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Hola voy a empezar a contar mi historia procuraré ser lo menos aburrido posible ir
contándoos todo lo que yo recuerdo de mi vida de la vida de mis padres de la vidas
de los abuelos y para acláranos, queda claro que cuando digo abuelos digo padre le
digo siempre refiriéndome a mi directamente digo abuelos serán mis abuelos cuando
vosotros tenéis que pensar que serán una generación más es decir mis abuelos son
vuestros bisabuelos mis bisabuelos son vuestros tatarabuelo bueno está bien
entendido.

Yo nací allá por el año 1950 un viernes 8 de septiembre soy virgo por tanto (no sé si
eso tiene de verdad algo que ver con el carácter de cada persona). Nací en Madrid y
ya sabemos que cada uno de nosotros nacemos en una ciudad y no sabemos si
realmente somos de ella o han sido las circunstancias de la vida de nuestros
antepasados los que nos han hecho nacer en esa ciudad, por mi parte os diré que
casi todos mis antepasados no eran de Madrid, tan cercanos como los bisabuelos
prácticamente todos eran de fuera si empezamos por el el abuelo de mi padre es
decir mi bisabuelo se llamaba Lorenzo, nació en un pueblecito de León que se
llamaba se llama    Tabladillo de Somoza, está en en la Maragatería, sus padres sus
abuelos se dedicaban al transporte de mercancías es decir eran trajineros   
maragatos el que fue mi bisabuelo, Lorenzo no le gustó absolutamente nada eso de
estar yendo desde Galicia hacia Madrid y de Madrid a Galicia, transportando
mercancías a lomos de mulas y burros, además en esa época, ya el negocio estaba
decayendo, debido a que ya habían aparecido los coches a motor, y la competencia
era muy grande. Él decidió largarse del pueblo y muy joven no me acuerdo yo bien
de las historias que me contaba mi padre pero era muy joven unos 18 ó 19 años
cuando se fue para Madrid, dedicándose a las carnes, fue de los primeros carniceros
en la familia, después fueron sus hijos y algo pero poco sus nietos. Tuvieron una
fábrica de embutidos parte de esa fábrica y del matadero con que estaba al lado
llegué yo a conocer no en funcionamiento pero si donde estaba ubicado el matadero
en particular, yo lo conocí como un depósito municipal ya no pertenecía a la familia.
Cuando mis padres se casaron mis abuelos prepararon un piso, los padres de mi
padre donde yo viví hasta que me fui terminada la carrera, el piso que arreglaron, era
lo que fue el secadero de jamones de la fábrica que lo adaptaron más o menos para
hacer la vivienda.
No era precisamente una maravilla de casa a lo largo de los años mis padres con
gran esfuerzo fueron adaptándolo y cambiando las ventanas y cambiando techos
para que poder adaptarlo a la mejor condición para poder vivir allí con sus hijos.

Yo soy el cuarto de cinco hermanos mi hermana mayor Matilde y los demás todos
chicos Pedro,Fernando (Nano) Javier y Santi, en este punto tengo que decir que mis
padres se esforzaron enormemente por todos nosotros,    todos pudimos estudiar y
prepararnos para la vida, eso es una de las muchas cosas que agradezco a mis
padres. 
Yo fui un niño feliz yo no tenía problemas ni creaba problemas, ni los buscaba, más
bien huía de ellos, me conformaba prácticamente  todo, si había juguete bien los que
podían llegar muy bien, a partir de unos diez años me los construía, También    con el
resto de cosas que tenía me conformaba. Me llevaba bien con mis hermanos pero no
éramos especialmente amigos, digámoslo así, unos con otros cada cual iba un poco
a la suya por las circunstancias de la vida, Matiti vivió poco con nosotros pues se fue
muy joven a vivir a casa de mis abuelos maternos, por causas que todos podéis
imaginaros, monetarias, porque criar cinco hijos en aquella época era bastante duro y
mi padre de haber sido carnicero y haber trabajado en la carnicería de sus abuelos,
luego de sus padres, durante toda la vida, a la hora de la verdad sus padres
vendieron las carnicerías eliminaron todo, lo hicieron dinero y no    lo compartieron
con sus hijos, es decir los cuatro hermanos mi padre y sus tres hermanos tuvieron
que buscarse la vida, de hecho justo seis meses antes de que yo nacíera mi padre
tomó la terrible decisión de emigrar y se fue Argentina, sin mi madre, al estar
embarazada de mí no podía viajar, esperaron a que yo tuviera seis meses de edad
para que mi madre con los cuatro hijos, se fuera hacia Argentina con los cuatro hijos,
ella sola la mayor de cuatro años y yo con seis meses, un mes de travesía en el
barco llamado “Salta” del cual tenemos la foto.

Llegados a este punto voy a retroceder otra vez en la historia para poder llegar a
llenar lagunas que me he dejado por el camino lo primero es que la esposa de mi
abuelo de mi bisabuelo Lorenzo se llamaba Vicenta Gómez. Lorenzo tuvo más hijos
no se bien cuántos entre ellos el que fue mi abuelo se llamaba Pedro, se casó con
una prima hermana suya que se llamaba María, por ello    mi padre y mi abuelo    se
llamaban Pedro Criado Gómez los dos tenían el mismo nombre y apellidos. Por parte
de mi Abuela Maria no tengo recuerdos de sus padres, esa parte no la tengo clara.

He de empezar también a hablaros de mis otros abuelos los padres de mi madre. El


nombre completo de mi madre era Matilde Juárez García, mis abuelos se llamaban
Jose Juárez Cejudo, médico de profesión y Matilde García Pérez. Mis bisabuelos, los
padres de José fueron Cecilia Cejudo Pastor y Nicolás Juárez Prieto y los padres de
Matilde eran Matilde Pérez y León García. 
 De estos familiares yo no llegue a conocer a ninguno, Nicolas Juárez Prieto    fue
médico trabajo en Madrid era natural de San Adrián del valle provincia de León y se
vino a Madrid como médico Y estuvo trabajando en un hospital que hay todavía
existe en Madrid que está en la calle Eloy Gonzalo este hospital fue un referente en
la investigación y tratamiento de enfermedades por medio de homeopatía, debido a
que esto es el tratamiento con cantidades muy pequeñas y el medio eran como unas
pequeñas bolitas que se les daba a los pacientes, por esto ese hospital lo llamaban
en Madrid el hospital de los anisetes.

Mi bisabuelo juntos con otros médicos del hospital, furron los primeros que trajeron
esta medicación España y está reconocido en una sala del hospital, exactamente la
biblioteca donde están los nombres de todos los médicos que trabajaron en el
hospital en esa época como una un reconocimiento a la labor que realizaron. 

Mi bisabuelo León y su mujer Matilde compraron un restaurante en París el


“restaurante Español”  que estaba en la calle “rue de d’Herderl” cerca de los campos
Elíseos.

de este restaurante (una historia se puede contar fue un restaurante donde se


reunieron muchos pintores,    escritores, etc.

Voy a seguir un poco la metodología del libro que me regaló


Como he Como he dicho yo nací en Madrid las circunstancias de nacer en esta
ciudad pues fue porque todos mis padres y mis abuelos todos vivían en Madrid nací
por la tarde de un viernes, parece ser que fue un buen parto para mi madre, creo que
pese alrededor de cuatro kilos. De pequeñito fuy un niño parece ser que es muy
bueno no me metía con nadie no peleaba y desde muy pequeño me hacía mis
propios juguetes.

Como ya he dicho a los seis meses mis padres se fueron a Argentina así que yo
empecé a andar y empecé a hablar en Argentina con lo cual yo tenía muchas
palabras del vocabulario argentino no decía cuerda decía piola y che algunas más,
debido a que tenía mi mamá una asistenta argentina, Se cuentan anécdotas mías ya
desde el principio me gustaban los animales tenía una perrita que se llamaba Pelusa,
es la que está en    las fotos, esa perrita y yo parece ser que éramos uña y carne,
contaban mis padres de que ya me gustaba también estar por el campo moverme por
las plantas, muy pequeño de hecho cuentan siempre una anécdota de que había de
mi casa un peral que daba unas peras muy grandes entonces había unas peras que
llegaban cerca del suelo y yo empezaba andar y siempre me parece ser que me iba
todas las mañanas a tocar una de Las peras que estaban a mi altura para ver si
estaban maduras y se soltaban y tengo que decir que parece ser que es verdad que
hasta que no tuve la pera en mi mano no dejé de ir allí y que estaba me puse
contentísimo porque había conseguido tener ya la pera.
Volvimos a España en el 53 pues había problemas aquí en España aunque mis
padres parece ser que estaban bien en Argentina. De niño siempre oí que le echaban
la culpa de que mi abuela materna se quedara ciega al hecho de nuestra marcha a
Argentina Yo me alegro de haber vuelto a España eso no se lo diremos a nadie.

Mi padre había trabajado desde pequeño en la carnicería y el matadero de mis


abuelos, con los cambios de normativas sobre mataderos mis abuelos decidieron
vender el matadero y las carnicerías, con lo cual mi padre y sus    hermanos que
trabajaban allí, se encontraron en la calle y sin trabajo. Mi padre y sus    hermanos
Carlos y Julio (este era mi padrino) estudiaron unos cursos de representante
vendedor. A mi padre no se le daba bien lo de vender y por ello tomó la decisión de
emigrar a Argentina, cuando volvió las cosas no iban muy bien y pasamos muchas
dificultades. No recuerdo muchas de ellas pero si se que al poco de volver de
Argentina, mis padres abrieron una carnicería en el pueblo de Navalmoral de la Mata
en Cáceres, porqué allí pues no tengo ni idea, el caso es que duró poco tiempo,
volvió a la representación, pero no vendía mucho y los problemas se multiplicaban
según nos hacíamos nosotros mayores. Matiti se fue a vivir a casa de mis abuelos y
fue a estudiar al colegio donde habían estudiado mama y sus hermanas, las tías
Cecilia y Pepita. El abuelo Pepe ayudó mucho a mis padres. 
No se en qué año papá entro a trabajar en televisión española que le introdujo el
marido de mi tia Pepita, Miguel Ángel Martín, allí tuvo suerte de cuajar mejor y estuvo
hasta que se jubiló 

A mis abuelos los quería mucho, mi abuelo Pedro también me quería a mí mucho y
murió en 1958    y al último acto que salió de casa fue a mi primera comunión, es otro
de los flashes que tengo en mi memoria, cuando iba en la fila de los comulgantes por
la iglesia, levantar la cabeza, cosa no permitida y le vi a él con su sonrisa bonachona.
Este abuelo solo permitía entrar en el cuarto de sus herramientas a mi, según decía
mi padre pues era muy celoso de sus herramientas pero conmigo siempre hacía
excepciones y eso que yo sólo tenía seis o siete años, tengo perfectamente en mi
mente la foto de aquel cuarto situado al final del largo y ancho pasillo de la casa de la
calle Relatores trece en Madrid, y mientras yo estaba con las herramientas mis
hermanos solían jugar al billar en otra sala de la inmensa casa de mi abuelo Pedro y
mi abuela María.
Otra anécdota de mi abuelo Pedro fue la siguiente. Tenía yo cuatro o cinco años y
tuve la varicela, con bastantes granos y muchos debajo del pelo y debido a rascarme
o no se que más pudo pasar estos se infectaron produciéndose una gravísima
septicemia me me llevó a un seudo coma que según contaban me tuvo una semana
sin despertarme y todo esto en casa cuidado por mi abuelo Pepe y un médico
pediatra que se llamaba el doctor Alaman. Bien pues la anécdota es que cuando me
desperté del cóma, estaban varias personas en la habitación entre ellos mi padre que
se salió y se fue a llorar a otra habitación, y mi abuelo Pedro y según contaban lo
primero que pedí nada más despertar fue un filete con patatas y una guitarra, mi
abuelo Pedro salió rápidamente y al poco rato volvió con la guitarra y creo que me
comí el filete también.
A esta edad de cinco años también fui operado de apendicitis de urgencia, todavía
conservó la cicatriz.
De mi abuela María tengo pocos recuerdos pues no era especialmente cariñosa,
según contaban le afectó mucho el hecho de que su única hija , la tía María Luisa se
fue a Argentina más o menos que cuando nosotros, pero ella no volvió. No la volvió a
ver hasta que nosotros ya éramos mayores que pudo hacer un viaje a Buenos Aires.
De mi abuela María lo que sí recuerdo es que fue en su casa donde vi la televisión
por primera vez. Un mueble grande y aparatoso y una pantalla de unas dieciochos
pulgadas.

Mis abuelos Pepe y Matilde….


Mi abuelo Pepe era médico en Madrid lo que hoy se podría decir médico de familia,
El trabajo en varios pueblos del cinturón de Madrid del que yo me acuerdo de
Alcobendas allí estaba cuando nació mi madre aunque mi madre nació en una casa
en la calle Toledo esquina al mercado de la cebada. Posteriormente y siendo yo
pequeño fue médico de la beneficencia . Mi abuelo fue médico un poco por la
situación de que su padre y su hermano ya lo eran pero a él le hubiera gustado como
él decía ser director de orquesta o militar, de todos modos él fue un buen médico
porque era muy responsable Y además le gustabas muy poco hablar de
enfermedades y mucho menos que hubiera conversaciones en casa sobre la
enfermedad de tal la enfermedad cual siempre tenía algún ejemplo de lo vivido él en
la beneficencia que hacía que todo lo demás pareciera que no era nada era un
hombre que tenía fama de tener un ojo clínico fabuloso muy útil en aquella época,
pues no había la cantidad de pruebas diagnósticas que se hacen en la actualidad. 
Al abuelo Pepe desde toda su vida le habían gustado mucho los animales y
particularmente los perros y los caballos de esto último sabía bastante incluso sabía
hacer doma yo tengo apuntes manuscritos del sobre el caballo, También conservo y
un juego de espuelas o estribos. Le gustaba mucho ir al pueblo, ña Pobladura, allí
vivía la segunda esposa de su padre Alejandra Magallanes a la cual niel ni su
hermano Nicolas le tenían ningún aprecio,
Contaban que mi bisabuelo Nicolás era un hombre muy grande, en el pueblo lo
conocían como el “Juarón”y por ende a mamá y a sus hermanas las nietas del
Juarón, pues las Juaronas. Parece ser que era mi amigable y contaban que
desayunaba en casa a base de sopas de ajo con un huevo escalfado, queso etc.
salía de casa y desayunaba una o dos veces más en casa de sus amigos.
Siguiendo con mi abuelo Pepe tengo vagos recuerdos de él en el pueblo, más o
menos yo con cinco o seis años, le recuerdo sentado en la huerta y con una hoja de
barniz del Japón para espantarse las moscas, porque en Pobladura ha habido
moscas toda la vida. También con el tengo el flas de estar en las eras, y estar en un
trillo con él, cuando trillaban con mulos o con caballos, lo que me pasa es que se
mezclan los recuerdos con los de cuando ya era más mayor, diez o doce años y yo
trillaba con los chicos del pueblo más o menos de mi edad. En esos años mis
abuelos cuando iban al pueblo no se quedaban en la    casa, sino que ellos para más
comodidad se hospedaban en un hotel en Benavente. En esos años desde lis cinco
años más o menos yo hacía muchos juguetes, aviones de papel y con trozos de
troncos hacía arcos y flechas, hacía tirachinas, hacíamos cabañas con troncos y
hojas de Barniz del Japón ( el Ahilantus), y cintas en el pelo con plumas como los
indios apaches. En esos años en Pobladura, también aprendí a pescar en el
“Reguero” un pequeño río que es la cola de un aliviadero del pantano, como
consecuencia de ello cambia mucho de caudal, pero que tenía muchas carpas y
téncas, algún barbo y sobre todo cabezudos y muchas “gambusias”, introducidos por
un médico natural del pueblo    que fue Jefe Provincial de Sanidad de Logroño, son
unos pececillos de unos cinco centímetros de longitud máximo, con una gran
capacidad de adaptación y reproducción fueron y son una gran ayuda en la reducción
de las plagas de mosquitos, aunque la realidad es que ahora está considerada una
especie invasora pues está extendida por toda Europa, es procedente de sur de
EEUU y Méjico. Bien pues cómo iba diciendo dedique parte de mi tiempo a pescar
peces y ranas.

Con mi abuelo Pepe aprendí la maravilla de la naturaleza, me encantaba pasear con


él pues conocía el nombre de casi todos los árboles y arbustos, así como razas de
perros, él disfrutaba con el campo y los nombres que aprendí con él nunca se
olvidaron.
Estos paseos con el abuelo Pepe también eran en Madrid pero ya menos pues
vivíamos bastante distante para esa época con mis pocos años y el colegio. Con el
en Madrid tome mi primera cerveza, nunca se me olvida cómo subía las escaleras de
Juan de Austria agarrado a la barandilla.

Mis primeros estudios fueron en el colegio Nuestra Señora del Buen Consejo en
Madrid que estaba que está en la calle Juan Montalvo 30 es un colegio antiguo
creado por los Padres Agustinos. Recuerdo una vivencia de esas que se quedan en
el fondo de los recuerdos que me ocurrió el primer día de llegar al colegio, yo un niño
de tres o cuatro años bastante tímido, llegamos al colegio mis dos hermanos Pedro y
Nano y yo, nos pusieron a todos el unas largas filas todos mezclados, llegó Pedro y
le preguntan a qué clase vas tú, Pedro contestó a primaria pues por allí, a Nano a
qué clase vas pues a primero de primaria y llegué yo y me preguntan A QUE CLASE
VAS TÚ, con aquella voz impresionante, me quedé callado y al momento rompí a
llorar, pues no tenía ni idea de dónde iba,    así que, allí, me quedé, apartado delante
de todo el bullicio de niños, hasta que vino Pedro a rescatarme y decir a qué clase
iba    Durante el tiempo que estuve en el Buen Consejo fui un niño contento, me
gustaba el colegio, estaba bien considerado por los curas, incluso practicaba algún
deporte. Un día en uno de los recreos jugando al fútbol, el balón se salió del patio a
un descampado contiguo, y allá fuimos un montón de niños a saltar la valla, con tan
mala suerte que yo me quede enganchado de uno de los espinos del alambre por el
brazo izquierdo a la altura de delante del codo, cuando vino el cura de turno a
desengancharme, dije que no tenía nada y seguí jugando. Al rato como la zona me
picaba mucho me quité    el jersey y la camisa y me vi una herida en forma de 7 de
unos cuatro centímetros de largo y uno de profundidad que sangraba muy poco y
claro a la enfermería y al hospital a ponerme unos cuantos puntos, no muy bien
hechos por cierto, así por lo menos he conservado    la cicatriz toda la vida. Esas eran
las mayores trastadas que hacía.

Cuando termine la primaria me cambié del colegio al instituto San Isidro que está en
la calle Toledo en Madrid, para llegar tenía que coger el metro y tardaba unos 3/4 de
hora en llegar al instituto. Alli    estudié los dos primeros    años del bachillerato    hasta
los 12 años, Del instituto no tengo agradables recuerdos los compañeros que
encontré allí no eran como en el colegio y tuve que espabilarme pronto. Las anécdota
que tengo en mi memoria son de esas que deseas olvidar, yo una persona tranquila y
poco conflictiva reaccione de forma muy brusca en dos ocasiones una en un recreo
los chicos de otra clase se empezaron a meter con nosotros, los amigos que
estábamos jugando no se a que, en un momento determinado uno de ellos profirió un
insulto a mí madre y reaccioné de una forma tremenda dándole tortas y puñetazos
hasta que se fueron. Este incidente no trajo consecuencias, pero si el otro. Un día
durante la clase de francés el compañero de detrás no hacía más que fastidiarme me
pinchaba con el lápiz en la espalda me daba en la cabeza, en un momento ya harto
que me pellizcó en la espalda me levante de golpe y le asesté en medio de la clase
una bofetada que casi lo saco del pupitre, como consecuencia expulsados del aula,
llamada a los padres, pero el castigo creo que fue una semana espulsados de la
asignatura pero no del instituto, creo que fue solo eso porque el otro admitió su parte
de culpa.

El último año que estuve en el instituto no terminé  todo el curso debido a una


enfermedad renal que me tuvo en cama y luego sin poder salir de casa durante todo
un curso y trajo como consecuencia que me retrasase en los estudios un año, y no
perdí más    gracias a mi madre que daba clases en una pequeña academia muy
cerca de donde vivíamos y en donde yo me acercaba a prepararme y estudiar algo
para no retrasarme demasiado si no creo que hubiera perdido dos años. Esta
enfermedad renal me ha traído consecuencias toda mi vida pero ya irán apareciendo
durante el relato.

Yo no era muy buen estudiante, en el    buen consejo sacaba entre cinco, seis o siete
cates entre    ocho o diez asignaturas, pero…..a partir de la enfermedad cambié
bastante y no es que fuera un estudiante muy brillante pero ya empecé a no tener
ningún suspenso prácticamente hasta que termine el bachillerato.

Cuando después de la enfermedad ya pude ir a estudiar fue cuando empecé a ir al


colegio virgen de Atocha en el colegio allí daba clases de matemáticas un primo de
mamá, José Luis Juarez Setién, hijo de Nicolás el hermano del abuelo Pepe. Debido
a la forma convulsa como había medio terminado el curso anterior y al cambio de
colegio decidí repetir el último año que había estudiado en el instituto San Isidro, de
este curso tenía todo aprobado menos el francés, en este colegio estudiaba inglés,
así que repetí todo el curso, aprobé el inglés, por lo que todavía tengo suspendido el
francés de tercero de bachillerato.
En el Virgen de Atocha estuve cinco años, tercero, cuarto, quinto, reválida de quinto,
sexto séptimo de bachillerato y reválida de séptimo. Fueron unos buenos años y
como dije antes la nefritis me cambió mucho en todo estos años solo tuve un
suspenso, en geografía de quinto creo. ……
En este instituto el bachillerato que se estudiaba era el llamado bachillerato laboral,
un bachillerato,que duró durante poco tiempo aquí en España, en el cual además de
las asignaturas normales de cualquier bachillerato excepto las letras puras como
filosofía latín o griego, se estudiaba tres tipos de talleres; taller de electricidad, taller
de ajuste y taller de madera.
En el taller de electricidad estudiamos los conceptos de electricidad y circuitos
eléctricos, en las prácticas hicimos conexiones entre los cables de diferentes tipos,
y circuitos básicos, para entenderlo sería lo más o menos necesario para poder
montar toda la electricidad de una casa. Desde que yo estudié hasta hoy en día, las
cosas han cambiado bastante por lo que ahora me    faltan conocimientos que en
aquel    momento no se necesitaban o no se precisaban para realizar la instalación
eléctrica de una casa. En el examen de reválida de quinto en este taller me pusieron
una matrícula de honor, y una mención especial por la perfección en la    resolución y
presentación de un circuito, pues además terminé alrededor de una hora antes que el
siguiente. El trabajo que había que presentar era un circuito para una escalera de un
edificio de cinco pisos, cinco lámparas y cinco conmutadores.El profesor de
electricidad se llamaba D. Celso Mazón, era también árbitro de fútbol de tercera y
siempre buscábamos las notas de prensa sobre su arbitraje, pues casi siempre tenía
tumultos en sus partidos. También tengo buen recuerdo de él.
 En el taller de ajuste lo que se realizaba era principalmente aprender a utilizar las
herramientas de un taller mecánico y las prácticas que hacíamos eran realizar a
sierra y a lima piezas en hierro, cuadrados, círculos o hexágonos, también hicimos
algo de trabajo con máquinas herramientas principalmente de tamaño pequeño como
taladros o amoladoras y con máquinas grandes la sierra de vaivén para cortar hierro
algún trabajo con el torno. El taller de Madera como sabéis es el que más me gusta.
En el hicimos muchas más cosas, aprendimos a trabajar la      madera, a    prepararla
para realizar trabajos como podían ser ensambles de diferente tipo, de media
madera, cajeados, de espiga, ensambles para en los cajones a cola de milano, etc,
también aprendí hacer algún mueble pequeño aunque luego yo ya los he hecho más
grandes. El profesor de madera era un hombre muy amable que trabajaba muy bien.
Como a mí me gustaba mucho    y ponía interés,    le me ayudaba en muchos
muebles que hacía para el colegio, así como arreglábamos los pupitres o muebles
del centro, por otro lado se realizaban    otros trabajos más delicadas, entre ellos    fue
enseñarme marquetería, el hacía trabajos preciosos. 

Lo más importante que me pasó a mí durante el tiempo que estuve estudiando en


Atocha fue: conocer a vuestra madre. Comenzamos durante una fiesta del colegio,
un grupo de compañeros de nuestro curso a ir a un colegio de niñas, “las
guisantes” porque iban todas con un abrigo de color verde guisante. Creo que fue
una monja que pidió    a nuestro colegio si por favor si les podíamos ayudar a instalar
los equipos de música o los focos del escenario para las obras de teatro o
actuaciones típicas de los colegios. Los chavales íbamos    a verlas y de paso tontear
con las niñas. Una de ellas se me acercó a venderme papeletas para el sorteo de
una muñeca, le dije que se la compraba y que si me tocaba se la regalaba, al cabo
de la vida esa niña y yo hemos tenido cuatro muñecas preciosos y adorables    y
después, de momento siete nietos, por eso digo que fue una de las cosas más
importantes de mi vida o quizás la más importante fué conocer a vuestra madre. Nos
llamaban el papi y la mami ya que, a mí, en el colegio, como era el mayor de todos
los compañeros, me llamaban el papi, también porque era bastante más serio que los
demás.
Primera vez que quedamos vuestra madre y yo en salir fue el día 1 de mayo de 1969,
yo tenía 18 años y tu madre 16, desde entonces con más o menos dificultades
hemos conseguido construir    cincuenta y un años de convivencia, de ellos apunto de
cumplirse los 44 años de casados.
En aquella época nuestro modo de relacionarnos los amigos era principalmente los
“guateques” fiestas que organizábamos en los diferentes pisos cuando los padres se
iban de fin de semana y los hijos o las hijas, se quedaban en casa, ahora bien “casi”   
todas esas fiestas eran con el conocimiento o permiso correspondiente de los
padres, aunque también había algunas clandestinas. Los guateques tenían varias
fases primero los saludos, las presentaciones de los nuevos, la merienda acercarse a
darle conversación a la niña o niño que te atraía……..y la música, primero suelto
twist, rock, etc. y después se disminuía la luz y comenzaba el baile lento y agarrado y
ahí ya cogías a la persona que te gustaba y te arrimabas todo lo que podías hasta
que llegaba la hora de irnos se recogía todo y nos íbamos cada uno a acompañar a
la chica con la que habíamos estado intimando y después a nuestra casa
normalmente a las chicas las teníamos que dejar a las 10:00 de la noche en casa.
Como    anécdota contaré que es uno de esos guateques cuando tu madre y yo ya
éramos novios podemos decirlo se empeñaron todos los compañeros y sobre todo
las compañeras que eran las que más liaban las cosas, en que nos cambiáramos la
ropa y efectivamente cada uno en una habitación nos desnudamos y dimos la ropa la
camisa y el pantalón nomás a la otra persona que se la pasaba al otro y luego ya
salimos yo con la falda y la camisa de María Jesús y ella con mi camisa y mis
pantalones,  pensar cómo podía estar yo con con esa camisa que casi no me podía
poner y una faldíta corta plisada. 
Vuestra madre y yo teníamos un truco para poder alargar un poco más el estar juntos
y era cuando llegaba ella a clase cogía al perro y nos damos un paseo más con el
perro lo cual estábamos un poco más juntos. La perrita que tenía tu madre en ese
momento se llamaba Kira, lógicamente un salchicha,    yo creo que ha sido la única
perra que a mí no me querido, no me mordía pero no le era simpático que estuviera
tanto tiempo con su dueña.
De esos años tengo unos recuerdos muy bonitos me gustaba muchísimo estar con
vuestra madre y lo pasábamos bien, con los amigos, durante una temporada los
guateques, teníamos una pareja más amiga nuestra que otros,    eran Javier y Gela,
íbamos normalmente a casa de Javier, nos hacíamos nuestro guateque particular.
Principalmente lo que hacíamos era jugar a las cartas primero y luego bailar un poco
agarraditos y nada más, bueno eso de nada más no es del todo cierto pero vamos
tampoco era excesivo. Durante esos años hasta que terminamos el bachillerato
paseábamos mucho por el barrio y por el retiro, la verdad es que nos conocía mucha
gente en el barrio como una pareja que estaba siempre juntos desde jóvenes.
Al poco de empezar a salir fuimos a que conociera a mis padres, no sé si fue ese
primer día o algún día a poco de conocerlos fuimos a una excursión no me acuerdo
donde, tu madre seguro que se acordará,    se hizo muy tarde hasta el punto de que
ya estábamos muy preocupados por qué no podíamos avisar a los padres de María
Jesús,    cuando llegamos a casa subí a casa acompañar a vuestra madre y como era
muy tarde mi padre subió con nosotros para pedir disculpas a sus padres.

Durante los veranos vuestra madre se iba con sus padres a Tánger siempre un mes
y pico y yo, muchos años fui a Pobladura. Durante esos días nos escribíamos
bastante y están las cartas por ahí alguna vez las veréis.
La primera vez que fui yo a Tánger fue en el año 1973 fui en tren hasta Algeciras y
allí cogí el ferry a Tánger. Me alojé en una pensión cerca de la casa de los abuelos
de Chuchú, era una pensión un poco a lo moro, estaba también conmigo en la misma
pensión el tío Ramon Angel que veía las cucarachas y las magnificaba como si
fueran dinosaurios, en su favor diré que eran rubias con unas grandes alas de casi 5
o 6 cm de largo, es la primera vez que vi yo esas cucarachas.
 

El año 1975 fue un tiempo de muchos cambios estaba en cuarto de la carrera y me


tocó ir a la mili ya se me habían terminado las prórrogas por lo tanto ya no podía
retrasar más mi incorporación, el campamento que me asignaron fue el CIR (Centro
de instrucción de reclutas) número 1, en Colmenar Viejo en Madrid, desde octubre de
1974 hasta marzo de 1975 y después del campamento hasta diciembre del 75 en el
acuartelamiento General Arteaga, en Carabanchel Alto en Madrid, asignado a la
unidad de Veterinaria centro.
En este cuartel no había animales y nuestro cometido era controlar el movimiento de
animales de las granjas tanto de cerdos, corderos, caballos y otros animales que
tenía el ejército en la zona centro de la península. La unidad estaba a cargo de un
subteniente, que le daba igual casi todo, así que los tres soldados que utilizábamos
la máquina perforadora en cinta de papel, a nuestra unidad llegaban los partes de las
diferentes granjas, por telegrama o por carta, esos datos los pasábamos a una cinta
perforada que se enviaba cada mes a la unidad central de veterinaria del ejército.
Fué un año con muchas anécdotas. La más curiosa fue; yo me llevaba muy bien con
todos, un día de los pocos que hice guardia, el teniente jefe de la guardia me dio
permiso para irme del cuartel a comer a casa de la entonces mi novia y al llegar me
enteré que había muerto Franco, y que    estábamos todos los militares en alerta y en
sus cuarteles, Y yo esta fuera del cuartel estando de guardia y de paisano vamos que
me podían caer varios arrestos, comí rápidamente y me fui para el cuartel al llegar,
había quedar el santo y seña, cosa que yo no podía saber pues no estaba en el
cuartel cuando lo impusieron, tuve la suerte de que el teniente estaba en la puerta y
me dijo pasa corriendo, vístete y vete al retén de guardia, no pasó nada. Ese día
hicimos la guardia con    munición real,    estaba la gente muy nerviosa, hubo un
chiflado que efectuó varios disparos, dijo que había visto moverse algo, seguramente
sería una rata pues las había como conejos. Cuando hacía guardia por la noche en
una garita que estaba unos cinco metros de altura en la parte de atrás del cuartel,
estaba muy entretenido por un lado con los fuegos fatuos sobre el cementerio sur,    y
por otro mirando dentro del cuartel las enormes ratas que se paseaban por unos
escombros que estaban esparcidos por allí.
La mili la terminé, como dije antes en diciembre del 75. 

Estando por los pasillos de la facultad a principio de 1976, escuché a un bedel que
decía que en Guadalajara pedían un veterinario para trabajar en una cooperativa de
aves, allí me fui yo sin dudarlo al día siguiente y conseguí    mi primer trabajo como
veterinario, aunque todavía me faltaba una asignatura, precisamente bromatología.
La empresa era, como dije antes una cooperativa de productores de huevos
principalmente, también había miembros que tenían cerdos y uno que tenía pollos de
engorde. La mayoría era pequeños granjeros que tenían unas mil gallinas.en la
central de la empresa que tenía su sede en Guadalajara    capital se fabricaban los
piensos, para los miembros de la cooperativa, empresas que todavía existe se llama
Avicu, aunqueha pasado tiempos muy malos cuando se unió a otra empresa. Esta
unión al parecer obtuvo    muy buenos resultados, la unió se rompió dejando a    Avicu
con unos malos momentos aunque al final parece que se recuperó con mucho
esfuerzo. También había granjas grandes de hasta cincuenta mil aves la mayor de
ellas tenía cien mil aves, se llama “Cantos blancos”, dado el volumen a de animales
ellos preparaban sus propios piensos. Terminé la carrera en junio de ese año. Así con
25 años me fui a vivir a Guadalajara y me compré mi primer coche un seat 850 de
color blanco y de segunda mano. El piso que alquile para mí estaba en la calle “algo
de tabernero” cerca de la antigua prisión de Guadalajara, era un piso de tres
habitaciones, una de ellas estaba cerrada con llave donde el propietario tenía
muebles y enseres según me dijo él, pues yo no entre nunca.

Mi trabajo consistía en dos partes, la más importante fue montar un laboratorio de


microbiología. Era muy importante hacer diagnósticos bacteriológicos de las
enfermedades de las aves así como de las materias primas con las que se
fabricaban los piensos, hasta entonces mandaban las muestras a laboratorios
externos y costaba muy caro. Conseguí montarlo procurando adquirir todos los
materiales necesarios pero de forma escalonada en función de los resultados, obtuve
algunos diagnósticos que solucionaron, unos enfermedades recurrentes tanto de las
aves como de los cerdos. Recuerdo que el más claro fue el aislamiento de una cepa
de salmonela en una materia prima, un turtó de harina de carne. La otra parte de mi
trabajo fué ir a las granjas a comprobar cómo estaban los animales. Al principio
acompañaba a otro veterinario muy experimentado y muy agradable se llamaba
Verda de apellido, no me acuerdo de su nombre, los otros dos veterinarios que
trabajan en la cooperativa eran Canales, hombre muy afable y bueno, así com su
esposa, esta señora el día que atropellaron a nuestra perrita “Bruna”, acogió a María
Jesús y para tenerla distraída le enseñó la receta del bizcocho, que desde entonces
se convirtió en el bizcocho de nuestra familia. Yo    estaba de viaje algo lejos visitando
las    granjas    por el norte de la provincia de Guadalajara. Canales se dedicaba a
realizar las fórmulas de los piensos y al análisis químico de las materias primas, yo le
ayudaba algunas veces en su laboratorio. El tercer veterinario que era el jefe,    se
llamaba Tomás Virseda, su cometido era realizar fórmulas de piensos y revisar y
distribuir el trabajo a los demás del equipo, fue un hombre más bien seco y poco
simpático, sabía mucho de nutrición animal pero su carácter le perdía. Las granjas
estában distribuidas por las provincias de Madrid Toledo y Guadalajara, así que me
recorría las tres provincias, sobre todo Guadalajara. Solía los fines de semana irme a
Madrid sobre todo para estar con vuestra madre, normalmente dejaba el coche en la
estación y iba en tren. Una de las veces que me llevaba en coche a Madrid tuve mi
primer accidente con el coche no hubo ningún herido pero mi coche quedó bastante
dañado pues fue un frenazo del coche de delante, como el mío que iba detrás no
frenó suficiente y gracias a que yo iba guardando una distancia con él cuando le
alcance el golpe fue fuerte, el accidente ocurrió en la autopista de la nacional II
entrado ya en Madrid como anécdota os diré que como consecuencia del choque los
tres cartones de huevos que llevaba en el asiento de detrás se vinieron hacia delante
contra mi asiento rompiéndose casi todos dejando el coche hecho una pena. 
Aquellos tres años que estuve en Avicu, así se llamaba la cooperativa fueron muy
bonitos aprendí mucho y el trabajo me gustaba, pero el sueldo era bajo treinta y cinco
mil pesetas ( 210 €),así que me puse a estudiar para sacarme la oposición, la cual
aprobé con el número 17 de treintaiún aprobados. 
En medio de este trajín, el 22 de diciembre de 1976 nos casamos en la iglesia de la
Real Basílica de la Viirgen de Atocha, era la parroquia que correspondía a María
Jesús además en de ser la iglesia de mi colegio. Ese día estábamos contentísimos,
por la mañana nos fuimos a recoger el vestido de novia y llegamos a su casa cerca
de la una del mediodía y nos casábamos a las cinco, nos llamaron inconscientes y no
sé qué cosas más pues íbamos con el coche de mi padre y habíamos quedado que
papá tenía que dejarme    a mi primero en la iglesia con mi madre que era la madrina,
después recogería a vuestra madre, con su padre que fué el padrino para traerlos a
la iglesia. Al final todo salió perfecto. El banquete se celebró    en el hotel Castellana
Hilton en Madrid en el paseo de la Castellana, esa noche nosotros nos quedamos en
el hotel y a la mañana siguiente día 23 cogimos nuestro coche y nos vinimos a
Guadalajara, a nuestro piso alquilado de nueva construcción en la calle Alvargomez
de Ciudad Real, creo que era el número 10 y el piso segundo, solo teníamos nuestra
cama, y una mesa camilla con dos sillas, las tazas y platos de consomé    de la vajilla
(el resto no había llegado todavía) y una librería que creo que fué el primer trabajo
que hicimos juntos   

Ana nació el 16 de mayo de 1978 en la maternidad de Odónell, en Madrid, esa


maternidad ya no existe, fue una de las maternidades donde hubo casos de bebés
desaparecidos. No pude estar en el parto, porque había otra madre también pariendo
y no me dejaron pasar, los paritórios eran con varios potros y coincidían    varias
mujeres a la vez en el parto 
Nos vinimos a Guadalajara con Ana pequeñita.
Vuestra madre venía con el carrito de bebé, con Ana a buscarme a la salida del
trabajo, el camino era bastante malo, pues casi no había acera pero Ana estaba
contentísima con el traqueteo, a veces le servía para dormirse.

             Obtuve la plaza en septiembre de 1978,    Ana muy pequeña cuatro meses,


teníamos que solicitar ciudad así que dejamos Ana con la abuela Ana María y nos
fuimos vuestra madre y yo a conocer ciudades. Fuimos a Toledo, nos pareció una
ciudad muy buena para quedarnos, incluso vimos casas para poder vivir y un local
muy céntrico para poner la consulta. Después visitamos Ciudad Real que no nos
gustó nada, seguimos con León que como sabéis a mí me encanta y por último
Pontevedra, ciudad muy interesante, además tenía el aliciente de que un veterinario
de allí opinaba que había mucho trabajo extra en las industrias derivadas de la
pesca. Cuando solicité la plaza puse primero Toledo, la segunda no sé si fue
Pontevedra, la siguiente solicité Castellón, pues estaba en el Mediterráneo y sin
conocerla la pedimos, después León porque pensé que como íbamos a llevar a Ana
tan pequeñita a una ciudad que tanto frío, total Toledo me la quito otra compañera
que estaba por delante de mi en la lista, Pontevedra se la dejamos a otro compañero
que aunque estaba por detrás en la lista ya ocupaba la plaza pero de forma interina,
pero porque valoramos que era una ciudad muy húmeda y frío así que terminamos
en Castellón y nos vinimos con Ana a conocer esta ciudad un 28 de septiembre de
1978 nos quedamos en un hotel en la plaza del Real. Ana esos cuatro días que
pasamos aquí buscando un piso y lo conseguimos en una agencia inmobiliaria que
estaba en la calle Mayor. Yo también aproveché a tomar posesión de la plaza y como
tenía un mes para incorporarme al trabajo lo aprovechamos para recoger y hacer la
mudanza. Así que me incorporé al trabajo le día 28 de octubre y mientras
terminábamos de arreglar el piso del edificio de Simago (hoy Carrefour), nos
quedamos unos días en casa de la tía Matiti y el tío Carlos, ellos estaban trabajando
en el Banco de España en Barcelona pero habían solicitado un traslado a Castellón,
pues los padres de Carlos vivían en Valencia pero allí no había plazas y se quedaron
lo más cerca posible, Castellón y se lo concedieron al mismo tiempo que a nosotros
mi plaza.
Terminamos de arreglar el piso, (el 5 º B de la escalera derecha), el día cuatro de
noviembre de 1978. El piso tenía cuatro habitaciones en una estaba nuestro cuarto y
en la de al lado pusimos la habitación de la pobre Ana que la sacamos de la
habitación nuestra muy pequeña pues era la recomendación que se estilaba
entonces, fue la única y nos hemos acordado muchas veces después. Ana fue una
niña muy buena comía y dormía bien excepto, como todos niños tenía sus ratos, se
quedaba muy tranquila con la música clásica, por la noche, yo solía sentarme en el
suelo al lado de la cuna con la mano dentro de su cuna cogiendo su manita hasta
que se dormía, por la noche si lloraba casi siempre iba yo a consolarla y ver que le
pasaba.
Utilizamos las dos habitaciones que nos quedaban para poner nuestra primera
consulta de animales, estaban en la entrada de la casa y se podía independizar del
resto del piso. Una habitación, la primera más cercana a la puerta era la sala de
espera y la otra era la consulta. Esta habitación cuando llegamos tenía dos paredes
con un papel pintado de un rojo bermellón pero subido, con unas flores de lis
grandes, vuestra madre cuando la vio dijo que parecía el cónclave de los obispos, así
que se quedó con ese nombre para siempre. Esas dos habitaciones se podían
independizar del resto del piso por medio de una puerta a la cual Ana llamaba para
que fuera cuando quería verme. El resto de la casa era un pasillo largo, tenía las
habitaciones al lado izquierdo la primera era la nuestra después había cuarto de
baño pequeño, la cocina un cuarto de baño más grande la habitación de Ana y al
fondo estaba el salón comedor con un ventanal quedaba a la calle Mayor y con vistas
a la Plaza Mayor el Ayuntamiento y el Fadrí. En otra escalera del mismo edificio era
donde vivía Beatriz con Alberto su hijo y ella y mamá se conocieron en la parada del
autobús esperando para que se llevaran    a los niños al colegio. Ana había
empezado a ir a una guardería que estaba en la misma calle Mayor donde vivíamos,
no fue mucho tiempo pues no le gustaba nada, cuando la llevaba yo me rompía el
corazón, se abrazaba a mi en la puerta de la guardería delante de su cuidadora y me
decía “ no papa no”,llorando con unos lagrimónes y agarrada como una lapa,“no
papito no”. Empezó a ir al colegio pronto, no me acuerdo su nombre, en el mismo en
el que iban Carlitos y Lucía, a nosotros a tu madre y a mí no nos gustaba demasiado
el tipo de enseñanza que daban en ese colegio así que pronto la sacamos, cuando
conseguimos plaza en la Consolación que era muy difícil pues ni éramos de aquí ni
tu madre había sido antigua alumna ni tenía hermanas estudiando allí, pero al final
no sé cómo conseguimos plaza. 
Durante esos años yo por la mañana estaba en sanidad en el Laboratorio de Salud
Pública y mantuve la consulta en el piso y la verdad es que empecé a tener más
clientes, Ana cada vez se impacientaba más de tenerme al otro lado de la puerta y no
poder ir. Paula nació el 15 de febrero de 1981 en la clínica de la Misericordia en el
paseo de Lidón    su médico se llamaba                            .Justo a la semana de nacer
Paula, el 23 de febrero de 1981 se produjo un asalto al Congreso de los Diputados,
María Jesús asustada con el añadido que estaban con nosotros el abuelo Ramón y la
abuela Ana María que habían venido por el nacimiento de Paula , como decía vuestra
madre asustada entró en la consulta de golpe diciéndome “"han asaltado el Congreso
donde tienes dinero” yo en ese momento tenia sobre la mesa de operaciones a un
perro dormido que le estaba extirpando un tumor testicular, precisamente los dueños
de ese perro eran tangerinos y conocidos de la abuela Ana María. Vuestra madre
sabía que yo siempre guardaba algo de dinero de la consulta por si acaso, lo
guardaba en una estufa pupinel que habían tirado con una remodelación del
laboratorio, (Posteriormente ese estufa volvió a sanidad cuando comencé el museo
del Centro de Salud Pública ).Mamá    cogió el dinero y se bajó    a comprar leche
para la niña por si el golpe progresara y se producían altercados y hubiera
desabastecimiento y solo compró la leche, esa noche apenas dormimos pues las
noticias desde Valencia eran desalentadoras, el Capitán General de Valencia se
sumó al levantamiento y sacó los tanques a la calle ordenando un toque de queda   
en toda la Región Militar de Valencia. Aquí en Castellón se sabía que gente adicta a
la sublevación fueron al cuartel de la Guardia Civil a pedir armas, menos    nh.    que
los guardias civiles de la puerta les convencieron para que desistieran de su
propósito y se fuera a sus casas. El golpe se solucionó gracias a la intervención del
rey Juan Carlos.

  
  Paula empezó a ir a    la guardería San Cristóbal en la calle Moncofar cerca de lo
que hoy es El Centro de Salud Rafalafena, después muy pronto la apuntamos en la
Consolación ya sin tanto problema pues tenía una hermana estudiando allí.

Un verano estando en un chiringuito de la playa de Benalmádena, con el abuelo


Ramón y la abuela Ana María ,ya habíamos pedido pescado para cenar y se acercó
un fotógrafo diciéndonos “ quieren una foto del grupo y antes de que nosotros
pudiéramos decir nada Paula dio un grito “"foto no pescaito”    esa voz    tan fuerte que
tenía 

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