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Galileo es el único hijo en su familia, es un niño bueno, noble y juguetón.

Un día
en la escuela estaba tratando de armar una torre en la hora de recreo, como la
torre estaba muy alta se le derrumbó, a él le dio mucha cólera y pateó todo lo
que había hecho y se puso a llorar.

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Su maestra corrió hacia él y lo
abrazó muy fuerte.

Ella le dijo:
«Tranquilízate, Galileo, no
siempre las cosas salen como
uno espera. Si algo no sale bien
pues lo volvemos a intentar.
Pero tirar los juguetes no nos
ayudará a mejorar».

Plan Lector, 2 años


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Cuando llegó a casa, después de almorzar, decidió jugar un momento con su primo
menor que había venido de visita. Ellos jugaban muy contentos a las escondidas y
cuando atraparon a Galileo, él se molestó mucho, dijo: «Ya no quiero jugar» y se
puso a llorar.

Su mamá se acercó a los niños y le dijo a Galileo: «Cada vez que te sientas molesto
cierra los ojos y respira profundamente».
«Está bien, mamá» —respondió Galileo.

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La mamá de Galileo le contó a la maestra lo que él debía hacer cuando se
enojara para que así ella también pudiera apoyarlo. Y así Galileo aprendió
a controlar su enojo, sus padres y maestra se sentían muy felices por él.

Plan Lector, 2 años


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Marca con una X la respuesta correcta.

1 ¿Quién abrazó a Galileo en el salón para que deje de llorar?

2 ¿Por qué lloró Galileo?

6
3 ¿Qué consejo le dio la mamá de Galileo para tranquilizar su enojo?

4 ¿Cómo te sientes al enojarte?

Plan Lector, 2 años


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