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La Idea de La Música Absoluta
La Idea de La Música Absoluta
absoluta
Carl Dahlhaus
IDEA BOOKS
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[))J 'f Índice
Traducción: Ramón Barce Benito
Un modelo herrhenéutico................................................ 45
Estética del sentimiento y metafísica............................... 60
La contemplación estética como recogimiento 79
Primera edición, en Ja colección IDEA MÚSICA 1999 Música instrumental y religión del arte............................ 89
V lógica musical y carácter lingüístico............................... 103
Sistema de Bibliotecas - UCR
De tres culturas de la música 116
540 3 9 6
ISBN 84-8236-137-6
Depósito Legal: B-16.916-99 2 8 OCT 2004
Impreso en GERSA
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La idea de la música absoluta
Carl Dablhaus
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el pensamiento musical constituyen el tema central de una estéti- musica absoluta en el siglo XX no debe hacer olvidar el hecho
ca musical, que no se pierde en la especulación, sino que ilumi- histórico de que -desde el punto de vista sociológico, y a dife-
na aspectos que han pasado inadvertidos o han sido poco teni- rencia de los criterios estéticos- la sinfonía y la música de cá-
dos en cuenta, pero que se hallan en el fondo de los hábitos mara en el siglo XIX representan, en una cultura musical "seria"
constituida por óperas, romanzas, piezas de virtuosismo y ele sa-
musicales cotidianos.
Hanns Eisler, que intentaba conectar seriamente el marxis- lón, meros enclaves (para no hablar de los subterráneos de la
mo con fa música y con la estética musical, definía el concepto "música ligera").
de música absoluta como una mera trama ideológica de la "era Que el concepto de música absoluta (pese a su inmensa
burguesa", una época que él contemplaba despectivamente pero importancia para la historia interna ele la música en el siglo XIX,
de la que sin embargo se consideraba heredero: que luego en el siglo XX devino en una externa social-histórica)
"La música de concierto y su forma social correspondiente, procedía del romanticismo alemán, y que su patbos -la asocia-
el concierto, constituyen una época histórica de la evolución mu- ción de la música "desprendida" ele textos, programas y funcio-
sical. Su desarrollo específico está unido al surgir de la moderna nalismos con la expresión o el presentimiento de lo "absoluto"-
sociedad burguesa. La supremacía de la música sin texto, llama- se debe a la poesía y a la filosofía alemanas del 1800, es algo
da también vulgarmente "música absoluta", la separación entre que se reconoce claramente en Francia, como demuestra un artí-
música y trabajo, entre música pesada y ligera, entre profesiona- culo ele Jules Combarieu de 1895. El "penser en musique, penser
les y aficionados, son típicas de la música en el capitalismo".
1 avec des sons, comme le littérateur pense avec des mots" es, según
Por vaga que sea la expresión "moderna sociedad burgue- Combarieu, para la percepción francesa -que siempre se aferra-
sa", Eisler parece haber sentado con precisión que el término ba a la unión de música y palabra para dotar de un "sentido" a la
"música absoluta" no es simplemente un sinónimo "atemporal" música-, algo recibido a través de "las fugas y sinfonías alema-
de música instrumental sin texto, autónoma, sin conexión con nas". 2
funciones o con programas "extramusicales", sino que dicho tér- Por ello, si bien la idea de la música absoluta -prescin-
mino apunta a una idea que resumía el pensamiento de una de- diendo de la esencial importancia estética que le sobrevino a
terminada época histórica en cuanto a la esencia de la música. causa del rango y la eficacia histórica de las obras que la encar-
Que Eísler, de manera bastante sorprendente, considere vulgar la naron- estuvo en principio limitada tanto en su alcance regio-
expresión "música absoluta", procede sin duda ele un oculto ren- nal como social, su característica histórica, que Eisler esquemati-
cor contra un concepto cuyas elevadas pretensiones -la conno- zó con gruesos rasgos, es más vasta que restringida. Difícilmente
tación de que la música absoluta sería la música que haría vis- puede hablarse de un paradigma estético musical de "toda" la
lumbrar lo absoluto- difícilmente podrían pasar inadvertidas a época burguesa. La estética musical originaria de la "moderna so-
la visión del hijo de un filósofo. ciedad burguesa", tal y como se constituyó en el siglo XVIII en
En la cultura musical de Centroeuropa en el siglo XIX -a Alemania, es opuesta a la idea de la música absoluta, cuyo carác-
diferencia de la cultura operística ítalofrancesa de esa época-, la ter social no puede reducirse a una fórmula sencilla. Desde el
idea ele la música absoluta estaba tan fuertemente arraigada, que punto de vista de la filosofía moral -y esto significa: la auténtica
-como mostraremos- incluso Richard Wagner, aunque superfi- forma burguesa de pensar en el siglo XVIII-, Johann George
cialmente polemizara contra este principio, en el fondo estaba Sulzer enunció, en el artículo "Música" de la Teoría general de
convencido de su profunda verdad. Y casi no es exagerado afir- las Bellas Artes, un veredicto sobre la música instrumental autó-
mar que el concepto de música absoluta es la idea que soporta noma, cuya severidad contrasta curiosamente con la generosidad
toda la estética musical en la era clásico-romántica. Ciertamente, con que Charles Burney hablaba de una "innocent luxury", y que
como ya queda señalado, es innegable la limitación regional ele podría explicarse por el celo moral de una burguesía que trataba
tal concepto; pero concluir de ello que se trata ele un provincia- de elevarse y el relajamiento el¡: otra que estaba ya consolidada:
lismo sería, a la vista de la importancia estética de la música au- "Ponemos en el último lugar el empleo de la música ele
tónoma instrumental a finales del siglo XVllI y en el XIX, por lo concierto, que sirve sólo para pasar el rato y quizá para la prácti-
menos apresurado. Por otra parte, la expansión universal ele la ca ele los instrumentos. De esta especie son los conciertos, las
Car! Dablbaus La idea de la música absólúta
sinfonías, las sonatas, los solos, que, en conjunto, representan un misma y del mundo, actitud que Moritz decribe con un fervor
ruido vivo y no desagradable, o una charla amable y entretenida, cuyo tono traiciona su herencia pietista: .,
pero que no da ocupación al corazón'f "Mientras lo bello atrae nuestra atencion nos aparta un
El apasionamiento de la filosofía moral burguesa contra el tiempo de nosotros mismos, y hace que parezca que nos perde-
divertimento musical, que consideraba feudal y ocioso, es evi- mos en el objeto bello; y justamente ese perderse, ese ol".1darsc
dente. Cuando por el contrario Haydn, como nos informa de uno mismo, es el más alto grado del placer puro y de.smtere-
Georg August Griesinger, intentaba exponer en sus sinfonías sado que puede ofrecernos lo bello. Sacrificamos en ese ms~ante
"caracteres morales", esto significaba nada menos que la reivin- nuestra limitada existencia individual en aras de una especie de
dicación de la sinfonía en una época en que la burguesía con-
existencia superior". 6 . .
cebía el arte -primordialmente la literatura, pero de modo se- Que Moritz, desde una teoría general del arte orientada pn-
cundario también la música- como un medio de comunica- mariamente a la poesía y a la pintura o a la escult;ira, traslad~ la
ción sobre problemas de moral (es decir, de la convivencia so- idea de la autonomía estética a la estética de la musica y preusa-
cial de los humanos); y si se sustraía a esa función, como un mente a la música instrumental "absoluta", liberada de toda fun-
juego superficial de carácter social sospechoso, por encima o ción "extramusical" y de todo programa, encontrando en ella un
por debajo de lo burgués.
Sólo como oposición a la estética originariamente burguesa
objeto adecuado, parece ahora inmediatamente c?mprens1bl: y
hasta lógico; pero resulta asombroso que. ocur.nera .entc_mces.
representada por Sulzer, veteada de filosofía moral, pudo forrnu- Pues la música instrumental sin concepto, sm objeto 111 objetivo,
larse una filosofía del arte de la que procede el concepto de la era para el pensamiento burgués, como lo clef'.luestran las invec-
obra autosuficiente y cerrada en sí misma. En varios escritos apa- tivas de Rousseau y los despectivos comentanos de Sulzer, algo
recidos entre 1785 y 1788, Karl Phílípp Moritz -cuyas tesis fue-
insignificante y vacuo -pese a los éxitos de la Escuela ele M~nn-
ron aceptadas sin reservas por Goethe y con titubeos por parte heim en París y pese a la creciente fama de Haydn. Y el comien-
de Schiller- proclamó el principio de "l'art-pour-l'art" (el arte zo de una teoría específica de la música instrumental se enmar:ca
por el arte), con una rudeza sólo explicable, d_c un lado, por el en una apologética dependiente e intimidada por las cate?onas
fastidio provocado por tantos razonamientos filosófico-morales
sobre el arte; y de otro, por el impulso que podría posibilitar,
del adversario. Que Johann Mattheson en 1739 caracterice J:
"música instrumental" como "discurso sonoro o lenguaje de soru-
gracias a la contemplación estética, el liberarse del mundo vital y dos"? es un intento de justificación que utiliza el argumen~o de
laboral de la burguesía, que Moritz sentía como opresivo: que "propiamente" la música instrumental es en lo esencial lo
"El objeto meramente útil es, pues, en sí mismo nada com- mismo que la música vocal. También ella debe -y puede- to-
pleto ni cerrado, sino que sólo llega a serlo cuando alcanza en car el corazón o, como imagen de un discurso razonable, ocupar
mí su objetivo o su cumplimiento. En cambio, en la contempla-
útilmente la fuerza imaginativa del oyente:
ción de lo bello, el objetivo va de mí al objeto: lo contemplo co- "¡Así, qué gran placer! Se necesita mucho más arte y una
mo algo que no está en mí, sino que es completo en sí mismo, mayor fuerza de imaginación para hacerlo sm palabras que con
que constituye una totalidad y que me ofrece placer por sí mis- , "8
1 a ayu d a de estas . , , , . .
mo; de manera que el objeto bello no se refiere a mí, sino más
La primera defensa, todavía no autonoma de ,1ª. musica ins-
bien yo me siento relacionado con él".4
trumental, y que se apoyaba en el modelo de.la mustca vocal, se
Pero no es sólo el horaciano "prodesse", sino incluso el basaba en las fórmulas y los topoi de la cloctnna de los afectos y
"delectare" sobre lo que cae el veredicto de ser extraño al arte; de la estética del sentimiento; pero en el ulterior desarrollo de
en vez del placer que produzca el arte, debe ser el conocimiento una teoría autónoma de la música instrumental domina una ten-
que el arte exige lo que resulta decisivo: dencia al rechazo de la caracterización sentimental de la música
"No tanto necesitamos ele lo bello para deleitarnos con ello, como "lenguaje del corazón", o al menos a la conversión ele los
como lo bello necesita ele nosotros para ser reconocido". 5 afectos concretos en sentimientos dispersos, extáticos "in abstrac-
La actitud que Moritz preconiza como única adecuada fren- to": una tendencia que se unía en Novalis y en Friedrich Schlcgel
te a La obra de arte es una contemplación estética olvidada de sí con una actitud aristocrática -una irritación polémica contra la
Carl Dablhaus La idea de la música absoluta
cultura y la vida social de finales del siglo XVIII, consideradas la práctica cotidiana, con la mus1ca en general, sin que se sea
como de miras estrechas. Esa estética sensiblera del sentimiento consciente de ello o se tengan dudas sobre el particular. Sin em-
era -como la teoría del arte acuñada por una filosofía moral bargo, cuando era una novedad, debió de haber actuado como
con la que estaba estrechamente unida- genuinamente burgue- una paradoja provocativa, ya que se enfrentaba rotundamente a
sa. Y precisamente en oposición a ella -como en oposición a la un concepto musical muy antiguo que se había ido consolidando
doctrina de la "utilidad"- surge el principio de autonomía, cuyo en una tradición milenaria. Lo que hoy nos parece evidente, co-
carácter social es por ello contradictorio. Pero en nombre de ese mo si procediera de la naturaleza misma de las cosas -que la
principio de autonomía, la música instrumental, hasta entonces música es un fenómeno sonoro y no otra cosa, y que por lo tan-
una mera sombra y una modalidad deficitaria de la música! vo- to un texto forma parte de los elementos "extranmsicales"- re-
cal, se elevó a la dignidad de un paradigma estético -a la esen- sulta ser un teorema acuñado históricamente, que no tiene más
cia de lo que es realmente la música. Lo que parecía una caren- allá de dos siglos de antigüedad. Y se puede uno cerciorar de su
cia de la música instrumental, su falta de concepto y de objeto, carácter histórico, o bien para hacerse cargo de que lo que llega
se dilucidó entonces como un mérito. a ser históricamente puede ser modificado y no debe tomarse
Podría hablarse, sin exageración, de un "cambio de para- como un elato de la naturaleza, o bien para comprender más
digma" estético musical, de una inversión completa de los su- exactamente el concepto predominante actual de la música, sien-
puestos estéticos básicos. Y para un probo burgués como Sulzer, do conscientes de su pasado, de los condicionamientos de los
el ensalzamiento de la música instrumental hasta lo inconmensu- que deriva y del fondo del que se ha distanciado.
rable (un ensalzamiento del que da noticia incluso johann Abra- El antiguo concepto de la música contra el que tuvo que
ham Peter Schulz en su artículo "Sinfonía" en la Teoría general alzarse la idea ele la música absoluta fue aquel que, procedente
de las Bellas Artes, del propio Sulzer) debió de haber sido una de la antigüedad, jamás se puso en duda hasta el siglo XVII: que
paradoja irritante. La idea de la "música absoluta" -como debe la música, como Platón la definió, consta de armonía, ritmo y
llamarse de aquí en adelante a la música instrumental autónoma, lagos. Por armonía se entendía un sistema racional de relacio-
aunque propiamente dicho término sólo apareció medio siglo nes sonoras regladas; por ritmo la ordenación temporal de la
más tarde- consiste en la convicción de que la música instru- música, que en la antigüedad comprendía la danza o los movi-
mental, precisamente porque carece de concepto, de objeto y de mientos ordenados; y por legos el lenguaje como expresión de
objetivo, expresa pura y limpiamente el ser de la música. Lo de- la razón humana. La música sin lenguaje se consideraba, pues,
cisivo no es que exista, sino el valor que posee. La música ins- como una música reducida, disminuida en su esencia: un modo
trumental -como pura "estructura"- vale por sí misma; aparta- deficitario o una mera sombra de lo que la música es realmente.
da de los afectos y sentimientos del mundo terrenal, constituye (Si se parte de un concepto de la música acuñado desde el len-
"un mundo aparte por sí misma?", Y no es casual que E.TA. guaje, entonces puede justificarse, además de la música vocal, la
Hoffmann, el mismo autor que por su parte fue el primero ~ue música de programa: no aparecería como una literaturización
habló en un sentido enfático de la música como "estructura"! l y secundaria de la música "absoluta", y el programa no sería un
en otro momento proclamó que la música instrumental era "pro- añadido "del exterior", sino un recuerdo de ese logos que la
píamente" la música, explicase que, en cierto modo, el lenguaje música ha de incluir siempre si quiere ser verdaderamente ella
en la música era un añadido "del exterior": misma.)
"Cuando se habla de la música como un arte autónomo, Según Arnold Schering (quien todavía en el siglo XX se
debemos referirnos siempre sólo a la música instrumental, la mantenía fiel al viejo concepto de la música, lo cual explica su
cual, desdeñando toda ayuda, toda mezcolanza con otro arte, ex- tendencia a descubrir "programas ocultos" en las obras instru-
presa con pureza y sólo en sí misma lo propio del arte y dilucida mentales de Beethoven):
su ser".11 "Sólo alrededor de 18Q,0 entró en la conciencia europea, de
La tesis ele que la música instrumental -la música instru- manera desastrosa y originando serios conflictos, el fantasma del
mental sin finalidad ni programa- sea la "verdadera" música, se dualismo entre la música 'aplicada' (apoyada) y la música 'abso-
ha deslizado entre tanto hacia una trivialidad que la identifica, en luta'. Ya no hay, desde entonces, como en las generaciones ante-
La idea de la música absoluta
Car! Dahlhaus
contra él. (El proceso hacia el predominio del "puro y absoluto
riores una única e indivisible idea de la música, sino dos, sobre
arte ele los sonidos" como paradigma del pensamiento musical
cuyo 'rango y prioridad histórica se disputa, así como sobre el
en principio no fue el correlato del desmoronamiento ele la cul-
concepto de su línea divisoria y su sistemática"12. . .
tura literaria, como lo ha sido en el siglo XX. Más bien, como ve-
No puede hablarse de un inquebrantado predominio de la
remos, la idea de la música absoluta en la primera mitad del si-
idea de la musica absoluta. A pesar de Haydn y de Bcethoven,
glo XIX está unida a una estética cuya categoría básica era el
todavía en el siglo XIX los recelos ante una, música instrumental
concepto de lo "poético" -no como encarnación de lo "litera-
absoluta, emancipada del lenguaje, no habían d~saparec1do e~
rio", sino como una substancia común a las diferentes artes. Y si
muchos teóricos de la estética, como .Hegel, y mas tarde Gervi-
en la estética de Schopenhauer, de Wagner y de Nietzsche, es
nus Heinrich Bellermann y Eduard Grell. Se desconfiaba de la
decir, en la teoría artística dominante en la segunda mitad del si-
"artificiosidad" de la música instrumental como desvío de "lo na-
glo, la música era considerada como expresión del "ser" de las
tural", o de "la falta de concepto" como alejamiento de "la ra-
cosas, en tanto que el lenguaje conceptual quedaba limitado a
zón". El tradicional prejuicio ele que la música tenía que apoya~-
las "apariencias", esto significa un triunfo ele la idea de la música
se sobre el lenguaje de las palabras para no cae: en _un_puro rui-
absoluta dentro de la doctrina del drama musical, lo que en ma-
do agradable pero que no conmoviese .e~ corazon r_i1 dijese nada
nera alguna quiere decir que la poesía deba ser desatendida, por
al entendimiento o en un lenguaje espiritual pero impenetrable,
ser un mero vehículo de la música.)
era algo que estaba profundamente arraigado. Y aun_ c_uando no
El modelo visible sobre el que se desarrolló hacia el 1800 la
se rechazase la música "absoluta" -es decir, una musica instru-
teoría de la música absoluta fue la sinfonía: en la Enseiianza es
mental que desdeñaba el descriptivismo sono:o y que tamp?co
piritual de la música instrumental de hoy (Seelenlehre der heuti
podía entenderse como un "lenguaje del corazón=-> se recurna a
gen Instrumentalmusile ) , ele Wackenroder, o en el artículo Sinfo
una hermenéutica que imponía al "puro y absoluto arte de los
nías de Tieck, o en el esbozo de una metafísica romántica de la
sonidos" justamente aquello ele lo que huía : programas .Y carac-
música, de E.T.A. Hoffmann, que forma el prólogo de una recen-
terísticas. Si en principio, en el siglo XVIII,. para lo~ teonza~o:es
sión de la Quinta sinfonía de Beethoven. Y cuando ya en 1791
de la estética que se apoyaban en el sentido comun, la musica
Daniel Schubart elogia una pieza de música instrumental con pa-
instrumental había sido un "ruido agradable" inferior a la lengua,
labras que recuerdan los ditirambos de E.T.A. I-loffmann sobre
para la metafísica romántica del arte se con_virtióen un lenguaje
Beethoven, se trata igualmente de una sinfonía lo que enciende
superior a la lengua. Pero no se pudo repnmtr .el prunto de en-
entusiasmo, aunque sea sólo una obra de Christian Canna-
cajarla de alguna manera en la esfera del lenguaje.
"No es un simple estrépito de voces ... es un todo musical,
No obstante la idea de la música absoluta -gradualmente
cuyas partes, como una emanación del espíritu, forman de nue-
y contra toda resistencia- se convirtió en el p~radigma estético
un todo". De momento no se habla de la música de cámara.
de la cultura musical alemana del siglo XIX. As1 como un repaso
sinfonía era "reconocida como la cumbre de la música instru-
a los repertorios y catálogos de obras no daría ciertamente lugar
corno escribe Gottfried Wilhelm Fink todavía en 1838 en
a hablar de un predominio externo de la música instrumental en
Enci~lopedía general de las Ciencias Musicales, de Gustav
la época romántica y posromántica (el hecho históricamente 13
efectivo de que en la actualidad, salvo las óperas y algunos ora-
Por otra parte, esa interpretación como "lenguaje de un
torios y lieder, lo que perdura es ante todo la música ii:-strumen-
espiritual", corno un "sánscrito misterioso" o jeroglífico
tal no debe engañarnos sobre la real preponderancia en ese
la falta del esclarecedor lenguaje de las palabras, no fue el
tiempo de la música vocal), por otra parte es innegabl~ que el
intento de iluminar la esencia de aquella música instru-
concepto musical de la época cada vez, r~sultaba c<mfc~r?1ado
""«"""" absoluta, sin objeto ni concepto. Cuando Paul Bekker, ~n
más decisivamente por la estética ele la rnusica absoluta. S11i;c~u-
en una época de entusiasmo republicano, explica la sinfo-
so los adversarios de Hanslick hablaban del texto en la rnusica
como una intención de'*'! compositor "de hablar a las masas a
vocal corno de un elemento "extramusical'', la lucha contra el
de la música instrumental'v", retoma, probablemente sin
"formalismo" estaba perdida antes de comenzar, porque I-lanslick
un argumento que procede de la época del clasicismo.
la había ya ganado en el vocabulario mismo que se esgrimía
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La idea de la música absoluta
Car! Da/Jlhaus ---··----~--··-- .. -- ---····---··-"·
En el iV[usilialiscbes Lexileon de Heinrich Christoph Koch se dice perior "unidad consciente" que existe tras el desorden aparente
de la sinfonía.
ya en 1802, antes de la Heroica: La definición de la sinfonía como "ópera de los instrumen-
"Porque la música instrumental no es otra cosa que una
imitación del canto, la sinfonía en especial torna el lugar del co- tos" fue retornada por Fink en 1838 sin adherirse a ella entera-
ro, y tiene por ello, como el coro,_ el objetivo de expresar los mente, Yé~ ~ue la modifica o -como opina el propio Fink- la
precisa diciendo que "la gran sinfonía puede compararse a una
sentimientos ele toda una multitud". b
Al contrario que los románticos, que descubrían en la músi- novela de contenido sentimental dramatizada":
ca instrumental Ja "verdadera" música, Koch, un teórico musical ''Es una his~oria desarrollada con coherencia psicológica,
del clasicismo, sostiene la idea, más antigua, de que la música contada con sonidos y expuesta en forma dramática; la historia
instrumental es una "abstracción" de la música vocal -y no vice- del sentir de_ una multitud reunida, que, emocionada por un ele-
versa: que la música vocal sea una música instrmnental "aplica- mento pnn~:pal, expresa su sentimiento esencial en un tipo de
da". (De Carl Philipp Emanuel Bach se, decía en 1801, :n la 1'.~ representacion popular en la cual cada instrumento individual se
sume en el todo."'20
gemeíne musiealiscbc Zeitung, que babia mostrac~o que la n:us1-
ca pura no era una simple envoltura o abstracc10n de la musica El ~nodelo s~mbólico al que se refiere la descripción eclécti-
ca de Fmk -fus10nando lo lírico, lo épico y lo dramático- es
aplicada"). . . <>u.<c1uc la Sinfonía Heroica de Beethoven. La misma obra ins-
La famosa frase de E.TA. Hoffrnann, afmnando que la sm-
fonia se había convertido en algo así "como la ópera de los ins- a Adolf Bernhard Marx en 1859 su teoría de la "música
trumentos", esa frase, citada por Fink todavía en 1838, podría . (Con una cierta exageración se podría afirmar que la exé-
considerarse, entendida superficialmente, como semejante a la romántica "poética" de la sinfonía se refiere a la Quinta sin-
definición de Koch .16 Pero sería un error pensar que Hoffmann de Beethoven; la neohegeliana "característica" a la Tercera
en 1809 un año antes de su recensión de la Quinta sinfonía ele la. neo~lemana. "programática" a la Novena). Según A.B. Marx'.
Beethov'en, estuviera aún convencido de que las formas instru- Sinfonía Heroica es "esa obra en que el arte musical -sin re-
mentales había que relacionarlas con modelos vocales para ha- con la palabra del poeta o la acción del dramaturgo- de
cerlas estéticamente comprensibles. Lo que Hoffmann quiere de- _autónoma y con una obra autónoma, sale en prime; lu-
cir más bien es, por un lado, que el rango de la sinfonía en la del juego ele los personajes y de las emociones y sentimien-
música instrumental es análogo al de Ja ópera en la música vo- indefinidos, y penetra luego en la esfera de la conciencia cla-
cal; y por otro, que la sinfonía se asemeja a un "drama musí- y definida, en la que se emancipa y se instaura en igualdad ele
cal". 17 Pero la idea ele un drama instrumental se remonta a Wac- en el círculo de sus hermanas".21
kenroder y a Tieck 18, con cuyas Fantasías sobre el arte (Phanta~ (La "~gualdad de derechos" de Ja música respecto de la po-
sien üher die Kunst) parece relacionarse Hoffmann. Y la referen- y la pintura era también un motivo central en la apología de
cia no es otra que la multiplicidad o -como dice Tieck- la "be- de la música de programa.) ·
lla confusión" de los caracteres musicales en un tiempo de sinfo- El puro "juego de los sonidos" representa, según A.B. Marx
nía. El caos ele los afectos, al que Christian Gottfried Korner opo- interpretación de Beethoven, una construcción estético-
nía la exigencia de una unidad del ethos, es sin embargo un me- se basa en el esquema tripartito de la "psico-
ro fenómeno superficial. Que en una primera ojeada se tenga la de las que divide las potencias anímicas en sen-
impresión ele una "completa carencia ele verdadera unidad y de sentimiento y espíritu-, un primer y primitivo escalón del
trabazón interna", en tanto que "una mirada más profunda des- y la expresión "emociones y sentimientos indefinidos"
cubre un hermoso árbol, brotes y bojas, flores y frutos, crecido escalón más alto, pero que también debe ser supera-
todo ello de una misma semilla", es para Hoffmann el rasgo co- con el paso de la "esfera del sentimiento" a la de "la
mún de las sinfonías de Beethoven y de los dramas de Shakes- alcanza la" mús~ca la .,meta que su historia había prescrito
peare, que eran el modelo dramático en el Romaticismo.19, La e~- siempre. Esa fue la obra de Beethoven".22 La historia de
presión "drama de los instrumentos" es, pues, una analogía este- música se consuma con la Heroica. Pero se trata de una idea
tica que conduce a través del recuerdo de Shakespeare a la su- cuya "apariencia sensible" se eleva una sinfonía por primera
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Carl Dahlhau_s _ La idea de la música absoluta
que el artista ha creado una tal obra, totalidad que también ha mismo, dio al cuarteto de cuerda "puramente formal" la posibili-
de recoger el oyente para comprenderla" .29 dad el~ aparecer como el paradigma del "arte musical puro, ab-
("Armonía" debe entenderse corno sinónimo de "pura fra- soluto ; sin embargo, no por ello desapareció el elemento meta-
se" lo artificial de la música). De momento sigue apareciendo la físico en la idea de la música absoluta: en el renacimiento de
sinfonía, el "drama instrumental", como el género más elevado Schopenhauer propiciado por Wagner desde la década de 1860
de la música instrumental (análogamente al drama en la poética volvió a ap.arecer. Y en los últimos cuartetos de Beethoven, que
del siglo XIX). Pero el cuarteto de cuerda representa "~o pensan- por esas mismas fechas -y en parte gracias a la actividad de los
te en la música", de manera que gradualmente llegana a ser el hermanos Müller- entraban en la conciencia pública musical el
prototipo de la música absoluta, y Justamente en la medi~a. en elemento artificioso-esotérico no puede separarse del intuiti~o-
que esa idea ponía el acento menos en el el~1_nentometafísico, metafísico. Para Nietzsche, esos cuartetos traducían la expresión
en el anhelo de lo absoluto, que en lo específicamente estético exacta de la música absoluta:
-la noción de que en la música la forma es el espíritu y el espí- _"En las .manifestaciones más elevadas de la música percibi-
ritu la forma. Según Karl Kóstlin, que redactó la parte de teoría mos mclu~o involuntariamente la grosería de cualquier imagen y
musical de la Estética de Friedrich Theodor Vischer, el cuarteto de ~u~lqmer afecto expresado por analogía: como, por ejemplo,
de cuerda es "la idea musical del arte puro": los_ últimos cuartetos de Beethoven superan completamente cual-
"Ambos aspectos. el formal y el material (es decir, lo "artís- qmer evidencia y todo el reino de la realidad empírica. El símbo-
tico" y lo "sonante") se reúnen finalmente en un mismo re~ulta- lo, frente al dios supremo [alude a Dionisos] que se revela abier-
do, esto es, que esta música [el cuarteto ele cuerda] es la m~s es- tamen~e, ya no posee ninguna significación; parecería ahora una
piritual, pero no en el sentido ético, sino en el del pensamiento, superficialidad ofensiva". 31
lo opuesto a la plenitud vital sensorial y naturalista; nos saca del Hacia 1870, los cuartetos tardíos de Beethoven aparecían
ruido estrepitoso de la vida y nos lleva al tranquilo remo umbro- c'?mo e.l paradigma ele la idea de música absoluta, idea que ha-
so del ideal [la metafísica en la que se creía a comienzos del si- bía n,actdo hacia 1800 c?_mo teoría de la sinfonía: la idea de que
glo XIX se reduce aquí a una ficción consolatoria], al mundo no la musica era la revelación de lo "absoluto" porque se había "li-
sensorial del espíritu' que, retirándose a su más oculta vida del berado" de lo evidenciable y finalmente incluso de lo afectivo.
sentimiento, se enfrenta interiormente con esa misma vida del
sentimiento, de manera que esta música encarna justamente el
aspecto ideal ele la música instrumental; es Ja idea musical del ar-
te puro de la cual sin embarco queremos pronto regresar a la
' o ~
realidad plena ele las melodías naturalistas más ricas".
El concepto ele "arte puro", tal y como lo util~za Kóstlil;, s~
mueve de un sentido antiguo~ "arte" como esencia de lo tecni-
co -artificial y "docto" de la "pura frase"- a otro más nuevo:
"arte" como característica artística en el sentido del ser estético
ele la música. Y la historia de la palabra "arte" aparece como re-
flejo de un cambio histórico ideológico y social: el "arte puro" en
sentido formal, que siempre se le había reconocido al cuarteto
de cuerda en la década de 1850 -en 1854, Hanslick publicó su
tratado D~ lo bello en música es aceptado también como "arte
puro" en sentido estético- como expresión pura ele la "aparien- 1
Hanns Eisler: Musih und Politik. Schriften 19241948 (Música y política. Fs-
cia sensible de la idea" (Hegel) en la música. 1921~1948). Leipzig, 1973, p. ~2.
La reducción por Hanslick de la metafísica romántica de la 1
Arnold Schering Kritik des rornantiscberi Musikbegri/J.~(Critica del concepto
música instrumental a una estética de lo "específico musical", ornannco de música), en Vimz musihatiscben Kunstuierh (De la obra de arte musical).
unida con el axioma de que la forma, en música, es el espíritu 1951 (2. ed.), p. 104. ·
•••••••••••• 19
Esta obra es propiedad del
La idea de la música absoluta
Car/ Dablbaus Dl-UCR
3johano George Sulzer: Allgemeirie Tbeorieder sc/.?011¡;1'1 Künste (Teoría gene·
,
31
r=
Fri~dric.'.h Nietzsche: Uber Mtisik Wort (Sobre la música y Ja palabra), en
Spracbe, k!icbtung, Mr.tsi!? (Lengua, poesia, música). Ed, de jakob Knaus, Tubinga
ral de las Sellas Artes). Leipzig, 1793 (2. ed.), reed. Híldesheim, 1967, vol. III, pp. 431 197~, P· 2) (Hay traducción española de este breve pero esencial trabajo en el vol. i
)'SS. de las Obras completas ele Nietzsche, por E, Ovejero y Maury Aguílar Madrid 1·931)
4 Karl Philipp Moritz: Schriften. zur Ásthelik und Poetilé (Escritos de estética y (N. del T) ' ' ' ·
poética). Ed. dé Hans-Jot1chi111 Schrimpf, Tubinga, 1962, p. 3.
'i Moritz, op. cü., p. 4'.
6 Moricz, op. cit., p. 5. 5 40 3 9 6
f$,,1, J
7 joharur Marrheson. Der vollliw1mne1·1e Capeiimeister(El perfecto director de
orquesta). Harnburgo, 1739, recd. Kassel, 1954, p. 82. D//J¡Ji
8 Mattheson, ap·. eit., p. 2()8 .
9 W.ilhelm Hetnrich Wackenrocler: \fterke und Briefe(Obras. y. Epistolario). Her-
delberg, 1967, p. 245 .
1
. ·io Klaus Kropfi:nger: Der musihaliscbe. Stiukh1.1·begr!/f /pei,E.T.A,. Hoffmanr: (El
1 concepto de estructura musical en E.TA. Hoffuiann), esvBericbt. über den tnternaito
271.
22 A.B. Mane, op. cü., p. 275.
23 A.13. Marx, op. cit., p. 274. Vid. también AB. Mane Die.Musik des neurizebrt
tenjábrbu.nderts und ibre Pjlege (La música del siglo Xl)C y su cultivo). Leipzig, 1873
(2. ed ), p. 52. . ·
2'1 Friedrich Theodor Vischer: Á.'>l;belik oder Vrtssenscbafteles Schoneri (Estética
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 20 ••••••••••••••••••••••• ••••••••••••••••••••••• 21 . ~ .
La idea de la música absoluta
••••••••••••••••••••••• 23 •••••••••••••••••••••••
••••••••••••••••••••••• 22 ······················~
La idea de la música absoluta
Car! Dablbaus
la "monarquía absoluta" del estado ele Mettemich y la "melodía
téntica"· en cambio. la "música absoluta", separada de su funda- absoluta" .8 Y para hacer despreciables las arias operísticas, "des-
mento Y de su justificación en el lenguaje y en la acción, es una provistas ele toda base lingüístico-poética", no retrocede incluso
variante deficitaria. ante expresiones injuriosas como "baratijas a la moda sin vida ni
El afán por restaurar la "antigua verda_d" (de la cual, .como alma", "repugnantes", "indescriptiblemente repulsivas" .9
en el caso de Monteverdi y de Gluck, nacenan consecuencias re- El concepto de música absoluta comprende aquí, pues,
volucionarias) no significa en manera alguna negar la tradición además de la música instrumental, también una música vocal
reciente. Wagner buscaba en 1846, en el "programa" de la N?~e "desprovista de toda base lingüístico-poética", flotando sobre el
na sinfonía de Beethoven, por una parte apoyo en la metafísica lenguaje. Y por otro lado, la música instrumental, aunque conti-
romántica de la sinfonía, y por otra parte trataba de supe?rla núe marcada por su origen en la danza, no es estrictamente ab-
(basándose en el último movimiento con ~l coro); pero la idea soluta. (El uso de las palabras por Wagner no es del todo cohe-
de Wackenroder, de Tieck y de E.TA. Hoffmann, en los esc:1tos rente y difícilmente podría serlo, ya que la expresión "música ab-
reformadores de \Vagner en tomo a 1850 -que aportan a la idea soluta" es un concepto genérico negativo, determinado por su
la expresión "música absoluta", si bien con intención polémica- oposición al "drama musical": la música instrumental es "absolu-
no está "eliminada", sino "realzada". ta" en tanto se "libera" de la danza, pero también en tanto la
La obra de arte del futuro está dedicada a Ludwig Feuer- danza, cuya forma conserva, es "arrancada" del drama musical).
bach, el título de cuyo libro Fundamentos de la filosofía del futu La "música instrumental absoluta", tal y como Wagner la en-
ro (1843) Wagner imita, o quizá parodia. El anahs1~ wagnena;i? tendía, es, en el sentido más estricto de la palabra, la música "ya
de la "música absoluta" de Beet??ven ~s muy sen~ej<lnte"a_l a~a~1- no" determinada por la danza y "aún no" determinada por el len-
sis que hace Feuerbach de la 'filosofía absoluta . La filosofía guaje y la acción escénica. El "anhelo infinito", cuya expresión
absoluta" es el pensamiento especulativo de Hegel, deformado eran para E.TA. Hoffmann las sinfonías de Beethoven, se pre-
polémicamente por la perspectiva de un filósofo decidido a s~_r senta en Wagner como conciencia o sentimiento de una desdí-
antropólogo, que quiere buscar o hacer descender a la f~losof~a chada situación intermedia, en la que el origen ele la música ins-
encaramada a Ja metafísica hasta el empirismo de la existencia trumental se ha perdido, y la meta futura aún no ha sido alcan-
corporal de los humanos. La "filosofía absoluta" es._una ~ilosofía zada. Así pues, Wagner no negaba en absoluto la metafísica ro-
de lo "absoluto", descrita o denunciada como una filosofía apar- mántica de la sinfonía, pero la transfería de una meta de la histo-
tada de sus raíces terrenales y humanas, y por ello, en muy otro ria de la música a mera antítesis, a un grado intermedio de un
sentido una filosofía "absoluta". La pretensión metafísica debe proceso dialéctico. Resulta así indispensable, pero al mismo
ser considerada como una ficción; y el doble sentido ele la pala- tiempo provisoria.
bra "absoluto" es el vehículo lingüístico de la polémica contra la "Tras de Haydn y Mozart podía y debía venir un Beetho-
especulación hegeliana. Sin embargo, el c?:itenido religioso-me- ven; el espíritu de la música lo exigía como una necesidad, y vi-
tafísico, que Hegel tomaba en consideración, no es meramente no sin hacerse esperar; ahora ¿quién querría ser, con respecto a
negado o desvalorizado por Feuerbach, sino que en cie~ta mane- Beethoven, lo que él fue respecto de Haydn y Mozart en el terre-
ra lo restituye al hombre real corno una prop1ed3;d leg1t11:ia c.1ue no de la música absoluta? El más grande genio nada podría ha-
le había sido "enajenada" por una dogmática teologíca ~ filosófi- cer aquí, porque el espíritu de la música absoluta no lo necesita
ca. La tradición inmediatamente anterior, la de la metafísica, es, ya".10
pues, como en la teoría de la música instrumenta~ de Wagner,_ Según Wagner, esto lo cumplió Beethoven en la "segunda
"reservada"; se conserva, pero transformada y precisamente por mitad" de su obra, lo cual quiere decir que desde la lleroica11
ello llevada propiamente a ser ella misma. . . , , sobrepasó lo "absoluto musical" cuando se esforzó en transfor-
Como "melodía absoluta", como música que tiene rarees ae~ mar la "expresión infinita e indeterminada", a la que se limita
reas, caracterizó Wagner el estilo operístico ?e. Rossini.. Ei: t~nto ··propiamente la música ifistrumental pura, en una expresión de-
que Heinrich Heine había considerado la mus1_ca de Ross1:11 co- .: terminada y delimitada.12 Quedó así inmerso en la aporía de que
mo expresión del espíritu (o de la falta de espíritu) ~e la epoca en la búsqueda de una meta falsa e inalcanzable -la meta de al-
de la Restauración, \'(Tagnerestablece un paralelo sarcastico entre
•••••••••••••••••••••• 25 •••••••••••••••••••••
Carl Dahlhaus
canzar, a partir de la música instrumental pura, una expi~esión .in- Tieck, Wackenroder y E.T.A. Hoffrnann, una exaltación que con-
dividualizada y objetivamente determmada-, descubno medios cuerda mal con el tono de la antropología de Feuerbach.
musicales que más tarde permitirían alcanzar la verdadera meta
de la historia de la música -una música vocal no sólo acompa-
"El hombre se_ sumerge ei; ese mar para restituirse fresco y
bello a la luz del día, su corazon se siente maravillosamente en-
ñante e ilustrativa de la lengua, sino que "la hace real por el sen- san~had:) ~uando vislumbra la capacidad de _todas las inimagina-
timiento". El "error" de Becthoven, como lo llamaba Wagner, fue, bles posibilidades en esa hondura, cuya profundidad jamás pue-
en la dialéctica de la historia, lo que posibilitó el drama musical. den medir su~ 01os, y cyya insondabilídad le llena de asombro y
La música instrumental absoluta, expresión de un "anhelo de anhelo de mfm1to".b
infinito", si se toma literalmente la construcción histórica de Wag- , . La metafísica de la "armonía absoluta" no es sin embargo la
ner, parece reducirse a un momento huidizo. El antiguo sinfonis- ultima palabra ~o!)re.la "ese;icia del arte musical", sino que se in-
rno (incluida la Séptima sinfonía de Beethoven corno "apoteosis se~~a en u~,ª dialéctica histórica que apunta al drama musical a
de la danza") no se ha "liberado" enteramente de la danza como la redención" del sonido por la "palabra". Wagner continúa de-
raíz de la música instrumental; y por otra parte, tanto la Heroica sarrollando su metáfora:
corno la Quinta sinfonía, en cuanto que intentan (sin lograrlo) . "Lo~ griegos, cuando surcaban su mar, jamás perdían de
una expresión individualizada, objetivamente determinada, ya v1st~ la tierra costera:. era para ellos la corriente segura que Jos
sobrepasan lo "absoluto musical"; y el coro final de la Novena l!evaba de ribera en nbera y que los conducía entre orillas fami-
sinfonía significa por último la "redención" del "sonido" gracias a liares al compás melodioso de los remos -aquí la mirada se vol-
la "palabra". La música instrumental absoluta es así menos un gé- via a .las dan~a~ de las ninfas del bosque, allí el oído atendía a
nero claramente definido que un momento dialéctico en el desa- lo~ h1:nnos .divinos cuyos estribillos significativos y melodiosos
rrollo de la historia musical que tiende irremisiblemente al drama les traia el aire desde el templo en la cima de la montaña". 16
musical, a la renacida tragedia. En la antigüedad, la armonía, en vez de ser "absoluta" esta-
Que la música instrumental absoluta, entendida como ex- ~ª _us~da a~ ritmo ('.'las d~.nzas de las ninfas del bosque") y' al lo-
presión de lo "infiriito", apenas haya podido mostrarse en su pu- º~s .e los h1m_?OS divinos ). Por el contrario, la música de la era
reza en la realidad histórica, tal corno lo veía Wagner, no impide cnstiana, segun su propia idea, es "armonía absoluta", concepto
a Wagner mismo apropiarse de la idea de E.T.A. Hoffmann de en el que cunosamente tanto Wagner como E.TA. Hoffrnann aú-
que la sinfonía representa en sonidos el espíritu de la moderna nan, desde el _punto de vista histórico-filosófico, la polifonía vo-
era cristiana; si bien con un matiz histórico-filosófico ajeno a cal ~e ~al~strma y la moderna música instrumental, pese a las
Hoffrnann. el paganismo, al que Wagner se adhería como segui- enormes diferencias que presentan en la realidad musical.
dor de Feuerbach, le permitía hablar ele la música cristiana como "~l cristiano :<;e apartó de las orillas de la vida. -Exploró el
de un momento ya superado en la dialéctica de la historia musi- mar mas lejano e infinito, para finalmente estar solo entre el mar
cal. y el cielo sin Iírnites''."?
"Todavía necesitamos [dice en La obra de arte del futuro] la Pero la armonía cristiana, para aparecer elevada, ha de ser
imagen del mar para no renunciar a una explicación esencial del rescatada por la melodía de un drama neopagano: una melodía
arte musical. Si el ritmo y la melodía [la música dependiente de para la que Beethoven desarrolló en la sinfonía los medios musi-
la danza y de la lengua] son las orillas en las que el arte musical cales pr~cis.os, a:inque sin reconocer su verdadero objetivo. (Lo
toca y abarca fecundamente los dos continentes de sus artes ori- que en Ia, sinfonía -en la que se cumple la armonía cristiana-
zinanas [el concepto de danza incluye la acción y el gesto en el se alcanzo, es "superado" en el drama del futuro al que la sinfo-
drama], es el sonido mismo su elemento fluido originario, pero nía tendía inconscientemente): '
la inconmensurable extensión de ese fluido es el mar de la ar- "Sin embargo, en la naturaleza todo lo desmesurado tiende
monía. La vista conoce sólo la superficie de ese mar: solamente hacia 1;1n~ n;edida; todq lo ilimitado crea sus propios límites ( ... )
lo profundo del corazón comprende su profundidad" .13 Pero si ~,olon nos enseñó a surcar el océano y a unir así todos
La "armonía absoluta'v" es enaltecida por Wagner con un los continentes de la tierra ( ... ) ha sido también gracias a un hé-
lenguaje que no se diferencia nada de la exaltación metafísica de roe por el que hemos podido navegar el ancho mar sin orillas de
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Carl Dablbaus ····----"·"" __ ---·····"·---
La idea de la música absoluta
la música absoluta hasta sus límites y alcanzar así nuevas e i~~~s- gún la cual la música depende del lenguaje y de la danza como
pechadas costas(. .. ), y este héroe no es otro que Beethoven . "motivos formales", no quiere Wagner abandonarla aun después
(La metáfora de Colón la aplicó de .diversas m~neras: en L~ de su conversión a las ideas de Schopenhauer). "Nada hay -en-
obra de arte delfuturo no dice Wagner .smo que Colon clesc~b~o tiéndase: para su aparición en la vida- menos absoluto que la
América -yasí Beethoven en el coro final de la Novena sinfonía música, y los defensores de una música absoluta evidentemente
intentó la "redención" del sonido por la "palabra"; en Opera Y no saben lo que dicen; para su confusión bastaría invitarles a
drama'? pone de relieve el hecho de que Colón toda su v~da es- que nos señalaran una música fuera de la forma procedente del
tuvo en el error de creer que América era la India- y asi Beet- movimiento corporal o del verso -por lo que se refiere a su co-
hoven pudo haber desarrollado los m~dios musical.es por él des- nexión causal". [Los añadidos de Wagner entre guiones son, si se
cubiertos, y que en realidad pertenecían al lenguaje musical ct:l parte de la diferencia entre la génesis de una cosa y su valor, ca-
drama, pero por la fuerza del:rr~r en .que s.e hallaba,. lo l:izo so- si una retractación: aunque la música, para su existencia, necesi-
lo para conseguir una expresion índrvidualizada y ob¡et1vamente ta un motivo formal extrarnusical, en su propia esencia es abso-
determinada en un lenguaje puramente mus1cap. . luta]. "Estamos de acuerdo y reconocemos que para que se diese
Sin embargo, la dialéctica histórica, que tiende hacia el dra- la posibilidad de que apareciera la divina música en este mundo
ma musical, por mucho que haya si~? acentuada, no representa humano habría de darse un elemento necesario ele relación -
en manera alguna el total de la estetica de Wagner. Lo que ex- como ya dijimos".2º
presa la "imagen del mar", la "armonía absoluta" es, como Wag- La polémica contra el término "música absoluta", que entre
ner dice la "esencia del arte musical". Y la discrepancia entre tanto (1854) había adoptado Eduard Hanslick, no debe engañar-
una filo;ofía de la historia en la que la música absoluta ,ªP.arece nos sobre la afinidad latente de Wagner con la idea de la música
como antítesis y estadio intermedio de un. pro~es.? dialéctico, Y absoluta. Que la música, empíricamente, "en este mundo huma-
una ontología en la que, como "anhelo del infinito , to~~ la esen- no" necesite un motivo formal constitutivo para adquirir forma,
cia misma de las cosas, permanece sin resolver. La estética arcai- no excluye que, metafísicamente, como "divina música", exprese
zante que tendía a infravalorar la música iIJs.trument~l ~orno una "la más íntima esencia del mundo", para decirlo como Schopen-
variante deficitaria de música, y la metafísica romantica, ei: la hauer. Empíricamente "condicionada", es en cambio metafísica-
que la música absoluta era presentada como la verdadera musí- mente "condicionante". Y el paso a designar la "melodía orques-
ca, la exposición apologética, cor;i la que Wagn~r trataba de ele- tal" sinfónica, que constituye la esencia y la substancia del drama
var su propia obra a meta de la h1sto;1a de la m,usi~ª'. y la h~r~n- musical, como "música absoluta", no lo dio Wagncr, según pare-
cía romántica, de la que su concepcion de la muSIC<L se nutria se- ce, porque se lo impedía el que en Opera y drama hubiera he-
cretamente, parecen ser incompatibles. _ cho un uso polémico de la palabra -dirigido en contra de Ros-
La contradicción reaparece en otro contexto en 18:>7, en la sini y Mcyerbeer-, y también un uso crítico-dialéctico -relativi-
carta abierta Sobre los poemas sinfónicos de Frartz Liszt, en la zando las sinfonías de Beethoven desde el punto de vista históri-
que Wagner utiliza por última vez la expresión "música absolu- co-filosófico. Además, Hanslick había encuadrado el término en
ta"· el contexto de una teoría sobre lo "específico musical", que Wag-
· "Escuche mi dogma: la música, en cualquier relación en ner tenía forzosamente que ver como una postura contraria tanto
que se encuentre, no puede jamás dejar de ser el ~rte más eleva- a la estética inspirada por Feuerbach como a la inspirada por
do y más redentor que _existe". [Poc:i ~ntes, e.n 18)4, Wagner"ha- Schopenhauer.
bía hecho suya la metafísica de la musica de Schopenhauerl., ~e- Así, por una parte, Wagner hablaba ele la música instrumen-
ro, por evidente que esto sea, es igualmente cierto que.!ª m:isica tal absoluta de Beethoven en el tono ditirámbico de los románti-
sólo puede captarse en forma~ tomadas de. una relacion, vital ? cos, para luego, por otra parte, interpretarla como un mero esta-
de una manifestación exterior igualmente vital; las cuales, on~1- dio intermedio por el q.ue el espíritu cósmico de la música transi-
nariamente ajenas a la música, reciben a tra:r~s de ella ,su mas taba en su camino hacia el drama musical; en cambio, Hanslick,
profundo significado, como si fuera la revelauon de la musica la- cuando se apropia del término wagneriano "arte musical absolu-
tente en esas relaciones vitales". [La tesis de Opera Y drama, se- to", recoge por el contrario la tesis ele E.T.A. Hoffmann de que la
~~~~'~,a~idea_qe la música absoluta
Carl Dahlhaus
--··-·-···--·-··--·----··-·-··- --·---··--·-··-·--·-··-··--·-··--·-··-·-·----··--·-··-
mente relacionada, en el desarrollo d . - , . . -----~
música puramente instrumental es la "verdadera" música y repre- pretación ele la música co , - ' e su e~tet1ca, con la inter-
senta la meta de la historia ele la música, pero reduce la metafísi- ta en Hanslick pero actív~n~~n~t~fora del universo. La tesis, tácí-
ca romántica de la sinfonía a una estética ele lo ''específico musi- quc el concepto de forma mus~Gl¡°~,do d~ su argrn:ientación, de
cal" ~en el espíritu del desencanto tras la caída del hegelianis- física de la música había sido d ' a Ilada e a la exigencia meta-
mo hacia 1850, que presenta la actitud de un frío empirismo.
"Lo que la música instrumental no puede, no puede decirlo
jamás la música; así pues, sólo ella representa el arte musical pu-
(Über die bildende N~cbah~~u~e7 ~ u~~r::~i~n
lipp Moritz en el ~nsa ,0 , br esar:o . ac~ _en 1788 por Karl Phi-
plástica de lo bello
helrn Schlegel en sus berline gL es . e onen), y por August Wil-
te ( Vorlesungen über '>ch· saL~ eccume.s sobre bellas letras y ar
ro, absoluto" n , , , one tteratur und Ku t) ¡ 18
La apariencia de que en Hans1ick el término "música abso- gun Moritz, una obra de arte - , vnsi , e e 01. Se-
luta" ha perdido enteramente su aura metafísica y no expresa ajeno a ella misma -práctico' en tat1to no ~umpla un objetivo
otra cosa sino la exigencia de una música sin texto, no funcional exista por sí misma es "un t, mi ora o lsent1mental-, sino que
S h ll' , . oc o comp eto en sí" co i ,
y sin programa, es decir, la "verdadera'' música, es, no obstante , c e. ing, y permanece en la "s bli - . díf ": , mo e ecra
~al menos en parte~ una ilusión. El ensayo De lo bello en mú Pero propiamente lo único "co~ l~me in 1,,;renc1a de lo bello",
sica, en su primera edición (1854), termina con un ditirambo que su conjunto: el universo y , p 1 to en si es la naturaleza en
descubre la devoción del "formalista" Hanslick por la metafísica debe aparecer como re,pr~Jdu~~i~na c,an~rr esda totalidad, el arte
romántica de la música instrumental. (Puede ser perceptible una la naturaleza: Y ana ogo e ese todo que es
matización, de metafísica "como fe" de un simbolismo "edifican- , . "Pues esa gran interrelacic d 1, . " .
te"; pero ese matiz es apenas perceptible): uruco Y verdadero todo· cada t~~ ,e-.~s cosas es propiamente el
"Este contenido espiritual une también en el ánimo del ble concatenación de 1~ " . o aislado, a causa de la írrernisi-
. if s cosas es como tal im · . ,, (
oyente lo bello del arte musical con todas las demás ideas gran- sigru rea por una parte "ficticio'; ,e " agmano y esto
des y bellas. La música no actúa pura y simplemente por su be- do por el genio"); pero tambié '~, P?r o,tra em~nado, m-forma-
lleza más propia, sino al mismo tiempo como reproducción so- todo, imaginada por nosotro~nc~~~2c~107, co,~sKlerada como un
nora de los grandes movimientos del universo. Gracias a profun-
das y misteriosas relaciones de la naturaleza, la significación de las partes se apoyan en un . J . ?
formarse según las normas fíias - Sl~.1 ~r ~ gran todo, debe
eternas segun las cuales todas
pia existencia (Dasein)."25 puno central que reposa en su pro-
los sonidos se acrecienta más allá de los sonidos mismos y nos
hace sentir en la obra del talento humano también lo infinito. La autonomía del arte la inde ~ l .·
Pues los elementos de la música: sonido, timbre, ritmo, fuerza, fueron así, por mediación d' ¡ . el ~e11cencra de las funciones,
debilidad, se encuentran en todo el universo, y así el ser huma- conectadas por Moritz con elaai 1 ea e o .~ompleto en sí mismo,
no reencuentra en la música el universo entero".22 como metáfora del universo nterpretacíon de la obra de arte
Baio el influjo de una crítica de Robert Zimmermann ("Nos Esto no quiere decir que pa , h: ,
parece superfluo que, como prosigue Hanslick estas relaciones sible el concepto de forma en la ra ~ ac,er en~e:amente co1:ipren-
sonoras puras manifiesten algo fuera de lo que son en sí mismas, ya que retrotraerlo a la metafí .· :s~t1lca _musical c!e Hanslick ha-
por ejemplo, que se eleven hasta el anhelo de lo absoluto. Lo t~e- Sin embargo, podría bast~~-1~~ , e ~tte ,de1 la epoc~ ele Goe-
absoluto no pertenece a las relaciones musicales y, me parece, ntz ele lo completo en sí h recurrir a a categona de Mo-
tampoco a lo musical")23, Hanslick decidió suprimir ese pasaje fi- metafísica de Hanslick ~spar~ _adcer! plausible_ que· la digresión
uprurn a e esde la seg n l' d. ·,
nal ~así corno otro fragmento similar del capitulo tercero al que pue d e conectarse con la tesis , . t 1 el u e a e ic1on-
Zimmermann alude al principio del párrafo citado.24 Sería sin "espíritu conformado por sí d~~~ ra .1 ~ qu~ l~~2~orm~ i;iusical es
embargo erróneo ver en esta renuncia una confesión ele que se pueda ocurrir que esa cone . , ' _ e. e mtenor , '; quiza también
. xion se imponga mas po 1 t dí . ,
trataba de un mero ornamento fi1osófico cuya supresión no in- q~,e por 1 a fuerza lógica. En el concepto de "ar~~ m r_. ~ 1Tab1c1lon
fluía para nada en la estructura de la argumentación; pues ya t o se oculta
, también Ten H ans 1·le.l( una implicación
- . . ,us1ca a.fiso. u-
una rápida ojeada a la prehistoria del "formalismo" musical per- que poc l na actualizarse· la im lí ., · _ meta isrca,
1
mental pura, "liberad;" .de f p .1cac1~ne e que la música instru-
mite demostrar que precisamente la categoría central de Hans-
unciones, textos y programas, preci-
lick, el concepto de forma completa en sí misma, está estrecha-
las demás debería 1 :vara Í - 1 t ,, según parece es evitado por llevaba en sí de manera no visible el anhelo hacia la música abso-
El ,t~nnino '·ml 1u1s1~a ~~s~1~:t 'Kurth sobre 13ruckner, cuyos luta, e incluso encerraba en sí algunas de sus leyes."64
Halm. Solo en e inro "
••••••••••••••••••••• 41 ••••••••••••••••••••••
La idea de la música absoluta
Car! Dablbaus
:: w;gner, op. cit., vol. m, pp. 85 y ss.
El esquema de esta teoría histórico-filosófica es de origen
'º Wagner, op. cü., vol. rrr, p. 278.
romántico. Qúe fuese el mismo espíritu ele Ja época moderna ~1 Wagner, op, cit. vol. V, pp. 191 y ss.
cristiana el que se manifestaba musicalmente tanto en la polifo- -·' . Eduard.Hanslu::k: Vom .llf:4s1Jml(~cbScb6nen(De lo bello musical)
nía vocal de Palestrína corno en las sinfonías de Beethoven fue 1 8 )4, reed. Darmsradr, 1965,p. zo. . ' . 'Leípzig,
una intuición ele E.TA Hoffrnann, que con ello dio profundidad 22
Hanslick, op. cit., p. 104.
13
histórico-filosófica a la metafísica romántica de la música instru- Robert Zimrnerrnann: Vom l\fusi!wlii't S h... ( .
mental. Y si Kurth creía ver una relación similar entre Wagner y
..
Osterreichísche Blatter für Literarur und Kuns; e
tile 'ii 'f H. '
Iss.~.
~imcti DF~ ¡Jo b.ello musical.), en
· ~1 · en e ix Gatz· 'r1'u.s1/. Astbe 0
Bruckner, esto quiere decir nada menos que en el signo de la : 1 1 .?i"e:i 'auptricbtungen (la estética musical en sus principa . le" . d · . ve . · )-
tuttgart, 1929, p. 429. · · · · ' J" ,, .recciones .
S
"religión del arte", ya evocada per Halrn, el drama musical y la 24 Hanslick, op. cii., p. 32
sinfonía, entendidos como distintas encárnaciones de la misma 25 Karl tPhilipp
idea de una "música absoluta", se transforman el uno en la otra. '., .. ) Ed · . ~.... Mo· . 1·jt·· z: ..5'e·hritten
.¡, ·. Astbetie
zur ·· und Poet.i/8(Escritos de estétic
poeuca . .rre Hans-joachím Schrimpf. Tubinga 1962 · r ay
26 Hanslick, op, cit., p. 34. ' 'p. o
Stiracbezy D' Friedrich
l z . . Nietzsche:
a.
Über Musile und \,l'/ort ·
(Sobre
.,
l'.a rnus1ca
, . " yr.l",L palabra)
. . En .
.,,, .. ·.·' ic~·.1,,ng, Musile (Lenguaje poesía rrrúsíca) Ecl d J k b . . . . ....
Esta obra es p~a-;~ 1973, p. 26. ' ' · e ·· · · e a o Knaus, Tubinga,
1·
i¡ S l B O l - U C R_\ e
28w; .
agner,. OjJ. cu., VQ . Ill, p. 231.
1 1 ~I \ "' Nietzsche, op. cit., p. 28..
111t11 3<J Nietzsche, op. cii., p. 20
31
Wagner, op. cit., vol.IX p. in.
''I 30.·
1
vol un ta,~ A)'nhm Scl1ope~h)auer:. Die. W..e!t als Wi.ille und vo. rs.t.ellung(El mu n.do como
d l\J ·'l\:"hl 1epresemacion
B r . n¡it¡·zoe
, vol . l , § )?-· F"n S[ /: Werke (Obras
. ·completas) Ed
e·'· er.. er 111, s.a., vol.JI, pp. 258 y ss. · "·" ·
1 Richard Wagner: Gesc¡mmelle Scbriften. und Dicbtungen (Escritos y poemas
3~
,7 Nterzsche, op. cit., vol. r, p. 117 .
completos). Ed. de Wolfgang Golther. Berlín y Leipzig, s.a., vol. TI, p. 61. - . Schopenhauer, op. cit. vol. n p 261
2 Wagner, op cii., vol. U, p. 6L
38 Nietzsche, olJ. cit. voi'. 1 l l,6 · · ·
· ~9 ' ' ·'1: ' } ' - ~
·p·
• ..
.
,; Wagner, op. cit., vol rn, p. 55.
cbe.9, A~lz~;.~:~:~~~c~~!1t~~~~~~s~c~~~~ip~<l~b;·a Ed. K)naus. :Más carde, en Menschli
.; Wagnet, op. cü., vol. TI, f>· 56.
5 Wagner, op. cit., vol. UI, p. 80.
º. es fo.·. r·ma en sí, en Ll11 estacl;o
·· "
bu·'1·c·lo. dea,sl1aac1n~" ~'.1rnano ·'¡se d.·ice: "La música absoluta
· · · usic• en e que 1 · e ·d
6 Kla)JS K.ropfinger: Wagner urid/ Beetboven (\l(íagner y Beethoven). Regens- po y clíversas intensidad.es bastaba ara ciar 1 . . . . . e m. ro som o e'.1 tem-
qtié habla al entendimiento sin ·µ:e.sía e. p¡· ª.ce1, ol. e~ e;e sm1bol1smo de las formas
burg, 1974, p. 136. · · ·· '' · xp mta e espues que las do. · ¡
7 Ludwig Peuerbach: Kleine Sc{Jriften (Escritos menores). Ed. de Ka.rl Lówith. u!Jldo·en un largo desarrollo y finalmeríte l' f .. ' . .·· . ' s arces se ian
trama de .conee tos· . . .· : .. ., . " o1 ma musical se ha saturado por una
Frankfmr arn Mai.n, 1966, pp. 81 y 216 ss. . P l' senum1enms. (N1etzscl1e, Obms.Ed. schJechta vol l 57º)
8 \Xi'agner, op. cu., vol. III; p. 255.
40 \lfügner, op. cit., vol. [X, p. 77. · ' · · · ' p. · ::>. ·
4
9 \'l(/agner, op. cit., vol. m, p. 89. Wagner,.op.. c;it., vbl. JX, p. 306.
4~
IO Wagner, op. cit., vol. !Il, pp. 100. y SS. \Vi )- Cad ~neclr:ich Glaseriapp: Das Leben Ricbar(I V(l,;1gi¡eis(Vida ele Ricbare.I
11 Kropfinge1', op. cit., pp. B9 y ss. <1gne~i Le.1pz1g, 1911,_voL VJ, p. 137 ss. · · ··
l2 Wagne1·, op. cit., vol. m, pp, 278 y ss. Ottokar H0st111sky: Das M.usikali~chS l 0, , . . , . . .
vo11í. Standp1,i1ikte der /orm~let¡,Astbetih (L , l 11 CY 11.e und das Gescmmitleunstwerk.
l;\ wagner, op. cit., vol. m. p. 83.
1·1 Wagner, op. cit., vol. UI, p. 86.
de el P~'.1nto ele vist¡1 d.e la est~tlcafor~;.I). ~e;zi;,1~~~~cal )' ]:¡ obra de mte tot:(I] dots.-
1' Wagner, op. cit., vol, Ill, p. 83. . Host1nsky, op. c(t., p. 141.
'16 Wagner. op. cit., vol. ru, p. 84. •> Hoslinsky, op, cit., p. 145.
11 Wagner, op. cit., vol. Ill; p. 84.
f;
sobre música). Leipzig, 19ll, vol. hil, 1~k5. i Neueeii (La música alemana de la épo·
48 Rudolf Louis: Die deutsci e ;nU>I ter' e
UN MODELO HERMENÉUTICO
ca actual). Muních, 1912, P· 156. . . . ;¡,thetik der Tonkunst (F.sbozo de
49 Fcrruccio Busoni: Entuiur] einer neuen . . . 12 (Trad. esp. de
·r·1c·1 del arte music1l). Frankfurt am Mam, 1974, p. .
una nuev,a esle . ' - '" En la recensión sobre la Quinta sinfonía de Beethoven pu-
Jorge Velazco. UNANl. México, 1982)
50 Busoni, op. cit., p. 13.
blicada por E.T.A. Hoffmann en 1810, cuya introducción es uno
51 l3usoni. op. cit .. pp. l4 Y ss. . ¡ 1951 72 de los documentos fundacionales básicos de la estética musical
52 \rnold. Schonber<>: Style and Idea (El estilo y la idea). Lo6r~c)rcs, . , pp. romántica, se interpreta la diferencia entre música absoluta por
' . , , e» ed de R. Barce, Madrid, Taurus, 1913 · .. un lado y música instrumental programática o "característica"
y ss. (Trad. esp. ele J.J. fateve, : . de ,11 . 'k (De las dos culturas de la rnusi-
5:l August Halm: Vrin ruiei tculiuren er i usi · (que expone "sentimientos determinados") por otro, como oposi-
ca). Stuttgart, 1947, 3. ed., p. 39. ción entre dos ideas estéticas: la idea de lo propiamente "musi-
51 A Halm, op. cit., P· 48. . . · • d. A t
55 A·. Halm. Die S)m1phon'ie Anion Bruckrzers (La smton1a e . non
B ·uckner)
i .
cal" y la idea de lo "plástico". Este esquema antitético puede pa-
recer en un primer momento como un desacierto terminológico
Munich, 1923, 2. cd., p. 12.
56 A. Halm, Bruckner, p. 11.
(porque el procedimiento para contar una historia en una pieza
57 A. Halm, Bruckner, p. 29.
de música instrumental que recuerde el arte de la escultura no
58 A Halm, tsrucener, pp. 19 Y 46. parece a primera vista muy evidente), pero en un análisis más
59 A'. Halm, Bruclmer, p. 246. circunstanciado se manifiesta como parte de un más amplio sis-
60 A. Halm, Brucener, p. 240. tema estético-histórico-filosófico, que sustenta los argumentos
G1 Ernst Kurth: Bruckner. Berlín, 1925, vol. l, P· 258. aislados aun donde éstos parecen tambalearse:
62 E. Kurth, op. cit., p. 262. "Cuán poco comprendieron aquellos compositores instru-
60 E. Kurth, op, cit., p. 264. mentales esa esencia peculiar de la música cuando intentaron ex-
64 E. Kurth, op. cit., p. 264.
poner sentimientos determinados o acontecimientos, tratando así
plásticamente un arte que es justamente opuesto a la plástica."!
El contexto histórico-filosófico gracias al cual cobra impor-
tancia y color la contraposición de lo "plástico" y lo "musical",
un contexto que ya había sido anunciado en August Wilhelm
Schlegel y en Jean Paul, fue presupuesto pero no expresado por
· Hoffmann en 1810, pero hasta 1814, en su artículo Música reli
giosa antigua y nueva (Alte und neue Kircbenrnusiii), no fue ex-
: plícítamente expuesto:
"Los dos polos opuestos de lo antiguo y lo moderno, o del
paganismo y del cristianismo, son en el arte la ~lástica y la músi-
El cristianismo aniquiló aquélla y creó ésta."
La antigua idea de Dios se materializaba en la estatua; en el
se simboliza en la música, que tanto como polifonía
o como música instrumental permite vislumbrar lo "infini-
. Las categorías estéticas e histórico-filosóficas, pues, se inter-
'·"'''nl'•t1·"in en Hoffmann, como en el ensayo de Schiller Sobre la
y sentimental (Über naiue und sentimentaliscbe
o en el artículo de Fríedrich Schlegel, Sobre el estudio
Car! Dablbaus __ La idea de la música absolut
de fa poesía griega (Über das Studiurn der griecbiscben P~esie). ese anhelo infinito que es la esencia del Romanticismo. Beerhc
En el sistema ele las artes se prefigura el camino de la historia del ~en"' es un comp~~itor ro11'.ántico puro (y justamente por eso u:
arte. ctu~entico compositor musical), y por ello puede ocurrir que si
La reconstrucción del sistema de categorías al que pertene- mustca,vocal, que no s?porta ese anhelo indefinido, sino que ex
ce la. antítesis de Hoffmann "plástico-musical" es imaginada co- pone solo los afectos significados por las palabras, llevada al rei
mo un intento de hacer consciente un modelo hermenéutico en no ele lo infinito resulta menos lograda; y su música instrumenta
el que se orienta a cada paso explícita o implícitamente la est~ti- raramente es gustada por la masa. ,,3
ca musical romántica, y sin cuyo conocimiento muchas conexio- El estilo en el que se manifiesta la gran música instrumenta
nes conceptuales que Hoffmann propone como si fueran obv1~s, de Beethoven es, según se desprende de la terrninolouía ck
podrían parecer al lector inmotivadas y. cap~1cl10sas. Dicotornias Hoffmann, el '·elevado", a diferencia del estilo "bello": y el pen
como "antiguo-moderno", "pagano-~rist~ano' , "natural-~1~~ra~~1Ho- samiento de asociar la música "clásica" con la idea estética de le
so" "natural-artificial", "plástico-musical', "ntrno-armorna o me- bello, frente a la "románt~ca" asociada con Jo elevado, está próxi
loclfa-annonía", y finalmente "música vocal-música instrumental"
se tratan en un sistema que nunca se muestra corno tal, pero que
ma a Hoffmann, s:~1 que este lo exprese ele manera inequívoca .
. . En la rccensron de Hoffmann a una sinfonía de Car! Antor
crobierna todos los razonamientos desde la sombra. La concate- l~luhpp Br~un se dcscr,ibe la música instrumental, que hace ba
~;1ción de antítesis que hace Hoffmann es, desde el punto de vis- rruntar lo maravilloso· en vez de quedarse caseramente en k
ta lózico sin duda una empresa enteramente discutible. El pro- "n~tural", como un arte determinado primariamente por lo "ar
r»
cedimiento '
consiste, dicho ele modo grosero, en asociar.
estrec l·1a- momeo" y no por lo "melódico". (El concepto de armonía com-
mente oposiciones conceptuales, que tomadas en sí mismas son prende también la polifonía).
muy convincentes, con otras oposiciones co.nceptuales ele mane- ".El compositor tiene ahora [en la sinfonía] campo libre para
ra que al final cada categoría puede combinarse mco~d1c.1ona},- recurn~ a todos los medios posibles que le ofrecen el arte de fo
mente con las demás categorías de la misma sene ·antlguo ) e armorua y la variedad infinita ele los instrumentos en sus más di-
"pagano", "natural", "plástico", "ritmo",, "melodía", "mú.sic~, vo- versas combinaciones, y así actuar sobre el oyente con todo el
cal") y contrastar con cualquier categoria ele la otra sene C mo- P?der del encanto maravilloso y misterioso de la música ( ... ) El
derno", "cristiano", "maravilloso", "artificial", "arrnonia", "música crrtico puede_ ahora elogiar al compositor de esta primera obra,
instrumental"). Es evidente que de este esquema de analogías Y escnt~ melodiosa y llmpiamente, pero que sin embargo no cum-
ele antítesis resultan quiebras lógicas -como la afirmación ele ple mrrumamente esas condiciones más elevadas."?
que la música instrumental "narrativa" es "plástica" p_orque no es . Que la "armonía" -o polifonía- y no la "melodía" sea el
"propiamente" musical-, pero esto no debe eng~nar sobre la signo de esta era "moderna, cristiana, romántica" de la música es
profunda importancia histórica del mod:l~) herm~neuhco, que ~s una de las tesis básicas del ensayo Música religiosa antigua .Y
una de las premisas básicas de la rnetafísica rornant1~~ade la mu- moderna:
sica instrumental. A la prehistoria de la idea de la mus~ca absolu- "Sin ningún adorno, sin ninguna curva melódica se suceden
ta pertenece, como señalaremos, la _"Qu~relle des anciens et des en [Palestrina] la mayoría de las veces acordes perfectos, conso-
modernes", la discusión sobre la pnmacta del arte antiguo o del nantes, cuya fuerza y audacia captan el ánimo con indecible po-
moderno. der y lo elevan hasta el Altísimo_ -El amor, la concordancia de
La antítesis "plástico-musical" la relacionó Hoffmann, en su todo lo espiritual en la naturaleza, como se le ha prometido al
recensión sobre Beethoven, no sólo con la diferencia de géneros c~1st1ano, se expresa en el acorde, que por eso también sólo des-
entre música vocal y música instrumental, sino también con l~ pierta a la vida en la cristiandad; y así el acorde la armonía se
oposición estética entre una música que expone afecte~~ determi- convierte en .í!11agen y expresión de la comuniddd de los es¿íri-
nados, firmemente delineados, y otra que es cxpres1on de un tus, de la unron con lo eterno, con el Ideal que reina sobre no-
"anhelo infinito", indeterminado: , sotros, pero que al mismo tiempo nos contiene dentro de sí. ,,5
"La música de Beethoven mueve los resortes del escalofrío, . Del sistema ele analogías y antítesis estético-histórico-filosó-
de lo espeluznante, del temor, del terror, del dolor, y despierta ficas al que se ajustó directamente Hoffrnann se originó un pro-
•••• 46 •••••••••••••••••••••
47 •••••••••••••••••••••••
la idea de la música absoluta
car! Dahlhaus ~············· ~·····
---------·----·-, . - ue en su insolubilidad constituía la nueva época, es decir, el contrapunto frente a la antigüedad y
blema que parecía insoluble y ql . . 1 ensayo citado: el proble- la monodia, estaba representado por los seguidores de Palestri-
el núcleo culto en torno al cdua. gtr~ ~anto la polifonía vocal de
º. na. Aunque la terminología pueda desorientar, en la musical
, se puede enten ei qu l " da "Querelle des anciens et eles rnodernes" la "prima prattica" era
ma d e como s - . . f , d Beethoven signifiquen a ver -
Palestrina como las sm "ornaf ea cristi'ma romántica". Por un la- cosa de los "rnoderni", y la "seconda prattica", de los "antiqui".
dera" música de la era rnoc ern. ' t , e~ e~te "tiempo mezquino"' Pero primariamente la polifonía vocal era un estilo de la música
do según Hoffmann, en el presebne, d. la, po\1.fonía vocal clásica eclesiástica, la monodia un estilo del drama y del madrigal, géne-
" ' · . id: l" de las o ras e · 1 ros literarios que se inclinaban hacia los temas arcádico-paganos.
la "sagrada so~emrn ac .: . - de la tierra". Pero por otro lado a
"ha desaparecido para sie1~p1e . e- el documento de una dcca- Las asociaciones conceptuales formaban, pues, una espesa red,
música instrumental moderna i~o-
dencia sino el signo X e\ resu tac o
t de un "progreso" incesante
..
un verdadero sistema estético-histórico-filosófico: la era "moder-
na", cristiana, se manifestaba en la "prima prattíca", en el contra-
del "esi)íritu act~1ante." l -· , econocer esa actuación del es- punto de Palestrina: mientras la "seconda prattica", a imitación
"La maravillosa tenc encta r
. i. l
ª
, turaieza nuestro set en '
. . - . él nuestra pa-
. de la antigüedad -una antigüedad más soñada que real- acu-
piritu vi.vif1cador e e . a na -. , ia se ·~1anifestó en los soru- ñaba un estilo monódico que parecía adecuado para los poemas
te en la c1encr , · '' ' , .
tria ultraterrena, pa t en - sica que hablaba cada vez mas pagano-pastoriles. Y con la exposición de "pasiones", que pare-
1_ cía ser el objetivo de los géneros modernos (el drama musical y
dos plenos de anhelo de d<l 1~~-~i.a'ravillas del reino lejano Es
variada y perfectamente e 1 e n t1'e1""'pos recientes el madrigal monódico), contrastaba el "recogimiento" al que la
, , - · instrumenta L
" , . se ha·
muy cierto que 1 a música l •. ti uos maestros no pod1an ímagi- polifonía vocal debía preparar al oyente.
elevado a una altura que os andg 's soi)repasan con mucho a Con la estética musical del siglo XVIII se añadieron algunos
así co1no los mu. , sico s mo. ernos ,,7 · 1. elementos más a la cadena de antítesis que se había formado a
n 'lr · · d d técnica ·
e ' .
los antiguos en capac_1 .ª, . st 'Ul~ental debe escucharse, no d_; partir de la disputa sobre la "prima" y la "seconda prattica", que
La moderna musica ins i lif 'a vocal con "recogimiento· ' se solidificaron a través de las controversias características de la
1- antigua po 1 om , · · época hasta convertirse en tópicos. Nuevas oposiciones concep-
otra manera que' a . d . L' música instrumental determina-
como ya exigía \\i'ackenro_ ~t., ª. -como la polifonía vocal- tuales se unieron a las tradicionales, ocurriendo incluso que los
da primariamente por l? ª11:U1°~~~ce to de "ciencia". La "armo- problemas mencionados por las antítesis y en los que se hacía
es asociada por Hoffmann a Rame~u -al contrario que Jean- más hincapié tenían muchas veces originariamente poco o nada
, " , en he que Jean-Phthppe
11.1a lo ía de la .."me l ocia lí ,, - creía encon- que ver con los problemas existentes en torno al 1600.
Jacques Rou.sseau ~ su a~o F. , aparece a veces revestida con ..'." La tesis del abate Dubos, retomada por Rousseau y Herder,
trar Ja esencia propia de la rnusi_:a,. .·
· · .· - romanttco -
de una "ciencia" que se
e
<( de que el origen de la música está en el lenguaje y que la rnúsi-
el aura de, un pitago1~~rr~º., ·11 so" en vez de considerarlo _hc;is- ) ca alcanzó su objetivo estético únicamente imitando y estilizando
siente atra1da por lo rnaravi - o. , 'ocia con la idea de la música i) el habla apasionada, provocó en el siglo XVIII el rechazo de los
til-, mientras que otras veces se as / teóricos tradicionalistas, que no querían apartarse ele la idea pita-
instrumental. . o eraba Hoffmann habían sido / 'górico-platónica de que la música descansa esencialmente en re-
Las antíte~1s. co_~ La~ que te~ría de los estilos musicales d~l / .ladones numéricas. El asociar la tesis del origen lingüístico de la
parcialmente P' efigu~ adas en la_. h " rima" y la "seconda pratti- ;; música con la primacía de la monodia -o de la melodía- que-
siglo XVII -en la disputa sobi e e p a versió 11 estético-musical \ daba próximo a una toma de posición a favor de los "antiqui",
, . .derarse como un . ·
ca" que po dna cons: . . d - . d· -nes" La monodia hacia .. Pero la conexión del pitagorismo -la tesis del origen de la mú-
, . 11 d , c1ens et es mo e1 . . ,, .
de la ·'Quere. e es an L, ,·¿- l· ulterior reforma opensti- Ysica en las proporciones numéricas sencillas- con la acentua-
1600 significó, ele manera P~~~ci ª. a ~riana del drama musical, /Cíón del concepto de armonía, aunque "armonía" y "proporción"
ca de Gluck o a la cc_mcepcion wa~~ "antigua verdad". El par- )epresentaban desde tiempo inmemorial conceptos cornplernen-
una revolución a través del ret.'.xnnº1·rªa1·ª1osmodelos griegos, esta- /fatios, resultaba precaria en el contexto estético musical del siglo
"
tido de los antiquí '
. .,, que quena 11
.
'
d. los compositores de la .arne-
. e· /).'VIII.Pues según la concepción más antigua, la "armonía" -co-
ha repi_·esentado por Mon_(evedr 1 Y'.,, que mantenía la primacía de i\iri.o conjunto de relaciones sonoras reguladas racionalmente-
- . · e 1 de· los "rno erru ,
rata F1orentma;
ex
~ ~v~.·4< $ ·lf; -~ ~, 'ifi ,,, .,, ,~ ~*'.,,.to~""'):! o!.'>~~·~ 'iC 49 ._¡. ~..,. .. '* 41; ~ \'&' 1' il' .f< ~ ~ ~ $ <¡.;""' ;;¡¡ .~---~~.. ~--·~... ~.
Car! Dablbaus La idea de la música absoluta
junto con el ritmo era .un componente d~_la "melodía": cont~a~ta_r p_uesto que l?~os los grandes efectos de la música han desapare-
ambas categorías era impensable. Pero si, como _Rameau, se iba odo,_ y la musica ha perdido su energía y su fuerza desde la in-
de una fundamentación matemática de la armonía -una funda- veneren del c_or:itrapunto:a lo que yo añado que las bellezas pu-
mentación pitagórico-platónica basada en el número ~-º~º "prin- ramente arm~rncas son. b:llezas eruditas (. .. ) Con la razón; por-
cipio activo" (no como m_era_ medida)- a ur:ia base física -a. la q_ue la armorua ne: ~umm1stra ningún principio de imitación gra-
afirmación de que en el fenomeno de la sene natural de los ar- cias al cual la música, formando imágenes o expresando senti-
mónicos está prefigurada la "armonía" de la tríada mayor-, en- mientos, pueda el~varse al género dramático o imitativo, que es
tonces el concepto ele armonía se fundía con e~ ele acorde; Y ~l la parte del arte mas noble y la única enérgica. ,,9
acorde puede así considerarse corno lo contrario de la melodía . R?usse~u distingue entre música "imitativa", que "expresa
(o como lo simultáneo frente a lo horizontal) y por otra parte co- sent11~1entos' ~"pinta imágenes", y música "natural", que es na-
mo raíz de la melodía (un acorde disgregado con pasos). La con- d,a .~as que musica, lo que, para Rousseau, significa "ruido va-
traposición de "armonía" y "melodía" -la :ontro~ersia entre füt- c10 ·. (Que precisamente Rousseau utilice la palabra "natural" en
meau y Rousseau- va unida a las premisas teoncas del siglo sentido peyorativo es sorprendente, y no es explicable sino por
XVIII, que no se daban antes del relevo del "platonismo" por el la asociación de "armonía" con la "serie de los armónicos natura-
"fisicalismo". les"; ~l desacierto terminológico, no obstante, no tuvo conse-
Por otra parte, el concepto de armonía en el siglo ~III cuencras, porque en el siglo XVIII se habían habituado a utilizar
comprendía no sólo la construcción acórdica, sino la polifonía. Y la palabra "natural" justamente al contrario como música "imita-
así. gradualmente, fueron incorporándose conceptos que proce- tiva" -que reflejaba el mundo circundante o la agitación del al-
dí~n de la estética de la "prima prattica", Pero la amalgama de ma humana).
ideas como "armonía", "polifonía", "origen ele la música en las "Se podría y quizá se debería dividir la música en natural e
proporciones" "música religiosa" y "recogimiento" -frente a imitativa. La primera, limitada al solo aspecto físico de los soni-
"melodía", "monodia", "origen de la música en el lenguaje", dos y no actuando más que sobre ese sentido, no lleva sus im-
"ópera" y "afecto"- no d~jó ele ejer.cer influencia en la re_cep- presiones hasta el corazón, y no puede dar sino sensaciones más
ción de la obra de Palestrma en el siglo XVIII y comienzos del º.menos agradables. Tal es la música de las canciones, ele los
XIX: había una tendencia a escuchar la música polifónica_ co:no h1mnc;is, ~e los cánticos, de todos los cantos que no son sino
acórdica, o a elegir obras que admitieran una escucha acórdica. combinaciones de sonidos melodiosos, y en general toda música
El cristianismo, como expresó Wagner en 1849, se marn~estaf?a que no sea más que armoniosa. La segunda, con sus inflexiones
musicalmente como "armonía", como música acórdic~ "se~afica'. vivas, acentuadas, y, por decirlo así, habladas, expresa tocias las
La disputa entre Rousseau y Rameau sobre la pnrnacra de~ la pasiones, pmta todos los cuadros, nos revela todos los objetos,
melodía o la armonía puede considerarse, como ya hemos sena- somete la natL:raleza entera a sus sabias imitaciones, y lleva así
lado. como la versión estética musical de la "Querelle des an- hasta el corazon del hombre sentimientos propios para conmo-
ciens et des modernes". Pues la antigüedad, argumentaba Rous- verlo. "10
seau, por una parte no conocía una armonía (polifonía), pero La música "natural" de Rousseau, que ni "pinta" ni "con-
por otra había producido una melodía C\IYº. ethos y cuyo patbos mueve", es, dicho anacrónicamente, música "absoluta", pero que
nunca habían siclo sobrepasados y ru siquiera alcanzados. por para Rou~_seau_qucda en la sombra y aparece sólo como una va-
ninguna cultura musical posterior; y era evid:nte que .la rr;us1ca riante deficítaría de la música "auténtica", es decir, de la "repre-
había sido arruinada por el paso de la monodia a la polifom~t: sentativa". El dominio del principio ele la imitación permanece
"Es rnuv difícil no sospechar qt1e toda nuestra armon;a n? todavía intacto.
sea sino ün invento gótico y bárbaro"." (El co~~rapunto ''goti~,º' . Un~ sensibilidad que puede ser movida por la música, un
es, digamos, el símbolo musical de Ja destruccH?n de Rc;nna). El
Sr. Rameau pretende sin embargo que la arrnorua e~ la fu.~nte el:
las bellezas más grandes de la música; pero esta afirmación esta
r~c~onal~:mo 9ue exi~ a la música instrumental programas
( pintura 1?l1Sica]),y Una nostalgia de la antigüedad que opone
a_la polifonía moderna, compleja, "erudita", la conmovedora sen-
en contradicción con los hechos y con la razón. Con los hechos; cillez de la monodia griega, todo ello confluye en la estética mu-
Carl Dahlbaus _____________________ _:_LE.__~e!!__de la música absoluta
sical ele Rousseau. Sólo la melodía, no la armonía, puede "con- , . El concepto de "maraviiloso" , ~ - , ~~------
y "pintar": enea barroca, fue mal usado , _u~na _categona básica de lapo-
mover"
"Si la música no pinta sino por la melodía, y saca de ella to- la racionalidad que buscal•a11pcl_~r
, .' · ,
!,os esteta~ ~.e la sensibilidad "
a conmoc1on-· l " · ,, J
da su fuerza, se deduce que toda música que no canta, por ar- que quenan significar con ello la e hil .. , - y ª. prntura ' ya
moniosa que pueda ser, no es una música imitativa, y, al no po- la musrca instrumental (El té - . x D1c1on del vzrtuosísmo en
der ni emocionar ni pintar con sus bellos acordes, pronto aban- despreciado, se adheria ;ho~1am~n~~ qt~e procedía .~e un pasado
dona los oídos y deja siempre frío el corazón."!' do)._Pero hacíae 1780 l ·1
o rnaravr loso"g se
" neroel tamb1en
, desprech-e
1.ionor en la estética- musical· ev? .ª un puesto de
,
"Melodía" es para Rousseau, secuaz de los "anciens", el an- la t ', ,
tiguo ideal que debe ser imitado por la ópera del presente. Pero recibió el refuerzo de la ~éti~o~~a de la musrca instrumental
el concepto opuesto, la "armonía", ya que se trata de una catego- Klo.pstock. La convicción d~ a neo.barroca" de Bodmer y
ría determinada primariamente por lo negativo -como una su- ravill~so, y no la mera naturaD~~del .sent~do d~ ~o elevado y rna-
perficie oscura sobre la que debe destacar la idea de la melo- ractenzaba al verdadero poeta - - Y el ,rac10c11110, era lo que ca-
día-, comprende piezas heterogéneas: la música instrumental - neamente se descubrieron en'1:º'.:1e]1Z<~a extenderse. y simultá-
Ifl - - - . a s1n1on1a-en ve· ¡
que aparece como un ruido vacío, ya que no "pinta"- y la poli- ero v11tuos1smo instrumental la , . , l . z e e ver en el
fonía vocal de Palestrina, condenada por un veredicto como "gó- vedor" y a lo "pictórico"- l'u1:.~ª a ternayva a lo "conrno,
tica y bárbara", A la música arcaizante, melódica, monódica, sim- recurrir a un concepto enfat"?,e~u ~a11l a9es esr~t1cas que exigían
ple, imitativa, "conmovedora" o "descriptiva", defendida por mo tiempo recobraba así sursza rº e od maravrlloso", que al mis-
., " d 1 , . , , an rguos erechos· l: "" el .
Rousseau, se opone otra "gótica", armónica, polifónica, "docta", CIOn e a mus1ca Ínstrument ] , - , , , , . el m etermma-
"natural" ("absoluta"), que tiende a ser "ruido vacío" y que Rous- como "elevada": a ya no se vio como "vacía", sino
seau desprecia. Pero en el concepto de música "armónica" se en- "La sinfonía" -escribía Joha Al
cuentran la polifonía vocal y la música instrumental, si bien pare- Teoría general de las bellas artes (~~ xaha1:i Pete_r Schulz en la
ce que lo único que tienen en común es la contra posición a la Kunste) de Sulzer- "es erf - 'gemetne lbeorze der schónen
idea de melodía de Rousseau. sió~ de lo grande, solem! ~f~~~en,~e ,a~lecuada para la exprc-
La música instrumental, que no "pinta", fue rechazada co- es ·comparable en poesía /una 0
de como ella el alma del o t
g~ i E~~l~,gr~, d; una sinfonía
e e - in aro. . Eleva y sacu-
mo una "baratija" por Rousseau, que no se dejó influir por el éxi-
to de las sinfonías de Stamitz en París. Y una justificación del m1s~a elevada imaginación
segutr un feliz resultado". 13 y
Yf~ ~i; exige e~ m1s?1-?espíritu, la
rna ciencia artistica para con-
despreciado género, como la que intentó johann Adam Hiller en
1755, quedaba dependiendo de la estética de la sensibilidad, que
era una teoría de la música vocal, no cuestionando sus premisas,
y Carl Philipp Ernanuel Ba l -
J I "
che Zeituno-" de 1801 es el . _ 1, en e Allgememe Musikalis-
.
sino sólo negando algunas de sus consecuencias. También la que ";mpl;a sonidos ~n lug~?~~ ~afº~n,o ,~n "nuevo Klopstock",
música instrumental, afirmaba Hiller, es capaz de elevarse al gé- ¿Es culpa del poeta de odas a ~ras - .
nero "conmovedor". Que Hiller, por otra parte, hable de lo "ma- dan parecer a la zrosera chusm ,f fue ~is impulsos líricos pue-
ravilloso" en la música instrumental podría desconcertarnos. Pero que la música p~ra no es , , a a tos e sentido> Bach mostró
li ¡ , una mera envoltura ¡
lo "maravilloso" -que él quiere limitar, pero no excluir- no es ap icac,ª' o una abstracción de ella si [ - para a música
aquí otra cosa que el virtuosismo instrumental, que despierta pocsra y tanto más ., ' no ...J que puede elevarse
'
(- que siempre as pura cuanto por medí d 1
asombro y admiración, pero que, como explicaba Quantz, no contienen conce t , , , e 10 e as palabras
"conmueve especialmente" el corazón: región del sentido común". 14 pos secundarios) sea rebajada a la
"El plan de los conciertos y los solos lo diseña, como para
otras piezas musicales, siempre la naturaleza. Es siempre un can- El Romanticismo , ' que_ 11 evo, e 1 elogio de la sinfonía al , .
or el ea-.'11·e ,,
to que se esfuerza en expresar artísticamente los sentimientos del P
.,
t
"J-' ·1 u · neooarroco" de la . , . maxi-
,
corazón. Pero lo maravilloso no queda excluido. Se insertan volvió del revés la estéti, -· - l - - poetica de
oportunamente saltos, pasajes rápidos, fracturas y similares, en "'""'''r''., había ensalzad - f ca mus1ca de Rousseau, lo
, · o ue rebajado y ¡ 'l b .,
los lugares y en la medida convenientes."12 resulto ensalzado Pero 1, t - d' o que e re ªJº
. a es ructura e la cadena de anti-
ii ) } C~rTDahlháüs
.~~~~~~----------~
. mántica", de una estética musical común a todos los "románti- . , La desavenencia entre formación . - ., .
f1c1al [. .. ] se remite a la "Q 11 " f natural y fformac1onJ artr-
cos". En 1801, en la digresión de estética musical contenida en daba el principio ele la i· ueret .e rancesa, cuan.. do Perraulr fun-
sus Lecciones sobre bellas letras y arte ( Vorlesungen über scbone nuen to en l· tif ,· · ·¡
del progreso técnico de l. , , a ar l iuos1cad planificada
Literatur und Kunst), August Wilhelm Schlegel, partiendo por un
por encima de la imitatu, ~a~poc~ moder.na, y la había situado
lado de Rousseau y por otro de la polémica sobre estética litera-
de la naturaleza o al ef t . trae, es decir, de la mera imitacjón
ria ele la década de 1790 -del ensayo de Schiller Sobre la poesía los antiguos" .1s , ec o e e completar su obra que exponían
ingenua y sentimental y del artículo ele Friedrích Sch!egel, Sobre
el estudio de la poesía griega, eludió tomar partido en la "Que- , En vez de Ja "melodía" era el "rit " 1
relle des anciens et des modernos" con una confesión de "roma- rua como principio antiguo al 1 mdo o que Schlegel opo-
"s · _ .
. l nosotros ahora tomamos
n1ocerno e "armonía"·
. - .
ticismo" y de "modernidad":
"Según nuestra visión general de las relaciones entre el arte
.
pnnc1pales de la música ara co _e~ cuenta .los componentes
dernos, encontramos quepen 1 rnparar los. anti.guos con los mo-
antiguo y el moderno no consideramos tampoco en la música la
inferioridad de uno respecto al otro, sin? que intentaremos com- do, con mucho, es el co111po~e1::r~s:;a~nt1gua el más complica~
prender el significado de su oposicióri'"> elemento armónico que do. mí 1 iti_nico,y en la moderna el
' ' 1na e COnJUnto"ll)
Schleget asocia, como Rousseau pero sin pronunciar sen- En la armonía de los "mod " ..
calmente la experiencia el~ u: ernos P,<Jr~ce expresarse rnusj.
tencias, la tesis ele la primada de la música antigua con el prin- "L , un rnstante m1stico"·
cipio estético de que la música debe ser expresión de "afectos y a armorna sería así propiam t l . ·. .
movimientos del ánimo", y con la afirmación histórica de que el música, que no basa en el ro res~~ el e. pnnc1p10 místico de la
origen de la música, que determina su esencia, hay que buscar- de,un efecto poderoso, sincf ug , __ e tiell1P? sus pretensiones
·. ·,.. to mdivisible".20 q e busca la mf1mtud en el momen-
lo en las "inflexiones naturales y plenas ele expresión" del len-
guaje; y por otro lado enlaza la tesis opuesta, la de la superiori- \ No de Rousseau, sino del si t , . . , .
dad ele la música moderna, con la convicción estética de que la
> co del romanticismo procecl 1 s e~ª_.<:stetrco-hrstonco-filosófi-
·• • . •. ••·.· helm Schlegel de lo anti e "a as,oc1<1c10n que hace August Wil-
música se basa esencialmente en las relaciones armónicas de los
• .•·. • . •·.·.·.( mitado" con lo "plástico?,uo, . pura~ente clas1co, rígidamente li-
sonidos", en las proporciones que aparecen precisamente netas .· e ,, . Y viceversa de lo mode " . ,
y puras en la música instrumental, y finalmente con el argumen- ) o ' que tiende a lo infinito con 1 0,~i'. u . ~
1t~iesc~
"21 rno, romanti-
to histórico-filosófico de que la esencia de la música no depen- i de I;;ege~ la pintura junto c~n la · CE:i el sistema
.·•. .•·. •.•. •. : · era romanüca" ' cr1'st1'ana) L. , m~s1ca son caractenst1cas de la
r:~m~nt ~s
de ele su origen histórico, que reside en el canto, sino que la · · a antites1s ·' lá · · ,
< no obstante, como muestran 1 f p astico-p!ntoresco" podía
descubre la ciencia a través del análisis ele la evolución del arte
musical.16
En tanto que Rousseau había designado la música "armóni-
/>
\•• .pletada o incluso substituida º~r
> ~a diferencia de Schle el
se tomaba partido en1f "Q !e ~ , 9e ~~valis, ser corn-
ntites1s plast1co-mus1cal", si
q . ~r~, una naturaleza conciliadora-
ca", "instrumental", como "musique naturelle" (a diferencia de la
"rnusique imítatíve"), Schlegel consideraba fundamental la oposi-
> moderna, cristiana era la "v~e-~de Y,,se ~o.nfesaba que la música
.·•.<. música e. ra el "ve;dadero" , rt aderal r~msica, y v1c. eversa que la
ción entre la "formación natural" ele la antigüedad y la "forma-
ción artificial" ele la época moderna, como se había debatido en \ : (E. f.l 1Nova l'is, la contraposición ar e e a epoca mod
" 1,, . ,· , ,, e.rna, cnstiana · ·
.
. . . .·•:. ·.···.111f.1este temáticamente ap . P, ast1co-mus~cal ' sm que se rna-
las polémicas literarias de los años 1790. El epíteto "natural" pasó •.·..···.···· · , arece corno prem " ·d ,,
así de la música moderna a la antigua. Al "desarrollo científico ·•. <.:: Bl . . · mas en. red . osa. Jfª
s construcciones cl1'a]e' cr·1cas , ). evi ente de al-
artificial" de la polifonía moderna oponía Schlegel el "principio > ··· . Lª 1 dea 1
ue que fuera la , · , ¡ .
natural" ele la antigua monodia.'? El pensamiento de asociar lo .•·>.·.. rreno .. · ,
del arte las e'p()cas 1f' m1~sica a que representara, en el te-
' romantrcas" -Ed d Iv . ,
i Bpranea- podría ínter retars . , . a 1~?1ay Contem-
moderno con lo artificial y ele separarlo del principio de
/fisrca de la música inst~iment:l c~mo u~a. rntegracion ele la meta-
ción es sin embargo, de modo parecido a la restitución ele
/~ . . ackenrocler y Tieck en 1 . ,' ~ ednfa~icamer;teformulada por
> . ' e sistema e categonas de la "Quere-
~~··········*•••······· 57
···················*•••
Car! Dablbaus ~········ La idea_dela música absoluta
música instrumental, era un modelo básico "interdisciplinar" que JJ Rousseau, op, cit., p. 275.
p l .
tornaba en contextos distintos diferentes matices, no significa en . it: ,·, - Jc1> 1'1urn A. dam Hillcr: Vi.m der iVochahmung : Natur in der Musik (Sobre Ja
modo alguno que se hubiese sobrepuesto "desde fuera" al pen- 11111 acion e e a naturaleza en la mi' -·, ) F · el · ¡
tiscbe B tt .. ' ... e usrca ' en ne ne l \V'1lhelm c'viarpurg: Htstortcbten
samiento musical. Llenó más bien la función de "traer al lengua- ., d la ia~e.zw Aufiwhme der Musik (Contribuciones histórico-criticas 3 Ja recep
cion e a música), I, 1754-55, p. 542. ' -
je" lo que sino habría quedado muelo -y por lo tanto menos efi-
, . H Johann Georgc Sulzer, Allgemeine Theorie der scbonen Künste (T , '
caz. Que la "artificiosidad" ele la música instrumental se elogiara ra] ele la1·4s bcl1:.1s artes). Leip7.Íg, J 7942, recd. Híldcshcim 1967 vol. IV ]J. p. Li¡e7º:1ª g~nc-
como un estilo elevado, en vez de calumniarla como esotérica; 1oha K l F t., d . } , ' - . u y SS
k _ , . • ~111 · ar -ric ne 1 Tríest: Benerkungen über die Ausbildung der .j¡ ,
que la "indeterminación" ele la expresión en la sinfonía no se to- iurist tri Deutscbland (Observaciones sobre el desarrollo del art . l on
mara como carencia, sino como símbolo sonoro del "anhelo infi- · ) ¡ · · · ' ~ e mus1ca en Al·
ma , en _A lgememe Musikalische Zeitung. Lcipzig, 1801. , . erna-
nito" y como "presentimiento de lo absoluto"; incluso que la es- h. August WiJhelm Schlegcl: Die Kunstiebre (Teoría d ·l l )
tética popular de la sinfonía permitiera una escritura "armónica" Lohner. Stuttgart, 1963, p. 207_ e ar e · Ed. de Edgar
(polifónica), en vez ele exigir una "melodía" ininterrumpida- ¡6 Schlegel, op. cit., pp. 205 v ss.
17
que, con otras palabras, existiera sobre todo un lenguaje estético SchlegeL op. cit., p. 206. ·
en el cual en torno a 1800 se pudo formular para la moderna . .
18
Hans
· .
r:; sCMge[s
H 0 lXT t J aurs. f t und Scbiilers Replik auf die 'Q . ,11 de
ctens et des Moderrze.s",(La réplica de Schlezel y Schiller en Ja "Q ¡u¡erdr, e Aes _An
música instrumental una apología de altura (que se necesitaba et des Mocl · ") " · · u ere. e es nc1ens
, , erncs ' en Literaturgeschicbte als Proiokation (La historia d. l lit . .
ineludiblemente tras de las invectivas de Rousseau); todo ello se como provocación). Frankfurt and M· . 1970 e a 1 eratura
19 . - am, , , p. 77.
debió en no pequeña parte al sistema de categorías que se había Schlcgel, op. cit., p. 207.
originado en la "Querelle des anciens et des modernes", 20
Schlegel, op. cit., p. 221.
21
SchJegel, op. cit, p. 207.
22
_2/. Novalls Fragmente · (F--"
ragrnentos. ·) · Ecl. por Ernst Kamnitzer Dresde 1079
pp. ) l SS. y 578. - . · ' , 7 ,
20
. Jcan Paul. Vorscbule der Asthetik (Escuela de la e t'1· )
ller. Munich, 1963, p, 93 ss, · < s e rea · Eel. de Norbert Ml-
24 Frieclrich Wilhelm Ioseph von Schelling·. !" ·¡
arte). m osopbie der Kunst (Filosofía del
Darrnstadt. 1959, p. 144.
NOTAS
1 Ernst Theodor Amadcus Hoffrnann: Scbriften rur lvlusik (Escritos sobre músi-
59
La idea de la música absoluta
r
cuentran que esto n~ es. ,1~1. i a pfro no un Salmo de Reichardt;
grimas un adagio pata m?~. c :, ele Hamlet o de Axur* me víe-
cada vez,qu.e :s.c;ich~ a s:n °~1~ Jo rande me produce una e~-
esencia del Romanticismo. Beethoven es un compositor románti-
co puro (y por eso un auténtico compositor musicalj.?" ya la
elección de la palabra descubre que también Hoffmann conside-
nen las lágrimas a los o1os. To , ~ . .:- '<lamente por los 01- raba como estilo elevado justamente el sinfónico. La sinfonía, se-
pecie de furor, que mucha·s, ve~~l~:i·~l~ ~~r1decía una vez, hace gún las palabras de Tieck, aparece como "drama" de los instru-
dos sin afectar al alma. Luise R d . le 1"'rod.l1cía mucha menos mentos'', y el tipo de drama hacia el que se orientaba la estética
.· · · e lo conmove 01 ,
romántica era el de Shakespeare, como creación paradigmática
mucho tiempo, qu d · . , nte lo elevado no podía conté-
~::~~g~
impresión que lo eleva o, y que a ele un estilo elevado que se burla de las leyes ele la belleza dicta-
1 Já . ,,, 1 das por los "medidores del arte"6. La fórmula de que Beethoven
ner a~in la defensa de Tíeck de le~ sublfi.rnel, qudeesles·1·\g1alo- sea "un compositor romántico puro (y por eso un auténtico com-
L • ' , tétíca básica a ma es
bia convertido en una c~kt:gon~. es ~a1nt encontró falta de com- positor musical)" no significa sino que la música instrumental es
XVIII con Edmund Bui e y con : . . 1 "conrno- "aquella que, desdeñando toda ayuda, roda añadidura de otro ar-
prensión en Wackenrocler, que no quena renunc1a1 a o te, expresa 12uramente y sólo por sí misma la esencia cognosci-
vector": . -: a tí lo elevado ha de hacerte ble del arte'". La idea de la música absoluta- la tesis de que la
"No entiendo bien por que. ,, 2 música instrumental sea la "verdadera" música -se asocia así en
soltar las lágrimas más q~e lo sent~n~~tal que impide identificar Hoffmann a la estética de lo sublime. La música "liberada" de
La diferenc1a de temperamen l d. Wackenroder- no condicionantes lingüísticos y funcionales se "eleva" sobre las
enteramente la estética de Treck ,cC?n .ª . e . ., l desarrollada
s~h~~º;iªa~~1fp~~~~:~~i~~s;~~~~:~
fronteras de lo finito para intuir lo infinito.
Que el tiempo principal de la sinfonía sea elogiado como
~~j?a~~~~;~~~~¿~sn K:u~sO:, cfl~ch~
en , . ~ . . 'k - confesaba inserto en una meta is1c~ elevado significa un contraataque frente a la polémica afirmación
esquematicamente, Tiec se ,. t .z . de la estética ele lo subli- de que un allegro -a diferencia de un adagio cantabile, que
de la música instrumental que ~·e .r;u l\~1
sentimiento estético cu- imita la música vocal y por eso es conmovedor- no era sino un
ruido agradable o ensordecedor, como decía Rousseau, que deja-
me, y Wackenroder en u~a ~e 1~1onL~ien,se incline a etiquetar la
yas raíces estab~n en el p1:tls1~ ·, Q , osición Sturrn und ba frío el corazón. A la tesisede que la sinfonía no alcance el sen-
historia de las ideas po,dna .h~bl,~r ~~ió~n~l~~ntimiento en Wa- timiento y se mantenga "sin lenguaje", se opone como antítesis
Drang en T1eck, f1:ense. ~ un~r~~~t~ndarse cuenta de que la dífe- que es "un lenguaje más allá del lenguaje", que .se remonta por
ckenroder. Pler~, esl ilnas)mylo"conmovedor" sigue manteniéndo- encima de los sentimientos terrenales palpables: el concepto ele
renoa entre o su ) une
::?/i:·
)./:·. l't' 1)1 $ f.¡, \'i :T¿ /t _.Ji !\- ~ ;k) ·t'o 0 'iJ ~ l$ ·~ ~ ;H ~ t>}' iJr 'if- 61 '~ '~ 'fi •)) O\!' :JI· ,'b *~ ,{1 (.:o~ /f, !!;> <11- $ e ~ ~ 1! '(lo~ 11;
Carl Dablbaus
sublime (o elevado) cumple así, como el de "maravilloso", la . "Todo el mundo, al menos alguna vez, habrá tenido en sí
función de justificar un fenómeno que escapaba a las categorías mismo _la ex¡~~riencia de que un sonido cualquiera, completa-
de la estética ele los afectos y de la imitación que dominaba en el m.ente msign~ficante,_ que a !º .mejor se. escucha en la lejanía,
siglo XVIII. Lo que había sido considerado como, carencia, la in- produce, en cierto estado arumico, un efecto maravilloso sobre
determinación de la música instrumental, se babia transformado el alma; es como si de repente despertasen con ese sonido mil
en un privilegio. oscu~os pensamientos que transportan el corazón a una indes-
La teoría romántica del "arte musical puro, absoluto", que criptible melancoha'<?
descubría en la "elevada" música instrumental un "lenguaje más Ese sonido aislado que resuena de la lejanía y hace sentir
allá del lenguaje", se originó en las décadas de 1780 y 1790 a toda la fuerza de la música, es luego en Wackenroder el sonido
partir de la estética del sentimiento, y por un proceso de trans- de una trompa-l, como más tarde aparecerá en las composicio-
formación en su momento casi imperceptible para sus coetáneos, nes de Weber.
que, a veces -en Karl Philipp Moritz, en jean Paul y en Ludwig ~a _estética sentimental, 3ue era una psicología exaltada, fue
Tieck- tiene lugar en el interior de un único texto literario: subsyt~1cla gradualmente, a finales del siglo XVIII, por la estética
"Hartknopf sacó su flauta del bolsillo y acompañó el magní- mmant1c~, que hablaba de la música utilizando categorías metafí-
fico recitativo ele sus enseñanzas con acordes adecuados -tra- si_cas. Y si el sentimentalismo (Sentiment), que buscaba la sensi-
ducia, improvisando, el lenguaje de la razón en el lenguaje de b.i11cla~, era un sentimiento sociable -la música instauraba la
los sentimientos: pues para esto le servía la música. A menudo, simpatia, una fusión de las almas-, la "nostalgia infinita" nacía
cuando había dicho la primera parte de una frase, tocaba en su de la s<;>leclad: de la contemplación individual de una música que
flauta el consecuente. Así corno su aliento sacaba sonidos de la se calificaba de "sagrada".
flauta, así espiraba los pensamientos del entendimiento al cora- La transición, que hace de la digresión de estética musical
zón''." del 1nqreas Hartknopfun documento en la historia de las ideas,
La novela alegórica Andreas Hartknopf, de Karl Philipp Mo- se diseña igualmente en jean Paul -que fue uno de los admira-
ritz, de la que procede esta descripción, se publicó en 1785 - dores de la novela ele Moritz-, un decenio más tarde en su Hes~
con la fecha de 1786; y el lenguaje con el que Moritz habla de perus. Y es aquí la música como arte, no como voz de la natura-
música es enteramente el convencional de la sensibilidad de la leza, en cuya _descripción la reflexión sentimental es substituida
década de 1780. No es casual que Hartknopf improvise en la me- por la _rnmant1c.a.El efecto ~e una sinfonía de Car! Stamitz, que
lancolica flauta arcádica; y es característica la simplicidad y la fal- ]can Paul clesc~ib~~n el capitulo 19 de Hesperus, consta primero
ta de arte de las melodías que tocan al corazón: el.e, la mera exc~tac10n del oído en el allegro, para pasar a la emo-
"Nada había de artificioso [en lo que tocaba], salvo que la cron d:l corazon con el ~dagio. La estética a la que remite jean
nota elegida había de sonar donde debía. A menudo e,ra una ca- Paul es de momento estrictamente convencional, y al considerar
dencia muy sencilla, o una modulación, lo que producía el extra- el, alleg;·o como mera "fraseología armónica" retrocede incluso
ordinario efecto"." mas atrás de johann Abraham Peter Schulz, quien había compa-
La estética musical de la sensibilidad tendía -a diferencia rado el allegro ele la sinfonía con una "oda de Píndaro" que
de la doctrina barroca de los afectos o de la filosofía del arte del "eleva y conmociona":12 '
clasicismo y el romanticismo- a establecer una estética de la . . "Stamítz asciende -según un plan dramático que no todo
música como voz de la naturaleza, no como obra de arte. director ,de orquesta puede diseñar- gradualmente ele los oídos
Pero el estado ele ánimo sentimental de Hartknopf se trans- al corazon, al pas~r de lo_s allegros a Jos adagios; este gran com-
forma casi insensiblemente en uno romántico en cuanto la músi- positor va describiendo cu-culos cada vez más estrechos en torno
ca deja de servir como lenguaje del co~·azón, en el que, un .ser al pecho, en el que está un corazón, hasta que finalmente lo al-
humano habla a otro para anudar un vínculo de sunpana, smo canza y lo envuelve en éxtasis". t.~
que es un sonido que toca inesperadam~nte lo_ más íntim(),. des- Pero en la a_lo~udón 11 su héroe, con el que jean Paul vierte
pertando en el ánimo el anhelo de un lejano remo del espintu al en palabras la efusividad de su corazón, su ánimo emocionado
que el alma tiende con una "nostalgia infinita": hace un giro hacia lo soñador-metafísico:
Car! Dablbaus
~------------------------·
l'i·;
68 t<
•••••••••••••••••••• •• 69
<Car! Dablbaus~ ____!:.a idea de la música absoluta
co se delinean los contornos de una música verdaderamente "ah- , . La estética del sen.timiento -la asociación de lo pleno ele
soluta"- una música que se rebajaba a objetivos extramusicales, sent1m1e,ntocon la sencillez y lo natural: esperar que por medio
que ponían en peligro su dignidad metafísica, cuando se extra- de l~, rnusica un compositor o un intérprete se exprese a sí mis-
viaba en vacíos virtuosismos -sea compositivos o interpretati- 1i;io, e~hale su alma en sonidos" para despertar en el oyente una
vos-, cuando se hacía dependiente de programas que exigían s1mpat~a que le haga c()partícipe de sus sentimientos, que así,
un descriptivismo musical nimio, o si se derrochaba en expresos con otras palabras, la rnustca sea un medio para "formar" una so-
sentimientos considerados cotidianos. Con otras palabras: el sen- c1eda~ Y, una sociabilidad no convencional, "universalmente hu-
timiento expresado musicalmente resultaba tan sospechoso de mana ·, ,· no alienada" -se entiende sociohistóricamente como
trivialidad como el funcionalismo, lo programático o lo caracte- u~1a estetíca burguesa, apenas influida por las diferencias ideoló-
rístico. gicas entre iluminismo, ~ensibilidacl, Sturm und Drang, rornaticis-
Lo que Novalis decía de la poesía vale igualmente para una mo popular y Biederrneier. Se documenta ya a comienzos del si-
música en la que se quería encarnar la idea de lo "poético" en su glo XVIII en las Reflections critiques del abate Dubas:
máxima pureza. . "~xactan:ente as~ cmno 1~ pintura imita las formas y colores
"Para mí está que la poesía no debe producir afectos. Deci- ele la naturaleza, la rnusica muta los sonidos, los acentos, los sus-
didamente, los afectos son algo tan fastidioso como las enferme- piros, las modulaciones de la voz, en suma, todos los sonidos
dades". 3º con. los ~~ales la naturaleza misma expresa los sentimientos y las
Y Friedrich Schlegel, que tendía a expresar rudamente en pasiones , . 32
fragmentos lo que otros daban a entender tímidamente en sus . Por o~ra parte, la serie de citas con que Hanslíck en l 854
tratados, atribuyó, a la opinión de que la música "debiera ser só- cierra el primer capítulo de su polémica contra la "podrida estéti-
lo el idioma del sentimiento" la sospecha de constituir categóri- ca del sentimiento" testimonia ele su existencia hasta mediados
camente "el punto de vista vulgar de la llamada naturalidad". del siglo XIX.33
"Algunos consideran extraño y ridículo que los composito- Por el contrario, la teoría romántica de la música instrumen-
res hablen de los pensamientos que existen en sus composicio- tal es ui:-a metafísica que se desarrolló en oposición a la estética
nes ... Pero quien tenga sensibilidad para las maravillosas afinida- del, se~t1m1ento, o, en todo caso, en contra de sus variantes po-
des de todas las artes y ciencias, al menos no considerará las co- pula:es. Schlegel compara la forma musical con una meditación
sas bajo el rastrero punto de vista de lo que suele llamarse natu- filosófica, para aclarar que la forma es espíritu y no la mera en-
ralidad, según la cual la música debiera ser tan sólo el lenguaje voltura ele una exposición de afectos o de una expresión de sen-
del sentimiento; y no encontrará imposible una cierta tendencia timíentos
hacia la filosofía en toda la música instrumental pura".31 En el Romanticismo -en el auténtico, a diferencia de lo
Que Schlegel una su agresión contra el racionalismo -al que o~L;rr~a en el triyial-, a la sencillez se oponía la "hermosa
que apuntan inequívocamente las palabras "vulgar" y "la llamada ~onfus1.on_. de lo artihc~oso, a lo. natural lo maravilloso, y al culto
naturalidad"- con una objeción contra la estética del sentimien- comurnta11.o~el sentimiento la vislumbre metafísica que se le de-
to podría resultar sorprendente, pues la opinión de que, precisa- para al solitario en la contemplación musical, olvidado de sí mis-
mente al revés, la estética romántica haya siclo (o debiera ser) mo y del mundo.
una estética del sentimiento y la racionalista una estética ele la El gesto rudo con el que Novalis y Friedrich Schlegel se
estructura, es uno de esos prejuicios enraizados en la historia de apartan ele la cultura burguesa del sentimiento -con el que la
las ideas de manera tan tenaz que los historiadores apenas tie- musica, como lenguaje de la sensibilidad, fundamentaba la sirn-
nen opotuniclad de extirparlos. Pero si por estética romántica se !ª
~,atía" Y .s,°ciabili~ad- y ren~e.gan de _ell~ polémicamente, por
entiende la estética de los románticos, ésta -como metafísica de caractenst1c~ ,que sea de la estetíca romantica, parece sin embar-
la música instrumental- está tan alejada de la estética del senti- g? la expres15m extrema rJe esa tendencia ele fondo, una renden-
miento, con la que continuamente se confunde, como del forma- ~1a que podía .ofrecer también otros matices. August Wílhelm
lismo de Hanslick. (La dicotomía impuesta por Hanslick es ina- Schlegel, por ejemplo, se manifiesta, como de costumbre reser-
decuada para los comienzos del siglo XIX). vado y conciliador. Mientras Novalis compara -en su horror por
•••••••••••••••••••••• 70 •••••••••••••••••••••
••••••••••••••••••••••• 71 •• •••••••••••••••••••
Carl Dablbaus La idea de la música absoluta
la sociabilidad sentimental, que le provocaba hasta 17áuseas- los Iismo" estético musical, afirma que una dinámica del sentimiento
afectos con enfermedades de las que temía contagiarse, August indeterminada, indiferenciada, no puede ser la substancia estéti-
\"X!ilhelm Schlegel habla de "suciedad material", pero dice de la ca y la raison d'étre de una forma musical determinada, diferen-
música que posee efectos catárticos: . . ciada. (Schopenhauer intentó resolver el mismo problema que
"Ella limpia las pasiones de Ja s_~ciedad material qu~ se les Hanslick, el problema de en qué relación se halla la falta de ob-
adhiere, ya que las expone sin relación co? o~¡eto~, me1ame~te jeto de la expresión musical con la determinación de la forma
en su forma, como se clan en nuestro s~nticlo i_nte110:; Y qm~<;7- musical, pero llegó a un resultado opuesto:
doles su envoltura terrenal las hace respirar un eter mas puro - "Pero su generalidad no es en manera alguna la vacía gene-
Que por medio ele Ja música sentimier:tos o afectos _se ex- ralidad de la abstracción, sino algo muy diferente, y está unida a
presan "meramente en su. forma" era en el ~1glo XIX, e~ di~eren- una determinación total y clara. En esto se parece a las figuras
tes versiones y con cambiantes valo1:ac1ones, ~m lugar comun ele geométricas". 37
la estética musical. Una misma premisa, la tesis ele la falta de_ ob- La correlación entre la "determinación total" ele la estrnctura
jeto y de concepto en los sentimi~ntos_ re?resentado~ 1~u~1c~l- por una parte y de la expresión por otra queda sin embargo aquí
mente, permite extraer consecuencias d1vc1_ge?tes~ ,hysta anta- como una afirmación gratuita.
gónicas. Que la música pueda concebir sentírruentos solo in abs La variante schopenbaueriana de la estética del sentimiento,
tracto vagamente, no impidió a Scbopenhauer poner el =v= la tesis ele que un afecto expresado musicalmente -gracias a la
ql{e la· expresión del sentimiento -y no la forma musical~ liberación de objetos y motivaciones- se eleva a través de la
era el elemento decisivo: el objeto de la música sería -entendi- abstracción a la dignidad metafísica parece haber sido inspirada
da como encarnación suprema de los afectos- la "volu:itad", el por Wackenroder. En vez de una resignada y tenebrosa metafísi-
empuje ciego, el impulso, en el qu~ Schopenh_auer creta b~ber ca de la "voluntad", hay en Wackenroder un "recogimiento" esté-
descubierto "la cosa en sí" (Ding anj sicb), detrás de las apanen- tico en el sentido de una "religión del arte", en CllYO contexto la
cías del mundo. Precisamente la abstracción le parece -en vez idea ele una expresión musical de sentimientos in abstracto ad-
de un defecto- la zarantia de que los sentimientos expuestos quiere significado filosófico.
musicalmente no estin adheridos a los fenómen:is empírico~ ?el Los sentimientos que brotan de la contemplación estética,
mundo, sino que penetran en su entraña metaf1s1~a. La estética olvidada de sí misma -concentrada en la música y en su signifi-
del sentimiento del siglo XVIII, mediante el 111gred1entede la au- cado, y no abismada en las emociones del propio ánimo- de-
sencia de objeto, posibilita un g_iro hacia lo ~neta~ísico. . , ben ser abolidos igual que los afectos bien delimitados y deter-
La música no expresa "el fenómeno, smo solo la esencia 111- minados por la palabra, para encontrar el acceso a "un arte musi-
tima, el en sí ele todo fenómeno, la voluntad misma"_l. .. ) , cal puro y absoluto".
Lo que expresa "no es esta o aquella determ11_1_'.1-da alegría "Cuando todas las vibraciones íntimas de las fibras de nues-
aislada, esta o aquella aflicción, o ~olor, o terr?r, o júbilo, o re- tro corazón -las temblorosas de la alegría, las tempestuosas del
gocijo, 0 paz interior; -~ino la ale_gna,_ la af1_1,cc10,n, el ~olor, el te- éxtasis, el pulso palpitante de la adoración devoradora-, cuan-
rror, el júbilo, el regocijo, la paz mt~nor mt~mos,. en :1~r~o_m~do do todos los lenguajes ele las palabras, como un panteón de la
in abstracto, lo esencial ele ello ~rnsmo, todo sm accesorios, Y íntima pasión, estallan con una exclamación: entonces van a
por eso también sin los motivos".3). . otros cielos ignotos, a las vibraciones encantadoras de las cuer-
Lo que es "esencial" en Schopenhauer resulta rel;ia¡ado ~ das del arpa, como en una vida del más allá transfigurada de be-
"inesencial" en Hanslick. Para Hanslick, ~a falta de ob¡c;tc~ Y la lleza, y festejan en figura de ángeles su resurrección=v''
abstracción de la expresión musical significan que la musica se La música instrumental, sin palabras, aparece corno la re-
limita a exponer la "dinámica" ele los_ senti,mientos: . . . dención de los sentimientos, liberados ahora de las cadenas de
"No puede describir el amor, sino solo u~ movimiento c_iue la música vocal, atada a ~ns palabras. Sólo cuando apartamos los
ocurre en el amor o en otro afecto, pero que s111 embargo es irte "llamados sentimientos" -como dice Wackenroder con un claro
sencial ele su carácter" .36 distanciamiento del sentimiento y de la cultura sensiblera de la
- y el argumento principal de Hanslick, el básico del "forma- sociedad- "de la desordenada mezcolanza y del enredo de la
Car! Dablbaus La idea de la música
-----. ... absoluta
,,_
existencia terrenal en la que están enmarañados, los elaboramos sentimientos particulares; éstos no son sino estados momentá-
cuidadosamente para un bello recuerdo y los conservamos ade- neos que sólo podrían ser algo para el arte si se reúnen en una
cuadamentev.t? se convierten en estéticos, y esto quiere decir, unidad. El sentimiento momentáneo debe trascender a la simpli-
para Wackenroder, la adquisición de un significado artístico-reli- cidad del ánimo humano".
gioso. Que -con otras palabras- una multiplicidad de cambian-
"Estos sentimientos, que salen ele nuestro corazón, a veces tes emociones sentimentales debiera apoyarse básicamente en
nos parecen tan graneles y magníficos que los guardamos como una unidad de carácter, si el postulado central ele la estética -
reliquias en preciosas custodias [ .. .l Para la conservación de estos que al mismo tiempo lo era de ética- tenía que cumplirse, re-
sentimientos se han creado diversas y bellas invenciones. Y así cuerda el esquema de la estética musical clásica ele Korner, que
han nacido todas las bellas artes. Pero considero la música como se originaba de la oposición entre patbos y etbos. Pero el énfasis
la más maravillosa de estas invenciones, porque describe los sen- artístico-religioso al que se eleva Solger es una herencia del Ro-
timientos humanos de manera sobrehumana" 40 manticisrno: (La música es) "sobre todo, por una parte, el sentir
La expresión sentimental de la música fue "sacralizada" por interior del alma, y por otro lado la expresión del sentimiento
\\!ackenrocler, con incalculables consecuencias para la estética particular. Ambos deben compenetrarse íntimamente y así expo~
musical del siglo XIX. Pero por otro lado los sentimientos, por ner la idea, en cuanto que la música es siempre sentida como al-
una exaltación. desmesurada, se alejaron de tal manera de su ori- go general, y esto mismo simultáneamente se siente corno un es-
gen que la distancia que separa a Wackenroder de la sensibilidad tado momentáneo".
es apenas menor que la que le separa ele una estética de la for- "Idea", en el lenguaje ele la filosofía dialéctica, significa me-
ma con "superestructura" metafísica, como por ejemplo la procla- diación entre lo general y lo particular. Pero el "sentir interior del
mada por Ernst Kurth en el siglo XX. La "elevación" artístico-relí- alma" parece ser para Solger, como para Schleiermacher, el lugar
ojosa de los sentimientos más allá de la tradición de la sensibili- donde se constituye la religión: como elevación a través del hun-
dad, sin embargo, fue adaptada como objeto edificante de la cul- dimiento en sí mismo. Pues ele otra manera el paso del "sentir
tura sentimental burguesa -cuyo aspecto emotivo continuó ac- interior" como conciencia de sí mismo al sentimiento de una "ac-
tuando subterráneamente en el período clásico-romántico y en- tualidad ele lo eterno" apenas podría explicarse.
contró una continuación en el Biedermeier. "Así la música puede transportarnos, por medio del fenó-
La estética de la música instrumental de Wackenroder - meno de la aparición, a la actualidad de lo eterno, en cuanto
una estética en la que la música absoluta aparece como barrunto que disuelve nuestro sentimiento en la unidad de la idea viviente
del infinito tal y como se revela a un sentimiento que en sí mis- [. .. ] La música disuelve nuestra propia conciencia en la percep-
mo, liberado de la "suciedad material", es ya religión- fue tras- ción de lo eterno. Por ello el uso propio y esencia] ele la música
ladada por Karl Wilhelm Ferdinand Solger y Christian Hermann es el religioso".42
Weisse al lenguaje de la filosofía dialéctica; a un lenguaje en el Lo que "ethos" significaba en Korner -la abrazadera que
que la pretensión enfática del filosofema estético, en el que se mantiene unidos los movimientos sentimentales expresados en
compenetraban la religión del arte y la religión del sentimiento, música-e- se ha convertido en Solger en una experiencia religiosa
no sólo no se atenuaba, sino que se acrecentaba en cuanto que comunicada por la música y cuyas raíces están en el "sentir inte-
una doctrina que para sus detractores cultos podía ser excusable rior del alma".
en todo caso como poesía, se presentaba ahora como una teoría En el Sistema de estética de Weisse, publicado en 1830, es
científica. la música instrumental absoluta la que -tomando conciencia de
En el capítulo sobre música de sus Lecciones de estética su propia autonomía e independencia-e- hace sentir y traduce de
(vorlesungen über Ásthetik) de 1819, editadas póstumamente en manera más clara el "espíritu moderno".
1828, Solger parte de la intuición de Herder de que "el alma uni- "La vitalidad del esoíntu, que se crea su propia peculiaridad
versal, el simple concepto del, ser de las cosas existentes" se ex- en la música instrumental, una forma diferente a todas aquellas
presa "por medio del sonido" .41 que están fuera del reíno ele la belleza [por "peculiaridad", que
"Pero la música no existe sólo para la mera expresión de queda por debajo del afecto, como "bello afecto", Weisse, corno
Schopenhauer, entiende los condicionamientos, los objetos y las . , ", f'.T.A. Hoffmann: Schriften zur Musite (Escritos sobre música).
motivaciones empíricas, finitas, del sentimiento], se expresa en drich Schnapp Munich, 1963, p. 36. Ed. de Frie-
ese arte como un incesante ir y venir o fluctuar entre los dos po- º \Vackenroder, op. cit., p.255
los opuestos del dolor y la alegría, o del lamento y el júbilo [de ~ Hoffrnann, op. cit., p. 37.
un "fluctuar" en "toda la inconmensurable región de los senti- ' Hoffrnann, op. cit., p. 34.
8
mientos", que de igual modo significa superación y transfigura- 9
Karl Philipp Moritz. Andreas liaJ1kno.·"f: ~ •.s tuttgatr, 1968, p. 131.
n Reed.
. Mornz, op, cit., p. 132.
ción de los afectos, había hablado ya en 1826, cuatro años antes 10
Moritz, op. cir., pp. 132 y ss.
que Weisse, Nageli en sus Lecciones de música,43] y ambos senti- ll Wackenroder, cp. cit., p.247.
mientos o estados de ánimo se manifiestan aquí en su pureza co- 12
Sulzer, op. cit., p. 479.
mo atributos de lo absoluto, o, si se quiere usar esta expresión,
del espíritu divino, sin relación directa con lo que al espíritu fini-
i:
1''
Jean Paul: Wierke(Obras). Ed. de Norbert Millcr. Munich, 1960, p. 775.
Jean Paul, op. cit., p. 776.
to del ser humano le despierta, le multiplica y le acompaña".44 , l5 'kNlllrb·ehrt Miller: Musils als Spracbe (La música como lenguaje). En Beitrage
Los sentimientos "en abstracto", purificados de la "suciedad zw must ea tsc en Hermeneutte (Cont 11-·¡ •·
e .10.1 ll . · ·
¡ 1
»ucrones a a 1crmenéutica musical) Ed el.
material" que Wackenrocler quería guardar "como reliquias en .ar . a 1 1aus. Regé,nsburg, 1975. pp, 271,, ss
1(1 . . } .
· - · e
preciosas custodias"45 -y la música instrumental absoluta no era " "Gustav Bec,kmg: Zur musikaliscben Romantik (Sobre el Romanticismo musi-
para él sino una tal custodia- aparecen en Weisse -y apenas ~1~1~.9~~. l~)~~~.che v tertdjahrsschrift für Literaturwissenschaft und Geistesg~schichtc",
puede formularse más extremadamente la doctrina de la religión
F Beckíng, op. cit., p. 586.
del arte como religión del sentimiento- como "atributos del es- rn W'ackenroder, op. cu., p. 256.
píritu divino". tY Wackenroder, op. cit., p. 254.
20 H .. 1
mán e1~nc 1 ~e:5Selcr: Mozart und die deutscbe Klassic (Mozart y el clasicismo ale-
( ~ ). En Berich¡ üher den uuemasionaten musikwissenschaftip,en Kongrefs tl7i'en
196
In orm,~ del Congreso Internacional de Musicologia. Viena, 1956), Graz. 47. J l
- En Wolfgana Scife t CI: · ti · · · ·
1958
· 'p.
deutschen Kl ,.. 'k ( 1"." . r : . orss tan CJott/ried Korner, Ein klusiküsthetiker der
e ) R . ª
1•01 C tnsuan Gottfi ied Korner. Un esteta musical del clasicismo ak·~
man . cgens Jurg, 1960, p. 147. · ' ~
22
{. Seifert, op. cit., p. 148.
¡
¡ 23
Wackenroder, op. cü., p. 255.
.. ·
~; Wackenrocler, op. cit., p. 254 .
Hoffmann, op. cit., pp, 34 y ss,
NOTAS 2(r,
Hans Georg N~igeli: Vorlesungen über 1\.4usik mil Beriicksichtif{ung der Dilet
tanten Lecciones ele música t· t ·, f · · ·
· • arn »en para a ícionados). Stuttgart y Tubinga, 1826, p.
32.
27
Niigelí, op. cü., p. 33.
28
~ johann Fricclrich Reichardt, amigo y cuñado de Tieck, fue autor de gran nú- Wackenrocler, op. cit., p. 236
29
mero de lieder, óperas, oratorios y música de escena, y de varios salmos (l 752-1814). \Vackenroder, op. cit., p. 255.
30
Su hija Luise Reichardt escribió también música vocal y fue muy estimada por sus Novalís. Fragmente (Fragmentos). E 1 el
SS6. .o. e Ernst Kamnitzer, Dresde, 1929, p.
condiciones musicales y su sensibilidad. Hamlet, obertura y entreactos (1779) de
GeorgJoseph Vogler (1749~1814). Tarare, ópera de Antonio Salieri, con lexto de Be-
aurnarchaís (París, 1787), rehecha como Azur re d'Ormus, ópera tragicómica (Viena,
1788), y posteriormente como Atar(Brno, 1810).(IV. del T)
I)
A~,
E
n:31Friedrich SchJegel: Charakleristiken und Krliike1" l (C ..
d· ·- - . .
e.; .
tc:ion cntICa .de _las obras de Friedrich Schlegel. Kritische FriedrichSch!e
sga e. Ed. de Hans füchner. Murnch. 1967 vol IJ p 25/.
.
· t. • ,a¡ actertsucas y cnttc"lS
, .
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'/5
1 \v'ilhelm Heinrich Wackenroder: Werke urid Briefe (Obras y cartas). Heidel-
32 Abate Dub ·· J?,fl, · ·
, .
. · ·... ' · ' ,·. '*·
os. ~J•Gctions critiques sur la Poeste et sur la Peintuv, (R fl ,
nes cnt1cas , 1 . 1 , ""-- .. ,6 e exio~
berg, 1967, pp. 292 y ss. . · · scn1e a poesia y sobrt: la pintura). París 17Vi 1' · d . ¡, , . ~
2 Wackenrodcr, op. cit., p. 297. gue, 1760, p. 1·13. ' · · ra · ,¡ enuna. Copenha-
3 Johann Gcorge Sulzer: Allgemeine Tbeorie der scbonen Künste (Teoría gene- 33 Eduard Hanslick: Vom Musikali~chSchónen (De lo· 11 ·11 · , .. )
··z1g,
· rn-4 . d · ·
) , ree . Darrnstaclt, 1965, pp. 10 y ss.
· . . e o en rnus1ca
· Leip
~
ral de las bellas artes). Leipzig, 179Y, reecl. Hildcsheim, 1967, vol. IV, p. 478.
Carl Dahlha_u~
J d ] t ) Ed Edgar Loh-
34 August Wilhelm Schlegel: Die J(unstlehre (Traraco e ar e.
ner. Stutrg<Ht, 1963, P· 215. ... be W.• I•, (Obras completas). Ed. de Max Koh-
35 Arthur Schopenhauer: Sarnl 1..te.;. er.e . •· ·
LA CONTEMPLACIÓN ESTÉTICA COMO RECOGIMIENTO
ler. llerlín s/a, vol. Il, PP· 258 Y ss.
Y1 Hanslick, op. Gil. p. 16.
9 Schupenhauer, op cit., p. 259.
38 wackenroc,der, op. cit .. PP· 222 Y ss.
39 \Xiackenroder, op. cit., p. 206. En el prólogo panegírico de su monografía Sobre la vida,
40 Wackenrodcr, op. cit., P· 206 ss. .. ·· , .• ( .. ·. ,5 sobre arte y obras de [ohann Sebastian Bach (Über fobanri Sebnastian
•il ¡··1 l Wilhelm Ferdinand Solger: vcrlesungen uber Astbetih Leccíone ..
xar . . I l 1969 p 340 Bacbs leben, Kunst und Kunsttueree), escribe Johann Nikolaus
eslt'.tica). Ed. ele Karl \'V'ilhdm Ludwig Heyse.. )annsract, . ' . . Forkel que "he llegado a la convicción de que cuando se conoz-
•2 Solger, op. cit., p. 341. can a fondo las obras de Bach no se podrá hablar ele ellas sino
:~ ~~~i~: ;
1;~::.:·;·1,~ll~~x,cisse:
der Scbonbcit (Sistema de estetica
s_j1stem der Ástbetik. t1iJs W.liss1en1s1cb:fi)t
· · como ci. eencía' de la 1( E"lc. e v• Je ez,t ·
IH!Oi7d~~~~~;~e
• '
con entusiasmo, y de algunas incluso con una especie de adora-
ción sagrada."! El tono religioso que emplea Forkel -no sin titu-
beos- era enteramente inhabitual en 1802 cuando se trataba de
1966, vol. Il' pp. 56 y ss.
45 Wackenroder, op. cit., p. 206. hablar de obras de arte. Y el sentimiento de no cometer blasfe-
mia cuando experimentaba, en presencia de imágenes musicales,
esa "adoración sagrada", seguramente lo había sacado Forkel de
la lectura de Herder, de Tieck o de Wackenroder.
En 1793 -tras una "estancia en Italia" que le hizo meditar
"sobre la música al servicio del culto más de lo que hubiera po-
dido hacerlo en Alemania"2- escribe Herder en su ensayo Cáci
lia.
"Pues el recogimiento, me parece, es la más alta suma de la
música, sacra armonía celestial, resignación y alegría. Por ese ca-
mino Ja música ha conquistado sus más hermosos tesoros y se
ha introducido en lo más íntimo del arte".3
El "sacro" arte musical para el que Herder exige "recogi-
miento" es la música de un "Leo, Durante, Palestrina, Marcello,
Pergolesi, Handel, Bach"4. El presente parece a Herder un "tiem-
po mezquino"; pero de la pasada grandeza, una grandeza que
puede conservarse en la memoria, puede extraerse la esperanza
de que el camino hacia una nueva era de la música religiosa no
está cerrado.
"La música sacra no está muerta, como no puede perecer el
verdadero sentimiento religioso y el candor; por ello esa música
espera y confía en una era de la reintegración y de la revela-
ción".5
La música "sacra", cuya idea conjuraba Herder en 1793, no
era la música en general, ·Jsino la "verdadera" música religiosa,
cuyos principios encontraba realizados tanto en Palestrina como
en Bach. (El concepto restringido de música de iglesia sobre el
que se replegaron los entusiastas de Palestrina en el siglo XIX -
~···~···· ••••••••••••• 78
Carl Dahlhau__;_· ···
tanto los protestantes como los católicos- era t~c~avía aje~o- ~ prenclente. El traslado del "recogimiento" desde la música "sacra"
Herder). Pero en 1800 -en Kalligone, una metacntica a la cn:t a la música absoluta no era, como podía sospechar un deprecia-
ca del juicio de Kant- para Herder el "recogimiento" es_''la mas clor de la "religión del arte" del siglo xrx, mero desvarío sino
alta suma de la música", un sentimiento con el que se refiere a la que significaba nada menos, para la cultura musical del' siclo
música en general, también y precisamente a la "apartada de pa- XIX, que el descubrimiento básico de que la gran música inst~u-
labras y gestos", a la música absoluta. . mental, entendida como "lógica musical" y como "lenguaje más
"Si vos, que despreciáis la música de los. som~os como tal Y allá del lenguaje", necesitaba de una posición determinada la
no sacáis nada de ella [se refiere a Kant)], si no tiene palabras, contemplación estética, de la que Schopenhauer ha dado la 1~ás
entonces quedáis muy alejados de ella [ .. .l Cuán difícil ha sido agud~ de.scrípción; una posición gracias a la cual se constituye la
para la música el separarse de sus hermanas, palabras y ge_stos,Y
llegar a ser un arte autónomo, lo de1:1uestra el lento ca.mmº_
su historia. Se precisó de una necesidad absoluta en si misma
el: conciencia. La contemplación es, para hablar con la terminología
de Edmund Husserl, la "noesís" del "noerna" música absoluta.
' d l .. ., 6 Pero la teoría de Herder presuponía que la música "indeter-
para hacerla independiente y liberarla e ayuc as ajenas ·. . minada", "apartada de las palabras y los gestos", no aparecía ya
Que el origen de la música haya sido el canto no 1m_p1d~ ~ como una variante deficitaria de la misma vocal, sino como el
Herder afirmar que su telos, en que se demuestra su esencia, sea ::auté°,~ico" arte_ musical. Sólo .cuando la música sin palabras se
la música absoluta. . . eleve por encima d:l lengua1e en vez de serle deudora, es po-
Pero la "necesidad absoluta" que posibilitó una música ins-
trumental autónoma, liberada de funciones y textos, como arte
sible y plena ?,e sentido la elevación al recogimiento religioso y
la contemplación de la música absoluta.
en el sentido más definitivo, la busca Herder menos en .la estruc- No puede excluirse en modo alguno que Herder debiera a
tura de la cosa misma que en la disposición ele la conciencia del e~perienci~s per.sonales -y a la oposición a Kant, que despre-
oyente. Con otras palabras: la e:igeoc~a de l~ músic.a ª,~sol~1ta, ciaba la mus1ca mstrumental- el haber llegado a la conclusión
como lo "bello sin concepto", lo teleológico sin obJetlVC? p01 un d: que la D?-ú~ica absoluta -como "arte musical sagrado"- pe-
querer de sí mism3:, er: :vez ele ~poyarse ~n proc~,sos o 1l~1_strarse d1a,ui: sentimiento de "devoción" o recogimiento; pero más ve-
con textos, no se justifica, segun Herder, en otra cosa smo en rosímil parece que se haya dejado influir por Wackenroder (Los
que al oyente, sumido en una contemplación que le hace olvi- Desahogos del corazón de un monje amante del arte aparecieron
darse de sí mismo y del mundo, la ¿nus1ca. ~e le .~parece co~o en 1797, y las Fantasías sobre el arte en 1799). Y fue por el len-
"un mundo aislado y para sí mismo". La leg1t1mac1on.de la mus.1-
1
gua1.e de Wackenroder por el que todo un siglo expresó el reco-
ca absoluta está en la contemplación estética y en su 1mJ?~)rtan.sia girruento al que se sentia arrastrado por la música.
para la "educación de la humanidad", y vic~versa, la leg1~1~nac1on "Cuando Joseph asistía a un gran concierto, se sentaba en
del sumergirse estético está en la expresividad de la mus1ca ab- un rincón, sin mirar siquiera a la brillante concurrencia de los
soluta, que va más allá de las palabras. . , ,· asistentes, y escuchaba con el mismo recogimiento como si estu-
"·Qué era aquel no sé qué que la aislaba [a la musical de viera. en 13: iglesia -con la misma inmovilidad y silencio, y con
todo l~ extraño, del espectáculo, de la danza, ~e los gestos, n:- l?s OJOS mm~ndo al suelo. No se le escapaba la menor nota, y al
cluso ele las voces acompañantes? El recogmuento. El recogi-
miento es lo que a los humanos y a las asambleas de los huma-
final s: sentía, por la tensa atención, laxo y agotado [. .. ] . En las
sinfonías a gran orquesta alegres y arrebatadoras, que amaba so-
nos los eleva por encima de las palabras y los gestos, quedando bre todo, le ocurría a menudo ver un animado coro de jóvenes y
ele sus sentimientos nada sino sonidos" .8 . muchac~a_s danzando en un prado risueño [ .. J Algunos pasajes
La afirmación ele que era adecuado escuchar una pieza de de la m:is1ca le resultaban tan claros y penetrantes que las notas
música absoluta con "recogimiento", en vez de encontrar en los le parecian ser palabras. Otras veces las notas creaban en su co-
ruidos agradables pero vacu_~)s -lo que para Sulzer, q~~ en:ar- razón un~ maravillosa mixtura de alegría y de tristeza, de modo
naba el common sense de finales del siglo XVIII, s1g111hcab~, la que el retr y el llorar le parecían igualmente próximos [. .. ] Todas
música instrumental- una manera de animar la conversación, estas diversas sensaciones hacían nacer en su alma siempre imá-
no era, por supuesto, natural en torno a 1800, sino más bien sor- genes adecuadas y pensamientos nuevos: -un maravilloso don
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Car! Dq~~lha_r_1s _
--·-·-·-·-·--··---··-·------·------·-·--·-·-·---·-·---·--·~--~-- La idea de la música absoluta
, . . - . . actúa tan poderosamente sobre no-
de la mus1ca-, un arte que t todas las fuerzas de nuestro ser, con la desconfianza indiferenciada de un "formalista" contra to-
'Otros y pone en movirruen o ~ ,,
s . · es su lenguaje ·9 das las clases de "hermenéutica". Lo esencial de ellas es -para
tan oscuro y m1s~'.2!1~so. , . , . t " en Wa~kenroder-Berglinger -en hablar con la terminología en torno a 1800- que no son "histó-
La pa.labra recognruen _º . idéntico a Berglinger, el autor se ricas" ni "características", sino "poéticas": no cuentan una histo-
el pa~::~je citado Wa_ck_enrnd_er es debe ser entendida en un sentí- ria, y evitan nombrar un pathos o un ethos determinado y firme-
identifica con el piotdg~7;~t~ Ce tamente, en las Fantasías so mente delimitado, al cual la música serviría de expresión. Son
clo no exactamentf i~etd o~1c.?"01~¡;anción atrevida" cuando los más bien un intento de hablar de la esencia "poética" -y esto
bre el arte se ha.b .<: e u1;a. c . ue "con corazón sincero se arro- no quiere decir literaria, sino metafísica- de la música con com-
acleptos de Ja religión del arte, q h. menaje de un amor eterno e paraciones que se entrelazan con figuras enigmáticas y laberínti-
dillan ante el arte y le of~ece:i su ? l ele. ido para ser consagra- cas que quieren significar que la música es un "lenguaje más allá
ilimitado", s~~ parangonado_::;,~~~r t~das ~artes en su vida bellos del lenguaje". Tieck escribía:
do sacerdote", que encuen. Lra l . . dios" 10 Sin embargo, la [Las sinfonías] "desvelan en lenguaje enigmático Jo más
h . . - · el - gracias a su · · ·
motivos para onrat Y . ~1 , simple confesión cuando enigmático, no dependen de ninguna ley de Ja verosimilitud, no
0
11
fu
"comparación" se c_or~~;e1 t~ )~7nd~n~L mutable santidad de este necesitan deducirse de ninguna historia ni de ningún carácter,
permanecen en su mundo puramente poético","?
\Vackenroder ven~1a , ,L pre " la música-s-!': o incluso cuando
arte más que de nmgun otro .--::-- 1·,., , .t . Parece como si las maneras de escuchar la música, que en
, to identifica re 1 cr10n y ar e.
Tieck, sin ningun reca . ' l .. .: ta ne~te el misterio último de la 1797, en [osepb Berglinger; se funden sin gradaciones de valor,
"Pues el arte mus1ca es cier 'r . , . , » 12
. 1 l' · c enteramente revelada . en el esquema ele una teoría de la recepción que Wackenroder
fe, la mística, a re igio.~al . e Wackenrocler-Berglinger se siente intercala en 1792 en una carta a Tieck, se diferencian radical-
El "recogimiento d que · . el , ica sin distinción mente en una manera "auténtica" y otra "falsa" de disfrutar de la
transportado 'Vale b~sicame~1te p~~ra to a rnusi ' , música:
ele géneros o categonas _es~~~1st1~ª:':· ual uier ti o de música "Cuando voy a un concierto, encuentro que disfruto de la
"Siempre me ha ocui rido asr, que c . q I: , .elerite música de dos maneras distintas. Sólo una de estas maneras de
que esté escuchando me parece _s;, . r 13el pnmero y mas exc ,
disfrute es la verdadera: consiste en una observación atentísima
V me hace olvidar todos los demás . l .. 1 te" con el que de las notas y de su proceso; en el completo abandono del alma
· (El "elegido par::~, ser c_o~s_~?ra~~e~~~~~co arangona al fiel a esa arrebatadora corriente de sensaciones [en la expresión
\XTackenroder, en una ~ompa1:1~~~~~ e sor toda~ ~artes''). No obs- "sensaciones", corno en Kant, parecen fundirse impresiones sen-
de la religión del arte,. el. eva al . , I t " las "que arriaba sobre soriales y sentimientos], en el alejamiento y en la desaparición de
1 " · fonías -1 gcm orques a ·· e
tante, son as sm '· ' , .' . . _ t· 1 el "puro absoluto, todo pensamiento que pueda estorbar y de toda impresión sen-
d " Y en la gran mustca instrumen a , . '. d l sorial ajena. Este ávido saborear de las notas va unido a un cier-
to o ... qu; , .lick lo llamaba, se encame la idea e a
arte musical , como I-Lm~~ t dente es algo expresado por to esfuerzo que no puede mantenerse mucho tiempo l. .. ] La otra
música ele la manera mas con un . ' k - el - t,¡
. '· e . . ¡· 1 t . , 1 c¡ue por Wac 'enro .Cl". manera en que Ja música me recrea no es un goce verdadero,
Tieck más decic re amen e am, . l . , .il e wackenrocler en una recepción pasiva ele la impresión de los sonidos, sino una
El modo de e.scuchar m:1~1c~ :iue fe~~~~~) a un lector que se cierta actividad del espíritu suscitada y sostenida por la música.
Iosepb Berglinger t1ene. que 1:c11 ec:t1e'td1.1c:a~ del siglo XX. Por un la- Entonces no escucho ya el sentimiento que impera en la pieza,
·1 ¡ do en las categonas es. · · · f
1aya ecuca · '· · ., .·, en la cosa misma, en e 1 e- sino que mis pensamientos y fantasías son llevados por las olas
do se habla de la tensa concent1,~.~10;1oenesadecuadas Y pensa- del canto y se pierden a menudo en lejanos escondrijos".18
n. ómerio musical; por otro, d~t ilms'.lbl.Jor la música. y t.ánto Wa- (El término "pasiva" podría dejarnos perplejos; porque la
. vos" que son susci ac o: , l
mientos ni~e , . ¡ 16 describen en las Fantasias sobre e ar estética moderna tiende a designar la concentración en la obra,
ckenroder '" como !~ccz,, , , ·infc;nías con un lenguaje que -~e que Wackenrocler describé"como "recepción pasiva de Ja impre-
te, sus 1mpres101:~sal. es: uch~las roliferación de metáforas. Sm sión de los sonidos", como "escucha activa" en el sentido de Hu-
caracteriza precisamente P01 _, P . , t 'li das si se leyeran go Riernann, corno seguimiento del proceso compositivo, y vice-
embargo, las descripcíones serian ma 1.en ene i -
versa, el perderse en imágenes y pensamientos que apartan de la
82
83 •••••••••• ••••
Carl Dablhaus
lq_J_dea_!!e la_.!_núsica absoluta
música misma, a explicarlo como un entregarse "pasivo" a aso- precian" --en inmediata cerca , . 1 . ·
ciaciones "mecánicas").
La descripción en el [osepb Berglinger aparece, si se parte
ele las premisas de una estética de lo "específico musical", co-
d:
bre el arte de Wackenrodcr 1~~ª-~rono ogica .ªlas Fantasías so
s~- separaba radicalmente la~·eligfóny lf Kallzg?1~e ele Herder-,
cron por una parte y de [. 1 e a n:etaf1s1ca o especula-
. , • e a mora o h pra u
mo una reincidencia en la ambigüedad y como una "hermenéu- era no esta en el pensar ni 1 xzs por otra. 'Su esen-
1 en e actuar · · ¡
e
. · ,
tica" indecisa: como una confusión de las fronteras que habían en el sentimiento"l9 "L . • sino en e contemplar y
. .,
l a re 1 rgion a praxrs es arte la especi l . ,
siclo delimitadas en la carta. No obstante, no se deben confun- ~s sentir y gusto por el inf, 't ,; 2o i_ a~~on es ciencia,
dir las descripciones "poéticas" de las Fantasias sobre el arte y el sentumento" -contem lar l .u1:i o . Pe10 el contemplar
con el flujo de imágenes y pensamientos que Wackenroder se- se halla ante nuestros oios p . ~ finito, como_ inmediatamente
ñalaba como forma equivocada de escuchar la música. El "pu- entrelazado con él- soJd, y s~nt1m1emo de lo mfinito que está
, n escrnos con giro ¡ , , el . . ' ,
ro, absoluto arte musical" no se disfraza nunca de música "pro- mente en el modelo de 1, • ., s »asa os 111equ1voca~
"El . ·. et conremp 1 acron estética
gramática" o "característica", sino que es siempre explicado . contemplar sin sentimiento . , , .
"poéticamente". Las comparaciones se mantienen -a veces a ner ru un origen justo ni una f - ?º. e~ nada, y no puede te-
costa de colisiones metafóricas literalmente dificultosas- en la contemplación es también nada: L~%tªo~usta. ~I sentimiento sin
esfera de la indeterminación plena de presentimientos, en la porque son originariamente un . d. s_on solo algo cuando y
que la estética romántica buscaba el origen metafísico de la m~nto misterioso que ocurre en ~o~ m¡, 1v1so~ _Agu.eJ primer mo-
música instrumental. Y las características esenciales de la con- les, ames de que contem lar . " as c_ts ~e1 cepc1one_s sensoria-
templación -elcomportamiento que constituye el correlato de s~ntido y su objeto están ~undrdsentir se separen, allí donde el
la idea de música absoluta->- se mantienen en [osepb Berglinger vierten en uno sólo antes d os e - uno con el otro y se con-
tan incólumes como en el esquema de la "verdadera" escucha lugar originario -se' bt'en' e:_ quedcada uno de ellos torne a su
. cuan m ese · tibl
de la música del año 1792: el distanciamiento de la música ab- P!damente pasa, pero quisiera ue - np l . ~ es esto, y cuán rá-
soluta con respecto a la programática y a la característica; ade- bién reconoce do como la , . ~ 1 ., lo ~u~iera1s retener y tam-
más de la "infinita nostalgia", que -como un elevarse sobre la del ánimo".21 mas a ta y divina actividad religiosa
limitación del lenguaje ele las palabras a lo finito-conceptual- En una teología que no d sd . _
representa la "esencia poética" de la música; y por último, la poético, las metáforas deben to~1s ene busc~r la cercanía de lo
concentración en la obra en vez de un perderse en pensamien- Uher das Wesen der Relif!,ion (S h ar~e e~ seno. En la disertación
tos y sentimientos divagadores. la que Schleiermacher s"'epa1·a 1ºa re ~ esencia de la religión), en
1 · · accton de J 1· .,
Que la contemplación estética pudiera aparecer como reco- este a religión que acompaña a la accic . a r~ 1g10n,_ compara
gimiento religioso era la otra cara del fenómeno: que el recogi- con la '·música sacra": ion, sin mas explicaciones,
miento religioso a veces alcanzaba el umbral en el que pasaba a . . "Toda acción propiamente dicha d l .
ser contemplación estética. (Los cambios mutuos entre la filoso- ser lo; pero los sentimientos relí i , e )e ser moral y puede
fía del arte y la filosofía de la religión -cuyos efectos se mani- una música sacra, todo el hacer ~osJ°s debe,n acompañar, como
fiestan como "historia de las ideas" y que son menos un origen, cerse con :e.1.i?ión, pero no por reli~icf~,, ~~manos; todo debe ha-
como creía Wilhelm Dilthey, que un resultado- pueden expre- La musica puede ser "sacra" ~ .
sarse con Ja fórmula de que a una "sacralización" de lo profano y como lo entiende S'cJ11e· hporque, viceversa, lo sacro tal
.' . e iermac er pued íf '
coresponde una "secularización" ele lo religioso, pero en todo musica. La religión que Sel11 . . . . h' e maru estarse como
¡
caso -si como historiador sin dogmas teológicos se quiere evitar
' erermac
cu,,ltas entre los que la desprecian" es u . " . .
er
,ª
predícab "
a. as pe~scmas
el reproche de una apropiación indebida que yace en la palabra to , lo que, vuelto en forma n . n~ re!1g1on del sent11nien-
"secularización"- se puede considerar un fenómeno como la re- gión de la palabra" Ro·dea ,;ga¡~tvlal, signitica: no es una "reli-
"dí h ,. . 1 o 1ne·a)e"en . d e
l C o . Los artículos de ce~ . · ·
ligión del arte en el siglo XIX, tanto como una forma histórica le- 1 ·son mera ex .. vez, e arerrarss- a lo
puesta con palabras" de " t' d d . , presion secundaria. "ex-
e
tiempo, los medios más eficaces para despertar sentimientos reli- : Herder, op. cit., vol. xv, p. 341.
giosos. En el sentimiento se manifiesta la fe de la manera más in-
1
Herder, op. cit., vol. XV, p. 345.
mediata. Y al sentimiento religioso sirve máximamente el arte".25 ) Herder, op. cit., vol. XV, p. 350.
Entre los teólogos católicos fue Johann Michael Saíler quien ~ Herder. op. cit., vol. XVJTI, p. 604.
' Wilhelm Heinrich Wackenroder: W'ierke und JJ · ,,,, (üb ·
elogió el arte como medio para despertar la religiosidad. En una berg, 1967, p. 24). · n~J" . ras Y cartas). Heíldcl-
disertación en la Universidad de Landshut en 1808, Von dern 8 Herder, op. cit., vol. XVIII,p. 604.
Bunde der Religiori mit der Kunst (De la unión de la religión con 9
\lVackenroder,op. cit. pp. 11 5 y ss
10
el arte), reprobaba: "la religión meramente estética, que sólo so-
! ' ~ •
87 lf( e .-¡i, * «·
Carl Dahlba~
Car! Dablbaus
··. La idea!!._e la música absoluta
conducirle al universo. ¿Por qué los que pueden recorrer este ca- gión del arte, a la que ¡· , . -------~
1 1
mino son naturalezas tan silenciosas? Yo no conozco ese camino, Tieck. Aquél cumplió I~ l~o~cf.~.1:1 )re Sc~1lel1~rmachery el dogma
esa es mi más grave limitación, es el agujero que siento profun- gidos para ser consagrados sa~~~~)~~: Jª{1,ª. :~iwddo ª, l~~, "ele
damente en mi ser, pero -creo; la posibilidad aparece clara ante dos de manera que con corazé .: . _e ~1-te .. a e ser crea-
mis ojos, sólo que debe permanecer como un misterio para mí".' y le ofrecen el homenaje de ~n ~mce~o s~e a11 o~1llan ante el arte
Por otra parte, a Schleiermacher le parece que ninguna de el origen de la re· J. . , d 1 n amo 1. eterno .e ilimitado>, 6 Pero
· ' 1g1on e arte en \Vad ~ l
las religiones históricas baya pocedido de la visión artística: "Ja- menos en parte en I. .. . el . . (e nro. e er parece estar al
más he oído mencionar que una religión del arte haya dominado
·fue de importancia
· • básica ª capa e p1et1smo y - .· .
para la
¡·
ehis . sen tunen ta isrno que
'
pueblos y épocas".2 Pero estaba convencido de la posibilidad de cismo No es dífí ·1 l pre istoria de todo el Romann.
. '· 1 10 , en a segunda estrof el l h ·
una religión del arte; y acuñó el término para una cosa ele la que joseph Berglinger de Wa J . el a e irnno con el que
percibía solamente su contorno abstracto, pero que por esa fe- na de la música, recon~c~~1~y 1~r ce 1 ~brda ª1 S~nt_a Cecilia, patro-
cha -1799- tornaba la forma concreta ele una experiencia vital sús". ngua¡e e pretrsta "amor a Je-
en las Fantasías sobre el arte, de \Vackenroder y Tieck, una ex-
periencia que Schleiermacher barruntaba aunque sintiera su au- "Tu maravilla sonora
sencia en sí mismo. que siempre encanta mis horas
El dogma de la religión del arte fue formulado con la máxi- mi alma ha arrebatado
ma intensidad por Tieck: Liberado del miedo de. los sentidos
"Pues el arte musical es ciertamente el misterio último de la deja en el canto perdido
fe, la mística, la religión enteramente revelada. Me parece a me- li~ mr corazón transportado. ,,7
nudo como si estuviera todavía naciendo, y como si a sus maes- w
tros no se les permitiera compararse con ningún otro"." ;i
l . Pero también por la herencia Pi' . . , - .. " , . , .
La cita procede del ensayo Sympbonien (Sinfonías), cuya ¡¡i . incluso maniqueas oscilaciones def tg10~: las car,1cter!.st1cas e
tesis básica es la afirmación de la superioridad ele la música ins- desesperación ante la fe- . d . p1~t1smo entre conhanza y
trumental sobre la vocal; de modo que por "arte musical" que se entusiasmo y de .t s: pue e exphcarse la alternancia entre
' . pres1on que pare.
eleva hasta ser religión debe entenderse principalmente Ja sinfo- te de Wackenroder y Tieck En hce ª?1enazar a la religión del ar-
nía. Y la expresión de que el arte musical esté "todavía nacien- el arte, en la carta de fose h
13 . e parte VI de las Fantasías sobre
do" puede ser interpretada como pensamiento de un estado de gica la elevacíó n al rec P. . erglmg~r_sobre la discusión filoló-
, coa1m1ento ester r . .
de repente en el temor J'e . ue l _' 1 · r~;)-re igroso se convierte
cosas: que la metafísica de Tieck sobre la música instrumental,
acuñada originariamente a partir de las obras de johann Frie- ·... ·· una superstición: y a le igion del arte no sea sino
drich Reicharclt, encontraba su objeto adecuado sólo con E.T.A. "De la más firme razón de mi , l , , .
Hoffrnann, quien, para poder describir el fenómeno de Beetho- </· · · ·•· ración divina del hombre el .ít 1 ama Sll1ge el clamor: es aspi-
.i-r-
ven, tornó prestado el lenguaje de Tieck. . • . .•. . · por objetivos y necesidadesº ul o que no puede ser devorado
La religión del arte de Tieck es expresión ele la nostalgia de .i diente del mundo brilla e , vtu _gares -aquello que, indepen-
cerrarse al mundo y retirarse a una contemplación cuyo carácter .... . r .
·. • ·. < mov1c o por nmguna rueda del
' n e e1no resplandor-
., · .
1
_ , o que no es
.: · · gran engrana1e 111 mu
estético se transforma espontáneamente en uno religioso. <
i a nmguna. Ninguna llama br t el, d l . eve a su vez
"Siempre he ansiado para mí esa liberación y por eso gusto / más alta y se dirige directam~ºt a, <l _el pecho del hombre sube
de refugiarme en la tierra tranquila de la fe, en el verdadero te- > una superstición
....··t· ,
ilusoria y
,
n : a oe o que el arte". s ''El. arte es
enganosa· pensamos te ·¡ l ,
rritorio del arte" .4 \ una y mas profunda humanida 1 ' . ~ • , , ner en e a ul-
Esta frase de Tieck es casi una cita de Wackenrocler: >. hecha por el hombre et1 ¡, el,. ydn. os da solo una obra bella
"Ay, entoces cierro los ojos ante todas las guerras del mun- ·· · · . . ' ª
~nientos y sent11111entosegoísras .
que 1a eposítado tod
.
.
. os su:s pensa.
,. '
do, -y me refugio tranquilo en la tierra de la música, como si mfructuosos e ineficaces"Y ' que en el mundo laborioso son
fuera la tierra de la fe". s . (La nota de , . Tieck ' según · · CL1aJ "el e 1 os ensa v · d B . ¡ ·
la
Y fue de Wackenroder Ja experiencia originaria ele la reli- >ger, 1 os cuatro últimos son míos" l ·. -10 ) os e mg in
, 1120 creer que Ja carta de fo
•••••••••••• 90 •••••••••••••••••••••
•••••••••••••••••••• •• 91
Car! Dablbaus __ fa idea de la música absoluta
seph Berglinger; el último de los cuatro :nsayos, fuera escrit~ ?,or tores de aq_ueltiempo en Italia habían alcanzado el más alto gra-
Tieck, pero Richard AleV\)1n11 argumento que el poem~ alegórico do del arte/ La fuerza y la gracia más altas se encuentran en sus
El sueño (Der Traum) con el que se cierran las Faruasias sr:hre el obras, e incluso en habilidad técnica sobrepasaron a los maestros
arte debe incluirse en la cuenta, así que la "Carta" habría que modernos, que en todos los aspectos tratan en vano ele emular-
atribuirla a \'Vackenrocler.) los [. .. ] Pero con la música las cosas ocurren de otra manera".
Así como en las fantasías sobre el arte es la música en ge~ La dialéctica que dice que la música como "arte" o "técnica"
neral, pero especialmente la sinfon_ía_, la que provoca en Wacken- gan~t 1? que pierde en "espíritu" y en "interés sustancial". una
rocler y Tieck el recogimiento rehg1~sc?, en E.TA. Ho~fma,nn el dialect1ca, q~1e reaparece en la Estética de Hegel, no es sin em-
entusiasmo aparece extrañamente dividido: tanto la PC:lifc_m1a vo- bargo la ultima palabra ele Hoffmann sobre la música de la era
cal de Palestrina como el sinfonísmo de Beethoven s1grnf1canla moderna. La diferencia_::ió11: de la técnica compositiva es interpre-
más alta expresión musical de la "época moderna, cristia:1a, ro- ;.a~a, por _Hoffman~ mas bren como señal de un "progreso" del
mántica". El arte religioso y la religión del arte entran asi en la espíritu 1mper~nte .: (Hoffmann aventajaba a Hegel, al que falta-
concurrencia histórico-filosófica. ba la ~x_penenc1a directa, por su conocimiento de que en el arte
En el ensayo 'Vieja y nueva música religiosa (Alte und neu_e el espintu va adherido firmemente al detalle técnico; no podía
Kircbenmusik), que Hoffrnann publicó en el ~Allgemem~emusí- pensar en un progreso de la t~cnica sin un desarrollo del espín-
kalische Zeitung" de Leipzig en 1814, cuatro anos después de su tu), P_ero el, art~ en el que la epoca en torno a 1800 toma con-
recensión sobre la Quinta sinfonía de Beethoven, el "arte musical c1ei:ic1~ de si misma, es en primer lugar la música instrumental la
sacro", cuyo espacio histórico era la época que va de Palestrma a sinfonía Ella, y no ya ,la _música vocal, es el lenguaje en el que
Handel, aparece como algo irremediablemente Pª'.'ªdº: La ven~~ se puede hablar todavía mmediatamente -sin una mirada nos-
radón por Palestrina, por nostálgica que sea, no implica la exi- tálgic~ }1~cia atrás- ~e _las "maravillas del reino lejano".
aencia de imitar su estilo, como intentaron en el siglo XIX . . I e10 con la rnusica las cosas ocurren de otra manera. La
Eduard Grell y Michael Haller, sino que va unida a la idea de la frivolidad de los humanos no pudo detener al espíritu imperante
imposibilidad de una restauración "de dentro afuera": el '·~;te que avanza en la sombra; y sólo el que observa en profundidad'.
musical sacro" es un monumento del recuerdo, y su restrtucion, el que aparta su mirada del espectáculo desconcertante en el
en un presente que ya no es sustancialmente cristiano, sería una que se mueven los hombres despegados de todo lo santo y ver-
empresa perdida. . . .. . . d~dero, pudo notar los rayos que, rompiendo las tinieblas, anun-
"Verdaderamente es un puro imposible que hoy un compo- cia?3m la existencia del espíritu y creer en él. La maravillosa aspi-
sitor pudiera escribir como Palestrina, Leo y como más tarde racion a reconocer aquel poder del espíritu vivificador de la na-
Ifandcl y otros-. Aquel tiempo, especialmente por como el cris- turaleza, nuestro ser en él, n~estra patria ultraterrena, que se re-
tianismo resplandecía aún en toda su gloria, parece ha~:r desa- v~la en la c1enc1~,_se anunc~o en los sonidos plenos ele prescnti-
parecido para siempre ele la tierra, y con él la c;onsagrac1on s,acra mientos de la muste~, que siempre habló más variada y perfecta-
de los artistas. Un Miserere como los de Allegn o Leo no lo com- m:n.te de las maravillas del reino lejano. Es bien cierto que la
pone hoy un músico, lo mismo que un pintor no pinta una Ma- musica msrru.n:ental se ha elevado en nuestro tiempo a una altu-
dona como Rafael, Durero o Holbein", · ra que los viejos maestros no vislumbraron, como también es
Pero entre pintura y música reconoce Hoffmann la profun- c1e~to que los músicos modernos han superado en mucho a los
da diferencia de que en la pintura, dicho esqu~má~íca_mente, la antiguos en habilidad y técnica" .12
decadencia espiritual trae consigo una decadencia tecmca, miei;- . Po~ría pensarse 9ue e~ "espíritu de la naturaleza" que se
tras que en la música la atrofia de la substancia cristiana no impt- manífiesra en la smfonra debiera ser radicalmente distinto del es-
de que "en habilidad técnica los músicos actuales sobrepasen píritu, del cristi~nismo expresado por la polifonía vocal. Per~
con mucho a los antiguos". tambíón el "espíritu de la i:;¡,aturaleza"es una categoría religiosa,
"De todos modos, ambas artes, pintura y música, presentan no una mera categoría imaginativa. Y si el peso teolózico del
panoramas diferentes por lo que respecta a su historia y su de~a- "v1~lumbre de infinito" que Hoffmann percibía al escuch~r músi-
rrollo en el tiempo. ¿Quién puede dudar de que los grandes pin- ca instrumental pudo ser escaso, su intuición fue profundamente
La idea de la música absoluta
cat Dahlhaus _ -------------·-· -
-------- . .: . , ideas. El consejo de Hoft~nann embargo, no ofrecen un mezquino resto de religión, sino la reli-
importante para la 1:11stooa ~i~l~~sen manera algum; ~lesdena_1: ,1~ gión de "una época que aspira a una espiritualización interior".
de que un compositor n? . . .. ental en la mus1ca eclesias- (Una "nueva música eclesiástica" podrá surgir, según la convic-
. . . de la música mstrum l d "
moderna riqueza . d ~- d~ ue "el espíritu impulsor de_ mun o ción de Hoffmann, si los compositores hacen suyo el espíritu de
tica se apoya en la i ~a .. q strurnental "de la época mas moder- la moderna música instrumental, que es un espíritu religioso, para
se manifiesta en la música ms. ., . .. " componer obras para una Iglesia en la que la forma cristiana se
, . . . . irítualtzac1on mtenor . 1 -
na, que aspira a una esp . . ·to ue los compositores actua es haya convertido en símbolo de una religión cuya substancia, más
"Pero no es menos c1e1 q , .. . ue no cuente con allá de la forma, está en lo innombrable).
. . intenor una rnusica q
apenas conciben en su t , , l ri ueza de medios ofrece en "Siempre, continuamente adelante marcha el espíritu impul-
todo el ornamento que la ,Ktu~ 9 dos instrumentos, algunos sor del mundo; jamás tornarán las figuras desaparecidas, las que
abundancia El esplendm~ de}.~~:~~~as altas bóvedas, brilla por se movían por el placer corporal: pero eterna, imperecedera es
de los cuales resuenan mahgnbi; . . cerrar los ojos a tal esplen- la verdad, y una maravillosa comunidad de espíritus enlaza, en
. por qué a na que . d .
todas partes: 1.Y 1 . . espíritu in1pulsor del mun o quien misteriosa unión, pasado, presente y futuro".'?
dor, puesto q:1e ~\f ~fir~~ misterioso de la época más moder-
ha lanzado este n o . .: , li . íón interior?"13"
El modelo hermenéutico por el que se orienta Hoffmann
como esteta de la música, el encadenamiento de dicotomías tales
na, que aspira a um\e~p111t~,1~~z~~lestrina no es la única forro~ ~e como "antiguo-moderno", "pagano-cristiano", "clásico-romántico"
El "arte musica sano . . M'. bien es el mismo espmtu y "plástico-musical", tiene sus raíces, como ya se señaló, desde el
,, d 1' creencia religiosa. as , . ..
expresión e a - . , 1 ue se manifiesta como espiritu _cr~s- punto de vista de la historia de la música, en la disputa sobre la
de los tiempos mo¿emos e ~ o es íritu romántico en la sinfo- "prima" y la "seconda prattica", y desde el punto de vista de la
tiano en la poliforna vocal y com d, p a c1·1'st1'ana romántica" se historia de las ideas en la "Querelle eles anciens et des moder-
l · "época mo ern , , , , .
nía. En el concepto e e . .tíano al momento romanuco, nes". A comienzos del siglo XIX, el sistema de categorías, tanto
desvía, e 1 acen to del , ..momento
" d l cns
do" t es un espíritu "írnpu.. 1 sor " . Si
,i en Hoffmann como en Hegel, se interpreta primariamente a par-
puesto que el "_espmt~ : ~~~ ella "aquella sacra consagración tir ele la historia de la religión o de la filosofía de la religión. Los
la "gloria del cnstiarn_smo ) 1 . ,, p·1ra siempre por otra
d
del artista ha esapa1 .
.ecido de a tierra
" rnpositor puro romántico Y por
G ' e géneros artísticos máximamente contrapuestos, la escultura anti-
gua como ideal de lo "plástico" y la sinfonía moderna como ide-
parte sólo Beethoven es _un co .. 1) ,,14 al de lo "musical", aparecen como encarnaciones de formas con-
ello un auténtico compo:1,tor :nu,s1~~a~a no era, pues, para Hoíf- trastantes de la conciencia religiosa. La estatua griega del dios no
La pérdida de sub~;t,mc1a cns 1 desmoronamiento de la es una simple imagen del dios, sino que garantiza su presencia
, ece lo mismo que un . l .
mann, segun p~r , , 1. El "arte musical sacro" de Pa estri- inmediata; la religión se manifiesta como arte y el arte como reli-
conciencia religiosa en genera j. H. ethoven -que habla "de las gión. (A la mezcla en la "antigüedad clásica" de forma estética y
na y la música instrumental
G , _ 1 ·, "-parecen
'
e e mas ' bien1
formas musicales
e
significado religioso, a la presencia de la una en el otro, apunta
maravillas del 1~100 e!ªc?.? 1 s ~le desarrollo del espíritu moderno, el término "religión del arte" en la Fenomenología del espíritu de
expresivas en diversos º1acoa ecída a Hecrel, concibe fundame~- Hegel, de 1805; un término que en Hegel, diversamente de co-
que Hoffmann, de mar:e~a P(. so-filosóficas. La "gloria del cns- mo en Schleiermacher, no puede ser transferido estrictamente al
talmente como categona; ~e {gio .. unos vaaos "vislumbres del in- arte ele una época cristiana -o marcada aún por el cristianismo
tíanismo'' ha sido r~emplauc~- porHoffman~ sí se quisiera rebajar en su secularización).
finito". Pero se malmterpret~rl<~ a . lígiosa a una variedad caren~ En el cristianismo, la "idea" -determinante del proceder
· , ·omanttca re 1 • d
la forma de expresion r . si .• negar validez como forma e del desarrollo artístico-, cuya substancia es la representación de
. d 1 .. ti: na o se le qursiera . , d 1·3 t
cial e . a cns ~,i . ~ .. ·- . neraL También las sinfonías e ee .- Dios de una época, se retira de la "exterioridad" de la apariencia
la conc1enc1a rehg1os"t ei; ge . 1· . sa" porque representan el es- plástico-espacial a la "ínteaoridad" de la conciencia en el tiempo,
d' , "musica re ig10 , · fl
hoven son, igarnos, 1'. , ·ristiandad firmemente per i a- al "sentimiento". Y el arte ele la "interioridad" -así, pues, de "la
taclio de desarrollo e_~ ~ q~ie ,~~a í~itu impulsor del mundo", ~n edad moderna, cristiana, romántica-> es, en el sistema y en la
da se trar~sforma, _ g:~c,~as, al ·naf del reino lejano", las cuales, sin filosofía de la historia de Hegel, la música.
presentmuentos de las maravi .
Parece lógico encontrar reflejado el proceso reli.gioso. ~le j:to :n ~u interioridad pue~e significar, por una parte, no captar
esa retirada al interior de la evolución musical en una liberación la realidad externa del fenómeno, sino su significado ideal· pero
de los textos y de los afectos claramente perfilados, y proclamar, ~or otra parte puede .q~erer decir expresar un contenidl; tal y
como E.TA. Hoffrnann, a la música instrumental "absoluta" como como vive en la subjetívídad de nuestro sentimiento".18
"el arte misterioso de los nuevos tiempos, que miran a la espiri- , Pero si la.música, finalmente ~y esta tendencia, por decirlo
tualización interior" .16 Sin embargo, la dialéctica de la "interiori- asi, _es en. ella ~nnata--:-, s~ retrae por completo en sí misma y no
dad en sonidos", en cuyo contexto Hegel interpretaba la moder- repre~enta u_n contenido , entonces se vuelve vacía y abstracta.
na música instrumental, es más enredosa. La sencilla fórmula de , Especialmente en la época actual, y desprendiéndose de
que la música "absoluta", gracias a su apartamiento y liberación un conterndo claro de por sí., la música se ha retirado a su pro-
de la palabra, se elevaba a la "intuición .del i;1finit_?", a lo "abs.o- p10 ~ler_nento,pero en cambio ha perdido fuerza en cuanto a Ja
luto", y de que la música era un lengt:<lJemas al~a .~lel lenguaje, mte.nc~ndad completa, de modo que el goce que puede ofrecer
debía ele parecer a Hegel, que se atenta ª. la t~ad1cio~__de que el se ~1m1ta ahora a una sola cara del arte, es decir, al mero interés
espíritu era "palabra", de manera que la h1stor:a. filoso.hca del ar- po~ el asr:ect.o estnctamente musical de la composición y a su
te culminaba en la poesía y la odisea del espmtu universal cul- destr:z~ t~c111ca; una cara que es cosa sólo ele los entendidos y
minaba en la filosofía, profundamente ajena e ilusoria. Por otra que s~ ~¡[1ere menos a los mteres;:s. artísticos de los humanos en
parte, en la metafísica romántica de la música instrumental .se general . ~ ... ] Pero entonces la musica queda vacía, sin significa-
marcaba una tendencia incluida, como elemento secundario, do, .Y' puesto que .le falta .u~os de los aspectos principales de to-
también en el sistema estético de Hegel y en su pensamiento, y do_ar~e, el contenido espiritual y su expresión, no puede consí-
que no podía ser reprimida. . . . . derarse ya propiamente como arte".20
"Pues el espíritu es la subjetividad infinita de la idea q~e, . Perc~, justamente una música que tiende a la abstracción es
como anterioridad absoluta, no puede por sí misma adquirir for- decir, el. _absoluto, puro a~-te musical", es para Hegel, e ig~ial-
ma exterior ni debe permanecer corpóreamente en la existencia rn~n~e para Hoffrnann y mas tarde para Hanslick la "verdadera"
que le corresponde. De este principio se deduce que la for!n.a mus1ca. '
romántica de arte suspende la unidad unitana de la forma clási- ."Par~ la expresión musical, pues, lo adecuado es únicamen-
ca, porque ha adquirido un contenido que sobrepasa la forma te el ,1?tenor totalmente sin objeto, la subjetividad abstracta como
clásica de arte y sus medios de expresión. Este contenido --:-Pa.ra tal. Est: es . nuestro yo enteramente vacío el sí mismo sin otro
recordar ideas bien conocidas- coincide con lo que el crrstiarus- contenído<' '
mo predica de Dios como espíritu, ~ diferenci.a de .la fe griega en Lo q17efa música pierde como "arte que se refiere a los in-
los dioses, que constituye el contenido esencial e idóneo para el t7reses artísticos d7Jos hu~1~no~ en general", lo gana como mú-
arte dásico"17 sica,. como expresion del si mismo sin otro contenido" E 1
Como "subjetividad infinita", como "interioridad absoluta", 11'.ed~~a en que la música va hacía sí misma, se aleja del "conte-
el "espíritu" presiona para salir más allá de la '.'objetividad" y la 111do en el que, para Hegel, se basa la "función cultural".
"finitud", sentidas como limitación, ele las antiguas estatuas de . "~o es que el músico se abstraiga de todo y ele todo conte-
los dioses, del arte de una era "plástica". Pero el movimiento ele 111??'. smo que. lo encuentra en un texto al que pone música, o.
liberarse en el que la "interioridad" se encuentra a sí misma, prc_i- mas mdependientemente, se viste su propio estado de ánimo
duce en la filosofía de la música de Hegel una relación precana con la forma de un tema musical que luego continúa elaboran-
y equívoca con la estabilidad y sustancü~lidad el.el "contenido" ~º: per? l~ verdadera región de sus composiciones sigue siendo
que el arte ha adquirido gracias al cnst1a111smo:C1ert~rr:ente He- la mte~iondad formal, los puros sonidos, y su sumergirse en el
gel otorga a la música la posibilidad de que, si es musica vocal, contenido, en vez de una imagen hacia el exterior es más bien
cuente con el "contenido" de un "significado" determinado; pero un retraerse ~ ~a propia Iílsertad de su interior y en ~arios territo-
si se trata de música instrumental exprese sólo un "ambiente" in- no~ de la rnusica surge así una certeza de que él como artista
determinado, sugerido o inducido. esta libre de contenidos=.V ' ' '
"Pero la interioridad puede ser de dos clases. Tomar un ob- La ley del movimiento de la música que se explica en ese
,. 98
Car! Dablbaus
-·-···- ·---···-~-- ··-··
.. ···- ~---··-· ~----·-····-~--- ---~---·--·····~---··-····-~----··-
·· ~~ _}.,rA,_ idea de la música absoluta
co; no solamente para someterlos externamente y de manera to- se halla separada ele Jos af .t d_ . ~---····~ ··-· ~
tal al arbitrio del espíritu que trata de dominarlos, sino también y f
trataba de justificarla co~o ~~ s, e . 1 os cu~les una vieja estética
sobre todo para limpiarlos de todo significado finito y específico, mente se halla separada de tod~f.ua1ed que e :ra pm~io; e igual-
que, corno contenido ajeno, turbaría y estorbaría lo absoluto es- lo "absoluto" que expresa, en la "~~~d e t~xto~ func1o~es. Pero Y
piritual que debe mostrarse". 26 gíosa que se manifiesta como arte Lo rno erna es l:na idea reli-
Pero el "concepto puro del arte"27 que realiza la música ins- gua estatua de los di . . · que Hegel decía de la anti-
s roses -que en su fon t' . 1 . l
trumental es, según Weisse, una forma de la conciencia religiosa; giosa no sólo estaba "simbolizada" '.. . na .di etica a re ea relí-
y en cuanto a la teoría de \V'eisse sobre la música instrumental, te- Wi . , . 1. 1· . , ' sino inme iatamente presen-
' ersse o ap rea a la música instru - t 1
que anticipa el formalismo de Hanslick, tiene lugar dentro del cu.lmina la historia universal del arte·,en ~eRn~l mh.~t~e_:~ª- En ella
espíritu hegeliano de la filosofía de lo absoluto. origen ontoló ico M' , . ' . is 011co surge el
"La vitalidad del espíritu, que se da a sí mismo en la música "contenid ,, _g . i ientr~s Hegel consideraba la abstracción del
o como un vacramrento de la música . .
instrumental su forma peculiar, tan distinta de todas las particula- e~a abstracción se muestra la verdad del art , , .para We1sse en
ridades ajenas al reino de la belleza, se exterioriza en este arte ginal de la historia de la filosofí l . :- :Versse: figura mar-
como un incesante ondear o fluctuar entre los dos polos opues- religión del arte que gira en t~r~oª'aelsaedautdent1coapóstol de una
1 ea e un arte "puro".
tos del dolor y la alegría, del lamento y el júbilo, y ambos senti-
mientos y estados de ánimo vienen a manifestarse aquí en su pu-
reza como atributos de lo absoluto, o, si queremos utilizar esta
expresión, del espíritu divino, sin relación inmediata con lo que
se despierta, multiplica y acompaña al espíritu finito del hombre.
Como la alternancia de esos estados hace pensar también en un
ser perfecto y que poseyera la eternidad en el presente -Clo que
a una filosofía que del vacío de su abstracción jamás llega al
concepto de una divinidad viviente chocará siempre), esto nos
enseña ese arte de modo más inmediato y claro que cualquier
otro arte o ciencia". 2s
Si Schopenhauer hablaba en 1819 de sentimientos in abs NOTAS
tracto que se expresarian en la música, Weisse eleva los senti-
mientos sin objeto, Librados de condicionantes terrenales, a "atri-
butos del espíritu absoluto, divino": la metafísica de la música
1
instrumental hunde sus raíces, de manera semejante a Wackenro- Friedrich Schleiermacher· Redet. .. . R li .
Ed. de Hans J oachim Rothcrt Hain. b 11u9t;81 e igwn (Disertaciones sobre religión).
der, en una estética del sentimiento que podríamos llamar "sacra- 2 , - . . . ,urgo . :> , pp. 92 y ss.
l sc_1_1le1errnachcr, op. cit., p. 93.
lizada". (También recuerda a Wackenrocler el asombro ele Weisse
· Wtlhelm I-!einrich Wackenroder· w. k
ante el hecho de que la "mecánica" de los instrumentos artificia- berg, 1967, p. 251. · · ere und Briefe (Obras Y cartas). Hcidel-
les baste para producir la "maravilla del arte musical"). Pero los
~\~'ackenrodcr, op cit, p. 250.
efectos terrenales están muy alejados de los "sentimientos y esta- (:Wackenroder, op. cit., p. 204.
dos de ánimo" que se expresan en la música absoluta. ~ ~'ackenroder, op. cit., p. 211.
"Todas las opiniones habituales sobre la música, que que- ·Wackenmder, op. cit., p. 120
dan detrás del concepto de un arte puro, ideal, que la conside- ~ Wackcnroclcr, op. cii, p. 229.
ran sobre todo expresión de sentimientos y pasiones subjetivas, Y Wackenrodcr, op. cit. p. 230
10 ~ ' - '
suponen una aplicación forzada a esta música; porque aquí no \\i"ackenroder, op. cit., p. 136.
11
existe el aspecto de una causalidad inmediata de esa subjetividad Richard Alewyn· Wack'!nroder~A t 1 (L
En "Gerrnanic Review" XT"X 1944 " . , _n et . a participación de Wackenroder).
que en el canto sí puede originar esa opiníón."29 12 , • .. . ' , pp. '±8 y SS.
. E.LA. Hoffrnann. Scbr/ften über Musile (Escrito J . - - )
La música "absoluta", en la que se manifiesta lo "absoluto", dnch Schnapp, Munich, l963, pp. y ss, · s so J1e rnusica . Ed. de Frie-
229
* 101 ,, ,,
.l -propied-:;~1
Esla obra es
------
Carl Dahlhaus
SIBDl-UCR
1~ Hoffmann, op. cit., P· 232.
1.i J-loffmann, op. cit., p. 36.
15 Hoffmann, op. cit.; p. 235. LÓGICA MUSICAL Y CARÁCTER LINGÜÍSTICO
t6 Hoffrnann, op. cii., p. 232. . .. h 'k CE rética) Ed de Friedrich Bassen-
11 Georg Wilhelm Friedricb Hegel: Ast eu s .e . .
ge. Frankful'l arn Main, s/a, vol. 1, pp. 85 y ss.
• is Heael oo. cit., vol. ll, p. 304.
~ ' r 69 Un intento de explicar la idea de autonomía estética ex-
1~ l tegel, op. cii., vol. 11, P· 2 _ ·
10 Hegel, op. cit., vol. TI, p. 211.
clusivamente por la historia social, corno signo de una retirada
?J Hegel, op. cit., vol. ll, p. 261.
frente a la fealdad y frialdad de un mundo industrializado que
22 Hegel, op. cit., vol. IT, P· 266. .. _ 1 t.k ,115 Wlissenscbajt von der Idee justamente entonces empezaba a perfilarse, resultaría en el
"f.! · sse: S11stem ~1er As/ se 1 "' campo de Ja música una hipótesis histórica insuficiente, porque
23 Christian Hermann eu · " . . d . lea de belleza). Rced. Hlldes-
der Schonbeit (Sistema ele estética como ciencia e 1 a te . el pensamiento autonómico, por acuciantes que pudieran ser
ueirn, 1966, vol. Il, PP· 49 Y ss. _ los motivos socíopsícológícos, sin la existencia de un objeto
24 Weisse, op. cit., vol. U, P· ':l1. adecuado -y esto significa, puesto que música vocal quiere
2; Hoffmann, op. cit., p. 35. decir música "atada": música instrumental de calidad pública-
26 Weisse, op. cit., p. 49. mente reconocída->, se hubiera quedado en un concepto va-
27 Wei~se, op. cit., p. 55.
cío, sin arraigo. El impulso requería un objeto al que poder afe-
28 \'lleisse, op. cit., p. 57.
29 Weisse, op. cit., p. 53.
rrarse.
Pero en manera alguna quiere esto decir que la música ins-
trumental de finales del siglo XVIII haya sido originariamente
concebida como música absoluta en el sentido de la metafísica
romántica. Las sinfonías de Carl Starnitz y de Haydn surgieron
más bien en el contexto de una vida concertística, que en prínci-
pio no apuntaba a la autonomía estética y a la elevación metafí-
sica, sino a una cultura social del sentimiento: una cultura social
del sentimiento que estaba estrechamente relacionada con los es-
fuerzos literarios y pedagógicos de la burguesía para entenderse
a sí misma y entender sus propios recursos humanitario-morales:
Haydn quería, como nos informa Georg August Griesinger, re-
presentar en sus sinfonías "caracteres morales", y esa estética de
la representación era al mismo tiempo juntamente pensad.a como
estética de la acción: música, también música instrumental, era
algo, dicho toscamente, que podía servir como medio de forma-
ción cultural. (Y todavía parte de la idea de formación cultural
de la primera burguesía Herrnann Kretzschmar, cuando hacia
1900 intenta recobrar la estética de los afectos y los caracteres
del siglo xvm bajo la denominación de "hermenéutica musical":
su polémica contra la idea de música absoluta fue motivada por
razones pedagógicas). ,.
La interpretación de la música instrumental en el espíritu
del pensamiento estético de autonomía es, pues, un cambio de
sentido. Ese cambio de sentido que se produce en la estética
I~n~~~~f¿; t
al que en su vida terrenal no podrá nunca acercarse del todo. - En la realidad . e e es e ahora recaerá el acento.
1
Entonces, ¿no es indiferente si piensa con sonidos instrumentales ble de la temática: ~s_trnctur~ armóni~a era insepar
o con los llamados pensamientos? Con cualquiera de los dos tuía como discurso sonoro ra~~~~su~en:al ~~anc1pada se const
puede ocuparse y jugar, y la música, aun siendo el lenguaje más nada conjuntamente y al mi~ t', una lo~1~a que era deterrn
oscuro y refinado, seguramente le satisfará a menudo más que te. El concepto formal mod~ mo iempo temática y armónicamen
los otros"." clesarrollánclose en 1 , ·, . rd·no,_que hacia 1700 va gradualmente
. as anas e operas ,,, ca t' t
Lo inefable sobre lo que Tieck medita no es ni sentimiento d o en el concierto instrumental d . ', n a as, pero sobre to
ni pensamiento, sino algo sustancial más allá de las diferencias principio de la tonalidad arme '-, escansa por una parte sobre e
que nos impone nuestro sistema de categorías. La relación de sical- diseña un plano· y ornea,_ que -c_omo gener.alidad mu
pensamiento y sentimiento, en la que Forkel había ubicado el tema, del cual -como ~Ietrfeº~totra ~~rt1~ sobre ~l prmcipio de
concepto de lógica musical - de la "verdad y determinación" de llo. o parucu ar- deriva un desarro
la expresión del sentimiento musícaí=-, se disuelve en Tieck en La disposición tonal y el . . , .
metafísica. títuyentes de u f proceso temático son los dos cons
Así, pues, la estética romántica, que veía en la música ins-
trumental el "arte musical puro, absoluto", por un lado aparecía
na orrna musical que .
manreruda, diferenciada y no obstante' ~ºTº
sin recurrir a un texto o a un fu . , sin agunas y trabada -
,
curso de tensión
·
.
t1camente e a nc1on- puede so st ,
como destructiva, y por otro originaba un concepto distinto de la por sí misma Ia id d d • s enerse este-
la autonomía de la obra. , uru a 1
e a forma es el correlato de
lógica musical. "Toda la música pura", anotaba Friedrich Schlegel
entre 1797 y 1801, "tiene que ser filosófica e instrumental (músi- Por ejemplo, en un tiempo de u , . .
ca para pensar)"_6 valdi hay un ritornello básíc n ~onc1e1to de Antonio· Vi
o que no actua como -
Y en uno de los Fragmentos publicados por Schlegel en mo tema (y que en 1739 fue caract _. . marco, srno co-
"Athenaeurn" -elpasaje es en realidad un comentario a la lacó- como algo semejante a la " . ~uz:,ido por .Iohann Mattheson
nica anotación-e- se dice: Por un lado, a través de la tro~os1~10, ele un discurso jurídico).
"Algunos consideran extraño y ridículo que. los composito- tes tonalidades -y~ a t -1 ,., ia~spos1c1on de! ritornello a diferen-
res hablen de los pensamientos que existen en sus composicio- episodios entre las tonafi'd~~fes5e1e~:rrolws modulat<?rios a los
nes [. .. ] Pero quien tenga sensibilidad para las maravillosas afini- tramado formal basado en la armo :: ~me_
ru{
º--:-
s_e ongma un en-
dades de todas las artes y ciencias, al menos no considerará las
cosas bajo el rastrero punto de vista de lo que suele llamarse na-
turalidad, según la cual la música debe ser tan sólo el lenguaje
su evidencia, parece haber hech.o
paración entre música y arquitectuf.a a~~.
radas del tema, modificadas o ªº . ,
et:
u~frn~az?n. que, gracias a
fºdp1co de la corn-
ro ro a o, partes sepa-
del sentimiento; y no encontrará imposible una cierta tendencia apuntan as'¡ elI · · ,¡ , 01 upadas de diferente manera
InlCl01t'-le un proce f · , '
hacia la filosofía en toda la música instrumental pura. ¿No debe Haydn 'r·B. eerh . . , cun1ento que mas tarde en
l oven, se convertira com t l , . , . '
la música instrumental pura crear un texto ele si misma? Y el te- co, en la esencia de la Iógic , . 1 el) ra )aJo tematico-motívi-
a musica e rscursiva y ¡ d." -
ma, ¿no se desarrolla, confirma, varía y origina contrastes de la entre exposición ternátíc . . . ., · · · a 11ercncia
ca o iecap1tulac1on por una parte y traba-
e: ' ~))~
do a Tieck) hasta polemizar contra la "podrida estética del senti- ra poder definir lo bello rnusi _s {nc~on entre relea y apariencia pa-
miento", depende de la metafísica romántica de la música instru- go, a diferencia de Hegel ~o 101 ~e s~.1 tratado; sin ernbar-
mental; pero por otra parte parece que en 1854, en una época de "apariencia" y ¡0- s " e· ns·' . xp reo _e enome_no sonoro como
desencanto filosófico tras de la caída del hegelianismo, la substan- · P amientos y · ti ·
(com? Hegel decía también) codi "sen 1m1en~~s". corno idea, o
cia metafísica ele la estética ele comienzos de siglo se había consu- ba mas bien la idea o el contenido conteni:io ', sino que busca-
mido. La "devoción" o "recogimiento" ante las "maravillas del arte caI. Pero a la "idea" . . . o en lo espec1ficamente musí-
musical" ha cedido a un seco empirismo que reclama terminante- ,, id , que aparece en el mat .. ¡ .
I ea musical" la den . , . .. ena musical como
mente un método científico. La esencia de la música, según Hans- . ' omino Hanslrck '·f - "
pues, la forma no es la fo , . orrna · En su estética
lick, hay que buscarla en lo "específicamente musical": no en un "forma interna" (como el:~~ ~~ar,ente, smo la forma esencial, I~
carácter "poético" común a las demás artes, sino en la forma sono- tesbury en la estética de la ~ d ter~no remtroducido por Shaf-
ra, que es lo que distingue a la música de las otras artes. "formas sonoras en rnovimi~ ; " rno erna)., y la frase sobre las
Sim embargo, debemos precavernos de formular una inter- rno el "contenido" quiere d. ~ o , , que podrían considerarse co-
pretación apresurada de Hanslick. Y lo que puede parecer un ro- ·J ' ecrr asi que el · ·
e substrato acústico- repres t· I 1 movimiento sonoro -
deo es en realidad el camino más directo para entenderlo recta- ta nt o- que 1 a forma · representa 1 . sen a e 1 e emento f enomenrco , · en
mente. Si se quiere en verdad comprender lo que Hanslick pen- id · · o IC ea lo qu · - f' '
í
lick es -transformado en su contrario- el concepto de conteni- sentimiento" es más bien objeto de su aversión- sino en una
do de Hegel, no la tradición ele la teoría musical Por otra parte, lógica "musical interna". '
el concepto de forma musical de Hanslick implica los dos, e.le-
Pero la idea de un "espíritu del lenguaje" que se manifiesta
mentos que estaban unidos en la idea romántica de la rnusica
en su "forma" parece haberla tomado Hanslick de Wilhelm von
absoluta: la forma es específicamente musical, liberada de todo
Humboldt. CJ\.unquc no cita a Humboldt, is sino a jacob Grimm,
sustentáculo determinante extrarnusical, y por lo tanto es algo que compartía con Humboldt las premisas esenciales de la teoría
"absoluto"; pero precisamente por esto es algo más que me;éi del lenguaje). Según Humboldt, el lenguaje es =-para decirlo con
forma aparente, a saber: espíritu, forma esencial, configuración
las palabras de Hanslick, que son muy próximas a las de Hum-
de dentro afuera.
l~ol;,lt- "un trabajo d_el espíritu sobre un material capaz de espí-
Hanslick ejemplifica su teoría con el tern~: . . .
ritu .. Y la estructura interna que prescribe el camino al lenguaje
"La unidad de pensamiento musical, autónoma, no d1_v1s1l?le
considerado como actividad del espíritu es llamada por Hum-
estéticamente, es en toda composición el tema. Las deterrnínacío- boldt "forma del lenguaje":
nes primitivas qt1e se adscriben a la música como tal, de~Jen ser
"Lo que en este trabajo del espíritu para elevar Ja voz arti-
siempre demostrables en el tema, en el microcosmos musical L .: ]. culada a 1a expresión del pensamiento hay de permanente y uni-
·A qué debe entonces llamarse contenido' ¿A los sonidos mis-
~nos? Cierto; mas ellos ya tienen forma. ¿Y qué es la fon~fi De
forme, tomado en, su conjunto del modo más completo posible
y expuesto s1stematicamente, constituye Ia forma del lenguaje"_ 14'
nuevo los sonidos mismos, -pero ya son una forma llena .
El Ieng~1a¡e no aparece ya, como en la antigua teoría ex-
El tema es paradigmático para lo que significa "forma" en
puesta por Fork~!, como mero "revestimiento" de pensamientos
Hanslick, porque es un todo hecho de partes y a su vez parte ele y serHunrentos, sino como productividad espiritual, que forma y
un todo, volviendo así comprensible que la forma debe ser en~ no solo formula.
tendida como "energeia", corno "espíritu que se conforma por si
"No es un;;~ o~Jra Cergon), sino una actividad (energeia). Su
mismo de dentro afuera": corno proceso en el que el material se
ve~·~i~deradefinición tiene qu,e_ ser sólo genética. Es el trabajo
inserta en un complejo coherente que a su vez constituye un eternamente renovado del espintu pai:_a tornar capaz a la voz ar-
material para un nuevo complejo coherente y de ma~~r calado. ticulada de expresar el pensamiento"_ b
Del concepto de tema brota la idea del proceso terr:a11co como
La diferencia, que en Humboldt se hable de "forma interna"
una "meditación" o "sucesión de ideas", corno decía Fnednch
de un lenguaje en música conjunto, mientas que en Hanslick,
Schlegel: la idea, que en el siglo XIX representaba la encamación
por el contrarío, se trate de obras musicales aisladas, no cambia
suprema de la forma musical. . . .. . en n~da la concordancia de las categorías básicas (que, por lo
Con la idea de forma musical mocltt_1caclapor Hanslick,, con
~~111~s, ,~on valederas tamb_i~é1'. en Humboldt para el "trabajo del
el sentido de forma esencial en vez de forma aparente, esta es-
trechamente relacionada una concepción del carácter de lenguaje
~~p111tu er: su de~alle Iíngüístíco). una concordancia que permi-
uo a Hanshck definir la música como lenguaje sin tener que afe-
de la música profundamente divergente del concepto de "len-
rrarse a la doctnna del "lenguaje de los sentimientos". Si el len-
guaje de sonidos" de Forkel: . . . , g~iaje,,no es "re~,estimier::ito",si~o "forma interna", "trabajo del es-
"En la música hay sentido y secuencia, pero 'musicales', es
pmtu. sobre la voz articulada·, entonces también puede la mú-
un lenguaje que hablamos y entendemos, pero que no estamos
sica, en}~ que "las formas que se constituyen mediante sonidos,
en condiciones de traducir. Existe un sentido profundo cuando
son esp11~tuque se conforma de dentro afuera", ser designada, y
en las obras musicales se habla de 'pensamientos', y, corno en el no metafon_camente, como lenguaje. La filosofía del lenguaje de
lenguaje, el juicio experimentado distingue fácílrr~.enteentre ver- Humboldt fue, pues, una de las premisas básicas de la tesis de
daderos pensamientos y meras maneras de hablar .12 .
Hanslick de que la .música, en cuanto forma, es "espíritu" ~así,
Como Forkel Hanslick entiende la lógica musical -"senti- en el sentido hegeliano, "~pntenido"-, por lo que es superfluo
do y secuencia" e1\ la música- como algo análogo al len~uaje. buscar un contenido en sentimientos o afectos fuera ele la forma
Pero no piensa sin embargo en la regulación y d1~erenci~c10nar- para, poder definir la música como "apariencia sensible de [~
mónica ele las "voces del sentimiento" -Ja "podrida estetica del idea', como lo "bello musical". Sólo ante el fondo de la rnetafísí-
resulta un extraordinario cm, .: absoluta para luego, tras un general estar por encima de la palabra, aunque en realidad está
motivos de la teoría de la r:1us1~a i~jarlos 'caer y hacerlos saltar por debajo".21
f ugiitivo
.
gesto de aparente acuer o, e
.- . el te - 1 , Lo inmediato que expresa la música lo define Kierkegaard
en pedazos inopina amef. . samiento romántico de que a mu- como "inmediatez sensorial". (No se piensa lo "sensorial" como
Al mismo t1emp~, e pens; ·a cristiana entra en una espe- materia perceptible, de la que lo "verdaderamente" musical "se
sica es el arte caractenstico dle}:a~:o arte de la música" se defor- libera sin cesar", sino como la "genialidad erótica sensual", cuyo
cie de media luz en la que ; . " paradigma era para Kierkegaard el Don Giovanni de Mozart. )22
1 . "demoniaco .
ma hasta caer en º. e .. · lmente determinado -a f.m_na , Kier-
1 Pero lo sensual aparece, bajo el dominio cristiano, como lo ex-
"Pero un medio espintua _. . ·to que la musica es- cluido del espíritu; y, como excluido, es "demoníaco". 23 Sin em-
kezaard-> es esencialmente ~engt:1a1c,
tá ~spiritualmente determina a, tiene
~[r~~~o a ser definida co- bargo, aun lo negado por el espíritu -Kierkegaard se apoya
aquí en la "negación determinada" de Hegel- puede ser "deter-
mo lenguaje".16 . . , ., una lengua, entre lo reprc- minado espiritualmente". Y puesto que la determinación espiri-
La diferencia, const1tl_1t1v~ pa~ficado y su portador, parece tual garantiza el carácter lingüístico de la música, la música es
o v lo presente, entre e sig
sen t a d , íi una lengua sólo corno negación de la lengua. (Como interjección
repetirse en la música ". , eiern lo, lo sensorial como mee ro "todavía no" es una lengua; como disolución de la lírica en la
"Así en el lenguaje, por J p es constantemente negado magia sonora, "ya no" es lengua).
se reduce a un mero mstln.1m~1:t~,. ylo· 9ue propiamente debe ser La tesis filosóficamente destruida por Kierkegaarcl -porra-
[ J Lo mismo ocurre . con a musica: . ., · 7 zones ocultamente teológicas- ele que la música fuera un len-
.. · de lo sensoria 1,, · - d. ·e guaje más allá del lenguaje, y especialmente como música instru-
oído se libera sin cesar . , -1~ la indeterminación de lo que te.
Sin en1bargc_i, _a causa e , íe inferior: mental absoluta, fue restituida un siglo más tarde por Theodor
o balbucea, la mustca esl un leneg~~io en su inmediatez; por ello W. Adorno filosóficamente- y con referencia manifiesta a una
"Expresa siempre teología si bien más evocada que "creída".
ocurre que la mus1c~, , . · , _e. norelación
mm., con el lengua¡·e' se muestra co-
,, 18 - . "Frente a Ja lengua conceptual la música es una lengua de
molo prin~ero y lo u~ttmo .na lengua que desciende a su -~rop1~ un tipo enteramente distinto. En eso consiste su aspecto teológi-
Lo primero, porque u_ . "de nuevo musicales ' co. Lo que dice es, como apariencia, al mismo tiempo determi-
O rigen llega a 1 as interje
· ·, .: cc10nes que son ,
- . , li . .a alcanza finalmente un gra- nado y oculto. Su idea es la forma del nombre divino. Es L . .l el
, leneua me " l intento humano, como siempre fallido, de nombrar el nombre
lo último, en cuanto :-inal. . h~ de· sarrollado con tal fuerza, que e
l "l 0 mus1ca se a - · . 19 mismo, no de participar significados".24 La música remite a la
do en e que ' . : wierte en música". . .
lenguaje cesa, y todo_ se
l .,.
;01
diato e me
l d1'0 ele la música, es sospechoso
H 1 · y
verdadera lengua, en la que se manifiesta el contenido mismo,
1e>
Pero o , mme . ' t fferentemente que para. ege -, pero al 2)precio ele la univocidad, que pasó a las lenguas concep-
tuales".
P'lfa Kierkegaard -no mu) e 1 _· - ierde la música sin texto no
11 la que se P1 , lar
El lenguaje de la teoría hebrea, que Adorno tomó de la teo-
la "indetermmac1on e "barrunto del infinito"- un ga -
L • ., "
es en modo alguno -com_o ría poética y lingüística ele Walter Benjamirn, podría intercambiar-
dón metafísico, _sino un_~:~f:ct~~te lo indeterminado, y por eso el se sin pérdida de substancia con un lenguaje clialéctico-metafísi~
"Lo inmecbato es ue1tame co en el que es audible un eco lejano de la estética musical ro-
z: .:
Adorno concede una confianza que niega al corrupto lenguaje 18 .
K1erkegaard uh. cit p 74 ' ·
de las palabras, "instrumentalizaclo" por una praxis social podri- .19 Kicrkegaard: p. 73.
da.
"º K' k .,.,
21 icr cgJard, op. cit., p. 74.
' . .
K1erkegaard, op. cu., p. 74_
21
2> K1erkegaard, op. cit., p. 68
2~ !~1erkegaard, op. cir., p. 75 .
.. . · Theodor W. Adorno: 1+ . .··
musica y Jenaua· ) . . agmenr über Muste und S. _
25 Adc~rn¿e :,,en Quasi unafaiftttasia. Frankfurt arn 'vf· .Prache (Fragmento sobre
2C . , 01'· ctt., pp. 11 y SS. l arn, 1963, j). 11.
aº~'
sófico. Ante todo, y en primera instancia, apunta -con olvido en as nu · e, - - el '
lun traído los últimos tiern . , s su puno e titán, lo que
del Bach compositor de música vocal- a las obras canónicas de entre altura y profundidad :_¡ue ifºdría servir de mediación
la literatura pianística de más rigurosa exigencia: el Clave bien A la tradición ' d e 0 0 e 0 lo conoce el artista ... ,,7
temperado y las Sonatas de Beethoven, de la op. 2 a la op. 111; , ' por po erosa que par , . 1
ele 1 a ultima palabra. ezca, no e correspon-
es decir, a lo que se llamó más tarde en Inglaterra "the forty-
eight" y "the thírry-two'l.' Pero además, Bach y Beethoven, eleva- Cc~n Wagner, la asociación Bach B
tos nacionalistas. Si la obra . . f' . , dy . eethoven cobra acen-
dos por encima de los demás compositores, representaban sin sentado siempre para W sm ornea e Beethoven había repre-
más ni más la tradición de Ja gran música, la tradición en la que por la Novena sinfonía-ªg1,ner ~desde :"u juvenil entusiasmo
Schumann, como dice en el manifiesto Para el comienzo del año , tí 1 , a qumtaesencra de l' , ,·
ar rcu o ¿·Que es lo alemán? (Uíl . . . . , a mus1ca, en su
1835 (Zur Erójfnung des jabrganges 1835) de la "Neue Zeit- pal fue escrita en 1865 aun as tst de~tsch.?) (cuya parte princi-
schrift für Musik", buscaba un respaldo para "combatir el recien- es colocado junto a Be~th que _no pu Iicada hasta 1878), Bach
te pasado antiartistico" y "preparar una nueva era poética".4 An- ,1 , ,, oven corno represe11tant el 1 " ,
a eman en una "época más . li .s e e espíritu
tes de la fundación de su revista, señala Schumann: Beethoven" originariam ts me ígente' . De la fórmula "Bach y
"Falta todavía una revista para la música futura [ .. .1 Como , el ~ . en e una mera agr . . , el ,
cos e la mus1ca de teclado sur . , · 1 " . upac10n e los clási-
redactores idóneos solamente servirían hombres como el antiguo na", un mito en el ue to' ,g10 e _n~itc; de la música alerna-
cantor de la Thomasschule que se quedó ciego, y el sordo direc- cuando, en 1923 decla , b: davía part1c1po Arnold Schónberg
tor de orquesta que reposa en Viena".5 dodecafonismo,' ~e aseg~~a~aque, gfacias al descubrimiento del
Bach y Beethoven son glorificados como soberanos del por e momento el predominio de
como "música absoluta en e sei de relleno y gestos vacíos. (La evitación de cadencias no es lo
haueriana). . . , ,1 . íritu alemán ldice Nietzsche esencial, sino una consecuencia del principio: las cadencias son
"Del fondo d1ornstaco c~e ~f::¡ ha brotado una fuerza que fórmulas, y por lo tanto no son "melódicas").
en 1871, en El origen d;o . tra1~s condiciones originarias de la El principio de la "melodía infinita" descansa, pues, en la
no tiene na~a .,en ._comu~. c~~cultura racionalista frente a la cul- suposición estética de que la música, como Eduard Hanslick ex-
cultura socrauca (como cont d. . . plicaba, es un "lenguaje" en el que "el juicio experimentado dis-
. . , · no pue e n1 ex plicarse . ··
ni excusarse a par-.
tura d10111s1aca 1 , Y que . _ ,.1 ído por esta cultura como. 1o tingue fácilmente entre verdaderos pensamientos y meras mane-
.· : s bien es peru )1 · , · ras de hablar". l3 Pero la música a la que Hanslick atribuye carác-
tir de ellas,.. sino 11mas · no 1o .antago . , nico-LJltrapotente: · la musica
terrible-mexp 1.ica J e, cor . ie entenderla principalmente en su ter lingüístico era el "arte musical puro, absoluto", que sólo co-
alemana, como tenen:i-ods ~, l a Beethoven de Beethoven a mo "lenguaje sonoro" adquiría la legitimidad estética de ser un
poderoso curso solar e clC 1 ' arte autónomo.
~ragner" .9 . , enas interesaba a Nietzsche, En la filosofía de la historia musical ele Wagner es Beetho-
El pathos nacionalista.' qu~. ap _ he tomó también la fórrnu- ven quien ha desarrollado la capacidad lingüística de la música
di ·l Wa·aner de q·u1cn Nletzsc . . . l 1 . instrumental hasta el punto en que la expresión musical, en vez
proce 1a e e º ' - " . 'luso la substancia objetiva oe es-
ta "de Bach a Beethoven . E me. .se en la teoría wagneriana. Por- de quedar limitada al sentimiento in abstracto, alcanza una de-
quema tripartito puede :1~scubr:~~·co-técnico del pensamiento de terminación individual: una determinación que no obstante, al fi-
que el correlato compos1t1vo ~~-:, 1 . extiende de Bach a Wagner
. ·, de la gran musica se ·
nal, en la Novena sinfonía, había requerido palabras, porque co-
que la tra dicion iste en otra cosa sino en e 1 prin- mo determinación sin objeto, como expresión más individualiza-
pasando por l3eeth,ove~ 1~~ ~ons, a década de 1870, Wagner n~a- da sin contenido objetivo, había caído en una contradicción in-
cipio de la. "melo,d1~ m~n'.ta ~E~~ que Liszt y luego josef Rubm- terna.l" (En 1851, en Operay drama, Wagner atribuye exclusiva-
nifestó vanas veces - espuesd . - . Fu as de Bach- que en el mente a Beethoven la capacidad lingüística individualmente de-
stein tocaran para él lo~ :rel~~al~~s yrefifu¡·ada la melodía infini- terminada, pero más tarde, en la década de 1870 -como se pue-
C/ave bien temperado . Yª.-~s-a tefjiuturo(Zukunftsmusik), en el de deducir de las palabras de Wagner sobre la "melodía infini-
. " 10 Y en el ensayo La muste , e
ta.
118 •••••••••••••••e•~•••••
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120
·r
Car!Dahlhau_.s__ .... ··.. ---··,! '·
La idea de la música absoluta
-·-·--·-··-··-·-·--··-·-·-·-·-·-·-'-·-·-··-·--·-·--·-··--- -----
- .... __ .... " d 1 . erna" en las fugas de Bach contrapone
rica. A una cultura e tei las sonatas de Beethoven: en trar lo contrastante en la manera de manejar el tema, dejando in-
Halm una "cultura d: la/~rr_n~
»
1:1on~1; una
es función del tema;
ji
1 º
tacta la unidad temática".2
la fuga, dicho en d..os ?~
a f~s, .ia es una función de la forma. (Y La "música dramática", como la entiende Halm, es un estilo
y viceversa, en la s?,nl~taf, ~ enverdaderamente una forma o me- sinfónico dialéctico, determinado por medio de oposiciones, en
puede dudars; d~ si a uga es
el que intervienen los contrastes como si "se conformaran a la
rarnente una tecrnca\ . . ,- ·e ida or una ley: ese es pro- manera ele sucesos". Y "superador del drama musical" y no sólo
" La fuga, en el fondo, estf· r _·2adef individuales sus virtu- su "enemigo" es el sinfonismo de Brnckner, porque lo "dramáti-
:á~
1ªt-~ez
píamente su tema; cuy~s r.e1cu d~ esa leyl. .. ] 1~ forma so- ¡·· co", en vez de dejarlo subsistir lateralmente como constituyente
des, deben poner ~e iehev~tr~ un proceso de acción; al cual de "otra cultura de la música", lo aloja dentro de sí.
nata,
sirvenporlos el contrario,
ternas prn:ue~
inc p al es y la manera en que son / ..· Con la interpretación de la fuga y de la forma sonata, como
. l d " 17 , . propone Halm y se encuentra realizada en Bruckner, no se en-
ela )Ora
Y os., . decirlo
· con 1 a. termino
. logia de la teoría dramática: 1 tiende sólo una combinación técnico-formal, como en e] último
para -. 'e del "carácter" de la temática; en. a so- rriovimiento ele la Quinta sinfonía, sino algo más trascendente:
en
natala lafuga
temauca esta?~e
l~ forma sornen id:a a 1 "destino"
.. que la forma impo- una anexión, por parte de la sonata, de la "cultura temática" que
se había desarrollado en la fuga: una anexión que caracteriza no
ne. , . . 1. d le00zico histórico de la antítesis que propo- sólo algunos tiempos de sus sinfonías, sino toda la obra de
Bruckner.
Como fo~do el -f] l la "Querelle" estética del siglo
ne Halm s_e dibuja e p~e1 1 _ ne . i de la melodía o de la ar- Pero la condición que posibilita una "tercera cultura de la
XVIII, la disputa sobre ~l red?~~1111 ~ Halrn glorifica en las fugas música" la descubre Halm en la armonía moderna acuñada por
monía. Pues la "cultura ce tema ~u melódico· el arte -el tema Wagner.
de Bach no es otra cosa que udn ª1~ eseo-unda p~rte del Clave bien "Bruckner, armonista de pies a cabeza, encuentra justamen~
l 1, F n si bemol menor e a "' · . ¡,
ce a . uga e , d h aparecer una imagen me o- te en su armonía altamente desarrollada una nueva tarea, un
temperado lo d~~rnestra:- , ·~ ~l~e~elaciones tonales en el q:1e nuevo contenido para la melodía. No estar ya a! servicio de la
dica como u.n s:ste~a cer~a º, . ica conduce a una integración forma, de algo que está por encima de la armonía, sino de algo
una diferenciación cada ~e~ ma~ r tro lado la "cultura de la for- con lo cual ha encontrado cómo crear en sí misma, con firmeza
cada vez más compacta.!' , _P°.t ~-e t~do ~n arte de "economía y tensión, la posibilidad ~e grandes dimensiones, de amplios ar-
ma" que Beethoven func º1~sl, so t. da d~ una tonalidad repre- cos, de curvas arnesgadas·'. 2-
, · " · n Beethoven a en rn · · ·
armomca ": e ce· so" _ de 1 que' 1esu.. ltan consecuencias · constnctrvas,· El libro de Halrn sobre Bruckner, de 1913, no es sino un in-
senta un su , . ..d ., s tonalidades casi impercepti- tento de demostrar analíticamente que la armonía de Bruckner,
mientras que Bach mtro uce _m~ev,~~ hacer sentir propiamente el por una parte, puede ofrecer consistencia y sustancialidad a una
blemente,, "con 1:ia~o/ra~~u~~tos~s la an,;onía. Con otras pala- melódica de gran aliento que, a través del gran rasgo que recuer-
proceso formal cuyo ~ne am . , . ial ero la forma "no vive da a Bach, se eleve sobre la melódicamente rudimentaria temáti-
bras: en la fuga la tem:ticf ~;5 sul~~~~a ;,~da de la forma", pero ca sonatística de Beethoven; sin que, por otra parte, quede dis~
todavía"; en la sonata se e ~sarro. . .
minuida la fuerza de la tonalidad para construir una amplia tra-
la temática queda a vecel·s sin substanecp1rae.senta· nte de una "tercera ma sinfónica y para soportar y hacer perceptibles los "momentos
1 · d 13 .uc cner como r d
El e ogro , e.. ~- r: Halm en 1913 tiene el aspecto .e de la forma". (Un tipo de escucha musical, que capta en la meló-
cultura de la musica; quel~ac: frente a la veneración por Beet- dica de Bach un "trazo de movimiento" similar a la de \Vagner y
un encubierto desafio po erruco .
d ', 'potente y sacrosanta. .1 la de Bruckner, fue descrito más tarde detalladamente por Ernst
hoven, to avra pre · . , . absoluto de gran estí o y Kurth y codificado estéticamente; las obras principales de Kurth
"Bruckner es el pnrner musrc 0 e l· , sica dramática -un libro sobre Bach cqmo teoría del contrapunto, uno sobre
d «í B l el creador e e a rnusi
í
es un pensamiento puramente pollfónico, son ambas cosas·'.-3 Richard Wagrn:,r: Gesarnmelm Schriften d ..
Y poemas). Ed. de WolfgangGolth - B 1- . un Dzchrungen (Escritos cumpletos
Que debiera ser posible pensar melódica-polifónícarnente 9 ., er. er 111 y Le1pz1g s/a v · 1 X
hiedrich Nietzsche· Werke (Ol -. ·) · .
4
' · ' u· 'pp. 7 y ss.
en el espíritu de Bach y de los flamencos, y al mismo tiempo ar- 1951-1956 y Darmsradr 196G vol.¡ '11oa9s'en 3 vols. Ed. de Karl Schlcchta. Munich
10 . , ) . ,p. .
mónica-formalmente en el sentido de la concepción sonatísrica
J
,, " ~ .• 12.S
···La ídea
dela.música absolut
ñados Y capaz de elevarse a la "' · ·, . ~~-----
vulne~·ada o puesta en peligro- l~~fJL;~c:on. del. mfm1to", quedase
mo e incluso para alusiones a asunt . uga~ para estados de áni-
LA IDEA DEL ABSOLUTO MUSICAL Y LA PRÁCTICA la obertura de Melusina de Mend os definidos, como ocurre en
DE LA MÚSICA PROGRAMÁTICA cleraba dentro del espíritu de 1 . elsso~n, q~e Schumann consí-
la "poesía": siemp ~s representac10nes románticas de
' e ' ' ·re que no saliese del " · d . .
en el que E.T.A. Hoffmann había ubic remo e_ l~ marav11loso",
que evitase así caer en lo "pro - . " l ado la musica absoluta, y
La disputa sobre la música programática tuvo lugar desde el a causa de la nimiedad l sarco : . o contrario de lo "poético"
t · . en a narrac1on de histo ·
enstico ~en la pintura musical.
1.
nas, en o carac.
'
siglo XVIII al XX con argumentos cambiantes que se apoyaban
en razones igualmente cambiantes. Y juntamente con los teore- Hac1a 1860 la disputa q el
mas estéticos en los que se basaban apologías y polémicas se de partidos en el terre~o d~ 1 ue s~ .en ure~e hasta ser una lucha
modificaban también las fronteras y los signos de identidad de la manes" y los "formalistas" abpoi~tlfa 1:ius1cal, entre los "neoale-
cosa misma. Porque la música programática no siempre ha sido la música programática -p~~~ r~ a egitimidad o ilegitimidad de
g:
lo mismo, sino que ha sido un fenómeno históricamente varia- los grupos hostiles por 'conve~i~nterpretar~e com? un intento de
ble: no sólo estilísticamente (lo que es evidente), con respecto a cep!o de lo "espiritual en 1a músi~~,,mxr~na d~sc~sión el con-
los medios compositivos con los que se la intenta describir, ca- ideólogo de los neoalemanes : rrrna a Franz Brendel, el
racterizar o narrar, sino (y esto es mucho menos obvio) también sentimental "indeterminada" ~ f~e. c~n el paso de la expresión
estéticamente, en cuanto a las ideas sustentadoras que están en "determinado" la , . , . . ca1actenst1co y programático
el fondo de este género. do desde el gr~do ~~;5'~s~eª itr;ist~ume~talmoderna había progresa-
, n imiento al del "espí it ,, ,
A finales del siglo XVIII, el género "pictórico" -la arriesga- comp !etaba lo que Beethoven habí . . . m u ' asi que Liszt
da empresa de dotar a la música instrumental de un "contenido" rética de Hanslick de lo "esp íf ia iniciado; en la base de la es-
b 1 , , eci icamente musical" t b 1
que describiese un fragmento de la naturaleza exterior o repre- a so utamente opuesta de ue en la , . . ~s a a a tesis
sentase una escena- fue rechazado o al menos reprimido, en y la forma espíritu. La forn~ . lmus1ca el espintu era forma,
nombre del postulado estético del sentimiento que valoraba la ménica- no constituiría la enmulst1ca -lcomo mera forma ferio-
t e111id o que, como idea ·asunt vo . ura o. e . receptácul , o d e un con-
música que llegaba al corazón. (Beethoven, que se burlaba de la
pintura musical existente en La creación de Haydn, la justificaba esencia de la música sino o o sentnmenm, sena la verdadera
en su Pastoral, un exemplum classicum para los músicos progra- materia sonora- sig~ificaríiufi -e.orno fo~,mació~ espiritual de
máticos del siglo XIX, sin desmentirla con la advertencia de que (La dialéctica platón1·ca y e¡.ª ;n~sma la esencia" o la "idea".
, neop atornca de · . · f
lo que debía dominar era la "expresión del sentimiento".) menica fue sustituida, en la ínter re!' . , esencia y orma ferio-
Por el contrario, la estética musical romántica repasaba, co- de forma, por la dialéctica aristot~· a~1on del .concepto musical
mo ya se ha dicho, lo "programático" -es decir, la narración tegorial.) Pero si la "form . e rea e m~t~na y formación ca-
musical de un relato- junto con lo "característico" de lo "pura- Iick la designaba con un~ s~nante en rnovmuenro'', como Hans-
mente poético", una categoría interpretable como la idea estética "contenido", entonces el ;oKteº~~~)adora paradoja, es ella misma
de la música instrumental absoluta, pero que no debe simple- ler como "esencia" es iritual . . p~ogramatico -en vez de va-
mente identificarse con lo absoluto musical, tal y como lo enten- ma fenoménica" p p . dque esta obligada a tener una. "for-
e ara no que ar vacía
dió Eduard Hanslick medio siglo más tarde (por útil que pueda "extramusical" a una form -aparece como añadido
ser, en primera instancia, acentuar la afinidad entre la teoría de la como expresión del "espír~ que puede m.antenerse por sí misma
música absoluta de Tieck y la de Hanslick para contrarrestar el A finales del sigl¿ XIXu e~ ur;i matenal capaz de espíritu".
grosero error de que la estética de lo poético musical apuntaría a e.I provecho y los inconvoofecnotm1ednzlos dc::_l ~' la disputa sobre
. . es e a mus1ca pro · · .
una "literaturización" de la música). En el ámbito de lo poético en ta~to no se continuaba con lo gramat1c<1-
musical ~sin que la idea de música absoluta, de una música li- Hansltck- cayó en una arnbí .. d ~argumentos de Brendel y
berada de funciones, de textos y de caracteres nítidamente clise- líneas más claras de las ide igue a e~ }a que se perdieron las
, as en cuesuon, pues casi todos los
·········~············ 126
¡~l 'i:i >'!·
127
. .1 .
~arl Dahlbaus __ ······· .... ·· ·· ···· ... ... ... .. ····
· ·· __ _!:_a íd_eadela música absot
apologistas de la música programática eran seguidores de Wag- procesos fluyentes pues en con iu . ~ - - ---
ner, mientras Wagner mismo, ya desde 1854, había asimilado la la música- entran' en el co , J nto ~n relacror, con el ser
estética de Schopenhauer, que, expresado sentenciosamente, no "De esto dcpend . ncepto negat1vo de lo ccidemal
· e que se p l · d . ·
ª-
era sino una metafísica ele la música absoluta. poema como canto o una r~ - uec a I7:tro ucir en la música
Las agitaciones del sentimiento, en que Schopenhauer creía mírr~a, o ambas cos~s como !1esent~c1~n escénica como pant
reconocer la "verdadera esencia" de las cosas, se expresan en la
música por su forma, "sin la materia", lo que quiere decir: care-
la vida humana, subyacente.
nunca están unidos a ell
~~7·
Tales cuadros particulares
s a engua¡e. general de la música
cen de objeto y de motivo. Pero precisamente en ese despren- dencia completa. sino qt1ªe pe~tr,. - un~ neces1d_ad o una_ correspon
derse de los condicionamientos empíricos, con los que por lo ., ' - sanconlamu· -1
CH~.~ en que un ejemplo arbitrario 1. . ,. sica so o en la rel
demás están entrelazados, los afectos representados por la músi- ral". 2 o esta con un concepto gene
ca muestran irremisiblemente su auténtica esencia.
El rrocedimiento de "ilustra "1- , ,·
"Todos los afanes posibles, excitaciones y manifestaciones una accion escénica se ún S -1 r a rnusica con un texto o co
de la voluntad, todos aquellos fenómenos interiores del ser hu- tancialmente, sino sÓJ;) :radt;,5 lOpc~haue~-, .no se di!erencia sus
mano que la razón amontona en el ancho concepto negativo del 11nag111ación que se deja arrastr~~nte, d: l~s ~üv~gac1ones de un
sentimiento, se expresan a través de las infinitas melodías posi- de representaciones fantasio ,, . en _una s~nforna a la sugerei>ci
bles, pero siempre en la generalidad de la mera forma, sin lama- los conceptos en los que se s::fle~~ tn:bos . ca:ms, las visiones
teria, siempre solamente en el en-sí, (Ansicb), no en el fenóme-
no, como su más íntima alma, sin cuerpo".'
presado musicalmente so . .
biables.
b
a mtenondad, el afecto ex
' ' n secun anos Y en principio íntcrcarn-
La opinión habitual, luego fosilizada como un tópico, de
El recuerdo de Eduarcl Hansli k ., .,
que en una pieza de música vocal el texto expresa el "sentido" l~s programas literarios o plástí . ~ , qu,; tctmb1en. consideraba
conceptualmente captable del conjunto, un sentido al que la mú- anadidos estéticos "que le~ reos como extramus1cales" como
sica dota, como quien dice, de "reflejos sentimentales", fue tras- ., '· no 1acen al cas " - l , . ".
mental y negaba la sust'tncial h o para a rnus1ca mstru-
tocada por Schopenhauer justamente en sentido contrario, con la cle texto y música ~n '1a' rnúsíc omogelne1dad y la indisolubilidad
afirmación de que el sentimiento que la música misma refleja re- - sica voca acude d d
~e?: La 1i:terpretación habitual de : . . . e ~10 o espontá-
presenta el auténtico "sentido" de la obra, mientras que un texto su_ s invectivas contra la rnú .. , . Har:s~1ck, tomando en serio
poético o una acción escénica, cuando "subyace" a la música, usica p1ogramat1ca l f
cas Y maliciosas por el co nt . , Y as rases escépti-
permanece totalmente secundario. Lo conceptual o escénico apa- • ' rano
comp 1 etamente inadecuada e 1. ~~l~_r1
como bro ,
. ' 'f bl . mas y mamas, resulta
- ·
rece como el lado externo, y el sentimiento o el afecto como el be negar, por incómoda que ~ca ~·-El historiador no de-
lado interno. en la estética rigurosa de la ~úsi:a 1~sulta1le esa confesión, que
"De esta relación interna que la música tiene con el verda- como en Hanslick, tanto Jos te , bsolu~a, en Schopenhauer
dero ser de todas las cosas se explica también que cuando cual- propuestas de la mu' síca pro xto~ ~te la mus1ca vocal. como las
quier escena, acción, suceso, ambiente, es musicado con una dentes "extramusicales" · en ci.o-ramat1ca
. . . ,
so n t rata
, d
os como accí-
música adecuada, ésta nos parece que revela de ello su más cuales una imaginaciÓ~ ~.1:nic1p10 intercambiables, y de los
oculto sentido, y se muestra como el comentario más apropiado - . ¡· mus1ca que busca lo e . 1
p1escmc u abstrayéndose de 11 , , sencia puede
y claro; del mismo modo que aquel que se abandona enteramen- igualmente rigurosa esta' 1 e f~s. (La consecuente antítesis
te a la sugestión de una sinfonía es como si viera pasar ante sí , en a a rrma , · - d p '
que no sólo el texto de la m - . cion - e ranz Brendel de
todos los aconteceres posibles de la vida y del mundo: y sin em-
r:
puestas de la música progra ~t~1:a e vocal, smo también las pro-
bargo, cuando trata de recordar, no puede precisar ninguna se- m a " , d el " o l)Jeto
. maelrea rorman parte d e l a « cosa mis-
estético" que
mejanza entre aquella pieza musical y las cosas que han flotado ment~ para penetrar en el "sign/y~nt,? retener consciente-
por su mente". const1tuye en la interaq:ión e t i ica. o e a _obra, tal y como se
Pero entre las asociaciones que importunan la mente oyen- Como documento de e~t~~.'~UJeto }': fenomeno sonoro.)
do la música instrumental, las propuestas de la música programá- la interpretación wagnerian~ d~c~ ,~us1cal más importante de
tica y los textos de la música vocal son, según Schopenhauer, lante asimilación de algunas id , e! (:renhauer -tras la vací-
. eas )asrcas en la carta abierta
130 ····~··················
Car! Dablbaus ·····
·--··· ·--··· ·--·· . , . f . . la imaginación del com- -- idea de la música absoluta
-···-·-··--··-·--~·----~---La
formal" extramusical -tomaá o~~~l~n ue un oyente inteligente reflejos. Ahora le habla de nuevo sólo el ser ele las cosas y le
positor- no excluy~ e1! mo ~a ae susqcondicionantes, penetrar muestra el fenómeno a la tranquila luz de la belleza. Ahora com-
pueda, a pa1:ti~ del "fenómeno l' ~., d~
la "voluntad", que, según prende el bosque, el arroyo, el prado, el éter azul, la alegre mul-
en la "esencia": en la.contem~ cLCl~n ia de la música. Los "moti- titud, la pareja amorosa, el canto de los pájaros, el movimiento
Schopenh.auer, consutuyedla su~~tar;,.cn1 las condiciones del naci- de las nubes, el rugir de la tormenta, el deleite de la tranquilidad
" . l » aun cuan o entran "' , . ,, .· .. ,
vos. rorma. les , , . · ., son su e 1 e111 ento esencial · Génesis empi-
c
tenido dionisíaco de la música (es decir: sobre su esencia metafí- contenido programático como substancia)-, entonces debe fun-
sica) en ningún aspecto pueden informarnos".12 damentar~e a ~í misma. ~l "en-sí ín~ir:io" de la música programátí-
La zenerosidad con que Nietzsche trata tanto a la herme- ca -que no llene lugar - es la musica absoluta.
néutica ;'ecundaria como a la programática primaria procede de Las ca~tas a Max Marschalk, en las que Gustav Mahler, en
su convicción de que tanto una como otra son irrelevantes. 1896, re~ex1ona sobre el sentido de los programas 0 borradores
A partir de las premisas de la estética ct: ?chopenhau~: Y de los títulos para sus sinfonías Primera y Segunda, son docu-
~nento~ elocuentes de la confusión en que había entrado casi
de Nietzsche, el único argumento contra la mus1ca. programat1ca
que toca un punto neurálgico resid~ en ~a afirmación de que l~
obra musical necesita de un apoyo literario externo para no des-
moronarse, ya que su trama musical interna es frágil. (Si p_or el
de1:
meluchbl:mente la teoría de la música programática en el marco
este~ic~ sc~opeI_lh<~ue,riana. Mahler diferencia entre progra-
ma extenor e mtenor . El extenor puede asumir la función de
contrario se parte de los supuestos de Franz Brendel, es decir, ele ser un impulso para la concepción de una obra y también de hi-
la tesis de que el programa de un poema sinfó_ni~~ forma parte lo conductor para su recepción:
de la obra como objeto estético, entonces la ob1e~1on menciona- . "En ,~l te1~cer movimiento, marcia funebre [se refiere a Ia
da cede en substancia: y resulta igualmente fall~da la esti¡~mla- Pnm_era Smfo_nia!, sucedió así que el impulso externo me vino
ción, expresado sentenciosamente, de que una pieza de musica del famos_o dibujo infantil El entierro del cazador. Pero en este
vocal resulta incomprensible sin el textc:.) .. ~unto es ,m~levante)o qu~ s_e representa -lo que cuenta es so-
Si la música programática la definía ~tto ~la:iwell dícíendo lamente la disposición de animo que debe expresarse". 15 [. .. ] Por
que "con la renuncia a las leyes de la form~list1ca musical, se eso es r~~eno que al principi?, cuando mi manera de componer
amoldan las normas de su desarrollo a seguir los pasos de las ~u_ecl~ re_sultar todavía extran_a, ~l oyente disponga de algunas
consideraciones extramusicales",13 es comprensible que Richard s.~1'.ahzac1o~es d,e carretera e indicadores ele kilometraje para el
Strauss renunciase al término "música programática": viaje [. .. ] P~to _mas n? puede ofrecer una explicación así".16
"En realidad, no hay tal música programática. Es sólo una , Esas senahz~oones de carretera" sirven como medio para
palabra injuriosa en boca de todos aquellos a los que no se les alcanzar un ob1~~1vo,,una co~np~ensión musical interior; pero
ocurre nada propio". c~m_1plen su función solo provisonamenre. "al principio". y si es
Formas nuevas, que un Otto KlauweH 170 compr7nd~ Y C1;1- c1eit?, que el programa externo, como hilo conductor para la re-
yo carácter artístico niega por ello, son atribuidas por el al mfü~JO cepcion de la obra -y Mahler lo dice inequívocamente- no
adverso de las circunstancias "extramusicales". Por el contrano, lle!Sa a tocar el propio ser de la música, lo mismo vale también
Richard Strauss insiste en que es estúpido despachar como "ca- evident~n_i;nte p~r~ todo programa externo como impulsor de la
rente de forma" lo que no responde a un esquematismo fijo, en o_:H_nposic10n: estetícarnente es "irrelevante". Podría servir, como
vez de tratar de aclarar esa forma individual y concreta, y en que diría Wag~:r, c~mo "motivo formal", pero -como un andamiaje,
la existencia o inexistencia de un programa no dice lo más míni- q~e se retira cuando la casa que ha ayudado a construir está ter~
mo sobre la lógica musical interna de una obra -o sobre la au- n_i~nada~ no pertenece a la "cosa misma". Pasa así de una fun-
sencia de esa lógica. cion g~~tora en el nacimiento ele la obra a una heurística en su
"Un programa poético puede muy bien ~mpulsar a nueva~ recepción. parece así por una parte un elemento superado y por
formas, pero si la música no se desarrolla log~camer:ite por si otra un vehículo provisorio. '
misma [es decir, si el programa tiene que cumplir funciones sus- . Si_ el programa "exterior" se presenta como una serie de
titutivas] entonces se convierte en 'música literaria'".14 il_us_t~·acrones, el "interior" es un "proceso de sensaciones'"? y
Resulta, pues, indiferente si un programa actúa como "~pul- c1~rtar:ie!1te un proceso que se sustrae a las categorías empírico-
sor" o no: la lógica musical aparece en piezas que para algo sirven psrcologicas. ·
como una trama cerrada que no necesita ni soporta apoyo alguno ''Mi nec~sidad de t¡¡,xpresarme musicalmente -sinfónica-
externo. Si la forma musical - según Schopenhauer y Nietzsche-e- comienza allí donde imperan las sensaciones oscuras
debe valer como "forma esencial" (con un programa como reflejo en :1, portal que lleva al "otro rn1:1ndo": el mundo en el que Ja~
del mundo fenoménico) -y no como "forma aparente" (con un cosas ya no se desmoronan por efecto del tiempo y del lugar". is
presentimientos que ayuden a explicar una tradición de los mo- su "liberación" ~e las funciones empíricas y de los afectos, repre-
dernos- cita un fragmento de Novalis del año 1798: senta .en su conjunto una metáfora de la naturaleza, fue desarro-
"Si sólo se pudiese hacer entender a la gente que con el ll~da inicialmente por Karl Philipp Moritz entre 1785 y 1788, po-
lenguaje pasa lo mismo que con las fórmulas matemáticas. - niendo como ejemplo las artes plásticas.) Esta misma idea básica
Constituyen un mundo de por sí- juegan solamente consigo cuya dialéctica va determinada por el doble sentido de la palabra
mismas, no expresan nada más que su maravillosa naturaleza, y "absoluto", se muestr~ en diversas formulaciones, en las que se
justamente por eso son tan expresivas- justamente por eso re- entr,e~ezclan tendencias comunes y abarcadoras, condiciones es-
flejan en sí el peculiar juego de relaciones de las cosas" .4 pecificas de las arte~ aisladas así como influjos recíprocos
Por la misma época, Tieck, en la Fantasías sobre el arte pu- Werner Vor~tnede recuerda un fragmento de Novalis que,
blicadas en 1799, elogia el sistema musical corno un "mundo tras el descubrímíenrc del Romanticismo alemán por los simbo-
aparte, un mundo para sí mísmo"." Y hasta en los detalles de la listas, desde 1891, se cita continuamente como testimonio tem-
formulación y en el ritmo de la frase, la teoría del lenguaje que prano e incisivo de una moderna teoría poética:
ofrece Novalis semeja un ditirambo de Tíeck sobre la sinfonía, "R:Iatos sin coherencia, pero con asociaciones semejantes a
en la que la música, independiente de textos y funciones, llega a los suenos. Poemas meramente biensonantes y plenos de bellas
ser ella misma. palabras, pero también sin sentido y sin coherencia -todo lo
"Pero en la música instrumental -a diferencia de la música mas con algunas estrofas inteligibles~, como simples fragmentos
vocal-, el arte es independiente y libre, se prescribe sus leyes a sí de los objetos más .dispares: !odo lo más, la verdadera poesía
mismo, fantasea jugando y sin objetivo, y sin embargo cumple y puede tener un sentido alegórico en su conjunto, y un efecto in-
alcanza lo más alto, sigue por completo sus oscuros impulsos, l directo, como la música, etc."
expresa lo más profundo, lo más maravilloso, con sus jugueteos". Y Vordtriede observa:
En los comienzos del Romanticismo alemán, el sueño de la "Tale? imágenes verbales no han sido creadas por Novalis.
poesía absoluta se soñó al mismo tiempo que el de la música ab- Su~ ~ono~c1m1entos se adelantaban con mucho a su propia praxis
soluta. El rechazo del principio imitativo -el postulado de que poética"."
la música debiera ser descriptiva, sea como pintura de la natura- . P_ero los poemas en prc:sa con los que Wackenroder y
leza exterior, sea como representación de afectos o pintura de la Tieck mtentaron en las Fantasias sobre el arte describir los efec-
naturaleza interior, para no quedarse en un conjunto de sonidos tos de la mú~ica absoluta8 podrían interpretarse perfectamente
vacío y trivial- corre paralelo a la consideración poetológica de co1?1_° reah~ac1ones pr:coce.~ del programa poetológico que No-
que en Ja poesía lírica como "verdadera" poesía el lenguaje es valis ~~bozo: son al mismo tiempo "relatos sin coherencia" y po-
substancia y no mero vehículo de pensamientos o de sentimien- emas . plenos de bellas palabras, pero también sin sentido y sin
tos; que la poesía, como dijo Mallarmé en un rasgo de malhumor ~ohe~:ncia':, todo lo más con un "sentido alegórico en su con-
al pintor Degas, dilettante literario, no se hace con ideas, sino junto .: Y v1c,eversa, el fragmento de Novalis es un catálogo de
con palabras. cnt~no? segun los cuales una descripción musical, "puramente
Novalis no dice del lenguaje poético sino lo que la estética poética" en el sentido romántico puede ser medida: no tiene que
musical romántica afirmaba de la música instrumental: precisa- ser "programátíca" ni "característica", sino que apela a palabras
mente porque constituye un "mundo aparte por sí mismo", es balbucientes para po~er .?ecir lo que en realidad es inefable; y
metáfora del universo, organon de la metafísica. Al presentarse ello porque esa descripción -segun las normas del habla cotí-
como "absoluta", emancipada de los condicionamientos empíri- d~ana- nad~ "dice". Los poemas en prosa de Wackenroder y
cos, se convierte en expresión de lo "absoluto". De todos modos, Tieck -refle10 de lo que se escuchaba en la música absoluta-
que Ja teoría de la música instrumental haya sido el modelo de la son,.ran a~ocíati"'.~)s, e_nsoñadores y alegóricos como quería Nova-
teoría del lenguaje es sin duda una exageración que convierte, lis. \oe~1a pura , el ,1qeal que el Romanticismo imaginaba (y del
desfigurándola, una interacción en una dependencia unilateral. q~e Schiller desconfiaba como un desvarío), aparece como me-
(Se podría afirmar incluso -si buscamos prioridades- que la dro para expresar o manifestar lo "puramente poético" de la mú-
doctrina estético-metafísica de que el arte autónomo, a causa de sica absoluta.
Que en la poesía se dan siempre versos aislados que sedu- del sentido estético originario del sinfonísmo clásico), la teoría
cen más por su esencia sonora que por decir algo conceptual o de una poesía absoluta por la misma época era básicamente una
sentimental es algo que casi no vale la pena mencionar. Lo que anticipación lúdica que, allí donde se realizaba como tanteo y
tuvo lucar en el Romanticismo -primero en la teoría, con Bren- experimentalmente en forma de prosa poética, aparecía como
tano, p~ro también en la practica poética- no fue algo e!1tera- paráfrasis lingüística de la esencia "puramente poética" de la mú-
mente nuevo, sino gradual. La dislocación del acento basto para sica absoluta. Podemos maravillarnos de la osadía con que fue
cambiar profundamente la conciencia de l? que es poesía . (A la esbozada, setenta años antes de Mallarrné, la idea de una poésie
manera dialéctica, podría hablarse de un transito de la cantidad a absolue -podría decirse que en el vado-, pero no puede des-
la cualidad.) El elemento "musical" de la poesía no valía ya co- conocerse que fue primero la música, la música instrumental clá-
mo adorno y accidente, sino como substancia y esencia. sica, la que otorgó una real substancia histórica a una teoría del
Y viceversa, como hemos mostrado en un capítulo ante- arte absoluto.
rior, la exigencia de la música instrumental ele ser tomada en se- 2.- Con la idea ele que tanto la lengua como la música son
rio como creación del "arte puro", en vez ele ser rechazada co- "un mundo aparte, para sí mismo", se relaciona tanto en la teoría
mo un ruido sin contenido, se apoyó en los modelos poéticos, poética como en la estética musical una tendencia a abandonar
que ayudaron a crear una nueva conciencia music~l y ~ma for- la expresión sentimental, es decir, el elemento en que el público
mulación gracias a la cual pudo constituirse la concienc:a musi- burgués del siglo XVIII buscaba la esencia del arte- cuando no
cal. El prestigio metafísico ele la música ab;5oluta surg:o. por la exigía que el arte fuese didáctico-edificante. Friedrich Schlegel,
transferencia del topos de la inefabilidad poética a la música ms- que creyó descubrir una afinidad de la música instrumental pura
rrurnental, una transferencia cuyo locus classicus es el pasaje so- con la meditación filosófica, unía su opinión según la cual la for-
bre el Concierto de Carl Stamitz en el Hesperus de Jean Paul. El ma musical fuese un proceso mental, con una polémica contra el
AUegro -el tiempo principal- de la sinfonía, acusa~o al co- "vulgar punto ele vista de la llamada naturalidad": el punto de
mienzo de ser un mero sonido, adquirió a finales del siglo XVIII vista que bacía aparecer la música como un "mero lenguaje del
dignidad estética al ser recibido en el espíritu, de las odas de sentüi;iento".9 Y en la teoría poética fue Edgar Allan P~e quien
Klopstock y en su poética "neobarroca'> Toda.v.iaer~, para Sul- separo netamente "the pure elevation" que debía alcanzarse con
zer un ruido "no desagradable" pero sm significación, pero ya la poesía, del "excitement of the heart", que debe quedar exclui-
Jol{ann Abraham Peter Schulz lo elogió -en la Teoría general do. 10 (La Philosophy of Composition de Poe representa ciertamen-
de tas bellas artes, de Sulzer- como "elevado". Lo que estuvo te el documento fundacional de la poésie pure, e históricamente
"por debajo del lenguaje" se ennobleció ahora como algo "más es Poe y no Novalis quien influirá sobre Baudelaíre y Mallarrné.)
allá del lenguaje". Pero la oposición entre "excitement" y "elevation" recuerda -co-
La pregunta por la parte de genuina teorya poética y de ge- mo la exigencia de un efecto artístico "puro", liberado de la "su-
nuina estética musical que hay en la idea romántica de arte abso- ciedad material" sobre las sensaciones cotidianas (August Schle-
luto no es pues, pese a las interacciones, que debe~ te_n_erse muy gel)- el contraste entre la estética sentimental de la sensibilidad
en cuenta ni vacía ni superflua. El topos de la inefabilidad, una y la metafísica romántica de la música instrumental. La estética
ele las premisas básicas de la religión del arte, e~ de origen litera- musical esotérica de finales del siglo XVIII, en la que el estado
rio; pero por otra parte, el recurrir a las matemattcas~ ~on .lo que anímico provocado por un Allegro sinfónico (al igual que por
Novalis aclara su idea de un "lenguaje puramente poético", pare- una "oda pindárica") se diferenciaba de la mera agitación del co-
ce desde el punto de vista histórico~estéti~o más propio d~ ,la te- razón que puede alcanzarse con una simple canción, por un la-
mía musical que de la teoría poética: el pitagonsmo, también en do se apoyaba, como hemos dicho, en la teoría poética de
su apropiación y deformación romántica, e~ sobre todo un frag- Klopstock, pero por otro parece reflejarse en la poética del siglo
mento de estética musical. Pero es de especial importancia el he- X,IJC. (Hablar de una q~pendencia sería sin duda una exagera-
cho de que mientras en torno a 1800 exist~a ya una m,ú~ica ins- cion, basta con el pensamiento de que una música absoluta, libe-
trumental de alto nivel, a la que podía :efenrse una estética de}ª r~cla de objetivos y de afectos pero no por ello vacía, sino más
música absoluta (aunque fuera a través de una transformación bien elevada, formase parte de ese "conocimiento de fondo" gra-
cías al cual pudieron sentirse reforzados los seguidores de una música - y esto significaba al mismo tiempo: su esencia- en la
"armonía", en el "sonido natural", mientras el partido opuesto,
poésie pure) , . . ., , , _ .... representado por Jean-jacques Rousseau, interpretaba la música
La poesía absoluta, como la musica absol.uta, es esotenca:
aparece como asunto propio ele. una vanguardia :iue _constan~e- -lo que significaba primariamente: la melodía- como imitación
mente, digamos, huye de lo trivial de que se ".e rodeada. Y, co- y estilización de un discurso humano pleno de afectos. Con el
mo muestran los ataques contra el sentunentahsmo desde Nov~- "fenómeno musical originario" de la tríada mayor contenida en la
r-=: serie de ar~ónicos, dada por naturaleza y no creada por el hom-
lis y Fríeclrich Schlegel, es el sentimiento lo primero qu.e se creía
expuesto a la trívialización. (El miedo a caer en el Kitsch, que bre, el partido de Rameau asociaba vagas representaciones ele
atormentaba a la conciencia estética de la vanguardia, no era so- matemática musical y de jeroglífico sonoro: representaciones de
lamente el reverso del esoterismo, sino que parece significar que las que podría salir fiador El clave bien temperado de Bach, que
el Kitsch, la mecanización del sentimiento, constin_~ía la forma de progresa desde la evocación del sonido natural del primer Prelu-
decadencia de un ideal al que en secreto se aspiraba s1empr~, dio hasta el profundo sentido contrapuntístico de la Fuga. En
pese a todas las doctrinas ele l 'art pour l 'art. el idea~ d~. la senci- otras palabras, con la música se trasladaba uno a una esfera -a
llez originaria . Era el paso de la sencillez a la mec~~1ca Y de l~ la que ~e ~rataba de. llegar también con la poesía- apartada de
expresión de sí mismo sincera y ~in disfra~ a exh1?ir ~n, senti- los sennmíentos cotidianos, a los que parecía adherirse la "sucie-
mentalismo afectado lo que se terma: un paso que parece consti- dad material". El recurso al sonido material fundaba -aún no en
tuir una mínima diferencia, pero que importa mucho.) Rameau, sino en el Romanticismo- ante todo una estética de la
3.- Con la tendencia al esoterismo, al rechazo del profanum música instrumental como el "arte musical puro, absoluto": al
vulgi.¡s, se relaciona en los P_Oetas de la poésíe pure ~,ª repugnan- contrario de Rousseau, que hacía proceder a la música del dis-
cia ante un lenguaje que esta gastado y· emporcad~ '.porque to- curso apasionado, una deducción de la que se seguía la primacía
do el mundo lo usa cotidianamente. Y fue en la musica en ~on- de una estética de la música vocal. Y ese complejo de ideas, en
de se creyó descubrir una "materia pura" como la que se sonaba el que se mezclaron las teorías del sonido natural, la "materia
para la poesía. Mallanné, en ~m ensayo ,de ,,1862; L'art p~ur tous, P.ura''., la música instrumental, el cálculo matemático y el distan-
polemizaba contra la "vulgansat1on de l a~ : el arte <l_e_?,1asegm_r ciamiento del artpour l'art de sentimientos y afectos, constituyó
siendo un secreto. Y lamentaba que el carácter ¡erogl~1co que la desde 1800 la teoría de la música absoluta. (La aspiración estéti-
música posee gracias a su notación, faltase a la poes1a, a la que ca y de la religión del arte hacia una materia de la música que
fuese "pura", dada por naturaleza y no hecha por el hombre, fue
todo el mundo cree tener acceso. .,
No es preciso apenas argumentar que la idea de una "mate- tan pc~derosa ~n el siglo XIX que la teoría musical nunca abjuró
ria pura" de la música, sea una ~lusión que se ap~ya :n.1~.v1o~en- de la idea segun la cual la armonía tonal de la modernidad estu-
ta abstracción del carácter h1stonco y social de la musica: los gi- viese !undada en el sonido natural, pese a algunas objeciones -
ros musicales están tan expuestos por el uso cotidiano, al des- en primer lugar, que la serie de los armónicos produce, además
gaste y a la trivialización corno los lingüíst!c?s (es ind~scr~ptibl~ de la tríada mayor y con la misma "naturalidad" también ele-
lo que le ha sucedido a Debussy, un esotenco en ,el. sent.ido de ( mentas musicalmente inutilizables; y en segundo' lugar, que la
Mallarmé con la imitación de su "sonido" en la mus1ca cinema- ?> estructura ele los acordes permitía una deducción física, pero no
tográfica,' una neutralización hasta Hegar '.1:1 puro ;Hché, que a :u / su encadenamiento, que ~s realmente lo que importa- tan gra-
vez ha reperet1tido sobre el ongmal~. Sin embargo, el pensa- J ves, que se requerra una fuerte resistencia interior para no dejar-
miento de una "materia pura" de la mus1ca, por f1cttc1~ que pue- .· se convencer por ellas.)
da ser y haya nacido y ejercido históricarnente una ínñuencia, . ... 4.- De la misma raíz histórico-ideológica que el anhelo de
descansa en supuestos de la historia de las ideas en cuyo punto ..••. .• •. u~a "materia pura" en el lenguaje y en la música procede la opi-
de encuentro aparece la estética de la música absoluta, no sien- / ruon de que un poeta eVi¡¡)ca lo "maravilloso" precisamente por-
do superfluo presentar de él un rápido e.squema. . :. que no es más que un "ingeniero literario". El quid pro quo de
En la tradición estética, que en el siglo XVIII queda unida al / mecánica y magia -del espíritu artesanal y la significación meta-
nombre ele Jean-Philippe Rameau, se buscaba el ongen de la ? física-, característico de E.TA. Hoffmann y Edgar Allan Poe, co-
La idea de la música absoluta
_C_a_rl ª~~~···.··· · ·
_l?._a_h_lh_. . . ~·· ·········
mo Iuezo más tarde de Mallarrné y Valéry, procede, según pare- li~es- lo tiene prisionero de la pedantería, y un entusiasmo que
ce ele ¡~ estética musical romántica de finales del siglo XVTII, de Ciertamente concibe la "maravilla del arte musical", pero que -
la ~ual pasó a la poética en Hoffmann. (Sin duda podría rastre~r- salvo en las horas felices- no llega a ser productivo porque se
se el hilo ideológico hasta el pítagorismo, pero en esos ~~tadios lo impide la falta ele oficio. La mediación entre los opuestos pa-
iniciales faltaba el sentimiento de ruptura y de contradicción). Se rece una excepción, que requiere un kairós, el fracaso por la
trata de uno de los motivos centrales poético-filosóficos de \Va- unilateralidad como norma, que presta al relato su sesgo trágico.
ckenrodcr, en cuyo joseph Berglinger la discrepancia entre l~ Pero en la estética de la poésie pure, cuyo documento más tem-
"maravilla del arte musical" y los medios para evocarla deterrní- prano es la forzada sobriedad, la creencia en un ánimo literario
nan la "forma interna" de un relato. En uno de los ensayos que ingenieril en la Pbilosopby of Composition de Poe, se renuncia a
bajo la forma de fingidos escritos de Berglinger se comenta la te- un aspecto de la dialéctica de Wackenroder y se acentúa expresa
mática de la narración, se dice: y provocatívamente la relación entre la constructividad ele la que
"¿De qué preparado mágico ascier:de ah.ora el aroma de es- surge el arte y la magia que de él resulta.Y la metafísica de la
ta deslumbrante aparición de espíritus? -Miro_ y no encl~entro confianza romántica en que la construcción de lo poético sea un
nada más que un miserable tejido de proporc1ones numencas, descubrimiento del ser, se reduce al final a la metafísica de la na-
representadas de modo manifiesto sobre madera tallada, en un da de Mallarrné.
.
bastidor con cuer d as d e tripa y. a1 am b re "ll. . , 5.- En La voluntad de poder, Nietzsche, incluyéndose a sí
(Que el entusiasmo de Novalís por la matemática en la mu- mismo, dice: "Se es artista al precio de sentir lo que los no artis-
sica y en la poesía aparezca aquí amortiguadose debe en parte a tas llaman "forma", como contenido, como 'la cosa misma'." La
la estructura de la novela, pero en parte también a causa de la famosa y provocativa frase es casi una cita ele la no menos famo-
inclinación de Wackenroder a la sensibilidad.) Y luego, en ~1 en- sa y provocativa tesis de Hanslick según la cual las "formas so-
sayo La peculiar esencia interna del arte musical y la ense,nan~a noras en movimiento" son "el solo y único contenido y objeto ele
anímica de la música instrumental de hoy (Das ezgentumliche la música". Y expresa así sin duda una experiencia estética fun-
innere Wesen der Tonleunst und die Seeleniebre der beutigen Ins damental de la "modernidad" del siglo XIX: la experiencia de
trumen.talmusík), se dice: . . , que, en arte, la forma, en vez de ser mera forma aparente de un
"Por eso no hay ningún otro arte cuya matena pr~l'J'.ª este pensamiento o un sentimiento, es ella misma pensamiento. Una
en sí misma tan preñada de espíritu celestial como la musica _[ .. frase de Paul Valéry, transmitida por Valéry Larbaud, dice:
De aquí se sigue que algunas piezas musicales, cuyas no~as fue~ "Hace falta ser un necio para no ver que la figura propia y
ron meramente organizadas por sus maestros como las c1fr~s de hallada de una frase o ele un verso es una idea -tan importante,
una cuenta o como teselas de un mosaico, pero acopladas inspi- tan general, tan profunda como una idea en el sentido corrien-
raclamente y en un.a hora feliz, -cuan<:lo son ejecutadas ¡~orlos te" .13'
instrumentos hablan una poesía magnífica y plena ele ~enllm1en- La estética formal, que concibe la forma musical o poética
to, aunque el maestro haya pensado poco, en su sabio trabajo, como forma esencial, como un proceso espiritual que se encarna
que en el reino de los sonidos, el genio encantado )haya agitado en el material en vez de despacharla como la mera forma apa-
tan magníficamente sus alas con un sentido sacral"L . ._ rencia! de un contenido, se formuló inicialmente y con la mayor
No extraer de este texto sino la idea de que el conocirruen- fuerza en la teoría ele la música instrumental, porque la música
to de la fórmula basta para conjurar la "poesía" musical -una absoluta sólo podía justificar su propia existencia (Dasein) estétí-
poesía de la que el compositor n.o necesita, saber nada y _que s_e c~ como forma. La música instrumental sin objeto ni función y
manifiesta sólo al receptor entusiasta- sena sin duda disminuir solo parcialmente captable como mero "lenguaje de los senti-
lo que Wackenroder opinaba. El problema al que éste daba con- mientos" necesitaba, para no aparecer como un agradable pero
tinuamente vueltas y que se revela más claramente en la e~truc- va~uo ruido, una doctrina legitimadora que partiese de la idea ele
tura de la novela josepb Berglinger que en su credo esteuco, la forma esencial, de la energeia, del "espíritu que se da forma a
consistía en la precaria dialéctica entre una mecánica que ence- sí mismo desde dentro'"!" La idea de la "forma interna" -si deja-
rraba en sí el espíritu de la música y que -salvo en las horas fe- mos a un lado la filosofía antigua, ele donde toma esta categoría
• 148
Carl Dablbaus
Índice de nombres
NOTAS
.l Hermann Kretzsc
- - - -¡1111<11
, --- cesammette
s · Aufsátze
über Musik (Ensayos completos Adorno, Theodor W., 113, 114, Burke, Edmund, 60
I ·p~io 1911 vol H. P· 175_ 115 Burney, Charles, 7
t. - · )
soorc mustca - "et - o• · • _. · . .b _ 19 [abrburidert(La poesrn- aJsO l l 1-
u a
2 Ernst Howald: Die absolute D1L tung zm .: , .. l re la lírica)_ Ed. de Reinhold Alewyn, Richard, 92, 101 Busoní, Ferruccio, 39, 44
. 1 o 1XIX)
en e l s1g .L . ,
en Zur
~
LvrikDislwsswn
(Discusion so) Allegri, Gregario, 92
Grimm. Darrnstadt, 1()66, l.J .
47-
_ . _, r . 7 ssische Symlwlisten. (Novalis Y los Aristóteles, 67 Cannabich, Christian, 13
.\ \'V'erner vordtricde: iVouahs und die ¡ ran.zo: ·
Carlyle, Thornas, 139
simbolistas franceses), Stutt.gart, 1()63, P; 141-
·
l . ¡tomationalen Lvrile (Primer dcsa. -
tünastc Entuncte ung t e1 t~ e - _ _ ,
Bach, Carl Philipp Emanuel, Colón, Cristobal, 27, 28
' Pierre G8r111eJ. .11-_ "'' - _ _ . s k1Jiskussion (Discusión sobre la lírica),
rrollo de la lirica ínter nacional), en Zu: LJ tt
14, 53,64 Combarieu, Jules, 7
Bach, J ohann Sebastian, 41, 66,
pp. 451_ y ssl_ 1 11 - - 1 wr-1ckenrodcr:
) \\7¡ he m -· emnc 1 vvc
V{lerke und Briefe (Obras y cartas). Heidcl- 79, 116, 117, 118, 120~125 Dahlhaus, Carl, 77
berg, 1967, p. 245. _ Barth, Karl, 88 Danuser, Hermann, 136, 137
6 Wackcnroder, op. cu., P- 254. Bassenge, Friedrich, 102 Debussy, Claude, 39, 144
-· Vordtriedc, op. cii., P- 170. - Baudelaire, Charles, 139, 143 Degas, Edgar, 140
8 .1 .t pj) 226 y ss V 236 Y SS. Beaurnarchaís, Pierre Augustin
Wackenroucr. op. ci · · · __ · · d Kr.; 'tilscn (Caracteristicas v criticas), 1, Dilthey, Wilhelm, 84
11ege ¡ : Ch iralereristiteen un 11 ,_ , '
Caron de, 76
9 Friedrich Sch ,-e · ·
en Kritiscbe FriedricbScblegelAw.ga/Je
• ' _ ._ , . __ .. de FS.). Ecl. ele Hans Eichner,
(Edición cntica
Dubos, jean Baptiste (abate),
Becking, Gustav, 65, 77 49, 71, 77
Munich, 1967, vol Il. P- 254. Beethoven, Ludwig van, 11-17,
10 Howalcl, op. clt., p. 62_
Düntzer, Heinrich, 87, 115
u Wackenroder, op, cit., P- 205-
19, 22, 24-27, 29, 32, 33, Durante, Francesco, 79
12 \\Tackenroder, op. cit., p. 221- 35, 39-42, 45~47, 61, 90, Durero, Alberto (Dürer, Alb-
92, 94, 107, 116-119, 121- recht), 92
lo Howald, op, cit., P- 70. . _ __ .b L (De lo bello en música), Leipzig,
t' Eduard Hanslik: Vom Musiha 1 l.'c 5 e 101ie1 1 124, 126, 127, 130, 132, 136
j 6- o¡, Bekker, Paul, 13, 20
1854 rece!. Dannstactt, 19·n, P- J'I. d _ . L , ·1; (Fstructura de la lírica mo- Eichner, Hans, 77, 115, 150
, lj Huao Friedrich: Die Struletur dcr mo et nen _¡-11 z . _.. Bellermann, Heinrich, 12 Eisler, Hanns, 6, 7, 19
derna). Hamburgo, 1956. P- 38. Benjamín, Walter, 113
Howald, op. cit., P- 70. ,
¡(, r, B _, _ d ,11 (Obras en tres volúmenes), Ed. Besseler, Heinrích, 66, 67 Fesca, Friedrich Ernst, 17
17 Friedrich Nietzsche: 1,,.
V{leil<.e tri arci an é . _ Bloch, Ernst, 120, 121, 125 Feuerbach, Ludwig, 23, 26, 29,
de Karl Schlcchw Munich, 1()54-1956, y Darmstadt, 1()66, vol. I, p. 14-
Bodrner, Johann jakob, 53 36,39,42
Brahms, Johannes, 118 Fink, Gottfried Wilhelm, 13-15
Braun, Carl Anton Phílipp, 47 Flitner, Andreas, 115
Brendel, Franz, 16, 32, 33, 127, Forkel, Johann Níkolaus, 79,
129, 134 87, 104-107, 110, 111, 115
Brentano, Clernens, 142 Friedrích, Hugo, 150
Bruckner, Anton, 40-4i2, 118,
120-124 Garnier, Pierre, 139, 150
Bülow, Hans von, 116, 125 Gatz, Felíx, 43
Bülow, Marie von, 125 Geck, Martín, 125
Car! Dablbaus
45, 46-48, 56-58, 61, 65, Leo,Leonardo, 79, 92 Páter Walter 139
Gervinus, Georg Gottfried, 12
67, 68, 77, 90, 92-97, 99, Liszt, Franz, 5, 32, 118, 127 Perg~lesi, Giov.anni Battista. 79
Giel, Klaus, 115 Lohner, Edgar, 59, 78
Glasenapp, Carl Friederich, 43 101, 102, 117, 127, 139, Perrault, Claude. 55 -
145, 146 Longino, 60 Píndaro, 53, 63 -
Gluck, Christoph Willibald, 24,
Holbein, Hans, 92 Lorenz, Alfred, 38 Pitágoras, 48, 49, 142, 146
48 Louis, Rudolf, 44
Gocthe, johann Wolfgang von, Horado, 8 Platón, 11, 49, 50, 67
Hostínsky, Ottokar, 36, 37, 39, Lowith, Karl, 42 Poe, Edgar Allan 143 145
8, 22, 31, 34
Golther, Wolfgang, 42, 125, 43, 44 147, 148 ' ' - '
Howald, Emst, 150 Mahler, Alma Maria, 137
137 Mahler, Gustav, 16, 135-1_37
Grell, Eduard, 12, 92 Humboldt, Wilhelm von, 111, Quantz, Johann, Joachirn, 52
112, 115, 148 Mallanné, Stéphane, 38, 138-140,
Griesinger, Georg August, 8,
Husserl, Edmund, 81 143, 144, 146, 148, 149 Rafael, 92
66, 103
Marcello, Benedetto. 79 Rameau, Jean-Philippe, 48, 50,
Grimm, jacob, 111, 148
lngarden, Román, 114 Marpurg, Friedrich Wilhelm, 59 104, 144, 145
Grimm, Reinhold, 150
Marschalk, Max, 135 Reichardt, ] ohann Fried rich
jaufs, Hans Robert, 59 Marx, Adolf Bemhard, 15. 16, 20 60, 65, 76, 90 '
Haller, Michael, 92
Halm, August, 39-42, 44, 118, Jean Paul, (Friedrich Richter) Mattheson, johann, 8, 20, 107 Reichardt, Luise, 60, 76
45, 56, 57, 59, 62, 64, 65, Mendelssohn Felix 127 Reifüger, Karl Gottlieb, 17
121-125
69, 77, 136, 142 Metternich, Kleme~s, príncipe Ríemann, Hugo, 83
Hand, Ferdinand, 17, 20
de, 25 Rossíni, Gioacchino, 24, 29, 34
Handel, Georg Friedrich, 79,
Kaiser, Georg, 20 Meyerbeer, Giacorno, 29, 116 35 )
92, 116
Karnnitzer, Emst, 59, 77 Miller, Norbert, 59, 77 Rotbert, Hans Joachim, 87, 101
Hanslick, Eduard, 12, 18, 22,
Kant, Irnmanuel, 60, 80, 81, 83 Monteverdi, Claudio 24 48 Roussea u, J ea n-] acqu e s, 9,
29-32, 36-41, 43, 70-73,
77, 97, 99, 100, 108-112, Kierkegaard,Soren, 112, 113, 115 Moritz, Karl Phílipp, S,
9,' 20,,43, 48-56, 58, 61, 104, 145
115, 119, 121, 125-127, Klauwell, Otto, 134, 137 62-65, 77' 141 Rubínstein, josef, 118 '
Klopstock, Friedrich Gottlicb, Mozart, Wolfgang Arnadeus,
129, 147, 148, 150
53, 65, 142, 143 25, 113, 116 Sailer, johann Michael, 86, 88
Haydn, Joseph, 8, 9, 12, 16, 25,
Knaus, jakob, 21, 43 Müller, hermanos, 19 Salierí, Antonio, 76
66, 67, 103, 107, 116, 126
Hegel, Georg Wilheim Frie- Koch, Heinrich Christoph, 14, 20 Schelling, Friedrich Wilhelrn
drích, 24, 36, 55, 93-99, Kohler, Max, 43, 78, 137 Nageli, Hans Georg, 68, 76- 78 Joseph von, 31, 57, 59
101, 102, 108-110, 112, Kórner, Christian Gottfríed, 14, Napoleón I (Napoleón Bona- Schering, Arnold, 11, 19, 68
16, 66, 68, 75 parte), 130 Schiller, Friedrich 8 9. 55 59
113, 132, 149
Kostlin, Karl, 18 Nietzsche, Frieclrich, 13, 16, 19, 66, 141 ' ) ' - - ' '
Heine, Heinrich, 24
Herder, Johann Gottfried, 49, Kreisig, Martín, 20 21, 32-36, 43, 118, 120, Schílling, Gustav, 13, 20
74, 79-81, 85, 87, 104, Kretzschmar, Hermann, 38, 44, 125, 130, 133, 134, 137. Schlechta, Karl, 4.3, 125, 137, 150
68, 103, 138, 150 147, 148, 150 . Schlegel, August Wilhelm, 31,
105. 115
Heyse, Karl Wílhelm Ludwig, Kropfinger, Klaus, 20, 23, 42 Novalis, 9, 55 59 70 71 77 45, 54, 55, 59, 71, 72, 78,
Kuhn, Thornas, 5 139, 140', 14i. 142-'114' 99, 143, 144
78 146, 149 - '
Hiller. f ohann Adarn, 52, 59 Kurth, Ernst, 32, 40, 41, 44, 74, Schlegel, Friedrich, 9, 45, 54,
Hirsch, Emanucl, 115 123 70, 71, 77, 106-108, 110,
Hoffmann E(rnst) T(heodor) Palestrina, Giovanni Pierluigi 115, 143, 150
A(madeus), 10, 13, 14, Larbaud, Valéry, 147 da, 27, 42, 47, 49, 50, ,52, Schleiermacher, Friedrich, 75,
20, 24-27, 29, 34, 35, 42, Lenz, Wilhelm von, 133 79, 92, 94, 97 84-91, 95, 101
Schnapp, Friedrich, 20, 38, 77, 35, 55, 56, 60-62, 65-69,
101 76, 79, 82, 83, 85, 90-92,
Schónberg, Arnold, 39, 44, 105, 106, 108, 117, 126,
117, 124, 127 140, 141
Schopenhauer, Arthur, 13, 28, Triest, johann Karl Friedrich,
29, 32-36, 43, 72, 73, 75, 59
76, 78, 81, 100, 120, 128-
130, 132, 133, 136, 137, Valéry, Paul, 138, 139, 146-149
139, 152 Vetter, Walther, 87
Schrade, Hubert, 88 Vischer, Friedrich Theodor, 16,
Schrimpf, Hans-joachim, 20, 43 18, 20
Schubart, Christian Friedrích Vivaldi, Antonio, 107, 108
Daniel, 13 Vordtriede, Wemer, 138, 141, 150
Schulz, johann Abraham Peter,
10, 53, 61, 63, 64, 142 Wackenroder, Wilhelm Hein-
Schurnann, Robert, 17, 20, 66, rich, 13, 14, 20, 23, 24,
67, 69, 116-118, 124, 125, 34, 35, 48, 55, 56, 60, 63,
127 66, 73, 74, 76-79, 81-85,
Seifert, Wolfgang, 77 90-92, 100, 101, 115' 136,
Shaftesbury, Antbony Ashley- 141, 146, 147, 150
Cooper, conde de, 109, Wagner, Richard, 6, 13, 16, 19,
148 22-29, 32-38, 41-43, 50,
Shakespeare, William, 14, 61 117-121, 123-125, 128, 130-
Simon, Heinrích, 125 132, 135-137, 139, 149
Solger, Karl Wilhem Ferdinand, Walzel, Osear, 138
74, 75, 78 Weber, Carl Maria von, 17, 20,
Stamitz, Carl, 52, 63, 66, 103, 63
142 Webern, Anton von, 124, 125
Strauss, Richard, 5, 134, 137 Weisse, Christian Herrnann, 74-
Strawinsky, Igor, 89 76, 78, 98, 100, 101, 136
Sulzer, johann George, 7-10, Wette, Martín Leberecht de, 86
20, 53, 59, 76, 77,80, 142 Wiclmer, joseph, 88
i~
••••••••••••••••••••••• 154