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LOS NUEVOS RETOS DE LA PLANIFICACION SOCIAL EL PASADO Y FUTURO DE LA PLANIFICACION SOCIAL Janet Scheff y Lucilla Fuller Marvel* de planificacion que permite a la sociedad abordar la mayoria de los problemas criticos que surjan en el futuro. La planificacién social esta mejor equipada que otras ramas de la disci- plina para ocuparse del cambio incierto y complejo. Este ha sido y segui- ra siendo el reto de la Planificacion Social. La incertidumbre, la compleji- dad y la ambigitedad como estados de conocimiento resultan en efectos diferentes en las etapas del proceso de toma de decisiones y de planifica- cién. Al mirar hacia el futuro es provechoso evaluar los trabajos e investiga- ciones en el campo de la Planificacién Social que se Ilevaron a cabo en Puerto Rico por iniciativa del Dr. Candido Oliveras, Presidente de la Jun- ta de Planificacién y del Dr. Everett Reimer, Secretario de la Comision de Recursos Humanos. Ambos siguieron el liderato del Gobernador Luis Mufioz Marin, cuya visién de largo plazo concebia que los problemas de salud publica eran los mas fundamentales en Puerto Rico durante las primeras décadas de este siglo. Tras vencerse este problema vino la refor- ma agraria para corregir injusticias —enormes posesiones de tierras y falta de tierra— y luego otras causas de la pobreza, a las que se hizo frente con un audaz programa de desarrollo econémico para mejorar las condiciones de vida: niveles minimos de ingreso, escolaridad, salud y vi- vienda; la gran emigracién de puertorriquefis a los Estados Unidos, con la ayuda y apoyo del gobierno de Puerto Rico, sirvié de valvula de escape para aliviar la presién por alcanzar estos niveles. Munoz se percaté de que estos esfuerzos formales e informales para lograr una mas alta calidad de vida resultaron en nuevas necesidades que exigian el darle atencién explicita a los asuntos e impactos sociales Murioz formulé esta nueva perspectiva en un discurso en la Universidad de Harvard en 1956, y mas tarde ante la Asociacion de Maestros de Puer- to Rico, reunida en Barranquitas en 1965. En su discurso, Mufioz afiadio a nuestro vocabulario politico el término “Operacién Serenidad”. Como parte de este esfuerzo, la Junta de Planificacién produjo el Primer Infor- P roponemos que la planificacién social ha sido y sera el enfoque * Janet Scheff es Catedratica de la Escuela Graduada de Planificacion de la Universidad de Puerto Rico. Lucilla Fuller Marvel es Consultora en programas de vivienda y desarrollo social comunitario y actualmente presidenta de la Sociedad Puertorriquefia de Planificacién. Este trabajo se realiz6 con el auspicio del Progra- ma de Iniciativas de Verano del Decanato de Asuntos Académicos de la Universi- dad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras. Los nuevos retos de la planificacién social PLERUS me Social. Lamentablemente hasta ahora no ha surgido un esfuerzo comparable o de mas envergadura. Cuando nos percatamos de lo que la Junta de Planificacion trato de hacer al principio sélo cabe pre- guntar: gPor qué después de tan buenos comienzos la planificacion social] se esfum6? Podrian darse varias respuestas. No obstante, al acercarnos al nuevo siglo lo impor- tante es identificar lo que hubo de valioso en esa experiencia mientras damos por bueno un nuevo pedido de que haya planificacion social. Puerto Rico, como el resto del mun- do, esta en una nueva coyuntura por la busqueda de innovaciones, solucién de problemas y concien- tizacion. Obviamente, el pais tendra que hacer una reevaluacién de si mismo, de su relacion con Estados Unidos y de su herencia hispanica, africana y caribefia para tener una buena idea de lo que significa ser un puertorriqueno hoy y lo que puede ser en el futuro. Algunos planificadores y otros observadores sostienen que la so- ciedad de Puerto Rico, como otras sociedades, se acerca a un mundo post industrial y postmoderno de mayor integracién, en tanto que unos mas sefialan la intensificacién de crisis caracterizadas por nuevas formas y patrones de inestabilidad econémica, politica y social. Es ob- vio que estos escenarios no se ex- cluyen mutuamente. La Escuela Graduada de Planificacion ha co- menzado a examinar algunas de estas preocupaciones, al igual que los planificadores en agencias gu- bernamentales y en el sector no gubernamental. Entendemos que hay enormes retos a la cultura in- telectual y material de Puerto Rico, especialmente respecto a los proble- mas economicos, politicos, sociales, PLERUS culturales, cientificos, ambientales y de género. Sin embargo, lo que se requiere es una perspectiva societal o cultural, la cual puede entender- se como planificacién social. Estas son cuestiones importan- tes que atafien a la supervivencia de la sociedad puertorriquefia en el proximo siglo, pero muchos no las ubican dentro de los paradigmas sociales y culturales. La mayoria de los planificadores describen las principales caracteristicas de estos cambios como globales, a base de una combinacién de cambios tec- nolégicos y politicos asociados con un cambio de “tecnoparadigma” y cambio del “poder global”. Algan elemento de esta perspectiva sobre tendencias implica el que siga ha- biendo pérdidas econémicas en el sector publico que dé como resul- tado que los futuros planificadores tengan menos capacidad para reac- cionar a propuestas y orientar sus comunidades hacia cuestiones de justicia, donde ellos no se daran el lujo de proponer nuevos programas, que provean ampliacin de servicios © apoyo. Mas bien, los planificado- res estaran concentrando estratégi- camente sus esfuerzos y reducien- do la cantidad y, a veces, la calidad de servicios e infraestructura. Los problemas relativos a la justicia podrian convertirse en asuntos de como evitar mayores injusticias en vez de unos que hagan planteos contra la injusticia actual. Sin em- bargo, los planificadores no debe- rian olvidar lo que Alan Altschuler puso sobre aviso en su libro clasico sobre la participacion, donde advir- tio que nuestro ambiente politico estimula a los planificadores a evi- tar todo, excepto los valores menos controversiales y los efectos mas predecibles de las acciones. Pero si la presente fase conser- Los nuevos retos de la planificacion social Revintn PeHit vot, ite oun vt sta La phuloe 127, despate del aeganks pirate corcesporie (8 (Mave T tama t OLE LOMARIO ATAPAR aI. PROUR * pmeninen oar iat femet UA aren me Ue rome, C0 Pan ponte from ime mica eEn la pagina 120, debe Ir la slyulonte nota al calco, correspondionte al soguado parrato; “La oncomlonda Intctal que la dunta de tlantficacton da tiacto thea dio a mun conmultores un 1990 (wntie loa cuales ontaba yo) ata oubatantive: mafadit tas que na du omo motan nocialun a lo we ata a une activided plantficadora domtnada por maton mican, th outrd on detalles sobre Lax matan wl Va encomtanda de lo Junte ate un resultado del pro nehou berenidad del Gobernador Mufor Karin, que pre oda Planificactsn debla mantener y eatimulec ta cult wie y Plonificar pata la gonte com alyo me que acondmivon-¥ trabajad an de *Oparacién Manos a la Obra", quo ne dlo al programa de desarrollo wcondmlco de la In nw low Eatadon Unidos, donde ol téemino plenificectdn soctal ee pune an hoya a comlunzon do Le década del 60, mu alynificado fue algo dietintor conaldurar Ine necenidades de low pobrue. De hecho, una de Ine dietinclonve mis Importantos watia 4 plonificacién dabe ser a base de low cligntes dy la planifieacton. La plantficactén mlama debe estar contrada en el clionte, na litem qe eats tmpltetta ean lo que Janet Schett ha Mamado andlinin do elfuntala, Le planifleacisn contrada on ol cliente thane a lo monon una obvia donventajar atomiza ta sociedad (0 1a cludad) en grupo de elton Mifwrontus y hace diftell planificar para ta socadad y ba clud como un todo, Sin embargo, no veo gato dnicamente come une denventaja, 1 Ia planificecton ha tenida muchon troplozon jo Crater du aoc hallata, y wllo du doe mangres. Primero, nw ha dado a una Caran tmponthles excepto on una aoctadad o cluded my ont » planvar pata le totalidad. Sagundo, ao ha tmpioate taro aimente ationable, ya que muy a side, Lom Plantficndores que crayeron vatar ylonificando ado cluded ontocn entaben reaimonte planificands pare poblacién ~ tradiclonalmente ol ms porturoso o inate ‘ondmicamonte.* Traductdo dos He Gana, Poople, Mann and volte lan. How Youk! Columbla Univerelty Proam, 1991. pp *En Ia paylna 140, dobo Ir la algulonto billografia dol articulo “Lon nuovos rotos do ta planificacl6n soctal: El pasado y futuro do ta planificacién soclal* de Janot Schott y Lucilla Fullor Marvel. DIBLIOGRAFIA mnt A Political Auntynta. Tho Clty Planning Proc Vi untverelty Proms, 196%. polan, Wlchard §. Manning and tnatttuttonal boatyat tn Planning Thoory Mowalottar, W. 3/6 Sunmor /Mintar 199L. Halyr butyl Manan, 1991-97, py Fd Hiuyn, Snvaryne loony. Englewood, Prantice Hall, lne,, v8 Chopin de 1. Staal Hh Dontekar, HamatulaC, The Planner’s Use of Information New Your Hutchison and Press, Wine nia ress, 1909, 1. 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Por iiltimo, reaccionaria criticamente a la boga de la privati- zacion y la iniciativa privada, inclu- so pondria en duda la moda del pre- dominio de las relaciones de mer- cado en todas las fases del queha- cer humano. Un acercamiento de pensamiento critico Hemos argumentado que las hi- potesis sobre la sociedad proven el sistema de ideas para la teoria de la planificaci6n, por lo tanto, soste- nemos que es una base teérica so- cial lo que determina la teoria de planificacién. En la medida en que la teoria de planificacion dominan- te (1) aspira a la racionalidad fun- cional en vez de la substantiva, (2)Dconcibe a la planificacién mas bien como una actividad funcional que una critica, (3) se limita a crite- rios de eficiencia o técnicas cuanti- tativas, (4) considera que los proce- sos de planificacion legitiman el sis- tema social en el cual se dan, (5)Dadopta un modelo de consenso de la sociedad en vez de uno de con- flicto (6) se define como una disci- plina cuyos anilisis de las politicas son independientes de los valores y (7) es ahistorica, “realista", pura- mente pragmatica, entonces la teo- Los nuevos retos de la planificacién social ria de planificacion no es social. Las definiciones de la planifica- cin tienen que incluir alguna con- cepeién de racionalidad. El asunto de dicha racionalidad puede defi- nirse, de modo estricto, como deci- siones publicas que afectan la es- tructura fisica de las areas urba- nas, moderadamente, como decisio- nes sujetas al control ptiblico que afectan las caracteristicas estructu- rales de areas y regiones urbanas, 0, ampliamente, como todas las de- cisiones ptblicas o privadas desti- nadas a afectar el futuro a corto y largo plazo, cualquiera que sea la escala. La planificacién como solucién de problemas compara con la racio- nalidad funcional. Le interesa cémo lograr un objetivo prescrito externa- mente. Sus criterios pueden ser la eficiencia o la efectividad, economia de medios, certeza del logro de fi- nes, minimizacién del costo por un beneficio determinado 0 maximiza- cién de predeterminados beneficios por un costo determinado. Esta amplia definicién abarca no s6lo el “modelo racional” de planificacion, sino ademas la planificaci6n inere- mental y la que consiste de una es- pecie de revoltijo. Este tipo de pla- nificacion ha sido designado tam- bién como planificacién funcional. Pero en vista de que se ve a si misma como un esfuerzo por defi- nir y lograr una mejor sociedad, la planificacion deberia ser paralela a la racionalidad substantiva, la cual es societal o social. Sus criterios eran necesariamente normativos: equidad, bienestar, realizacion del potencial, desarrollo creativo. Aun puede incluirse términos tan difici- les como felicidad o serenidad. Se- gun estas definiciones, la planifica- cion es mas bien un proceso social que uno técnico. La denominamos PLERUS planificacién critica, puesto que in- cluimos tanto planificacién social como societal. Las dos definiciones de planifica- cin —funcional, critica— no se ex- cluyen entre si. La inconsistencia surge s6lo en caso que la planifica- cién se limite a su primera defini- cién como planificacién funcional o solucién de problemas y deje fuera de su ambito a la planificacién critica. En cambio, para la planifi- cacién critica —la planificacién como el logro de mejoras en la so- ciedad_, la planificacién funcional es también una necesidad. O sea, la racionalidad funcional puede ser instrumental para alcanzar la racionalidad substantiva. Los criterios y técnicas de la pla- nificacién funcional tienden a fo- mentar el mantenimiento del Siste- ma. Sélo aquello que existe puede medirse. Este es especialmente el caso de la confianza en datos se- cundarios. La teoria de planificacién puede, © suponer que existe un interés publico, un bien comin, y gobierno de mayoria. o dar por sentado un modelo de conflicto de la sociedad. Lo primero asume que la planifica- cién funciona con neutralidad valorativa, o que el mismo valor es sustentado por todos, o que los va- lores son datos fijos que deben ser considerados como insumos en vez de criterios para juzgar los produc- tos de la planificacion. Algunos elementos pertenecien- tes a la teoria y la practica de la pla- nificacién tienden mas bien a desa- fiar que a defender el sistema de donde surgen. Estos elementos de reto al sistema tienen profundas raices en la historia de la planifica- cion, y reflejan algunas de las con- tradicciones en la teoria de planifi- cacién y en el conflicto que hubo desde el comienzo en la Escucla Graduada de Planificacién. Revelan un potencial en la teoria de Planifi- cacién y en la E.G.P. que esta en estado de tension dentro de la prac- tica de interpretaciones convencio- nales. El proceso de planificacion es potencialmente retador del sistema, en un sistema que no es sustan- tivamente racional, y cuyas metas explicitas no se amoldan a su prac- tica actual. Esto es cierto incluso para la planificacion funcional. Si se acataran las reglas de la éti- ca profesional relacionadas con los clientes en vez de, o ademas de, los esfuerzos orientados a la tarea, sera el papel del cliente lo que determi- ne si los esfuerzos del planificador mantienen el sistema o lo cuestio- nan. Aunque la mayoria abrumado- ra de clientes que pueden contra- tar planificadores tienen interés en la defensa del sistema, en aquellas situaciones donde los planificado- res —sean o no empleados publi- cos— descubren y representan clientes interesados en retar al sis- tema, la ética profesional de la pla- nificacién se convierte en apoyo de las actividades desafiantes. Por ejemplo, en el método de ana- lisis de clientela del andlisis de ac- ceso desarrollado por Scheff, el andlisis de necesidades incluye y puede de hecho centrarse en aque- los que son rechazados 0 ellos mis- mos rechazan la participacion en un programa. El mismo potencial de reto aplica a la teoria de planifi- cacion y, como saben aquéllos pla- nificadores que estan al tanto, eso ocurre a veces. Al hacer preguntas, al esclarecer alternativas, sugerir posibilidades irrealizadas, y mas importante atin, al apuntar, junto con cientificos sociales y otros ob- servadores participantes, hacia nuevos horizontes, la planificacién Los nuevos retos de la planificacion social societal critica puede inspirar retos mas efectivos a los sistemas que pueden autodirigirse. La base sociolégica El entendimiento sociolégico aplicado Puerto Rico es un primer paso para que haya planificacion social. Por ejemplo, es caracteristi- co de la planificacion social el tra~ tamiento explicito que se da a los componentes valorativos, que con tanta frecuencia se evitan en otros tipos de planificacién. Entre los va- rios tipos de planificaci6n social las cuestiones subjetivas y humanistas se abordan de diferentes maneras. Sin embargo, siendo siempre nues- tra unidad de anilisis la persona o los grupos, no podemos pretender que las cuestiones valorativas sean irrelevantes. Para muchos planifi- cadores que no tienen en cuenta lo social, esta perspectiva de la socie- dad puertorriquena da por buena la creencia de que la interaccion en- tre diferentes grupos en Puerto Rico se ha fundado siempre en la coope- racion y en valores y aspiraciones compartidos. Por consiguiente, ese se supone que sea el estado “nor- mal" de la sociedad y, como tal, re- sulta ser también la clase de interaccion social que constituye una meta de la planificacion. Esto significa que en lo que toca a mu- chos planificadores, hay una rela- cién estrecha entre “hechos” y “va- lores”. El “hecho” es que la socie- dad es normalmente cooperadora, y el “valor” es, por ende, que debe- ria serlo. Las politicas publicas que a menudo surgen de este entendi- miento y juicio normativo se ocu- pan de crear comunidades “balan- ceadas” e integradas, econémica y socialmente hablando. Estas se tie- nen por metas generalmente acep- Los nuevos retos de la planificacién social tables, ya que supuestamente brin- dan beneficios iguales o al menos igualdad de oportunidades a todos los miembros de la comunidad o area mayor. Sostenemos que la sociedad puertorriquefia se caracteriza ac- tualmente por el conflicto entre gru- pos que no comparten los mismos valores y aspiraciones, quienes pueden ser identificados por su po- sesin diferencial de recursos, po- der y posicién social. Estos conflic- tos dan por resultado un conjunto totalmente distinto de problemas e interpretaciones de politicas publi- cas. En primer lugar, arrojan du- das en cuanto al consenso sobre las proposiciones normativas que de- bieran orientar la formacién de po- liticas puiblicas. En vez de tratarse simplemente de un problema de como alcanzar unos objetivos acor- dados, la planificacién pasa a ser una cuestién de por qué se deben proseguir algunos objetivos en vez de otros. Si estos objetivos encon- trados surgen de diferentes intere- ses, de lo que se trata entonces es de disputas criticas sobre cuales grupos obtienen qué y cuanto, o sea, quienes agarran la sartén por el mango. El segundo lugar, por lo regular tales disputas no se arreglan me- diante la intervencion de arbitros profesionales, apoliticos, raciona- les, como muchos planificadores alegan ser, sino a través del éxito competitivo de diferentes grupos en el mundo del comercio y en la poli- tica. El tercer lugar, incorporar el con- flicto social en el marco analitico de la planificacién, obliga al planifica- dor a cuestionar el uso de tales doc- trinas como la racionalidad politi- ca, la neutralidad politica y el inte- rés publico. Estas son suplantadas por doctrinas de entendimiento orientador y combinado, juicios normativos y teoria practica de di- ferentes grupos y lo mismo de pro- fesionales. Por lo tanto, es decisivo que los planificadores comprendan a cabalidad la naturaleza de la interaccién social en su particular sociedad, y, ademas, algunas eva- luaciones normativas igualmente claras y explicitas de las condicio- nes que resultan de la naturaleza de la sociedad. Si eso falta, habra mucha planificacion creando las mismas condiciones que busca eli- minar; no alterara en gran parte lo que hubiera ocurrido de esta no haberse dado como actividad gu- bernamental; beneficiara a los gru- pos con mas recursos, poder y po- sicién social elevada en vez de a los que mas carecen; y seran los pro- pios planificadores quienes mas se beneficien. Otra rama general de la teoria sociolégica que influye mucho en la planificacion es el funcionalismo estructural. Esta teoria positivista afirma que la sociedad consiste ba- sicamente de una coleccién de gru- pos cooperadores e integrados, la mayoria de los cuales aprueban los mismos valores. Es a base de este supuesto que los planificadores han desarrollado versiones incorrectas de lo que constituye interaccién so- cial normal y anormal. Los mismos supuestos han servido de base para la formacion de programas, proyec- tos y otros remedios. La planifica- cién ha ido desarrollandose hasta incorporar la teoria de sistemas, la cual identifica subsistemas y sus interrelaciones funcionales, y, con muchisima frecuencia, busca ex- presar estas relaciones en forma cuasi-matematica. Lo mismo que el funcionalismo estructural, la teoria de sistemas es heredera de la tradi- cién positivista. Si reconocemos que el cambio y la incertidumbre son constricciones o constantes en la planificacién, podemos saludar con entusiasmo el futuro y las transformaciones por las que estamos pasando, a sabien- das de que no conocemos lo sufi- ciente para ser pesimistas. Nosotros, planificadores, indivi- duos, familias, grupos podemos concentrarnos en lo posible y en las potencialidades, o las oportunida- des, Se puede llamar a esto fe en el futuro (algo parecido a la anterior perspectiva del desarrollo). El cono- cimiento bien madurado, producto tanto del conocimiento cientifico como del conocimiento popular, es que debemos comprender median- te la exploracién de respuestas in- dividuales, sociales y culturales una situacién que encarna res- puestas culturales caracteristicas para la incorporacién dentro de di- recciones reformadoras y nuevas. Aportaciones futuras de los enfoques de planificacién social En la actualidad Puerto Rico y casi todo el resto del mundo, pasan por lo que se ha llamado una crisis de desarrollo que, segtin una pers- pectiva social, tiene sus origenes en un paradigma de desarrollo que supone que el bienestar humano es la suma de valores puramente eco- némicos. Es sintomatico que en el caso de Puerto Rico el Gobernador cuenta con un Consejo de Asesores Econémicos, pero no hay otro, de tal importancia, de lo social. Ello revela que en Puerto Rico, como en casi todo sitio no se sabe donde esta ese seudo problema econémico y en qué consiste. Sin embargo, una conferencia internacional celebrada Los nuevos retos de la planificacién social en Caracas, Venezuela, en el Insti- tuto Internacional de Estudios Avanzados (IDEA),' a mediados de 1989, se titulaba Hacia Una Nueva Forma de Medir el Desarrollo, y alli Jos expertos, principalmente econo- mistas, sefialaban que las solucio- nes a la crisis no eran ya posible desde el sistema de ideas del mis- mo paradigma que produce la cri- sis. Esto demanda un nuevo para- digma de desarrollo para efectuar un proceso de desarrollo que tenga las siguientes caracteristicas: 1) Centrado en la gente, que sea capaz de satisfacer de verdad las necesidades humanas basicas, in- clusive garantizarle a la gente un papel fundamental en la formula- cién y ejecucién de programas de desarrollo. 2) Sustentable, que quiere decir justo y equitativo, asi como ecolé- gicamente sin riesgos. 3) Confiado de si, que significa la utilizacién al maximo posible de las capacidades del propio pais. No creemos necesario abanderi- zarnos en la disputa entre defenso- res del individualismo metodolégi- co, quienes sostienen que todas las explicaciones de los fenémenos so- ciales tienen que ser reducibles a explicaciones a base de motivacio- nes 0 conducta individual y los par- tidarios del colectivismo metodol6- gico que alegan que hay entidades supra individuales —grupos socia- les 0 instituciones, estructura, cla- se social— que son anteriores a los individuos en el orden de explica- cién. Los arreglos institucionales, alegan éstos ultimos, ciertamente constrifien la conducta individual, pero también es cierto, como recla- man los individualistas metodol6- gicos, que la accién individual man- tiene unidos los arreglos institucio- nales y los modifica. Nos negamos también a separar la estabilidad del cambio, puesto que los mecanismos de manteni- miento y los de transformacién son productos de la misma escala. Si, como dice Marshall Sahlins, el cam- bio es reproduccién malograda, en- tonces una teoria de cambio debe ser también una teoria de estabili- dad.? Ademas, este dualismo obs- curece la enorme cantidad de cam- bio que se requiere para asegurar la estabilidad. Los individuos afron- tan continuamente situaciones nuevas que requieren un gran es- fuerzo para mantener su patrén re- gular de relaciones sociales. Aunque la distincién entre he- chos y valores es defendible desde el punto de vista analitico, en el mundo real la misma tiende a obs- curecer la interpenetracion de he- chos y valores. Son poquisimos los reclamos que no contienen a la vez componentes valorativos y facticos. Los modos de vida forjan en un todo integrado creencias sobre lo que es (ejemplo, la naturaleza humana es buena) con lo que debiera ser (ejemplo, deberian abolirse las ins- tituciones coercitivas). Los prejui- cios culturales son protegidos por la filtracin de hechos a través de una pantalla perceptual. En vez de contraponer raciona- lidad ¢ irractonalidad, nos referimos a definiciones sociales opuestas de lo que se considerara racional. No hay acto que de por si pueda ser clasificado como racional o irracio- 1 Hacia Una Nueva Forma de Medir el Desarrollo (Toward A New Way to Measure Development, Caracas, Venezuela, 1989 --edicién bilingtie) 2 M. Sahlins, Historical Metaphors. Los nuevos retos de la planificacién social PLERUS nal. Eso dependera del marco so- cial o institucional del que el acto forma parte. Actos que son racio- nales desde la perspectiva de un particular modo de vida pueden ser el colmo de la irracionalidad desde la perspectiva de un modo de vida opuesto. Por ejemplo, los individua- listas, quienes creen que pueden aumentar tanto sus necesidades como sus.recursos, juzgaran la re- signacién fatalista de totalmente irracional. Pero para los fatalistas la resignacién es eminentemente racional, pues estan convencidos de que tanto las necesidades como los recursos caen fuera de su alcance. A menudo se superimpone a la dicotomia entre racional e irracio- nal la division entre primitivo y moderno. Si bien esta distincion destaca las grandes diferencias en el nivel de desarrollo economico entre sociedades, la misma resulta inservible para clasificar modos de vida. Insistimos, contra Durkheim, que la marcha del progreso tecno- légico no libera al hombre moderno del control social que ejerce el co- nocimiento. Independientemente del tiempo y el lugar, los individuos siempre enfrentan cinco modos de relacionarse con otros seres huma- nos. Esto sirve de fundamento para la esencial “unidad en diversidad” de la experiencia humana. Como se gana la gente la vida es decisivo para sus vidas. Si podemos demostrar que hay diferentes ma- neras de uno vivir de sus ingresos, de salir adelante, todos los cuales son viables, podremos deshacernos de la embrutecedora opinion de que sélo es cuestién de la razon misma. Los cientificos sociales y los pla- nificadores suponen de forma gene- ral que lo que constrifie el compor- tamiento son las necesidades y los recursos, al exigirsele a la gente que PLERUS vivan de sus ingresos. Esto no es cierto. Las necesida- des y recursos son socialmente construidos. En realidad, las con- cepciones de necesidades y recur- sos se le allegan a los que partici- pan de un modo de vida de tal for- ma que les habilita para justificar ese modo de vida. Por lo tanto, lo que constrifie el comportamiento radica en los modos de vida, no en las mismas necesidades y recursos. Las siguientes informaciones sir- ven de apoyo a lo anterior: 1. Vivir uno de sus ingresos es fundamental (un punto sobre el cual podemos estar de acuerdo con casi todos, quizas todos, los plani- ficadores y cientificos sociales). 2. Como planificadores sociales no decidimos entre las respuestas contradictorias que pueden darse a la pregunta: Cual es la naturaleza de las necesidades y recursos y cémo pueden ser reconciliados? Como ha dicho Abraham Kaplan, exconsultor de la Junta de Planifi- cacién de Puerto Rico, en una de- mocracia esa tarea le corresponde a los funcionarios elegidos por el pueblo, no a los planificadores. 3. Estas respuestas conflictivas pueden ser acomodadas tomando en cuenta la construccién social de las necesidades y recursos. La “realidad objetiva” no determi- na cémo la gente trata de vivir de sus ingresos; por el contrario, los seguidores de cada modo de vida definen necesidades y recursos —naturaleza humana y naturaleza fisica— de manera tal que la estra- tegia que utilizan para vivir de sus ingresos, o salir adelante, apoya sus prejuicios culturales y, por ende, sostiene su modo de vida. El tomar como base la maleabilidad social de necesidades y recursos Los nuevos retos de ta planificacién social nos da cinco y sélo cinco estrate- gias que la gente pueden adoptar al manejar y definir sus necesidades y recursos, y es en este sentido que los planificadores sociales han ana- lizado e inventado y han ayudado tanto al pueblo como a los politicos. 4. Al demostrar que en efecto, la gente adopta estas cinco estrate- gias y que no acepta cualesquiera otras, ponemos en tela de juicio esas teorias para las que hay solo una forma de como se puede o se deberian ajustar las necesidades y los recursos y aquellas teorias que insisten en un numero infinito de maneras de valerse de uno mismo. Tanto las teorias dogmaticas (un solo modo correcto), como las relativistas (todos los modos son posibles y correctos) tienen que dar paso a un pluralismo estrictamen- te limitado. 5. El identificar las compulsio- nes sociales que llevan a que dife- rentes personas adopten estas di- ferentes estrategias nos permite es- tablecer una base mas analitica, mas precisa para las explicaciones de la seleccién racional. Si hay va- rios modos de vida diferentes con sus varios modos de valerse de uno mismo, entonces no puede haber un tinico objeto que la gente invo- lucrada esta tratando de maxi- mizar.® ¢Qué significa aqui esto opera- cionalmente para la planificacion? Proponemos que el futuro de la pla- nificacién es un multi multi enfo- que. Este MME no es nuevo para la planificacién social, pero esta Ile- vando la planificacién societal a una posicion central, que es lo que Gill-Chin Lin quiere decir cuando describe el MME como sigue: Ac- tualmente somos testigos de una reestructuracion masiva de las re- laciones sociales y el surgimiento de nuevos valores en los asuntos hhumanos en una escala raramente vista en la historia humana. Resul- ta oportuno reexaminar nuestro enfoque, que puede enfrentarse mas creadoramente con el nuevo reto. Por lo comun, los estudiosos y los profesionales han utilizado grupos de enfoques. El primero es el “enfo- que Unico”. Este enfoque depende de un estudio o practica que se fun- da, o bien en una disciplina parti- cular, en una sociedad particular 0 bien en una funcién particular. Un enfoque disciplinario particular puede investigar cuestiones de cambio social desde el punto de vis- ta de la economia, la politica o la sociologia. Un enfoque basado en una sola sociedad puede conducir una investigacién sobre una socie- dad particular. Un enfoque de una funcién particular aborda proble- mas desde el punto de vista investigativo, educacional y practi- co. Muchos de los estudios erudi- tos y profesionales sobre distintos temas de relaciones sociales y asuntos humanos pueden caer fa- cilmente en este grupo. El segundo enfoque es el “multi- enfoque”. En general, este enfoque puede dividirse adicionalmente en tres subgrupos: Multidisciplinario, Multisocietal y Multifuncional: se intenta combinar varias disciplinas. Un investigador o un grupo de es- tudiosos puede utilizar el conoci- miento de la economia, la politica y la sociologia para entender un fe- némeno social a través del tiempo y 3 La base te6rica para el concepto anterior es desarrollada en: M. Thompson, R. Ellis, A. Vildavsky: Culture Theory, Boulder, Co: Westview Press, 1990. Los nuevos retos de la planificacién social PLERUS del espacio. Por lo tanto, este enfo- que se conoce a veces como estu- dios comparados o multiculturales. El enfoque multifuncional une dos © mas aspectos funcionales. Un investigador puede proponerse ser- vir el propésito dual de investiga- cién y practica, o un triple propési- to de investigacion, educacion y practica. E] multienfoque, especial- mente el enfoque multidisciplinario, se ha estado haciendo cada vez mas un modo de investigacion popular desde los afios 60. El enfoque tnico es valioso para entender un particular aspecto de Ja dinamica social. Pero parte del supuesto de ceteris paribus, y, en consecuencia, es inadecuado para comprender interacciones comple- tas entre varios factores que afec- tan las relaciones sociales y los asuntos humanos. El multienfoque tiene ademas sus limitaciones. Por ejemplo, un estudio multidiscipli- nario sobre una sociedad en un momento dado no justifica genera- lizaciones amplias. Hay que supe- rar las fronteras que separan los multienfoques existentes. Por consiguiente, proponemos otro enfoque: el “multimultienfo- que” (MME). Este enfoque envuelve: una combinacién de enfoques mul- tidisciplinarios, multisocietales y multifuncionales. Investigadores, educadores y profesionales pueden aunar esfuerzos para analizar pro- blemas, hacer planes, administrar programas, envolverse en discusio- nes politicas y educar a la gente sin establecer un limite de antemano al conocimiento. La seleccién en cuanto al tipo de combinacién de- pendera del propésito de la tarea. La tabla muestra los tres enfoques metodologicos al estudio y la prac- tica. Enfoques Metodolégicos al Estudio y La Practica Enfoque Unico Societal Singular Sélo Funcional Multi Enfoque Multidisciplinario Multisocietal Multifuncional Multi-Multi Enfoque Multidisciplinario y Multifuncional Multidisciplinario, Multisocietal y Multifuncional* El Multi Multi Enfoque esta por doquiera en las conferencias co- rrientes de planificacion y en la li- teratura. Esta fue la tendencia do- minante en las ponencias presen- tadas en la conferencia multinacio- nal, multiorganizacional celebrada en la Universidad de Oxford en ju- lio de 1991, auspiciada por la Aso- ciacion Americana de Escuelas de Planificacién y la Asociacién de Es- cuelas Europeas de Planificacion, titulada Cambio Global y Problemas Locales. Las ponencias de esa con- ferencia estan comenzando a ser publicadas. De la ponencia de Richard S. Bolan “Planning and Institutional Design”, tenemos el extracto siguiente: La necesidad de anticipar, mol- dear y controlar el futuro es una condicién fundamental de la exis- tencia humana —tanto para los in- dividuos como para las colectivida- des. Sin embargo, al nivel colectivo la planificacién esta imbricada en una serie de dilemas existenciales 4 Gill-Chin Lim, Journal & Planning, Education and Research, Vol. 10, number 2, Winter 1991 editorial. PLERUS Los nuevos retos de la planificacién social que incluyen: el deseo de autono- mia y libertad de accion versus la necesidad de relaciones y de comu- nidad; la necesidad de espontanei- dad y nuevas experiencias versus la necesidad de predictibilidad; la ne- cesidad de expresion individual versus la necesidad de control so- cial. Estos dilemas se afrontan, ne- gocian, resuelven y se renegocian a través de una infraestructura de acuerdos histéricos, normas, cos- tumbres, reglas, leyes, derechos y obligaciones que vagamente conce- bimos como instituciones. Sea nuestro interés en la planifi- cacién econémica, social o fisica, normalmente se dan por sentado Jos soportes institucionales en la planificacion. La planificacién misma es un reto a los patrones de comporta- miento convencional moldeados por las instituciones. Se podria alegar que la naturaleza misma de la em- presa planificadora es una disputa continua con las instituciones exis- tentes. Los planes de por si aca- rrean un reto al comportamiento, las relaciones y las ideas existentes (Warren, 1977; Schan, 1972). No obstante, la planificacién no se da en el vacio. Los procesos de planifi- cacion estan entretejidos en un marco institucional que a la vez constrifie hace posible la planifica- ci6n. Por lo tanto, el concebir una planificacién colectiva mas vital tanto para empresas publicas como privadas requiere una comprensién de las instituciones en las que se da la planificacién, la relacién en- tre las instituciones, y la planifica- cion y el potencial de cambio insti- tucional. Alo mas, la reformulacion de ins- tituciones es una tarea intimidante, y es muy poco lo que sabemos so- bre el particular. Vislumbrar una Los nuevos retos de la planificacién social planificacién colectiva mas vital tanto para gestiones o esfuerzos ptblicos como privados requiere una comprensién de si las institu- ciones mismas podrian ser planea- das. gCuales son los retos de la plani- ficacion social para el futuro? Hay que hacer un reexamen de los re- tos: el de la desigualdad social, del deterioro social, de la desintegra- cién, de la marginacién social y busqueda de politicas publicas, programas y medidas de interven- cin, junto con la basqueda de los factores de peso en la intervencién, la identificacion de los lideres de la intervencién (espontaneos y oficia- les) de la comunidad. eQué es lo que distingue el rol del planificador social del que ejerce un religioso o un educador o un politi- co frente a este reto? Una diferen- cia fundamental es que la planifi- cacién social esta dirigida hacia la toma de decisiones sobre la accion que modifica el futuro. Mas que ex- hortar, identifica los cambios cla- ves y su medici6n; para quién y por quiénes. La planificacién social vie- ne a formar parte de la accion ética por medio de la acci6n técnica. La planificaci6n intenta identificar los valores y orientar los asuntos éti- cos. Es el tratamiento explicito de cuestiones valorativas lo que distin- gue ala planificacién social de otros tipos de planificacion. “Si las instituciones son social- mente construidas, entonces pue- den, en principio, ser deconstruidas o reconstruidas —es decir, puede ser disefadas y planificadas. Con todo, no se trata de tomar a la lige- ra lo enormemente dificil de la ta- rea. Que las instituciones son so- cialmente construidas es un punto de vista que proviene del pragma- tismo y la fenomenologia, y es con- PLERUS cebido a base de “sucesos en vivo y el “flujo” de la experiencia. Las instituciones se forman y reforman en un mundo que esta en devenir —haciéndose. A diferencia del pen- samiento estructural, la historia y el espacio son fuerzas esenciales muy importantes cuando se piensa sobre instituciones (Giddens, 1979, 1984, 1990; Ostrom 1990). Una noci6n claye adicional es la de pro- ceso dialéctico. Los opuestos co- existen oponiéndose y sosteniéndo- se simultaneamente. En un mundo dialéctico, el conflicto es una carac- teristica endémica que se resuelve por sintesis, sdlo para encontrarse con nuevos y mas complejos nive- les de conflicto con una nueva com- pulsién para la sintesis, etc. El mundo resultante es paraddjico, ambiguo o incierto.”> APLICACIONES DEL ENFOQUE DE PLANIFICACION SOCIAL El punto de partida para la apli- cacién u operacionalizacién de los enfoques de la planificacién social que hemos presentado es dar por cierto que el contexto de planifica- cién es de mucha complejidad, de un conjunto de intereses y agentes diferentes y de unas visiones parti- culares y multi-dimensionales. No hay una visién unitaria, pero pue- de haber convergencia y puntos co- munes. E] futuro de la planificacion sera uno de toma de decisiones, de consensos, acuerdos por triangula- cion y transacciones de intereses pluralistas. Asi que los esfuerzos de hacer planificacién y las tareas de los pla- nificadores requieren un enfoque que busque, permita y refleje la par- ticipacién de diferentes sectores de la sociedad, diferentes actores y clientes, y diversidad de valores. Ademas, que obligue a los planifi- cadores a la btisqueda de informa- cién sobre los diferentes sectores, y a intentar soluciones o intervencio- nes que permitan integrar o armo- nizar los diferentes puntos de vis- ta. Vamos a discutir cinco areas de importancia para la fase operacio- nal de la planificacién social. Orientaci6n multidimensional En el Puerto Rico actual se reco- noce la existencia de diferentes gru- pos con diferentes necesidades. Ademas, se sobreentiende que hay que planificar para los diferentes grupos, y planificar para realizar oportunidades y metas individuali- zadas. Este reconocimiento abunda en la literatura de la planificacion y en las expresiones de politica publica. Con todo, es un reconocimiento “ad-hoc”, que no se ha formalizado, ni es sistematico. No se reconoce la necesidad de hacer planificacién con los diferentes grupos. Hay re- presentacién y participacién, pero s una participacion desarticulada y selectiva de diferentes sectores, de un grupo u otro, es decir participa- cion y representacién fragmentada. Un ejemplo del reconocimiento de la importancia o funcién de los diferentes grupos lo tenemos en el numero de organismos guberna- mentales creados durante los afios °80, a saber: Comisién para los Asuntos de la Mujer, Oficina para el Asunto de la Vejez, Oficina del 5 Richard S. Bolan, “Planning and Institutional Design” in Planning Theory Newsletter, 5/6 Summer, Winter, Millan, Italy: Luigi Massa, 1991, 1992, pp. 7-33. 138 PLERUS Los nuevos retos de la planificacién social Procurador de las Personas Incapa- citadas y Oficina de la Juventud. Todas estas dependencias reflejan las necesidades de grupos signifi- cativos, cuyos reclamos no fueron atendidos antes por el gobierno es- tatal. La respuesta a nivel central ha sido el establecer oficinas en la misma Fortaleza. Los municipios grandes tales como San Juan, Ponce, Mayagiiez y Bayamon tam- bién han abierto oficinas para aten- der necesidades particulares de grupos. Sin embargo, ha sido una res- puesta desarticulada y fragmenta- day, en algunos casos, hecha para cumplir con la legislacion federal. Refleja, en ese sentido, la prolifera- cién del movimiento de los derechos civiles, en que grupos marginados han reclamado derechos de partici- pacion en la programacién federal. Constituye lo que podemos Hamar unos primeros pasos hacia el desa- rrollo de un enfoque “multi-multi" y la integracion de la clientela en la planificacién. Proponemos que en el futuro se identifique ¢ integre a la entidad que sirve a los grupos especificos al igual que los grupos en si en la pla- nificacion y programacion. Esto se- ria factible a través de las agencias © por medio de coaliciones que sir- van para agrupar las posiciones de diferentes sectores con un interés comun, como ha ocurrido con el movimiento de las mujeres y los deambulantes. De ese modo, se propiciaria la integracion y se redu- ciria al minimo la marginacién. Evi- taria, ademas, la duplicidad en los servicios. Pero hay que cuidarse de la burocracia o la co-optacion de grupos diferentes. Es necesario diferenciar entre un enfoque que reconoce y acepta el que haya grupos diferentes, y uno Los nuevos retos de la planificacién social en que se planifica para éstos, y con su incorporacién. Un enfoque no sustituye al otro; se trata de una vision multidimensional ("3-D”) desde los diferentes niveles de ana- lisis, sean niveles de lo conceptual y lo tedrico, areas de politica publi- ca reflejado en las leyes, reglamen- tos, y otros instrumentos de politi- ca publica o niveles de programa- cin y contenido de programas. Proponemos un enfoque que pro- mueva e invite perspectivas diferen- tes por el ambito de diversas cultu- ras, de dimensiones funcionales 0 de roles de los grupos de la socie- dad, incluso dentro de los grupos de la sociedad. Un ejemplo lo seria, el que no sélo se mida un cambio en el numero de mujeres que ense- fia en una facultad profesional, di- gamos, la Escuela Graduada de Pla- nificacin, sino también en la can- tidad de asuntos feministas y posi- ciones feministas que se incluyen en el curriculo de la Escuela. Otro ejemplo lo seria el instituir la plani- ficacion y la organizacién de grupos comunitarios en el desarrollo de sus sectores € incluir ademas, a los re- sidentes en la actividad decisional dentro de la estructura de poder. El llevar a cabo actividades comuna- les sin incorporar de algtin modo a la gente afectada no seria sincero y podria resultar en un malentendi- do del sistema, como ocurrié con el Programa de Ciudad Modelo en la década del 70. Informacién social Una direccién futura de la plani- ficacién social para poder respon- der al enfoque propuesto es asegu- rar que se establezca una politica publica sobre informacion en todo su sentido, desde el mas amplio y macro hasta el mas especifico y PLERUS micro. La planificacién transcurre en un continuo de fines y medios donde la informacion de la escala micro sirve para informacion de la escala macro. Eso es lo que Edward Suchman llamé “una cadena acu- mulada de objetivos", y lo que Martin Myerson llamé “puentes de informacion”. Para planificar sobre aspectos sociales hay que obtener informacfén sobre quiénes son las personas afectadas por la planifica- cién, cuales son sus habitos, sus estilos de vida, sus perspectivas, y visiones de vida y futuro. La infor- macion la hay, es decir la gente la tiene sobre ellos mismos o dentro de si mismo. Pero muchas veces es informacion que no ha sido recogi- da ni solicitada. Es necesario con- seguir la informacion, disefar una metodologia para obtenerla, apun- tarla, analizarla, categorizarla, y construir tipologias. Para ello hacen falta personas adiestradas y capa- citadas, y que entiendan el por qué de conseguir la informacion que se va a solicitar, y con qué propésito. Es un punto crucial que todavia no hemos aprendido, y, por eso, resul- ta que, o no solicitamos informa- cién, o utilizamos personas que no estan bien orientadas 0 adiestradas sobre el propésito de buscar la in- formacion. En Puerto Rico el Gobierno nun- ca ha hecho un esfuerzo serio para establecer centros y bancos de in- formacién en el area social. Sin embargo, no ocurre asi en otros sec- tores. Desde La Fortaleza se ha nombrado un Consejo de Manufac- tura, un Consejo de Empleo a Cor- to Plazo, y a través de los ahos un Consejo de Asesores Econémicos. Hay un Banco de Desarrollo y un Banco de Fomento Econémico, todo a nivel estatal. Estas organizacio- nes propician el que haya una poli- bd PLERUS tica publica sobre el asunto y que se disponga de los datos necesarios para llevar a cabo andlisis y evalua- cin. Pero no hay un Consejo de Asuntos Sociales ni apenas se ha- bla de una agenda social. Aunque se organizaron Consejos de Educa- cién de la Criminalidad, y otros as- pectos sociales. Los sistemas de in- formacién geografica ("GIS") tienen el potencial para proveer e integrar informacién social, pero no hay una entidad encargada para ese propé- sito ni para el andlisis y diagnésti- co de la informacién recogida. Se ha pasado a los anales de la historia de la planificacion en Puer- to Rico los Indicadores Sociales. Aunque llevaba el nombre “indica- dor social”, fue en realidad un es- fuerzo de contabilidad econémica para aplicar métodos de anAlisis econémico y cuantitativo a proce- sos sociales complicados que no se prestan a aseveraciones facilmente cuantificables. El movimiento para identificar necesidades es una di- recci6n alterna que permite el ana- lisis de informacion primaria y cua- litativa. Faltan nuevos mecanismos y herramientas de investigacién so- bre los mismos que permitan con- seguir informacion sobre problemas de dependencia, criminalidad, edu- cacién, salud, y de la privatizacion de programas sociales, y que, a su vez, permitan un anilisis relevan- te. Hemos sefialado la necesidad de recopilar informacion social y tener- la disponible para la elaboracién de politica publica y el disefio de pro- gramas del sector social. La infor- macin es necesaria para que la gente pueda participar en la toma de decisiones y para que el publico pueda orientarse y educarse sobre diferentes opciones, sus implicacio- nes y los programas que afectan Los nuevos retos de la planificacion social nuestra vida cotidiana. Muchas ve- ces la ciudadania se siente margi- nada porque no tiene acceso a la informacion. Proponemos la bus- queda y la utilizacién de métodos con base analitica, no meramente descriptiva, para asi poder enten- der relaciones de causa y efecto. Describir el aumento en tasas de criminalidad dentro de una comu- nidad (actividad descriptiva) no ne- cesariamente mejora o contribuye al entendimiento de causas. Comunidades Un area de anilisis y programa- cién donde se palpa la necesidad de un nuevo o amplificado marco de referencia y una guia de interven- cion es el trabajo con la comunidad y estudio de la comunidad. Antes que nada, es necesario contestar las preguntas: gQué es una comunidad? Como se define? Hay tantas definiciones de comunidad como tipos de comu- nidad existentes. De ahi que resul- te ser un término o concepto multi- dimensional. Los propios planifica- dores tienen que darse a la tarea de aclarar del significado de comuni- dad cuando se aplica el término. La definicion mas tradicional de comu- nidad es la de comunidad con una demarcacién geografica clara. El caso mas obvio es el del barrio La Perla en el viejo San Juan, separa- da del casco colonial por una mu- ralla, y rodeada por el mar, un ce- menterio y un fuerte. ‘A veces —no siempre— los limi- tes de las comunidades coinciden con los limites geograficos que el censo establece. Esto se presta a veces a manipulacién y tergiversa- cion. Hay comunidades de interés, (la Comunidad Econémica Europea y partidos politicos), hay comunida- Los nuevos retos de la planificacién social des por area de ocupacién (de tra- bajadores o estudiantes y de enve- jecientes) algunas localizadas en Areas mas grandes; hay distintas comunidades geograficas que son parte de la misma cultura (puerto- rriquefios) con el mismo estilo de vida. También hay personas en Es- tados Unidos que pertenecen amas de una comunidad cultural y res- ponden a mas de un estilo de vida. Una tarea y un reto importante para el planificador social es la bus- queda de una metodologia e infor- macién que le permita identificar y conocer los diferentes grupos 0 co- munidades, y el modo de incorpo- rarlos en el proceso de planifica- cién. En esta area de trabajo el plani- ficador social ha tomado prestado o ha adaptado técnicas del socidlogo, el antropélogo y el estudioso de co- munidades, utilizando encuestas y otras técnicas. E] uso de encuestas para obtener informacion podria llevar a pensar erréneamente que el planificador social no hace mas que “market research”, lo cual no es sdlo menosprecio, sino un malen- tendido del uso y propésito de la informacién cualitativa. La planificacién en Puerto Rico requiere una nueva definicion de comunidad, que considere la reali- dad de un Puerto Rico dinamico, donde la residencia y la comunidad se consideran fendmenos dinami- cos progresivos, y dilatados y de movilidad. Van desapareciendo las comunidades donde abundan los contactos mas intimos y directos entre personas. El programa de la Division de Educacion de la Comu- nidad de las décadas del ‘50 y '60, cuyo propésito era fomentar el de- sarrollo de las comunidades rura- les a través de Puerto Rico por me- dio de una metodologia de organi- PLERUS iva zacion comunitaria, identificacién de lideres, educacién de residentes y actualizacién de proyectos, gene- ré un movimiento de artistas, peli: culas documentales, libros educa- tivos y cartelones con renombre mundial. Otro aspecto a considerarse es el concepto de comunidad como uni- dad basica en la planificacion. Hay que analizar la comunidad y plani- ficar la intervencién por medio de la comunidad, o trabajando con las familias dentro de sus comunida- des. Esta posicién tiene su apoyo en tendencias legislativas de los Estados Unidos donde, por ejemplo, se requiere que un por ciento mini- mo de fondos federales se canalice a través de grupos comunitarios. También se apoya en los programas de los partidos politicos que propo- nen utilizar las escuelas ptiblicas como centros de actividades comu- nitarias después de horas escola- res. El concepto de comunidad es cla- ve en los nuevos enfoques de plani- ficacion urbana, los cuales se cen- tran en pueblos tradicionales y par- ten de nociones sobre vecindarios para vida y trabajo dentro de la mis- ma comunidad, todo para propiciar la convivencia. Criterios sociales Un elemento fundamental para la practica futura de la planificacion social son los criterios 0 principios utilizados profesionalmente. Se ne- cesitan unos nuevos criterios. En su trabajo preparado para la Junta de Planificacién en 1958, “Sobre la Estrategia del Planeamiento Social’, Abraham Kaplan dice que la unidad de planificacién deberia ser el indi- viduo, y el individuo en sus dife- rentes dimensiones. Pero no es po- sible planificar para uno u otro de PLERUS los extremos; hay que buscar ba- lance entre una planificacion diri- gida hacia el “pueblo de Puerto Rico", es decir la sociedad como unidad colectiva, y una dirigida ha- cia el individuo. Ni siquiera en el caso de las familias individuales se planifica para una persona; se pla- nifica para los miembros, tomando en cuenta el bienestar y las necesi- dades de cada miembro hasta don- de sea posible. Kaplan propuso que al planificar se establezcan priori- dades para saber a quién se dirige la accion. Especialmente, hablé del criterio de maximizacion, alegando que es necesario maximizar los ser- vicios y beneficios para los que tie- nen menos. Cabe plantear de nuevo cuan pertinente son los otros criterios de Abraham Kaplan, tales como “ur- gencia”. Con arreglo a este criterio los planificadores deberian evaluar todas las decisiones tomadas, pre- guntandose: “si no ahora, gcuan- do?". Los criterios sociales son fun- damentales para poder evaluar los programas gubernamentales y cualquier programa social dirigido a satisfacer necesidades de una clientela 0 comunidad. La planifi- cacién social es sumamente impor- tante hoy dia para evaluar los efec- tos de privatizacion de los servicios del sector social. Se presume que la privatizacion sera mas eficiente, pero en realidad no sabemos cémo esta tendencia, que es una “moda”, afectara a la clientela actual o po- tencial de servicios. Se debe demos- trar la eficiencia de criterios tales como accesibilidad y normas de se- leccién y servicios. Asi pues, la pla- nificacién social es aquella que se ocupa prioritariamente de los crite- rios sociales. Su reto es integrar los elementos de juicio social en la pla- nificacion. Los nuevos retos de la planificacién social Participacién ciudadana Hay que valerse se nuevos con- ceptos para examinar la participa- cién ciudadana y comunitaria en el futuro. El tema reclama un cuadro nuevo de actitudes y percepciones, incluyendo una nueva terminolo- gia. Hasta ahora, hemos entendido por participacién ciudadana, la participacién en vistas publicas y en los procesos decisionarios mas generales, tales como las eleccio- nes. Esto es participacion en su for- ma mas conocida, la cual se presta mas a manipulacién, como bien ha sefialado Sherry Arnstein en su ar- ticulo clasico, “The Ladder of Citizen Participation”. Hay insatis- faccion con las vistas publicas que han resultado ser un acto formal sin sentido o un sello de goma. Es por eso que ahora se tiene a este tipo de participacién por una pasi- va. Aun no se ha elaborado un mo- delo para entender el tipo de parti- cipacién ciudadana que ocurre en Puerto Rico. Los modelos tradicio- nales no incluyen la noci6n de tran- saccién. Este concepto ha sido el marco de analisis de John Fried- man. Su libro “Retracking America” postula que en el proceso mismo de Ja interacci6n y la participacion se producen cambios actitudinales. Asi ocurre en Puerto Rico en la or- ganizacién de las asociaciones de vecinos y consejos vecinales. Estas organizaciones han proliferado re- cientemente y se estima que segui- ran aumentando. Ello da un men- tis a cualquier alegacién de que no hay participacion 0 movilizacion ciudadana en Puerto Rico. Las organizaciones vecinales han sido un factor significativo para los enfoques que se centran en el con- Los nuevos retos de la planificacién social flicto para las iniciativas por parte de unos vecinos. Estos grupos so- meten cartas de denuncia, radican querellas, asisten a vistas publicas, cierran sus urbanizaciones, y has- ta llevan casos ante los tribunal Una organizacién vecinal es union colectiva de esfuerzos individuales y representa poder. Las comunida- des y vecindarios tienen a través de Puerto Rico diversos tipos de orga- nizacién, que van desde unas muy informales hasta unas bien forma- les. Y de las no incorporadas a las incorporadas. Las organizaciones formales tienden a tener mas poder y, por lo tanto, son mas influyen- tes. En un anilisis llevado a cabo por la Junta de Planificacién que aparece en el documento Estudio Sobre Negocios con Permisos Provi- sionales, publicado en 1989, se se- fiala que las organizaciones forma- les de areas de la clase media y media alta pudieran canalizar su oposicién a los comercios estable- cidos en las dreas residenciales, afectando asi la permanencia de los mismos en el area. El poder de estas organizaciones no debe ser subestimado. Nos reve- la la capacidad de movilizacién y el compromiso de las organizaciones vecinales. Las organizaciones for- males de la comunidad pueden es- tar constituidas por asociaciones recreativas, asociaciones vecinales, asociaciones de residentes, comités de lideres, y consejos de seguridad vecinal. Casi la totalidad son orga- nizaciones sin fines de lucro. Una dimensién del desarrollo de este tipo de participacion ha sido la sofisticacién y especializacién de las asociaciones vecinales y de residen- tes. Hay una Federacién de Asocia- ciones de Vecinos con una estruc- tura administrativa formalmente organizada. Esta federacién ha ten- PLERUS Pr] dido en el pasado a representar los intereses y opiniones de los vecinos. A pesar de los adelantos, quedan muchas comunidades que no estan organizadas formalmente, por lo que habria que hacer un esfuerzo para establecer mecanismos de co- municacién que subsanen esta si- tuacién. En cuanto a lo que habra de ocu- rrir con las organizaciones vecina- les, la tendencia es que seguiran organizandose en el futuro. Los consejos de seguridad vecinal, que son organizaciones promovidas por el gobierno central, acentiian la ten- dencia hacia la organizacién de las comunidades. El propésito princi- pal de los consejos es organizarse para enfrentar o prevenir el crimen en sus comunidades. Sin embargo, estas organizaciones han ido mas alla de su propésito original para atender todo tipo de problema co- munal. Es decir, frecuentemente, estas asociaciones dan el paso ini- cial en la organizacion y posterior activismo de una comunidad. Tam- bién esta vivo en Puerto Rico el movimiento cooperative y los gru- pos cooperativos, que representan otra oportunidad de participacién. La participacion en la defensa de una comunidad provee destrezas organizacionales a los miembros o participantes, sirviendo asi como mecanismos de la auto-gestion. Esto es de por si un esfuerzo por fortalecer la capacidad de las comu- nidades para resolver sus necesida- des. Participacion activa en el desa- rrollo de una comunidad es movili- zacion y auto-actuacién. Es un ir alejandose de la dependencia eco- nomica y emocional. En gran medi- da, la ciudadania de Puerto Rico esta lista para este tipo de partici- paci6n. Precisamente, las organiza- Pee Pverus ciones comunitarias que establecen la nueva Ley de Municipios Auté- nomos proveen oportunidades para ampliar la participacion ciudadana. Cabe preguntar de qué modo la Ley de Municipios Autonomos, Ley #81 de agosto de 1991, afectara la par- ticipacién ciudadana. Basta con un analisis somero del Capitulo XIII y del XVI de Ja ley para afirmar que lo que resulta ser es mas de lo mis- mo: participacién pasiva, y, espe- cialmente, el actuar como sello de goma. Los mantienen sin poder de decisién, en el rol tradicional de darles informacion sobre sus nece- sidades. La ley estipula que los re- sidentes pueden asesorar, pero no decidir, en el caso del Capitulo XIII y la Junta de la Comunidad. El tipo de impacto social que la planificacion social aborda seria, por ejemplo, cémo un proyecto o cambio propuesto afectaria las po- sibilidades de una familia, vecinda- rio 0 comunidad, a integrar el tra- bajo y otras necesidades como el cuidado infantil o el cuidado de adultos, 0 como se ayuda a las per- sonas de avanzada edad a mante- ner una vida independiente. En Puerto Rico, al igual que en otros lugares, se da el fenémeno “NIMBY” (“Not in My Back Yard”), 0 “NEMPA’ (“No en Mi Patio de Atrés"), cuyo impacto resulta algunas veces en uso exclusivista. Los planifica- dores sociales deberian estar pen- dientes de que esto no ocurra en Puerto Rico. La tendencia actual es hacia una separacion de vecinda- rios y urbanizaciones por medio del cierre de comunidades. Es una ten- dencia hacia ciudades poco ama- bles y una “ghettozisacion” de to- das las clases sociales. Conclusién: En conclusi6n, lo que se propo- Los nuevos retos de la planificacién social ne con la movilizacién social, el de- sarrollo social y la planificacion so- cial es tener desarrollo sustentable, asequible y perdurable. Esto ocu- rrira cuando las familias y los miembros de una comunidad sean capaces de sobrevivir, de contribuir a la continuidad de sus comunida- des, y de participar en la prosperi- dad de sus comunidades. La parti- cipacion ciudadana en el futuro Los nuevos retos de la planificacién social sera sinonimo de participacion en elliderato, participacién en progra- mas sociales realizables y partici- pacién en el proceso de toma de decisiones, donde todos los grupos expresen su sentir y descubran sus propias oportunidades. Proponemos que la planificacién se dirija hacia el desarrollo de este cambio creativo.

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