Está en la página 1de 200
Este libro es Ps ear cy obligatoria para toda persona Peseta ine eee One rort a rite an : - Palestina “Desde la conquista Peco w eee fandacién del = 5 —— Estado de Israel = * Gudrun Leta aa GUDRUN KRAMER HISTORIA DE PALESTINA Desde la conquista otomana hasta Ja fundaci6n del Estado de Israel TRapucCION be Jost Les Gu. Awstt SIGLO ADQUIRIDO ror: COMPRAS FECHADE, CTF — fi OT Roe od ‘Argentina rodaccin ral 0 sca silico cla revo os clereconecwados,Proaidareted area desta bra por cualgaier procedimteno Pe pen, mio, ecco, fcoxepity Se) pacar : de sus contenidos cn soportes mag” coun owen ess coms pen pretiens sonore, vistas o de expres del ei ragmonto de esta obra Jiro excel , Tine a CEDRO | Tile Derechos Repragsificns) PEDRO Centro Espaol de Ds Primera cecon, nove imprest, abr © sicko xx ne EASA woITONES, Menéner Pal, bs. 28036 Mad ‘voisiglondoatones com dor masher Brabant 20r sul eins Geschichte Plistns. Yor der ovmanicenBroboran, Se Gritedbing des Staates Israel © Weelag Hl. Beck, Mich, 2002 © Del walucin, Jos [as Gi Arty Dist de cubist: snonpatesdeslgn pss ESTOS CONFCRNE A LA LS Impresy ecko Espn Prt and me Spr Ison 978 54329-12748 epi lepa 341-2009 Fosocomposieén: Fernand Cita SL Lnprsn, Guns Vernon S.A Heft Monta 3700 Salman INDICE, ProLoCo, a Nota 1.4 EDmciON esPaSOra 1, FRONTERAS v NOMBRES: L, digen de tal hombre, Es indudable que los conzactos seciales, esondmicos s, sobre todo, culturales entre arabes y judios podrian considerarse bajo tna luz mls intensa, Quizd esta exposicida sirva de acicate para otros, Yo misma me he aprovechado en mi trabajo de miiiples estimulos —conversaciones con amigos y colegas, debates en actos docentes, se * PROLOGO rminarios y conferencias, ponencias ajenas y, de vez en cuando, invita iones a pronunciarlas también yo— que me han forzado a ordenar el material y los eonceptos. A estas alturas me resulta imposible asignar con precisiéa todas las opiniones e ideas. Quistera agradecer por su norabre a Thomas Berchtold, Susanne Enderwitz, Thomas Pilipp, Sabine Seb tnialke, Philipp Speisery Stefan Wild, que se mostraron dispaestos a re- pasar paries del manuserito y ayudarme con sus conocimicntos hiterarios O dela materia tratada. He tenido en cuenta (o, al menos, asi lo espero) sus observaciones crticas, Los falas y errores existentes son responsa hilidad mia, Querria dar asimismo kis gracits «Angela Ballaschk, Marei Grundhifer, Melanie Kamp y Christian Salfmannshausen y a las leeroras dela editorial Beck, que participaron en la correccién de pruebas y la claboracion del indice temtico. Todo aquel que haya inteatado al menos luna ver preparar un libro para la imprenta con rapidea y, no obstante ‘con esmero, sabe al eshierzo tan grande que supone, En realidad, bo de la “capidez» se ha de considerar algo selativor Ulrich Nolte, que se ocups {kel libro por paste de la editorial Beck, debié acmarse de paciencia a me ddida que ciertas tareas, previsibles unas ¢ imprevisibles ois, retrasaban laconclusiin del manuscrito. Sin su apoyo {incluso profesional), este vo lumen no habia aparecido todavia Finalmente, estoy agradecica de manera especial a la facalted de ‘Teologia de la Universidad Flumboldt de Berlin y a Peter Welten, titular hnasta cl afio 2001 de la citedra de Antiguo Testamento, Arquectogia ¢ Tconogratia Biblice, por haberme permitico seleccionar y publicar equi algunas fotografias de la tica «Coleccidn de imagenes histéricas le Pa- lestinay. Seria hermoso que, gracias « ells, la coleccion hallara toclavia mas admiradores, (GupauN KxAMen Berlin, enero de 2002 NOTA ALA EDICION ESPANOLA, Las rumerostsexpresanesy tzminos en irabe y hebro eonteidos nen a las transliteraciones de la autora, Ice Mando la gratia alerara ala fordtica eopatol. En los cascaen gus exie fauna palabra de uso tradicional en espafol, se recurre a ella en vez dea pposttemciin (cuclt, alquibla, espahi); lo mismo vale para los nombres: de personas e insitaciones !Mehoma Soliman, Sublime Puerta), En cuanto a los topSnimos y uombres de personas contempordt tceptan ls propucrae deloslibos de etlomas sutonzadeas Los términos biblicos esti tiones Mensajero. tomados de La traduccién de la Biblia de Edi- x PRONTERAS ¥ NOMBRES: Los concepitas, y en concreto los geopsifices, na son inocentes, Palestina, tal como se constituyé bajo mandato britinica en el siglo xx, no fue du: Fante siglos una unidad geogrifica y politica: sus fonteras y nombres, tambiaton, como tambien cambi6 le poblacion’, Al formar parte del Creciente Pértil, que se extendia desde el Mediterrineo hasta el golto anaibigo-pérsico y desde la cordillera del ‘Tauro y les montes Zegros, en el hhoite, hasta el desierto de Arabia, en ef sur, Palestina fue descle épocas empranas una ticira de paso y, por tanto —voluntaria 0 involuntaria: Inente—, kugar de encuentro e intercambio culkural al mismo tiempo. La Fegi6n, parte indivisible de la «gran» Sitia, presenta pacos hitos coloca- ‘os por la naturaleza y, i exceptuamos ef Mediterraneo, eareve de alton: eras naturales», La depresién del Jorciin, como parte de Ja gran falla que corre desde el norte de Siria hasta Africa central, y la peninsula del Sinai son demarcaciones geogrificas, pero no oftecian a los habitantes de la son ninguna proteccian «naturals. La regin tavo limites impuestos por! set humrano y, por tanto, frontens politicas que no solia far a po- blacién local sino vecinos mds fuertes, y que fueron variables y, a menu: dlo,imptecsis. A argo pleza es posible reconocer, no abstance, un orden territorial gue comprendia, en citeccién ceste-este, teritorio que se testiende del Mediterrineo a la depresién del Jordén, e incluso mis alla tm funcidin ce! estado de la colonizacion del desiert sirio-aribiga. Bn el fnoitese inclufan algunas partes cel actual Libano hasta el rfo Litani: yen tl sun zonas cel Neguev pero no d Sinaf, Desde un punto de vista pol (ico, Palestina —entera o dividida— fue casi sierapre una provincia de alin reino mayor. Séko en raves ocasiones y por periods oxis bien bre les constituyé una unidad politica independiente, Las denominaciones de la reaion «palestinay resultaban, en conse- taiencia, reveladoras pues dependian, como es comprensible, de la pers ppeetiva del momento, es devir, de las relaciones de poder prineipal 1 HISTORIA DE RALESTINA mente —etan comparables a los conceptos dle «Oriente Préximo» y TO riente Medio», que s6lo tienen sentido desde un panto de vista en- Sapeo (y que, no abstante, se incorporaron al léxico de ls lenguas de eee Oriente Froaimo y Medio!—, En nuestro caso, la perspectiva ests ) como para la épeca modema y, aunque parezea rioso, ca aplicable incluso a Tos cristianos arabes, a quienes conocemes Suucho menos que 2 las comunidades judias del Oriente Proximo y Medio -—al menos por lo que respecta a las edades Moderna y Com tempordnea—, Los palestinas, tanto musulmanes como, por supuesto, teetianos, que lamentan tan vivamente su marginacién en Ia percepcién de la gente en general y nl investigacion histrica, no soa los inicos en sufrit esa marginacién. La perspectiva ebblican cs la visién dominante, y ha sido y sigue sienco la que s¢ impone en Ja historia. La expasicién oftecida equi no ppuvde tampoco eludiela, sobre todo porque —en lo referene al confi. prentte dtabes y judios— los lugares y su denominacién han adquitide tina importaneia esencial para fundamentar los derechos propivs deri vader dela historia y porque la capacidad para lijar los nombres ce las Yosay ha sido uno de los rasgos mis definitorios de una hegemonia pelt tien y cultural, Las pretensiones jucias sobre Palestine convo «tierra de Is sacks (eretz yforae) se afertan ila historia biblice y afirman Ia presencia Jninterrumpila del pueblo judo en esa titra y su vinculacién a ell, A su wr, las reivindlieactones Srabes ponen en cuestin una presencia cont Jaucda de judios, remiten a su propio arraigo en Palestina a lo largo de nds de un milenio yen ocasiones, se reieren a los cananeos, asentades nel pets antes que los istaelitas, como a sus propies antepasados. Am bos grupos se disputan it precedencia ctonolégica (el «derecho de pr mogenitutan, pot est decielo), ambos recurten a la arquzelogfa, ambos trast mapas y ambos argumentan con nombres. Apenas hay un Tugar eb lmapa de Palestina —canto si se trata de Jerusaléa (nrshaline/yenusha- fayinfabquds), como de la planicie septentrional que se extiende del Mediterraneo a la depresién del Jordin (Ycesacl/Esdralén/Masi thn 2 FRONTERAS Y NOMBHES Amis) o de las tiers e centtales de montaiias y colinas (Judea y Samafa par fs hebreos!— que quede el margen de esta polernice hnglsticn Los conceptos de Palestina o Eretz Israel ofrecen un ¢ anug r cen un ejemplo de manual de ons testorcin de sori Nicos Pours), wba pa ren a geografia unas reivindicaciones politica arraigadas en la historia, Los biblistas hablan de una auténtica beeoneels einem én con nuestro tema, cebemos scarey, por tanto, ls denominaciones ce ebre,nuyy tera prmestaysitde promis y era sania», ademés de otzas como sCanaan» y, por supuesto, sPalest tetitoris contrlacs hasta entonces por sumerios, aalios,hittas 0 Bitsy lttadespor diame grnoseuics nt? I. «CANAAN: ¥ «PALESTINA® Se puede demostrar la existencia de hucllas de colonizaci6n en suelo pa- ino yt en épocas muy temprana, en las que se adviertendiferen r pact pe Ja Llanura costera y los valles fluviales que comducen slintetor del pas, por un Indo, y la tictra de montaias ycolins, po Ditto, ya.en las fases media y tardia del Paleolitice (de 70000 a y tardia del Paleolitico (de 70000 a Ae a.C,), Esas diferencias serdn importantes hasta la Edad Monee ¥ las encontaaremos constantemente cn el curso de nuestra exposicidnt, E [tide del Bronce (le 3000» 1200 s.C) se found una coors baa me Poe inlencas tmesopatiinkas y aistentada pot unos pobla- lores que, al vivir en «Canadn» han sido conocidos como «canancos»”. Nuss conoimientos aera dees son eros signified et "i pees Srp io est claro, 1a localizacién y extensién de la co- area asi llamada varia, y le procedencia de sus habitantes nos es igual- mente desconorida. Davos contemparinens sabre el espacio ocupaco ae, pais de ne mmuestran que en el segundo milenio antes de la era Bins no pu eerun imbio fjo y servia mas bien para clasificar y de- limiter algunos grupos de poblaciones no vinculados a unas demarca- ad claras. Canain ‘no fuc identificada sisteméticamente con Fenicia, fsclecis, com la franja litoral del Levante, hasta la época helenistica. Las fuentes no nos revelan quignes fueron sts habitantes cui era su pro BNE ceresiscaldestaverubles con que apactoen descritos.¢p Hl com barbrn dss frente alos iets monott 7 que los tratan con un desprecio idéntico al utiliz es ic me Iregados al culto de animales y falsos lees ge pad Hie ide mal ie rialorpalatos bisleos tanta desthulema ta los extranjeroe, pero poco acerca de ls acanancos» ; oe , ISTORIA DE PALESTINA Finalmente, el control de las potencias regionales @ las que estuvo sometida la regién en distintos momentos fue diverso ¢ irregular Una dc esas porencias fue Egipto, que descle mediados cel siglo xt a4 Consiguid deminar al menos algunas zonas del pats’, En tal exso, «Ca- ait» debid de haber designaco durante an tiempo una provincia pela euya extensién coinciclia en gran parte con la de la posterior Palestina; asi parece deducirse, en cualquier caso, de Ins cartas de ‘Amnarna de prineipios del siglo XV a.C., momento en gue el faraén ‘Ajenaton trasladd su sesidencia y la capitalidad de ‘Tebas a Amarne Hacia finales del siglo xi se habla por primera vez de los «hebreos», relacionados posiblemente con los «apiru» 0 «habiru» nomads de los mencionads textos egipcios. Dichos shebreos» se habrian formado a partir de la poblacién cananea después de un lasgo proceso (y no ponstinafan, por tanto, uo eeupe étnieo propio, en contra de lo que firma la narraci6n biblical, o bien, sextin dice la Biblia, habrian pe netrado en Canadn a lo largo de ese petiodo. Fl propio nombre de “dsracby apatece por vez primera en ui estela del faraGn Merneptah, fFechacla en el ano 1213 segtin la Hamada cronologfa intermedia, y de- signa con ¢s¢ término a un grupo de personas y no un territorio deiciminedo—lo cual es, por supuesia, importante part el ema que estamos tratando, ‘Con la egal de los filisteos en el curso del siglo x, los egipcios fue ron sustituidos por los llamados Pueblos del Mia, grupes indocuropeos procedentes del ambico del Exeo que se introdujeton en el tertitorio de Ir posterios Palestina apoderandose de ella en parte pacificamente ¥ en parte por la fuerza, Los flsteos se asentaron mayoriariamente on la Thanura litoral, desde lo que més tarde serfs Gaza hasta Jaffa, mientras que los isracitas lo hicieron predominantemente en los tertitorios mon fuiiosos y de colinas del inerios. Sin embargo, por mas importante que pudiera haber sido la apostacisn de «cunancos» y filiseos, pero sobre todo la de los fenietos instalados algo mAs al norte, en el actual Libano, pare la historia cultural y econémica del antiguo Oriente Prox PA encionemos, sobre todo, Ia evolucién de a escritura consonantica, {oc acsbaria imponiéndase tanto en c] Oriense Medio cote ea Euro- po, quienes dlejaron su impronce en la historia posterior del pas fueron Jos israclitas (hebreos, juios). Lo mismo puede decirse, e incluso de ma neta especial, tal coma hemes observaco, de las denominaciones im puestas por ellos. El tinic térmaino que recucrda alos filisteos y el mis sual en la Epoca moderna, al menos fuera de Israel, es el de «Palestina», pues a ellos alia el griego «Palaistin», que, a través de la forma latina EPalaestin», acabo pasando no s6lo a ls lenguas europeas sino también al arabe’. FRONTERAS ¥ NONERES Il, LA «TIERRA DE ISRAEL»: PROMETIDA, CONCEDIDA Y SONQUISTADA, Pretender eshovar en unos pacos 4208 los rasgos fundamentales de la tradicién judia acerca de una nocién tan fundamental como la de Tierra ose santa» 0 «conquistada» de Israel constituye, desde luego, upa audacia, sino un attevimiento, La Biblia, obta en que se apoya de- cisivamente esa tradici6n, no oftece, como es sabido, eae ae y lineal de Moisés, Josué y les Jueces hasta los profetas menores, desde el ‘comienzo de la ereacién hasta la expulsién final del pueblo iscaelita de la Tierra de Israel y su esperanza de regresar y obtener la iberacién en ella Mis bien refleja une estructura y una historia de transmisin textual ‘complejisima y plagada de tracliciones rivales, cuya redacci6n y exégesis ¢oincide a menudo con controversias politicas —claramente identifica Iles precisamente en la cue in de la tietrs—, En vista de los vielentos eonflictos station, ala promesa («desde el Nilo hasta el Eufrates»), de Hees persion aoe Dios, y de sus consccuencias politicas, nerece la pena considerar més en detalle los testimonios biblicos citados ‘ena actualidad. No se trata, por supuesto, de profundizar en Ja forma li iri, cl encaje histérico y las distintas interpretaci de los pasajes y conceptos particulares tan violentamente controvertidos entre los biblistas. Nuestro objetivo s6lo puede ser presentar, por asi de- titlo, el repertorio de opiniones a las que recurtieron y siguen recu- twiendo generaciones posteriores —a menudo sin tener demasiado en ‘cuenta el texte y el contexte. En primer lugat, hay que distinguir entre (1) Canain, 0 la Tiers eprometida» 0 aconcedida» de la que se habla en los relatos biblicos de Jos Patsiarcas (los «padres originarios») Abraham y Moisés, (2) la regin ‘eapoca realmente por los iseielitas finalmente, 3) el pais definide por In ley judia, la balaja, Los tres terntorics pueden traducirse al hebrea por sBiretz Israel» (Tera de Isracl) —lo cual contribuye a aumentar todavia mis la confusién—. El pais prometido sepiin la tradicién judia a Abratha)m y sus descendientes en le alianza acordacla por Dios —y re- ‘novada con Moisés al cabo de varias generaciones—, conocido en la Itadicién judia como «las fronteras dle los Patriarcase y en la cristina somo terra promitsions, aparece en la Biblia hebrea (el - By Gus rans Uisinan iedomo sontadcrota,y wemis ot Bpeienatts ire 28°. Hn rasgo comin a esos testimonios es que, ‘un teniendo en cuenta el cimulo de diferencia , Te ous gaes on lteter cele ro, Pee efietre ro cscs, on carbio, de acuerdo en ti también se ha de considera parte intagrante de la Tierra Promeida, 0 Tietz Isracl, la regién oriental del Jordin al sur del lago de Ger HISTORIA DE PALESTINA (cGalac», «Most» y «Edom». Los pasajes més tempranos de la Biblia semiin la radicion histotica, atetbuidos a la llamada fuente sacerdotal, y lis exposiciones tubinicas basadas en ellos no lo hacen y excluyen, por tanto, del Eretz Israel en sus fronteras prometidas (wideales») y/o colo- nizaclas (erealeso) la cegidn sitaada al este dei Jordén. As! aparece cla snente en et bro de los Nameros (cuarto del Pentateuco) 34, 1-12: 1a ex tensién del pais de Canaan ali esbozade, prometida como herencia alos tlescendientes de Moisés, es segiin todas las apariencias an ceflejo de la provineia homénima egipcia tal como fue establecida pos Ramses IL Fras le batalle ce Kadesh, en comno al 1270 aC, en su tratado de par con los hities, Su frontera oriental es, en cualquier caso, el Jordan, cayo paso pot los israeltas a las érdenes de Josué aparece descrito en Ia Biolia Con arin dtamatismo, Ademis, no se cite el Eufrates, mientras cue si se inchiyen extensas partes del actual Libano y Siti, La versign ampliadh cle ls afronteras ideales» del Lretz Israch qe in luge en la promesa los textitorios al este del Jordan, surgid, al parecer snus tarde, pero aleanzé mayor popularidad én épocas posteriores®. Le tencontramos en el Génesis (libro primero del Pentaceuco) 15, 18:21 Conde, por oxra parte esas fronteras legan mucho mis alt del pais de os eananeos: Aaquel dia el Sefior hizo alianca con: Abrin en estos términos: «A tas descen- entes les daré esta tierra, desc el ro (o bartanco) de Egipro al Gan Rio (Eu Fates): le tier de los quenikas, quenizzas, cadmonitas,hititas,Fereceos,refaias, lamoiseos, conarens, guirgaseos y jebuseos», parece aqui la famosa fSemula «desde el rfo (0 corriente) de Egipto al Gran Rio», que, resumida en la expresidn mis vigorosa «cel Nilo al Enfeates»agacia a tener ciertarelevancia en 1a moderna controversia Sobre las (supuestas)intenciones de los sionistasy la (ambieionada) ex tensiGn cel Estado de Israel. Y aunque ni los estuciosos ni as fuentes ra binicus identiian el abarranco de Egipto» (en hebeco mahal vritsre vinl can el Nilo.o aguno de los brazos orientales de su Deka, sino con el diadi al-Atish, que desemboca en et Meditertinen en la peninsula del Si haf a unos 45 kim al sudoeste de Raiah’", se nanticne el aucaz arco ten ido hasta el Eufrates a pesar de que In «idea del Eufrates> ha sido y Sigue siendo una meta proyeccién de un sueno de «anrogancia de Suraca (Lothar Perlt)—®, Si nos atenemes al Genesis 15, 18,24, el pais Ge Canain, a donde Dios «habia conducido» a Téraj, padre de Abra hham, sep6n el Genesis 11, 31, slo consticufa una parte dela Tierra Pro: merida, En este asunto hay dos cuestiones importantes: en primer lugar, Ji tetra prometide « Abraham no fue eolonizada u ocupada por él y su 6 [FRONTERAS ¥ NOMBRES clan nisiquicia de manera parcial y, en segunde lugar, aunque la callian za eterno» de Dios sé se concerté con los hijos do lsnae (Genesis 17, 19 ¥y2L, 12), entre los descendientes de Abraham hay que contar tambien a los hijos de Esmacl, es deci, os musulmanes, tal como étos se consid ran segtin el relato corinica at Los pasajes biolicos que deseriben Ia alianza de Dios con Moisés y de- finen al mismo tiempo la Tierra Prometida a sus descendicates (la tetra de quienes vinieron de Egiptom, segtin la tradicin julia) se prestan tan ‘mal como les anteriores para determinat'con precsién tos lites x {prifieos. Tambign aqui volvemos a encontrar fomulaciones de gran vuc- Teen ls que resulta cific dentfcar purtas geogrsfces conertos esta blecidos inés tarde de distintas maneras, Por titimo, tampoco hubo Liformide al defini los derechos que correspondian al pueblo de Isa een funcion de la promes , por tanto, les clebidos alos exteanjerns (esta Gestion ba adgui un nueva importanca en el entertamiento mo: desno exe los sionistas o judfosy os érabes), En el Exod se te, por elemplo, de manera dristica: oo Marearé hs fronteras de tu pais: desde el Mar Rojo hasta el mar de Wns rs rence Ht adorande i 1izas can ellos ni con sus doses ras, nO sea que Le arrastnen & pecit contra mi, us dioses, que seni para tuna tramp Alpo similar se afiema en el Desteconomio 1,7-8y I, 24 (Foe loge fen vuestros pies ser wescro se extendderfn wuestrasfronteras del Desir- al Libano, del Rio (Eufiates) al Mar Occidental»), en Josue 1, 1-4 Despnes que musts Mois sero del Sonor, dio et Sefor a Josué, h BRD, liars de Mcticn alae of tere ha meena: hoc ynel orn fesse el desierio hasta ¢l Libano, desde el gran Rio Eufrates hasta el Medite- Si comparaos esta «segunda alianza> con la establecida con Abraham on Ja que guarda una evidente relacién—, podemos constatar dos co- ‘ee por un lado, la «Tierra Prometida» fue, sin dua, parcialmente ocn- jpclt o conquistads por iscucltas a partir cel sigho xu a.C,, mis varder por otro, adquirié un tango especial en la tradicidn judia: septin una con- ‘eepeion juridica religiosa fue inalienable en cuanto don de Dios otorga- slo al pueblo de Israc! (més adelante tataremios este punto con mayor etalle), [HISTORIA DE PALESTINA Resulta extraordinariamente difiil averiguat los clatos historicos con: tenidos en los relatos biblicos y determinar la extensisn del rersitoria Scupade 0 eelonizado por as tribus de Israel en un preesto lento ye parte también, conta Iv encarnizada opesici6n dela pablacion all asen ria, Tampoea tendria sentido emprencer aqui ua indagacin ce csas raerteterfsieas, No obstante, debemos mencionar, al menos, el debate Siecitado en torno a la presencia y el osentamiento judo en ol Erets Ts wet (Palestina), pues ex sumamente importante para entender no séle la idea gue ee hicen ls judios de sf mismos sino también les enfrenta- ints politios entze estos y los drabes respecto al derecho y eivind- Mein de ala tiereas, En este sentido merece la pena escuchar algunas sates nada convencionales": el judaista Moshe Weinfeld, por ejemplo, Spina que antes de mediados del siglo xi a, es decit, antes de le epbea cr que se suele datae la salida cle Egipto, ain ya grapes israktas sp rendoen la zona de la Palestina moderna, Weinfeld considera que la narracign bfolica del éxodo y las figuras de Moisés y Josué como héroes Fandaeionales de la «eréniea nacional» es una reconstruccién posterior He la historia vivida, pero, al parceer, no recordada, o reprimida de ma- era conseiente —un caso modélio de atradicion inventach» de la que tao as habla en la investigacién moderna sobre ctnicidad y nacional tno, Varios especialistas veterotestamentatios sostienen la tesis tev: jonista de que les isaelitas no fueron tna etnia extranjera Megat al pate sys el cults isaclita se desatroll6 mts bien en suelo «palestino» entre Te pablacién indligena —esto, sin embargo, los convertisia en «pales nove (yas e consideré, par efemplo, «Ios judas yérabes residents on Ul oaie bajo el mandato briténico), no s6lo desde un panto cle vista geo- frafco, sino tambien desde una perspeciva étnin yculrural—, Bn ctl Gur caso, cata interpeetaci6n no se compasina con Ia idea predomi ane acerca de los judios (y los iiubes) ni con Ta que éstos tienen de st fhismos sit embargo, no resulta nada Keil refutarla. En efecto, la Biblia tie sbundantes referencias al proceso cc la llamada conquista de hy Sierra, pero sabemos que no cs un libro de historia en funcin del cual se pueda wazar mapas fiebles (aunque aslo afirmen a veces incluso au ores aparentemente scrigs) Las feferencias extrabfblicas en forma de fentes 9 vestigos literarios o no literarios —desde constrncciones, es- {elas inscripsiones sobre monedas sllos y estatuas, hasta documentos ‘idols y catay—son escasas, Su capacicad infermativa controvertic ‘A pesat de que desde mediades del siglo x18 se hayan realizado excava cidnes Gentificas en distintas partes de Palestina, no ha sido, ea absol fo, posible lecroarlas de manera generalizada —y pot lo dems, han te Mido nas consecuencias politicas explosivas (no sélo en Jerusalén)— ‘Asi pues, « pesar de todo, los mapas hist6ricos, existentes en gran PRONTERAS ¥ NOMBRES nvimero y utlizados también en el presente t1ubsjo, se palimente en lee datos biblicons is acces mapper poet ‘Aunque la Biblia hebrea se sirve en varias ocasio ase sirve en varias acasiones de la expresisn he- biria de tener consecuencias profundas en la idea que los israclitas ces- pilazados se hicieton de si mismos y en su vida religiosa, cultura e idioma, fonsecuencias que, tris su vuclea, afectaron igualmente « quienes habian petmanecido en el pais, Las cemarcas conquistadas—en las que también sexuian viviendo iscaelitas— fueron asipnadas por Babilonia a la pro- Vincla ck Siria, la «tierra més alli dela coctiente> (eber-nari, es decir, el Fuftates), en In que el antiguo reino de Judi forms el distrito depen diente de «Yehud. LLos aqueménidas persas, que dominaron Palestina tras su viciotia s0- bre Babilonia en 539 a.C,, permitiezon a los judios (como se lamé en ge- eral « os isaclitas a partir de ese momento) regresar de la cautividad cle Babilonia —que, insistamos una vex mas en ello, no habia afeciado a toda la poblacién— y reconstruir el Templo destruido, que pudo ser ul HISTORIA DE ALESTINA cnc, ba époce del I consagrado al cabo de unas dos décadas”. A partis de la épocs del nado Segundo Templo, los judios debieron de haber constituide uns ayaa cemogrifica sélo en la provinela de Yehud: su miimero total se calcula entre once mil y diecisiete mil personas pata les sighs ViaY a.C Ta progresiva helenizacion del pats, apoyatda y acompatiada por [a colo, nizacién gricga sobre todo a lo largo. de la co mediterranea, comenzd ya bajo el dominio persa y se intensified tras la conquista de Palestina por ‘Alejanclio Magno en 332 a.C., aungue, luego, la mayoria de la ee rho hablo probablemente gricgo, sino arameo. A pesar de la guerra delos diddocos y las continuas hichas entre los ptolomeos, que gobernaron Pa- Iestina desde Alejandria entzc los affos 286 y 200, y los seléucidas, que teinuban en Sitia y los sucedieron en ese gobierno, Palestina expert menté cierto Florecimiento econdmico en aquella epoca. ‘La politica de helenizacidin forzosa bajo Antfoco IV Epifanes provo- Gen 167-166 aC. una lerga insurreceisn jucia alimentada pec de Ta amenaza contra el Templo, idea que adcuiriria un nuevo significado en la época moderna y sigue s! icado todavia importante en Ia actualidad. ane tioco ordené transformer el Templo de Jer alén en un santuario dedli- cade a Zeus Olimpico ¥ oftecer allf sactficios («impurcs»). Bajo la di recci6n de los macabeos (llamados también asmones), la revuelta aporté, {ie mucvo a los judios una amplia autonomfa politica, si bien bajo el te conocimiento de la soberania seléucida. Los asmoneos cansiguieron va vet-a ampliar los limites del dominio judo al oro tado cel Jordin y hasta et Libano; el poder judio se extendia, cefectivamente, «desde Den hasta Berseba» —y atin més alld, hasta el xarroyo de Egipto» (Uadi al- Arisb), pero no hasta el Enfrates— A pesar de la brevedad de Ia exis: tencia del feino asmonco, las ideas posteriores sobre la extensin del Eretz Israel («los limites de quienes retornacon de Babilonia», segtin _ rndicién judia) se inspiraron en él einfluyeron asimismo en la fijacion de gus fronteras segtin Ia haleje, la ley judia®, También sc inspiraron en quel reino los nacionslistas judios del siglo xx en su lucha contra el ‘imandato britdnico. Las asociacianes deportivas que tev el nom bre de los macabeos evocaron su espiritu guetrcto, y ent la déea 1920 se uaieron para celebrar los primeros juegos mundiales judios (las «Macabiadas|. [La conquista de Palestina por Pompeyo en 63 dC. supuso un nuevo ‘cotte, pero Palestina sigui6 disfrstando largo tiempo de cierta auronomia como provinein romana y bizantina finterrumpida enn es des0 erania persa entte 614 ¥ 627 d.C.), La provincia de Judea goz6 de una coraldeuble autonomia bajo Herodes el Grande (37-34 aC.) —que qeabd con la dinastia asmonea—y sus descendientes, aunque les ciud- des aries dependian ck a autorilad det gobemador romano de Siti 2 FRONTERAS Y NOMBRES Sin embargo, en los afios 66-70 y 132-135 d.C. estallaron dos grandes le- vantamientos juctios con graves consecuencias part Ja poblacidry'. La la mad sublevacigin de los zelotes de los ios 65-70, mal preparada, def: ientemence coordinada y dcbilitada aclernés por luchas interna, fracas, Fi ejército romano a las drdenes de Tito Flavio Vespasizno desteusyé no silo Jaffa, Lida y otras ciudades, sino también Jerusalén, El Templo centro religioso, social ¢ incluso econdmico de la regi6n circundan- te—, amplisca v reconstmuido en gran parte por Herodes, fue pasto de Tas Hamas el dfa 9 del mes de Av (#3b'a Be-av) del aio 70 d.C. Quedaba ‘sf clefinitivamente destruide dl Templo judio come lugar de culo y pe rextinacién y simbolo supremo del Eretz Israel judio, Sdlo se conser6 ‘una parte de su plataforma y un modesto resto del muro perimett cidental, que acabarfa adguiriende un anevo significado en | moderne con el nombre de «Muro de las Lamentaciones, EI iltimo res to de los sublevados se suicids, al parecer, el afio 73 d.C. en ka fortaleza ide Masacts un acto de desesperacién colectiva que, si acaso se prod jo, no fue elevado a la categoria dle acontecimiento de importancia sim: holica para la historia nacional judia hasta el siglo xx—. Tras la func cidn del Estado de Isrze, la propia Masada se convistié en un centso fucional donde se evoca el espiritu heroico de los luchadares judios frente a una potencia enemiga aplastante, por ejemplo en el marco de la jura de recintas («;Masada no volveri a cact'n), creindose asi entre Ii Anigdechd y el presente un paralelismo delibecado en el que se esce- hifi el tema del combate de David conta Goliat bajo wna forma dis- tinta y, al mismo tiempo, may iustativa ‘Aunque la inguiest regicn fe clevada ala caregorta de provincia pre- , mejoré sus aceesos mediante la consteuccién sistemstica de vias dle comunicacicn y fue dotada de unidades de tropas mis fuertes despues ‘lel aiio 70, ef 131-132 LC, volvi6 a estellar una nueva insurveccién diti- wilh porel rabi Akiba y Simeéa Bar Kosiba, saludado come Mesies por Alicho tabi y por la poblecidn jucia del pais y conocido por ef nombre de Bar Kojba (). EL desplazé en any «Galea: la sede del Sumo Sacerdee y del Sane cl eonscjo supremo rabinico, se traslad6 en varias etapas a Tiberias onde permanecié hasta la conuista rousulmana en él sigh vt La par te jadi de In pablaccn se redo tedavfo mix durante esa misma coc facie e300 dC, ls jos consi deamente un cute ot * tatal de la provincia y s6lo en Galilea continuaron vivienda en aac acs compacts La propor dea poblacion arabe sumer {6, en cambio, de forma constante desde antes de la conguista mus mana en el sig Vil. Jerusalén era mayoritariamente cristiana yo en el siglo. STINA BAJO EL DOMINIO NUSULMAN 1. FAL ‘1 eambio de nombre de la provincia de Ladaea pos ol de Syria Palaestina, cat sa cual lain con os jks rebels, fue una de Ine medidas de 1evancha de los romanos contra los sublevades. La deno- singcién de «Palestina» no era en si nueva, eegGn hemos dicho, pero ent fs fuentes assis de antigua Fp designe yom bien en sts srespondientes forines lingtisticas, la frana litoral ) forma también parte de esta indagacién. La acumulacién le pres- tigio teligioso —de «capital simbslico», pot decitlo con palabras de Pie ree Bourdieu— en un higar sagradlo por parti criple, on una tia tres ‘yeces santa, hace que este asunto sea tan stractivo y tan candente, 1. LA TRADIGIONJUDIA La importancia de la tietra, de esa tietra en concreto, en la tradicin ju: dia esta fuera de tod duda, No obstante, le esencialidad del Eretz Israel para la vida y cl pensamiento jucio y las consecuencias conctetas de ese caricter esencial estuvieron someticas, como es comprensible, a in fluencias histéricas. En primer lugar, debemos reconocer que el mito fundacional de Israel sla salida de Egipto y no la ocupacién del pais de Canafn. Seprin la tadici6n biblica, las doce tribus de Istael , por tanto, el pueblo istadlita se habian constituido ya antes de dicha ocupacién. No cs necesario explicar expresamente gue ese relato fundacional se cons: trayd en fechas posteriores para dar forma, sentido y direccién a un jproceso mucho menos compacto y sistemitico y constituye, por tanto, luna srepresentacién» y un recuerdos posterior, y no una «historian! EL recurso a los dioses para funcamentar pretensiones leyales @ una tierra fo era nada raro en las culturas cel antiguo Oriente. Lo insdlite fue la obstinacidn jucia en ser un pueblo llepado de fuera, es deci, no autée tono, y haber expulsado y desposeido por la fuerza a otros pueblos —lo cual requeria una justficacién, encontrada precisamente en equella do: nacién divina—, La nocién de que la presencia y el poder divinos se ma nifestaban (solo) dentro de un determinado territorio era una idea ex tendida —no en vano se habla de «dioses locales»—, Pero, segin los relatos biblicos, el Dios de Istxel se revel6 a Abraham, Moises y Tosne fuera dela tierra (de Israel), aunque mas tarde «puso su morade>» en cla Moisés recibis la Ley en el Sinai, fuera del pais —si bien algunas de sus disposiciones, no formuladas hasta mucho mas tarde, deberfan estar vinculudas a él y slo aleanzarian su plena vigencia en dl intetior de la te ta de [stacl—. Eso explica también la importancia de su fijaci6n espacial segiin la ley judia, Ia Falaja 11. De nuevo el Eretz Israel, «santo» y spuro» Alhabler del «Eeetz Israel» nos estamos refitiendo, efectivamente, aun ‘econcepto georeoldgico»’ en el que la relacida a un Lugar real esta indi 1B 4 SANTIDAD DE VIERRA SANTA solublemente vinculada 4 la esperanza de salvacién, Pero, equé tiene dle «santo» el Eretz Istael septin Ia concepeién judis? En primer hager, y fen sentido estricto, no deberta lamarse «Tierra Santa» sino «tierra (su lo, ciudades, montafas) de los santos —es santa porque Dios cs su eho y esti presente en ella; santa porque en ella rige en todo su al cance la ley ce Dios; santa porgue es pura en sentido ritual—. Esos as ppectos se hallan evidentemente unides entre ef, pero no tienen idéntico aleance. La nociGn de Dios como «dueno» (Ba'al) de un tetrtorio (casi siempre una ciudad) es una idea conocida en las cultures del antiguo Oriente. En la Biblia hebrea se repite bajo miitiples variantes y los in- vestizadores han puesto de relieve la evolucion y el cambio de valor de Jos correspondiente testimonios a través de la historia, sobre todo el sig fificativo desplazamionto de la atierra (de Israel)» como un todo la ci lac ce Sicn-Jerusalén, y mis precisamente todavia al Templo de Jer len, desplazamiento que culminé tras ef regreso de los istaclitas del tnilio babilénico en 539 a Los testimonios biblicos son numerosos, tal. como hemos dicho. En- {ue ellos es fundamental la afirmacién de que Dios «habits» en «si tie- fri, en «sui cinclad>, en «su santa montaiias’. El concepto de «Tierra Sania se puede hallar, por efemplo, en Zacarias 2, 16 tll Sefior toma fila Jud como lote suyo en la tisrra santa y volveré a escoger a Jeruss len»), Soa especialmente impresionantes los salmos 46 9 48, 24 Grande es el Sefior! ¥ muy digro de alabanza en le ciudad de nuesteo Dios, Sx monte santo, colina hermosa, gozo de toda la tierra. EI Monve Sion, vértce del elo, capital del Emperador: Dios entre ss lacios deseuella como aleizar [in paginas anteriores hemos hablado ya ce In extension ierra, Vie ‘oe alli que los limites de Ia «Ticrra Prometiday aparecfan tan difusos amo variables. Sin embargo, el ritual religioso y el pago de impuestos, splicables tinicamente dentio de la tierra de Esrael y ligades a la idea de ppureza ¢ impureza de personas y espacios, hacian que fucta importante Hijarcon mayor precisién eses limites). Nien la traccién eristiana ni en la felimica existia nacia equivalente a esa delimitacion, En cualquier caso, Ins fronteras no estaban establecidas de forma irrevocable, pues deper: allan desi en la zona en cuesti6n, aunque se hallara dentro de la «Tierra Prometic, vivian de hecho judfos observantes de li Ley. No se tratabe, [pies cle la confirmacién de unas fronteras o unas revindicaciones poli Has y administrativas sino, tinieamente, de puntos de vista fiseales y tle derecho religioso, Ea consecuencia, hubo una necesidad constante de sjustar las fronteras marcados por Ia Belge a las condiciones cambiantes. Vs cierto que esas fronteras se definieron como «las de aquellos que re- Ww HISTORIA BE FALESTINA resaron de Babilonia». Pero, en realidad, ls listas de los puntos fron- tetizos existentes, sobre codo cl llamado eatilogo de los tara, reflejan la situncin exisrentc a finales cl siglo 1! de la era cristina’. Dentro de la propia Palestina, algunas de les ciudades cosiesas predominantemente triegas quedaban excluidas del territorio puto segtia la halaja, que in~ ‘luia, en carabio, zonas y localidades tanto de Trans\ordania come de los actiales Libano y Sitia, hasta los alredeclores de Dameseo. TE tango expecial de que gozaba ef Exetz Israel segtin la concepcion judia —aunque en este caso resulta difiel distingui entre las «ironteras Ideales» (es decir, las eivindicaciones propias) y las «reales» del objeto ide la promesa— tenfa ottas consecuencias legales que no carecen de e- Tevancia para la época moderna, Por sa condicidn de obsequio de Dios al pueblo de Istael a modo de «posesisn perpetucm (Génesis 17, 8) era, en principio, inalienable y, por tanto, no se poxtia vender ni arrendat a no jt dos’. E] Levitico 25, 23 lo dice de forma inequivocs: La ticrra no se vender sin derecho a rettacto, porque es mis, ¥en Io mio sois cemigeantes y criados, Deberfa set obvio que esto no respondia necesariamente a la realidad. Asi por ejemplo, se puede demostzar qu, tas la desisuecién cel Temple de Lletodes y el desticrro de los judios del entomo de Jerusalén, los es- cribas promulgaron el deber de mantenerse en el pais © comprar tierras en el Eretz Istael y estimularon la vuelta de los judios emigeados, al tiempo que amenazaban con castigar la venta o el arriendlo cle tientas a to jindios asi como la emigracion, Esta orden adquirisfa en el siglo xx tuna gean importancia dentio del prayecto sionista de crear una come: thided juca en ol Exetz Ieee! al dectarar las tierras adquiidas por el Fon do Nacional Judio propiedad inalienable de este pueblo, no susceptible de ser vendida ni arrencdada a personas no judies (incluidos los éeabes lo calea), No deberiamos pasar por alto cl paralelismo con la idea de con- tebir Palestina como una fundaci6n religios musulmana (2ag)), pro: puesta a la poblacidn “rahe a partir de lt década de 1930 en medio de tina situacién de amenaza similar. Mas adelante volyesemos sobre este Thos eseribus judo pocian akadic alas eigurosas érdenes de eexpu- sino» (berem) de los hlsitantes no judios de la tierra cbjeto de conquista, impuestas por Biblia a les israclitas como un deber, Sobse este punto, los ‘xtuctienos han sefialedd el aleance dal significado cel concepto beremt que iria del (emeros) destieo a la eliminacion de todo ser viviente, desde los niftos hasta los ancianos, ¢ incluso de los enimales domésticos. Con exe tmandamicnto,¢ independientemente de lainterptetacién del concepta y 20 LA SANTIDAD DE. IERRA SANTA de su aplicacién pricticn, se pretendian dos cosas la total negacién de los derechos de otros a «la tierra, y la exclusion de contactes sociales con utienes habfan pernanceido cn cl pais 6 cuya permancacia se habe con sentido en contra del mandato divino, El pasaje del Deuteronomia 7, 1-6 del que se deducen objetivo y las razones de esa datera draconiana, re- sulta ejemplar: no se debia permitir que los paganos hicicsan eucr a los is raelitas en la infidelideeP, Otros pasajes bsblicas aluden adeaés a la im pureza de les no judtos, En cuanto a la préctica, no podemes decir gran 082 fuera de que en e! curso de la oc par a tacos ls epazanose de la tierra prometida o, incluso, liquidarlos siempre seat la informacién de la Biblia—, que Jerusalén no fue isra- elita (al menos mayoritariamente) hasta que estuvo goberada por David y Salomon, y que ea la epoca de los asmoneos continnaron los intentos de desteuit, por lo menos, los centros de culto paganos —en sinconia eon lo dicho en el Deureronomio 12,23, aunque no seliquidé a quienes sere sistleton, sino que se les permits emigrar (pero 2acaso no es eso una ex- ppulsion?). Asi pues, sélo podemos determina una eseala de posibilidacks Aue iba dela incorporacién de los extzavios desde una posicién de Fuetza fhisia su marwinacicn pata preservar a los propios israelitas (cuando no ais larlos celiberadamente), ligedo todo ello a la visién de una Jecusalén pura from centro del mundo, acidn del pals no se eonsiguid ex 12, Jerusalén y ef Templo Jerusalén adquirié un rango especial dentro del Eretz Israc] al menos ilesdle el periodo del Segundo Templo. Cientos de mencianes en la Biblia hiebrea —fueate de inspiracién para generaciones posteriores— nos [proporcionan un indicio claro de ese hecho’. La ciudad, fundada como AUishalnfun se mencona por primera er tera de loses fgosen los texios «exccratotios» egipcios de los sigles XIX y x0 Bette re proclaa slersoemente a xexecraciéme de enemigos staclos Por su nombre. La primera mencion biblica aparece en Josué 15, 63 ‘ome territorio cnemigo, cs decir, como una tierra no dominada por Inrae) («Pero Ja tribu no pudo expulsar a los jebuseos que habitaban en Jerusalén; por eso han seguido viviendo en Jerusalén, en medio de Juda, Jhasia hoy»)— yen Jucces 1, 21 («Pero la tibu de Benjamin no pudo ex [pulsar-a los jebuseos que habitaban Jerusalén; por eso han seguido vi ‘Vendo hasta hoy en Jerusalén, en medio de Benjamin»), La conquista de Jerusalén por David, de la que nes informa la Biblia se sucle sivuat en toro al ano 1000 a.C, —después de que el rey uniera bajo su mando a Js tribuy de Israel, sewn el misino relito—°, La etimologia popular th MACION DEPARTA HISVORIA DE PALESTIN equiparé «(Jeru}saléns y «Paz» (en hebreo, shalom: en frabe, salen), por Tn que Jerusalen se convirtid en «ciudad de la paze —aungue no lo fue, sega ia historia", «Sidr», que mas tarde se utilid a menudo como nénimo de Jerusalén, del pais y del pueblo de Israel, cambié en varias posicion topoxrafica y su valor en la historia de la salvaci6n: en un primer momento parece haber sido la denominacién de la colina sudotiental de ls posterior zona urhana de Jecusalén, al sur de lo que se ria mas tarde la montaha del Templo, sobre la que se situaba el asente: iniento cananco conocido en coajunto desde hacia tiempo con el nombre de Jerusalén, De acuerdo siempre con kt tradicién judi, Jerusalén fue clovads al rango de ciudad real y centto religiose bajo el rey David, que cambié el nombre de la fortaleza de Sin por el de «Ciudad de David (2 Samuel, 5,6-10; 1 Cronicas, 11,4) y se hizo construir all un palacio, Por otra par tchubo dos hechos de importancia fundamental el trislado del Avea de hn Alianza a Jerusalén, después de que Silo dejara de funcionar como centro religioso, y, por supucsto, la construccién del Templo en tiempes de Salomén, hijo de David, que otorgé un aura de santidad tanto a la ciudad como a la casa real, La creacién del Estado bajo David y Salo- ‘én fue an hito decisivo en la historia de Israel segrin el judaista Moshe ‘Weinfeld: supuso e) paso de la orgonizacién tribal, basada en la asamblea del pueblo, 4 un ordenamiento de canicter monrguico y dinstice, y ka sustitucida de un santuario mévil por otro fijo. Aquella innovacidn re «queria una legitimacin religiosa que tavo su expresion en una alianza te ovada con David ansloga a ja establecila con Abraham y Moisés'*. La Jandaciéa de la dinastia y la construceién del palacio y el Templo —am bos estiechamente ligados, incluso desde el punto de vista arquitecténi: co— se puede interpretar, pues, como Iscacl>, con precedentes y paralelismos en las ideologias de corte y reino el antiguo Oriente. No obstante contin uaran subsistiendo otros san- tuarios que lograron consolidarse a une con Jerusalén, sobre todo ea el norte de Palestina. En Ja propia eiudad de Jerusalén siguierom mante- niendo su presencia o:ros grupos étnicos, aunque en los textos biblicos Contempordncos se alude sciteradamente a una futura spurificacion» de la ciudad. Jerusalén no aparece como centro religioso por antonomasia hasta 539 a,C, en la epoca postetior al exilio, cuando Ciro, rey de Persia, concedié « los issselitas judios) deportados « Babilonia permiso para te: saresar a la ciudad destruida y reconstruir el Templo, que fue levantado con el apoyo de la hacienda estaral persa y consagrado hacia 315 aC. El exilio —interprerado y vivido hondamente desde una perspectiva rel siosa como sefial de un castigo divino justo— dio pie « nutevas y pro no de una «normalizacién de 2 LA SANTIDAD DE «TIERRA SANTA fdas interpretaciones de In vida y el pensamionto istaclita 0 judio. Una de sus consecuencias Fue un desplazamienta de! interés por la Tierna ile Israet,habitala entvetanto por un niimero de no judios mayor que an- fs, mientras fuera de sus fronteras se ereaba una didspors judia (s6lo luna parte de los israetitas Hevados a Babilonia decidia represar a Palos. fina), En funcidn de ese desplazamiento, el centro de atencién pass en- fences al Puchlo de Israel y « la ciudad de Jerusalén y su Templo, que pa fecian mis adecuados para proporcionar un punto de referencia al pueblo disperso™ 13, Recuerdo y ectualizacién ‘ Tins Ia desiruccién definitive del Templo, el palacio y l reino, ocurtida el sho. 70 d.C., SiénJerusalén mancuvo su importancia como simbolo del pueblo judio capaz de ofrecer posibilidacles de referencia a ideas y vi sions complecamente dispares. La idea del santuario amenazado por los ftanjeros («paganoss) Hlevé a los judios a organizar insurrecciones ar= (nadas en repetidas ecasiones. Pero sn fracaso Fortalecis también la te slencis opvesta hacia la espitituaizeciGn, cue remitfa a una «fenusalén ce- Jestes pues a terrenal ofrecia escasos motivos de idealizacién —al menos ilesle un punto ce vista juclio—. Los origenes de esa tendencia se puie- Fetrotraer hasta el siglo vit de la era prectistiana, En el periodo del Hielenismo, la visign de una Jerusalén celestial aparece sobre todo del pueblo judio habia sido sustituide por ls ealianza nueva ce! cristiznis ‘mo, hasta los actuales politicos y predicadores norteameticanos, pasando por h iglesia ortodexa rusa y los puritanos ingleses del siglo XViI— fue igualmence importante para la historia cultural del Occidente europco ‘La «anuevs alianizas confiromba la antigua y, al mismo tiempo, la cotresia. La yuxtaposicion de concepciones disiintas ¥, en parte, incluso contra ppuesias basadas en ideas diferentes scerca del significado dk la tierra para cl culto y a identidad ena ua refleo de corrienres especifcas de cada mo. mento y de intereses muy concretos. A pesar de los numerosos clementos comunes en las etcologiasy judia y cristiana «de la tierra» podemos hallar diferencias en sus respectivos anclajes sila teologfa judia dela tierra se fundamenta en una promesa y une alianza divina, la cris- tiana muestia una mayor vinculaekéa con las personas, una difusién de la santidad de los chombres santos» —no sélo de Jess, los apdistoles y los 26 inttires cristianos, sino también de los patriarcas, los reyes y los profetss biblicos— en el émbito espacial de su activided. IL1. La Jerusalén cefestial y fa Jerusalén terrenral El concepto de «Tierra Santa» (terra sancta) se difundié en el Imperio Tomano desde finales del siglo 1y, inmediatamente despues de la aclop- «sin del cristianismo como feligién imperial, lo que supuso une sevalo rizacian del pais de la Biblia como centro de las actividades de Jesis, gunque el aspecto determinante siguié siendo, hasta Jos primeros tiem pos de las Cruzadas, la referencia alos «santos lugares» del Antiguo y el Nuevo Testamentor, La idea de Tierra Santa no se afian76 de manera Permanente en la conciencia y el uso Lingiifstico del Oecidente cristiano hasta los aos dela primera Junto ce vista historico, observamos respecto al pais de la Biblia una ac- titud de indifcrencia que se ha de entender como una relegaci6n deli- Iperada del judaismo. 1Los apdstoles no mantuviecon una postura undnime e dle Jerusalén y Tierra Santa. Jerusalén no ocupa en los ev senda, En fechas anteriores, y desde un wu valorscion lios unt fusicién destacada y es, ante toro, el Iagar de la pasién y muerte de Jess, jporlo cue aparece marcada con tintes mis negativos cue favorabies, El fevangelio do san Jusn constituye una excepeidn —suinque on él hallamos Ia distincién mis clara entre salvacin y espacia fsico, la traspasicidn al mundo de lo abstracto, ala ) 0 Galacas 4, 26 («En cambio, la Jerusalén de ftsiba s libre, y es nuestra madre»). Los autores cristianos hellaron ntos de contacto en el Antiguo Testamento, sobre todo en los provesas ihiel, Isa y Ezequiel. El tema de la Jerusalén celestial fue tambien ‘objeto dle mltiples interpretaciones y cerivaciones exegsticas: para los Padies de la Iglesia Origenes (185-254) y Ambrosio (c. 340-397), por ‘jemplo, a Jorusalén celeste era el alma cristiana; para Pablo y Agustin, (4450), fa comunidad de los ereyentes, in In Edad Media aparecieron filevos espacios, instituciones y comunidades como luger y encarna- ‘i6n del ordenamiento cristiano, en primer lugac los monastetios y las ca fesrales, donde la magnificencia de la Jerusalén celestial podta vistum- Ihjarse ene! esplendor de los vitrales goticos. a HISTORIA DE PALES INA Lavinculacicn al espacio concreto se desarroll6 de forma parelela y cestuvo acompafiada de la progresiva apropincién de la tierra de promi sign jucia por les cristianos. Un factor decisivo Fue el «giro constant riiano» de 324 d.C., que elex6 a Constantino a la categoria adicional de soberano del Imperio romano oriental tras su vietoria sobre Licinio, Constantino se propuso transformer Jerusalén en una ciudad santa crs Giana de una manera ya actedicada, es decir, mediante ua plan cons truetivo, euyo primer objeto fueron los isupuestos) hngares de la activi dad de Jesuctisto®, En 325 encomends ya a Makacios, obispo de Jerusalén, dertibar un templo de Venus, en cuyo solar se «descubrié» ‘dos aiios después el sepulero ce Jestis —umn caso temprano de excava- ‘ion que tendsfa amplias repercusiones—. Eusebio (c, 260-339), ascso' religioso y bigrafo del emperador, gue como obispo de su ciudad natal de Cesarea habia adoptado tna actitud mas bien reserveda hacia la re valorizacién de Jerusalén, interpreté el hallazgo como sn signo del trignfo cristiano y de la inminente vietoria sobre judtos y paganos. El sia 335, durante la construccion de la iglesia del Santo Sepulcro, con sagrada con gra fusto, se ahallé» tambien la eruz de Cristo —o lo que se considend como tal; Ia atribucién a Helena, madze de Constantino, data de una fecha posterior. La basilica (Manyrion) de la igkesia del Santo Sepulero, logiada por Eusebio como suctitutivo del Templo de ls antigua aianza, fue dedicada la conmemoracion de la Pasion de Cristo; la rotonda (Anésiasis) proixi- ina, con el sepulero de Cristo, se consicleraba el Iagar de a resurreccisn, yen el éngulo sudoriental entte ambas se hallaba la roca del Golgota, i texpretada asimismo como sepuleca de Adsn y Ingat del saerificio de Isaac. El siglo 1 se coraccerieé por una intense activiced constructiva de iglesias y monasterios en Jerusalén, Belén y toda «Tierta Santa, s0s- tenida no s6lo por dignatarios bizancinos y fundadores adinerados de la Europa ctstiana, sino también por ua movimiento monseal internacional rechutado en parte entre los peregrinos que se habian afincado en Tierra Santa. Exe movimiento estuvo acompaiado de continues shallazgos» de sepulturas y rliquie de profetas veterotestamentatios y miires crstia- ros, complementades con otros productos ficiles de conseguir y multi- plicar, como tierra, aceite, fragments dele cru y agua del Jordén, que proporcionaton un enorme impulko a la coneresién del «recuerdo Se bred una nueva liturgia cristiana ligada a los santos lugares; Jos viacracis permitieron actualizar en épocas posteriores las estaciones de Ja pasién hasta en los espacios mée Iejanos;y os imagenes, el sonido y I pale hi- cieron que los ingares biblicos resultaran ea cierto sentido ms

También podría gustarte