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Didactografia
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(Eje I- Parte I)
Retomando sobre mis vivencias en la escuela, recuerdo con gratitud a aquella docente
que con su carisma y amor por su profesión dejo marcado en mi el deseo de ser como ella y que
mientras tanto la imitaba en el juego con mis muñecas, hermanos y amigos. Daré un amplio
salto a muchas de mis vivencias durante la época del colegio para no extenderme.
Una vez culminada mi etapa de colegio inicia el devenir de interrogantes sobre ¿qué
sigue?, ¿ qué estudio?, ¿ cómo? si la mayor dificultad era que no había recurso económico para
ir a la universidad? Con muchas dificultades y zozobra en casa por nuestro futuro dadas las
condiciones de orden publico del departamento. La violencia era el factor domínate en la
región: masacres, desapariciones forzosas, desplazamiento, reclutamiento de adolescentes y
jóvenes para la utilización de la guerra. Sin embrago mis padres ahondados por el temor me
enviaron al municipio de Granada Meta a estudiar en la Normal superior María Inmaculada el
ciclo complementario para obtener el titulo de Normalista superior, era para lo que alcanzaba,
culminarlo era quizá algo incierto, pues el factor violencia ocasiono también crisis en la
economía y más cuando al campesino le fue despojadas sus tierras, del único sustento de su
familia.
A mis 17 años inicio mi etapa de formación para alcanzar el sueño que me idee desde
niña, ser docente. En aquel lugar era forastera, de alguna manera expresar y referirme al lugar
de donde iba se fue convirtiendo en algo vergonzoso, parecía ser un delito y por ende este me
costó la estigmatización y por tanto el rechazo y discriminación de compañeros de mi edad,
algunos otros algo mas mayores, pero lo que no comprendida era cual era la necesidad en
algunos docentes de aportar a esa estigmatización en mis compañeros al referirse al lugar de mi
procedencia; no escuchaba mas que palabras denigrantes como el de ser hija de un territorio
donde matan y desaparecen gente todos los días, en donde todos somos amigos de los asesinos
y que eso nos hace peligrosos…y quizá eso no debía afectarme porque en realidad no era hija
de aquel territorio, pero… ¿de cual más les iba a hablar si fue del único que en la escuela me
enseñaron a conocer?, de ese que aprendí tanto porque por obligación y con la insistencia de
mis maestros, me arraigaron, aunque jamás olvidé que no fue allí donde nací, pero que
tampoco conozco mucho de aquel lugar. Así, sobrellevando la carga de haber crecido y formar
parte de un lugar al que nunca elegí pertenecer, otras veces negando de donde soy, logré
alcanzar el logro de graduarme como normalista superior…No quería regresar a Arauca, la
estigmatización y discriminación que sufrí logró en mí el deseo de jamás querer regresar a ese
terrible lugar del que según nadie desearía visitar. sin embargo, no tuve opción, regrese con la
firme convicción (como si fuera fácil) de que lograría convencer a mis padres de salir del
departamento y regresar… no se a dónde, pero no quería que siguiéramos viviendo más allí…
No logre convencerlos, además porque ello implicaba abandonar todo.
No nací en este territorio, pero comprendí que es en este lugar en donde me necesitan.