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Hace mucho tiempo, el sol y la luna vivían juntos en el cielo, y cada uno tenía una tarea
importante que hacer. El sol brillaba durante el día, iluminando el mundo y permitiendo
que las plantas crecieran y los animales se calentaran, mientras que la luna iluminaba la
noche, guiando a los viajeros y proporcionando una luz suave y hermosa.
Sin embargo, el sol era un poco presumido y pensaba que su trabajo era más
importante que el de la luna. Siempre hablaba de lo hermoso que era el mundo durante
el día y cómo su brillo era lo que hacía posible que la vida prosperara. La luna, por otro
lado, era más tranquila y modesta, y simplemente se concentraba en hacer su trabajo lo
mejor que podía.
Un día, el sol y la luna tuvieron una discusión acalorada sobre cuál de ellos era más
importante. El sol decía que sin él, el mundo estaría oscuro y nada podría crecer,
mientras que la luna respondía que sin ella, las noches serían frías y oscuras, y la gente
no podría ver para viajar.
Después de discutir por un tiempo, decidieron hacer una apuesta para ver quién era
realmente más importante. El sol se retiraría durante una semana, permitiendo que la
luna tuviera su momento para brillar, y luego la luna se retiraría durante una semana,
permitiendo que el sol brillara solo. Al final de las dos semanas, verían cuál de ellos
había sido más importante.
La primera semana, la luna brilló en el cielo, y aunque no era tan brillante como el sol, la
gente del mundo admiraba su suave luz y la usaba para viajar y hacer negocios por la
noche. La segunda semana, el sol brilló en el cielo, y aunque su luz era fuerte y cálida, la
gente se encontró luchando contra el calor y la luz intensa.