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los sistemas de escritiura en el desarrollo del nifio emilia ferreiro y ana teberosky 314 EVOLUCION DE LA ESCRITUR4 puestas de los nifios escolarizados con respecto a los pre- escolares. Recordemos que los datos aqui presentados sobre los ni- fios en curso de escolarizacién fueron recogidos por nosotros antes de realizar las investigaciones sobre los nifos pre- escolares. Nuestras técnicas no eran entonces suficiente- mente finas como para permitirnos observar el detalle mismo de esta evolucién, Estudios posteriores nos permitiran volver a estudiar el desarrollo de las conceptualizaciones sobre la escritura en nifios de primer grado, pero de una manera nueva, gracias a lo que hemos aprendido con los nifios preescolares, Queda en pie un problema importante que solamente estudios de tipo longitudinal podré resolver: a partir de un misme nivel inicial vemos a los sujetos del grupo 1 avanzar muy Ientamente y a les del grupo 11 mas rapidamen- te. Vemos también que los avances en escritura coinciden con un progreso operatorio (hablamos explicitamente de coincidencia y no de relacién causal). Los problemas de rit- mo de desarrollo estan vinculados pero son diferentes de Jos problemas de secuencia de niveles o etapas en el desarro- llo. Nuestro andlisis esid centrado en la sucesion de eta- pas. En este sentido, los resultados que presentamos son sorprendentes, porque indican una progresion regular, con © sin intervencidn escolar. Mas atin, con una intervencion escolar que intenta hacer entrar de inmediato al sujeto al sistema alfabético de escritura, vemos a los nifios avanzar a través de una serie de etapas no previstas por el método. ni por el docente, AL aul EN | 2 G,. i VIL. LECTURA, DIALECTO E IDEQLOGIA Es un lugar commin insistir en que debe corregirse la pro- nunciacion de los alumnos para evitar dificultades en el aprendizaje de la lectura y la escritura. En este capitulo sostendremos una tesis contraria: la supucsta “pronuncia- cién correcta” ignora las variantes dialectales, impone la norma de habla de la clase dominante (la norma real o idealizada) y, al hacerlo, introduce un contenida ideolégico desde los comienzos mismos del aprendizaje de la lectura Muchas veces se ha puesto de manifiesto el contenido ideolégico de los libros de lectura, libros que rara vez ha- blan del obrero y demasiado a menudo de la familia de clase media, una familia donde la mama regularmente bor- da, teje y prepara la comida, mientras el papa lee el diario: una familia que vive en una casa donde hay por lo menos des dormitorios y un salén, sin contar bano y cocina: una familia que las ilustraciones presentan bien vestida y pei- nada, con piel blanca y cabellos claros. En resumen, una familia que no tiene nada que ver con las condiciones de vida reales de la mayoria de la poblacién de América La- tina. Un nifio ideal de clase media elevado al rango de modelo de identificacién para los nifios del continente. Los docentes de primer grado (en su mayoria mujeres) Tara vez son conscientes de las incongruencias en las que cacn al transmitir los “clichés’* ideolégicos de la burguesia. Valgan dos anécdotas a titulo de ejemplo, Una maestra de primer grado de una escuela de ja periferia de la capital argentina est en su sexto mes de embarazo; ensefiando la famosa seric ‘‘mama, papa, nene, nena” no duda en formular a su clase la pregunta “;quién es el que trabaja en Ja fami- lia?” esperando, naturalmente, que la respuesta sca “el papa”. Entences, gqué es lo que ella, maestra y futura madre, esta haciendo? ;No es acaso un trabajo? ¢Por qué la mamé debera siempre “acuparse de las tareas domésti- cas”, andar siempre atareada de un lado a otro, mientras en la escuela otra mujer ensefia a sus hijos que las mujeres no trabajan? 315 316 LECTURA, DIALECTO E IDEOLOGIA Otra maestra de una escuela similar da una leccién sobre “Jas partes de la casa". En apariencia, una leccién para enriquecer el vocabulario: cocina, dormitorio, salén, bafio. Pero esa leccién esta dirigida a nifios que, en su mayeria, viven en villas-miseria, en casas de construccién precaria donde una sola habitacién cumple con todas las funciones, Entonces, en realidad, se trata de una leccién bien diferen- te: se les esta enscfiando a esos nifios que lo que ellos tienen no es realmente tuna casa; crefan tenerla —casa al fin, aun- que diferente de otras— pero en la escuela aprenderan que no es asi. Los contenidos ideolégicos de la clase social dominante no sdlo sé transmiten en las lecciones de historia o geogra- fia; no sGlo se deslizan en las paginas de los libros de lec tura. Incluso en la transmision de las nociones aparen- temente “neutras", en las ramas aparentemente menos “jdeologizadas” de la ensefianza, como la presentacién del cédigo alfabético, la ideologia hace su aparicién. Esto lo vamos a ilustrar con el caso de la doble ele en espanol, es decir, la letra I. Esta letra es la representacién ortografica de sonidos bastante diferentes en las distintas regiones de la comunidad hispanohablante. Un fenédmeno muy importan- te y de gran extensidén geografica es el que se conoce con el nombre de yeisrme. Consiste en lo siguiente: pérdida de la pronunciacién propia de N (fonéticamente, una consonante lateral dorsopalatal) y asimilacién a la prenunciacién de la y (cf. Malmberg, adaptacién de Bés, 1977, pp. 53-54). La articulacién dominante en Espafia y América para If e y es, técnicamente, una fricativa dorsopalatal sonora, con sonido semejante al del inglés “yes” o al francés “piller”. Pero “en la zona del Rio de la Plata y adyacencias, especial- Mente en las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Monte- video, y y ii se pronuncian con un sonido rehilado, semejante al sonoro francés de ‘jambe', caracterizado por una articu- lacién anterior (prepalatal o alveolar) y por la vibracién de los Grganos que lo articulan’ (Malmberg, pp. 59-60). _Lo importante no es aqui, para nuestros fines, la descrip: cion fonética del fenémene sine que, de hecho, estamos. frente aun caso de dos grafermas (lf e y) que representan un tnico fonema. (Esto, dejando de lado los casos en donde ¥ representa la vocal i, como en “hoy", “ley”, etc.) En la practica escolar argentina se cruzan dos fenome LECTURA, DIALECTO E IDEBOLOGIA 317 nos; por un lado, la tendencia a presentar el sistema alfa- bético como un sistema donde a cada grafismo corresponde un solo sonido; por otro lado, cl hecho que en la ciudad de Buenos Aires sc considera la distincién entre Il e y como signo de correccién. Estos dos fenémenos conjugados evan a los docentes a introducir la letra H! con su valor sonoro tradicional (aunque ya muy poco real), con lo cual cumplen con un doble objetivo: evitar una nueva excepcién a las reglas, e introducir al mismo tiempo a los nifios “en el buen decir”, “la buena pronunciacidn”. La tentacién de Ja dies muy grande: puesto que sabemos cémo habria que pronunciarla, gpor qué no cnsefiar cl sonido correspon- diente? j El] problema es que “el sonido correspondiente” no co- rresponde a ningvin sonido real ni del habla del docente ni de los nifios. Supongamos que el docente sea de origen rioplatense pero que ensefie en una escuela proxima a una yilla-miseria. En Ja Argentina no existe, oficialmente hablan- do, ningtin problema lingiiistico. Sin embargo, ese docente se encontrara con una gran varicdad lingiiistica en el aula, ya que los nifios de una villa-miseria vienen de distintas pro- vincias del interior del pats, o de paises limftrofes como Paraguay y Bolivia, ¢Cudl es la norma de pronunciacién que este docente puede adoptar? La situacién que planteamos no tiene nada de irreal. De los 28 nifios que interrogamos en nuestro primer trabajo de invesligacién en una escuela de este tipo, solamente 6 provenian de familias oriundas de la zona. Diez provincias argentinas (Salta, Entre Rios, Corrientes, Mendoza, Cérdo- ba, Santiago del Estero, Tucumdn, Chaco, Misiones y Santa Fe) y dos paises limitrofes (Chile y Boliv a) constituian los lugares de origen de las restantes familias. Con una nina de ese grupo, Laura, nacida en Entre Rios de padre tucu mano, tenemos hacia fines de su primer afio escolar el dia- logo que sigue. Laura tiene entonces 7 afios, y la maestra ha introducido las letras k, i ¥ # utilizando palabras genera- doras como "kinoto”, “muficco” y “pollito”, (En la trans- cripcién del didlogo utilizaremos I para la pronunciacion tradicional de esta letra, y para la promunciacién riopla- tense, e i cuando corresponda a un sonido vocdlico.) * “Estos datos fueron presentados inicialmente en E. Ferreiro (1975), 318 gConocés esta letra? (y) (Escribe poyo) ¢Qué dice acd? (Escribe yo) Asi lo sabés leer? (Escribe ya) ¢Y asi entendés? (Escribe pollo) ¢¥ esto? iAh! ¢No se dice yuvia? ‘Y¥ cuando vos vas a la carni- ceria, gqué pedis, un poyo o un pollo? é¥ acd qué decia? (polio) ¢Cémo se dice: pollo o poyo? <¥ cémo se escribe? jPoyo! Esto qué es? (pollo) éY pollo qué es? Se pueden decir las das co- sas... LECTURA, DIALECTO F IDEOLOG{aA La i, Cuando va sola es una i, Cuando va acompafiada tam- bién... Y también hay otra i de otra clase, No sé lo que dice ahi... u... poipo. No sé. Tampoco porque nosotros... Unicamente cuando nos ponen en el titulo, gvio?, sé la pone sola, y también cuando se la pone en dictado, también se la pone sola. En dictado también. Ahi tampoco. Pollo, dice (pronunciando en- Faticamente la Mf). Si, porque @ nosotros también nos ense- fiaron lluvia. No se dice yuvia, se dice Muvia, No. La seflorita nos ensefié que se dice Iluvia. jPoyo!, eso se dice poyo, pe ro... Pero Iuvia se dice Huvia, Ahi dice... pollo (pronuncian- do marcadamente la i, muy se- gura y con énfasis). Poyo se dice. ¢Cdmo se escribe qué? Poyo, no sé cémo se escribe.. (en tono bajo, dubitative). Leer, nosotros sabemos, pero algunas letras... Pollo. ¢Pollo? Pollo es... es un ani- mal. También se puede decir pollo, pollo y poyo. Si, porque el animal es la mus ma palabra y ¢s el mismo anh mal. LECTURA, DIALECTO £ IDEOLOGTA Es el mismo animal ;¢Tiene dos nombres? Es poyo o pollo. ¥ cuando cribo, ¢qué tengo que poner: poyo o pollo? Cualquicra de los dos. Pero yuvia y Huvia, gcomo es? ¢Yuvia no se dice? eCamo €s 30? Si no se dice lluvia no se puc- de escribir Cuando cae mucha agua, ¢come decis vos? jAy, cémo esta!. Pero en la carniceria vos vas a pedir un poyo... Se dice poyo, no pollo. Alguna gente de otros lados dice pollo, gno? Pero nosotros aca decimos poyo. 319 Dos nombres no tiene. Tiene poyo y po... Bueno, tiene dos nombres, Unicamente se le puc- de decir de eso cualquier nom- bre, pero dos nombres no tiene. jCualquier cosa! Llu, luvia tnicamente, Iuvia. No; tiene dos nombres, pero no se le puede decir yuvia, Si no, esta la palabra patas p'arriba ¢La palabra patas p’arriba? Si no dice lluvia, jentonces no se puede escribir! Porque, tinica- mente que se dice Iluvia. Si, también sc puede escribir yuvia pero se dice Iuvia. La sefiorita nos dijo asi. iAy, como cae mucha lluvial (tono marcadamente forzado. Laura percibe la artificialidad de la expresion y se excusa de inmediato). Bueno pero asi s€ habla, no se dice asi, de otra forma.., La sefiorita nos dijo asi, no hay que decir de otra forma... Si, poyo, no pollo. Un poya. No se dice pollo. Si, pero también se puede de- cir. (Sabreentendido: se pue- de decir pollo.) Poyo, si. Por ejemplo, por ahi donde vive mi madrina es una viya, y ahi todos hablan de otra forma. 320 gPor dénde vive tu madrina? ¢¥ por qué hablan distinte ahi? Claro. En cada pueblo hablan de una manera un poco dis- tinta. éVos naciste en Entre Rios, no?

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