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Advertencias Elarticulo que ocupa las siguientes paginas es una reorganizaci6n de los materiales, anélisis y teorizacién metodolégica inicial que componen Ia «lntroducciény de nuestra tesis de doctorado, Postica de la visibilidad del Mitouer des simples ames de Marguerite Porete, defendida el 07 de j de 2009 en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. En ella estudiamos desde las perspectivas que aqui se enuncian las ‘imagenes’ poreteanas, tratando su produccién retética, su fancién devocional y su semantica histética, todo ello en base a anilisis intratextuales y comparativos. Se han afiadido a los andlisis iniciales cuestiones que surgieton después y que enriquecieron la investigeién inicial. La tesis esta publicada en linea en Ia base de datos TDX (Iesis Dodorals en Xarxd) y se puede consultar en el siguiente enlace: http:/ /www.tesisenxarxa.net/. Abbreviazioni DS ‘M. VILLER ef al, Dictionnaire de Spinitualité asctique et mistique. Doctrine et Histoire, Paris 1937. Se citara AUroR, Articuh, en DS, volumen, columna/s. eo ‘M. POREE, Elespeja de las al’nas simples, a cara di B. GARI, Madrid 2008*. Mirouer M. POREXE, Le mirouer des simples ames — Speculum sinplicium animarum, a cura di R, GUARNIERI—P. VERDEYEN, Turnholt 1986. Se citara Mirouer, capitulo (en niimeros romanos), pagina/s: renglén/es (en nimeros aribigos). Speechia M. POREYE, Lo specchio delle anime sempli, a cura di R. GUARNIERI - G. FOZZER - M. VANNINI, Milano 1994, LE MIROUER Di Pablo Garefa Acosta (Grupo de investigacidn de la Bibliotheca Mystica et Philosophica Alois M. MPLES AMES DE MARGUERITE PORETE ¥ LA IMAGO Haas, Universitat Pompeu Fabra, Barcelona) ‘Los manuscritos del Mirouery la ausencia iconografica «cliché CNRS-IRHT, ©Bibliothéque du Chateau de Chantilly» La reproduccién que encabeza a estas Iineas corresponde al folio 29v del manusctito conservado en Chantilly, Musée Condé, con la signatura F xiv 26 (ancien 986), catalogue 157, cédice que contiene la tinica versiGn francesa conocida del Mironer des simples ames de Marguerite Porete’. A pesar de que sea tardio, este cddice tiene el valor de ser el tinico conservado en un francés medio de influencia picarda, que apunta hacia la lengua materna de su autora y, quiza, hacia un original perdido”. Ademas de en este texto, la obra de Marguerite sobrevive en diferentes traducciones mas 0 menos contemporineas 2 ella": a) Una traduecién latina, dinica a pesar de las variantes textuales, recogida completa © fragmentariamente en cinco manuseritos de la Biblioteca Vaticana y en un manuscrito de la Bodleian Library’; 1b) dos versiones diferentes al italiano desde el texto latino, probablemente del siglo XIV: de la mas antigua sélo conservamos un manuserito, mientras que la segunda esti consignada en tres*; ©) una traduecién al inglés medio desde el texto francés, realizada entre 1350 y 1360, recogida en tres copias manuscritas. Desde esta versi6n se volvié a hacer una nueva traduccién al latin’. Los datos aportados nos dan un total de seis traducciones conocidas consignadas en quince manuseritos: esta amplia difusién material del Mirouer nos permite hablar desde una perspectiva filolégicamente tradicional de un texto fiable, en el sentido de que a través del cotejo podemos solventar errores de copia, discutir lecciones dudosas y, sobre todo, deducir la existencia de un arquetipo comin reproducido con mayor © menor fidelidad en las diferentes versiones’, Por otro lado, la tradicién académica que ha editado, descrito y estudiado estos documentos no hace mencién de ningxin aparato iconogrifico (i.e. grafico "Como texto francés base wiizaremos alo largo de este tabsjo cl contenido en la edicin binge francés dio latin Le ier des inp ame Specnn spl animarum, acuta de R. GUARNIERI-P, VERDEYEN, Tambout 1986 2 Fl caice es de finales de! siglo XV o fnicios del XVI, caleulindose la redaccdn-inicos de difusiin dela cobra poreteana a finales del siglo XIV. Para una valiosa introduccién a los aspectos materiales de este tmanutcrto, R. GUARNIEN, 1! mrimenio del Libro Spin. Tet « deoumet, «Aachivi Teaiano per la Storia deta Picts, IV (1968), pp. 502-504. Un resumen de esas paginas se encontaci en Mae, p. VEIL. Sobre el pieardo como lengua materna de Margueitey sus consecueneas en cuanto a que pido set letors de as bras de a mista Mamenca, sR. GUARNIENY, Prom Stora, en Spc, pp. 29-30. * Sobre las taduccionesy sus manuscrits debe cars oblgwtriamente, de ucro, a GUARNIER, I meinen dd Liter Spina, pp. 504-309. Por otro lado I obra de S.A. KOCHER, Gender and Pover in Marguerite Parte’ Micouer des simples ames, ress dactoral- University of Oregon, Oregon 1999, pp. 41-56, creana, disce y pone al da la bibliogralia sobre este asunto. *"Para una introduecion a eada uno de eos, ver la informacin que da, VERDRYEN en Miner, pp. VIII- Xi EL manuscrito mis antguo, el ms. Ricardiano 1468, ha sido editado por GUARNIERI como «Appendices en Speco, pp. 502-624 ©V.M.DOmox, «lie Minor of Simpl Sno. A Middle Enhsh Transaton, en «Atchivio Kalano perl Stora de In pietn, V (1968), pp. 241-355. Vasu ver, E, COLLEGE - R. GUARNERI, The Gletes by «Ml. Nv and Rita Mth t «Minor of Simple Sul, en Thi, pp. 357-382. 7V.laposicia de KOCHER, Gener and Pever, pp. 49-54 norliteral) vinculado a ninguno de ellos. Si acudimos, concentréndonos de nuevo en el manuscrito francés, a las deseripeiones codicolégicas que hizo R. Guarnieri en busca de informacién sobre una posible plastica asociada s6lo encontraremos lo siguiente": Ul testo [se refiere al manuscrito de Chantilly] é stato collazionato ¢ cossetto da pid! mani i varia natura sono le numerose postlle marginali: correzioni ¢ integrazioni di lacune, rinvii ad altri passi, commenti spesso esclamativi o, pit di rado, esplicativi, segnalagione di passi partcalarmente sgnifeatvi a meso di manine guantate dalle ngue dita o di Nota bene, pochi rinvii a passi scriturali, oltre a qualche frase di pit dificile intelligenza, che abbiamo riportato in nota ai respettivi passi En efecto, uno de los pocos indices plisticos explicicamente relacionados con el Mireaer son esas amanine guantate» de las que nos habla la erudita italiana y de las que podemos ver tres cjemplos en el folio reproducido al inicio de este capitulo. En todo caso, tales manitas son un signo convencional tipico en manuscritos medievales, denominado técnicamente cenaniculay, que tiene que ver con la marea que un usuario hace en el texto para sefalar un pasaje importante, introducir una nota o indicar un signo de puntuacién: por tanto, no son. caracteristicamente especificas del Mirower, sino de la cultura lectora medieval’. En sintesis, siguiendo las voces més autorizadas al respecto podemos concluir lo siguiente: lo que hoy conocemos como la obra de Marguerite Porete esta compuesta por lo que consideramos un. texto escrito recogido en diferentes manuscritos, en versiones diversas, que no posce una iconografia directamente vinculada En todo caso, un vistazo al folio que reproducimos arriba nos convenceri de que esta afirmacién no es del todo veraz: alli, ademas de las tres manfculas, aparece dibujado en el margen izquierdo un objeto que unas lineas conectan con el corpus textual. Este no es en absoluto un signo convencional: al contratio, es la tinica realizacién plistica de un elemento visible generado por el discurso, la tinica iconografia asignada que, por lo que sabemos, posee el Mirower. Antes de analizarla y realizar algunas reflexiones sobre el Manuscrito de Chantilly, debemos hacer un recorrido por la obra poretcana, encuadrindola en unas coordenadas que nos permitan entender este folio desde una perspectiva adecuada que nos proporcione claves hermenéuticas respecto a su concepcién teolégico-didactica. " GUARNIERI, I’ morimento de Liber Spirit, p. 503, primer subrayado nuestro. BI signo esté catalogado como el «signe fonetionnely, mimero 421-14 en D. MUZERELLE, Vocabulaire cdievlogqne, Pavis 1985. Agradecemos al profesor Ignasi Baiges de la Universitat de Barcelona Su ayuda en. cuanto a cuestiones paleograficas se refiere. El speculum como género didactico y el discurso apofitico del Mirouer. Ja construccién de la imagen del Alma Simple Desde una perspectiva actual, el Mirouer des simples ames, escrito por Marguerite dicta Porete en la segunda mitad del siglo XII, fue un texto perseguido, prohibido y quemado piblicamente por la Inquisicién francesa”, Como sabemos, en la segunda de estas hogueras, no sélo ardié el libro, sino que también lo hizo su autora'', Se ha discutido por qué la Inquisicién se tomé tantas molestias para ejecutar a una beguina y neutralizar, asi, su discurso™: a pesat de no poseer atin ninguna respuesta plenamente satisfactoria podemos deducir que las causas se encontraban a medio camino entre el mensaje que el mismo contenia y la amplia difusién que estaba teniendo", Por otro lado, todos los indicios apuntan a que, ademas de para su lectura individual (que sabemos que se dio en ambientes monacales), el libro se cred para ser utilizado en contextos de lectura colectiva a auditorios no necesariamente eclesidsticos ni letrados"*. Todo ello inserto en una época generadora y receptiva a las nuevas formas de espiritualidad concentradas en la experiencia mistica individual, dentro de lo que B. McGinn denominé «el florecer de la mistica», «the flowering Dos buenas introducciones a la figura y obra de Marguerite Porete, que la insertan en la tradicin de Ja sistca femenina medieval, se encuentran en G. EPINEY-BURGARD - B, ZUM BRUNN, Femmes trombadour de Dien, Tusnhout 1988, pp. 174-198 y en V. CIRLOT ~B. GARI, La mirada infer. Esritorar mista yvsinaras en 44 Edad Media, Madsid 20082, pp. 207-237. V7, también, R. GUARNIEAI, #Prefazione Storia», en Speci, pp. 7.54, "" Glos valiosos documentos editados y comentados en P. VERDEYEN, Le procs dinguiton contre Marguerite Ponte et Guiard de Cresinesar, en «Revue Histoire Ecclésiastiques, 81 (1986), pp. 47-94 2, p.e, B.GARI, Esbyi pp. 1416 "Sobre Ia recepeidn del Miron 1. B. GARI, Mirare ene epi: isteria de la repatn de am tect, en Para el esquema gradual que organiza el itinerario de deificaciin propuesto en el Mirouer, 1 CIRLOT - La mirada interior, p. 234; asi como nuestro estudio sobre la tradicién del mismo en Podtica de la vibildad, pp. 31-123 2 Mironer, 268-272: 3-46, 2 La identifiacién de tal personaje se nos da al comienzo del capitulo, al citarla como aqui vit de vie de aloric, mais angoys de gloire mesmes qui est en Paradis tant seulement: asi se califca a las almas que han ascendido hasta el sexto estado en la escalera de Amor, las anonadadas, estando reservada la gloria propiamente dicha a las almas del séprimo estado, del que nada se puede decir y al que no llegara el alma en Vida corporal, visto, la construccién de un modelo escritural a través de una creatuna escrita es, en el Mirowr, un mecanismo de representacién consciente y textualmente explicito. En este sentido, quiz lo que més nos interese de este fragmento es que Ia afirmacién del Alma en Ja que declara absolutamente necesaria Ja «mendicidad» en el itinerario del alma hacia la deificacién. Como afirmabamos anteriormente, emendicidad» es un término esencial para comprender In escritura del Mirouer. «mendigam» es, desde el punto de vista poreteano, depender de un objeto de conocimiento externo, i. . de otro, para experimentar a Dios". En el caso de un alma anonadada, i. e. cuya voluntad se ha fundido con la divina, esto significa depender de cualquier elemento extemno al sujeto: en este sentido, un libro como el Mimuer es uno de esos objetos externos: el «Dieu en creature» que él contiene como modelo escrito encarna a ese otro cuya Jimosna de saber-experiencia se recibe en la mendicidad: Marguerite, pues, se erige en el discurso como criatura (encarnada alegéricament ¢. visible) tocada por la gracia de Dios, la totalidad que ha recorrido el itinerario hasta llegar a él y fundirse en su voluntad. Es més, del libro de Marguerite se concibe como una imagen, una imagen escrita, un conocimiento de Dios rpresentado catafticamente™. Desde el punto de vista del anonadamiento del alma, de su deificacién a través de la Nada, el Mirover es, pues, un mal necesatio que ensefia a no depender de otro para conocer a la divinidad®. Recordemos, en este sentido, que el conocer lo divino, segiin la doctrina poreteana, se identifica con el experimentarlo™, La amendicidad» en et lenguaje de la beguina de Valenciennes recibe, reiteramos, una valoracién negativa en el texto, pero, a la ver, s ¢ reivindica como obligatoriamente previa a la divinizacién, Bn el caso de Marguetite a través del parrafo citado, es la esentura del modelo, del «Dieu en creature, la que la porta a la experiencia de la divinidad, la que la hace ponerse en movimiento en su camino hacia Dios: «quant je mis en pris/ chose que on ne povoit dire, // et que je m’encombré de ces motz eseripre. // Mais ainsi prins je Gf Bipaje, p. 210, 0. 48, 2 Remitimos 2 la bibliografiacitada en lan. 22 de este artical. ® Otro pasaje que nos aclarara el significado de ‘mendigar’ (mendiey en el contexto poreteano lo encontramos cen Mirouer, XXIII, 90: 11-16, donde leemos: e.es personnes qui telles sont [se Fefiere alas Almas llegaias al sexto estado), sont si remplies, que elles ont dedans elles, sans mendice dehors elle, le divin soleil, par quoy’ elles pevent garder purté de cueur; et nulles auleres che eles, dir Amour, n'ont cogmoissance du plus, et si elles rnéa avoient cognoissance, elles pouroient mendier ou moins, ¢t ainsi ne pouroient avoir souffisances. Aqui Jas Almas del sexto estado se definen mediante una autosuficiencia efeetiva como continentes de dle divin soleibe el efecto que deriva de esto es que se encuentran «saciadas» (empl. Deductivamente podemos afirmar que a ellas se oponen las almas que deben emendigar fuera de ellas mismas» («mendier dehors elles) ese «sol divino», i.e, las mismas almas que necesitan de este libro, del eDiew en ereature» que él representa, para conseguir un substicuto de la experiencia divina, Esta concepeién bisica la encontramos una y otra ver alo largo de Ia obta: np. ela primera enunciaciéa en Mirnwer, «Le Prologue», 10: 10-13, subrayado nuestro: We vous prie par amour, dit Amour, que vous oyez par grant estudie du subtil entendement de dedans vous et per grant diligence, car auirement le mal entendrsnt ous ens qui Porro, ei me sont ce meses 10 mon cours, // pour venir a mon secours». Asi, la existencia de la mediacién es necesaria representar una imagen del Alma Anonadada supone aferrarse a instrumentos racionales o contemplativos, como pueden ser, desde el punto de vista de Marguerite, la materia eserita 6, desde la perspectiva de sus lectores- yentes, las imagenes que laten en ella, hijas de Amor y Razén. Por otro lado, este pérrafo implica la idea de que tomar conciencia de la imposibilidad de expresar a la divinidad es el primer paso para internarse en la via negativa. Depender de la experiencia unitiva de otro, que la muestra como reflejo textual, es lo que la autora llama, en suma, mendigar. Nos encontramos, pues, ante una vindicacién de la ap6fasis como via, que parte de un presupuesto didéctico que, a su vez, se basamenta en la experiencia individual". Por otro lado, tan s6lo nos queda aclarar una idea que se desprende de las paginas anteriores: el Mirower, a pesar de que se ha hecho letra a través de la mano de Marguerite, ha sido dictado por la voluntad divina. Esta idea confiere a las paginas del libro el caricter de escritura revelada y la encontramos por doquier en el texto. Por ejemplo, citando un contexto que ya conocemos: «stoie aussi socte ou temps que je le fis, mais aincois que Amour le fist pour moy et a ma requester, Notemos que, a pesar de que mediante la aposicién la escritura se atribuya a Dame Amour (hecho que convierte el Mironer en obra diving), se subraya el impulso autorial a través de request: ello debe ser relacionado con la bisqueda de la «mendiant creature» que comentamos arriba y su encuentro de la escritura como modo de perfeccién, Citando otro paso: «ay dit, dit ceste Ame, que Amour la fait escrire par humaine science, ct par le vouloir de la mutacion de mon entendement, dont jfestoie encombree, come il appert par ce livre [...). Razonablemente, veremos que ésta €s una consecuencia coherente con la paradoja que comentébamos en principio, pues es la liniea forma de trascender la contradiccién de base libro-apéfasis que posee la autora siendo al mismo tiempo coherente tanto con la via negativa como con la presumida experiencia de la autora como anonadada y, por tanto, con la sumisién de su voluntad a la divina. Que el Miuer sea impulsado por Amor permite, en fin, que Marguerite se constituya como modelo de Alma Simple en el matiz, casi paradéjico, de «llevada al anonadamiento por este libro». Sintetizando este apartado diremos que el Mirouer niega el conocimiento de Dios por otto medio que no sea el de la experiencia del mismo en su Amor, pero, al mismo tiempo, se constituye como objeto, como ymage, de conocimiento del mismo: como vimos, la idea de speculum se levanta sobre una metéfora basada en la percepcién visual, la del espejo que 3 V7, Egpg, p. 223, n, 230, para un ejemplar pareafo de B. Gast que teata estos aspectos. 2 Mironer, CXIXe, 334, 23-25, ul refleja al cristiano que en él se mira™. A su vez, tal metifora es sobre la que efectivamente se construyen los mecanismos textuales de identificaci6n, ya que sobre la idea de reflexién escritural se alza un «modelo» a través de la experiencia de un individuo en el que el receptor s¢ 1. Por otro lado, ya vimos que el Mirower se constraye como ymage de la divinidad, como apoyo material con fines didécticos: tales fines encontrarin en la representaci6n imaginal, ie. en la construccién retérica de una visibilidad interior, uno de sus més iitiles instrumentos. Para finalizar este apartado s6lo nos queda afirmar que a pesar de que la adseripeién genériea del Mimuer ha sido un tema comtin en los estudios poreteanos, s6lo ha habido pocos acercamientos criticos que hayan profundizado realmente en su sentido didéetico. Citaremos aqui, por su importancia, un articulo de R. A. O’Sallivan recientemente publicado, que intenta reintegrar el Mirmuer en el contexto de la ensefianza beguinal de finales del siglo XIII, recogiendo, para cllo, la mayoria de aportaciones académicas anteriores, comparando el texto con otros escritos de la época y completando su anilisis con anilisis intratextuales*. Por otto lado, en lo que concierne al papel del Mirouer como speculum y a su cualidad didéctica, es imprescindible un articulo de B. Gari que reconoce dos partes netamente diferenciadas en el Miruwer": la primera (de «Le Prologuey al «CXXIf° chappitre) corresponde a lo que podemos llamar propiamente el speculum genético, ta segunda, sin embargo, debe ser adscrita al tratado mistagégico (del «CXXIIJ* chappitrey al «CXXXVIIIJ chappitres). Ea todo caso, tanto en su faceta especular como en aquélla mistagégica, debemos buscar la especificidad del texto que tratamos en la propuesta que realiza de seguir un camino de ascensién y caida basado en la apéfasis’. Estos estudios, unidos a las evidencias que aportaremos a continuacién, nos llevan a afirmar la importancia de releer el Miruer desde el prisma de un diseurso construido autorialmente para la transmisin de una serie de ensefianzas. ® Aunque la mayoria de académicos que han tratado la obra de Marguerite Porete se han detenido en este asunto, quizd las implicaciones de la imagen no se han desarrollado tanto como en C. MOLLER, Margurite Porte et Marguerite d Oing de autre cité du minar, New York 1999, M O'SULLIVAN, The Seboo! of Lave, pp. 143-162. Este ariculo supone un precedente muy claro de las perspecsvas y los temas de los que nos ocupamos en nuestra cesis doctoral: gf, p. ¢, el énfasis que le da al papel de las imagenes en la meditacién en Tid, p. 150 39 Nos referimos al ya citado GARI, Flesofa en leary midageia. % Para una diferenciaciéin de estas dos partes en cuanto a didécrica de la imagen se refiere, v. GARCIA ACOSTA, Poética dele viilidad, pp. 189-254, 12 Poética de la visibilidad del Mirouer des simples ames «Dabei ist 7u beriicksichtigen, daB das ,poetische Schen, von dem hier die Rede sein soll, nur cin imaginiertes Schen sein kann.» (HL WENZEL, Hiren und Seben Sebrift und Bild, p. 338) «The author is a “painter”, not only in that the letters he composes with have shapes themselves, but in that his, ‘words paint pictures in the minds of his readers» (M. CARRUTHERS, The Book of Memory, p. 229) Llegados a este punto y retomando las reflexiones a las que nos llevé el fonnea topamos con una pregunta inevitable: realmente, cel estudio de la ‘iconogratia’ del Mirower se limita a los andlisis de este tonel 0, en cambio, podemos hablar de una baisqueda de la visibilidad en el discurso por otros medios que no sean las imagenes realizadas plistica y directamente asociadas con el texto? Nosotros creemos que el tonel no es un limite documental, sino la prucba de que en el discurso verbal laten las estrategias retéricas que conforman las imagenes y de que éstas se pueden ver y, por tanto, analizar. Desde un punto de vista medieval podemos afirmar, siguiendo a H. Wenzel, que el caricter eminentemente visual de las imagenes de una obra como la poreteana se justifica por una construccién diseursiva inmersa en la oralidad”: Poetische Strategien der Visualisierung sind allerdings keine Folge der Verschriftichung, sonder bercirts cin Spezifikum miindlicher Dichtung. Fir die Wissenstiberlieferung in Proze8 der miindlichen Oberlieferung, (by the oral poctic process») betont Havelock am. Beispiel der griechischen Literatur, da® die dargesteliten Kinzelheiten formuliert sind, um dic visuclle Wahenchmung im hohen MaB im Gedéchtnis zu speichern ; sie werden vor dem geistigen Auge («the mind’s eye») zum Leben erweckt als agierende Personen oder als personifizierte Dinge, die lebhaft agieren. En efecto, ain hoy nosotros a pesar de nuestra condicién de lectores (ya dificilmente oyentes) del texto de Marguerite, transcribimos mentalmente en términos visuales ciertos pasajes mientras vamos avanzando en nuestra lectura y ello no es casual: es parte de la intenci6n implicita del texto. Debemos, pues, desentrafiar esas «Poetische Strategien der Visualisierungy a través de una lectura basada en las funciones histéricas del texto y sus imagenes, ya que lo que sens se construye histéticamente (i, ¢., su referencialidad es historic) y también debe ser entendido historicamente (i. e. las imagenes deben 9H, WENZEL, Hien und Seben Sebnt nnd Bil. Kultur and Gedichmnis in Mitelaer, Minchen. 1995, p. 338. 13 relacionarse seménticamente dentro de su propio contexto). Sobre tal historicidad de la imagen ha hablado J. F. Hamburger, aunque en una serie de estudios que las analizan dentro de un marco religioso en relacién a las artes visuales de la Edad Media. Citemos su concepcién de «visual cultures": To stress the importance of “visual culture” is not to champion the notion could exist Quite the opposite: as I understand the term, it is to insist on the historicity of visual experience —what has since come to be ealled “visuality”— and the degree to which what and how we sce depends on the complex, deeply ingrained protocols, some unconscious, some carefully controlled, stil others self-consciously cultivated. Es precisamente este sentido hist6rico el que debemos recuperar para una interpretacién correcta del Mimuer. Para empezar, debemos trasladar nuestras concepciones sobre la imaginacién y la imagen hacia aquéllas medievales para poder entender desde qué perspectiva se componfan las imagenes textuales: en este sentido es esencial la aceptacién de las teorias medievales sobre la percepcién interior y, en lo que nos concierne, del «oculus animae, vel ojo del alma, como parte de aquella serie de westrategias poéticas de visualizacién» fundadas en textos originados para la oralidad de las que nos habla H. Wenzel”. En este sentido debemos plantear aqui lo siguiente: una diferencia fundamental entre la imagen textual y una representacién pli a efectiva es que, desde este punto de vista por cl que la imagen textual se puede plasmar grificamente, sus realizaciones son infinitas. sta apreciacién, que puede parecer obvia, se rclaciona con la finalidad para la que estas imagenes fueron disefiadas: ellas ordenan, aclaran, incorporan las doctsinas en primera instancia mentalmente, ya que van dirigidas a la comprensidn y la memoria, y éstas son, en este sentido, siempre individuales. Existen, por supuesto, marcas textuales que modelan la forma que debe tomar esa imagen y que tienen que ver con la enseflanza que encubren, pero el paso de lo que se ve interiormente a lo que se plasma en el papel, la piedra o el vidrio incluye la reinterpretacién de lo que el artista ha visto en su interior”. J.B HanBURGER, The Visual and the Visionary, New York 1998, p. 28 © Para un recorride por la tradicién medieval de la percepcién interior que nos permite contextualizar los siglos de Marguerite, . V-Cikior, Hildegard vom Bingen y ls adiionvsionaria de Oceidente, Barcelona 2005: para los sentidos imeriores en G. de S. Thierry, » p. 525 para la clasficacién de los tipos de visién en H. de S. Vietor, « p. 75; para una sintesis de la visién en Agustin de Hlipona, . p. 226. Gf, también, S. RINGBOM, Lar image de diotion, XIE-XV seh, Pasis 1995, pp. 18-23. “® Er paste, esta idea esti basada en la claividente afitmaciin de M. BAXANDALL, Painting and Experience in Fifsnth Century Ia, Oxford - New York 1988, p. 45, en la que decfa que el pintor medieval no era otra cosa «que ua visualizador profesional (a professional visualizer) que fijaba exteriormente lo que el piblico y habia 4 La cita que encabeza este apartado correspondiente al influyente libro de M. Carruthers, apunta en esta direccién metodolégica, asi como lo hacen la mayoria de ideas que la estudiosa desarrolla sobre la memoria medieval’. Nuestra perspectiva al acercarnos a la imagen poreteana desde el punto de vista de la visibilidad retérica, sera aquélla que ella puso bajo la nibrica de dliterary pictures» u «organizations of images that are designed to strike the eye of the mind forcefully, and to initiate or punctuate a reader's “progress” through a text, in the way that particular images (or part of images) structure the “way” of one’s eye through 2 pictures", En todo caso, al enfrentarnos a un texto religioso enmarcado en las coordenadas del Miruer debemos tener en cuenta dos aspectos que inciden en la concepién de la Amagen: el aspecto de teolégico que este término conlleva, que se hace explicito en la nocién de similitude del folio que estamos analizando, y Ia relacién que establece con las artes visuales. Tal y como nos avisa J. F, Hamburger” ‘The ambiguous character of the term image can be a source of consternation for modem readers in search of documentation on medieval art. ‘The word’s range of reference encompasses the material, the inmaterial, and almost everything between, What the modern visto dentro de si: tenemos, pues, un esquema muy valido para la Edad Media en el que hay una oposicién: imagen interior (mental, fantasmatica) / imagen exterior (artitica, materia, “Para el aspecto de la memoria medieval a través de imagenes es fundamental a obra de esta esudioss, que, ademés, taza la tradicién de este tipo de construcciones: #. sa esencial The Boak of Memory, Cambridge 1993 cl posterior, The Craft of Theagh, en caya p. 3 encontramos esta magnifica relexidn sobte el dojo interior» en la meditacién monistica, que ve por las palabras y que tan relacionada estaré con el caso poreteano: «The monastic practice of meditation notable involved making mental images or cognitive “pictures” for thinking. and composing. The use of such pictures, I will argue, derives both from Jewish spirituality and from the compositional practice of Roman thetoric. The emphasis upon the aed for human beings to “see” their thoughts in their minds as organized schemata of images, or “pictures”, and then to use these for farther thinking, isa striking and continuous feature of medieval monastic chetoric...», Para un buen contraste entre Jos términos image/pictare en inglés moderno, pero con connotaciones que nos sieven para el contexto, medieval, ». W. J.T. Minciitt, What do Picmres Wans? The Liver and Loves of Images, Chicago 2005, p. 84: cdmages are also, in common, mental chings residing in the psicological media of dreams, memory and, fantasys or they are linguistic expressions (“verbal images”) that name concrete objects chat may or may not bbe metaphoric o allegorical. They are, Bnally (and most abstractly), “likeness” o “analogies” that iavite more or less systemtic correlations of resemblance in a varety of media and sensory channels, De este mismo autor también sera stil consular Iemslagy. Image, Text, Tdolgy, London 1986, pp. 7-46. © The Crap of Thought, p. 122. Sobore epieturan, Ibid, pp. 203-206, © St Jobm she Divine. The Deed Evangelist in Modena! rs and Theology, Berkeley - Los Angeles - London 2002, p. 186, En general, la obta de J. F. Hamburger es metodolégicamente esencial para una inteepretaciéa come la que aqul proponemos ya que, como podemos comprobar en la cita, etrotrze la significacio de la imagen a su contexto y Ia relaciona con su funciéa dentro de las concepciones teol6gicas bajomedievales, sobre todo en su relaciéa con la ayn que hoy llamasiamos aristica y sus usos dentzo de un contexto mistico, Es fundamental, a su ver, porque en sus libros estudia imagenes plisticas que en muchas ocasiones se han marginado en el discurso de los historiadores del arte (por, por ejemplo, baber sido realizadas por monias sin preparacidn teniea, © por pertenecer a ‘géneros’ que no entraban en el canon dieciochesco de las bellas artes), © porque agrupa y analiza fuentes textuales y plisticas sin tener en cuenta tanto su mafia como su funcidn devocional. Ea todo caso, los materiales que maneja se encuentran en su mayoria relacionados con el contexto religioso de Marguerite y su libro, geogrifica, cronologiea y espiriualmente. Gf los anilisis que realiza en The Rothchild Cantchs. Art and Mystiiom in Flanders and the Rhineland c. 1300, New Haven ~ London 1990 y Nuns ar Artis, The Visual Culture of a Medieval Canvent, Berkeley 1997, 15 reader seck to distingish, however, medieval authors often sought to elide. The equivocal character of the émago was ideally suited to the protocols of medieval meditational practice, which were founded on the possibility of a deliberate, if disciplined, transition from the ‘material to the inmaterial. Medieval images not only invited the viewer to pass through or beyond them to 2 “higher” reality, to use conventonal terms, but also asked that the viewer reflect that reality in themselves. Images, both real and imagined, were the medium that ‘made such transaction possible. La reflexién del historiador del arte nos sirve para, en primer lugar, acercarnos al término mago en su complejidad: Jaramente, éste posee un aspecto teol6gico que se presenta como indesligable de su sentido de objeto del régimen de mediacién, que permite el paso de lo mundano a lo trascendente™. Fin segundo lugar, nos permite establecer un vinculo claro, desde esta perspectiva mediadora, en la que supondria una ‘representacién’ de lo divino y el arte religioso medieval, en el sentido de que éste posefa precisamente esa funcién en los tiempos de escritura del Miraer*, En todo caso, en la obra de Marguerite no existe una teoria sistematizada de la imagen en su sentido teolégico més puro (como si que existe, por ejemplo, en el maestro Eckhart), pero sf que hay indicadores que nos permiten acercarnos a una concepcién propia que se erige en medio de una tradicién determinada y que tiene que ver, en fin, con un uso eminentemente prictico de la misma. Conclusiones parciales De todo lo anterior podemos dar algunas conclusiones parciales respecto a la creacién de lo visible a través de lo verbal y a la imagen como uno de los micleos esenciales de la obra de Marguerite. “ Para un recorrdo por los sentidos de image desde citerios doctrinalesy exeyéticos divesos es fundamental RJAVELIT, Image et Recomblone au dowome sec, De Saint Anebne a Alain de Lal, Stasbourg 1967, SES HBRR: estas pgias son importantes, « su ver, por la compledsima revisién y elasifieacion de los disuintos sentdos que el tino adquire en la patistica, cuyas referencias el autor incluye en notas (fn 15-23). Para ruesto estudio es stil comprobar que image posce en los padres una serie de atesticiones referidas a “representacionespictcrica’, ‘estituas'o‘impresion sobre una moneda’ (gf su nota 15), ya que elo coloea el término en una relacién directa con ta visbilidad, con lo fantasmético y con la plistica que posce un desarrollo teoligico paralelo o tangencial al concepto teolégico: en todo caso, un repaso por los sents o los temas que se leadhieren al trmino nos convence de que, de tuna forma u otra, en el estiaisino siempre se selaciona con su caricter de ‘epresentaicn’ ‘5 Para una buena sintess de la interelacion medieval imagen teo¥igca-imagen plisica, x HAMBURGER, St. Joln te Din, pp. 185-201. Antes del estudioso norteamerieano, RINGBOM, Le image de dation, p. 23, haba planteado la discusién, sefalando la Baja Tdad Media como el momento en el que las auevas formas de dlevocisn privada y su uso de ls imagenes atsticasvatiaron el sentido del érmino image. En sus palabras ole ‘mot “image, qui ért Torigine une metaphoretraduisant une notion psycologique, acquit progressivement tne signification coneséte, applicable & Part pictual. Dans Phistoire de Papologétque, un tel glisement avait des précédents[..]. Confronté 4 une forte tradition de visioaire inspires par des ouvres d'art, Yideal 'une devotion détachée des images seffaga pareilement devant une position plus pragmatique qui [.}, pouvait se reclamer de la doble autotté de 8. Agustin y de Gregoire le Grand 16 En primer lugar, respecto a Ja visibilidad, debemos afirmar la importancia que posee interpretar cada capitulo del Mirowr desde una concepcién didactica, que en muchos de los casos posee como niicleo una imagen. Como algunos de los iiltimos estudios sobre el Mirower estin apuntando, la obra poreteana no es tanto un tratado (0, menos ain, una coleceién de textos), como un instrumento didactico inserto en los ambientes de ensefianza de las ‘teologias verndculas’. La oralidad, pues, es una caracteristica implicita en la escritura del libro, sin la cual nuestro espeje se queda en la obra desordenada, caética, laberintica que muchos han querido ver“. Asi, sin este presupuesto que coneibe el discurso poreteano como primariamente piiblico, las imdgenes que habitan en el mismo no se pueden entender de la manera histérica que pretendemos, i. e. como entes ret6rico-verbales potencialmente representables de forma plistica y s6lo comprensibles a través de su condicién teolégica. Por otro lado, reubicar las imagenes en este contexto, permite emprender el camino hacia una hermenéutica més justa de la obra. La razén se desprende de lo dicho anteriormente: tal y como han sefalado estudiosos como W. J. T. Mitchell, la distribucién de las materias de estudio de las distintas disciplinas académicas fragmentan objetos de estudio que histéricamente no son fragmentables: la imagen es, en este sentido, uno de ellos. Al estudiar la visibilidad del Mirvuer debemos, pues, intentar reintegrar en la medida de nuestras posibilidades lo que tradicionalmente ha sido objeto de indagacién de diferentes metodologias, teniendo en mente no tanto lo que nosotros entendemos por imagen, como lo que en la Baja Fdad Media de Marguerite Porete se entendia por ella. Asi, desde esta perspectiva, avanzamos hacia una comprensién mas apegada, primero, al cardcter visual del objeto verbal imagen, y, segundo, a la historicidad inherente 2 tal objeto retérico y visible, Asimismo, sélo a través de la desautomatizacién del témino podemos hablar de una cconografizy del Mirower, en el sentido de que éste contiene ciertas tradiciones imaginarias verbales que se insertan dentro de una tradieién visual hecha de otras tradiciones verbales o plisticas. La consideracién del Mirouer como una obra didéetica conscientemente construida, que se autoconsidera ymage de la divinidad, potencia, en fin, los aspectos mas materiales del cédice como objeto devocional y no tanto como simple vehiculo del texto. Una investigacién en este sentido, que incluya tanto al Manuscrito de Chantilly como a los otros cédices dela tradicién manuscrita del Mirouer, est, repetimos, atin por hacerse, 6 Vos autores citados por KOCHER, Gender and Power, pp. 58-59. 7 Resumen Reivindicamos desde estas paginas la necesidad de reubicar el Mirower des simples ames de Marguerite Porete (1310) en su contexto medieval para restaurar sus imagenes en lo que a percepcién, ret6rica y recepcién se refiere. Partimos de la iconografia inédita de uno de los mirgenes del Manuscrito de Chantilly para intentar comprender la imagen desde el punto de vista de su construccién verbal, visual y teolégica. Asi, tomamos lo verbalmente visible como categoria de anilisis histérico y lo justificamos a través de su caricter eminentemente didéctico, situandolo en contextos de difusién en los que predominaba la oralidad y la necesidad de transmisién de conocimiento a auditorios no necesariamente letrados. Planteamos, pues, una hermenéutica de los aspectos visibles del Mirouer que desea sentar las bases te6ricas que desarrollen la poética de los mismos. 18

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