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Historias de Los Pensamientos Criminológicos
Historias de Los Pensamientos Criminológicos
Objetivo: regular los ilegalismos como el contrabando y los flujos de poblaciones y las falsas
representaciones de condición social.
Por lo que, los que no portaban esos privilegiados papales tenían que lucir ropas, peinados u otras señales para
identificarse a simple vista: a los convictos solía cortárseles la nariz, o una oreja, brazo o pierna. Eran comunes: las
mutilaciones, los azotes, pero sobretodo las "marcas".
Estigmatizar a "otros" era una cuestión de gobierno necesaria y en la que el poder penal, la justicia penal dele Antiguo
Régimen, cumpliría un rol fundamental.
Además, asegurar la identidad tenía que ver también con asegurar la propiedad.
Esas marcas podían servir para probar la reincidencia y agravar por ello una penalidad posterior.
La justicia del Antiguo Régimen mantuvo el elemento de expiación del pecado -> Equiparación entre delito y pecado.
Antes de que rigieran límites al poder, la averiguación de la motivación culpable verdadera del pecador favoreció los
métodos inquisitoriales de no respetar la autonomía humana e intentar introducirse en la mente del individuo para
obtener la confesión. Nación así la prevención, como autorización para comenzar investigaciones sobre la base de
sospechas o denuncias que se mantenían en el anonimato.
La tortura iba aliada a la búsqueda de la confesión privada, y los castigos eran algo público con efectos hacia la
comunidad. El método inquisitivo se afianzó con esta forma de realizar la justicia.
El rey, a través del verdugo, ejercía sobre el cuerpo del condenado la mutilación o la muerte frente a los ojos del pueblo, a
fin de que la marca en el cuerpo individual se grabase en los corazones de los otros individuos.
Como el castigo no era inexorable sino arbitrario, cuando se producía la ejecución de la pena no se realizaba para dar el
espectáculo de la mensura, sino el del desequilibrio y del exceso. El soberano tenía el poder de producir la muerte o de
dejar vivir a sus súbditos, esta es la característica de la soberanía.
El suplicio fue aplicado con la misma violencia racionalizada, no sujeta al azar sino prefijada escrupulosamente de acuerdo
a la gravedad del hecho que se quería castigar.