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CLASE EXPLICATIVA:

Como pudieron ver en el último trabajo a principios del siglo XX en Europa y América va a
comenzar una etapa conocida como sociedad de masas. Las nuevas formas de producción capitalista
denominadas Fordismo y Taylorismo, con un control racional del tiempo del trabajador, la
disminución de tiempos muertos, la línea o cadena de montaje, provocaron una mayor producción
en serie, en menor tiempo y cuyos productos resultaron ser más baratos. Aumentó el número de
trabajadores obreros de fábrica así como también se fue expandiendo y consolidando una clase
media en muchos países europeos y americanos.
Estos grupos comenzaron a consumir y adquirir productos diferentes para su vida cotidiana dando
lugar al nacimiento del llamado mercado de consumo masivo para el cual se destinaba una nueva
forma de comunicación con un fin específico: la publicidad. Promover la necesidad de adquirir
bienes de consumo para favorecer los mercados internos y de exportación sobre todo de aquellas
potencias industriales que vendían productos manufacturados a los países aún no industrializados.

Más allá de estos nuevos hábitos y ampliación del consumo, sectores medios y bajos fueron
logrando en muchos países que se extendieran los derechos políticos. Fue así como en esta primera
etapa del siglo XX algunos estados democráticos van a ampliar la ciudadanía y participación
política (entre ellos Argentina). Los estados autoritarios, como los que vamos a tomar para hacer el
trabajo, Alemania, Italia y la Unión Soviética (URSS), van a buscar el respaldo de la población.
Para esto va a desarrollarse la propaganda política masiva: afiches, actos masivos, cine, radio, etc.
van a ser utilizados para imponer las ideas del régimen y unificar la opinión pública.

Si bien hablar de sociedad de masas implica gran cantidad de personas, lo que las caracteriza a la
vez es la pérdida del vínculo, sobre todo en las grandes ciudades. Los individuos no se conocen
entre sí (muchas veces ni siquiera entre personas que viven en un mismo edificio), y las
identificaciones generales, como las políticas, deportivas, de género, etc. son las formas posibles de
unión y articulación social. Muchos partidos políticos comprendieron que más allá de su
autoritarismo, la propaganda servía para uniformar pensamientos, respaldo y acciones que
legitimaban sus regímenes y les aseguraban su continuidad.

Como analizaron con la última bibliografía, el consumo también va a ser de “entretenimiento” y


cada vez más los mismos medios de comunicación se van a ir convirtiendo en objetos mismos de
consumo, incluso los mismos periódicos.
Estos productos en el mercado van a ir variando y se van a ir ampliando las ofertas, la competencia
entre empresas, por eso el uso de la publicidad.
Estos bienes o el acceso a determinadas actividades recreativas, educativas, de entretenimiento, etc.
también van a seguir constituyendo un signo de status social. Soy o “pertenezco” de acuerdo con los
productos que consumo, que obtengo, por los lugares que se frecuentan: turísticos, de vacaciones,
museos, teatros, tiendas, fueron para estos nuevos grupos signos de status.
Lo habían sido siempre en otras épocas históricas y lo siguen siendo en la actualidad, sin embargo
lo nuevo de la primera mitad del siglo XX fue la incorporación de otros sectores.
Estos cambios en el mercado masivo y en la producción fueron acompañados por cambios
tecnológicos, de transportes, urbanización, comunicaciones (cine, teléfono, telégrafo, radio, etc.).

Como ya dijimos estas transformaciones no fueron iguales en todos los estados. Se intensificó la
división internacional del trabajo, países centrales industrializados y países en vías de desarrollo
exportadores de materias primas e importadores de manufacturas. Se acrecentó la clase obrera, se
difundieron las ideas socialistas, anarquistas, sindicalistas sobre todo con la revolución rusa. Se
produjo una concentración de capital en grandes empresas ampliando el sistema bancario, créditos,
uso de tarjetas o bonos para extender los pagos, favoreciendo el consumo sostenido.

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