Suéltate y
libérate
Pon en práctica las siguientes
recomendaciones para experimentar el
alivio que implica soltar y liberarte.
Después de dar lo mejor de ti,
suelta el resultado.
El resultado no siempre depende de
ti, pero si te haces cargo de tu metro
cuadrado, de lo que te toca y
realmente pones tu mejor intención
y energía en algún proyecto, ten la
certeza de que llegará lo mejor sin
que tengas que invertir más de
la cuenta.
Ritualiza el acto de soltar.
Tómate el tiempo para depurar de tu
entorno todo eso que ya no necesites:
objetos que no usas, ropa y zapatos
que no utilizas, papeles inservibles,
cosas que guardas “por sí algún día
las llegas a necesitar”, objetos que te
anclan al pasado, etc. Verás que
experimentarás ligereza.
Ve a terapia.
Dialogar con un profesional siempre
es una buena alternativa. No tienes
que estar en crisis para poder acudir
a terapia y obtener sus beneficios.
Cada vez es más común que las
personas asistan con frecuencia a
sesiones con profesionales en
psicología ya que es un proceso que
promueve el autoconocimiento y
mejora la calidad de vida.
Practica la rendición.
Hazlo cuando sientas que quieres
aferrarte a alguna persona o situación
en cualquier área de tu vida, cuando te
cueste soltar el resultado a pesar de
haber dado lo mejor de ti. A veces la
mejor manera de recuperar nuestro
poder es cuando nos rendimos.
Cuando te resistes y controlas le abres
la puerta al dolor, pero cuando sueltas
y confías le abres la puerta a la
felicidad. ¿Cómo hacerlo? Cuando
estés con la mente maquinando
formas para controlar o hacer que las
cosas ocurran a tu manera, realiza los
siguientes pasos:
Acuéstate en el piso boca abajo con
la frente, el corazón y el ombligo sobre
la tierra.
Suelta todo el cuerpo y permítete
sentir cómo la tierra te sostiene.
Quédate ahí algunos minutos, notarás
cómo esta postura te regala descanso,
alivio y un cambio de percepción
porque cuando rompemos nuestra
estructura corporal, rompemos
nuestra estructura mental.