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UNAM uN CID ACATLAN Emilia Ferreiro compiladora RELACIONES DE (IN)DEPENDENCIA ENTRE ORALIDAD Y ESCRITURA c cotEcClon, @eo6 i i i ida por La eseritura, como tal, no es el objeto de ninguna disciplina especifics. Sin embargo, en aiios recientes ge ba produeido un incremento notable de produceiones que toman la eseritura como objeto, analizéndola des- Ge Ia historia, la antropologta, la psicolingitistica, la palcografia, la lim iistiea .- El objetivo de la coleccién LEA es difundir una vistén mulKi- gu a ‘contexte histéricg; la. constraceién de Ia textualidad; Ios usos sociales ‘de la lengua eserita; los procesos de apropiaciGn individual de ese ob- foto social; las biblioteeas y las auevas tecnologias. Los libros de esta ‘coleceidn permilirén agrupar una literatura actualmente dispersa y de dificil acceso, permitiendo asi una refloxién mas profanda sobre este ‘objeto “includible”. ‘Titulos publicados B RELACIONES DE (IN)DEPENDENCIA ENTRE ORALIDAD YY ESCRITURA Emilia Ferreiro compiladora ANNE Marae Cusisnin (comp.) Roxx Cuarrmn Cana Fox ALAN K. BOWMAN Y Guec Woorr comps.) Axronto CastLLo (eomp.) ARaanDo Prreuecr Roy Hares. El nombre propio Suescritura y significado a través de la historia en diferentes eulturas Las revoluciones de la cultura escrita Didlogo ¢ intervenciones El traduetor, ta iglesia yelrey Cultura eserita y poder en el Mundo Antiguo Eseribir y leer en et siglo A de Cervantes gedisa Alfabetismo, exeritura, ‘sociedad Signos de eseritura ‘Tradueciéa de los eapitalos 1, 2, 5 y 7: Margarita Mizraji Rovisién téeniea: Emilia Ferreiro Primera ediciém: abril del 2002, Barcelona (ACATLAN ‘Derechos reservados para todas las ediciones en castellano © Editorial Gedisa, S.A. Paseo Bonanova, 9 1-1" 08022 Barcelona, Espaiia ‘Tel. 93 253 09 04 Fax 93 253 09 05 Correo electrénico: godisa@gedisa.com ‘itpyhwww.gedisa.com ISBN: 84-7482-955-8 Depésite legal: B. 17333 Impzeco por: Limporgrat ‘Mogoda, 29-81, Barbera del Valles Impreso en Espatia: Printed in Spain Queda prohibida la reproduccién total o parcial por cualquier medio do impresién, en forma idéntica, extractada 0 modificada, en castellano 0 en cualquier otro idioma. Presentacion Emilia Ferreiro. ‘Los autores . .. 13 1. La escritura, irreductible a un “codigo” Claire Blanche Benveniste ......22..-.000222000025 15 2. Unidades de lengua y unidades de eseritura, Evolucién ymodalidades de a segmentacion grafics Marie-José Béguelin a1 8, Laescritura como tradicién y como instrumento de reflexién Luis Fernando Lara . 4. Una escritura problemética: las canciones dels tradicin oral antigua Margit Frenk .. 5, Lengua hablada, teoria lingiiistica y adquisicién del lenguaje Jim Miller y Regina Weinert ot 17 6. Las “filtraciones” de la eseritura en los estudios psicolingufsticos Ana Teberosky . wu 7. Las précticas de alfabetizacion escolar: jes atin vélido el “hablar bien para escribir bien”? Clotilde Pontecorvo 133, 8. Escritura y orslidad: unidades, niveles de andlisis y conciencia metalingtistica oe Emilia Ferreiro : : of Referencias bibliogréficas ....... See aes Presentacion Brilia Ferreiro Este volumen de la coleccién “Lenguaje-escritura-Alfabetizacién” esta integrado por contribuciones originales de seis investigadores resi- dentes en diversos pafses de Europa (Francia, Suiza, Inglaterra, Bs- Pana, Italia) y tres textos provenientes de México (investigadores de institueiones y disciplinas diferentes: linguistiea, literatura ¥ psico- Lngatstica). Paises y origenes disciplinarios diferentes convergen, sin embargo, ‘en un propésito comtin: problematizar las relaciones entre oralidad y es eritara en el convencimiento de que toda simplificaciéa contribuye a eu incomprensién. Pero hay algo mas. A le largo de los capttulos y a pesar de la diversidad de Ios enfoques, se va delineando una toma de posicién, que podriamos resumir de la siguiente mancra: este tema (elaciones oralidad/escritura) no es un tema tangencial, que jueda interesar a al- gunos y dejar indiferentes a otros. Bs un tema central que define el modo de hacer teorta lingitéstica y el modo de ver el proveso de adquisicién tan- to de la lengua oral como da la lengua eserita. ‘En lugar de resumir, comentar y tratar de vincular los capttullos (y ‘sus autores) me limito aqui a extraer algunas de las afirmaciones pro- vnendaras contenidas en ellos, para ofrccer un anticipo del contenido y suscitar asf su leetura. Elvolumen se inicia con dos capitulos de lingitistas que han hecho importantes contribuciones al toma. Claire Blanche-Benveniste des plioga los argumentos contra la nocién de la eseritura como tna simple ‘odificacién de la oralidad. En sus palabras, la nocién de codiffeaci6n rosentaba a Je lengua hablada como un eédigo oral y a la lengua eccrita come un cédigo gndfico y se suponia que simbas “cadifieaban” el mismo ob- Joto, a “lengua”. Dentro de esta perspectivs, la lengua se considereba im- plicitamente como un dato previo, presuntamente homogéaee ¥ no sujevo a ia influeneta de los “esdigns” tra esta ided, ella sostiene que “la cseritura influye en 1a evolucion Goes ot ot ol outed cand la ees como eel des tee ene aor que tenemos sobre es Tengu noose smo antes ‘spud la cera” pq “una lng qohmataus, La hee «ered eat invert ens propia naturaleza “Teste losd Beguelin, por su parte, nos invita a relesionar core las ceca mntiguas (umd, muito, Mita yal mismo tempo cobre (erae Suton rpidos do coontara en ls aucvos medios clectxén cos. En un agudo y bien documentado capitulo acerca do las unidades de lea I orifiad y ln ecritara se propane reanalzar Ia segmenta- aaa al come la lcvan a cabo ls xjetas hablantes, es por lo gene~ ral el resultado de un compromise en la aplicacién de divarsos eriterios”. Jo reese Gisinguir ont las “unidades ngisteas naturals, vine Jadas a una “logica utilitaria” y las unidades tedricas, marcando fuerte- ‘monte la distinc entre ambas i se. a0neapitlos siguontas extn anclado en Ia Teng espafo pois Fonpands Lara reeomoce que “a esritara ha sido vo ioportante eae unt de objeivacon de las caracteristicas somoras de Tas le>- ae iesando ta fanson des apestillas introduced por ls an- Jean, Son Millan de la Coglla, on La Rijay de Santo Doringo de Si Joa, en Burgos (siglo X1) asi come los efectos en la peninsula ibérica de la ieee de Caslomagno, dosvela el olde Ts oscrtura ‘para objetivar Teele romances, contzaponndce aa una simple vision api- ions, ‘ io Margit Frenk, desde la investigacién histérico-literaria, nos ofrece van hermoso anaes do to que ccuri6eatre lo sigs xv a xt cuando por primera vr 9 pusioron Te ReScits la canciones Ide la isenhispénic oral antigua que hasta en- Winco dicamente babian circilado por via oral c6m0 se las arreglaban ‘REcaus Ios pontan por escrito para decidir qué era'un vreoy qué dos ver~ eat dnt con “oreo” a sero? |A través de miiltiples ejemplos Margit Frenk nos muestra de qué ma- era esa distribucién gréfiea (en dos 0 cuatro versos) afecta la interpre- tacién “de aquellas canciones que on la Edad Media cantaban los tra~ Dajadores det campo” y que no fueron compuestas para ser escritas, por oposicién a la poasta cartesana culta de la misma época. ‘Juin Miller y Regina Weinert sostienen que las grandes diforoncins gramaticales entre lo hablado y lo eserto cream una dicontinuidad entre smbas y ello Liene consecuencias tanto para la teorta Tinggstica como para las teorias sobre ia adquisicién dal lengusje. 10 ACA — 786694 Apoyandose en el andlisis de las relativas en inglés y do las subordi- nadas on alomén, los autores marcan continuamente una oposicién con. los andlisis de la gramética generativa, aunque admiten que “los chomskyanos no son los tinicos que ignoran las diferencias entre habla informal no planificada y eseritura formal planificada”. Las tres titimas contribuciones corresponden a psicolingtiistas in- teresadas en los modelos de adquisicion de lo oral y lo escrito, todas éllas eon contribuciones propias en el campo tesrieo ¥ en la accién edu- cativa, donde los debates teéricos suclen aterrizar sin la requerida reo- Iabaracién, ‘Ana Teberosky hace una encuesta casi detectivesca. Con la sospe- cha de que en los diserios experimentales utilizados en la investigacién. psicolingiiistica sobre la oralidad se “filtra” la escritura, analiza un imn- portante corpus de articulos reciontos. Los resultados de su encuesta som dignos de atencién: por ejemplo, los sujetas len 0 eseuchan taxtos leidos, pero laa conclusiones se refieren a la cralidad: ge utilizan térmi- nos tales como “palabras” u “oracién” sin mayor reflexién acerca del es- tatus (Joral o escrito?) de esos términos; y asi signiendo. La autora se fiala que fen las tareas exporimentalos la psicolingiistica ha mostrado una total in- Aiferencia hacia ol empleo de recursos propios de la eseritura y dels cultura sserita, La escritura nunca fue eonsidarada como un elementa que puede Introducir sus propias restrieciones. Asf pues, las contribuciones teérieas ¥ ‘empiricas sobre oralidad y escritura no presentan nna visién unifienda com Ios estudios psicolingtisticos. :Serd esta disociacion fruto de un redhccio- ‘niemo? gO deriva tal vex de la Lmitacion de los experimentadares que, al di- sefar lac tarcas, clegir la muestra, realizar los andlisis y reflexionar sobre los resultados, no pueden disociar esas decisiones de st propia tradicisn cultural? (.) En muchos estudios no se controla la proyeccién 0 “fltracién” de Tas earacteristicas del instrumonto de andlisis Ia eserivura~ sobre lo analizsdo—el lenguaje oral-. En todos los casos, s¢ utiliza ua instrumento experimental de lo escrito, atribuyéndose los efectos al longseajn oral Clotilde Pontecorvo se preocupa por ubicar el debate oralidadieseritura en la historia reciente de la escuela italisna. Sus refloxiones son perti- nentes para otras contextos dada la gran influencia de Ia pedagogie ite- Tiana del siglo xx en otras latitudes. ;H's necesario corrogir el habla Para enseitar a “escribir bion”? Subyaco a esta pregunta una vision reduccio- nista de la eseritura como notacién de la oralidad. {Hay que aproximar Ja escritura al habla para ayudar al aprendiagje del sistema grafico? {Cuiles son las consecuencias de una posicia aparentemente més favo- rable los aprendices pero que nioga la especificidad de la eseritura? Po- demos ester de acuerdo on promover Ia eseritura infantil, Sin embargo, uw “lailema quetse prosenia es cémo promover ls productivided yfantly Do agus Tos nibos de las imitacionesimpuestas por las précticas oficiales de SeeCFjara, al mismo tiempo quo, por otta parte, nos esogaremos de qu est ser pda domanar esas misesas précticas que oon deeisivas para lograr wear integracién social como persona plenamente alfabetizada, ELlibro concluye eon mis propias rellexiones. Sostongo que es habitual cjmonsar a razonar come si oralidad y escritura fueran dos objetos “75 Gadoe”, confondiendo la exterioridad de los enunciados orales y de las caercas eseritas con la realidad conceptual de los mismos. Silos cbjetos vnacaptuales no estén “dados", mucho menos Jo estan las unidados de Gualisis. En ese eapitulo iniento mostrar de qué manera la letra, en danto marea geafice. contribuye a la conceptualizacidn de los fonemas ¥ Ge qué manera In palabra gréfca interfere con una nocisn pre-alfabé Gea de palabra. El texto concluye con uns propuesta para considerary cx termminos evolutivos, la constraccién simulidnea de la oralidad y 1s escritura. Nota sobre la traduecién “Los eapttulos originales on francés (de C. Blanche Benveniste y M. J Beguelin) necesitaron, después do la primera traduecién, una revisién ‘éenica a cargo de la compiledora quien propuso reformulaciones en in- termecidn con las autoras. La traduccion que aqn{ se publica enenta con Te aprobacida de las autoras. Ocurrié lo mismo con el eapftulo de C. Pontecorvo (original en inglés). J. Miller y R. Weinert aceedieron gen Himonte, pedido de le coropiladora, a varias solicitaciones de amplia- ‘ign en clertas partes y supresién en olrss. "Todos Ibe auriores somos estudiosos del lenguaje y, por lo tanto, to- os somos cancientes de las dificultades de la traduccién, empresa ries tgosa pero ineludible para la préctica y Ia difusiGn de ln ciencta, Los autores Macesone BEGUBLIN, Sura ular de la tora do linghiticn francesa en Te U a on la Universidad do Neucha Esato rae das este ire y Phe ie). "Temes se vein I bere Ucar is bln de ein de as ‘dads ghia, a difeaades del paso Sel are a lo nr Aor Se rts apelin 3 corners de equios dee ge am re sd eras cltvas importants a tna doles nana: De entree snonets: Grammate eoloire ef descriptions linguistiques = mn iptions inguistques (Bruselas: De Boesk Claire BLANCHE-BENVENISTE, Franch Profezora emérita dela Université de Provence; profesora de Aco Hants Budo, Part, Tonas de ivestgacon ington fanca, dar Gita Se lanai a iti cnten dl crud noun hal orien de nga rena te eee) ura, Are osm trabajos propuestas mstadalgeas sobre Ia sintaxis del frances ‘ecto se inna Hela Eng Brno #9144 1965, a corny ties Marin ans du OES ia ERE ne eer ET can Srfere SN co ere a lengea exerts, Aor do arial y libros tauade o publcud oi spoons rs gs vetoes irra ‘éeriture avant la lettre (Paris, Hachette, 2000). ‘ sae ee ere raat erento coor ete rt eerie sexicana del siglo X35 la lecture en voz alia (eobre todo en los siglos 2 y =.) Sate dlethde cinerea ma erec tro; la lirica popular). Alrededar de 150 trabajos do investigacién publicado : Sate ol oma deta cain dos east trav dol letra on vor als hn 1s publicado: Entrada voz el silencio (Alcala de Henares, Centro de Estudios Cer- ‘vantinos, 1997). ‘Luis Fernando LARA, México ‘Profesor del Centro de Retacios Lingtisticos y Lilerarios de El Colegio de Mé- ‘roo, del cual es actual director. Temas de investigacién: seméntica, teorfa lin- ‘iiztica, lexicografia, historia del espaiiol. Autor det Diccionario det expaftol seual on Mésigo (1998) y Teoria dal diccionario monolingie (19977), ambos pu- blicados por El Colegio de México. Jim MILLER, Inglaterra Proftvor de Linguistica on el Departamento de Lingtistica Tedrica y Aplicada, ‘University of Edinburgh, UK. Temas de investigacidn: sintexie v organizacién dol diseurso oral; gramética y seméntica. Autor del libro Semantics and Syntax (Gambridge University Press, 1985) y co-autor con Regina Weinert del libro ‘Spontanewos Spoken Language - Syntax and Discourse (Oxford: Clarendon Press, 1998) Clotilde PONTECORVO, Italia Profesora de Peicapedagogta del Lenguaje y ls Comunicacién en ta Universidad de Roma “La Sapienza”. Ha sido direclora del Departamento de Pricologia det ‘Desarrollo y la Socializaciém durante dos periodos (1082-1986 y 1997-2000). Te- ‘mas de investiguelda: intaracciém verbal en eontexto escolar ¥ famitiar; niveles {niciales de la adquisicién de la lengua escrita. Compiladora de tres libros co- tientes: Farly text construction in children (Lawrence Bribaum, 1996) Dis- course, ols and reasoning: Essays in simated eagnition (Springer Verlag, $007) Writing development: An interdiseiplinary view (John Benjamins, 1997). ‘a TEBEROSKY, Hspatia qeidistenen Pattoga Bvlutiva y dela Baca, Univorsidad de Barer a Tthun de inventgnié:desevaloy prendiajo ol longuaje escrito, Anbir 7a rin areas y itso pleads, uno d lov mas eet eo Propuesta Sputretoee para aprender ltr exis aresone, Eitrial Viens Vives) Regina WEINEKT, tuglateera [Lecturer en German Linguisties en Ia Universidad de Sheffield. Co-satora con ‘Jim Miller de! libro Spontanewos Spoken Language - Syntaz and Discourse (O- ford, Clarendon Pross, 199). ut 1 La escritura, irreductible aun “codigo” Claire Blanche Benveniste El convepto de “eddigo grafico” ha tenida un gran éxito entre los docen- tes franceses durante la década de 1970-1980. Se presentaba a la len- gua hablada como vn “cddigo oral” y a la lengua eserita como un “cddi- 0.gréfico” y se suponia que ambas “codificaban” el mismo objeto: Ia “lengua”, Dentro de esta perspectiva, la lengua se consideraba impltci- tamente como un dato previo, presuntamente homogéneo y no sujeto a In influencia de los “eddigos”. La escritura era un simple instrumento, desprovisto de existencia auténoma y encargado exclusivamente do ha- cer una transposicién de la lengua, sin ejercer ninguna influencia sobre ella, Se trataba de wna reduccién coneiderable dol rol de la eseritura. En este modo de presentacién tal vez existia un artificio didactico, con- siderado dtil para la escuela, pero de ninguna manera podia tomarse como un andlisis serio de lo que constituyen las lenguas escritas (cft. Beguolin, 2000). Fl coneepta do efiiga se adapta al Alfahoto Ronétiea Internacional? (IPA, International Phonetic Alphabet), elaborado por los lingtistas para hacer la “notacin’ de las lenguas que deseriben, y cuyo principio fandamental consiste en que a cada unidad sonora de Ia lengua le co rresponde un signo grifico y solo uno. Pero precisamente existe una gran diferencia entre hacer la “notacién” de una lengua, en este sentido téenice, y “escribir” una lengua, entendiendo por ello que las eserituras existen como fendmenos dentro de una sociedad, inmersos en la histo- ria, y que no estén fundados s6lo en comsideraciones técnicas de ese tipo. Sabemos que la escritura influye en la evolucién de las lenguas Buben, 1935; Desbordes, 1990). ¥ eonocemos también que, tanto en él easo de las eocicdades como en el de los individuos, el saber que tene- 6 ‘mos sobre esa Ipngua no es el mismo antes y después de la eseritura. ‘Una simple “notacién” no produciria esos efectos. Me gustaria ilustrar aqui, entre las funciones de 1a eseritura que no pueden reducirse a les de un cédigo, tres de ellas que me parecen esenciales: para Ia pertinen- tia de la escritura, para la relacién con el sontido 7 para poder conside- var la perteneneia de Ta Tengua a un conjunto cultural mas amptio. 1. La funcién de pertinencia 2Qué conserva la eseritura dentro dol conjunto de Io que escuchamos “cuando la gente habla”? Sin duda, no todos los fenémenos sonoros que estén presentes cuando alguien toma la palabra. Todos ellos constitu- enn si una seleccién y dejan aparte a aquellos fenémenos que, por eso Tnismo, estamos acostumbrades a considerar “fuera de Ja eseritura’. Nos parece natural deseartar, como “no lingifsticos”, es decir, no perti- nentes para nuestro uso de Ia escritura, la tos, las risas, la intensidad de la vor o la eavraspera, aunguo de hecho las escuchamos. Solamente las historietas, que utilizan cierto tipo de eserituras “de segundo grado” conservan ese tipo de elementos. Pero, on el caso de las prolongaciones, Ia altura musical y las aspiraciones, los lingiistas saben que hay que actuar con mayor prudencia, pues en numerosas lenguas son fendmenos ‘que forman parte del eatalogo de elementos pertinentes. Los lingitistas ‘que hacen trabajo de campo deben entrenar el ofdo para escuchar los Stonos” en lenguas que les resultan exdticas y para poder atribuir 2 los to- ‘nos alto, media, bajo, alto-bajo u otros, el 761 que otorgamos en nuestras Tenguas @ las vocales y a Jas consonantes (Dixon, 1997). Cuando se toma cen consideraciéa un conjunto muy grande de lenguas, nos damos cuen- ta de que el proceso de seleccionar entre aquelio que merece conservar- se y lo que conviene deseartar no es una operacién trivial para los lin tistas, Pero, por otra parto, las escrituras son fendmenos sociales que con frocucneia evolucioaan més alld del contral do los linggtistas, de ma- nera tal que lo que la escritura conserva no responde siempre a lo que ellos desearian: conocemos una cantidad de escrituras en las que no se hhace la notacién de 1a altura musical de los “tonos” que, sin embargo se consideran pertinentes en esas lenguas (por ejemplo, el caso del sueco, ‘que utiliza dos tonos diseriminantes, sin registrarlos en Ia escritura). ‘Bxiste otro nivel de solecci6n para determinar qué fonemas de Ia lengua se conservan en Ja escritura (roubetzkoy, 1949). Sabemos que ‘no todas las variaciones audibles forman parte de ella. Fonol6gicamente existe una sola /1/ en franeds, aunque las (r] que se praauncian en rose, ‘prose y port scan muy distinas fisieamente.” Postalamos un solo fonema 7e) en el espanol, aunque proaunciamos dos sonidos, muy distintos, se 16 iin que el fonema esté situado al principio de la sflaba 0 entre dos vocales: ‘griego ['grie¥ol ‘grogui [qro¥i} (eogsin ol Dictionnaire Le Robart & Collins, 1994) Por lo general las escrituras no conservan las diferencias fénicas exis- tentes por debajo del umbral de los fonemas. A causa del conocimiento mismo que tienen de la eseritura, los adultos alfabetizados estan entre- nados para no percibirlas, inientras que los nifios todavia las perciben, antes de pasar por el filtro de la eseritura. Hn este nivel se debe plan- tear ol problema para poder determinar si la conciencia de los fonemas (phonological awareness) es anterior 9 posterior a la adquisicién de la eseritura. En otro nivel se sittian las diferencias de pronunciacién, segén las regiones, el medio social, las goneraciones o los usos de Is lengua. La ten- doncia general de las eserituras, por lo menos dentro de los patses-na- Re-se-nuwzo = zines extranjero”) te-ko-to = téhton (‘cexpintera”) ‘Un ejemplo todavia mAs claro de Ia polivalencia de los étomos graficos Jo,proporciona el hitita, lengua indoenropea registrada un paco antes on ‘un silabario de 137 signos adaptado a su vez del cuneiforme sumerio. $n ita, um grfema puede rpresntaraerisamento (gin Kivaas. 1, un sumerograma con valor ideogréfico (existen sumerogramas fantum, mientras que otros aparecen también con valor fono- grafico}: 2 un determinative seméntico con valor clasificatorio, que no ce pronuncis, como notacién de un rasgo de contenido (por ejemplo , GIS “madera") 8. un silabograma para notar un grupo CV, VC y, a veces, CVC; +4 “en determinadas circunstancias contextuales, una eousonante simple, implosiva o explosiva (por ejemplo pa-ra-a = /pra/“ado- Ianto’); 6. una de las vocales simples 4,¢,i,u; 6, una vocal o un grupe que nose pronuncia, que sirve como auxiliar para aclarar un silabograma contiguo (cuando se trata de uns vocal, esto no constituye indicio de una oposicion cuantitativa), Esta situacidn, a primera vista andrquiea, os el resultado del modo en que un mismo material ce routiliza con fines diversas, a veces para sa- ‘isfacer exigencias externas que provienen directamente de las cireuns- taneias coneretas de la produccién del mensaje. Hsto se trasluce muy bien en el caso 6, en el cual algunos escribss utilizan de inmediato un si- Jabograma, no para “representar” directamente la cadena lingifstica, sino para facilitar al procadimientn da decodifieacién al glosar por reit aci6n Ia voeal 0 el grupo VU inherentes al silabograma precedente. Al tratarse de una grafia facultativa, esta seriptin plena acarrea variacio- nes en la ortografia, con la consecuencia muy notable, aunque sin duda fortuita, de que el sistema tienda hacia una escritura fonolégica. Com- pairense las transliteraciones para fapas/“aquel”: -grafia simple: a-pa-ce ‘grafia plens: a-pova ae la redundancia de la a conlleva, incidentalmen- ‘8, una identificacien entro la eantidad de grafernas y la de 10s fonemas de la secuencia oral paralela), 85 Dentzo de euscomponente ideogréfico residual, eomo aparece en los ca sos Ly 2, la eceritura hitita condensa la referencia a dos niveles do and Tisis diferentes del conteaido: puede romitir al significado de un morfe- ima, pero también a ciortos resgos somanticos mas o menos asimilables = “clasemas”. Del mnismo modo, los determinativos de categoria del su merio y las “claves” del chino tenian la fancis, por lo menos en su ori- fon, a2 distinguir grafomas polisémicos al asignarlos a una determi fheda categoria de significacién. Nuevamente en este easo, el ndlisis Tingutstico no se ofectsa como un fin en si mismo, sino que se produce forvaitamonte semtin las necesidades, cuando se advierte que os preciso evar a cabo alin tipo de desambigvacién para el buen desarrollo de los intereambios verbales. Ta altornancia entre la referencia ideogréfica y la referencia fénica silébiea (casos 1y 3), heredada de la antigua técnica del robus," se on- ‘uontra asimismo, en uno u otro momento de su desarrollo, en os sis- temas grafieos sumerio, egipcio, chino y en el lineal B al que nos hemos reforido antes. Ademés, el lineal B utiliza el procedimiento sumamente interesante del “simbolo serofonico”, de alguna manera simétrico al re- bus. Asi, el empleo del silabograma ZE, equivalente a la unidad lexical _zeigs, “pat”, despoja al grafema do la funcién de representiante exclusivo do la fon‘a, afacténdolo, mediante una especie de equivalencia por sinéc- flogue, a la representacién del signo globel. Mientras que el rebus per- smite practicamente la reutilizacién de un equivalente de un signo como ‘equivalente de eflaba, mediante un fendmeno inverso, el simbolo aerot- pico asegura el pasaje, a través de un grafeana dado, dela representacion, Silabiea (o fmolGgiea) a una reprosentacién del signo eaerespondiente ala primera articnlacién (es decir la articulacion en morfemas). ‘Eneontramos ejemplos comparables on algunos sistemas estenogré- feos moderaos (Chowvet, 1953), que no son més que alfabetos fonéticos pero en los euales diversos aimbolas, cayo valor primitivo es el de notar fina conconanto, sirven también subsidiariamente para transeribir un Imorfema que couuivtisa com wea comsonante. De modo quo ol mimo 62 lenograna se emplea para diversos fines, para representar una unidad distintiva, o bien una unidad signifieativas <= [0 Itodo, todos, toda, todas) } 0 Thien, ete Sometides a exigencies axtornas como la rapido la falta de espacio en la pantalla, los internautas y los usuarios del SMS (Short Message Ser- vice) para los teléfonos méviles recurren a una cantidad de innovacio- nes grificas (eft. Anis, 1998), condicionadas también por la finalidad pragmética de ser “breve y rapido” . Para lograr este objetivo de abre- 36 e ‘iar se utilizan muy diversos procedimientios y, con la mayor naturali- ‘dad del mundo, algunos de ellos retoman lo que earacteriza a los sila- tharios micénico ¢ hitita: 11) _utilizacién de letras o ideogramas oon valor fonético (rebus): U2 = brow tool YAKELKI2? = (y a quelgun} 2. uso de simbolos acrofinieos: asv? = [age sexe ville?| © mdellt = [more de rire] Q= (quoi), [qui} 0 [qwel, por ejeraplo en: CE QJE PENSE 8, reutilizacion de fonogramas con valor silabieo: CP = [eétait] 4 seouao a la ideograia + = [a plus} (que se pronuncia “a pluss”, forma tranca habitual ‘en francés cologuial para “a plus tard”) #5. evielado do diversos eign para consituisls en componentes 85) =p = signos no lingiisticos, que evocan @ una persona que usa gafas y sonrfe 0 a un personaje que sacs la lengua, tomados del repertorio de smileys 0 binettes, (“Emoticén” es una de las denominaciones que se usan en espafal) Ea francés, el recurso a acoriamientos fonogréificas €s frecuente (por jemplo: micuxa = [mieux que ca, elorousketes = [alors ot (est-Joe que tu esl). Sin embargo, la vitalidad de las tendencias ideogréficas, silubogré- fieas 0 acronfmicas que acabamos de ilustrar, viene a desmentir la idea ‘radicional de quo e! prineipio fonolégico constituiria, forzocamente yen cualquier circunstancia, el inico “progroso” posible en la evolucién de los sistemas de escritura. Sefialomos también que es init! intentar evaluar la adecuacién de un sistema grafico sin tomar en cuenta los objetivos ragméticoe con roopesto a loa cuales eae sisters funciona. 2.2 La segmentacién en “palabras” 2.2.1 Palabra o morfema Ta palabra es una entidad tradicional que surge de la préctica esponté- nes de las hablantes, por lo menos on Ins Ienguas de tipo indoeuro peo, desde sus mas antiguos testimonios documentados. Después de haber sido reempiazado por el morfema, definido como la unidad significativa zninima, el cancepia de palabra continué siendo el eentro de atenciga de 37 sanchos lingifistas que han intentado promoverla 21s categoria de enti- Gad formal rigurosa. Las diversas definiciones, propuestas a partir de cRtenos igualmente diversos, Jamentablemente tropiezan todas con Giertas dificuliades: «+ Elcritario entonative que define la palabra como una unidad de ‘scontuacién, plantea problemas para Jas lenguas desprovistas Go acento de palabra; en las lenguas que lo tienen, queda en sus- ‘penso la cuestidn de las formas cliticas (= no acentuadas). +s Elotiterio de Ia autonomfa sintActica no permite dar cuenta de ~algunos elementos no autnomos, con fuertes restrieciones selec fivas, que de todas maneras los hablantes consideran espont- neamente como palabras (ejemplos: las preposiciones, los artfeu- los, los pronombres cliticos).. » E} criterio seméntico-referencial (palabra = unidad de designe. ‘cién) no fimeiona en el caso de ciertas locuciones en francés del tipo chemin de fer, porme de terre, en las cuales e! hecho de que sista “unidad de designacién’, es decir, que romita a un referen- te tinico, no elimina de ninguna manera el aspecto composicional Gel significante (en los dos ejemplos mencionados, 1a metéfore: original continda plenamente accesible) Cade vez que se intenta extremar un punto da vista y definir el eoncep- todo palabra apelando a un nico tipo de pertinencia, aparecen los com- tragjemplos. Ahora bien, si admitimos, siguiendo a Martinet, 1968, que Tapalabra noes una nocién formal, debe parecernos muy natural que los ‘crierios para identificaria sean multiples y que en el andlisis aparez- Gan fenémenos de vacilaci6n, de disenso y de superposicién. Al ser pro- ducto de una constraccién no explicita, la palabra, tanto como el gra~ foma que hemos examinado antes, es una hereneia social. Con todo lo aprosimativo y lo arbitrario que esto puede acarrear, el eriterio de la demareocida grafica cantina siendo el mas s6lido, ‘Ea realidad, en la mayor parte de las escrituras se separan las pa- labras, merliante un blanco o una marea, como en hitita, o mediante tuna raya 0 “interpuntuaci6n”,* como oa griego mieénico. Fsto no quic~ te docir que este tipo de segmentacién sea universal o innato: les len- [pus antiguas presentan ejemplos de scriptio continua, mientras que la fseritura devandgart que, con un alto grado de realismo fonstieo, ha Servido para registfar ol sanscrito, solo utiliza un blanco cuando se pro- Guce una pausa de sandhi® (adaptacidn fonética del final de una pala~ tbra al inicio de la palabra siguiente). De todas maneras, cuando existe, la interpuntuacion o interpalabra es un indicio de la realidad pragma tica y percoptiva quo constituye la entidad delimitada, para los usua- Sr % Side can doterminnda lengu, Btidad maura, erdrqueatente au perioral grafema, la palabra merece, pues, una confrontacién metédica “gon,lay unidades formales de primera articulacién esiablecidas por lx Tingtistica ‘9Bm las Tenguas clésicas, las diversas configuraciones morfol6gicas Abocinns ain non de yulabra concen do mode mio menos Ca Jar eon Jas constataciones que podemos hacor respocio do las longuas indocuropeas modernas.™ En latin, por ejemplo, la préetica editorial pommalmente vigente, que se remonta hasta los eseribas irlandeses y Snelonajoes de principios del Had Medie separa regularmente me lancos as unidades que corresponden a categorias sintdcticas Sepbe Mes « ps itegorfas sink Palabra gréfica = morfema (semper, sic, ut, in...) Palabra grafica = “sintagma restringido” compuesto de muchos de smorfemas: forma declinada (regem, oratorem, amabo), derivado (orator), compuesto (suouetaurilia, aghatinado (ogricultura; pero véese el punto 8) y, por ultimo grupo entonacional com: Buost por n elemento tno suid de tex) (aompra, / 8: Palabra gréfica = eonstiturente de una locucién més o menos fia aglutinada, escrita a veces como una tinica cadena grafica (res. publica (respublica, agri cultura /agricultura, bene dico/benedi-

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