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FICHA TECNICA, Este libro fue preparado y escrito por Milcfa- des Pefia durante los afios 1955 a 1967. Corre- sido por el autor, los capitulos sobre la Década del ‘Treinta y el Peronismo fueron publicados en la revista Fichas de Investigacién Econé- mica y Social en sus nimeros 3 y 7 respectiv: mente en el affo 1965. El capitulo sobre el radi- calismo no fue corregido por el autor debido a su prematura desaparicién; y se publica como estaba, con el solo agregado de subtitul Las referencias bibliograficas fueron revisa- das on la medida de lo posible, corrigiéndose en algunos casos por citas de ediciones actua- les de 1a misma obra, Por razones editoriales de este libro cuyo desarrollo comienza con 1a colonizacién de la Argentina, se publica la parte correspondiente al siglo xx, Las etapas anteriores pueden verse en los otros § tomos ya publicados y ‘cuyo detalle figura en la contratapa. Cabe sefialar que cada tomo fue preparado como una unidad independiente para facilitar su lectura. MILCIADES PENA MASAS, CAUDILLOS Y ELITES LA DEPENDENCIA ARGENTINA DE YRIGOYEN A PERON 3 Ediciones Fichas Buenos Aires INDICE Captruto T El Radicalismo y los Gobiernos Radicales . "Gobernar y no Cambiar Nada” sl 2 Pimelones del Estado Semicolonial 00.0000... 9 —Politica Populista y Represiva del Radicalismo . 21 EI Interregno Alvearista . sauatts pe 21 —Yrigoyen Vuelve al Poder... 29 —La Restauracién Conservadora 32 Cartrovo Ir El Gobierno Directo de los Estancieros y el Imperialismo In- glés: 1935-mayo 1943 .... 37 —Sumisién a Inglaterra’ y 1 40 —Estancieros e Industriales . 2 —Crecimiento de la Clase Obreray Aparic “4 —Neutralidad Argentina en Funcidn de Semicolonia Bri- = ténica —La Clase Dirigente ‘se “Escinde en Proingleses y Pro. norteamericanos 49 —Estados Unidos Acentia su Ofensiva para Desplazar a Gran Bretafia como Metrépoli Dominante me 82 —Estancamiento y Crisis del Movimiento Obrero Ct —La Argentina ai 3 de Junio de 1943: Elecciones y Cambio Ge MAMBO. Sy siacses sncxinsa cess 56 Captrovo IIT El Gobierno Bonapartista de los Estancieros y el Imperialiemo Inglés: Junio 1943 - 1946 .., see e —Un Coronel Sindicalista.° 6 —Afianzamiento de 1a Politica’ Probriténiea 63 —Las Bases Sociales del Bonapartismg .....! 88 —Peronismo y Clase Obrera ...e..e..e000., 70 — 1045: Culminacién de la Ofensiva Norteamericana u ~E] Veredicto del 17 de Octubre. La Argentina Contin en la Orbita Briténica .....0cccceeecee 9 Cartruto IV El Gobierno del “Como Si”: 1946-55 ..... z 84 —Estados Unidos Interviene Contra Perén ..... 89 —Perén e Inglaterra Sientan las Bases de Veinte Afios de Estancamiento Argentino ............. 95 36 Milojades Peta “Dictd un decreto confidencial y sumamente ingenioso, es- tableciendo que el gobierno se harfa cargo de todas las deu- das privadas de los oficiales del ejército, Todo 1o que los ofi- ciales tenfan que hacer era informar a su coronel que tenfan una deuda; no se requerfan detalles ni se formulaban pregun- tas, Parece que los ofic supieron aprovechar la ocasién, porque mucho tiempo después los diarios informaban que el decreto le hab{a costado al gobierno mds de 7 millones de pesos (White, 161). Pero Uriburu no pudo mantenerse largo tiempo en el Poder. Al fin y al cabo, los politicos tradicio- nales de la burgues{a argentina no habfan combatido a Yrigo- yen para que su lugar lo ocupase el Bjército y un pufiado de jovenes fascistas que sofiaban junto con Uriburu en implantar el estado corporativo. $ El terror policial habia estado bien para aplastar a la slase obrera y lo que quedaba del radicalismo, pero cuando Uriburu quiso utilizarlo para sus propios fines, toda la bur- y sus politicos se le pusieron en contra, y también la gran prensa, a quien Uriburu intenté someter a censura pre~ via (Idem, 184). Los mas poderosos sectores de la burguesia y el capital inglés exigieron el retorno a la normalidad, y cuando el gobierno convocd a elecciones hallaron 1 repre= sentante en el General Agustin P. Justo, ex Ministro de Guerra de Alvear, intimamente ligado a la oligarquia con- servadora, Fue elegido presidente en elecciones magn‘fica- mente fraudulentas, en las que se impidié participar a la Unién Civica Radical, el mayor partido opositor (Pinedo, 108), Con Justo Megan al poder tradicionales figurones de la oli- garquia, Su Vicepresidente es Julio A. Roca, hijo del general, aquel que clviliz6 el pafs a fuerza de Remihgtons y emprés- titos, uno de los presidentes argentinos mejor cotizados en la Bolsa de Londres. Cariruvo II GOBIERNO DIRECTO DE LOS ESTANCIEROS EL IMPERIALISMO INGLES;* 1935 - MAYO 1943 Cuand6‘el General Agustin P, Justo asumié la Presiden- de la Nacion Argentina, bien pudo haber jurado ante el isterio de Colonias de a Gran Bretafia, y si no lo hizo or puta formalidad. Es que en 1982, por el tratado de \wa, Inglaterra —que adquiria el 99% de 1a exportacién ntina de carne enfriada— habia asegurado a sus Domi una creciente participacién en la importacién briténica carnes, en detrimento de la Argentina, que deberia con- arse con una cuota cada vez menor, Los estancieros de jenos Aires, viendo peligrar la base de su riqueza, envfan Inglaterra una Misién encabezada por el Vicepresidente 1a Nacién, Julio A. Roca, y por un abogado de los ferro- miles ingleses a quien la Corona britdnica habla premiado el titulo de Sir, En Londres, esta delegacién escucha com- ida e6mo un Subsecretario britanico de Relaciones Exte- es le sugiere que la forma més practica para arreglar las Corporate a Ta Comunidad Briténica de Naciones ). A lo cual el Vicepresidente Roch —toda una gloria de 1a Higarqufa patricia— responde que “la geografia politica no siempre logra en nuestros tiempos imponer sus limites terri- toriales a la actividad de 1a economia de las naciones, As{ ha podido decir un publicista de celosa personalidad que la Ar- tina, por su interdependencia reciproca, es, desde el punto le vista econémico, una parte integrante del Imperio Brita 87 38 Milciades Pefia nico” (DSCDPBA, Bs. As., julio 25, 1946, p&g. 985). Esta era la opinién de la clase dominante argentina, Ya afios antes su vocero, el entonces diputado Sanchez Sorondo, habia decla- rado: “Aunque esto moleste nuestro orgullo nacional, si queremos defender la vida del pais, tenemos que colocarnos en situacién de colonia inglesa en materia de carnes. Eso no se puede decir en la Cémara, pero es Ja verdad. Digamos a Inglaterra: nosotros les proveeremos a ustedes de carnes; pero ustedes serén los tinicos que nos provean de todo lo que necesitamos; si precisamos mfquinas americanes, vendran de Inglaterra” (DSCDN, 1922, pig. 612). Tal era precisamente la esencia del Tratado Roca-Runciman, firmado en 1933 por la ‘Misidn Roca, Merced al mismo, los ganaderos de Buenos Ai- res conservaban el mercado britanico, pero en cambio otor- gaban toda clase de preferencias a Inglaterra, “Valorando los eneficios de la colaboracién del capital britanico en les em- presas de servicios publicos y otras, ya sean nacionales, mu- nicipales o privadas que funcionan en la Republica Argenti- na” —decfa el tratado— el gobierno argentino “se propone dispensar a tales empresas un tratamiento benévolo que tien- daa asegurar el desarrollo econémico del pais y la debida proteccién de los intereses ligados a tales empresas”, En con- secuencia, se concedia a compafi‘as britinicas el monopolio del transporte en la ciudad de Buenos Aires, hundiendo la competencia de los pequefios transportistas nacionales, cuyos vehfeulos se expropiaron al efecto. Se hacian concesiones aduaneras por importe de 25 millones de pesos, que permitfan el libre ingreso de mercaderias britanicas, en perjuicio del fisco y de la industria nacional. Se asignaba para las com- pras en Inglaterra cambio abundante, a tipos preferenciales, mientras que se cerraba el mercado argentino para los com- petidores de Inglaterra. La Argentina se comprometia tam- bién a destinar el pago de las inversiones britanicas, Ja mayor parte de los ingresos provenientes de las exportaciones a Gran Bretafia —y esto equivale a aceptar la inconvertibili- dad parcial de la libra*. Algo més: Se inicié por imposicién * El texto del Tratado en DSCDN, julio 18, 1933, El anélisis del mismo en idem julio 18,27 y 28, 1088. ‘También en Salera, Ps. . s, Caudillos y Elites 39 itanica una politica de nacionalizacién de inversiones in- deficitarias, pagandolas a precio de oro y descapita- indo al pais en beneficio de los inversores ingleses. Esto concreté en la nacionalizacién de un ferrocarzil britinico lera, 161) en cuya ocasion el gobierno del General Justo resé que iniciaba “una nueva orientacién en. materia de tica ferroviaria, cual es la adquisicién paulatina por el itado de las empresas particulares que explotan hoy el ser- io ferroviario” (DSCSN, diciembre 28, 1938, pag. 1916). fin, la diplomacia argentina asumia la abierta defensa de grandes intereses de la diplomacia britanica en América ] Sud —encaminada a detener el avance nortearericano— la Argentina se transformaba en submetrépoli inglesa en érica del Sud (Le Monde, agosto 5,. 1933) Como consecuencia del ‘Tratado Roca-Runciman, en la medida en que se acentuaba el control britanico sobre economia nacional, perdia posiciones el imperialismo nor- ericano. El cerrado bilateralismo con Gran Bretafia re- lucia a niveles minimos las compras en Estados Unidos. El ierno no otorgaba divisas para importar desde Nortearné- , 0 las concedia a tipos de cambio desfavorables que en- earecian los productos importados. En consecuencia, la par- jpacién de Estados Unidos en las importaciones argentinas descendié durante 1933-38, en cuarenta por ciento respecto de 1925-29, mientras que la participacién briténica aumenté alelamente (Salera, 240). Las relaciones econémicas con Washington se tornaron tensas, y también las relaciones diplomaticas. Durante la gue- tra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, éste respaldado por Jos intereses briténicos de ia Royal Dutch, aquélla por la Stan tard Oil yanqui, la Argentina estuvo junto al imperialis- mo inglés, apoyando al Paraguay y utilizando sus influencias en Bolivia, para favorecer a los intereses briténicas (Cornejo, 203-4 y 226-7). En 1936 se realizé en Buenos Aires una Con- ferencia Interamericana. Estados Unidos, dirigido por Roose- velt en su politica de “buena vecindad”, se lanzaba a la tarea de organizar los pafses latinoamericanos en un bloque poli- tico-militar que obedeciera a sus mandatos. La burguesia ar- 40 Milciades Petia gentina mantuvo su tradicional oposicién a esa politica y conté, claro esta, con el respaldo britdnico. En esa conferencia se plantearon dos problemas funda- mentales —cuenta el dirigente de Ja delegacién norteameri- cana—: primero, si las reptiblicas americanas Iegarian a un acuerdo para crear una maquinaria eficiente que operara con rapidez en caso de que una disputa intracontinental pu- siera en peligro la paz, 0 de que la seguridad del hemisferio se viera amenazada desde afuera; segundo, si reconocerian conjuntamente que la amenaza contra la seguridad de cual- quiera de Jas repiiblicas comprometia la seguridad de todas Jas demés, Poco después de la primera reunién de las delega- ciones supe que la mayorfa de ellas favorecian el estableci- miento de estos dos principios, y que la delegacién argentina, presidida por el Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Carlos Saavedra Lamas, se oponia a ambos. Argentina se habia opuesto desde hacia muchos afios a le formacién de cualquier organizacién interamericana con autoridad suficiente para de- cidir cuestiones politicas y en las cuales los Estados Unidos y el Brasil pudieran llegar a tener una influencia susceptible de amagar sus tradicionales intentos de arrogarse el dere. cho de hablar en nombre de las demas repiblicas hispanas de Sudamérica. Saavedra Lamas era el més destacado expo- nente de la tesis de que las relaciones de Argentina con Eu- ropa son las mds importantes, y estaba firme en su decision de que debfa mantenerse la supremacia argentina como Ii- der de los paises hispanoamericanos y de que debia evitarse cualquier intento de los Estados Unidos para aumentar su in- fluencia politica en el hemisferio.” (Sumner Wells, 252-3.) Desde ese momento, y durante toda la década siguiente, las relaciones entre Argentina y Estados Unidos no cesarfan de deteriorarse, caracterizéndose por continuos y violentos roces, Sumisin a Inglaterra y Pseudoindustrializacién Pero mientras aceptaba las imposiciones del imperialismo inglés, al mismo tiempo, la burgues{a terrateniente argen- fasas, Caudillos y Elites 41 a iniciaba una politica de “nacionalismo econémico”. Esta nte contradiccién se originaba en una misma y tinica usa, que era Ja necesidad de conservar las ganancias y ren del capitalismo argentino en las condiciones de Ja desin- gracién del comercio mundial. Para esto, la burguesia argen- —particularmente los estancieros de Buenos Aires—, de- fa aceptar las exigencias del imperialismo comprador de sus ductos, y asi lo hizo. Pero, al propio tiempo, advirtié la esidad_ de modificar la forma de su relacién con el impe- Halismo, Ja urgencia de fortalecer el mereado interno para in- ndizarse en cierto grado del mercado mundial. Ya en 16, Sarmiento le advertia a la Sociedad Rural que “el ga- doy sus productos como industria exclusiva y tinica del pais, fiene el inconveniente de que su precio no Io regula- mos nosotros, por falta de consumidores sobre el terreno, sino nos lo imponien los mereados extranjeros, segiin su de- da” (Obras, XXIX, 158). Con la crisis mundial habia Megado el momento de recordar este consejo, y la solucién staba en desarrollar el mercado interno. Y en efecto, mien- tras que desde 1870 hasta 1929, la econom{a argentina crece figorosamente “hacia afuera”, estimulada por la expansién lel mercado internacional, a partir de Ja gran crisis la bur- lesia terrateniente se esfuerza por desenvolver nuevas fuer- was, capaces de estimular desde adentro el desarrollo eco- némico. Para ello acudié un activo intervencionismo esta- y al fomento de la industria manufacturera. El Estado apuntalé la renta agraria, comprando las cose- jas a precios superiores a los del mercado mundial, Ade- puesto que las metropolis imperialistas compraban poco ¥ a bajos precios, a fin de contar con las divisas necesarias ‘para pagar la deuda externa, se establecié el control de cam- ios, que permitia al Estado restringir las importaciones. Este instrumento sirvié para favorecer a Inglaterra y per- judicar a sus competidores, especialmente Estados Unidos, en forma tal que las industrias briténicas temian “que el Gobierno argentino trate de terminar con el actual control de cambios, que es la mayor garantla que tienen para colo- car sus productos en nuestro pais” (Informe de la CAmara 6 Milciades Pefia mado democritico, El mismo dirigente arriba citado escribid entonces: “La Conferencia de Lima ha definido, sin reticen- cias, la posicién de América frente a los acontecimientos mundiales. La colaboracién de las 21 naciones a la paz del mundo debe ser mayor atin y mas activa, En lo que atafie # las relaciones con los Estados Unidos, Roosevelt y Corde! Hull, los esfuerzos italo-nazis para ievantar el antiimperialis- mo yanqui, se han quebrado. Las naciones del continente han comprendido que una colaboracién estrecha con Roosevelt —que no puede ser considerado como la expresién de las tuerzas imperialistas que existen en el Norte— no disminuye ni un adarme la autonomia de cada pais ni afecta su decoro personal” (Orientacidn, diciembre 15, 1938). Consecuente- mente, se levanté 1a consigna del Frente Popular, combina eién politica para entregar el proietariado mundial al impe- Hallsmo angloyanqui que prometia apoyar a le URSS contra tier. Como no podia menos de suceder, esta politica de “fren- te popular” desorientd a la clase obrera y la condujo a un callején sin salida, En el mismo sentido y con idéntico efecto actué el oportunismo de la burocracia sindical dominante en Is CGT, comprometida en toda suerte de ajetreos pariamen- tarlos y compromisos politicos a espaldas de las masas. Baste decir que la direccién de la CGT, luego de una entrevista con el general Justo, recomendé ala clase obrera “Ja necesidad de estimularlo por su orientacién democratica y su decidido propésito de mantenerse dentro de la ley Iu- chando, para bien general, contra todo intento de sustituir el orden, sea oriundo de la demagogia o venga de la reac- eién” (Oddone, Gremialismo, 375), Neutralidad Argentina en Funcién de Semicolonia Briténica Ortiz fue consagrado presidente merced « una eleccién ain més fraudulenta que la que habfa levado al poder al lasas, Caudillos y Elites an eral Justo. Federico Pinedo, que fue ministro de ese go- jerno, ha dicho de esas elecciones: “més bien que eleccio- jes fraudulentas corresponde decir que en esas ocasiones © hubo elecciones, porque nadie pretendié hacer creer que yabia habido actos eleccionarios normales en que el pueblo jabia expresado su opinién. Mas que parodia de elecciones Wubo en esos casos y en otros parecidos negacién ostensible confesa del derecho electoral dei pueblo argentino o de Una parte de él” (Pinedo, 173). El presidente Ortiz goberné poco tiempo, afectado por una ermedad que lo obligé a delegar el mando en el vicepre- dente, Ramén S. Castillo. ¥ en setiembre de 1939 estalla la segunda guerra mundial. De inmediato Ileg6 al pais una nisién briténica, presidida por lord Wellington, quien venia establecer los términos en que la semicolonia argentina par- liciparia en la guerra de su metrépoli britanica, Al reci- Pirla, el ministro de Relaciones Exteriores argentino Julio A. Roca dijo: “Somos y queremos ser neutrales. Mientras ito, complaceme ofreceros toda nuestra colaboracién en- vasta empresa en que vuestra misién hallase enfrenta- da”. Y de inmediato manifesté la plena disposicién del go- bierno argentino para renovar el Tratado Roca-Runciman, lo cual “un eslabén mis se habr4 agregado a los muchos 1¢ ya ligan a la industria y el comercio de las dos nacio- "(Memoria del MRE, 1940-1). Se trataba —la Cémara de Comercio Britanica lo sefialé inmediatamente— de una tralidad “tefiida con abierta simpatia por la causa de in Bretafia” (Monthly Journal, julio 31, 1941). A medida que transcurrié el tiempo se fueron tornando visibles los ‘acuerdos a que se legé con Inglaterra: la Argentina per- maneceria neutral, sin alianzas con Estados Unidos que des- lazaran a Gran Bretafia de su posicién predominante; se portaria a Inglaterra todo lo que ésta necesitase, a precios fijos, a crédito, sin interés; en compensacién, Inglaterra pa~ -garfa con los titulos de la deuda argentina radicada en Lon- dres, y con acciones de empresas ferroviarias y de otras igual- ‘mente deficitarias que los inversores ingleses estaban an- siosos de abandonar. Por eso en 1940 el Banco Central informaba que “el go- 48 Milciades Petia bierno briténico ha expresado el deseo de que se considere un plan general de adquisicién de ferrocarriles ingleses en la Argentina” (Memoria, 1940, pag. 8). Era un gigantesco plan de descapitalizacién de la econo- mia nacional, que el gobierno peronista habria de cumplir al pie de la letra en 1947. El gobierno argentino acepta todo e50, pero simulténeamente intensifies su politica de desarro- ar el mercado interno para afrontar en mejores términos las relaciones con las metrépolis imperialistas en torno al mercado mundial. En particular se acentué la intervencién estatal en el comercio exterior. “Toda operacién de comereio internacional —declara el gobierno por boca del senador San- chez Sorondo— se ha levado a otro plano por el hecho de haberse suprimido la libre competencia, por haberse unifi cado el comprador y haberse transformado 1a entidad co- mercial compradora en una entidad politica. Luego, para la defensa conveniente de los intereses en juego, debera opo- nerse al camprador tinico el vendedor Unico; a la entidad po- litica compradora, la entidad politica vendedora; al gobierno comprador el gobierno vendedor.” (DSCDN, diciembre 17, 1940, pag. 1524.) Hacia 1941 el Estado concentraba por lo menos 2/3 de las exportaciones de granos, fijaba los precios a las cosechas y convenia directamente con el gobierno in- giés, sin intervencién privada, las cantidades y precios de la carne enviada a Inglaterra (Economic Survey, diciembre 2, 1941). En fin, el ministro de Hacienda Pinedo formula el primer plan formal de industrializacién del pais, cuyo sentido resume en estas palabras: “La vida econdmica del pais gira alrededor de una gran rueda maestra que es el comercio ex- portador. Nosotros no estamos en condiciones de reemplazar esa rueda maestra por otra, pero estamos en condiciones de crear al lado de ese mecanismo algunas ruedas menores, que permitan cierta circulacién de 1a riqueza, cierta actividad econémica, la suma de la cual mantenga el nivel de vida de este pueblo a cierta altura”. Este plan incluia, junto a la aceptacion de las exigencias inglesas tales como la naciona- Hizacién de los ferrocarriles en condiciones de excepcional ventaja para Inglaterra, medidas tendientes a dar al Estado una mayor y més directa participacién en la economia na- lasas, Caudillos y Elites 49 al, mediante la nacionalizacién de los depésitos banca- los y la creacién del crédito industrial (DSCDN, di es 18m) strial (J N, diciembre Clase Dirigente se Escinde en Proingleses Pronorteamericanos El Plan Pinedo reviste gran importancia histérica no s6lo contener implicita y explicitamente la esencia de lo que ria desde entoneés la politica econémica argentina, sino mmbién porque esa fue la wiltima ocasién en que el capita: mo argentino contemplé su desarrollo futuro en directa wulacién con Inglaterra y prescindiendo del imperialismo qui. Por supuesto, el Plan Pinedo contemplaba el ingreso le capital extranjero, pero principalmente europeo. Y en to, entre 1939 y 1943 ingresaron al pais capitales prove- ites de Europa, que fueron factor preponderante en la siderable expansién de la industria manufacturera (Monthly Journal, abril 30, 1942, y julio 31, 1941, También rados Arrarte, 360-70). Pero el Plan Pinedo se vinculaba a medidas que recha- iban 1a colaboracién con Estados Unidos y durante su mi- rio, Pinedo Ievé hasta las ultimas consecuencias la litica de cerrado bilateralismo con Inglaterra, dificultando en loda forma las importaciones desde Estados Unidos prohi- ndolas totalmente en un momento de 1940 (Prados Arrar- », 166). Esta lealtad a Inglaterra tuvo un efecto duradero perjudicial sobre la industria manufacturera, obligandola @ trabajar durante toda la guerra con equipos anticuados y Tepuestos. Los estancieros de Buenos Aires y su gobierno rataban de no atarse con empréstitos a Estados Unidos, in- dignandose por boca de “La Prensa” contra “el absurdo de un sistema por el cual paises capaces de producir econémi eamente productos para los cuales en Estados Unidos existe una demanda constante y considerable, deban verse compe- lidos a recurrir a operaciones de crédito que son tan inde- -“ Milciades Pena hacer tal cosa por tal gremio, y ellos se encargarén de hacer- lo. Les garantizo que son disciplinados y tienen buena volun- tad para hacer las casas.”* Y poco después, el mismo Coronel Perén, declaraba: “Los sefiores que temen tanto al sindicalismo y a la for- macién de grandes agrupaciones obreras bien organizadas dirigidas y unidas, pueden desechar sus temores desde ya. Na- da hay que temer de las organizaciones. Debe temerse de las masas desorganizadas. Estas son peligrosas. “Sin temor a equivocarnos, podemos decir que hoy, desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, y desde Buenos Aires'a Men- doza, se puede orientar, dirigir y conducir a las grandes ma- sas de trabajadores argentinos, y cada dia que pasa lo iremos haciendo en forma més perfecta, porque diariamente se va reforzando la disciplina sindical. Sin disciplina sindical, las masas son imposibles de manejar.” En Ja Argentina, como en el resto del mundo capitalista, la estatizacién sindical respondié, en ultimo anélisis, a la tendencia, inherente al capitalismo monopolista, a colocar ba- jo el contro! del Estado —controlado a su vez por el gran ca- pital— toda la sociedad y, en especial, a la clase obrera. Los principales beneficiarios de la estatizacién sindical fueron, pues, los grandes intereses capitalistas que regian la econo- mia argentina, intereses a los que en definitiva sirve el Estado. 1945: Culminacién de la Ofensiva Norteamericana Pero el gobierno bonapartista preservé el ordenamiento tradicional de la sociedad argentina, no sélo gandndose al proletariado “con palmaditas en la espalda y pequefios rega- Jos”. También conservaron ese ordenamiento oponiéndose al * Coronel Juan Domingo Perén, discurso en la Bolsa de Co- mercio de Buenos Aires, agosto 25 de 1944. Hemos tomado el texto del Noro de Perén. Et Pueblo Quiere Saber ds qué se Trata, 187. Masas, Caudillos y Elites 6 ingreso de la Argentina en la érbita norteamericana. Su na- cionalismo antiyanqui fue el nacionalismo de todos los go- Piernos argentinos: defender a la vieja Metrépoli briténica y a los intereses capitalistas estructurados en torno de elle, on los estancieros de Buenos Aires como sector estratégico de la clase dominante. Pero, a diferencia de todos los gobier- mos anteriores, su apoyo principal contra la presién norte- americana lo obtuvo en el proletariado. Paradéjicamente la ‘clase mas joven y potencialmente revolucionaria de la Argen- tina fue movilizada por el gobierno bonapartista para defen- der frente al imperialismo yanqui a las clases mas retroga- das del pafs y a su socio y acreedor centenario, el imperial mo inglés, En 1945 llegé a su més alto grado la campafia que desde tiempo atrds Hevaban contra el gobierno militar, y contra Perén en particular la burguesia argentina toda, vastos sec- tores de la clase media y Estados Unidos. La presién sobre el Seiclemo raltar para que ‘convodlers elecciones se hizo 40- jensisima. La prensa norteamerieana rebosaba amenazas con- tra la Argentina, y la gran prensa argentina las reproducia con satisfaccién, La burguesia en pleno se sumaba a Estados Unidos, horrorizada por el obrerismo de Pern, La oposicién antiperonista mas enérgica procedia de la burguesia indus- trial, y ello por razones fundamentales, La industria era el sec- tor que més intensamente necesitaba capital norteamericano. Era natural que la burguesfa industrial anoyara a Esta- dos Unidos contra Perdn, que alejaba al capital norteame- ricano, Y, ademés, ella era la principal perjudicada por el obrerismo peronista, y sentia verdadero terror ante la orga- nizacién de las masas obreras, aunque fueran dirigidas desde Ja Casa de Gobierno. Al desarrollarse la industria, habfan cre- cido el capital y el peso social de la burguesia industrial ar- gentina, Pero en mayor medida crecié el peso especifico del capital extranjero, porque éste era el principal pronietario de Ja industria; y, paralelamente, crecfa el mimero y la concen- tracién del proletariado, en una medida mucho mayor que la burguesfa industrial nativa, va que Ja clase obrera aumenta en relacién directa al total de fabricas existentes, no al nu- mero de fabricas, mas reducido, que pose la burguesfa na- 6 Milciades Petia cional. La burguesia industrial se encontraba en la situacién de un enano que crecia entre dos gigantes, y ante el terror que le inspiraba la sindicalizacién peronista, era inevitable que se aliase al gigante imperialista contra el gigante prole- tario. Incluso los estancieros de Buenos Aires, tradicionel- mente antinorieamericanos, se plegaron, esta vez, a la inter- vencién de Estados Unidos en la Argentina, confirmando que “ios demagogos con sus perpettas denuncias obligan a los ri- cos a reunirse para conspirar, porque el comin peligro apro- xima a los que son més enemigos” (Aristételes, Politica). El gobierno continuaba en todo lo decisivo ja politica tradicio- nal de la burguesia terrateniente, pero la irritaba con sus gritos contra “Ia oligarquia” con sus supuestas reformas agra- Tias y sus reales Estatutos para los peones, Desde 1930, los gobernantes conservadores, criaturas incubadas en la Sociedad Rural y el Jockey Club, habian hecho la apoteésis del sable policial, y ahora el sable policial mandabs sobre ellos. Ha- ‘bian perseguido a la prensa opositora, y ahora era perseguida su propia prensa. Sometieron las asambleas populares a la vigilaneia de la policia; sus salones se hallaban bajo la vigi- Jancia de la policia. Decretaron el estado de sitio, y el estado de sitio se decretaba contra ellos*. Habian deportado sin jui- cio a los huelguistas, y ellos eran deportados sin juicio. He- bian sofocado todo movimiento de Ya clase obrera mediante el poder dél Estado; el poder del Estado sofocaba todos ios movimientes de su sociedad. Se habian rabelado, levados del entusiasmo por su bolsa, contra los politicos yrigoyenistas; sus politicos fueron apartados de en medio y su boisa se vei saqueada, Claro esté, también los estancieros querian que los demagogos coroneles volviesen al cuartel, aunque para ello tuviesen que contrariar el imperialismo inglés, su aliado tra- dicional, que era el tinico sector capitalista de importancia decisiva que seguia brindando su apoyo al gobierno militar. Todos los partidos tradicionales se unieron para comba- tir al gobierno militar. Incluso el Partido Comunista que, c= * El 20 de agosto de 1945 1a policia alland el local de la So- ciedad Rural Argentina. (La Prensa, agosto 21 1945). Masas, Caudilloy y Hiites a mo todos los P.C, de Occidente, cumpliendo 1a Linea stal nista actuaban entre 1941 y 1948, como correa de transmnisi6n ‘de! imperialismo norteamericeno, pagando asi la tolerancia de Washington para que Stalin dispusiera sin tropiezo de Europa Orientai. En setiembre de 1945 el Partido Comunista realizé una ‘gran coneentracion “Por la unidad nacional”, y su dirigente Rodolfo Ghioldi comenzé el acto con estas palabras: damos le reorganizacién del Partido Conservador, operada en oposicién a la dictadura, que sin desmedro de sus tradi- ciones sociales se apresta al abrazo de la unidad nacional, y que en las horas sombrias dei terror carcelario mantuvo, en Ya persona de D. Antonio Santamarina una envidiable con- ducta de dignidad civil”, Las tradiciones sociales del Partido Conservador se simbolizan en las 160.000 hectéreas que posee Santamarina, director también de subsidiarias argentinas de Je International Telephone and Telegraph. Luego, Rodolfo Ghioldi express: “Gracias a una conduccién internacional de raiz fascista, disfrazada a veces con pretensos banderines de _ soberania que ningdn aliado amenaz6... el pais se vio aislado, extrafio a los acucrdos internacionales, excluide de las asam- leas responsubles de los estadistas... O el pafs modifica, jun- to con su politica interior, su orientacién internacional y res- tabiece con la garantia de un gobierno democrético de au- téntica responsabilidad y solvencia el buen nombre argentino, © corre el riesgo inevitable de sufrir pesadisimes consecuen- elas econémicas que pondrin en peligro, por largos afios, el desarrollo nacional... A veces se nos dice, para hacernos apear de estas posiciones, que nos miremos en el espejo bra- silefio. Debemos responder que la invitacion es absurda. El mérito brasilefic consiste en haberse colocado resucltamente con los Estados Unidos, partiendo de la linea de la “buena vecindad”, retomada ahora por el secretario Byrnes y rat eada con tanto calor por mister Braden... En lo interior el pais requiere la modificacién de su estructura econdmica. .. mediante la realizacién de amplias reformas agrarias y me- jorar sustancialmente las condiciones de vida y trabajo de la clase obrera, de las masas campesinas y de la poblacién le- boriosa, Para estos fines, podemos contar con.el apoyo exte- 8 Milelades Pefto rior; Un ilustre embajador aliado acaba de ratificar que los Estados Unidos estan dispuestos a ayudar “a una Argentina democratica”, Igual disposicién existe de parte de las princi- pales Naciones Unidas. La reestructuracién significa la mo- vilizacién de los capitales nacionales y la incorporacién de capitales extranjeros... ;Quiénes se oponen a la unidad n cional? Se oponen los fascistas... Su estrategia anima la visin entre las clases sociales progresistas, ..” Y terminaba proclamando: “No somos radicales, pero no somos antirra- dicales; no somos conservadores, pero no somos anticonserva- dores. Reconocemos la legitimidad de un solo anti: antifas- cistas” (Ghioldi, Al Servicio de la Patria), Tal era la linea comunista en 1945: reforma agraria del brazo de los latifun- distas, sin desmedro de las tradiciones sociales de éstos. Me- joras sustanciales para la clase obrera en sociedad con el imperialismo. La unidad contra el gobierno se gesté en diversos niveles. Primero, entre todas las organizaciones ‘capitalistas: Union Industrial Argentina, Sociedad Rural Argentina, Cémara de Comercio, etc. Luego, en las Universidades, a través de rec- tores, profesores y estudiantes. Después, en la politica, me- diante el bloque de los partidos tradicionales en la llamada Unién Democrdtica (Kelly, 307). Las organizaciones capita- Vistas inundaban la prensa seria con solicitadas Ilamando a elecciones y al derrocamiento de Perén; la prensa seria re- petia editorialmente el contenido de estas solicitadas e inser- taba en lugar destacado los rugientes alaridos de la prensa norteamericana contra la Argentina. Estudiantes y rectores havfan huelgas y ocupaban las universidades, y los politicos tradicionales vociferaban desde las radios uruguayas —am- paradas por la fuerza naval y aérea del almirante Ingram, of the U.S. Navy, que hacia demostraciones frente a Monte- video destinadas a ser vistos en Buenos Aires (Whitaker, 222). idiendo elecciones libres y prontas. Para apoyar toda esta campafia por la democracia, Washington no envié acora- zados al puerto de Buenos Aires —con gran sentimiento de Ja oposicién antiperonista. Pero no en vano la buena vecindad habfa sustituido a la politica del garrote. En vez de la flota vino un embajador, es decir, Mister Spruille Braden. La es- Masas, Caudillos y Elites 19 tadfa de Braden en Buenos Aires —escribe el entonces emba- jador inglés— “fue uno de los episodios més curiosos de mi carrera diplomatica, Mr, Braden lego a Buenos Aires con Ta idea fija de que habia sido elegido por la providencia para derrocar al régimen Farrell-Peron. Estimulado y festejado ‘por la oposicién, especialmente los miembros més ricos de la ‘sociedad’, lanz6 una serie de violentos ataques contra el ré- gimen. Cuando en un gran banquete en el Plaza Hotel (el mas suntuoso de Buenos Aires), varios cientos de comensales se pararon en sus sillas aplaudiendo estruendosamente y gri tando ‘bravo’ y ‘viva Braden’ durante varios minutos, la exci- tacién fue irresistible y comenz6 a hablar cada vez con ma- yor libertad”, El Veredicto del 17 de Octubre. La Argentina Contintia en la Orbita Britanica tivamente, en torno de Braden se aglutind toda la oposicién al gobierno militar. La burguesia y su pequefia bur- guesia pasearon en andas a Braden, por el mérito de interve- nir en la politica argentina, como si la Argentina fuese una provincia norteamericana. Bajo los democraticos auspicios de la embajada estadounidense hubo manifestaciones monstruo, la “gente bien” a la cabeza, y hubo més conflictos universita- rios que el gobierno reprimié con brutalidad. Los estudian- tes alojados en las cérceles por combatir por la libertad y la democracia, fueron obsequiados y convertidos en héroes por el Jockey Club —organizacién de la élite terrateniente mas antidemocratica y reaccionaria del pais—. Asi se preparé el golpe de Estado, que finalmente estallé en octubre de 1945. Fue un movimiento palaciego, encabezado por el almirante ‘Vernengo Lima, que derrocé a Perén y nombré un ministerio aceptable para el Departamento de Estado de la Unién y dis- puesto a asegurar elecciones. El respaldo “popular” de este movimiento salié de los barrios aristocraticos de Buenos Ai- Tes, y se concentré en Plaza San Martin, donde se voled toda la gente distinguida de distintos sexos y edades, mientras las’ 20 Milciades Pefia organizaciones patronales se apresuraban a desconocer las mejoras sociales concedidas por Pern y su Secretaria de ‘Trabajo y Previsién. £1 gobierno militar, y en especial Peron, parecian liquidados y aislados de toda la sociedad argentin: Pero no era asi. El imperialismo inglés Jo respaldaba Jo mis mo aue la policia, parte del ejército, la burocracia y el clero. Y, sobre todo, contaba con la clase més joven de la sociedad argentina, con la clase obrera industrial. La policfa ametrallé la concentracién de clase alta y clase media que habia acampado en la Plaza San Martin, y los muertos fueron transformados en mértires por toda la oposi- cidn, Pero, en realidad, de acuerdo con los intereses reales en juego, merecen figurar en Ja lista de los caidos por 1a ban- dera de las 48 estrellas, En cuanto a los que dispararon las ametralladoras, han sido tratados con palpable benevolencia en las Memorias del entonces embajador inglés (Kelly, 309), y eso precisa terminantemente su ubicacién histérica. El 17 de octubre, la Policia Federal se insurreccioné, y fue segui por las policias del interior; el ejército también se pronunc por Peron; la CGT decreté una huelga general ordenada por, ja Secretaria de Trabajo y Previsién y entre todos, policfa, militares y altos burécratas «tatales y sindicales, sacaron a la calle a Ja clase obrera, especialmente a sus sectores més jovenes y recién proletarizados, El pais se paraliz6. Los obre- ros Ilengron las celles y se concentraron frente a la Casa de Gobierno, en Plaza de Mayo, vitoreando a Perdn. A la noche del 17 de octubre, Vernengo Lima habia pasado al recuerdo, y Perén estaba nuevamente en el Gobierno, Un grupo naval- militar respaldado por la gente de los barrios aristocrétieos y por el imperialismo norteamericano, habia depuesto a Peron. Un golpe policial-burocrético-militar, respaldado por los su- burbios obreros movilizados desde el gobierno, repuso a Pe- rén en el Poder. Dfas después del 17 de octubre, el vocero oficial del Par- tido Comunista decfa de los obreros peronistas que eran “ma- nifestantes de la esclavitud”, “conglomerado aullante”, “tur- bas borrachas”, “maleantes y desclasados”, y afirmaba: “Ja- més los auténticos obreros argentinos hubiesen dado ese es- pectaculo” (Orientacién, octubre 24, 1945). Eso queria creer Masas, Caudilloe y Elites a1 ybién la burguesfa, pero se equivocaban, Fue verdadera- ente la clase obrera la que estuvo en las calles el 17 de oc- ybre de 1945. Pero el 17 de octubre no fue una epopeya obre- como dice la mitologia peronista. Las masas fueron sacadas Ja calle por las fuerzas del orden; no contra su voluntad, cierto, porque los obreros querian a Peron, Pero una mo- iizacién de obreros respaldada por la policia para apoyar a eandidato burgués no es una movilizacién obrera de clase, por sus métodos ni por sus objetivos. En ningtin momento se puso en peligro el orden social imperante, Por eso el dia- tio de la curia se apresuré a declarar: “Las calles de Buenos Aires presenciaron algo insélito. Desde todos los puntos suburbanos veianse llegar grupos pro- etarios. ¥ pasaban debajo de nuestros balcones. Era la turba tan temida, Era —pens&bamos— la gente descontenta. Con el antiguo temor, nuestro primer impulso fue el de cerrar los alcones. Pero al asomarnos a la calle quedébamos en sus- penso. Pues he aqui que estas turkas se presentaban ante no- sotros como trocadas por milagrosa transformacién. Su as- pecto era bonachén y tranquilo. No habia caras hostiles ni Pufios levantados como los vimos hace pocos afios. Aquel Primer impulso de cerrar convirtidsenos en un compasivo de- seo de ofrecer a los pobres caminantes algun descanso y ali- mento. Nos retiene, sin embargo, un resto de desconfianza. Si, el aspecto de esta gente es conmovedor. Sélo llevan con- sigo, como nica arma, su esperanza. Pero, jqué iran a hacer cuando se encuentren luego reunidos y fuerte en mimero? 4Cudles serin sus finales intenciones? Nuestras sorpresas iran en aumento. Al avanzar la noche hemos presenciado las horas emocionantes en que la multitud de trabajadores iba engrosando frente a la Casa Rosada. Llega a decirnos la radio que eran medio millén. Para los escépticos reduzcimoslos a menos de la mitad: a unos doscientos mil. ;Va a estallar aho- ta el odio contenido? ;Van a comenzar las hostilidades? Se- mejante multitud debfa sentirse poderosa para Mevar a cabo cualquier empresa, Tienen alli, a un paso, la Catedral, pue- den incendiarla. Ahi esta la Curia, que tantas veces fue ob- jeto del insulto anticlerical. Pero la multitud se muestra Tespetuosa. Hasta se vefa una columna en Ja que parte de sus Carirovo 1V EL GOBIERNO DEL “COMO SI”: 1946 - 55* Como resultado de los sucesos de octubre, Perén haba sido repuesto en el poder, pero el gobierno militar se vio obligado a convocar a elecciones para comienzos de 1946, La Unién Democrdtica se integré con los aparatos politicos tra- dicionales, es decir, los existentes en el pais antes del 4 de junio de 1943. ‘Tras ella se alinearon el gobierno norteameri- cano, las clases dominantes argentinas en masa, la clase me- dla acomodada y reducidos niicleos obreros de larga tradicion gremial y relativamente alto nivel de ingresos. Los tipos so- ciales cardcteristicos de 1a Unién Democrética eran el gran empresario, el profesional universitario, el estudiante. La can- didatura de Perén Ilevé tras de si un conglomerado formado por la burocracia sindical respaldada desde la Secretarfa de . ntina es el pais del “como si”, Durante muchos afios Ti ce al fuses un pl magdeenb ea continuo avance, pero en realidad iba quedando cada vez més atrasado res- pecto @ las naciones industriales, luego, desde 1940 hasta 1985, parecié como si Ja poblacién toda se tornase cada vez més’ préspera, perc en realidad e! pais se descapitalizaba velozmente dia tras dis, y mientras se iba quedando sin medios de produccién se atiborraba de heladeras, de telas y de pizzerias, Precizamente, el smo fue en'todo y por todo el gobierno del “como si”. Un gobierno conservador gue aparecla como si fuera revolucionatio; una politica de estancamfento que hacia como si fuera a’ industrializer el ais; una politica de esencial sumisién 21 capital extranjero Gue ae preventaba como sl fuera a independizar a la Nactén, ¥ asi hasta ei infinito, 4 as, Caudillos y Elites 85 tbajo y Previsin, por militares y por politicos de tercera ts categoria desprendidos de los partidos tradicionales. dando a Perén estuvieron el ejército, la policia, la igie- h last but not least, los intereses britanicos. El peronismo 16 su clientela electoral en la clase obrera y en las masas bajadoras urbanas y rurales, entre la “gente pobre” en ral. La probabilidad de que un votante fuera peronista taba en relacién inversa al nivel de sus ingresos y a la al- 4 y seguridad de su status. Los tipos sociales caracteristi- del peronismo eran el dirigente gremial, el militar reti- do, el trénsfuga.* El mayor peso de la campafia electoral peronista estuvo eargo del Partido Laborista, organizacién fundada en no- mbre de 1945, en una convencién a la que asistieron 2.000 gados. La mayor parte de los dirigentes sindicales del lis ingresaron a este partido, cuya direccién era compartida or Luis Gay, dirigente de jos trabajadores telefénicos, y Apriano Reyes, dirigente de los trabajadores de la carne y tineipalisimo protagonista del 17 de octubre. (Para un jui- sobre lo que significé el gobierno peronista para la clase era argentina conviene retener estos tres nombres: Par- do Laborista, Luis Gay, Cipriano Reyes). Junto al Partido Laborista, ievanté la candidatura de ron una “Junta Renovadora de la Unién Civiea Radical” M Ja cual se aglomeraron los politicos radicales, que supte- im prever de qué iado estaba el camino més corto para Negar poder. Los arquetipos de este nucleamiento eran viejos po- ticos corrompidos como Hortensio Quijano 0 diputados re- licales alguna vez subsidiados por las compafifas extranjeras electricidad. Practicamente toda la prensa diaria del pais apoyaba a Unién Democratica. Perén sélo disponia de un diario, y Se imprimia en los talleres del Buenos Aires Helrald, ano de la colectividad comercial briténica en Buenos Aires, on anuencia de la embajada briténica.** * Dice el diccionario: “Transtuga. Persona que huye de una Parte a otra, Fig. Persona que pesa de un partido a otro". ** Ver “La Embajada y la colectividad inglesa en Buenos A‘ res apoyaron activamente la candidatura del coronel Perén’, en Fichas, niimero 4 (diciembre 1964) 86 Milciades Pefia La ofensiva norteamericana contra Perén arreciaba cada semana, pero los capitalistas ingleses no lo abandonaban. el presente régimen argentino no es parlamentario —decia su vocero— pero hay regimenes similares en varias naciones sudamericanas con los cuales Estados Unidos man- tiene cordiales relaciones” (South American Journal, agosto 4, 1945). ¥ poco después agregaba: “Perén tiene un fuerte prestigio entre los obreros, por suipuesto la vasta mayoria en cualquier pais; es concebible que en las elecciones retorne al gobierno como un lider ‘de- mocrdtico. Empero cuanto hagan los argentinos alrededor de Sus asuntos internos es cuéstién de ellos y no nuestra. Sin embargo, muchos extranjeros persisten en intervenir de una forma u otra en los asuntos argentinos, Mister Braden, que fue hasta hace poco embajador de los dos Unidos en la Argentina y es ahora secretario asistente de Estado encargado de asuntos latinoamericanos, est volviendo plenamente a la politica intervencionista. No es propésito de este periddico (South American Journal) defender.o atacar al presente ré- gimen de la Argentina. La politica argentina concierne al pue- blo argentino y, a menos que y hasta que él viole los derechos de otras naciones, es un problema argentino solamente. Esta ha sido siempre la politica briténica, “Desde los primeros dias de la Republica, han existido lazos muy estrechos entre la Argentina y Gran Bretafia, y nunca Inglaterra traté de dominar la politica argentina” (Idem, octubre 6, 1945). Después de esta franca manifesta- cién de apoyo al gobierno militar y a Peron, diffcilmente era aceptable la manifestacién de la misma fuente britdnica de que “Personas mal informadas podrian dar crédito a las noticias de que intereses briténicos estén interviniendo en la politica interna de la Argentina. Hay una creencia fuerte- mente extendida en el hemisferio occidental de que intereses britnicos estén apoyando activamente la campafia presiden- cial del Coronel Peron” (Idem, febrero 9, 1948). Ciertamente, los banquetes que el embajador inglés brin- daba al gobierno militar en momentos en que toda la burgue- sia argentina lo condenaba al ostracismo confirmaban, mas bien que desmentian, esa “creencia”. , Caudillos y Elites 87 La campafia electoral peronista tuvo un marcado cardc- “antiyanqui”, y su slogan bisico fue “Braden o Perén”. hablé también contra “la oligarquia” y “el capital”, pero general la campajia fue respetuosa del orden social impe- ite, Perén se complacia en sefialar que su apoyo provenia sélo de la clase obrera, sino también de las columnas del len: ejército, policfa, iglesia. La crénica de su discurso en mitin inaugural de su campafia dice asi: “Mas adelante el rador expres6 su deseo de ver al pueblo unido con el ejér- las fuerzas del orden, e hizo el elogio de la institucién cial para agregar: la iglesia argentina es siempre bene- ita, porque hoy como siempre esté con su pueblo” (La sd, diciembre 15, 1945). Para suplir la ausencia de con- s anticapitalistas o antiimperialistas se dio a las masas ans “antioligarquicos”, acudiéndose a la consabida martin- gala del odio al cajetilla y al pituco. Se dijo “Alpargatas si, Hibcos not” En verdad, los profesionales de los libros y la politica, experimentados ex ministros y diputados, rectores de univer- sidades e intelectuales de nota, demostraron que politicamen- te no valian el precio de una alpargata. Daban por sentado que “el pueblo trabajador iba a votar a viejos figurones como los eandidatos de la Unién Democratica, comprometidos en todo €l desprestigio del régimen anterior al 4 de junio y ahora im- pregnados en el agua bautismal de la embajada norteameri- cana, El tema de la campatia democratica era “batir al nazi- peronismo”. A los peones agrarios, que por primera vez en la historia del pais habian recibido una serie de elementales me- joras econémicas y sociales, a los arrendatarios a quienes Perén prometia darles la tierra en propiedad, se les ofrecia como candidatos los terratenientes de la Sociedad Rural Ar- gentina; que eran “progresistas” segin reciente descubrimien- to del Partido Comunista, “Por la libertad y la democracia contra el nazismo”, proclamaba la Unién Democritica. ;Pero qué sentido tenjan para los trabajadores la libertad y la de- mocracia yoceadas por los candidatos de las organizaciones patronales? El peronismo les recordaba que eso significaba Ja libertad de morirse democraticamente de hambre, “como antes de Perdn”. Por otra parte, era falso de rafz lamar “na- 88 Milciades Pefta zi” al peronismo. El nazismo es la guerra civil de la pequefia burguesia dirigida por el gran capital contra la clase obrera. Perén se apoyaba en Ja clase obrera contra el gran capital y la pequefia burguesia. Esto era lo esencial, y no se modifica porque los métodos totalitarios del peronismo fueran un in- tento de calcar los métodos nazis. El prineipal argumento de su campafa lo dio el peronis- mo en diciembre de 1945. Desde los balcones de la Casa de Gobierno, y dejando bien claro que tras todo eso estaba Pe- rén, el gobierno anuncié a la clase obrera un decreto que im- plantaba el sueldo anual complementario y las vacaciones pagas. Desde luego, el decreto no se aplicaba a los ferroca- rriles ingleses, pero nadie reparé en ello, salvo las empresas interesadas. Era una nueva e importante mejora concedida a los trabajadores. Demagogia!, gritaron los oradores de la Unién Democratica mientras sus sostenedores de las organi- zaciones patronales declaraban un cierre general del comer- cio y Ja industria que fue facilmente quebrado por el Go- bierno. En una asamblea monstruo de todas las entidades patronales (Unién Industrial, Sociedad Rural, ete.), “las fuerzas econémicas resolvieron desconocer el reciente de- creto sobre aguinaldos y sueldos” —anunciaban con alborozo los grandes diarios. En nombre de toda la burguesia argen- tina, hablé un director de innumerables sociedades andnimas y dijo: 1 cardcter electoralista del decreto es el aspecto mas impor- tante que debemos considerar y que asigna a nuestra resolucién una enorme trascendencia, porque con medidas de pretendido ca- racter social y de indudable trascendencia econémica se nos lleva, aun contra nuestra voluntad, al terreno politico, No podemos pues rehuir la lucha en este terreno del que hemos querido estar ale- jados. "No podemos, colocados en este trance, permanecer indiferen- tes. No se juega én este caso la preeminentia en el gobierno o la conquista del mismo, por uno u otro de nuestros partidos tradiei nales. Se juega algo mas que una cuestién partidaria: se repite agui la Iucha que ha tenido para bien de la humanidad, su defi- nicién vietoriosa en Europa, y que esta librando en el pais una , Caudillos y Elites 89 decisiva; es la democracia contra el totalitarismo, el res- a la dignidad de la persona humana y sus derechos esencia- contra la absor¢ién del individuo y de sus bienes por el Es- (La Prensa, diciembre 28, 1945.) La dignidad humana exigia que los obreros no tuviesen eiones pagas. Darles un sueldo anual complementario era Ja barbarie totalitaria, Tal era la filosofia de la burguesia tina. Los legistas, que no faltaban en la Union Demo- itica, demostraron abundantemente que el decreto sobre inaldo y vacaciones era anticonstitucional. Los obreros no jaron de advertir que la Unién Democrdtica —sin excluir ‘partido Comunista— se oponian a las mejoras que Peron concedia, itados Unidos Interviene Contra Perén EI argumento de més grosor que utiliz6 la Unién Deino- ica fue lanzado dias antes de las elecciones y era de un “acter completamente distinto. No fue dado a conocer de la Casa de Gobierno de la Argentina, sino desde Ja ja Blanca, en Washington, Se trataba de un Libro Azul, donde el Departamento de Estado norteamericano acusa- al gobierno militar, y a Perén, de ser una banda de espias es. El New York Times editorializé que el libro “demuestra r encima de toda duda razonable que los gobiernos argen- 3 de Castillo y de Farrell-Perén, fueron socios activos Hje durante la guerra; que sélo las deficiencias de ar- jentos les vedaron entrar en ella; que el gobierno Farrell- ha seguido firmemente la linea nazifascista y en fin, jue hoy intenta perpetuar en este hemisferio el tipo de Es- lo nazi, con el cual sus jefes esperan volver a desafiar al- dia a Jas democracias” (La Nacién, febrero 14, 1948). | New York Herald Tribune aseguré que “el problema ar- tino ha Iegado a tal punto de peligro para el mundo, que exige una accién efectiva”, Y el Christian Science Mo- 90 Milciades Peta nitor advirtié que “los lideres politicos de la Argentina de- ben reconocer la posibilidad de que se le retire al gobierno argentino el reconocimiento diplomatico, no slo por Wash- ington, sino por otras capitales americanas, si gana Perén Solamente un cambio basico del gobierno argentino podria evitar el aislamiento de la Argentina de la sociedad mun- dial”. Walter Lippman escribié especialmente para La Prensa de Buenos Aires que “los norteamericanos teniamos y tene- mos todo derecho de tratar al gobierno argentino como un gobierno inamistoso” (La Prensa, febrero 16, 1946). ¥ el co- rresponsal en Buenos Aires del New York Herald Tribune eseribié: “Los cargos contra Perén infligiran un serio golpe a sus proyectos presidenciales. Se cree que el documento ha- ce imposible la retencién de la presidencia por parte de Perén, ya llegue a ella por la fuerza o por las elecciones. Es de la mayor significacién el hecho de que Perén nunca sera aceptado como presidente de la Argentina por Estados Unidos, sin considerarse el medio porque haya legado al po- der” (Critica, febrero 13, 1946). Con agudo sentido politico el Departamento de Estado, la Unién Democratica y la pren- sa que la apoyaba, dieron amplia publicidad al documento y exclamaban radiantes: “;Han visto? Norteamérica demuestra que Perén es nazi. ,Cémo va a votar por los nazis el pueblo argentino?” Para confirmar la imposibilidad, el dirigente comunista Rodolfo Ghioldi declaraba a los diarios extranjeros que “Perén en el gobierno sera siempre una amenaza terri- ble para la paz de este continente” (La Prensa, febrero 16, 1946). Coincidentemente, el New York Times afirmaba: “Nuestro gobierno no tiene motivos para tratar de derrocar a Perén poniendo clandestinamente armas en manos de sus enemigos. Hay medios mas francos para obtenerlos, entre ellos el retiro del reconocimiento en el caso de que se apodere del poder. Es de esperar que el pueblo argentino encuentre la forma de impedir que legue al poder” (New York Times, febrero 1, 1946). Ese mismo dfa, un vocero tradicional de as clases dominantes argentinas adornaba el tope de su pri- mera pagina con el siguiente titular a cuatro columnas: “El tan mentado ‘imperialismo yanqui’ parece no hallar eco en los Estados Unidos” (La Nacién, febrero 1, 1946) 3, Caudillos y Elites 91 Ante el Libro Azul norteamericano, Londres comenté: spués de todas las medidas adoptadas para asegurar elec- es reales, deja aténito ver emanada de Washington esta ravagante denuncia de presentes y pasados gobiernos ar- itinos y de uno de los actuales candidatos presidenciales. més curioso en el documento norteamericano son los "gos sumamente graves contra uno de los candidatos presi- ciales, cargos que necesitan sdlidas pruebas antes de que e les pueda dar crédito. La denuncia, en esa forma y en os momentos, sélo puede ser descripta como una tenta- jva de intervencién en la politica argentina, y debe ser de- lorada” (South American Journal, febrero 23, 1946). Las elecciones se realizaron el 24 de febrero de 1946. ‘campafia electoral —abundante en agresiones fisicas por bas partes— culminé por el lado peronista con un acto el que Perén derroché su mejor talento de demagogo. “En nuestra patria —comenz6 diciendo— no se debate un ‘oblema entre ‘libertad’ o ‘tirania’, entre Rosas y Urquiza, itre ‘democracia’ y ‘totalitarismo’. Lo que en el fondo del fama argentino se debate es, simplemente, un partido de ‘campeonato entre la justicia social y la injusticia social’. a apoyaban a la Unién Democratica? La Unién Indus- ‘ial, la Bolsa de Comercio, la Sociedad Rural, que quieren “derogar la legislacién del trabajo e impedir cuanto signifi- cara una mejora para la clase trabajadora”. “Desde que a mi iniciativa se creé la Secretaria de Trabajo y Prevision —agre- 'g6— no he estado preocupado por otra cosa que mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la poblacién asalariada. La medida de la eficacia de la Secretarfa de Trabajo y Pye- visién nos la da tanto la adhesién obrera como el odio pa- tronal. Si el organismo hubiese resultado inocuo, les tendria sin cuidado su existencia y hasta es posible que muchos in- ‘sospechados fervores democréticos tuviesen un tono mas ba- fo. Y es bien seguro que muchos hombres que hasta ayer no ocultaron sus simpatias hacia las dictaduras extranjeras, ‘© que sirvieron a otros gobiernos de facto en la Argentina, no habrian adoptado hoy heroicas y espectaculares posiciones uudodemocraticas. Si el-milagro de la transformacién : se producido, ha sido sencillamente porque la Secretaria de 02 Milciades ‘Pefia Trabajo ha dejado de representar un coto cerrado sélo dis- frutable por la plutocracia y por la burguesia. Se acabaron Jas negativas de los patrones a concurrir a los tramites con- ciliatorios promovidos por los obreros; se terminaron las in- fracciones sin sancién a las leyes del trabajo; se puso fin a Ja amistosa mediacién de politicos, de grandes seficres y de poderosos industriales para lograr que la razén del obrero fuese atropeliada. La Secretaria de Trabajo hizo justicia es- tricta, y si en muchas ocasiones se inclind hacia los trabe- jadores, io hizo porque era la parte més débil en los con- flictos. Este posicién espiritual de Ia autoridad es lo que no han tolerado los elementos desplazados de Ia hegemonia que venfan ejerciendo, y esa es la clave de su oposicién al orge- nismo creado. A eso es a lo que Haman demagogia, Que el empieador burle al empleado, representa para ellos labor cons- tructiva de los principios democréticos; pero que el Estado haga justicia a ips obreros constituye pura anarquie.” “De cada 35 habitantes rurales —continué diciendo Perén— s6lo uno es propietario. Ved si andamos muy lejos cuando deci- mos que debe facilitarse el acceso a la propiedad rural, Debe evitarse la injusticia que representa el que 35 personas deban ir descalzas, descamisadas, sin techo y sin pan, para que un “Jechuguino” venga a lucir Ja galerita y el bastén por la calle Florida, y atin se sienta con derecho a insultar a los agentes del orden porque conservan el orden que él, en su inconscien- cia, trata de alterar con sus silbatinas contra los descamisa- dos.” “La Argentina necesita la aportacién de esta sangre juvenil de la clase obrera, Esta sangre nueva la aporta nuestro movimiento; esta sangre hard salir de las urnas el dia 24 de este mes esta nueva Argentina que anhelamos.” ¥ terminé con un violento alegato antiyanqui: “Denuncio al pueblo de mi patria que el sefior Braden es el inspirador, creador, organizador y jefe verdadero de la Unién Democrética. El sefior Braden quiere implantar en nuestro pais un gobierno propio, un gobierno titere y para ello ha comenzado por ase- gurarse el concurso de todos los quislings disponibles. Si por un designio fatal del destino, triunfaran las fuerzas regresi- vas de la oposicién, organizadas, alentadas y dirigidas por Braden, seré una realidad terrible para los trabajadores ar- jasas, Cauditlos y Elites 93 tinos le situacién de angustia, miseria y oprobio que el cionado ex embajador pretendié imponer sin jeblo cubano. En consecuencia, sepan quienes voten el 24 de sbrero por la férmula del contubernio oligarquicomunista 1@ con ese acto entregan sencillamente su voto al sefior Bra- . La disyuntiva en esta hora trascendental es esta: 0 aden 0 Perdn, Por eso, digo: Sepa el pueblo votar” (coronel fuen Perén, discurso en el acto de proclamavién de su can- jatura, el 12 de febrero de 1946, en DSCDN, junio 4, 1946. ig. 48 y ss.). Era’ un lenguaje directo, que Iegaba a las masas tra- jadoras. Le Unién Demoocratica coroné su actuacién con un acto jue inicié el literato Ricardo Rojas, quien comenzé leyendo trozo de los Evangelios y explicd la lucha electoral en tos términos: “Se trata, conciudadanos, de nuestro destino propio como cién, porque ha Hegado el momento de justificar al general ‘Martin cuando en 1812 vino del mar para emancipar- 8 como nacién” (La Nacién y La Prensa, febrero 10, 1946). Hider comunista Rodolfo Ghioldi pronosticd: “Referido a ‘términos electorales, la candidatura fascista esta irremedia- plemente derrotada”. Se mostré a continuacién seriamente Preocupado por la amenaza del imperialismo ... argentino: "Tenemos también profunda preocupacién internacional. Cé- no tenerla, si escuchamos decir que el 4 de junio ha de expandirse por toda Sudamérica? La orientacién y la técnica gon las de Hitler, y se basan en la idea de la desaparicién de los estados nacionales dentro de un estado continental”. Y terminé asf: “Hoy, aqui, estamos escribiendo el epitafio electoral del fascismo ‘aborigen. Es el triunfo de la unidad argentina, por sobre Jas clases y las tendencias, y al que ‘concurrié con resolucién nuestra heroica clase obrera” (idem). Qe hubiera dicho que 98 afios antes se habia escrito el fanifiesto Comunista! El candidato presidencial de la Unién Democratica re- “sumié su programa en pocas palabras: “He de ser antes que nada —y quiero expresarlo con la sencillez de las decisiones irrevocables— el presidente de la Constitucién Nacional”, 94 Mileiades Pefia “Creo —afiadié— que no existe una sola persona honrada que no desee la felicidad de sus semejantes. Todos aspiramos a que haya sobre la tierra una mayor justicia social. Pero alien- to la conviecién de que para obtenerla hay que multiplicar las fuentes de produccién.” Sus palabras finales tuvieron este rico contenido: “El 24 de este mes vamos a confirmar en Jas urnas nuestra serena voluntad de ser libres, Al dia si- guiente de la victoria y antes de reiniciar les fatigosas tareas que nos aguardan, he’ de saludarlos con palabras inspiradas en las de un gran argentino: Sois los dignos herederos de las glorias antiguas, Descansad un instante a la sombra protec- tora de la bandera de la patria” (idem). “Justificar al general San Martin”, “Constitucién Nacio- nal”, “volyntad de ser libres”, “Unidad Argentina por sobre las clases”, El diario tradicional de las clases dominantes ex- plicité con toda claridad la politiea que esas frases encu- brian: “Con anterioridad al gobierno surgido del movimiento militar de 1943, se habia establecido la armonia entre el ca- pital y el trabajo, En la actualidad el panorama ha cambia- do. El gobierno intervino ordenando el alza de las retribu- ciones, a veces con cardcter retroactivo. Al restablecerse la normalidad constitucional con el triunfo de la democracia, habré necesidad, segin ya se ha dicho, de emprender una obra de restauracién” (La Nactén, febrero 1, 1946). ‘Las elecciones del 24 de febrero fueron irreprochables, las primeras sin fraude en la historia del pais. Asi lo ates- tiguan las declaraciones de la Unién Democratica aparecidas en los diarios del 25 de febrero, dia en que la gran prensa proclamaba por anticipado el triunfo de la Unién Democré- tica, Pero al terminar el escrutinio Perén era presidente, electo por significativa mayoria de votos, Sélo tres personas lo habian previsto, y tenian motivos para alegrarse: el emba- jador inglés, el corresponsal del Times de Londres y el Nun- cio papal (Kelly, 311). “Las elecciones argentinas —coment6 con satisfaccién el vocero del capital britanieo— constituyen la mayor derrota diplomatica que ha sufrido Estados Unidos en los diltimos tiempos, y le ha sido infligida por los electores argentinos.” (South American Journal, abril 13, 1946.) Junto con la presidencia de la Republica, Perén obtuvo 3, Caudillos y Elites 95 i dos tercios de la Camara de Diputados, todos los puestos Senado excepto dos, todas las gobernaciones de provincia mayoria en todas las legislaturas provinciales excepto la Corrientes. La maquinaria estatal habia quedado en manos dirigentes gremiales, transfuges del partido Radical y llitares. Perén era coronel. Los gobernadores peronistas Buenos Aires, Cérdoba, Tucum4n y Mendoza eran coro- les también. Los gobernadares peronistas de Corrientes y Entre Rfos eran generales. ern ¢ Inglaterra Sientan las Bases de 20 Atios le Estancamiento Argentino Perén asumié el cargo de presidente de la Repiblica a ediados de 1946. Las existencias de oro y divisas totaliza- jan 1.425 millones de délares (Memoria del BCRA, 1947 *). jesde 1940 el comercio exterior arrojaba un saldo creciente- nte favorable, Se vivia en estado de plena ocupacién, de fflacién y de prosperidad. Crecia el mercado interno para jodos los productos y en el mercado mundial se obtenfan levadisimos precios por jlas exportaciones agropecuarias. en el fondo de todo esto yacia una aguda descapitali- cin de la economia argentina. El sistema de transportes | anticuado y estaba agotado. La produccién de energia no ftisfacia las necesidades ni el previsible aumento de la de- nda. La agricultura trabajaba con un utilaje anticuado que ravaba su tradicional insuficiencia en punto a mecaniza- in. La industria habia Negado desde 1943 al limite maximo la plena utilizacién de sus equipos (Memoria del BCRA, (943) y los incrementos en la produccién se lograban en ‘* Equivalian a 5.700 millones de pesos. Los saldos de la ba- lanza comercial argentina (en millones de délares): 194 107; 194i: 198; 1942: 295; 1943: 405; 1944: 455; 10: 439; 1948: 580.’ (Ver United Nations, Economic Survey of Latin America 1949, 226),

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