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INGENIERÍA INDUSTRIAL

Profesor:
Alumno: Z
Fecha: 2022
Historia de la ópera
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Representación de la ópera Armide de Jean-Baptiste Lully en la Salle du Palais-Royal de París (1761)

Coro del yunque

3:06

Coro del yunque, de la ópera Il


trovatore (1853), de Giuseppe Verdi

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La historia de la ópera tiene una duración relativamente corta dentro del contexto de
la historia de la música en general: apareció en 1597, fecha en que se creó la primera
ópera, La Dafne, de Jacopo Peri. Desde entonces se ha desarrollado de forma paralela
a las diversas corrientes musicales que se han sucedido a lo largo del tiempo hasta
nuestros días, ligada por lo general al actual concepto de música clásica.
La ópera (del latín opera, plural de opus, «obra») es un género musical que combina
música sinfónica, interpretada generalmente por una orquesta, y un texto escrito de
corte dramático —expresado en forma de libreto— interpretado vocalmente por
cantantes de diversa tesitura: principalmente, tenor, barítono y bajo para el registro
masculino, y soprano, mezzosoprano y contralto para el femenino, además de las
llamadas voces blancas (las de niños) o en falsete (castrato, contratenor). Por lo
general, la obra musical contiene oberturas, interludios y acompañamientos musicales,
mientras que la parte cantada puede ser en coro o en solitario, dúo, trío o diversas
combinaciones, en diversas estructuras como el recitativo o el aria. Existen diversos
géneros, como la ópera clásica, la ópera de cámara, la opereta, el musical,
el singspiel y la zarzuela.1 Por otro lado, al igual que en teatro, existe una ópera
dramática (ópera seria) y otra cómica (ópera bufa), así como un híbrido entre ambas:
el dramma giocoso.2
Como género multidisciplinar, la ópera
aglutina música, canto, danza, teatro, escenografía, interpretación, vestuario, maquillaje
, peluquería y otras disciplinas artísticas. Es por tanto una obra de creación colectiva,
que parte esencialmente de un libretista y un compositor, y donde tienen un papel
primordial los intérpretes vocales, pero donde son igualmente imprescindibles los
músicos y el director de orquesta, los bailarines, los creadores de los decorados y el
vestuario, y muchas otras figuras. Por otro lado, es un evento social, por lo que no tiene
razón de ser sin un público que presencie el espectáculo. Por ello mismo, ha sido a lo
largo del tiempo reflejo de las diversas corrientes de pensamiento, políticas y
filosóficas, religiosas y morales, estéticas y culturales, propias de la sociedad donde se
produjeron las obras.3
La ópera nació a finales del siglo XVI, como iniciativa de un círculo de eruditos
(la Camerata Fiorentina) que, al descubrir que el teatro griego antiguo era cantado,
tuvieron la idea de musicalizar textos dramáticos. Así, Jacopo Peri creó La
Dafne (1597), a la que siguió Euridice (1600), del mismo autor. En 1607, Claudio
Monteverdi compuso La favola d'Orfeo, donde añadió una introducción musical que
denominó «sinfonía», y dividió las partes cantadas en «arias», dando estructura a la
ópera moderna.
La evolución posterior de la ópera ha corrido en paralelo a las diversas corrientes
musicales que se han ido sucediendo en el tiempo: entre el siglo XVII y la primera mitad
del XVIII se enmarcó en el Barroco, un período en que la música culta estaba reservada
a las élites sociales, pero que produjo nuevas y ricas formas musicales, y que vio
establecer un lenguaje propio para la ópera, que fue ganando riqueza y complejidad no
solo en los métodos compositivos y vocales sino en la producción teatral y
escenográfica. En la segunda mitad del siglo XVIII se dio el Clasicismo, un período de
gran creatividad marcado por la serenidad y armonía de sus composiciones, con
grandes figuras como Mozart y Beethoven. El siglo XIX estuvo marcado por
el Romanticismo, caracterizado por la individualidad del compositor, considerado ya
como un genio iluminado y cada vez objeto de mayor veneración, al igual que las
mayores figuras vocales del canto, que se convirtieron en estrellas de una sociedad
donde la burguesía relegó a la aristocracia en la preeminencia social. Esta centuria vio
surgir las variantes musicales de numerosas naciones hasta entonces sin apenas
tradición musical, en lo que se vino a llamar nacionalismo musical. Cerraron el siglo
algunas corrientes como el impresionismo francés y el verismo italiano. En el siglo XX la
ópera, al igual que el resto de la música y de las artes en general, entró en
la vanguardia, una nueva forma de concebir la creación artística en que surgieron
nuevos métodos y técnicas compositivos, que se expresaron en una gran variedad de
estilos, en una época de mayor difusión de los medios de comunicación que permitían
llegar a un público más amplio por diversos canales, no ya solo el presencial
(radio, televisión), y en la que todavía era valorado el amplio repertorio musical de
períodos anteriores, que siguió vigente en los principales teatros de ópera del mundo.
Durante el transcurso de la historia, en el seno de la ópera han existido divergencias
sobre cuál de sus componentes tenía mayor relevancia, la música o el texto, o incluso
si la importancia radicaba en el canto y el virtuosismo de los intérpretes, fenómeno que
dio origen al bel canto y a la aparición de figuras como la diva o prima donna. Desde
sus inicios hasta la consolidación del clasicismo, el texto gozó de mayor importancia,
siempre ligado al espectáculo visual, los fastos decorados y las complejas
escenografías barrocos; Claudio Monteverdi dijo al respecto: «la palabra debe ser
determinante, debe dirigir la armonía, no servirla». Sin embargo, desde la reforma
llevada a cabo por Gluck y la aparición de grandes genios como Mozart, fue cobrando
relevancia la música como componente principal de la ópera. El propio Mozart comentó
en una ocasión: «la poesía debe ser la servidora obediente de la música». Otros
autores, como Richard Wagner, pretendieron aglutinar todas las artes en una sola
creación, a la que denominó «obra de arte total» (Gesamtkunstwerk).4

Índice

• 1Antecedentes
• 2Orígenes
• 3Barroco
o 3.1Ópera veneciana
o 3.2Ópera francesa
o 3.3Desarrollo en Europa
o 3.4Ópera napolitana
• 4Barroco tardío: ópera seria y bufa
o 4.1Francia
o 4.2Alemania y Austria
o 4.3Otros países
• 5Música galante y reforma gluckiana
• 6Clasicismo
• 7Siglo XIX
o 7.1Romanticismo
▪ 7.1.1Francia
▪ 7.1.2Italia
▪ 7.1.3Países germánicos
▪ 7.1.4Otros países
▪ 7.1.5Cantantes del Romanticismo
o 7.2Nacionalismo
▪ 7.2.1Rusia
▪ 7.2.2Checoslovaquia
▪ 7.2.3Hungría
▪ 7.2.4Polonia
▪ 7.2.5Escandinavia
▪ 7.2.6Bélgica y Países Bajos
▪ 7.2.7Países anglosajones
▪ 7.2.8Países bálticos
▪ 7.2.9Países balcánicos
▪ 7.2.10Turquía y países caucásicos
▪ 7.2.11Portugal
▪ 7.2.12España
▪ 7.2.13Latinoamérica
o 7.3Verismo
o 7.4Posromanticismo
o 7.5Impresionismo
o 7.6Cantantes de fin de siglo
• 8Siglo XX
o 8.1Expresionismo
o 8.2Dodecafonismo
o 8.3Neoclasicismo
o 8.4Posguerra mundial: tradición y vanguardia
▪ 8.4.1Reino Unido
▪ 8.4.2Francia e Italia
▪ 8.4.3Alemania y Austria
▪ 8.4.4Estados Unidos
▪ 8.4.5España y Latinoamérica
▪ 8.4.6Otros países
o 8.5Cantantes del siglo XX
• 9Véase también
• 10Notas
• 11Referencias
• 12Bibliografía
• 13Enlaces externos

Antecedentes[editar]

Escenario diseñado por Bernardo Buontalenti para el tercer intermedio (de seis) para conmemorar la boda
de Fernando I de Médici y Cristina de Lorena (1589): Victoria de Apolo sobre la Pitón. El libreto era de Ottavio
Rinuccini, que volvió a usar parte del material en la primera ópera, La Dafne, en 15975

La ópera tiene sus antecedentes en las diversas formas de teatro cantado o


musicalizado que se han producido a lo largo de la historia en todo el mundo. Tanto la
representación dramática como el canto, la música, el baile y otras manifestaciones
artísticas son formas de expresión consustanciales al ser humano, practicadas desde
la prehistoria. En la Antigua Grecia, el teatro era uno de los espectáculos favoritos de la
sociedad. Allí nacieron los principales géneros dramáticos (comedia y tragedia) y se
sentaron las bases de la escenografía y la interpretación. Por diversos testimonios, se
sabe que las representaciones dramáticas eran cantadas y acompañadas de música,
aunque actualmente apenas se conservan vestigios de música griega. Los principales
dramaturgos de la época, Esquilo, Sófocles y Eurípides, sentaron las bases del arte
dramático, cuya influencia sigue vigente hoy día.6
Durante la Edad Media, la música y el teatro estuvieron también íntimamente
relacionados. Eran obras de carácter religioso, de dos tipos: dramas litúrgicos para ser
representados en las iglesias, celebrados en latín; y los llamados «misterios», unas
piezas teatrales de carácter popular que se representaban en los pórticos de las
iglesias, en lengua vernácula. Estas obras alternaban partes habladas y cantadas,
generalmente a coro, y se acompañaban de música instrumental y, en ocasiones,
bailes y danzas populares.7
En Japón, surgió en época medieval el teatro nō, un tipo de drama lírico-musical en
prosa o verso, de tema histórico o mitológico. La narración era recitada por un coro,
mientras los actores principales se desenvolvían de forma gestual, en movimientos
rítmicos. La representación corría a cargo de tres actores, junto a un coro de ocho
cantores, un flautista y tres tamborileros.8 En China se desarrolló la denominada ópera
china, un tipo de teatro cantado, de carácter ritual, donde la música no acompaña el
texto, sino que sirve únicamente para crear ambiente.9
En el Renacimiento, surgieron diversos géneros músico-vocales, como el madrigal,
el oratorio, el intermedio y el ballet de cour, que fueron preparando el camino para el
nacimiento de la ópera. El más inmediato fue el intermedio (en italiano: intermezzo),
unos interludios que se intercalaban entre los diversos actos de una obra teatral, que
aglutinaban canto, danza, música instrumental y efectos escenográficos, con
argumentos basados en la mitología grecorromana, alegorías o escenas pastorales. Su
principal centro productor fue la Florencia medicea, donde poco después nacería la
ópera.10

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