Votivos Interior Fin

VOTIVOS
© Jorge Nández Britos

© yaugurú
ISBN: 978-9974-8302-2-6
YAUGURÚ
Todos los gallos están despiertos / 14

Colección dirigida por Gustavo Wojciechowski
yauguru2008@adinet.com.uy
Montevideo – Uruguay
Primera edición 300 ejemplares

VOTIVOS
junio 2011 J o r g e N á nd ez B r i t o s
Ilustración: Adolfo Nigro
Diseño: Maca
se utilizó la tipografía Transitoria (© Sebastián Salazar)
Por contactos:
<jnandez@adinet.com.uy>
Impresión: Tradinco. Depósito legal: 355.343

En las representaciones de exvotos (o pinturas votivas
producidas por personas que daban “gracias” por algún
favor obtenido de la divinidad), podemos encontrar
varios casos ligados a la acción de algún milagro
durante la raspa de los magueyes, durante el transpor-
te del pulque a un lugar de consumo o en algún pleito
originado en alguna pulquería en el cual una persona
era herida de muerte.
R ODOLFO R AMÍREZ R ODRÍGUEZ

Cuicuilco volumen 14,
número 39, enero-abril, 2007, México.
Pies pa’ qué los quiero si tengo alas para volar

FRIDA KAHLO
Para Viviana, Paula, Priyanka y Micaela.
1
A M A B A N
1
Drástico acróstico
De vocales desnudas
Para pronunciar tu cuerpo
Trashumante, vertebrado de ausencias.
VOTIVOS | 15
2 3
Esculpido en heridas, Llega y se llaga de pretéritos

De labios austeros. Una voz de telas imprevistas
Esperaba tu cuerpo Mientras busco tu vientre
En un columpio de años. En las sábanas tardías.
VOTIVOS | 16 VOTIVOS | 17
4 5
Protegí tu orgasmo Te busqué en la línea azul de los pájaros.

Como conciencia de uvas griegas. Desanduve la drástica luz de tu imagen.
Balbuceé mis primeras lágrimas Convertí mi agua utópica
Cuando te vi convertida en surco. En burbuja sin eclipse.
6 7
Un dolor de rosas agudas Mi historia recorre los siglos de tu cuerpo.

Enciende tu rastro en mi conciencia. Suavidad de piedra que seduce al agua.
Y ardo como víctima Triunfan cumbres, vientos, llanuras.
Con los labios asidos a tu rostro. En la quietud de los cambios entreabriste.
8 9
Salir tiene peligro de calle. Tu cara de rayos irrumpió

Entrar tiene certezas de abismo.1 Exangüe, ilegítima,
Siempre estuviste crispada en tu afán ubicuo. Empapada de ausencia
Nunca creíste. En la península yerma de mi espera.
1. Jorge Meretta
10 11
Llegué sin manos Los golpes oblicuos

A tus labios calmos. Encallan en los malecones pedrosos.
Caí de cuerpo ciego El mar se estira y repliega
En tus caricias lluviosas. Como llanto de fin.
12 13
Reclama la barranca Una tarde austera

Su estatura vertical –desbordada de horas–
Con el afán idílico Descubrí tu ausencia
De convertir tu plaza en beso. Acampada en mi recuerdo.
14 15
Trepo tu aliento agitado, En la montaña cusqueña,

Compulsivo, convulsivo, En boca del Popocatepetl,
Que derrota y agota En la corriente amazónica,
Y se lleva todas las míseras hazañas. Entre tus piernas laicas.
16 17
Estampida de bruma. Dónde encontrar una voz.

Alambre que hiela. Voz que fuera daga
Estupro de hiel. Curva, llaga, curtiembre de celos
Hasta llegar a la orilla de los brazos. Ramaje de raíces heridas.
18 19
Quiero reencontrar tu rastro, Esperar tu cuerpo, descubrirlo.

Brotar tu cuerpo a mano lenta, Estrategia de sangre.
Sorprenderme de ensenadas Pasión de labios
Hasta encallar. Que se tientan inciertos.
20 21
Aprovecho el silencio de la luz. Busco en las sílabas de las sábanas

Tu mano húmeda de misterio. Un rincón de calma y sosiego.
El vértigo se cimbra hasta lanzarme lejos. Fantástico enjambre de ilusiones.
No sé cuánto te he empuñado. Mellan, se raspan, arden.
22 23
Voz a vos, vos a voz. Te esperé en las esquinas.

Darse la cara a los ojos. Escondí el ritual de sortilegios
Verse a través. Para inundar en abrazos
Amar con ilusión de isla. Esta cruda arcilla de muslos.
24 25
Recorrí el contorno de tus límites Pacto de voz,

Exangüe, sediento, húmedo, humedecido. Voz sin vos.
En tus labios encontré Mar y alma que encallan.
La sed que alimenta. Fuga, ceniza, ah dios.
26 27
Te asumo legítima. Esta noche sufro una derrota.

Íntima, sólida, adentro y gravitante. Lejos o cerca tu pan es una osadía,
Aventura que se escala a sí misma El hambre me espera.
Hasta vencerse sin prejuicios. Siento tu brazo extraño negando las migas.
28 29
Dónde estuve que te encontré No hay cumbres.

Quién eras que no te esperaba. No hay ciénagas.
Ocupas sangre, espasmos, rincones. Solo penumbras
Por qué, para qué, cuándo. En las lúcidas palabras que dices.
30 31
Quisiera huir de este silencio. No hay árboles sin frutos.

De tus manos –silencio– pieles. Hay árboles sin frutos.
Te quiero cerca, lejos, te huyo Estás en las ramas y en las hojas
Hasta encontrar quién me explique tu cintura. Como una hoja en una rama sola.
32 33
Nuestro abrazo estalló en penumbras. Tu sauce suelto.

Amanecí en la ilusión de tu sangre. Las claves crudas.
Ahora me calma el tímpano sordo de los calendarios Un empeño de naúseas
Y se queda muda mi piel. Para acabar mi culpa.
34 35
En el terciopelo de los parques Caí en tu cuenta

Das continuidad de piel. De uvas verdes.
Y me desnudas al enjambre de sol. Y me devoró
Yo te labio. La ácida sed de la orfandad.
36 37
Las dagas grises de tus palabras En un mismo racimo

Dieron pánico a mis ilusiones. Yo te escuelo.
Ahora yacen en sus tumbas. Recojo tu ensenada madura.
Desconocidas sin luz. Me sos en el límite imprescindible.
38 39
Ayer te vi, hoy te vi, mañana te vi En un espacio de ciénaga

Desnuda, de rojo, Cubro de ecos agnósticos
Cruda, íntima, Las hebras maduras del silencio.
Arriada a la profundidad. Y me lato en el círculo de tus manos.
40 41
El vértigo de tus ojos. Tu voz exigua. Voz sin tango.

Intempestivo hallazgo. Diámetro inverso.
Descubrimiento de lo que siempre estuvo. La sal postrera.
Vestigio de un futuro inesperado. Enigma sin piedad recala en no.
42 43
Te busqué en las mañas de agosto. La plaza vigila como una plaza.

Amante pasión de retamas o espinas. Los teros dibujan una danza de trenzas.
Amor deponente que se tañe El mar se anima
Aunque dure absurdamente. Y me hurta tu rostro de rastro húmedo.
44 45
En mis manos, En mis llamas

Tus yemas. Tus manos hurden cavernas.
Ilusión de memoria. La ilusión de piedras negras
Cráter, gruta que caverna. Grutan en la memoria anhelante.
46 47
No el mar sino tu sal. Setiembre es un mar vacuo

No el trazo sin tu mano. En mi sien derramada.
El sino y tu sien –magia y equinoccio, mística magia– El sino de tu mano
En las cimas de setiembre arden. Enagua la sal con trazo drástico.
48 49
A veces la vida no anticipa sucesos. Las olas se entretejen.

Sucede. Anudan, naufragan, pujan.
Uno queda preso del hilo. Levanto mi calma, ¿dónde estás?
De lo que acontece. Sin olas. Me sucede el mar.
50 51
Contar las olas del mar Te busco en los horarios.

Es una tarea de náufragos.2 Te busco en los labios.
Esperar la paz del náufrago Te busco en las arrugas.
Es un vértigo de ola. Te busco en la tragedia de buscarte.
2. Jorge Meretta
2
T E M Í A N
1
La riada de madres
Siembra pasos en silencio
Desanudando tajos
Sin tener a quién agradecer.
VOTIVOS | 69
2 3
Los tajos desnudan riadas. La cadena de manos

Los pasos silencian pasos. Enlaza voces.
Se camina sobre en el calvario Los pasos auscultan la tierra
De tantos quiénes incógnitos. Memoria de latidos.
4 5
Las manos en cadena La memoria hartó huesos híbridos.

Silencian voces enlazadas. Historia de cadáveres,
La tierra ausculta pasos. Ensartados de infamia.
Memoriza latidos desaparecidos. Agobio en carne muda.
6 7
El agobio mudo Hoy es sábado siete

No muda su memoria. Noche sin cuerpo.
Infamia de huesos Desdibujada fuga.
Que historia sus cadáveres. Cruzar el río como daga agazapada.
8 9
El silencio. Marzo ocho.

La penumbra. Ocho de marzo.
La marcha. Años tras año.
Los pañuelos blancos y los llantos sólidos. Todos los años, peregrinación a sí mismo.
10 11
Diez días, cien días, mil días. La riada de madres, madres de madres
Leguas, Siembra silencio
Lenguas. Sin pausa. Enhebrando martirios, desenhebrando.
Sin días la espera que justicie. Saben a quién agradecer.
12 13
La memoria hartó huesos lívidos. Serán todas las madres.

Historia de cadáveres Será el pañuelo -escudo y espalda-.
Ungida de infamia Será la masa cruda que leve.
En un camposanto sin pañuelos. Será la entereza del útero.
14 15
Carpen maderas. Otra marcha que mancha.

En las albercas buscan surcos. Camisas desalmadas se alman.
Sus pañuelos llueven almácigos Pujo de la historia.
Para llenar los racimos. Histeria de una lucha suspensiva.
16 17
La histeria es una historia. Bajo vientre.

Mancha que puja Sudor de mamas.
Para armar de almas Pecho henchido.
Las camisas vicias que quedaron. Garras maternas que hilan, deshilan. Trahuman.
18 19
¿En qué junio? Una nave vacía.

¿Cuál agujero? Llega una nave vacía.
¿Quién tierra? Su punto de partida
Para darles sepultura. No tuvo punto de llegada.
20 21
Una nave vacua Fe de remo.3

Sostuvo su punto de enclave. Reconstruir las costas.
Sostuvo una partida Urgar la indiferencia de los días
Hacia una llegada vacía. Con decisión de alma.
3. Gladys Castelvecchi
22 23
Aquí se torturó. Las costas del Estrecho.

Punta Arenas. Nave de llegada
Calle Colón.4 Hasta la casa de arte
Fin del Mundo. Que atestigua las infamias.
4. Literal. Escrito en la puerta de un local. Actualmente,

Casa de Arte. 2009.
24 25
En la conciencia del Paine. En el río de los muertos

Torres que guardan. Arriesgan sus úteros
Heridas rajadas. Los pañuelos blancos.
Hasta aquí llegaron los tajos. Abuelas de vida.
26 27
En el río de pájaros Por el río de los hijos,

Las madres vírgenes Signo de pájaros blancos.
Arriesgan sus úteros Las madres himnan sus úteros.
Para nacer los muertos. Mares de vida.
27 28
La cerveza leva sus crines Busca en las ramas del vientre.

En la llaga de una boca cruda. La pausa enreda, penumbra.
Ellas retuercen sus escotes. Hostiga el viento la garganta seca.
Zurcen sin perder la cabeza. Ciega la oscuridad en pánico.
29 30
Una calle de Montervideo. El mar es un mar de agua.

Una calle de Buenos Aires. El mar es un mar de almas.
Una calle de Santiago. El mar es un mar de mares.
Una calle que no calla. El mar es una fuerza que humana.
31 32
Las viste llegar. Pasarán las mañas.

Las viste zurcir. Quedarán las leyes.
Las viste. Los políticos lucirán sus vitrinas en las solapas.
Las viste su lucha de racimos. Inclaudicable. Los pañuelos blancos serán conciencias abuelas. A siempre.

33 34
¿Qué debo yo? Sanguíneo, visceral,

Todo debo. Mamario, vaginal, uterino,
Debo cuanto deba Umbilical. Placenta paciencia.
A ese estoico sólido silencio terco. Y un día, cuerpos advenidos en subterráneos.

35 36
De la profundidad de las entrañas Tras las fosas.

A la oscuridad de una fosa. Bajo las líneas.
Mansa madre como tormenta Tubérculo ciego.
Desanuda la estaca. Buscar la vida enterrada. Aterrada.

37 38
Las cuadrículas de tierra amontonada. La fosas se cubren para ofrendar la vida.

Leva separada de la leva. Abuelas madres laten la apertura de las fosas.
La pluma busca lo que busca la pluma. Rascan sus vientres
El calcio de los húmeros húmedos. Amontonados. Para encontrar vivos.

39 40
Antropóloga estrategia de cuadrados y pinceles. Hermanos de hijos, madres de abuelos,

Terrones y piedras que se desbordan. Tíos de suegros, cuñados de nietos, sueños y vírgenes.
Cuchilladas asumidas como hebras delicadas El entierro urdió una cúbica trama sin final previsible.
Para restaurar venas. Todo se enterró.

41 42
Las fosas no son tumbas. Los hijos de las madres.

La cal estalla los huesos. La sabia oculta se descubre.
En sus cobijas lúgubres Los ocultos hilos de la tierra se enlazan.
Desnombra lo que una tumba nombra. Continuidad de bocas que se ubican. Ubicuidad.

43 44
La costra del peñasco. Continuidad de los parques.

Despenada irreverencia que laceró el himen. Tenaz persistencia de sangres.
Hallazgo de vereda los pasos gastados. Las hijas hoy son madres, son abuelas
Hacer virtud de plaza al maternal pujo civil. Que continuaron, que contiguan el río.

45 46
Heredarán el viento que heredan. Se descorre un cierre de mentiras adversas.

Hilaron generaciones con generaciones. Hilan. Se himna el sepelio del vacío.
Convergen de las entrañas. Claman. Merodea en la bondad de la piel
Insistencia por la persistencia. Derecho de existir. El beso de una madre que hija.

47 48
Nacieron vástagos del vértigo. Trama.Trémula.

Los embaucó el alambre. Llamita que llama.
La entraña de pañuelos escarbó el rescate. Voz de aguas dulces.
Y se proyectaron en polinomios de nietos inhiestos. Siembra que asombró al oceáno.

49 50
Mínima. Homenaje de tierra.

Proyectiva. Viento en su vientre.
Voz de océano. Volitivo pujo de mujer.
Asombro de mujer que sembró llamitas. Duelo que fundó el triunfo de seguir. Abuelar.

3
P A R T I E R O N
1
Delmira hundió sus verbos crudos.

Desató lápidas para inventarlas vientre.
Y encontró en la rudeza estéril de los sujetos
el degüello súbito.
VOTIVOS | 123
2 3
Frida tejió los cielos de púrpura. Demasiada esquina tu adolescencia, Juana.

Blasfemó con tajos zigzaguentes Demasiado esquiva la transparencia de tu pupila.
Las cerámicas, el encaje y la vida. Demasiado escándalo llevarte en su barca.
Remó su sangre de amor. Demasiada espera zurcir con años la esperanza.

4 5
Antígona destruye su mito de sangres envenenadas. En la sangre de una letra.

La pasión acosa la virginidad de la razón ingenua. En la clave de un suicidio.
Apenas hay refugio para la soledad. En la maligna clave
Nadie aguarda mansedumbre de los labios. Explotó sin lágrima el silencio.

6 7
Adorno de ave que presume. Enloquece sus fieltros.

Viril enjambre que se teje. Desencadena las cadenas.
Orgánicos suicidios. Frunce el filo de las cavernas.
Simone. Mujer contra mujer. Se caverna en los pliegues del filósofo.

8 9
El poeta humanzó al poeta. Platero, mansos cardos.

El poeta irradió la pluma. La perfecta pluma de estilete.
La pluma se sostuvo en su sino. El poeta bruñía con finos eros sus lujos
El sino oradó la Zenobia gracia. Ocultando el sino de su tino. Zenobia.

10 11
Madame de fuego. En su afán de vértigo

Miedos de Beauvary. Flora claudicó su vida por su vida.
Las enaguas se pasionan Zarandeó la esencia de lo fútil
En la sepultura de almas trágicas. Para fundarse abuela.

12 13
Mujer de escándalo. Mujer de mujeres sembradas.

Escándalo de estacas. Diáspora de útero.
Hombres que envainan la pasión Hambre saciado.
Cuando la historia te rescata con tus fuegos. Indolente intelecto sobrecargado de sí.

14 15
L’Union Ouvriere. Rigoberta imploró su sangre con espinas.

Caos y humillaciones. Calles calladas. Completó la mesa maya con ídolos humanos.
Voces sin vestigio. Flora Tristán. Entreabrió lanas rojas y amarillas
Enardecida fibra de su vida por su vida. Para que aprendiéramos de triunfos rotos.

16 17
Templaban sus manos de voz Emilia. Pardo. Bazán.

La suerte salina del país estriado. Venció estacas rancias.
Voz de cordillera en las aulas. Hundió el estigma del siglo en su ciclo.
Con sus rocas dulces. Gabriela nos lloró. A literatura maceró su yermo.

18 19
Dulce María Loynaz. Cata de fusil y arreos pardos

Cardumen de versos sin nombre. En el rincón definitivo de las troneras.
El lagarto de la isla amagaba espejos para verla. Coraje viril de mujer que desguazó ijares.
Abrevó su linaje en el silencio Vedado. Vástago simbólico. Tremolar.

20 21
Por la libertad de mi pueblo he renunciado a todo. En el enclave de la Europa herida.

Se desnació de hijos. Mordió tierra. Turgente vulva de máximas y riegos.
Esgrimiendo enaguas como lanzas puntiagudas Tragedia sanguínea de victorias y derrotas.
Micaela Bastida Puyucahua crujió la independencia. Rosa que estalló la Europa herida.

22 24
Un canal absorbió su crimen. Goza la tierra su bordona cuando emerges.

Mujer de músculo clasista. Tu canto en cumbre enlaza espinas.
Capturó el himen de una sociedad floja. Imprime vertebras a las pampas desamparadas.
Soportó el escarnio con su nombre de Rosa. Conspicua semejanza de alma y voz en tus Mercedes.

25 26
Llegué a tu santo padre Un enjambre añejo de marañas conspicuas

En la espina de una cueca. Ultrajaron los labios mancos de la memoria.
Dolida cuerda que punzas Sórdida cuerda de vainas aturdieron
Y me impulsas en fusas Violetas. El vino enquistado que clausuró tu bordona divina.

27 28
Pasionaria cruzada de rojos estallidos insolentes. Ibina Nibia, Tatiana te esgrime.

Cubriste con escándalos las indolentes miserias. Conmutación. Camuflaje. Cicatriz elíptica.
Nutriste de cárcel los huesos libertarios Un sitio de cualquier sitio en la memoria de verso.
Entre el fuego cruzado de Dolores y fusiles lacios. Nada redime el poso de un crimen sin cumbre.

29 30
El astrolabio de Hipatia Un socavón del Potosí.

Escaló paralepípedos. Desenvainó. Arrobas granate en el pellejo andino.
Pero una diagonal cínica Cruje la sangre indígena.
Ladeó su vida. La comba afilada de Juana Azurduy.

31 32
Por las barrancas de su herida. Se encrespa el muérdago.

En la sabana de sus cardos. Legañas de una curia sorda.
Sobre las agujas ciegas. Membranas húmedas.
Sus pies ardieron exangües. La sal de tu pecho ahijó a los débiles.

33
Primero sueño.
Intelecto desnudo en su músculo.
Daga sutil de claves que arpegia
Trapecio de versos como venas, Sor Juana Inés.
VOTIVOS | 154
ÍNDICE
13 | AMABAN
67 | TEMÍAN
121 | PARTIERON
Colección TODOS LOS GALLOS ESTÁN DESPIERTOS
1. / Tatuado en mí (poesía) Léonie Garicoïts. 2009.

2. / Un día feliz y otros cuentos tristes Hugo Domínguez. 2010.
3. / Mar de las lluvias (poesía) Léonie Garicoïts. 2010.
4. / Parque y sombra (Primer Premio del Concurso Lierario Poesía.
Intendencia de Montevideo) Daniel Morena. 2010
5. / Corazonada (poesía/pintura) Paula Bader / Silvia II G. 2010.
6. / (o: diáspora la lengua) (plaqueta de poesía) Laura Alonso. 2010.
7. / Club de Agustín Lucas, incluye postales con fotografías de
María Noel Langone. 2011.
8. / Falsas escrituras (poesía) Sofía Rosa. 2011.
9. / Planos del diluvio (poesía) Radamés Buffa. 2011.
10. / Renuncio (poesía) Leonardo Martínez Mato. 2011.
11. / Para las focas de Juan Manuel Sánchez / El ojo de la lluvia
de Alicia Preza. Premio Poesía Joven. Coedición con La cAsa de
los Escritores del Uruguay. 2011.
12. / Hacia Ítaca de Hoski. Premio Narrativa Joven. Coedición con
La cAsa de los Escritores del Uruguay. 2011.
14. / VOTIVOS (poesía) de Jorge Nandéz Britos. 2011.

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VOTIVOS

© Jorge Nández Britos

Todos los gallos están despiertos / 14

Primera edición 300 ejemplares

Impresión: Tradinco. Depósito legal: 355.343

R ODOLFO R AMÍREZ R ODRÍGUEZ

Pies pa’ qué los quiero si tengo alas para volar

Esculpido en heridas, Llega y se llaga de pretéritos

Protegí tu orgasmo Te busqué en la línea azul de los pájaros.

Un dolor de rosas agudas Mi historia recorre los siglos de tu cuerpo.

Salir tiene peligro de calle. Tu cara de rayos irrumpió

Llegué sin manos Los golpes oblicuos

Reclama la barranca Una tarde austera

Trepo tu aliento agitado, En la montaña cusqueña,

Estampida de bruma. Dónde encontrar una voz.

Quiero reencontrar tu rastro, Esperar tu cuerpo, descubrirlo.

Aprovecho el silencio de la luz. Busco en las sílabas de las sábanas

Voz a vos, vos a voz. Te esperé en las esquinas.

Recorrí el contorno de tus límites Pacto de voz,

Te asumo legítima. Esta noche sufro una derrota.

Dónde estuve que te encontré No hay cumbres.

Quisiera huir de este silencio. No hay árboles sin frutos.

Nuestro abrazo estalló en penumbras. Tu sauce suelto.

En el terciopelo de los parques Caí en tu cuenta

Las dagas grises de tus palabras En un mismo racimo

Ayer te vi, hoy te vi, mañana te vi En un espacio de ciénaga

El vértigo de tus ojos. Tu voz exigua. Voz sin tango.

Te busqué en las mañas de agosto. La plaza vigila como una plaza.

En mis manos, En mis llamas

No el mar sino tu sal. Setiembre es un mar vacuo

A veces la vida no anticipa sucesos. Las olas se entretejen.

Contar las olas del mar Te busco en los horarios.

Los tajos desnudan riadas. La cadena de manos

Las manos en cadena La memoria hartó huesos híbridos.

El agobio mudo Hoy es sábado siete

El silencio. Marzo ocho.

La memoria hartó huesos lívidos. Serán todas las madres.

Carpen maderas. Otra marcha que mancha.

La histeria es una historia. Bajo vientre.

¿En qué junio? Una nave vacía.

Una nave vacua Fe de remo.3

Aquí se torturó. Las costas del Estrecho.

4. Literal. Escrito en la puerta de un local. Actualmente,

En la conciencia del Paine. En el río de los muertos

En el río de pájaros Por el río de los hijos,

La cerveza leva sus crines Busca en las ramas del vientre.

Una calle de Montervideo. El mar es un mar de agua.

Las viste llegar. Pasarán las mañas.

VOTIVOS | 100 VOTIVOS | 101

¿Qué debo yo? Sanguíneo, visceral,

VOTIVOS | 102 VOTIVOS | 103

De la profundidad de las entrañas Tras las fosas.

VOTIVOS | 104 VOTIVOS | 105

Las cuadrículas de tierra amontonada. La fosas se cubren para ofrendar la vida.

VOTIVOS | 106 VOTIVOS | 107

Antropóloga estrategia de cuadrados y pinceles. Hermanos de hijos, madres de abuelos,

VOTIVOS | 108 VOTIVOS | 109

Las fosas no son tumbas. Los hijos de las madres.

VOTIVOS | 110 VOTIVOS | 111

La costra del peñasco. Continuidad de los parques.

VOTIVOS | 112 VOTIVOS | 113

Heredarán el viento que heredan. Se descorre un cierre de mentiras adversas.

VOTIVOS | 114 VOTIVOS | 115