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La Vida Cotidiana en La España de La Posguerra
La Vida Cotidiana en La España de La Posguerra
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Manuel Espín, ALMUZARA, La vida cotidiana en la España de la posguerra,2022;13-14
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PRIMERA PARTE- CON LA GUERRA EN LA FRONTERA
FRAGMENTATION SOCIAL
Seguramente entre los mayores choques identificados por el autor en el periodo
posguerra está el relativo a la sociedad. De hecho es posible identificar una fractura
social real y propia emergida de un trauma intenso en la España de los años treinta
y en la posguerra. Tal fractura, generada por el conflicto político interno, está
caracterizada por la división en bandos de la sociedad entre los “ganadores” y los
“perdedores” de la guerra. Estos últimos se vieron obligados a vivir en una condición
de gran desgracia que limitaba claramente la calidad de vida de ellos y su imagen
social. Ejemplar de esta intensa fractura social es la historia de las dos hermanas
De la Mora, María y Constancia, que aunque provienen del mismo entorno familiar y
comparten una sólida base social común, en el transcurso de la vida se identificaron
con las dos fuerzas políticas opuestas en ese momento: el comunismo y el
fascismo. Esta discrepancia social tuvo grandes repercusiones en la vida cotidiana:
si no se pertenecía a alguna de las categorías triunfadoras se necesitaba un avalista
para poder desarrollar una mínima actividad social: había una verdadera exclusión
de parte de la sociedad para los cargos públicos.
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autarquía | Definición | Diccionario de la lengua española | RAE - ASALE
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idendidad redicalmente contraria a el liberalismo politico y economico. Este modelo
económico aportó que los grandes propietarios no necesitaban invertir en la
eficiencia de los procesos productivos ni en mejorar la calidad de la producción y
servicios. Esto explica el retraso en el desarrollo de España. La autarquía tuvo dos
fases en la historia del régimen, en la primera se marcó un completo aislamiento de
la esfera social y productiva que comportó una pérdida importante de calidad de
vida de la gente. Tal condición alimentó una tendencia de ruralización de la
población que tenía más facilidad de sobrevivir en el campo que en la ciudad. No
solo hubo un control en la producción también hubo uno sobre la distribución de los
alimentos: fueron instauradas las cartillas de racionamiento, que implican cualquier
cosa menos un desmantelamiento justo y civil de los alimentos. La corrupción creció
y la calidad de vida disminuyó drásticamente. Una primera fase de la autarquía
donde en España se configuraron ritmos completamente diferentes del resto del
mundo: las jornadas laborales eran diferentes, los horarios, la medidas de
distribución (no kilo, litro pero cuarto o decimos), la comida, las bebidas y mucho
más. La falta de productos esenciales empujó a España a desarrollar un mundo y
una vida alternativa a la internacional. Una vida privada en primer momento de las
novedades internacionales, de los productos del capitalismo, por ejemplo bebidas o
comidas, de los coches o del progreso en el campo energético y telefónico. El
régimen aportó también una gran limitación en las libertades de información,
muchos libros fueron quemados y otros tantos declarados prohibidos. La crisis
económica, el bloqueo de las libertades individuales y las fracturas sociales fueron
también acompañada de una gran crisis con respecto a las infraestructuras, que
duró hasta los años cincuenta, dictada por la falta de material para la reconstrucción
de los daños aquejados por la guerra.
La segunda fase de la autarquía, que empieza a partir de 1953 fue caracterizada
por una apertura de los comercio al panorama internacional causando así un
crecimiento inmediato del país. Además de una mala situación económica y social,
España se vio afectada en los años cuarenta por una serie de desastres naturales y
accidentes ferroviarios. El más terrible fue en 1944 cuando el tren Madrid-La Coruña
chocó contra un tren atestado de viajeros en León a Torre del Bierzo por un fallo en
los frenos causando la muerte de unas 80 personas.
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IDENTIDAD ESPAÑOLA
La creación de una identidad española y de una moral correspondiente ha estado
estrechamente afectada por la cercanía de los alemanes y a la presencia de la
iglesia en el territorio español después de la primera guerra mundial. La influencia
germana iba a marcar su máximo punto hasta 1943. Los principales canales de
influencia fueron los medios de comunicación como la radio y la música, además a
través de las acciones más cotidianas como la moda, costumbres, la cultura, la
arquitectura y la estética los alemanes difundieron su influencia. La influencia fue
también muy grande en el ámbito de gestión política y militar: la ideología del
nacionalsocialismo alemán y del fascismo italiano iba paulatinamente entrando en la
cotidianidad española. En estos años era obligatorio poner el brazo en alto en todos
los eventos públicos y la convicción y en la escuela, y se concibe la idea del
partido-Estado. Como de praxis en las ideologías totalitarias el objetivo era crear
una identidad nacional sólida que identificaba a la comunidad y establecía límites
con el exterior. En la construcción de esta identidad el sentido religioso tuvo un
papel muy importante, el régimen y su población se identificaba como “ser español”
y “ser catolico”: se procedió a una homologación masiva del ciudadano. En los años
cuarenta se difundió a nivel nacional la enseñanza de la doctrina católica y todas las
películas, emisiones de radio o canales considerados profanos habían sido
prohibidos. No hacía falta la voluntad de construir la imagen de la familia tradicional
y de la condición de la mujer. El objetivo final de la ideología del régimen en este
sentido era “ devolver a la mujer al hogar” y “ liberarla del taller de fábrica”3.
En una sociedad patriarcal, conservadora y religiosa se llevó adelante la idea de la
mujer como responsable de la casa y del crecimiento de los hijos, cuyo trabajo y
razón de vida era complacer y servir a su marido, cuidar los hijos y estar en la
sombra de la sociedad, viviendo una vida de sacrificio y dolor.
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Manuel Espín, ALMUZARA, La vida cotidiana en la España de la posguerra,2022; 144
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beligerancia” y cuando vio la victoria de la guerra en manos de Hitelr decidió entrar
para apoyarlo, como hizo Mussolini. Tras el vergonzoso comienzo de las tropas
españolas y la ruptura del sueño africano el ejercito español, tambien como las
italianas, fueron englobadas bajo el comnado alemán y controladas por Hitler hacia
un guerra anticomunista. Esta cercanía con el fascismo y nacionalsocialismo hizo
surgir fracturas internas al régimen entre los monárquicos y los falangistas cuya
contraposición alcanzó el nivel de tensión más alto con el atentado de agosto de
1942 en Bilbao. En esta situación de fragilidad política en septiembre de 1943 se
arriesgó a volver a la monarquía. Tras la posibilidad de un cambio de sistema
político, el Régimen intentó cambiar su posición a nivel internacional y hacerla más
positiva a los ojos externos. Se quitó la obligación de el saludo fascista y se aprobó
la Ley de Sucesión de la Jefatura del Estado en 1947. La situación a nivel
internacional cambió en el curso de la segunda guerra mundial. En un primer
periodo España con un sistema político, económico y social en crisi, tenía mala
reputación al extranjero, seguramente también porque la ONU, que tenía fama y
relevancia a nivel mundial, en 1947 puso el país en la “lista negra” describiendolo
como “peligro para la paz” y tachandolo de fascista. España, más que nunca a
finales de los años 50, necesitaba integrarse en el panorama internacional y abrir
sus puertas comerciales y sociales para salir de la difícil situación creada por la
autarquía y la rigidedel régimen. El objetivo fue el de abrir las relaciones comerciales
y buscar personajes internacionales para promover la imagen de España en el
exterior y para proyectar una imagen de normalización hacia la sociedad española.
Una política de atracción de figuras internacionales mediante la práctica del turismo
pagado y los eventos culturales. En esa misión el cine y la revista jugaron una llave
muy importante para las condiciones del régimen español.
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AISLAMIENTO Y LA SOLEDAD DEL PAÍS
La voluntad de establecer una autarquía y la rigidez del régimen llevaron a un
aislamiento total del país en el panorama internacional alimentando asi el
contrabando y mercato negro en circulacion de los nuevos productos. Dos
actividades ilegales que, a pesar de los altos costos y riesgos, venían practicadas
por todos los que tenían que sobrevivir en ese mundo desastroso e inhumano. Tal
situación comportó la falta de medicamentos esenciales, como la penicilina, en el
territorio, una grave situación energética y llevó a un entorno completamente
desastroso en el campo de la alimentación,del combustible y de la producción
industrial. Es muy interesante destacar cómo el autor describe la caótica adaptación
de la vida cotidiana española a esta situación catastrófica de la posguerra. Solo en
los principios de los años sesenta se desarrollaron planes de electrificación rural y
de extensión de líneas telefónicas.
El principio bajo la autarquía que “ no necesitamos importar nada” y la voluntad de
crear una identidad nacional española llevó a el uso de la censura en diversos
ámbitos para evitar que, a través de las imágenes de cine o de las producciones
radiofónicas, se desviaran valores y costumbres lejanos de la “ortodoxia nacional”.
El régimen vinculó la cultura a la ideología franquista y pretendía que los artistas
fueran instrumentos de transmisión de la ideología y constructores de la identidad
nacional. Ejemplar es el pintor Salvador Dalì con sus cuadros como “ el rostro de la
guerra”. El autor identifica la “realidad de la cultura española de posguerra tan
compleja como la del espacio político”4
GUERRILLA Y OPOSICIÓN
En España, a diferencia de los creados por los regímenes fascistas y nacionalistas,
se crearon a principios de los años cuarenta campos de concentración para la
población que había combatido en el bando republicano, los presos políticos, los
delincuentes y problemáticos. Algunos de estos campos se convirtieron en campos
de trabajo con situaciones higiénicas y alimentarias inhumanas. Entre los que se
dirigieron a estos campos estaban los presos políticos, primeros de todos los que
militaban en la resistencia al régimen, personas identificadas como “guerrilleros”.
Estos grupos militares, formados por la mayoría de anarquistas y socialistas, se
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Manuel Espín, ALMUZARA, La vida cotidiana en la España de la posguerra,2022, 250
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crearon en los territorios montañosos y centrales del país y lucharon para la
liberación del poder del régimen. La eficacia de la guerrilla fue muy escasa, sobre
todo porque el régimen alimentaba una imagen negativa de ellos a los ojos de la
opinión pública destacando los actos de violencia que se veían impulsados a hacer
para poder sobrevivir.
COMENTARIO PERSONAL
A pesar de la lengua extranjera y el tema en parte desconocido para mí, el libro me
interesó mucho. Elegí este curso voluntariamente por puro interés personal y
curiosidad. Estaba ansiosa por saber lo que había sucedido en el país anfitrión de
mi experiencia Erasmus y entender el background cultural de las personas que me
rodean. Este libro coincidió perfectamente con esa voluntad qué tenía: a través de la
lectura me sumergí en la vida cotidiana española de la posguerra. No tuve
demasiados problemas en leerlo con el idioma y entonces puse apreciarlo más. Me
gustó más la primera parte donde Manuel Espín se enfoca sobre la ideología del
régimen en diferentes esferas: la económica, con el análisi sobre la autarquía, la
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social, con la formación de un identidad social nacional y el papel della Inglesa, y
política donde, también a través testimonios, describe la fragmentación entre los
bandos y la lucha política bajo el régimen. En la segunda parte el autor abre una
digresión muy grande sobre el panorama cinematográfico, teatral y radiofónico,
identificandolos cómo instrumento de control y propaganda que han tenido un papel
de extrema importancia en la construcción de la identidad nacional española primera
y después en la en la reanimación del país en los años cincuenta. Al final del libro se
cuenta la paulatina apertura de España y su transformación hacia una normalización
más internacional que empezó por los principios de los años 50 gracias al apoyo de
los Estados Unidos después el apoyo español en la guerra fría. En el final me gusto
mucho la breve referencia al cambio de mentalidad del pueblo, que pasa a ser un
actor activo que reivindica en la calle y en voz alta los propios derechos y
necesidades.
Seguramente recomendaría el libro a amigos y familiares y leería más textos del
autor, por la simplicidad y claridad de la escritura. La única nota negativa que me
matizaria se refiere a la segunda parte. He perdido un poco interés en la lectura
visto que había una constante referencia a la cultura teatral y cinematográfica
española, y yo teniendo poca referencia de esta tuve que investigar por mi cuenta
los distintos actores y películas, ralentizando la lectura y el enfoque en el tema.