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MIGUEL DE UNAMUNO SOBRE LA LECTURA E INTERPRETACION DEL QUOTE Feeosts cosas se muestra mis de relieve que en lo que con el nal Seon Espa la tristisima decadencia de muestio espa eet potide decir con toda justia, que no es Espns quella og as més se conoce el Quijote, y puede ahadicse aoe nee aguallaen que mejor see once. spec el mundo se hata aqui de repetir que el Quijote es la primes £3 obralteraria espafiols, aaso la tniea que tenga snegucaionnt Pues- {gn el caudal escaso de las obras verdaderamente caver: Hay aiien recuerda que Brandes, el presigioso critico dave nan one mis Ais on Tembres aa cabeza de las literaturascristianay, y hoe nee ues son los de Shakespeare, Dance y Cervantes, Y por i, que hace a sre gtimos no cabe dude de que es al Quijote, sole al Quite alque debe su gloria toda, Mas con todo y con esto, puede asegurarse que es Espaia una de gue een Gut menos se le el Quijote, y desde luego es sell, podlig Reet s¢ le lee. Estoy harto de oit a espafoles*que aan podido resistc Is lectura de nuestro libro, del que deberd eran Ines Ce Biblia nacional; son muchos loz que me ban svegieaden ne tater podido nunca dar remate ¢ su lesturn, bobieetole empezado tro, Mets y,mis de uno me ha confesado que slo lowe? eee aberatea. ¥ esto ocurre con espacls que pasan por eioe 4x9 no €5 eto Jo peor, sino que los quel len, y aun algunos que if 2 saben casi de memoria, estan asu respecta.en meonet ee {fos que nolo han leido, y habra valido mas que meno ee su visa sobre bi i” ds ay, en efecto, quienes lo leen como por obligacién o movidos Por lo que de se dea 08 tmaldito d ensign yale nese embetindose en que les ha de gustar, Lo leen corms Teen ose lant Evangelio durante la misa: compleramente dvatlogpn es lando el latin y sin’ enterarse de lo que estan leyendo, {eulpa de esto la ienen en primer lgar tos crticos y coments- -375- ED dores que como nube de langostas han caido sobre nuestro desgracia- do libro, dispuestos a tronchar y estropear las ‘spigasy a no dejar més Daye Pas ba historia de los comentarios y erabates ote Fk al chlor en Espaia sera la historia de la incapacidad de mens para By un tetera sustancia postica de unt obra, delonn ase fomentas inet iempe con Isbores de erudicion que senna y fomentan la pereza espiritual 154 Tudicén, 0 lo que aqut, en nuestra patria, suele lamarseeru- icibn no es de ordinario, en efecto, mas que unr fenn nt distraza- dade pereza espiritual. Florece que es una pene co aquellas eiudades saucy centeos en que se huye mas de las intimas gules tuales, La crudicién suele encubrir en Espaia la hedionda lags de la cshardla moral, que nos tiene empozoviada el alms colenere eae ser suelo ray te especie de opi para aplcaty apaga alos» ansias; puclseren otros un medio de esquvar el tener ae poner or cuenta Propia limitindose a exponerlo que otros han pense, ‘Cole 2qui un Hbro, al otro, més alld aque de varios de eos bien me peas d® seatencias y doctrinas que combino y concinor’s ee paso un ao o dos o veinterevolvendo ganas ¥ papelotes en eraier archivo para dar luego estao la otra nots Lo see tae que pene ye esearbar y zahondar en el propio eorasce no eet ‘que pensar y menos ain qute sentir, nos ner Gvulta ue apenas habri hoy literatura alguna que dé obras pacblo ale e385 ispidas que las muestasy spends haba Ppcblo culo ~0 que por tl pase en que se choc ‘una tan grande Incapacidad para [a filosofia, Slempre Ce que baa ‘no ha habido verdadera filosofia; més desde que le los trabajos del setor Mere y Pelayo enderezados a probarnos que habia habido ta filosofiaespanolas ge disiparon las Ukimas dudasy quedé comple ose! convencido de que hasta ahora fol seha mowndo ne toda comprensién verdade- Comentefilosofiea, Me convencié de ello el ver que ce lnsen fee soo de Bote © expositores de flosofias sjenasss enadivory mncdios tae ce Hotofia. ¥ scabe de conficmarme, Corroboranie y ences me en ello cuando vi que se daba cl nombre de fllacrncs eseritores como Balmes el pare Zeferino Gonasler, Sanz del Roy ctr nin, 5 hoy sigue ln esterilidad,sies que no se ha spree Be cio SEs miscrables obrillas de texto, en que se da vuchas més vueltas al més ramplén y manidlo escolasticismo y de otro esac Klee: se que se te content iepr milésima oncena vez lo que alguien llamacia ls cotsen= [o Sentral del pensamiento curopeo mode. los lugares comunes de Avivtgthéane de Philoophie contemporaive sue sie, or Ee queen. No salimos de Taparell, Libertore, Prise; Unbseu eared or el estilo, sino para entrar en Sergi, Novicow, Ferri, Max Nordau compaaeros 'ando he ofdo sostener a alguien el disparate historic de que al -376~ Fido net fopatol le perdi en pasadossiglos el consagrane dema- fiado a la teologia,y agregar que’nos han Pees fisicos, quimions siempre ioe S2°€08 Porque nos han sobrado veslooes a dicho fear prcernames¥ €8 que en Espa, asf como.ne Reseaie filéso- fos: precisamente por no habetios habide Te hnabido tampoco ‘SeIRNeD sino tan sblo exposiores, comemtadere vulgarizadores de oct Ge teologia Y la prucba de que aqui no ken Sees nunca de veras los estudios teolbgicos, y que mira oc ee Hlegado con in= seosiad y alguna persitenia al fondo de los gearnecS problemas Fes Wane eicos que ellos susctan esque noha bikes, aqui gron- des heresiarcas. Donde no florecen ins herejias, es que los estudlos oy BOs $00 ua pura ritina de ofits y un made ange tiem- Pe ge pete23epirtual con una falsifeacion de eke fai ne hemos tenido ni grandes herajes de Teologia, ni gran- dss hetees del Filosofia, Puc asi como hey wn dogmitica ortedoxa prado 9 cad Bitgn fil puede apartatve, so peer de ere en i imposible fuera del 4 cientifica moderna, que ning hombre wvagancia, prurito de poner en peligro su hombres y hasta acckel, pongo por 2 quien esta cerra- tu; Haeckel, digo, es para iglesia cientfica moderna, ctias © groseria insipidas, Digo, pues, que esta ineapa a que nuestro pueblo ha mostrado siempre Recets incapacidad postica~no es lo mismo peers eregieertt” ha hecho que caiga sobre el Oujeee ‘muchedumbre de fanalis ¥ Petezosos espircusles, que conser fe que se podria Hamar i escuela dela Masora cervantna’ Er la Masors, como el lector sin duda sabe, una obra judia, critica del texto hebreo de las Sagradas Eecria Hs dems, con otra porcidn de cui por fp Se al Quioce se refiee, pero le andan loos eis registrado For Jo que respecta a nuestrolibro rack Bénero de minucias sin ing mancia y toda clase de insignificancins Le fom dn vueltas y Guientel3s consideréndolo como obra litervig: Y apenas si ha habido ‘uien se haya metido en sus entrance, -377- es Pero hay mis todavia: y es que cuando alguien ha intentado me- tendo, vivi6 y sigue viviendo con una existencia y una vida acaso terse en las tales entra 7 daa nea a ° Peorrene | es gue si hubiers ensign y vie a et rules tropoldgico, han caido sobre él los masoretas. pee aliados los puros ycorriente, lear Gittates y toda frasca de esprtus cobardes y le han puesto come no 7Y cada generacién que se ha sucedido ha ido afiadiendo algo a inte digan duefias o se han burlado de él. ¥ de cuando en cuando nos sale Don Quijote, y ha ido el transformindore Y agrandindose. Muche fin santn de actin ssuda y de cortos velo, diekndonos que acoplande reaper as is menudencias y pequetecee ors ido Cervantes ni quiso ni pudo querer decir lo que tal o’cual sinbolaat nerpainde respect al Quijote los masoretas cenvenneee congé- aribuys, sino que su propésto fue an slo el de desterrar la lecture del hide eeoeet is dstinas maneras como ban eek Tigeca de los libros de caballerias. del hidalgo manchego los distintos {sctitores que sobre él han eseritst Convenido que ai fuese; pero gque tiene que ver lo que Cervantes 7 hates de obras se ha sacadoa Bon Quiotey co rie hecho decir uisiera decir en su Quijote, si es que quiso decir algo, con lo que alos ¥ hacer lo que ni hizo ni dijo en el texte ‘cervantino, y con mas se nos ocurra ver en él? {De cuindo acd es el autor de un libre podia formarse la figura de Don Qui el que ha de entenderlo mejor’ - . Y si Cervantes resuchara yooh esde que el Quijote aparecis impreso y a la disposicién de quien alguno para reclamar contra c lo tomara en mano y lo leyese, ef Quijote no es de Cervantes, site ic hipéstasis y como el punto de todos los que lo lean y lo sientan, Cervantes sacé a Dont Quijote del madre, al ver que su hijo llegaba a des alima desu pueblo y del alma de la hamaena toda, y en su inmortal que ella le desplacen, pretendiera vol libro se lo devolvié a su pueblo y a to selo a los echos le nuevo para darle de entonces Don Quijote y Sancho han seguido Su seno. Cervantes puso a Don Quijo | los ectores del libro de Cervantes y aun en la ilsmo Don Quijote sea encargads done an leido, Apenas hay persona medianamentt de don Miguel crey6 matarle y enterrar ‘na ies de Bon Quijote y Sancho. ? pocatal de su muerte para que nadie ose resuceates y hacerle hacer No ha mucho gue un docto alemn, A. Kalkhoff, en un libro fueva salida, el mismo Don Quijote se ha resuctado a si mismo, por interesante (Dat Christus Problem) he vuchion ya antigua tesis, sty antes, y anda por el mundo haciende de io suyas, piunct del todo abandonada por todos, de la no existencia hivcriea de Cervantes escribi6 su libro en la Espasa fe Principios del siglo Jegts de Nazaret, sosteniendo, con argumentos mis o menos fundae waar I Espaiia de principios del siglo wn, poe Be Quijoreha peso nfundados, ue los Evangclios son novelas spocalipicas com. deeige Por todos los pueblos dela tierra y duramer Poor Siglos que | Bucs en Row por judlios cristiano, y que el Grito no esis gue desde entonces van trascurridos. ¥ come To Quijote no podia ser tn simbolo della Iglesia eristians, auc nacid en las comunidades judas Eepeainplterts det siglo xix, pongo por cay Bee 2° que cn ik gn virtud del movimiento econémico-social. ¥ agrega Kalhoff que ‘€50 Espatia del siglo xvi, se ha rr ificado y trasformado en ella’ proban- dlebe importar poco a los cristanos, pues que Cristo no es el Testis do asi su poderosa vitalidad y lo lisimo de su realidad ideal, hist6rico que pretende restablecer en toda su pureza y enactieud his. No es, pues, mas que mezquindad re espiritu, por no decir algo f6rleas la escucls procestante liberal, la que el sutor lama teologia Faz lo, aN mueve a cicrtos eticos nacionsee empefarse en que ln vida de Jess (Leben Jesu Theologie), sino la entidad ética y ho reduzcamos el Quijote a una mers obra Iiteraria, por grande que'su $3 gue ha venido viviendo, transformandose, acrecentindose y adap- Yalor sea, y a pretender ahogar con desdenes, burlas © invectivas Clacone las diversas necesidades de los tiempos en el send de a seaeege itaan 0 ebro sentidos més imimos quecl eh conciencia colectiva de los pueblos cristianos. i Si la Biblia ti inapreciable, es por lo que en ella han No traigo esto aqui a colacién por hallarme de acuerdo goa Puesto gen que con su tectura han apacentado / doctrina de Kalhof, ni tampoco para rebatirla ~odio las schutacioner? Sif fePititus; y sabido es que apenas hay en ella pasaje que no haya ‘ suelen ser modelo de mala literatura y de peor filosofiay sino in an piterPretado de cientos de maneras segues ef intérprete. Y esto es ‘ole para poner mas en caro lo que pienso respecto al Quijote. s Hosen eandtimo, Lo de menos esque ev nurone ees eee nadie se le ocurrird sostener en serio, n0 siendo caso amin uD riggs Ge que la Biblia se compone quisieran dane lo que los tedlogos, Quijote existié real y verdaderamente e hizo todo lo que de 4 oof cuties y comentadores ven en elles; on importante es que, gracias a Guenta Cervantes, como la casi totalidad de los eristianoy ereen ave Bi. inmensa labor de las generacionee durante sigios enteros, es [a paste existis¢ hizo y dijo lo que de él nos euencan los Eyangelig fuente perenne de consuelos, de espermens Y de inspiraciones pero puede y debe sostenerse que Don Quijote exists y sigue dn. ¥ lo que se ha hecho con las Sapeatas beast -2i- -379- Cristianismo, gpor qué no se ha de hacer con el Quijote, que deberta ser la Biblia nacional de la religion pateistica de Espana? ‘caso no seria dificil relacionar lo endeble, folo y huero de nues- tro patriotismo con la estrechez de miras, la mezquindad de espiritu y la abrumadora ramploneria del masoretismo cervantista y de los criti- cosy literatos que han examinado aqui nuestro libro. Tengo observado que de cuantas veces se cita en Espafa el Quijote con elogio, las mas de ellas es para citar los pasajes menos sntensos 7 menos profundos, los més literarios y menos poéticos, los que menos se prestan a servir de punto de apoyo para vuelos filosafices 0 eleva. ciones del corazén. Los pasajes de nuestro libro que figuran en las antologias, en los tratados de retbriea ~debian quemarse todos 0 on las colecciones de trozos escogidos para lectura en las escuelas, pare- cen entresacados adrede por algiin escriba o masoreta que tenga decla- sada guerra al espiritu del Don Quijote inmortal, del que sigue vivien- do después que resucit6 del sepulero sellado por don Miguel de Cer vvantes Saavetira, luego que le hubo en dl eneereade hizo levantar fe desummere 0 1o verde En vez de legar a la poesia del Quijote, a lo verdaderamente exerne y universal le dl, solemes quedarnos en su literatura, en lo que tiene de temporal y de particular. Y en este respecto, nada més mez~ quino ni més pobre que el considerar al Suioce como un texto de lengua castellana. Lo cual tampoco puede hacerse, pues én punto a lengua hay muchos libros castellanos ‘que nos la presentan mas pura y mais asia: y por Jo que al estilo hace, no deja de ofrecet‘l del Quijote cierta artificiosidad y afectacién. He de decir mas: y es que creo que el Quijote no es ningin buen modelo de lengusje y estilo literario castellanos, y que ha producido estragos en aquellos que han querido imitarlos, acudiendo, entre otras triquifiuelas de oficio, al facil y cémodo artificio de echar el verbo al fin de Ia oracién, Pocas cosas conozeo mis desgraciadas que las pro ducciones de los imitadores de la hechura literaria del Quijote, como no sean las de aquellos otros que pretenden escribir en estilo biblico, haciéndoto en frases costs, con muchos puntos finales y muchas ys ¥ repitiendo mucho las cosas. Y asf como puede haber soplo verdadera- mente biblico e inspiracién profética en lenguaje y estilo completa- mente distinto de los libros sagrados de los judios, puede haber ‘api raci6n y soplo quijotescos en un estilo y lenguaje que se apartan de los empleados por Cervantes en su libro impereccdlero. Cuémtase de uno de los reyes ingleses del siglo xvi, que pregunt- ba a uno de sus cortesanos si sabia castellano, y al contestarle que le dijo, ipues es listimal» Creyendo el cortesano que habia pensad2 gn darle alguna embajada en Espatia 0 cosa parecida, se aplicé a apren™ dcr castellano, y cuando ya lo supo, se fue al rey a decirselo, y éte le dijo entonces: «me alegro, porque asi podréis leer el Quijote en 5 Propia lengua». En lo cual demostré el soberano conocer muy poco = 380- valor del Quijote, que depende, en gran part, de gue es un U teaduetible perfectamente raductible y de que wa Were: vee toda queda en él vigrtase al idioma a que se le Sens Nunca he podido pasar eon exo de que el Quite seaintadoce ble: y aun hay'mas: y es que lego a ereer que hasta gana wradicinda. to. Fue si a sido mejor sentido fuera de Espana que en elle ‘misma, se debe en buena parte a que no ha podide empatar su belleza la Preocupacion del lenguae. O, mejor dicho, por ho sentgae ara eo intima grandeza hay tantos que se agarran alo de su estilo y forse externa. Que, lo repito, me parecen no muy recomendables odo consise en separar a Cervantes del Quite y hacer que ala piss de ls cervantoioso cervandnas sutya le gion cag de ©s quijotists. Nos falta quijotismo tanto cuanto noe subarea stom. Sucede en Ia historia literaria al autor; y asi Bios subidisimos de alguno de sus contempordneos, cuyss AorRE nos dejan hoy frios, y en tal aso debemos supones’ que ol hombre era muy superior ' sus obras. Y en otros cates seule contrario, no me eabe duda de que Cervantes es un caso tipico de un fSstitor enormemente inferior a su obra, a su Quijote. Cervantes na hhublera eserito el Quijote, cya luz resplandeciente bana soe derres obras, apenas figurarfa en nuestra historia literaria sine i de quinta, sexta o décimatercia fila. Nadie leerfa sus ing Hlemplares, asi como nadie lee su iosopurtable Viaje al Parma eos sutro, Las novelas y digresiones mismas que figuran en cl Onjere, como aguella impertinentisima novela de Lt curios f ipertinente, no snerecerian Ja atencién de las gentes. Aunque Don Quijote saliese del insenio de Cervantes, Don Quijote es inmensamente superior » Cer- antes. ¥ es que, en rigor, no puede desirse que Don Quijote fuese bij de Cervantes; pues si gste fue su padre, fatew medeect pueblo en te vivie y de que vivié Cervantes, y Don Quijote tiene mucho mas su made que no desu padre ‘gy ands lejos ain: y es que llego a sospechar que Cervantes se fturié sin haber ealado todo el alcence dees Quote, y aeas0 =i sberlo entendido a derechas, Me parece que si Cervantes resuceaa HCE de nuevo su Quijote, lo entenderia tan mal como lo entieadey 'S masoretas cervamtistas y se pondria del Indo de éstos, No nos -381— T a gquepa duda sino de que, en caso de volver Cervantes al mundo, se hariacervantista y no quijoista, Pues basta leer atentamente el Quo, 4 para observar que cada vez que el bueno de Cervantes se inteedloce gn el relatoy se mete a hacer onsideraciones por au paste we ooee decir alguna impertinencia o jurgar maigvols y maliceeeeme ea héroe. Asi sucede, por ejemplo, cuando al contarnos la hermosisima rocza de Don Quijote de enderezar aquel su diseurso sobre Is Edad de Oro a unos cabreros que no habrian de entendérselo en ea seneida material -y en esto consiste lo heroico de ln arenge lines tee nod razonamniont. Y a seguda se ve obligado a mestamios qe ne fad inGti, pues los eabreros le ayeron embobados y suspensos.¥y en page de dl regalaron a Don Quijote con pastoriles cantares, El pobre ie Cervantes no alcazaba a la robusta fe del hidalgo. manchego, fe que le hacie digirse con elevadas platicasa los enbreros, seguro de que, f ‘no entendian su letra, se edificaban con su musica, Y como con este pasaje, le ocutre a Cervantes con muchos otros, Y nada debe extrafarnos eso: pues, como ya he dicho, si Cervane tes fue el padre de Don Quijote, su madre fue el pueblo de que Cervantes formaba parte, Cervantes no fue mas que un meso insta ‘mento para que la Espaia del sigio xv1 pariese a Don Quijove, Gon, vantes hizo en su Quote la be ain impersonal que puede hacerse ¥; por lo tanto, Ix més profundamente personal en certo senda Cervantes, como autor del Quijote, no es mis que ministo y repre: sentance dela humanidad, ¥ poresto hizo una obva grate El genio es, en efeeto, el que en pura personalidad se impersonali- 2a, el que llega a ser voz de un pueblo, el que acierta a desir lo que pensan todos sin haber acercado a decir fos que lo piensan. El genices ‘un pueblo individualizado. Y asi. ‘como ha dicho un literato, me parece ue fue Flaubert, que la perfeccién del estilo consisteen mo tenes y ¢s indudable que el estilo, como el agua, es mejor cuanto a menos sepa, as Ia perfeccion del pensamiento'y del sentiaiene es renee lo, sino pensar y sentir lo que piensa 1sente po: dentro el pueblo que os rodea y del que formamos parte. Y he ahudido por dentro, porque at pueblo ean hecho creer gue piensa y are Bee Porae siemte y cree lo que no cree; y cuando alguien viene le descubre lo que en realidad piensa, siemte'y cree, se queda embobado y suspenso, aunque a primerss apenas le entcnda, como se quedaron ios cabsered embobados y suspensos al oir hablar a Don Quice del siglo de oro. Y¥ asi coro hay genios vtalicion, genios que le son durante toda 99 vida, y que durante toda ella aciertan a ser ministros y voceros esp tuales de su pucblo, as hay tambien genios temporeros, genios que 20 lo son mis que en alguna oeasisn de su vida, Ahors qoe eam oasion puede ser mis o menos duradera y de mayor o menor aleance. Y est debe servienos de consuelo a los mortales de loza mis basa sande consideremos a los de porcelana finisima, pues zquién no alguna vez, y siquiera por un cuarto de hora, genio de su pueblOs ~392- Tt? a Feat Puclo sex de restientosvecinos? gepecelmente, en los disursos del proxagonisa, hay beleza pois dado que (como hemos dicho) Don Quijote siempre tiene raza =e ‘que dice, pero menos en lo que hace, se le da la sporti de dec bellamente lo que no se le permite hacer con igual gracia: expresar 20 4s elo noble (y no siempre auroparéaico) ls mociones mis noblet del vempo de au auson y trata os temas que predominaban ente los Rensadores del Renaciminto, Lo que Americo Casto nos ha ens do sobre el pensamiento de Cervantes procede Principalment dels ‘oraciones de Don Quijote: al pronunciar su discurso sobre la = 394~ Oro, conte el fondo del pica belleza de la noche y ls estrella, en compafia de pastores primitivos, cenando Srugalmente bellotas y'vi- dein Quliste contemplara las bellotas con expresion mete del mismo modo que Hamlet contempla la calavens day pobre Yorick, 4¥ Nerd en ellas los simbolos de una época perdida de sencillez y bon eg Iatural: en lugar de a vision escindiday barroca que de ey fone Himmler (agus la mueree, aqui la vida!) presences ee SSrena una noble melancolia cristana, una moderacion elisice jar seat fusion del protagonista con su entorno, del pensemignteg tico de Cervantes ha consistido es, Ransformar en possia la materia prima de los temas flosolines det Renacimiento, convertr las ideas en poesia, hacer que el sinter Sars {fate chanter les idées», como dice Valéry), del misme hay fue Rabelais lo habia hecho de manera prosaicz y Dante de force Gaajendente Y hay fnalmente, al menos en la Primera Pate de Lon Quaote a escurridizabelleza postica de las historias cortas ene Gis: e505 cuentos que, lejos de imitar el género al que perme Fame Rencpal, nos precipitan en una atmosters de vacio romances londe las leyes del reaisimo han dejado de existn y donde one g0- bierna la imaginaciéa, como, por ejemplo, la historea de ls ser ges errante de las montaias, Marcela, 0 de la muchache mo geen Zoraida, 4s cual, al abrazar el cristianismo, se ha converte om Mage weet [iste sseénico, que cs posible gracias ala presencia en Don Ouiane de historias independientes que se parecen alas publicadas por Corncces bajo el viulo de Novelas ejemplares (In historia de Sortke Men, gion eta afinidad con lade Preciosa la gitanila), siempre ha mmo, do a los comentaristas: si Cervantes empezé ¢u obra cen Is imeeny Se derribar la méquina de la novela de caballeias, spor que nena We Por una puerra lateral entre la maquina de histones estrieae precy. Semtte con el mismo espiricu que las novelas de cabailerias? 3 fo que dleseaba era prevenirnos de las interpretaciones fantasices eis eae Sha Por parte de su protagonists, gpur que ser que las histosias, ey alcontrario, genersimente jusifican heclios que'a primers visa pore, fen fantasiosos, pero que, como se demuestra posterormene’ tea {otalmente ciertos? La nica explicacién de este procedimien coe Eadictorio es que Cervantes preveia la sensacion de dessrmonta ode £053 incompleta que en el lector produciria una antinovela en ta fore Te ENTe Y. que Ia naturaleza armoniosa de Cervantes pedix que el fknuido critico se viese equilibrado por la belleza de lo tebuloss: As, phe la totalidad de la novela cervantina se divide en dos partes: usa fmreha la critica antes que la belleza imaginativa, la otravestaue Ia felleza imaginaiva ance todo posible escepticismer Peso, dade toe Ls wiayis iusionistas estin imtercaladas en a novela erica (Jno al Pons if8d© gus ademis, se encuentran solamente en la primera Far yea novela, debemos suponer que Cervantes, al mismo’ iempo ‘ue deseaba contrarrestar los efectos corrosivos de la antinovels me, ~395— diante la mezcla de ilusién eer enfoque antiguo al nuevo: con él la crit Descartes, incluso en Espana j ‘Uno de fos milagros de la historia (a la que generalmente los historiadores profesionales consideran mas bien determinista por en- cerrar fendmenos y figuras individuales en compartimientos estancos) fe que los hechos mas grandes a veces ocurren en el lugar y el momen= to en que menos lo experaria cl hitoriador. Es un milagr hiswrico gue en Espa de a Consarelorma, cuando se tendia reps lina autoritaria, surgiera un artista que, treinta y dos alos tne Dacun de le nddedede Desens ees serobogsta deer pensamiento filosdfico independiente, iba a darnos una narrativa que && sencllamente una exaltaeiGn de la mente independiente del hom: bre, y de un tipo de hombre especialmente poderoso: el artista. No es Italia con su Ariosto y Tasso, ni Francia con su Ronsard y d'Urfé, ni Portugal con su Camoens, sino Espaia la que nos dio una narrativa {que es un monumento al narrador qua narrador, qua artista. Porque, aunque los protagonistas de nuestra novels parecen ser Don Quijote, con Su continua tergiversacion dela realidad, y Sancho Panza, con st ‘escéptica semiaprobacién del guijotismo, los ss son eclipsad - por Vs » el artista de la palabra que combina un arte critico e norte de scuplo con au ire seo, Dede momen ge brimos el libro hasta el momento en que lo dejamos, se nos daa fntender que nos dirge un jele supremo todopodiresn, que nos con: duce adonde le place. (Sin duda, esta tendencia autoritaria misma concordaria con el espirita de la ‘Contrarreforma; pero, en nuestro caso, el hombre en el que se aloja semejante poder es el artista) El prologo que he mencionado nos muestra a Cervantes inmerso en Ja perplejidad del autor que da los ‘ltimos toques a su obra y colegimos que el amigo que, al parecer, acudié a ayudarle con una solucién no es mas que tina voz dentro del poeta que creaba libremente. La primera oracién de la narrativa Propeamente dichay «En un lugar de Fa Man euyo nombre no quiero acordarme> es una prucha mis de qu Garvan tae an Abadia lg Gveeoe Sines seep sugerencias hechas recientemente por Casalduero y Marfa Rosa Lida eMail on ol seni de gue fo gc tenemos aut es wm reo habitual en los senciloscuentos populaiesy opuesto a I complicada wna dla ove enn gu nna deramen fu rigen de los héroes, creo que también esta presente, en este princi des novela cierto énfass sabre el derecho del narrador fact» gst los dealles que guier, recurs ee que ha sido imitado or Sterner y Goethe en el silo nu (eEdvard ~s9 nennen vit cnen scishen Baron im bestem Mannesser)y por Melville en silo = («Llamadme Ismael»), un recurso ralianta eh cual narradon ge 20 endenci I Es mis, Cervantes fing conocer scene certal sonkee de os recegansene ad cable no vacilé en subordinar el a sale vietoriosa en el siglo de -396~ se llamaba Quijada, Quijano 0 Quijote? :Sanch Zancas? zSu esposa se llamaba Teresa Panza, Mari G intos, Estas variaciones no son nada mas que vindicaciones de Nibesad arstia para elegir los detalles desu historia eure Steen Posibilidades, ¥ en la ltima pigina del ibro, cuando, as ncn muerte de Don Quijote, Cervantes hace que e historador abe Cane Hamete Benengeli (cuy’ crénica habia utlizado supuestemente gate 42 de fuente) guarde su pluma, que deicansara parsuiempre ean eo In espetera, com el fn de salir al paso de cualquier continuscion copes tia de la novela como la empresa piratesca de Avellaneda, eaberney ue Ia referencia al seudohistoriador arabe no es mas que uh srecees qT Cervantes utiliza Para reclamar para sila relacién de padre verda~ ero (jya no el padrastro!) de su libro. Emtonces a planes det ree suelia un largo discurso que culmina con las palabras: «Dara my aoe rnacid don Quijote, y yo para é; él supo abrar.y yo escribir; soloc > dos somos para en uno»). Un imperioso «solos» que tnicamene Caos vantes podria haber dicho y en el que no so apeces hens hoy dia Iamariamos la reivindicacibn por parte de un autor de los derechos ds propiedad intelectual sobre un personaje por él creado, sino en el que $e afirma todo el orgullo renacentsta del poeta: el poeta que ere el in dor tradicional de los grandes hechos de los heroes y prin- ies histéricos. Este, como es sabido, era el wancfondo secs, de} artista del Renacimiento; recibia su ‘sostén del principe a cambio de la gloria inmortal que conferiaa su benefactor. Pero Don Oufose ‘no es ningtin principe de quien Cervantes pudiera esperar recibis ang pensién, tampoco ts Protagonisa de grandes hechos en el mundo exterior (su grandeza radicaba solamente en su cilide coraan), yh siquiera es un ser del que pudicrs dar testimonio alguna fuente hic rica, por mucho que Cervantes simulara disponer de tales fuentes Don Quijote adquirié su inmortalidad exclusivamente en msec de Cervantes, como &l mismo sabe y admite, Obviamene, Bon Gages hizo solamente lo que Cervantes escribio, y nacié pare Corvantel og 4a misma medida en que ;Cervantes nacis para dl! En al decree sald de i pluma del seulocromista tenemos uns auoplonfoniin del artista, disereta pero al mismo tiempo franca, Es tras, el artista Cervantes rece en virtud de a gloria sleanzada por sus persone gn bk novela vemos el proceso mediante el cual las figuras de’ Don Quijote y Sancho se convierten en personas vivientes, que surgen de |i novela, por decirlo asf, para ocupar su puesto en Is vida seal cone vitiendos finalmente en liguras Moriedinmoracs fe se easy sobre Don Quijoze, Thomas Mann ha dicho: «Esto es singular, Ne ce dl ningin otro héroe de novela de a literatura universal que viviera igualmente; como si dijéramos, de la gloria de su propia lonilicacion ( Held der van seinem Rubm, von seiner Besungenheit lebte)». En a segunda parte de la novela, cuando el duque y la duquesa piden que ~397— se les deje ver las figuras ya historicas de Don Quijote y Panza, este llkimo te dice 2 la duquésa: «ny, aquel escudero suyo que anda, © debe andar, en la tal historia, a quien llaman Sancho Panza, soy yo, si fno es que me erocaron en la cuna; quiero decir, que me trocaron en la cestampa». En tales pasajes Cervantes destruye a propésito la ilusidn antistica: a, el titiritero, nos deja ver las cuerdas que mueven a sus marionctas: «mira, lector, esto no es la vida, sino un escenario, un libro: arte; jreconoce el poder que de dar vida tiene elartista como algo aparte de Ia vidal». Multiplicando sus mascaras (el amigo del Prologo, el historiador érabe, a veees los personajes que le sirven de Portavor) Cervantes no hace sino reforzar mis su dominio sobre todo ese cosmos artistico que su novela representa. Y la fuerza de su domi- nio eve realzada por la naturaleza misma de los protagonistas: Don Quijce es fo que hoy dia lnmariamos una persoraldat esind: g veces racional, a veces necia; también Sancho, que en ocasiones no es menos quijotesco que su amo, otras veces es incalculablemente racio- nal. De esta manera el autor hace que le sea posible decidir en qué momento sus personajes se comporcarsn razonablemente, en qué otr0 lo hardn neciamente (nadie es mas imprevisible que un necio que pretenda ser sabio), Al empezar su viaje con Sancho, Don Quijote promete a su escudero un reino en una isla en el que l gobernars, justamente lo que se hacia en numerosos ejemplos de literatura caba- Heresca en el caso de los escuderos. Pero, guidndose por su juicio critico (del que no carece del todo), Don’ Quijote promete darselo Inmediatamente después de su conquista, en vez de esperar a que el escudero se haga viejo, como se acostumbra a hacer en los libros de caballeias. La vertiente quijoresca de Sancho acepta su futuro reino sin poner en duda su posibilidad, pero su naturaleza mas realista prevé ~y critica Ia escena real de la coronacién: gqué aspecto tendeia su Fistica esposa, Juana Gutiérrez, con una corona sobre la cabeza? Dos ejemplos de necedad, dos actitudes criticas: ninguna de ellas corres- ponde ala actitud del escritor, que se mantiene por encima de las dos personalidades escindidas y de las cuatro actitudes. A veces Cervantes ai siquiera decide si las inferencias erréneas que Don Quijote saca de lo que ve son 0 no totalmente absurdas: da a entender que la bacia de barbero le parece un yelmo a Don Quijote y puede parecer otra cosa a ‘otras personas: perspectivismo es Io que ensefia y puede que incluso cexista un baciyelmo, es decir, una bacia que al mismo tiempo sea un yelmo: el hecho mismo de inventar una palabra es reflejo de las for- ‘mas hibridas de la realidad. Pero mi opinién es que este perspectivis- ‘mo realzala figura del novelista. | : i Con esta tolerancia hacia sus personajes, que es también un princi- pio algo maquiavélico de «divide y vencerds», el autor logra hacerse indispensable para el lector: al mismo tiempo que, en su Prélogo, Cervantes pide una actitud critica de nosotros, nos hace depender 3 mas de él como guia que nos ayudar a atravesar las intrincaciones = 398 | psicol6gicas de la narrativa: aqui, al menos, no nos d ja libre. fs Incluso podemos inferr que Cervantes goblogns freon bre su propio ser: l fue quien era que su ser ctaboner oe enuna Parnes ety ota ilsioniss (desengaio y engano); pero en eens er Tepe ese, orden, un orden precario, es cierto, al que sol cee alee’ Cervantes en todas sus obra yal que en Fopase ns segs fuesto que Calderén, Lope, Quevedo, Graciin decree Zon al estilo medieval, que el mundo no es mas que ileaanee y sue- SR Tge! Steiossuctios son). Y, a decir verdad, solamente aden, se,ha dado este orden precario en la litratura universal onesie y iene Pasteriores no dudaron en proclamat la inanidad del worct2* legaron al extremo de dudar de la existencis de un orden universal y, al imitar el perspectivismo de Cervantes (Gide, Proust, Conrad, Joy.” Sey tins Woolf, Pirandello} no aleanzaron a perestase dette Gad que habia detris del perspectivismo, de manera que execs oe nak, eRes se permite la desintegracion de la personalidad del gens, Faaneiga antes s© encuentra en el polo opuesto de tea modern, {jpolucién de la personalidad del narrador: Io gue él mente sort ‘lkimo momento antes de que se desuniera la visibn cristina unified del mundo- fue restaurardicha vision en el plano aston Russtros ojos un cosmos escindido en dos mitades separsdan deers Seefoilusion, que, sn embargo, como por abra de un milagros sone ceshacen, Le anarqufa moderna contenida por la voluead eee Sauilbrar (ila acisud barrocal). Constatamos ahora que ne ents sla maturaleza de Cervantes ese escindida en dos Coico seman or) poraus silo exige la naturaleza de Don Quijote sino que anes bien Don Quijote viene un carieter escindido porque su ereador era un eritico-poeta ia con fuerza casi igual la necesida Beleza sora y lelachridad distna. eels cia ser que alos lectores modernos el «caricter patologicor de Don Quijote les parezca rex tipeo de frst: in socal uns "tsona cuya lacura esté condicionada por la insignifiernens aoe Fue hab esd la cae oe er send comienco ae Bucrra moderna, ya mecanizada hasta cierto punto, del meno reed Sug en Un cocws simple de Flaubert se quiere que veamos come ae Galmente condicionadas las frustraciones de Fahne Ineorde rome, ich, ue Hevan a I aberracin de su imaginacién, Sin embargo, qe fiera prevenir al lector en contra de interpretar a Cervantes o¢ vésieh, jot el sesemtimiento sociolégico del siglo xix que musta Flscbeny, 25, ae el Propio Cervantes nada ha hecho por fomentar semmgjaate Safoque sociolégico. Don Quijote consigue recobrar ww serene Sunaue no sea hasta su lecho de muerte, y st locura de antes no ee ma BG tn feiisie de esa carencia de razén generalmente humana por encima de la cual el autor ha querido colocarae: Muy Por encima del cosmos 2 escala mundial creado por él en cl ‘ue se funden centenares de personajes, situaciones, vista, temas, -399- tramas y subteamas, se halla entronizado el ser de Cervantes, un set creative que lo abarca todo, un Creador artistico visiblemente omni- presente que graciosamente hace al lector participe de su confianza, mostrindole la obra de arte en fase de ereacién, asi como las leyes alas ue esta necesariamente sometida. En un sentido este artista se parece a Dios, pero no est deificado; lejos de nosotros concebir a Cervantes como alguien que tratase de destronar a Dios y reemplazarlo por un semidids artistico, Por el contrario, Cervantes se inclina siempre ante Ja sabiduria suprems de Dios, tal como la encarnan las ensefianzas de Ia iglesia catdlica y del orden establecido del estado y La sociedad. Pero, por otra parce, el novelista, por el mero arte de sis narrativa, ha ampliado Ia independencia de demiurgo del artista. Su humor, en cl gus gaben muchos estratos,perspctivas, mascara, de relaivizacin y lialéctica, da testimonio de su alta posicién por encima del mundo. Su humor es la libertad de las alturas, una libertad bajo la ctpula de esa religin que afiema la libertad de aibedrio.. Hay, en ese mundo de su ereacién, al aleance de adultos y nitios por un igual, el aire vigorizante con el que podemos Hlenacnos los Plmones y que agudiza nuestos sentido y juico individuales, y la lucidez cristalina de un Hacedor artistico en sus miltiples reflejos y tefracciones, Quiz al nino que leyamos dentro y aue quer arise ‘paso a través del laberinco del mundo hacia Ia claridad intelectual, sin ‘que se cmpobrezca su corazén, bajo estrellas benignas y ordenadas, no se le escape un arte euya sofistieacién enriquece al mundo, lo hace ‘mis interesante y mis habitable. En efecto, las més grandes obras de arte tienen la facultad, tras hacernos ver las perspectivas mas inespera- das, de devolve, al mundo renovado, esa séncllez y riqueea prisunas gue debi6 de tener el primer dia de la ereacién, esa bienaventuranza interna de belleza que se complace en si misma, esa bienaventuranza que tiene tanto de divina como de infantil. ‘Como probablemente habrin observado, mi interpretacién hist6- rica de Dore Quijote se encuentra en el polo opuesto de la de Unamu- ho, que erce que I historia de Ia vida de Don Quijote y de Sancho Panza le fue dictada a la pluma de Cervantes por cl supranacional y perenne caricter nacional espaol, por la innata voluntad de aleanzar [a inmortalidad a través del sufrimiento: el sufrimiento trégico de la vvida de la raza espaiiola encarnado en las figuras del casi santo Nues~ 10 Sefior Don Quijote de la Mancha y de su evangélico escudero. En ‘i opinién, es Cervantes, el dictador artistco, el que dicts Ia historia su pluma, y Cervantes, que no era un semicristiano como Unamu- no, no sabia de casi-santos ni de santos «hipotéticos», siendo eapaz. de distinguir claramente el plano terrenal del trascendental; y, en el pri- riero de dichos planos, obedecié a su propia razon soberana. No debemos negarle a Unamuno el derecho a edificar su propia vision poética sobre la novela de Cervantes (dado que el mismo Cervantes, ‘como hemos visto, edificé su visién critica sobre literaturas anterio- —400- divino, que lo veian en toda su variedad de formas teneoakee demos poner en entredicho Ia vi i unamunesea de la novela de Dew Sujets le Poner también en tela de juico la sabiduria de hace oe? Tuite novelistco, explcitamente condenado. 0 pues Echo pos Gervanees, un héroe nacional de Espana; cera en bien tense? Po cion moral dela nacin espatiola pesentsr’s or novela como el verdadero ‘héroe nacional? A mi me ue Cervantes no pertenece a la familia de Pascal © buscaban desesperadamente a Dios, sing a eae Goethe, de los humanistas serenos y los az, etonces ierkegeard, que le Erasmo, Descartes licidos adoradores de lo (Eloy estructura en la literatura espaol, Batcelon torial Critica, 1980, ‘Traduecion oe in ica, 1980. Traduecién’ de Jordi 401

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