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El arte de leer e interpretar un policial.

Un análisis de “El asesino intachable” de Abelardo Castillo


Por:
Andrade Gonzalo, Carera Luciano, Schaab Lourdes y Viola Lautaro
Estudiantes 3º C. Superior
Computación
I.I.L.A.H.

“El asesino intachable” es un relato escrito por Abelardo Castillo en 1976. Este
trabajo se propone remarcar características de este relato a través de su lectura
como un policial negro, agregando también otras lecturas hechas a lo largo del
cuento relacionadas con, por ejemplo, el existencialismo, el crimen perfecto y la
posibilidad de ver un homicidio como “arte” o “un juego” utilizando relatos de
otros autores e información de diversos medios.

Palabras claves: policial, juego, moral, crimen perfecto, Castillo.

Introducción

Abelardo Castillo, un autor que no escribe un solo género y hoy en día es


considerado un gran escritor, redactó “El asesino intachable”, un cuento que nos
disponemos a analizar pensando en él como la variante argentina y negra del
policial, aunque como pasa con la gran mayoría de los relatos hay varios
detalles interesantes que también nos son de interés para el análisis de esta obra.

¿Por qué es un policial negro?, características del relato.

Lo primero que podemos notar en la historia de Castillo son dos cosas clásicas
dentro de los policiales negros, estas son: el narrador en primera persona y
protagonista es el asesino y le está narrando su historia a alguien más (en este
caso, alguien que se llama como el autor, “Castillo”), a partir de este punto los
lectores ya sabemos quién fue el culpable y cómo lo hizo, no hay un misterio
como en el policial clásico. Otra característica del negro que podemos
identificar es la razón del crimen, “La novela negra, que surge después de la
Segunda Guerra Mundial, fusiona ambas historias ya que el relato coincide con
la acción. La prospección sustituye a la retrospección, va de la causa al efecto.
Algunos elementos constantes son la violencia, el crimen y la amoralidad.”,
esta amoralidad se puede ver reflejada en el relato cuando el protagonista decide
asesinar a alguien solo porque piensa que tiene en sus manos la posibilidad de
ejecutar el crimen perfecto, con un buen método y la carencia de un nexo y
relación con la víctima. “Y una tarde se me ocurrió matar a la vieja. Pero, no.
Antes se me ocurrió algo más abstracto, más (digamos) metafísico. Cometer el
crimen perfecto.”

Otras propiedades del policial negro que podemos encontrar son, por ejemplo, la
figura del detective, en este caso el inspector Debussy. Como el relato está
siendo narrado a modo de confesión, se nos anticipa desde el primer párrafo
cómo termina la historia “...o si un estólido inspector de Policía, partiendo de
un error, se cae sentado sobre la verdad. (...) Fantástico: el protohombre había
deducido matemáticamente la hora exacta partiendo de un hecho que nunca
ocurrió, porque nadie había entrado jamás por esa ventana.”, el narrador nos
da a entender que Debussy es un incompetenten que solo consiguió atraparlo
por una serie de imprevistos que no pudo prever (por ejemplo, el cariño de la
vieja) y como no podía faltar en este relato negro, “Por otra parte, de inmediato
comenzaron a funcionar los sobrenaturales puños del investigador. Y confesé.”
la violencia usada para sacar una confesión. Debido a la nacionalidad del autor,
el relato no podía carecer de algo que lo marcara como Argentino, a simple vista
puede parecer que lo único que tiene de nacional este texto es la referencia a
lugares (Lanús, Berazategui) o a diarios (Crónica) pero también tiene una
representación irónica y humorística del inspector, no sólo por haber
descubierto al culpable por accidente sino también por una muletilla que usa
“–El asesino pensó despistarnos atrasando el reloj. Je, je.” que hace que sea
muy difícil -casi imposible- tomárselo en serio.

Un último detalle que se puede resaltar sobre la relación policial negro -


Argentina, es la inclusión de los medios en el relato. Aparecen desde un
principio cuando el autor habla de su portera “(...) escucha los informativos de
las radios uruguayas, lee, con fervor, las noticias policiales de Crónica.” y
realiza un análisis sobre aquellos que leen este tipo de textos “No quiero
postular con esto que el género humano sea inapelablemente sádico, pero me
atrevería a afirmar que posee un substratum demoníaco (...)”. Luego de estas
frases, se excusa con que gracias a aquella señora que seguía las noticias
policiales por un supuesto morbo, en él se terminó despertando una humanidad
asesina y que gracias a otras noticias, en él surgió la idea del crimen perfecto
que se dispuso a crear en el resto del relato.

Formas de ver un crímen: perfecto, arte y juego.

Desde el nacimiento del policial varios autores han intentado que los crímenes
de sus relatos sean irresolubles o, como lo llaman los criminales, perfectos -o
casi-. Estos autores van desde Borges en “Emma Zunz”, ”No durmió aquella
noche, y cuando la primera luz definió el rectángulo de la ventana, ya estaba
perfecto su plan.” , Arlt en “El crimen casi perfecto”, “Yo estaba en presencia
de un asesino sagacísimo, posiblemente uno de los tres hermanos que había
utilizado un recurso simple y complicado, pero imposible de presumir en la
nitidez de aquel vacío.” y Castillo con “El asesino intachable”, “Pensaba que,
en general, lo que entendemos por crímenes perfectos son asesinatos
complicadísimos, raros, intelectuales.(...) Pero descubrí que había algo más
importante. El nexo. Era elemental, pero todos los descubrimientos son
elementales. Si uno pudiese imaginar un asesino sin relación alguna con la
víctima, habría imaginado el crimen perfecto.”, este planteo de los crímenes sin
resolución desafían una de las características principales del policial clásico, la
solución del crimen como inevitable. En el caso del cuento de Borges
suponemos que no se atrapó a la culpable, así que ésta logró su cometido,
mientras que en los textos de Arlt y Castillo, ya sea por un inspector/detective
que realiza bien su trabajo o no, los culpables fueron descubiertos, centrándonos
en el relato de Castillo, podríamos objetar que la primera idea del inspector
sobre el crimen era inevitable, ya que su idea de cómo ocurrieron las cosas era
equívoca, así que esta es una diferencia evidente del policial negro con respecto
al clásico, a pesar de haber sido capturado igualmente y oblgado a confesar.

Hablando únicamente de relatos de Abelardo Castillo y caracterizandolo como


un autor que no escribía sobre un género en específico, podemos hacer una
interesante lectura de la forma en la que el protagonista de “El asesino
intachable” construye una escena del crimen y la forma a la que a ésta se refiere,
“Comencé a revolver cajones. (...) Quizá tardé horas. Consideré de bastante
buen efecto aquel desbarajuste y recordé a tío Obdulio. "El artista", decía,
"crea con el atropellado corazón de Dionisos, pero su cabeza corrige con la
serena frialdad de Apolo." Perfeccioné algún detalle. El cuarto quedó como si
hubiese galopado dentro la sombra de Gengis Kan.”, se refiere a la escena del
crimen como una obra de arte, sin decirlo. Él es un artista, no solo hablando por
la forma en la que acomodó las cosas en el hogar de su víctima, sino que
también es el artista del crimen que él creía perfecto. Ahora lo peculiar de esta
forma de escribir un homicidio es que hizo algo parecido años más tarde en su
obra titulada “La cuestión de la dama en el Max Lange”, solo que ésta vez
utilizó una metáfora ya usada en otros textos de otros autores, la del juego de
ajedrez, “A veces, por la noche, me distraigo un poco analizando las
consecuencias de la retirada de la dama a tres caballo(...).”, en este fragmento
del relato podemos interpretar que habla de la muerte de su mujer con una
metáfora de ajedrez, similar a la que fue utilizado por R. Walsh en “Zugzwang”,
“Se encontraba en la clásica posición de zugzwang que él había previsto, no
tenía salida.”, esta cita hace referencia tanto a la posición en el tablero de
ajedrez, como a la posición en su vida, sabiendo quién fue el culpable de la
muerte de la mujer que él amaba.
Castillo y el existencialismo.

Castillo desde una temprana edad leyó obras filosóficas de autores como
Nietzsche y Sartre, dos famosos filósofos por sus pensamientos, nihilismo y el
existencialismo: ”Mira, yo a Nietzsche lo leí a los 14 o 15 años, y toda su
filosofía está presente en mi literatura. Si tuviera que decirte quiénes influyeron,
más o menos entre otros, te diría que Kierkegaard, que fue el primero que leí,
Nietzsche, obviamente que Sartre y el existencialismo”. Esto se puede ver
claramente en “El asesino intachable”, donde nuestro personaje principal, al
igual que en el existencialismo de Sartre, no cree que haya una razón específica
por la cual vivir sino que tiene que encontrar su propósito en la vida y al haberlo
completado se sentirá pleno. Un pensamiento filosófico parecido que creemos
identificar en el cuento es el absurdismo el cual plantea que venimos al mundo
sin razón, sin motivo o propósito y que es nuestro trabajo conseguir y elegir
nuestro objetivo en la vida, y creemos que el personaje principal de “El asesino
intachable” hace esto, determinando que su objetivo en la vida es hacer lo que
todos piensan, pero nadie hace: asesinar a alguien y cometer el crimen perfecto.

El autor también expone un pensamiento adicional y común del policial negro


donde se plantea y afirma que el hombre es, de naturaleza, malo: ”Vea, Castillo,
yo no soy peor ni mejor que el resto de los seres humanos. Estoy empleado en la
Biblioteca Mariano Boedo, no me emborracho, vivo en una pensión, soy
honrado.”, estos datos nos proponen la idea de que el pensamiento del crimen
perfecto y los pensamientos homicidas son compartidos por toda la población,
pero que solo él decide aceptarlos, ”Cometer el crimen perfecto. En esto
también me parezco a todo el mundo. Porque es cierto, yo quisiera saber quién,
y no hablo de pistoleros profesionales, maridos adúlteros o herederos
impacientes, sino de tipos comunes, (…), quién no ha soñado alguna vez su
crimen perfecto.”.
Bibliografía

http://publicaciones.filo.uba.ar/sites/publicaciones.filo.uba.ar/files/Narrativa%20policial%20ar
gentina_interactivo.pdf

https://revistas.unc.edu.ar/index.php/recial/article/view/18583/html

Historias involucradas/mencionadas:

“El asesino intachable” de Abelardo Castillo.


“La cuestión de la dama en el Max Lange” de Abelardo Castillo.
“Emma Zunz” de Jorge Luis Borges.
“El crimen casi perfecto” de Roberto Arlt.

“El genero policial”:


https://docs.google.com/presentation/d/1pz0QKBNibRjzCotgyx9DVhj_Rbd_XjkNF2I3bkNj-9k/edit
#slide=id.gee4bffc7cd_2_84

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