Captruvo 1
EN BUSCA DE UNA SUBJETIVIDAD
DEsTIruIDA,
Setor
Taloule ha ut pire
iQue herd cone ied?
Aus Pann
‘Los analistas nos encontramos eada vex con mayor fre-
cuencia con pacientes quo viven en el borde, que tus pre
‘ocupan por sn gravedad y por la proximidad eon la muer-
te, Nuevos desafos elinicas nos eonvocan. Las transformacio.
nes en la sintomatologia y las demandas interrogan nuestra
prctica y nos obligan a revisar Ins teoras que actualmen.
4 nos resultan insuficientes y, por ende, requieren de nue
vas reformulaciones. Patologias natesistas, cuadros border.
line, einen de la impulsividad, atagues de panic, clinica del
vvarfo, se trata de poder transitar los bordes y afrontar les
mites de lo analizable,
Como analisiss, cuando nos deaplazamos det campo de la
experiencia clinica al de la eceritura, adoptemos una psicin
diferente respecio de Ia palabra ora, usual en el ejercieio de
4a clini. Probablemente busquem a través de una inserip-
ién cultural més abierta, brinday otra visiblidad a la tarea
{que realizamos, en pos de nuevas formas de autolegitime-
dn social. La eserituraconlleva una demands alternative de
rigurosidad y otra modalidad de busqueda de eonsstencia.
‘Para quienes escriben literatura, Ia palabra escrita es €losu Kuss ne Maven - Stam Raswearr
paradigma de su expresividad. Sin embargo, para los analis
tas a letra oscrta tendré siempre con respect la clinica el
valor de mediscién.
“Rl psicoandlisis, donde no hay postulados centenario
posiblemente eonvierte el acto de escribir en un desafiocuya
omplejidad espectfica merece especial consideracion: es un
medio para que la teria sea una construct eoletiva que
sélo se constituye como tal por obra de los intransferibles
‘Sustes singulares. La mayor riqueza exté dada por la mayor
porosidad de los planteos,
Cuando nos disponemos «eseibie e conjunta da supuestas
twrieos que sostienen nucstra quehaeee pscoamalitica pire,
fn forma relatva, su earécter axiomstin,ravelande a ment!
do fisurase inconsistoncias inadvertidns hasta entonces
{A través de Ia exeritura sobreviene alge que en la expe-
riencia clinica no estaba, algo que In eseritura revela, Asi
algunas bilos de pensamiento se entrelagan fuera de lo limi
ts doa clinien para deapuss volver a ela,
‘ia escritura modela Ia experiencia, la rwerea, No es una
reproduesin sino, en todo eas, una eonstruceién que, como
tal, constituye una nueva versdn, Bn verdad la escritura ae
tie “inventa’ una vers literaria de la experiencia clinica
inagotable desde la palabra eseita, Eseribie ee retranscrbir,
pralucir un texto que abra a nuevas y suensvas retranserip
ions, Hay entre clinica yteola una relacién en la que atubas
se rtroalimentan, se corrigen reejprocamenta. Ast 20 Va pro
lucien la dinléctica entre Ia dindmica einen (ys ford ts
rico) yla esritura (yu fondo clinic). Aunque no todo entre”
nla eseritura, deta llumina ng de Ia dimension clinica
Cada époea tiene una discursividad propia. Nose enferma
siompre del mimo modo. Hey nos toea actuar en un mundo
brumaso donde ls perfiles han perdido especifcidad
5. (2000 Pasanlitn, un oor
16
Aconmsss retrtoricns Aerotech
{La alienacin hia sido sustituida por In fagmentacion. Ls
cxpresiones peicopatoligeas también responden al espiritu de
Ia dpoea 7 eansooventemente, se va modificando lo que socal=
‘nt se econoce oom sintoma. Distintas contextoshisticn-
aclales promusven en cada sociedad modes diversos de sortear
In angustia, Loe diseurss eulturales proponen ideales que fun
‘donan como modelos deidentifeacdn. En le intoraccién suelo
‘inculocultara hay punto de anudamionto y puntos de vaca,
‘Un eultura que basen erradiar a angustia propende ala
prliferacidn de aintomas que son efecto dal amordazamiento
[el dolor De la ealtura de la represin, propia dela moral vic
tariana, en el seno de la eval surgd el poeoandliss, pasamos
x prosucisy padecer una cultura que te asienta sobre la dos-
tmontida y cl desdibujamiento del valor de la alteridad. Bata
fultura del malestar que conlleva la pérdida de espacios pri-
‘yados, desampara al hombre y lo destuida
‘Asistimos 4 un proeaso de subjetivacién precari, earacte
rieado por la diffeltad en la ligadura y un deficit represen
tacionala nivel imaginary simbelie, La subjetividad ame
hnazada y a veces hasta destituida es quiz le marea distint-
wa de este comienzn de silo
‘Acordamioe con Ia diferenciacién que hace Santiago Ka-
vadloff entre dolor ysufrimienta. Define al dolor como el pade-
Cimiento que avasella al sujetoy lo desttuye como ta. Estar
tenfermo os ver coxnprometida la propia subjtividad. En cam
bio el sulrimiento es In reaccin dal sujoto ente ese padec
Imiento. Fs el destino interpretativo que se le da al dala. En el
fufrimiento, el dolor no desaparece pero el sujeto puede operar
fon él es un “hacedor” de su conflict, coo el que busta ents
‘lar un vinculo ereador: Se trata de wn abe poder-hacar algo
‘ou lo que el sintoma hizo de él Soo asi el stoma perderd su
fijeza aunque persista como tal, La relacin del sujeto con su
sintoma es lo que posibilterdorientar un diggnéstico®
2 Ene aS "Dr ea desi ABA
a”Soe Kus a Mane Ste Resene
“Entre el dolor y el sufrimiento talla la anguatia, euya
seta le da la oportunidad al sujeto de salir de la posicidn de
objeto, de objeto arraseda. Ir hacia Ia construc de la sub
Jetividad supone darle ua destino elaborativa al dolor. En es
‘onsiste la especficidad del sufrimiento,artesano que tra
Daja en la eonstruccién de defensns mas adecuadas. A tra
vés del sufrimiento se ir recuperando protagonismo subj
tivo, no sin dolor, afectado, pero no destituido. Nos encontra:
mos con exprosiones elinieas de Ia subjetividad, mds o menos
patoldgicas en virtud del trabajo psiquico que el sujeta esté
‘en condiciones de sopartar =
[No se trata sélo de hacer eonsciente lo incansciente, de
recuperar lo existente, ino de complejzar, de prodeir nue-
vas marcas, de construir lo que nunea extuvo, Desde esta
perspectiva, el pscoanalisis nose “Timitard” a levantar repr
siones sino que también pod ser una herramienta para la
‘onstruecidn de lo no advenido,
‘Adherimos # la idea de un psiquismo abierto concibiendo
a subjetivided on un proceso de eanstruccién permanc
te, con posibilidad de adquirir auevas marcas, Las condi
nes inaugurales no gon determinantes en la medida en que
‘queda habilitad el camino para la inchasin del szar y del
seontecimiento,
Pensar en modelos multidiseiplinarios de abordaje en
salud mental so torna necosario si queremos lichar contra
‘una Visdn fragmentaria del hombre enfermo
Los avances cientifins y tenolégieos aportan valiosos
recursos, tanto diagnéstioos como terapéutices, pero 310 los
integramns adocuadamente, pueden stentar contra los obje
tivos que nos proponemos enearar,
1a asistencia clinica va de la mano de una eoncepcion de
Ta salud y la enfermedad mental. No hay ninguna posibli-
dad de disefarostratogian de abordaje divareiadas dels pre-
8. Maver isa S, Henny 8Oanis pgs trie wir
Ch coat at pent eelSp de APES, Ot 3,
18
Acoxnusresrexartmcos, Aerize come,
supuastos coneeptuales que sustentamos, Queremos comba-
tir el coneepla de salud que deseansa sobre la necesided de
dares Ta enfermedad una "sohueién”prétien y no na eon:
encia subjtiva personalizada, Boseamos darle la palabra,
Featiturle un lugar a la subjetvidad destituida.
amos tironeados entre una cultura actial que pide efi
cacia clinica para aallar el dolor psiquica y nuestra conve
‘iin de que la angustia como verdad del sujeto debe ser ee
hada,
Bl discurso sintomal pide desciframiento, pide atoncin.
‘Somos hablados por sintomas que nos habitan. Recursos
‘anestésieos, malabarismos quimiens, aunque calmen,resul-
tan deficontes i no ee inscribon en tna lectura més vasta,
‘que alaje al menos ambos polos del forejea.
"Bl desgarro dela enformedad psiquica vulnora y amena-
za més aiin Ia subjtividad. (Como articular alivia,escucha,
sostdn,earacion?
‘Necesitamos ampliar las fronteras de ls dispostivos el
nicos elisieos para ir en busea de aproximsciones que no
recorten ni parcialieen mas tadavia nuestra condiciin de
sujotos divididos por defineion,
‘Ls dispositivos se rin disesando no solo atendiendo ala
singularidad sino también por tramos. Las vicisitudes de In
fvolucign determinardn tn redisean perdlien de Ins estrate
‘las elinicas a ser implementadas
‘Tixoneos miopes y mezquinos entre especialidades no
hhardn inde que empobrecer nuestro ya limitado campo de
scsi.
a brijula que orienta la clinica es siempre singular. La
“hoja de ruta’ del proceso terapéutico se traza en el caso por
cago, Son vanos ls intentos de “estandarizar” en paiquistis;
‘nds atin, resultan restrieives y peigrosos en un campo euyo
Tinie motores contener, ecichar y generar tn espacio que
Tavoredea el gurgimiento y anudamionta de la palabra
‘Los vinculos imponen al psiquismo una exigencia de tra
19Sus Kors ne Mase Soe Rese
bajo, ponen on juogo la tensién entre la repeticién y fa bis-
queda de lo nueva. Este procodimiento, por cierto esforzad y
Alife, es el que sin embargo posibilitard al aujeto aeceder &
nivales mayores de eompleizaisn
Bistrocaart
Hornstsin, L. (2003) Inereubjetvidad y clinica, Buents Aire:
aids
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‘retrtoimposble, Bu Aes: gar
Peicoanlisi. Revista de APdeBA "Dar Social’, vl. XXIV, N°,
‘Beno Ales 2002,
20
Cavtroto I
Asorpases MULTIPLES,
‘EL LUGAR DEL AcoMPaNaNTs TeraPeUTICO
Aconasvomssro menaPeurico: UNA HXPERIENCTA
sen la “linica del desvalimiento" donde anida el compa:
‘samientoterapéutico, Las patologias del deeamparooalojaron
‘ede el eomienzo, En au tereitoro, el do la indefensn hua.
‘a, de perimetros orraias en el nico, se fue demareand eins
ttibend con nitideserecente un espscio pare el Acompafants
"Terapéution, Su dialeto fue construyenda su propia ezpecfc:
ad, desplagendo un alfabetainenmeluso atin hoy.
‘Actualmente, de regreso de aquellaeruzada épica de los
srigenes, persistimos en el intento de darle al Acompanante
‘Terapéutien la earta de cudadanta que mereze. nel decur-
0 figuagueante do la praxis cliniea fue deviniendo una
vocacién; una vacacién entendida, como bien dice Santisgo
Kovaillof, como quello que nos elige. Que dispone de now
frag que se nos impone”*
La valoracién subjetiva de le profesién ha eambiado.
Reeseribir yactualiza los problemas y lo aleances que plan-
tea In integracidn del Acompadante Torapéutico en el abor
aj de pacientes de difil scceso, un eompromiso que nos
sigue involuerando;imprime a la tarea sentido y,a su vex, ex
tant findamentacign conceptual, nos expone a precisar y a
rovisarincesantements el quehacerelinic,
1, ie 0902 Le nae garni, Bonne Aiea
a