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y diferente al de los «principios generals, Lae a aa 7 e deja todo a Ue cenumeracién de reglas juridicas on i ®10 0 ney a ici ue aquel con mayor pe io aaa juego de los actores propiciando que aq} yor poder inf juridico al libre j : juridico ios intereses. imponga, sus propios i - | - cuando pone fos de la contratacién comercial internacional son, gaara Estos principios ad, es deci, su sentido extrafronterizo que busca melas nea edei rn cle sr softs desiatis luego jencibn y propésito de las pares y lg yi Sn ee a tienen pierden en la generalidad gaseosa, es que preteen aoe cae a emplo, Pr buena fe no sol es un crterio ampuloso sino una orientacién particularl he, concreto como la buena fe al momento de a celebracién del contrato, su jcc yen la interpretaién, Igualmente la teoria de la imprevisién consagra un crits particular especial més preciso que solo los principios de fuerza mayor 0 del cay fortuito, También los principios de lealtad en la ejecucién contractual, pues tienen un contenido Asi el contrato internacional es un acuerdo de voluntades entre dos o més suje. tos, en el cual uno de ellos se obliga a transferir un bien, servicio 0 conocimiento y otro a pagar el precio, siendo que la realizacién de tal acuerdo sera entre personas naturales o juridicas con establecimientos en Estados diferentes y regulado por prin- cipios generales de interpretacin. Esta definicién encuentra dificultad en explicar la venta de cosas futuras, sobre todo en la hipétesis de algo que se va a fabricar. Ast, si acudimos a la legislacion extranjera para buscar una explicacién observaremos que ciertos Derechos ven en ello un contrato de empresa, como en el caso del Derecho suiizo; de cosa futura, como el Derecho francés, Finalmente, Internacional (LUVI) otros, una venta la Ley Uniforme sobre Venta lo considerd igual que la venta de una cosa cierta. 4. Auronomia DE La VoLUNTAD un anilisis de los contratos si nie rae us problems de sociedad conyugal de bienes, susplicahiitiny ean obligaciones contractuales ha si su aplicabilidad o discusién frente a las en todas partes del mundo. La tenden is iti ia territorial ricano se resiste a admitir este principio; |y lista en el pensamiento latinoame- : + luego, suc toda ver que los contratos internacionales ¢ 8 's tienen a su: en [a libre voluntad de las partes. istraerse de la ley ntenido merece ser auscultado, afincarse mas La discusién de la autonomi, ules por ka dispoai fee voluntad alcanza al tema de los contratos ilidad de qu ae a : ie, en reconocimiento y i i cipio, las partes pueden elegir libremence imiento y uso de dicho prin- a ee ees legislacin aplicable al contrato iscurso juridico, se dan di i ge tecrens la volun . se dan dos posiciones: la pri- mera, q fad de las partes la plena y absoluta decision de formular wi contrato internacional con vida aisha lada de cualquier norma o | i determinada o bien eligiendo la ley que mas les aad as Toa coneratos del Ambivo de los confloroe de lerccs eile ai ocean ; Je los conflictos de leyes:y la segunda, que rec eee eee 5 la segunda, que reconoce que ane uns ley yuna norma das que parte, no paiendo existe una obligacién internacional que no esté ligada a determinado sistema jutidico esa manera, “ : ah ane ‘ se puede entender como autonomia de la voluntad, conside- rando al sujeto de la relacién, por ser tal el generador de normasjuridicas ab initio. Este, de pot si e fuente original del Derecho, pero también puede entenderse que lavoluntad del sujeto es una fuente derivada que puede crear reglas solo y en cuanto una ley primera la faculta o la habilica para dicha creacin. jnternaci 4,1. La supremacia de la autonomia de la voluntad Con fundamentos en el liberalismo econémico, se sostiene que si son las partes las, que ponen en riesgo sus recursos ¢ inversiones, son ells las que libremente pueden pactar en un contrato comercial internacional, sin mas limite que el orden piblico internacional, el respeto a los valores nacionales y la moral publica, De esa manera, resulta artificial someter a la ley de un Estado cualquier contrato internacional. “Toda ley es fruto de una realidad y una experiencia citcunscrta a un espacio determinado. Luego, asi como la mercadotecnia doméstica no puede aplicarse 0 no es extrapolable para disefiar un sistema de marketing internacional, tampoco la ley puede aplicarse a un contrato que vive més alld del espacio nacional, pues la norma no ha tenido en consideracién las relaciones comerciales internacionales. Asimismo, las partes pueden redactar un contraro con innumerables detalles afin de que en él se encuentren todas las estipulat bien, La prictica también nos ilustraa través de lo le América Latina con empresas extranjeras, en los que pais donde esté domiciiada lt empress. Es natural ado puede modificar su propia Estado también pueden ejercer ciones para que la convencién se realice .s contratos de financiamiento cele- brados por distintos paises se escoge la ley del Estado 0 la del que ambos tengan temores fundados legislacién y obtener ventajas, pero Ja emp’ . ya que el Est esa y su 149 le, De esa manera, aparecen con alguna fig, ; te, smica consider sn econdmica consi ; ws uns presi a ley a a cual se someten, Esta ttm consideyey coneraos que ne desta o la sustracein de la aplicacién de toda ley, ausencia de una ley © ee para, a partir dell, apreciar la dimension dey, dee mer a de la auconomia de [a voluntad. o cepcion 2s rina esth arraigada entre los paises del common law, asi como en, log A reno de Roma, siendo regia basic, casi con caticter de spore © tac de eyes, en todos ess pats. OF Lando semencia quel autonoma > cont antad es un principio general de Detecho reconocido por las naciones evi, volun a (1984, p. 144). / En verdad, algunos juristas omiten todo an eo ; rene a a priori que el principio de la autonomia de la voluntad es un axioma juridicoq, n perjudicaria la existencia del Derech, comencio INT Conrraros PE is sobre el asunto, asumien lo hay que aceptar como tal, pues su condi Otro segmento de estudiosos parte de la aceptacién universal segiin la cual el asunes ha creado adeptos desde los trabajos de Saliceto y Dumoulin, y, en consecuencia, hay una conviccién generalizada de su existencia. Se invoca la tradicién como la razén més poderosa para aceptar el Principio y enfrentar cualquier critica. La continuidad histérica es el sustento. Wigny dice «Cualquiera sea el valor de las objeciones cabe preguntarse si es posible alterar un principio tan antiguo y universalmente establecido [...] La regla de autonomia, en efecto, es observada en todos los estados del mundo. Quiz4 constituya un error, ero entaja rara y pre es un error comiin a todas las jurisprudencias de todos los paise ciosal» (1933, p. 677). Sin embargo, la cottiente mas moderna que fundamenta la supremacia de la autonoméa de la voluntad gira su argumentacién en cuanto a la seleccién de la ley © régimen juridico que ha de gobernar el contrato. Asi, sus argumentos son los siguientes: a) El principio de la autonomia de la voluntad se basa en un Derecho inherente a lia propia naturaleza humana. En otras palabras las partes pueden escoger la ley del contrato porque son libres y, en consecuencia, pueden elegir, entre diferentes medios o reglas, aquellos que concuerden con sus fines e intereses especificos. b) La supremacfa de la autonomia de la voluntad se basa en el derecho de la libre contratacién dispuesto por cada régimen jurfdico nacional, La totalidad del Derecho positivo latinoamericano establece que las persones tienen el derecho de libre contratacién, El reconocimiento de dicha libertad posibilita la configuracién, por ejemplos ¢ are 1495 del Cédigo Civil del Peri, sein el cual el adguirente queda obliged» ANTAL Steneatta Rios de cualquier Estado, en métito al de las partes y aplicaré la cléusula P ura forma es refertse de manets gent ; meninat nota le por gent # 8 gb dtm sin “Gon maps al sncamieto seg UMS a sl ig: las partes expresada en esa remisin y iquidar la deuda aplicande lr leneia invocada. La eleccién de una ley, en efecto, equivale a ne = la legis ne cs un medio de lear ls lagunas del canto sn tanene nn el articulos de la ley. De esa manera, la eleccién de ane fodos los cin de la supremacia de la aut Fs hese copeeeed (Alfonsin, 1950, p. 19). ata liquidar lo que corresponda. ‘onomia de la voluntad de que gozan las partes ) El principio de la supremacia de la autonomia de la voluntad se basa en el bene- ficio que le reporta el comercio internacional. Este fundamento, al contrario de los dos anteriores, deriva de una razén prictica: el comercio internacional tiene una serie de caracteristicas, exigencias y manifes- taciones que son altamente desconocidas por las leyes nacionales, En efecto, el proceso comercial que se desenvuelve entre los limites fisicos de una jurisdiccién posee distintas manifestaciones y tolerancias que aquel que rebasa las fronteras, como el caso de la trasmisién del riesgo, la forma de pago, la tributacién, la pérdida de la cosa en un espacio fisico distinto del lugar de venta y las cldusulas de exoneracién. Ese conocimiento empirico del comercio internacional justifica que las partes establezcan libremente los términos del contrato, pues nada de ello ha sido previsto por la norma ni por la prictica doméstica. De esa manera, las contrapartes pueden construir las figuras contractuales que crean conveniente alla circunstancia y a sus intereses, con lo cual el contrato internacional tendré tun régimen amplio y original, en lugar del rigido y nominado de un cédigo de comercio, Sin duda, esta argumentacién es la més sélida para referirse a la soberania de la autonomia de la voluntad dentro de la teorfa de la contratacién internacional, pues csté basada en un hecho real y préctico, y es que las leyes nacionals, los cbdigos domésticos, justamente por ser nacionales, no contemplan las situaciones iad luego, no constituyen ef instrumento juridico més adecuado para regir un coi internacional. 151 CONN la estabilidad, y esta no puede ser p,, To legislan o se generan sobre la ba. i 8 no pudiendo extenderse jy juridica busca I: ales, que $0 mercado nacional, hay que dejar, entonces, a las pare Como toda relacion cionada por las leyes naclo seeumbres nacionales o de un vereados con costumbres diferente “ re cada una de suis plazas o aquella en la que descan a, actug de interrelacion a través de laf a form otros 1 ¥ conocen las costumbres que elaboren sus propias F8| lacién clausulat. Esta fandamentacién es la més raz a juridica de la coneratacién internacional. es como Alfonsin seftalan que la libre eleccidn de | tener un régimen adecuado y estable Jas de conducta y onable y la que pueda dar base para clay aboray una teorf Sin embargo, algunos autor partes no demuestra ser el medio para El temor de que las partes por si solas pucdan establecer libremente la form , contractual y aun el régimen juridico al que han de quedar constrefidas ha mari. vado que las criias vengan més del lado del Derecho Internacional Privado que de los contractualistas 0 de los comercialistas. Incluso se ha sefialado que admits esta argumentacién originarfa una anarquia juridica, pero a lo mejor se lograria una coincidencia de la doctrina y de los operadores involucrados, al establecer dete minadas lineas comunes de entendimiento y delimitacién de los distintos ne; = juridicos que el ritmo econémico del mundo exige. El trueque es una vieja a dad comercial, peo sus variantes modemas (barter, basket of goods, counterpurchas exigen instrumentos juridicos antes inimaginados. 4.2, La limitacién de la voluntad y la libertad contractual La autonomt ; eis ie pial ha merecido, a la par de defensores, grandes criticos. e esta doctrina, consid : Ce eat lerada como el poder de escoger la ley com- Quintin Alfonsin con: icluye: «La teorfa de |: f rode ena eaves cee fs cate de la voluntad carece de on uruguayo cuestiona el subjetivismo incluso por encima de cualquiet prohibicién, de tal dan optar, sin limites, por la legislacion — “RALTA Rios, que ms Fes CONVENES. ES mis, 6 ee adoprar parcialmente una legislicign, degen OS Subietves, | o incluso disenar las propias para cada _ timar otra, ene procedimental como es el easy dh nO" Esta concepcin podtia admit yx cifca, enmarcado en un acuerdo de sv, fs partes pueden combinar varias legisl: anto en el a laciones Ambito sustanti ustantivo como arbitraje mercantil ee acional sin ninguna ley espe- ep epciduelloctsujese dees ay que Y que pueden bien no ser vlid propias reglas para una ocasidn xj contrato similar, as para otro Por otro lado, se ha dicho que Por : ue las partes son libres de estipular las condicioi obligaciones, plazo y caducidad de los contra, _ mérito de una notma que posibilea su core ota que les confiere dicho derecho. E} pero esa libertad es ejercida en tucta. Los sujetos actitan porque hay una inc. 14 del art. 2 de la Constitucién del Par econoce el derecho sla} contrat con fines lctons conten i aan amplia que es posible pactar contta la ley; pero acto seguido el numeral indica «[.-] siempre que no se contravengan leyes de orden puiblico», Les partes, entonces, gozan de autonomia para contratar porque hay una norma que asi lo reconoce y permite. La autonomia soberana de la voluntad pata crear un contrato depende, enronces, de la ley que lo posibilite, no de la voluntad libérrima de los sujetos; es la ley, peruana en este caso, la que permite que los contratantes configusen sus obliga- ciones y la que fija los limites de esa conducta. Finalmente, es en los marcos de dicha norma que se han de interpretar o aclarar las dudas contractuales. ciles de entender, ya que no es Los limites del orden ptiblico son también d posible utilizar métodos analégicos y criterios aproximativos, pues cada Estado esta- blece su orden ptiblico y los tratados internacionales no tienen, por si solos, la fuerza del ius imperium. La dificultad es mayor cuando se debe distinguir el orden piblico interno del orden piblico internacional y cudl es su grado de aplicabilidad. Sin embargo, los partidarios del principio de la autonomia de la voluntad no reconocen el valor del argumento precedente, pues, en opinién de ellos, esa i ale cable al contrato y que autoriza la eleccidn de las partes, es precisamente la elegida por dichos sujetos, Tampoco puede afirmarse que la ley que autoriza dicha elec Jn ya que ello seria incurrir en el siguiente j i I. artes, agement: la elegida por las p se apoyarian en lo dispuesto por circulo vicioso: las partes, en trance de elegit una ley, i fi . 21). tsa Jegir (Alfonsin, 1950, p: 2 ; Dp ccace Z Ia soberanfa de la auronomia de Ia voluntad, que prescinde de la realidad social, frente al hecho de que - ve ea de convivencia nos Ileva a reconocet validez le que del reconocimiento de una norma origi .n comtin requiere de normas d de contratacién nace aria. — © ©—6 egula el contr «ge la voluntad la que regul 100g nomi de ad de las partes (Alfonsin, 1959 my py Ja auto! no es mia Ia ¥O En suma, En sums tt que re esa ley del contest 4.2.2. Lal Las partes 022! cionales no al ser ace} sos y pricticass id6s bertad de coneratacin de libertad de <9 a na ley 5 “ id i a - pais, adquieren el cardcter de una ley, : “ : . "Ru, eal er individvalmenteaditides¥ reconocid, bol a encargados de regular sus conductas, se cog 5 si lo faculta la le neratacion porque asi lo fac le Lo coy ional, pero existen tratados y . aty interna ciones ques manera los us0s P ~s como smecanismos part ; enley para ellos mises ad de contratacién posibilica que las partes haga, El principio de la edad y la propia comunidad les ha otorguly la propia soci : ; een, esté limitada, La facultad de consentir 0 ng y,. margenes en el régi idico nacional, incluso respecto ean y los efectos si contrat, ya que los sujetos no pueden derogar en sus cldusulas las lees oh,

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