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Análisis de viabilidad

Se conoce como análisis de viabilidad al estudio que intenta predecir el eventual


éxito o fracaso de un proyecto. Cualquier proyecto o empresa que se desee poner en
marcha debe tener como herramienta principal un plan de viabilidad que deje patente las
posibilidades de éxito que aquellas iniciativas pueden tener. No es una simple
formalidad burocrática, sino que es una herramienta necesaria para la toma de
decisiones estratégica; es una forma de pensar. Es imprescindible llevar a cabo una
investigación completa que conduzca al conocimiento de si realmente el proyecto
aportará los beneficios que se esperan de él y podrá sobrevivir durante un tiempo
razonable.
Para lograr esto, parte de un análisis de la situación con datos empíricos (que pueden ser
contrastados) a los que accede a través de diversos tipos de investigaciones (encuestas,
estadísticas, etc.), que sirva para identificar las fortalezas y debilidades del enfoque
actual. Es decir, comienza con un análisis de la realidad concreta en la que se quiere
desarrollar para minimizar el margen de error.
El proyecto es el instrumento que da sentido, define, concreta y estructura las
distintas actividades que queremos desarrollar, enmarcándolas en los fines del plan de
gestión y de la planificación estratégica. Y el estudio de viabilidad consiste en algo tan
obvio como ver si es posible ejecutar el proyecto y darle la continuidad que precisa.
Para ello, habremos de tener en cuenta los recursos con los que contamos, los
que necesitamos y nuestra capacidad para conseguirlos y seguir generándolos en el
futuro. Si contamos con esos recursos, el proyecto es viable y podemos ponerlo en
marcha; si no hay recursos suficientes o no tenemos claro que seamos capaces de
generarlos en el futuro, la decisión más inteligente es descartarlo o aplazarlo.
La viabilidad de una empresa está condicionada al cumplimiento de los cuatro
aspectos siguientes:
 Viabilidad técnica.
 Viabilidad comercial.
 Viabilidad económica.
 Viabilidad financiera.
Viabilidad técnica
Hace referencia a aquello que atiende a las características tecnológicas y
naturales involucradas en un proyecto. El estudio de la viabilidad técnica suele estar
vinculado a la seguridad y al control de lo que vamos a hacer; esto es, a sus
características, funcionalidades y propiedades físicas y a cómo lo vamos a hacer.
Tendremos que conocer cuál es el proceso de fabricación/realización, los medios
técnicos necesarios, los medios humanos que van a intervenir y su cualificación, los
materiales necesarios, control de calidad, gestión de residuos, etc. El estudio de
viabilidad técnica conlleva resolver la pregunta de si es posible, desde el punto de vista
tecnológico, desarrollar eficientemente nuestros productos/servicios.
Viabilidad comercial
Un proyecto es viable comercialmente si justifica la existencia de un mercado
para el producto/servicio previsto, y las ventas previstas son realistas con el
planteamiento que se realiza de la empresa.
Viabilidad económica
El proyecto es viable, desde el punto de vista económico, si, con los recursos que
somos capaces de conseguir, es capaz de generar beneficios y tener
una rentabilidad suficiente que compense los riesgos en los que se va a incurrir.

¿Qué es el VAN y el TIR?

Puede que te preguntes, ¿qué es la VAN y el TIR en un proyecto? Se trata de


dos indicadores financieros muy utilizados en el cálculo de la rentabilidad y
viabilidad de un proyecto y se basan en los ingresos menos gastos netos que
tiene la caja de una empresa. 

¿Qué es el VAN y el TIR?

El VAN es el Valor Actual Neto y se calcula con los pagos que son necesarios
para iniciar un proyecto, además de con los supuestos ingresos que se
generarán en un futuro. 

El VAN determina si la inversión es rentable o no, por lo que debe usarse en la


fase inicial de un proyecto, para tener una estimación de sí una inversión es
viable o no. Dicho de otra manera, el VAN es la oportunidad con la que cuenta
una empresa para medir y evaluar sus inversiones a mediano o largo plazo.

El valor del VAN gira en torno al 0, es decir, es su valor neutro:

 Si el VAN es igual a 0, la inversión no generará ni gastos ni beneficios,


por lo que se debería tomar alguna acción para que el proyecto genere
algún valor.
 Si el VAN es mayor que 0 significa que la inversión generará beneficios,
por lo que el proyecto en principio es viable.
 Si el VAN es menor que 0 ocurre lo contrario, el proyecto generará
pérdidas, por lo que no es conveniente llevarlo a cabo.

Ahora, para calcular el VAN es necesario considerar los siguientes parámetros:

 Inversión inicial
 Inversión realizada durante el proceso
 Flujos netos de efectivo
 Tasa de oportunidad
 Periodo de tiempo

¿Qué es el TIR y cómo se interpreta?

El TIR es la Tasa Interna de Retorno y muestra el tipo de interés necesario para


que el VAN sea igual a 0. Por lo tanto, el TIR es la tasa de retorno de la
inversión realizada, indicando el porcentaje de beneficio o pérdida que se
obtiene en una inversión. 

Este indicador determina la rentabilidad y la viabilidad de un proyecto, en este


caso usando las entradas y salidas de caja en neto y el total de la inversión que se
ha realizado.

Diferencias entre el VAN y el TIR

Puede parecer que el VAN y el TIR son similares, o que su propósito es


el mismo, el de indicar si un proyecto es rentable o no. Y es cierto, son dos
indicadores que se utilizan para saber si es viable o no invertir en un proyecto.
Pero su mayor diferencia es que el VAN calcula la rentabilidad utilizando
valores monetarios, mientras que el TIR indica el resultado en forma de
porcentaje. Y aún existe otra diferencia más: el VAN contempla los
vencimientos de los flujos de caja, teniendo en cuenta los más próximos para
que la inversión sea menos arriesgada, mientras que el TIR no tiene en cuenta
este aspecto.
Viabilidad financiera
El proyecto es viable, desde el punto de vista financiero, si no plantea problemas
de tesorería y tiene una estructura financiera equilibrada, en cuanto a endeudamiento,
solvencia y liquidez. Esto es, si con el dinero que se va a generar (inicialmente, con
aportaciones de socios y endeudamiento, y luego con los cobros por las ventas derivadas
de nuestra actividad) se puede hacer frente, puntualmente, a los pagos.
El período de recuperación de la inversión (PRI)

Es un indicador que mide en cuánto tiempo se recuperará el total de la inversión


a valor presente. Puede revelarnos con precisión, en años, meses y días, la fecha en
la cual será cubierta la inversión inicial.

El análisis de costo-beneficio

Es el proceso de analizar las decisiones de un negocio. Cuando una decisión está


bajo consideración, el costo de una opción es restado del beneficio del mismo. Al
realizar un análisis de costo-beneficio la administración puede decir si una inversión
vale la pena o no para el negocio.
El costo de capital
Se define como el retorno que espera un inversionista por comprometer capital y
asumir los riesgos de un determinado negocio.
Al margen de conocimientos técnicos, el uso del pragmatismo y del sentido común
resulta imprescindible. Hemos de tener clara una idea central. Al margen de otras
consideraciones, más o menos importantes, nunca debe perderse de vista que la
empresa, el proyecto, debe de mantenerse en el tiempo, debe sobrevivir en el mercado.
Si la empresa muere, todo lo demás pasa a un segundo plano, por no decir que también
desaparece. Y deben de darse siempre dos condiciones para el mantenimiento de la
empresa en el mercado:
1. Rentabilidad: Los impulsores de un proyecto no asumirán un riesgo si no
obtienen una recompensa suficiente para asumir riesgos o, por lo menos, dedicar
su tiempo al mismo. No necesariamente hablamos de dinero (en una empresa de
negocios estará claro que sí), pero siempre de la consecución del objetivo que
justifica nuestros desvelos (v. gr.: una empresa social). Por lo tanto, su medida
siempre vendrá dada por una relación: Lo que obtengo (normalmente hay que
vender) con respecto a lo que aplico (recursos aplicados).
2. Solvencia: Si no se paga a tiempo (salida de dinero), la empresa desaparece. Y
para pagar, antes hay que cobrar (entrada de dinero). En consecuencia, su
medida vendrá dada por la relación entre cobros (normalmente hay que vender)
y pagos en el tiempo.
Es fácil, pues, sacar una primera y fundamental conclusión: hay que vender o, al
menos, tener las suficientes probabilidades de que esas ventas (y cobros) se van a
producir. De otra forma, quizás demasiado drástica: si todavía no tienes ventas, no
vayas a buscar inversores, ve a buscar clientes. Un inversor es alguien que prefiere
invertir su dinero en una empresa en vez de ponerlo en bonos del Estado o en el banco,
y al hacerlo asume un gran riesgo. A menudo pierden su dinero, y a cambio esperan
obtener de las inversiones que salen bien un beneficio bastante mayor del que les daría
una inversión más segura.
Además del enfoque de sentido común que el estudio de viabilidad de un
proyecto aporta a la planificación del mismo, existen muchas otras razones que
impulsan a las empresas y emprendedores a comprometerse con su elaboración. La
realización de un estudio de este tipo es una buena práctica y su aplicación puede
observarse en todos los negocios de éxito. Las organizaciones que menores cotas de
fracaso de proyecto presentan tienen en común el haber dedicado el tiempo y los
recursos necesarios a examinar a fondo todas las cuestiones y evaluar su probabilidad de
éxito antes de iniciar el siguiente proyecto. Además de minimizar el riesgo, el estudio de
viabilidad les ayuda a:
 Centrarse en el proyecto en sí y obtener una perspectiva más completa de las
distintas alternativas. De hecho, es frecuente presentar
distintos escenarios (optimistas y pesimistas; mejor, realistas) en cualquier
estudio de viabilidad.
 Detectar los signos que advierten de que es mejor no continuar y las razones que
justifican esta cautela. Detectar adecuadamente los distintos tipos de riesgos y
las posibles responsabilidades en las que se puede incurrir.
 Aumentar la probabilidad de éxito al descubrir los distintos factores y
circunstancias que, desde el principio, podría afectar al proyecto y perjudicar a
sus resultados. A estos efectos, es fundamental temporizar (el factor tiempo es
vital) y revisar en el tiempo (no es algo cerrado o que se haga una sola vez). Para
aumentar su usabilidad es importante que contenga suficientes detalles como
para permitir continuar con la siguiente fase en el proyecto.
 Contar con información de calidad para llevar a cabo una toma de decisiones
basada en datos objetivos y fiables. Además, disponer de documentación
completa, fruto de la investigación a fondo que la empresa ha llevado a cabo en
diferentes áreas, que justifique el rigor y la precisión de las previsiones y
cálculos realizados.
 También contribuye a atraer inversiones, uno de los beneficios más aplaudidos
del estudio de viabilidad de un proyecto, tanto de nuevos socios como de
instituciones de crédito y otras fuentes monetarias.
Si se quiere obtener dinero de un inversor (si vas a arriesgar tu propio dinero), se
debe de tener muy claro que normalmente no invertirá sólo en ideas, power points ni
tecnología que hayan salido del laboratorio, salvo raras excepciones. Sobre todo
necesitará saber que hay un número creciente de personas dispuestas a pagar por lo que
ofreces, o al menos que hay mucha, mucha, gente interesada en ello. A esto se le
llama tracción de mercado. “No tracción, no money”.
Además, para recuperar su dinero (fundamental el plazo de recuperación de la
inversión previsto) tiene que obtener dividendos (beneficios que se distribuyen, para lo
que tiene que darse dos condiciones: que se produzcan y que se tome el correspondiente
acuerdo de reparto, en lo que tiene mucho que ver quién detenta la mayoría de votos) y,
sobre todo, tiene que poder vender su parte de la empresa a otra persona por bastante
más dinero del que invirtió.
Para poder hacer esto la empresa debe haber aumentado mucho su facturación y
tener perspectivas de crecer aún más. Traducido: no basta con que el negocio sea
rentable (ingresos > gastos), además es deseable que sea fácilmente escalable y
tenga potencial de crecimiento durante el suficiente tiempo.

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