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ROGER CHARTIER Escribir las practicas Foucault, de Certeau, Marin MANANTIAL, “Tradscln: Horacio Poos ise ge apa: Esso Hecht dept quemare ley 1.725 Impresa ena Arona © 1936, dea scm en astelino, iones Maas ‘Avda de Mayo 1365 ps, (2085) Baons ies, Arent "Te 37350386058 a #137879 | IBN: 987 s00005-1 Derechos servos Prohibis su reeds mo pacal Imprso ex noviembre d 1998 en Coe te Paso 82, Avelinad, Arena INDICE Pb nnn La quimera de ovigen. Foocault 1a Mastracisn y la Revolueia Fresno Estrtegisy tevoas. De Corea Fas "anes Be hae vs oderesy limites de a repressntacis, ‘Marin el iscurso y la imagen El poder, jet, a verdad, Fovcaul lector de Foucst 5s B 01 n [ESCRIDIR LAS PRACTICA ‘busqueda es sin duda la misma, en procura de Ios procedi- Imientos de una creatividad que la instnucin es impotente ara efenar “Pensur es pasar" Michel de Certeau pas6 mucho, y ‘pensé mucho, Viajero e historiador, lo que tal vez sea la ‘misma cosa, Pero alo largo del tayecto nunca fal I co- hetencia,y Js desvios, en realided, nolo eran, Hacer histo ria exige, par él, que siempee se diluide la relacién enta- bias entre el discurso del saber y el mundo socal donde se Insribe. Lejos de disolver su cienifcidad, esta lcidez es ‘su condicién misma. Po ello esta reflexin aguda sobre Ia ‘sciplina, que la comprende al mismo tempo como un ir gar y como una prictca. como una ciencia y como una ‘escritura, Por ello, tambiéa, en el reconocimiento de las discontinuidades histérieas, el acento puesto sobre las ten- snes entre discarso de autoridad y voluntades rebelds, Porque atraviesen tanto nuestro presente como las socieda- ‘de antiguas. La historia es lugar de experimentacin, ma- nera de destacar diferencias. Saber del otro, y por lo tanto de uno mismo. “ire, Pacts, UGE, 1980, pg 10-18, [Tad cat La vec de to ‘cotidiano, de préxima spaiidn en México, Universidad Toros smercana) 25. Michel de Certeu, "Le rite de Michel Fovealt" (1984) edit ens antlogin istoire et prychonale entre science ‘erfrion, Pars, Gallimard, 1987, col Folio. xp. 3, pgs 51-65. [Trad es, Historie y pecans entre ciency fccdn, MEX 0, Ualvesidad Tbereamericana, 1995.) PODERES Y LIMITES DE LA REPRESENTACION, MARIN, EL DISCURSO Y LA IMAGEN Eltexto“Podoresy lites de a epresenacin. Marine s- aro yl imagen” foe publcado en Is revista Anales. Histoire. Sclencer Sociales, 0 49, N-2, marap-abrl de 1984, pgs. 407 318, En 1639, Poussin escribe a su amigo y cliente Chantetou para anunciarle el envio det cuadro ttalado £! mand (La ‘manne}, Al comentar esta cara enn tiempo en que el e- leo del término “lectua” iba de suyo para designarel des citfamiento, la comprensidn y la interpretacign de objetos © formas que no pertenecen a lo escrito (“lees un puisaj, ler” una ciudad, "leer" un cuadro, etter) ‘se proponta cuestionar la universalizacién de esta categr ‘que implicaba lade texto! “Si el término “leetra’ es inme El proceso de erradicacin de la violencia, eu xyo manejo Fue contiscado tendencialmente por el Estado ab Solutist, hizo posible un ejercicio de fa dominacidn politica (que se respalds en la ostentacién de las formas simbélicas, en larepresentaiéa dela potencia mondrquica, dada very ‘creer incluso en ausencia del rey gracias a los signos que indican su soberana, Si extendigramos esta coincidencia en- ria agregarse que esta misma pacifica- cin (al menos relatva) del espacio sociales a qu, entre la Edad Media y el siglo xvi, transforms los enfrentamientos sociales abiertos y brotales en luchas de representaciones ‘cya apuesta era el ordenamiento dl mundo social, y por lo ‘tanto el rango reconocido a cada estamento, cada cuerpo, ‘cada individ, En efecto, del eréitooforgado (0 negado) als represen taciones que un poder politico o un grupo social proponen ‘de sf mismos dependen la autridad de primero y el prest io del segundo, A través de esta constatacidn, Marin dise- 20. toi, pig. 12, {6 los contornos de una doble histori: historia de fas moda) lidades det hacer crer,istria de as formas de Ia ereencia. De ese modo, su obra anedé en un mismo planteamiento el andlisis de Tos dispositivos, dscursivos 0 formals, retsricos ‘narratives, ue deben constretr al lector (oa espectador, someterlo, “entramparlo” y, por otra pate, el estudio de las Aistancias posibles con respecto # esas mecsnicas persuasi- ‘vas, tanto més poderosas por el hecho de ser disimuladas pero tanto menos eficaoes euando se las desmonta. La te Sdn vuelve a llevar necesarinmente a Pascal, que desnuda los resotes del dispostivorepresentativ y ls condiciones anismas de su credibilidad. Asfen este fragmento citado en la “InteoduceiGn’” del Le Porrait di rol que ravestea de qué ‘manera los mecanismos que transforman la fuerza en poten cia producen respetoy terror al recordar a su espectador la violencia originaria Fundadora de todo poder: “La costum- bre de vera los reyes acompatiados de guardias,rambores, oficiales y de todas ns cosas que inlinan a la méquina ha- cia ef respeto y el terror, hace que su rsto, en las raras ca siones en que esté solo y sin acompafiamieno, infunda en sus sibditos el respetoy el terror porque en el pensamiento ‘no se seperan sus personas de sus Séquitos, que de oxdiario ‘se ven juntos. Yel mundo, que na sabe que este efecto pro viene de esa costumbre, cree que se origina en una fuerza ‘natural. De all vienen estas palabras: el carter de Ja divi nidad est impreso en su ros, etetiera” (Pensées, Etions Lafuma, 25; Editions Brunschvieg, 308). La tension entre el acer creer y ia reencia nos devuelve también ala Légica de Port-Royal y al capitulo XIV de Ia se ‘gunda parte, “De las proposiciones en que se daa los signos cl nombre de ls cosas", que identifica las dos condiciones PODERES Y LIMITES DELA REPRESENTACION 9 necesaras para que la elacign de representacin sea inteigh ble: por un Indo, el conccimiento del signo como signo, en su diferencia con respecto la cosa significada; por el otro, la existencia de convenciones compartidas que regulan la re- lacign del signo con la cosa. El texto sefala las razones de una posible desviacién y una posible incompreasiéa dela r= presentacién, Ya sea que ene el signo y el significado se ha- ya esablecido una relacin arbitra, “extravagant as, si ‘un hombre tuviera Ta fantsta de decir que una pied es un caballo o un asno el rey de Persia; ya que el destnatavio, por falta de “preparaci6n”, no pueda comprender el signo como signo. Es por eso que no puede dare las signos de instita- cin el nombre de Iss cosas, como, por ejemplo, en Ia pars bola o la profecia, sino euande aquellos a quienes uno se rige son capaces de concebir que el signo no et la cosa Significada sino como significacién y figura. Aun cuando rest atencién sobre daa los mecenismos discursivos 0 visuals que apuntan a manipular al lector, a hacerle creer en aguelio en que se quiere que crea, e tro de Marin, apo- yado en a referencia a Port-Royal ayuda a pensar las conl- ‘ones mismas de Ia eficacia oe! fracaso de una intencién Semejant, En esto, se cruzadirectamente con las interroga- cones de Michel de Certeau sobre ls formas de laereencia, asi entendida: “Entiendo por ereencia’ no el objeto del creer (un dogma, un programa, eteéera), sino la adhesin de los Sujetos a una proposicién, ef acto de enunciaea tenigndola por cierta: dicho de otra manera, una ‘medalidad? dela afir- ‘maci6a y no su contenido" 2! 21. Michel de Certeau, Mnvention du guotidien, 1, Arts de Las condiciones del ereer remiten, en primer lugar. 210s lugares y las formas en que se inculcan Tas convenciones, a Tas modalidades de la “preparaci6n” para comprender tos principios de la representacién de que hablan fos tgicos de Pore Royal. Suponen temiién que la lectura, el descifra~ rmiento, la interpretacién nunca son totalmente controlados 0 ‘constrefidos por los discursos y las imégenes. Es cierto, no fe encuentran en Marin ai teorfa de le recepeiGn ni historia se a lestura. Sin embargo, me parece que el cuidado rin tioso que puso en comprender "Ins estratagemas,artimais ¥ maquinaciones"® desplegadas por los textos y es evadros para imponer una significacién univoca, pars enunciar ¥ produc su corecta interpretacién, descansa sobre el post lado de que el lector o espectador siempre puede ser rebel- Ge. Sometero al sentido no es cosa fil, la sutleza de las trampas que se le tienden es proporcional a su capacidad, hab otorpe, para hacer uso de su libertad. Como en Michel Foucault, para quien analiza los aparatosdisciplinarios no significa sn embargo legar ala conclusion de que la soci dad est forzosamentediseiplinada, en Marin, desmontat ls rméquinastextales que construyen ef lectr-destinatario co- mo efecto del mensaje emitido no obliga a suponer que los Jue (1980), weadici, Pars, Galimar 1990 pig 260. (Tod ‘st La venti def ction, proxi a aparece en MEX Universidad Ibereamericara] 22. "Pour ute tirie baroque de ction poitque, Leste des Considérations sr es coups d’Ea de Gabriel Naud, eo (Gabee! Noude, Considéraronspottiques sur les coups dEta, Pai, Les Editions de Pais, 188, ps. 765, cia de pg 31. Tectores reales se acomoden en todas partes al “lector.simu= lacro” construido por el discursa. Los artficios pueden ser los mas hibiles las “jugadas” muy diestras, como, por ejemplo, las heehas por Pellison en st Proyecto de la histo ia de Luis xv, que apuntan hacer que wn relato de historia sea leldo por su lector como un disurea de slabanza, ya que “Jo que no se dice en la emision (eptetes yelogios), se dice ~y necesariamente~ en larecepcidn. Lo que no es represen tado en el relato y por el narrador Io es en la lecture por el narrataro, a tulo de efecto del relato" 2 Esta ingeniosidad Drodictora de efectos, siempre pensados como necesarios, nunca est, sin embargo segura del lector, al que su falta de Saber o su mala voluntad pueden hacer muy dificil de con- ‘vencer. Esta posible libertad, nunca seRalada pero siempre ‘emida es Ia quejustifca tanto las maquinacionesdiseusi- ‘vas de Pellsson como el desmontaje minucioso de st meca- nismo. Es la que Funda el objeto de un trabajo, complemen tario al emprendido por Marin, que apuntaa identifica los Timies y las figuras, las regulridades y las sngularidades de las epropiaciones. En esta tens entre los efectos de sentido buscados por tos discutsos ola pintura y sus dscifamintos, las relacio- res entre el texto y la imagen siempre twvieron para Marin Unt extema importancia, En su libro, Des powvors de na 461 propdsito noes analizar los procedimientos de presen- ‘acidn dela representacién Io que consttua el objeto de los lensayos reunidos en Opacité de la peinture- sino estudiar 23, Le Portrait dro, ob it, “Le sit deo 4 comment store, pgs. 19.107, tad pg 95. 2 [ESCRIBIR LAS FRACTICAS. unos textos que, de diversas manera, reconocen y comprue ‘nan Tos poderes de as imégenes. El rumbo se justifiea “En esta ireduetibildad de lo visible a os textos ~'visible" ‘que es no abstante su objeto los textos as glosados einter- _plosudos exten, por esa extrafareferencialidad, una capa ‘idad renovada para acercese de la imagen y sus poderes, ‘como sla esertura y sus poderes especificos resultaran ex- citados y exaltados por ese objeta que causa de su hetero- geneidad semistica, se susraeria necesariamente ala todopo- derosa influeneia de aquéllos; como siel deseo de eseritura (de la imagen) se efercitara en realizase‘imaginariamente’ deportindose fuera del lengua hacia lo que constiuye, en muchos aspects, su reversoo su oto fa imagen”.** “Irreducibligad de lo visible a los textos", “heteroge~ neidad semistic”entee la imagen y la escritura: estas for- ‘mulas son un precoso punto de apoyo para quien se niegue ‘identifica todas las produeciones simbstieas, ls imige ‘es pero también los rituals ola “invencin de To cotiia- no”, can tna textualidad. Contes tl posicidn, que anula to- 4as las dstinciones Fundadoras del trabajo hisiérico Cente texto y contextualizacién, entre digcurso e imagen, entre préctca y esertura, es preciso plantear la radical diferen- ‘ia entre la Igica en aecisn en Ia produccidn de los discut+ 05, y 185 otras I6gicas, las que habitan Ia “puesta en vie sdf", el ito o el sentido prictco. El trabajo de Marin siempre estuvo Tundado en una conciencia aguda de esta heterogeneidad. y por lo tanto de la historicidad y la dis- continuidad de los funcionamientossimb6licos. 24, Des pomoirs de Pinage, b,c. "iuroduction, L'8r de image et 00 efficace”, pigs. 922, cit de pig 21. FODERES YLIMITES DELA REFRESENTACION 93 De ello se deduce su pertinencia para todos aquellos ‘que, contra las formulaciones mis abruptas del “linguistic turn" o el “semiotic challenge”, consideran ilegtims la re ‘duccin de las prcticas consttuivas del mundo social y de todas las formas simibélicas que no reeurren al escrito, los prineipios que rigen los discursos. Reconocer que las més de las veces las realidades pasadas s6lo son accesibles a través de los textos que se proponian organizaras, deseri- birlas, preseribielaso proseibirlas, no obliga a postular Ia identdad entre Ia Hgica letrada logocéntrica, hermenéuti- ‘ca que gobiema la produccién de los diseursos y la légica Préctca que regula las conductas © la lgica “iednica” que ‘gobiera la obra pictrics. De Ia iredutibilidad de las 16- {icaspréctica oicbnica al diseurso se deduce una necesaria prudencia en el uso de la categoria de “wexto", indebida- ‘mente aplicada, con demasiads frecuencia, a unas formas 0 ‘nas prcticas cayos modos de construcicn y prinepios de organizacién no son en nada semejantes a las estrategias siscursvas. De all Ia tensidn que habia os textos conten dos en Des poureirs de "image, todos los cuales se entren- ‘an ala misma dificutad,recordada aqui en referencia a los Salones de Diderot: "Como hacer con palabras una imagen ©, también, [.] emo dara una imagen constrida en y por las palabras, la potencia propia de ésas 0, a la inversa, 66 ‘mo transfert a las palabras, a su ordenamientoy sus figu ras, el poder que la imagen enciera en su visualidad mis ‘ma, Ia imposicién de su presencia". Esta tansposicién 25, Ibid, “Le deseriptearfntaisiste. Diderot, Selon de 1765, Cosonove, n° 94. °Une marche d'annde’ desertion”, pigs, 7. 101 ita de pig. 72 necesaria pera imposible, pese a todo el ate de ls eliphra- sis, indice as fuerans y los poderes especiticos qu, diver- ‘sament, son los de Ia imagen y el lenguae ay una dab pertnencia en ef concepto de represents ign tal como lo eatendié y mane}6 Marin. En primer tu- at, considerado como un istrumento esencial para com= render los modelos de peasamiento y los mecanismos d€ ‘omninacidn, propios de Ia socieded de la époceclésica, el ‘concepto obtigé a ls historiadores a desterrar desu reper- toro las nociones anaersnicas, importadas para dar cventa de realidades que les son completamente ajenas. La in- twoduccién de Le Portrait du rof describe con agudezs Ia tuayectoria seguida: después de haber sefalado “el lugar capital que acupaba en los gramiticos y l6gicos de Port- Royal le nocién de representacion y su equivatencia gene ral, que ellos planteaban o presupontan, con la norién de ‘signo en cualquier nivel que se analizaa el lenguaje (té mino, proposiciéa,discurso), en cualquier dominio al que perteneciera ese lengua (verbal, escrito, icdnicoy".® Ma fin identfieé Ia matrz eucaristica de esta teora, y Iueg0 reconocis las modalidades y los efectos del dispositive de representacin en el campo de lo politico, La operacién de ‘conocitnient resulta asf s6lidamente asociada alas nocio- nes y eategorias que los mismos contemporineos utiliza ban para hacer que su propia sociedad fuera menos opace su entendimiento. ‘Mis alld de este primer uso, histéricamentelocaizado, eeduction. Le tes Form 26, Le Portrait oi, 9 cit tes 7. FODERES VLIMITES DE LA REFRESENTACION 95 Ja nocién de representacién asurmié una pertinencia més ‘amplia, que designaba el conjunto de las formas teataliza- das y “esilzadas” (segtn la expresin de Max Weber) me- ante las cuales los individuos, los gropos y los poderes ‘consiryeny proponen una imagen de s mismos. Como es- cribe Pierre Bourdien, “la representacion que los indivi- duos y fos grupos transmiten inevitablemente @ través de sus petieas y sus caractriticas es una parte integrante de su realidad social. Una clase se define tanto por su ser per cibido como por su ser, tanto por su consumo -que no necesita ser astentatorio para se simbslico~ come por su Posicin en las rlaciones de produccién (aun cuando sea cierto que éstarige 8 quel)". Asi entendido, el concepto de representacién conduce a pensar el mundo social 0 ejercici del poder segtin un modelo relacional. Las mada lidades de presentacién de s mismo, es cierto, estén gober- ‘nadas por las caratersticassociles del grupo 0 los reeur- 0 propios de un poder, Pese a ell no som una expresin inmediata, automtica,objetiva del status de uno 0 Ia po= tencia del otto. Su eficacia depende de la percepeisa y el Joi de sus destnatarios, de la adhesin ola distancia con respecto a los mecanismos de presentacin y persuasién puestosen acid, Enel siglo xvi, esta pluralidad de las apreciaciones in- quieta. De alli la busqueda de relaciones necesarias, de 27. Piste Bourdieu, La Distinction. Critique sociale dae gement Pris, Minit 1979, pies. 563-565 [Trad cast Ladi Inc, Andiss socil det eriteri selecivo, Madd, Taurs, 1991 ESCRIIR LAS PRACTICAS equivalencies estables: en ls tatados de civiidad, entre el, ‘Tango y el parecer; en el ritual politico, entre el principio de fa roberania mondrquica y las formas de su expresién simbica; en la teora del signo, ene la cosa que represen tay la cosa representada. Marin coloc6 en el centro de 38 ‘obra las convenciones que apuntaban a estabilizar y jar Tos funcionamientos sociales, a asegurar plena eficacia a Jos modos simbslicos de la deminaci6n pottca rato més ‘poderosos por el hecho de que aquellos a quienes deben so- mneter los conoven y reconacen como legttimos. Pero entre ‘mostracion e imaginacién, entre Ia representacion propucs= fay el sentido consteuido, son posibles las discordancias, [No sélo en las sociedades menos rigidamente codificadas posteriores ala Revolucin, sino hasta en el siglo xv. Bs- Euchemos a La Bruyére: “Te equivocas, Fllemén, si crees {que con esa carozabrillane, ese gran nero de pillos que te siguen y eses seis bestos qu te trasladan, mis sete est- mma: todo ese boato que te es ajeno se deja de lado para pe hettar ent, que no eres ms que un fatuo. No es que 8 ve tes no haya que perdonar a aguel que, con un gran cate, tun rico vestido y una magn‘ Tica comitiva, se cree mejor €n hnicimiento y spirit: es0 e To que lee en el continente y Tos ojos de quienes le hablan” (Los caracteres de Teofrasto traducidos del griego, con los caractereso las costumbres de este siglo, 1688, “Del mérito personal"), Por un lado, ‘Entonces, la comprobacién de fa Fuerza dela representacién fue manipula al destinatario, le hace reconocer el rango y el mérito gracias a la “mest”, lo transforma en un espejo fen el que el pderose ve y se convence de su propia potes- tad, Pero por el otfo, el texto habla de las Naquezas del tenga, el develamiento del artiicio, 1a pereepei6n de I Aisancia entre los sgnosexhibidos, el “boato”ostentato- ti, yt alded que no pueden enmascarar La obra de Marin siempre se situ ene la omnipoten- cia de la representacin y sus posbls desmentdos. Es por ello un mand en el que pueden abrevara manos lenas(o- dos aquellos que se propusieron dbujar un espacio de ta- bajo donde se igaran el estudio ertcn delat obras, el de su eleulaiény el de sus signiieacioneseinterpetacio- nes, Ese crce de cuestones desuniss durante mucho tiempo tiene une apestafondamenta: comprender de qué ‘manera a producelcn del sentido operada por un lector ton espectar) singular et sempre eacerada cn una Se Fie de coaciones en primer lug os efectos de sentido bouscados por los textos (o las imégenes) através de fs

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