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Universidad Rafael Landívar Julio Alejandro Sosa #1101220

Entrenamiento en psicoterapia II

ESTUDIO DE CASO

En la experiencia del sueño y otras formaciones del inconsciente, se pueden identificar ciertos rasgos
relacionados con la posición subjetiva o con respecto al conflicto intrapsíquico. En este estudio de caso se
evalúa de manera interpretativa como un sueño tiene una significación importante para la vida diurna y como
la proyecta, teniendo en cuenta que la posición subjetiva está presente como una metáfora abierta creada por
el inconsciente para la interpretación del estado consciente. Se define entonces a la posición subjetiva, por su
nombre, una idea subjetiva del lugar que interactúa y siente el sujeto. Si bien esta posición es extremadamente
construida por el inconsciente, su afección primaria o por la que se transforma en una afección para el
consciente, es por el conflicto intrapsíquico, el cual se considera como la moral del sujeto puesta en juicio por
los deseos internos.

En el sueño de “haber sido apuñalado” “encajar un objeto en un agujero” y “que las figuras, caras y personas
cambian de forma para la humillación de la misma”. Se logra apreciar como la gran parte del sueño forma un
simbolismo metafórico, que encubre a los deseos inconscientes del plano moral en la vida diurna. Este
encubrimiento solamente funciona como censura, pero no cambia respectivamente la posición subjetiva. A lo
largo del sueño, se pone al protagonista como impotente, a lo cual diferiría con el deseo siendo satisfecho; no
se abarcará que es lo que se está satisfaciendo, pero cabe recalcar que la búsqueda de una interpretación de este
sueño, en su fórmula siempre estará el deseo insatisfecho que se está tratando de satisfacer. Ahora bien, el
simbolismo que se maneja puede ser muy coincidente del estado de ánimo como de los residuos diurnos, en
esto, el procesamiento descendente del cual de cierta forma ayuda a que este tipo de sueños, donde la posición
subjetiva del sujeto es la de la víctima, se desarrolle con tal nivel de consciencia y cree un conflicto
intrapsíquico.

Por lo tanto, con interpretar el sueño se puede identificar como la sexualidad, el rencor y la obsesión del
soñador se convierte en un conflicto moral. El “haber sido apuñalado” podría estar relacionado a una creación
del consciente por acabar con la agresividad que se desea, puesto que es el final del sueño. El “encajar un objeto
en un agujero” podría estar relacionado con un aspecto de la sexualidad que se desea y que no se está
obteniendo, de encasillar algo a la perfección del producto compulsivo. Por último, que se vuelve lo más
recurrente, el “que las figuras, caras y personas cambian de forma para la humillación de la misma”, esta
abstracción del sueño, simboliza para el sujeto un conflicto significativo, entre el hacer daño y sentir culpa al
hacerlo, el deseo de hacer daño debido a una acción que victimiza, no solamente significaría tal y como se
describe, una agresión, sino también un mecanismo de defensa por el cual el sujeto no desea ser posicionado
como la víctima, por lo que sueña con jugar el papel del agresor, o metafóricamente, ser el espectador de la
agresión. Este estilo de deseo para el bien del estado consciente simboliza toda está agresión y la convierte en
un síntoma producto del conflicto entre satisfacer o suprimir lo deseado.

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