó al paciente que
suspendiera el consumo de alcohol y se le derivó a un especialista en adicciones para recibir
tratamiento adicional, así como al área de psicología.

Después de un mes de tratamiento, se observó una mejoría significativa en la frecuencia de las


convulsiones y en sus síntomas de ansiedad y depresión después de que el paciente suspendió el
consumo de alcohol a la par de acudir a sus sesiones psicológicas. Se realizó un seguimiento regular
y se mantuvo el tratamiento con lamotrigina y el antidepresivo durante un año, sin presentar
convulsiones. Además, el paciente informó una mejoría en su calidad de vida, pudiendo retomar
sus actividades diarias sin limitaciones importantes. El tratamiento con lamotrigina se mantuvo
como terapia de mantenimiento de por vida.
Referencias bibliográficas

• Castillo., R. U. (2005, febrero 23). EL ALCOHOLISMO. Edu.ec.


https://repositorio.flacsoandes.edu.ec/xmlui/bitstream/handle/10469/1056/El+alcoholis
mo.Reinel+Ustariz.pdf;jsessionid=5814B3207AE97C2876A0F646782F597E?sequence=1
• Elisabetta Battista. (2013) “Cap. 5: Sistema Nervioso Central.” Lo Esencial En Farmacología,
4ta ed., Barcelona, España, (pp.69;89) Elsevier.
• Katzung, Bertram G. (2019) “MEDICAMENTOS QUE ACTÚAN EN EL SISTEMA NERVIOSO
CENTRAL .” Farmacología Básica Y Clínica, 14th ed., México, D.F. (pp. 367;576) Mcgraw
Hill.

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