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Traduccionde Bearniz Hoarac ENZO TRAVERSO. y Magriny Duraus, LA VIOLENCIA NAZI Una geriealogia europea FOTOGOPIADORA CEHC sr A Foto Mi pe 43, Foxpo'r Cuttina Econdaaica Mieco «sngrinis - Bnast.- Chis -Couesin - Esra 4 04; nN aranns sins nt rat Wen» Prec ec 2 rads, 2002 Timer edn ew eal, 2008, Talo orginal: Le eiolnce nace, Un gnsloiecuropsoone 2 2002, La Fabigue SBN dela icin origina: 2-913372-147 >. R, © 2002, Fowoo o€ Cusrra Eeoxewcs 9 ARctON S.A. E Salvator 5665; 1414 Buenos Aes ‘email: ondaGfee comar wnfencom.e ‘Au Diescho Ajvsca 227; 14200 Mésien DE SBN: 950.557.5483 cxocopar bcos ests nado por I fo. -ohibida su repeoduccién tora o parcial por cualquitx medio de ‘resin o digital, ep forma ince, excractada 9 mewifendn, sstlluno oen cualquier oto koma, sin la sutaizscionexpeesa ls edo. jreso oven Ancens- Penta me Ansan Utcho dl deposto que raves fn ley 1.723, Prefacio Como suele pass, est libro nacié como un ensayo corto que fue creciendo a lo largo del tiempo, Resuine una investiga- cién que ha silo tema de setminasias, conferencias y colo- quios que he dietado en varins paises, Quisiera agradecer a Jos amigos y colegas que, pacientemente, leyeron este texto con sus diferentes versiones y me hicieron llegar sus comen- {avios: Miguel Avensous, Albin Brossae, Federico Finchelstein, Eric Hazan, Reland Lew, Michael Lawry, Arno J. Mayer Magali Molinié, Eifi Maller y Paola Traverso, Sus riticas y, a veces, sus desicterdos me permitieron defini con mayor cexactinud la perspectiva elegida y coneluis este trabajo, De todos modos, queda claro que say su Gnieo responsable, Introduccién La violencia nazi seinstal6 en fa memoria colectiva y en nues- tras representaciones del sigio 3X recién en los éltimos veinte alos. Auschwitz, su topos emblemético, adquirié un estacu- to comparable al de la caida del Imperio Romano, la Refor- ‘mao la Revolucién Francesa por el lugar que ocupa en nues- ‘wa conciencia historica, sin que se pueda por ello, como a esas rupruras temporales, conferirle una significacién anélo- sgnen Ia secuencia diaerénica del pasado. La caida del Impe- rio Romano marca el fin dela Antigiedads la Reforma modi- fica la relacién entre Dios y los hombres, iniciando la secala- rizacion de sus formas de vida y de su visién def mundo; la Revolucién Francesa, por su parte, altera Ja relaci6n de los individuos con el poder, transformando a los sujetos en ciue ‘dadanos. Estos acontecimientos adquirieron la dimensidn de ‘grandes quiebres histéricos que demarcan el itinerario de Oc- cidente, Aunque el judeocidio esté inscripto en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, la comparacién de este gran ca- taclismo, que parti6 en dos el siglo xX, con los gitos hist6ri- 08 antes mencionados no es posible desde el punto de vista la civilizacién; hoy se considera 2 las cémaras de gas tia ruptura de la civilizacién, un momento revelador de sus aporias, de su potencia destructiva. El exterminio apareci6 ‘como tina de las caras de la civilizaci6n cuando los detracto- tes del Iuminismo se aliaron al progreso industrial y técnico, al monopolio estacal de la violencia, a la racionalizacién de 3 161 QB ss peHeasde dominain. rel ontario, eel pute 0 LA WOUNO Nazi de vista de la historia de los judios, la Shoah constituye un giro histSrico radical ene cual se da por concluida, del modo mis trigico posible, una fase en Europa. Debieron transcu- rrirunos treinta afios para que el mundo occidental recono-

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