“Este miramiento no es politico sino técnico.
Corresponde a la condicién siguiente, estable-
cida por nuestra doctrina: los psicoanalistas
forman parte del concepto de inconsciente,
puesto que constituyen aquello a lo que éste se
dirige.”
Posicién del Inconsciente
Jacques Lacan
“Sade es el paso inaugural de una subversion
de la cual, por picante que la cosa parezea ante
la consideracion de la frialdad del hombre,
Kant es el punto de viraje nunca detectado,
que sepamos, como tal.”
Kant con Sade
Jacques Lacan
dn del Inconsciente * Kant con Sade
Posicion del Inconsciente
Samuel Basz
‘Noemi Ginader, Marfa Victoria Clavijo, Susana Dicker, Héctor Gallo,
Amilear Gémez, Elena Sper
Kant con Sade
Esthela Solano-Suarez
Luefa Dragonetti, Monica de Espinel, Ruth Hernéndez, Orlando Mejia,
sdosé Fernand Velsquer
Cuadernos del INESPosicion del Inconsciente
Samuel Basz
Noomf Cinader
Maria Victoria Clavijo
Susana Dicker
Héctor Gallo
Kant con Sade
Esthela Solano-Suarez
Lucfa Dragonetti
Méniea do Espinel
Ruth Hernandez
Orlando Mejia
| José Fernando Voldéequez |
Cuadernos del INESCuadernos del INES No. 4
ISHN Serie. 958-23-5142-2
ISBN Volumen: 958-44-1951-2
Publicactin del Insttato de Ia Nueva Escuela Lacaniana INES
Direetora det INES: Gravila Brodsky
Prosidents Consejo Consutive del INES: Alicia Arenas
‘Miembros del Consejo Conaultiva del INES: Lizbeth Ahumada,
Susana Dicker, Elida Ganosa, Ménica de Espinel, Andrés Moline,
Ronald Portillo, Sucana Strocsi
Contras de Investigacién y Docencia en Palcoandlisis del INBS: CID Bogota
(CID Caracas Deelaracin, CID Caracas Las Mercedes, CID Guatemala
1D Guayaquil, CID Lima, CID Maracaibo, C1D Mian
Dirostora do la publicacin: Graciela Brodsky
Director de la ein: Orlando Bjfa
Desgrabacién; Gladys Martinez, Andrea Mojice y Constanza Ramirez
Revision final: Astrid Atores, Laura Arciniegas y Orlando Mejia
Ivstsacén Portada: Bustortrospctivo de mujer, Salvador Dall 1989 (197
Primera Batcion Agosto do 2007
Baitor
(Centro de Investigacion y Docencia en Pricoonlisis de Bogot
(Gra. 1B No, 9-54, OF 602 » Tul: G11 2963, Telefax: 611 2
mail: eldbogoca@colnodo ape.o73
Bogota, Colombia
Nota Baitora:
Problems téntecs impidieron desgrabar sigunss intervencione,
or lo cual Iamentablemente no se pudieron publica
Diagramacién e imprecin:
(Net Educaiva, Tek 212 96 39
netedueatival @hotiail com
Bogoté, Colombia
CoNTENIDO.
PRESENTACION
Patricia Tagle
POSICION DEL INCONSCIENTE,
Aventura
Elida Ganoza (Cid Lima)
L Evarcumevro
Acerca be Posici6w xi INconscine pe Jacques LACAN
Samuel Basz
IL. Lapisciptina pet. comentario:
Comentario de Susana Dicker (Cid Guatemala)
Comentario de Elena Sper (Cid Guayaquil)
TI, La Loaica pe La cura
La tont(a)
Amilear Gomez (Cid Caracas, Deslaracién)
Una vitieta clinica
‘Maria Victoria Clavijo (Cid Bogot)
IX. Las pEnspecrivas DrL.concEPrO
El sujeto y sus perspectivas como conceplo
Héctor Gallo (Cia Bogota)
Del sujeto al hablanteser
Noemé Cinader (Cid Caracas, Las Mercedes)
Curae
‘Ménica de Bspinet (Cid Guayaquil)
u
103
ulKANT CON SADE
APEErURA
Mercedes Iglesias (Cid Maracaibo)
I. Beaaumenro
‘Acerca ne Kaw cov Sapr pe Jacques LACAN
Esthela Solano-Suarez
[LA DIScIPLINA DEL COMBNTARIO
Comentario de Ménica de Bspinel (Cid Guayaquil)
Comentario de Ruth Hernéndez (Cid Caracas, Declaracién)
Ii, Laxécica esa cura
Reconocimiento, uso y desecho
Lucia Dragonetti (Cid Caracas, Las Mercedes)
TV. Las PERSPECTIVAS DEL CONCEPTO
Dela voluntad de goce a 1a voluntad de transparencia
Orlando Mejta (Cid Bogotd)
Eldesamparo del hombre en el intento de establecer lo
universal
José Fernando Veldsquez (Cid Bogota)
Coren
‘Susana Dicker (Cid Guatemala)
17
u9
123
125
153
155
165
7
179
189
191
203
215
PRESENTACION
Desde la ereacién de los Centros de Investigacién y Doceneia en Psicoan’-
lisis CID, de la Nueva Escuela Lacaniana NEL, pertenecientes al Instituto Nueva
Esenela INES, los docentes nos reunimos regularmente con la presencia de un
enseante invitado de la red de Institutos del Champ Freudiene, para trabajar
en torno a alguno de los Escritas de Jacques Lacan.
Lejos de tratarse de un ejercicio que tiende a la erudicién académica, se trata
de un trabajo que se propone Ia interrogacién exhanstiva de un texto de Lacan
desde la perspectiva de la epistemologia clinica. Ejercicio de rigor que busca fun-
dar en razén el buen anudamiento entre experiencia y teorfa; entre la formacin
del analista la transmisién y la ensefianaa en psicoandlisis. Asi el despliegue de
El Argumento se articula a La Logica de la cura, La Disciplina del comentario a
Las Perspectivas del concepto. La préctica de la presentacién de enfermos~habi-
tual en laensefianza de Jacques Lacan-esté también presenteen eldesarrollo de
estos seminarios dando cuenta en acto del lugar y el efecto de la escucha analitiea
en la vertiente de la transmisién.
Elpresente volumen de los Cuadernos del INES, contione en esta oportu
{dad los das iltimos seminarios de Formacién Permanente del Docente realizados
por el INES. BI primero de ellos gira en torno al texto Posicién del Inconsciente
de Jacques Lacan, ¥ tuvo como docente invitado a Samuel Basz, docente del Ins-
titmto Chinico de Buenos Aires y del Instituto Oscar Massota, quien tuvo a st.
cargo el desarrollo de El Argutnento, acompafado por Susana Dicker y Elena
Sper en La Disciptina del Comentario, por Amilear Gémer y Maria Vietoria Clavijo
en La Légica de la Cura, y por Héctor Gallo y Noemi Ginader en Las Perspectivas,
dot Coneepto, todos ellos docentes de los diversos Institutos dela Nueva Escuela
Lacaniana que conforman el INES.
El segundo do ellos estuvo a cargo do Esthela Solano Suarez, ensefiante de
Ja Seccién Clinica de Paris - Saint Dénis en El Argumento de Kant con Sade,
acompafiada en esa ocasién por Ménica de Espinel y Ruth Hernandez en La
Disciplina del Comentario, por Luca Dragonetti y Ana Maria Gonzélez en La
Logica de la Cura, y por Orlando Mejia y José Fernando Velésquez en Las
Perspectivas del Conéopto.
‘A partir del recorrido que nos proponen, el lector podr4 apreeiar que cada
Seminario adquiore su partieularidad y su sesgo propio ahf donde ala aventura
{el texto se suma la contingencia del encuentro, permitiéndonos eonstatar enCCusdornos del INES - 4
cada oportunidad que la necesidad de los conceptos que fundan nuestra praxis
cn rigor se revela siempre en la dimensién de la experiencia, De ahf que la
decisién de publicarlos y ofrecerlos a la lectura obedezea al deseo de compartir
cesta experiencia en el seno de nuestra comunidad de trabajo
‘No seria justo conctuir esta presentacién sin antes expresar en nombre del
INES nuestro agradecimiento a Samuel Bass y a Esthela Solano-Suarer, por su
ensefianza y dedicacién, asi como als eolegas de la NEL que los acompatiaron
con sus trabajos en el desarrollo de cada uno de estos seminarios,
PATRICIA TAGLE
Posicién del Inconsciente
Buenos Aires, 3 y 4 de Agosto de 2005— Prsiciin det meonscionte
APERTURA
En esta tarde soleada de Buenos Aires, nos volvemos a encontrar estima
dos colegas y amigos, para dar apertura al Seminario V del cielo de formacién
permanente de los docentes del INES, Instituto de la Nueva Escuela
Esta serie que continuamos eon seriedad y persistencia se inici6 et 7 de
mayo de 2002 en Caracas, con el estudio del texto Subversicn del sujeto y dialé-
ctica del deseo. Quien desarrollé el argumento fue Luis Solano, docente en la
Seceién Clinica de'lle de France, ese mismo afio contintiamos la segunda parte
deeste texto, el 13 de noviembre en Medellin, con elargumento aeargo de Jtian
Carlos Indart, docente del ICBA. El Seminario III del INES se llevé a cabo el 17
de septiembre de 2003 en Buenos Aires, y estudiamos el texto Del trieb de Freud
yy del deseo del psicoanclista, En esa oportunidad Ricardo Nepomiachi, docente
el ICBA, desarrollé el arguinento, Por diltimo, el Seminario TV tuvo lugar el 17
denoviembre en Bogot4, trabajamos La significacién del falo, y quien present6
el argumento en esa ocasién fue Enric Berenguer, docente dela Seccién Clinica
de Barealona.
Posicién del Inconsciente es el texto de los Escritos de Jacques Lacan del
‘que nos ocuparemos en este Seminario V del INES,
Desde 1959 Lacan ya no parte de las respuestas de Freud sino més bien de
Jas preguntas que dej6 en suspenso, Su ensefanza introdues en este periodo va-
rios temas que comienzan a cuestionar su propia eoncepcién del lenguaje y su
relacién con lo real, como el objeto, 1a pulsién, el goce y la relacion sexual. ¥ es
precisamente en Posicién del Inconaciente que se pregunta sobre la articulacion
del significante con las pulsiones y el objeto a, lo que reaparecer en e] Seminario
XI comoel Algebra lacaniana opuesto al sujeto del significant, se ocupa Lacan do
‘20 habla como punto de homologia entre cl inconsciente y el sujeto,
Esta intervencién original fue en 1960, pero su redaczion se coneluyé en
1964, paralelamente al Seminario XI, Los cuatro conceptos fundamentales del
psicoandlisis. Entonces, Posicién del Inconsciente es un texto que tiene mucha
relevancia porque va a llevar a Lacan a tomar en cuenta lo que no parece redu-
cirse solamente a la funcién del significante, sino que también va a tomar su
relacién con lo real.
En este escrito hace una sintesis de su concepcién del inconsciente, cto:
26samo del inconsciente es tener efecto de palabra, ser estructura de lenguaje. El
inconsciente no tiene sentido sino en el campo del Otro, éson efectos de lenguaje
He(Cuadernos dl INES «4
0 efectos de habla? Bs ciertamente al campo del Otro que corresponde ese
sentido, aunque praducido como un eclipse del sujeto. Nos dice también, estrac-
tura escrita en un espacio reducido a una combinatoria, un borde, et incons-
ciente es un concepto forjado sobre el rastro de lo que opera para constituir el
‘ujeto, el inconseiente se halla entre el corte del sujeto y det Otro, Apreciamos de
‘este modo eémo Lacan inserta el ineonsciente en la constelacién del sujeto y del
‘Otro y queda del lado dela verdad, y mas tarde se lo vera también del lado del
saber, lo cual le da una nueva significacién, esta ver especificamente lacaniana.
Pero el ineonsciente, que se sitiia en el lugar del Otro, también toma una cuali
dad del sujeto de la enuneiacién y nos dice: la presencia det inconsciente, por
situarse en el lugar del Otro, ha de buscarse en todo discurso, en ste enuncia-
ibn. Y si nos preguntamos con Jacques-Alain Miller dd6nde esta el ineonscien-
te, qué respuesta podemos aportar? La respuesta es miltiple y eso se desarrolla-
a lo largo de este trabajo.
‘Quisiera también poner de manifiesto que exe toxto augura el nuevo pro-
grama teérieo de Lacan cuando afirma: foe psicoanalistas forman también parte
del concepto de inconsciente, puesto que constituyen aquello a lo que este se
dirige, y esto se deriva en parte de la ubieacién del ineonseiente respecto de la
‘entmciacién. Cabe tener presente hasta dénd¢ las elaboraciones posteriores de
‘Lacan no son més que una derivacién de las consecuencias de sus hip6tesis de
origen sobre el ineonsciente y el sujeto. Nos presenta dos caras del inconscien-
te: Ia cara sistematica, 1a cara del funcionamiento y la regularidad, y la cara del
disfuncionamiento, la cara de la atemporalidad, ylo més importante, el funcio-
namiento del ineonsciente come hiancia, como cierre, como apertura. Creo que
eso también nos posibilita ir més alla con este texto.
‘Antes de presentar y dar la palabra a nuestro docente invitado, quiero
terminar haciendo un comentario sobre la vigencia de Posicién del Inconacien-
te, a propésito de) II Encuentro Internacional en el que participaremos y del
‘movimiento que se esta gestando en el Campo Freudiano a través del Forum
Pay, para contrarrestar el avance que tienen la objetividad psicoldgica, el
cientificismo, las terapias cognitivo-conductuales, y que Lacan en este texto se
dirige a nosotros como psicoanalistas para prevenirnos.
Bueno, presento aquf a un estimado colega, docente del Instituto Clinico
de Buenos Aires, docente del Instituto Oscar Masotta, y quien Gltimamente ha
escrito un libro sobre las condiciones dela préctica analftica. Con ustedes Samuel
Base
BLIDA GANOZA
a
I
EL ARGUMENTO—— Posicion dl tneoneciente
Acerca DE PosICION DEL INCONSCIENTE DE
Jacques Lacan*
SamueL Basz
Podemos partir de una reflexién suscitada esta mafana en la pre-
sentacién del enfermo que escuchamos, no para volver a trabajar so-
bre la misma, no en el sentido de la relacién con los efectos de ense-
fanza en el plano clinico que felizmente pudimos obtener, sino para
subrayar algo del mayor interés en este momento de la historia politi-
ca del psicoandlisis. Tengo la conviecién de que esta mafana en la
conversacién que siguié después de dicha presentacién, se pudo veri-
ficar la existencia de una verdadera comunidad epistémica y su exten-
sidn a una comunidad de trabajo. Y esto tiene gran importancia por-
que no solamente nos entendimos en los aspectos més globales, mas
amplios, mas generales, nos entendimos también en los aspectos mas
sutiles que permitfan obtenerse de la ensefianza que surgia de esa pre-
sentacién, sin llegar a la idea de que todos pensaban lo mismo, de que
era una posicién homogénea, pero sf -y esto es muy importante en el
movimiento psicoanalitico captado en su aspecto de eonjunto- se pudo
advertir la referencia a un eje teérico comiin que permitié compartir
el alcance de ciertos coneeptos que hacia que nos pudiéramos enten-
dex, y no ser autistas ni delirantes,
Esto tione que ver con el esfuerzo que hace Lacan en su ensefian-
za —ereo que es parte de la lucidez. también de J.-A. Miller en su tra-
bajo de la Orientacién Lacaniana haciendo existir permanentemente
las consecuencias de este esfuerzo— ensefanza que tienen. precisa-
mente en la época de Posicién del Inconsciente y del Seminario XI,
una torsién fundacional. Es un momento de gran viraje de Lacan en
+ Bara a present edicin so tendré on cuenta la version exsallana de Tos Zeros, Sigho XXL
Baltes
a5Cuadernos de INES - 4 aa
Jo institucional y un momento de bisagra en su teorfa, cuando opera
un esfuerzo de estructuracién légiea de los conceptos analiticas, jus-
tamente para ir en contracorriente de lo que podfan eer concebidos
‘como autismos delirantes, que se han ido instalando en el trabajo de
algunos analistas en su trabajo teérico-conceptual, en Ia medida jus-
tamente en que se abandona el rigor logico de referencia a los eoncep-
tos fundamentales.
‘No hay que olvidar la tendencia a descomponer una comunidad
epistémica por la posicién mas o menos autista de los analistas que se
consideran autores, rasgo que se ha instalado en la TPA y que persiste
en Ja actualidad porque no hay un eje tedrico que retina, que constituya
una comunidad epistémiea. Cada uno considera que su funeién y el sen-
tido de su existencia como analista es, a partir de una préetiea, ser eada
‘uno un autor, entonces no se entienden, Si no hay una referencia o un
éje tedrico comin, no hay una comunidad epistémica, no hay una co-
munidad de trabajo en relacién a los conceptos, y esto hace dificil la
constitucién de una comunidad de experiencia.
En cuanto mas los analistas se precipiten en la posicién de auto-
res auténomos que podriamos eonsiderar un poco delirantes, es cuan-
do més tenemos que trabajar permanentemente nosotros para con
vertir los delirios psicoanaliticos en una articulacién tedrica, précti-
ca, politica, conceptual, clinica, Io mas consistente posible. Por qué?
Porque ai hay muchos autores, y cada uno es un autor y no se entien-
den, entonces hay que recurrir a algo fuera del psicoandlisis, hay que
ir a buscar ese aspecto tedrico més eonsistente, més seguro, mas cien-
tifico, més estable, fuera del discurso analitico. Este es un asunto
politieo delieado, frente al cual tenemos que volver a hacer lo que hizo
Lacan en este momento: volver a convencer a los analistas -también
a nosotros misinos~ dé-gue el interés del psicoandlisis, y 1a verdad del
andlisis, est un su propia estructura y en los efectos de su propia
praxis. Si nasitnos vainos a buscar la referencia en la neurologia, en
los avances de la medicina en el aspecto terapéutico, o en un
cognitivismo conduetual basado en las referencias més o menos orgi-
nicas, incluso muchas de ellas bastante aventuradas, es evidente que
se va'a descomponer profimdamente el eje tecrico que es lo que permi-
te la configuracién de una comunidad epistémica.
Este Escrito es ejemplar como trabajo conceptual orientado a esa
politica, y coincide con el momento en que Lacan funda su Escuela,
-16-
Posicion del Inconseiente
Es evidente que tiende a dar una base segura, no definitiva ni tiltima
pero si segura, para reordenar el campo freudiano, y Hama su Semi-
nario Los cuatro conceptos fundamentales del psicoandlisis
El titulo, a modo de férmula también, Posicién del Inconsciente,
remite muy estrictamente a una exigencia de precision con respecto a
un concepto fundamental en psicoanéllisis que si no se sostiene, se
producen estas derivas autistas. Es importante que Lacan esclarezca
la posicién del inconaciente en este momento de su ensefianza, no sélo
esto lo aclara muy bien al principio de este escrito~ en relacién a las
nociones preexistentes al descubrimiento freudiano, sino también, en
relacién a los desvios psicologistas que se produjeron por la degrada-
cién del concepto a partir del desconocimiento de sus fundamentos
6ticos prineipalmente.
Es precisamente el momento en que Lacan es radiado de la TPA,
prohibida su ensefianza al interior de la Asociacién Psicoanalitica
Internacional, excomulgado, traicionado por algunos de sus alumnos,
cuando sobre la base de esta dimensién politica él entiende que hace
falta tetomar la dimensién de estos conceptos fundamentales, de los
cuales el inconsciente es uno de ellos
En la pagina 811 hay una primera ubicacién donde sittia de en-
trada la posicion opuesta al yo, y que es muy importante de vuelta en
este momento, La tinica funcién homogénea de la conciencia estd en
la captura imaginaria del yo por su reflejo especular y en la funcion de
desconocimiento que permanece por ello ligada a ella. Bsta es la posi-
cién fundamental del psicoandlisis respecto al empuje en el mereado
de la salud, principalmente de las terapias cognitivo-comporta-
mentales,
El otro punto remite al interior dol psicoandlisis, también en Ia
pagina 811: Este hecho es notable, tanto més cuanto que el dia de hoy
en el mundo los psicoanalistas no se aplican sino en volver a las filas
de la psicologia, Bl efecto de aversién con que tropieza en su comuni-
dad todo lo que viene de Freud es claramente confesado, principal-
mente en una fracci6n de los psicoanalistas presentes. Agrega: Apro-
vecharemos esta oeasién para explicarnos sobre nuestra doctrina del
inconsciente en este momento. Podemos subrayar el “en este momen-
to”, lo cual justifica la disciplina del comentario y la perspectiva del
concepto, que estén muy bien planteadas en los textos que prepararon
los colegas. Porque est también esta condicién: al mismo tiempo que
an(Cuadernos del INES - 4
se establecen con mucha firmeza los rasgos estructurales, la l6giea, ol
fundamento cada vez mas consistente de un concepto, esta el “en es
tos momentos”. Es decir, no siempre pensé el inconsciente asi, y hay
que considerar que no esté acabada la definicién, del inconsciente en
estos términos.
Afiade: Este miramiento no es politico, sino técnivo, y correspon-
de a la. condicién siguiente, establecida por nuestra doctrina: los psi-
coanalistas forman parte del concepto de inconsciente, puesto que cons-
tituyen aquello a lo que éste se dirige. Hay una ubicacién
epistemologica respecto de cual es el lugar del inconsciente. Cuando
dice en la misma pagina 813, Y esto es el signo mismo de que en su
rigor nuestros enunciados estén hechos primeramente para la jun-
cién que sélo Venan en. su lugar, su lugar es la praxis, e8 decir, que le
toorfa de Lacan es una teoria de la préctica analitica. No 9s una teoria
general del sujeto, aunque hay mucho que aprender en ese camino
también, pero no deja de ser fundamentalmente una teoria de Ia préc-
tica analitica.
Como vemos, se trata de la posicién de los analistas respecto de
‘un concepto que los inctuye. Aquf hay otra cuestién fundamental: si
el concepto de inconsciente incluye a los analistas, los incluye como
presencia en ol lugar mismo de la préctica donde se suscitan los efee-
tos del inconsciente y donde el analista es alguien que tiene que estar
a la altura de un dober respecto del consentimiento, de la afirmacién,
no del rechazo, del inconseiente. Y esta dimensién que ubica a la in-
clusién de los analistas on el concepto de inconsciente, est intima-
mente ligada al estatuto mismo del ineonsciente, que en estas paginas
~y muy claramente en aquellas que son las referencias de este Hscri-
to~ esté perfectamente ubicado y vamos a verlo en los antecedentes
del argumento que estén en el Seminario XI, que el estatuto del i
consciente os un estatuto ético. idiiadboamdieneay
. Habla del inconsciente pulsétil, en funcién de ese in-
‘consciente que no es el de la continuidad. El inconsciente de la conti-
ruidad se refiere a que habia un discurso manifiesto que se escuchaba
ae
_ Posicién de Inconsciente
y habia un discurso latente que se interpretaba, entonces, a partir del
discurso manifiesto se podfa interpretar en forma equivalente, para-
lela, el discurso latente que era el inconsciente; el paciente podia ha-
blar y uno podia decirle ‘muy bien, lo que usted quiere decir...’ y hacia
una tradueci6n del inconsciente en lo que el paciente decfa en su len-
guaje espontaneo
algo que depende de que alguien sancione que electivamente eso es un
efecto del inconsciente, que ahi est el sujeto del inconsciente y que es
un relémpago, que es una cosa que se capta al vuelo y que necesita
justamente de la presencia del analista, de alguien que tome esa res-
ponsabilidad ética, para ubicar la dimensién del ineonsciente precisa-
mente en ese punto.
Pero sobretodo la experiencia de ese cierre muestra que no seria
un acto gratuito para los psicoanalistas volver a abrir el debate sobre
a Y admitir al sujeto como efecto del significante,
y subordinado a ese efecto, es evidentemente una posicién étiea que es
la que configura la exigencia de admiti
wrte del concepto de inconscients
sto lo vamos a
trabajar més adelante-. Creo que este es el sentido profundo de la
frase el psicoanalista forma parte del coneepto de inconseiente, pero
vamos a tratar de ver a esta altura de qué inconsciente se trata, de
qué sujeto se trata. Porque el inconsciente tom: lice en
la pagina 818:
esta cues-
tion; es el sujeto de la ciencia, es el sujeto cartesiano, es el presupues-
to del inconscionte. Lo hemos demostrado en su debido sitio, se vefie-
re al Seminario XI.CCuadernoe del INES - 4
El Otro es la. dimensi6n exigida por el hecho de que la palabra se
afirma en verdad. jue es el presupuesto del incons-
ciente porque es el sujeto cartesiano, el sujeto de la Tey, el sujeto que se
siaie pensar en términos cientificos ~digémoslo asi-, y también esta
que es el que gparta la problemitica de la palabra y la proble-
indica de a verdad. oat, 0 voi
aclarando a medida que avancemos en el trabajo, pero ya tenemos en~
tonces este programa que pudimos armar en funcién de las mismas
orientaciones que nos da Lacan en este texto,
Es muy dificil cunndo uno busca el argumento de este Escrito no
referirse al Seminario XI, porque es donde él hace el argumento de lo
‘que después pone muy sintético en el Escrito. Partamos de la pagina 55
de dicho Seminario: Me atrevo « enuneiar como una verdad que el cam-
‘bo freudiano sélo era posible cierto tiempo después de la emergencia
del sujeto cartesiano; sin Descartes no hay psicoandlisis, es la eondi-
cin necesaria para que pueda ser pensado el psicoandlisis, en la pers-
peetiva de las coordenadas logicas y de ley que implican ta posicin del
inconsciente y del sujeto que le coneierne, por el hecho de que la ciencia
moderna empieza después del paso inaugural dado por Descartes.
Quiero recalcar ahora, -dice Lacan en la pagina 41- por sorpren-
dente que les parezea la formula, que su estatus de ser, tan evasivo,
tan inconsistente, se lo da al inconsciente la manera de proceder de su
descubridor, El estatus del inconsciente, tan frégil en el plano éntico,
como se los he indicado, es ético. Freud, con su sed de verdad dice:
Sea como fuere hay que ir a ver, porque en alguna parte el inconscien-
te se muestra. ¥ esto lo dice en su experiencia de algo que hasta enton-
es, para el médico, era la realidad més negada, mas encubierta, més
retenida, mas rechazada: la de la histérica, en tanto que, de alguna
manera, originariamente, esté mareada por el signo del engario. Ast
que allf, donde el médico, el fil6sofo, el cientifico, se encoge de hor
bros, esta Freud, esta el estatuto ético del inconsciente, ‘abla
See io hay un inconsciente en. pore no nos interesa
'a sostener el psicoanslisis ese inconsciente, nos dice Lacan en este
plano, se trata de una posicién ética de consentir a él.
En la pagina 29 del mismo Seminario ubica claramente el punto
radical de su posicién. Hoy me voy a referir a la funcién de la causa.
Prosigue més adelante: ... en la funcién de la causa siempre queda
20.
3 Posiclén del Inconsciente
esencialmente cierta hiancia. |
(Gece ee Cucion de nea on ta
minos fisicos, como la inercia 0 el movimiento continuo. La causa —
esto es muy fuerte, vamos a retenerlo-, se distingue de lo que hay de
determinante en una cadena; dicho de otra manera, de Ia ley, es decir,
Es algo del
orden de lo que cojea, dice Lacan en este Seminario, y por eso es impor-
tante ubicar que nuestro real, el real del psicoandllisis no es €l real de la
ciencia, Bs verdad que tanto la ciencia como el psicoandlisis ubiean la
dimensién de lo real en un vinculo con lo imposible, pero el asunto es
cémo se demuestra. Esto lo dice Lacay
la introduccién a la’
contingencia precisamente, porque hay encuentros en la dimensién de
Ja sexualidad, que podemos decir que no hay relacién sexnal, no hay
una relacién eausa-efecto on lo sexual como en la dimensién de la cien-
cia, no hay para el macho 1a hemabra ni para la hembra el macho en un
anudamiento de ley, como si lo hay para el reino animal. La dimensién
de contingencia en los eneuentros de los sujetos, el parlétre, muestra
precisamente que no hay una dimensién natural que se pueda inscribir
en el inconsciente para asegurar csa dimensisn.
El estatuto del inconsciente para Lacan aqui, claramen-
tees ético. Es decir, requiere de un consentimiento subjetivo, no 03 un
inconsciente natural, no es un inconsciente que se puede obtener por-
(que uno cree en la ley significante como una ley cientifica que permite
icar por la via de la légica de lo necesario su reiteracién|
-a-‘Cuodernia del INES - 4
parte del concepto de inconsciente, porque requiere un asentimiento
subjetivo, ¥ eso tiene consecuencias fundamentales en este momento
de viraje de Lacan, en la politica y en el porvenir del psicoanélisis.
‘Todo lo que tiene que ver con una relacién articulada con ta di-
mensién de la ley, es algo que se puede captar en términos de una
determinacién mas familiar, es lo que ée vive, se constata, se repite; y
Jo ético, que implica el tomar ci st
‘admitiondo que la misma defensa es una defensa frente a lo que noe
Gamiliar para el sujeto) En ese punto lo propio de fo etico det araists
cs ir conduciendo al sujato de lo més familiar a lo mas oxtrano, a ls
dimensién de lo que es sin ley, al lugar de Ja no relacién, lo cual seria
‘una revision actualias imlich 3
‘mas familiar aparece en una Tepercusién de lo mas extraino.
‘Asi las cosas, Ia defensa seria una defence frente # toque os sin
ley, alo que expulsa toda relacién posible, y esto nos hace pensar en la
problematica de lo real, en la problematica del goce, y altera comple-
tamente el limite de la interpretacién. (iestaperspeetiNa Tones
i6n de la interpretacion ya no podria estar limitada ai juego
significante, pensando la dimension dl sigaificante-como aquelio que
da cuenta de la ley con la cual est estructurado el inconsciente como
je. Aqui 108 decir que si se toma en sus maxima conse
‘cuencias el inconsciente on st es! mens
causa, os evidente que la interpretacién tiene que estar orientada =
conmover la defensa, que es precisamente aquello que esta permanen-
tomente organizado impidiendo este desplazamiento, este esfuerzo que
consiste en ir: alp ello
que rebasa al sujeto en tanto sujeto del inconseiente.
Hin el Seminario XT, pagiics 32-88 Paean tee Pee es Lo que im-
presiona de entrada, en el suefio, en el acto faltido, en la agudeza? El
‘aspecto de tropiezo bajo el cual se presentan. Tropiezo, falla, fisura. En
tuna frase pronunciada, eserita, algo viene a tropezar. Estos fendmenos
operan como un. imén sobre Freud, y allt va a buscar el inconsciente.
‘Alli, una cosa distinta exige su realizacién, una cosa que aparece como
intencional, ciertamente, pero con una extraiia temporalidad. Lo que se
produce en esta: hiancia, en el sentido pleno del término producirse, se
presenta. como el hallazgo. Ast es como la exploracién freudiana en-
‘cuenéra primero lo que sucede en el inconsciente.
ae
_— Posicisn dol Inconsciente
Bs decir, de una vez. por todas, @Iineoneelents expen aeeHeis
miento subjetivo, si no hay un consentimiento, un sf eso es, no povle-
‘mos hablar en términos estrictos de inconseiente, porque el ineons-
ciente implica esta dimensién étiea, este doble estatuto del sujeto.
Se verifica en la clinica. El inconsciente se va prefigurando en
relatos que hacen que uno pueda ir, en la misma experiencia del pa-
ciente, ayndando a que se vaya recortando lo extrafo en la propia
familia del paciente. Gs deel en tin nalisis =€ plleden Seyi las trans
formaciones que van de la familiaridad con su familia, a lo que respec-
(ode ellael sujeto se encuentra extraniado. este es un punto que da
cuenta del estatuto ético del inconsciente, en esta dimensién donde el
sujeto tiene que admitir lo extrafio, no aquello con lo cual esta habi-
tuado, no en términos de reconocer como Tey.
Ta acentuacion del determinismo del sujeto por Lacan se ve mas
claramente en el Seminario XI que en el Posicién del Inconsciente, En
el Escrito hay que interpretarlo, hay que saber leerlo para poder cap-
tar esta doble estructura. Y¥ esta en la linea de exigencia de cientificidad
que Freud siempre ambicioné y que Lacan retoma en el poder ubicar
al sujeto del inconsciente en términos de ley significante, y al mismo
tiempo toda la euestion que trae aca donde se advierte que a ese suje-
to, sujeto de la ley, sujeto determinado, sujeto de Tas leyes del
significante, le pedimos cosas, le pedimos tesponsabilidades, le pedi-
mos iniciativas, le pedimos decisiones, desde las més mfnimas hasta
las més complejas, muchas veces en el interior del andlisis. Entonces,
es evidente que en el mismo dispositivo freudiano, en ese doble juego
de asociaciones que se le pide al paciente y en la posicién de absten-
cién del analista, se realizan las condiciones de posibilidad para la
emergencia del sujeto del inconsciente en su estatuto éticr
La regla de abstencién asi considerada, principio ético nitmero uno
de Freud, ami entender es el fundamento del @esee tel analista ert babar)
al revés, quo implica ah Tlamiado no s6l0\all sujeto de la ley significante
sino a otro sujeto que tiene que hacerse responsable de las consecuen-
cias del sujeto del significante, podemos decir, se pide que el sujeto se
‘baga responsable del modo en que goza su inconsciente
Es una formulacién extrafda de la Gltima ensefanza de Lacan, si
el sintoma es el modo de gozar del inconsciente y la identificacién al
sintoma es una referencia para pensar un fin de andlisis, que el sujeto
se haga responsable del modo de gozar de su inconsciente esté muy
“8CCanderni del INES ~ 4 —
ligado a la logiea de lo que estamos trabajando acé, en relacion a esta
dimensién on la que no se trata del sujeto de la ley, del sujet determi-
nado, sino que hay que responder también, en la experiencia analiti-
a, por un lamado a la voluntad, a la voluntad libre, es decir, a la
voluntad que puede comprometerse con un deber.
‘Toda la fuerza y 1a insistencia que Lacan pone en este Seminario,
en el imperativo freudiano wo es war, soll Ich werden traducido un
poco retéricamente como ‘en donde eso era, alli como sujeto debo ad
Yenir’, no es el yo -se burla Lacan de eso- el que debe advenir a ese
ugar sino el sujeto; es procisamente la dimensién de lo étieo
En la pigina 53 del Seminario se lee: AU donde eso estaba, el Ich
=e] sujeto, no la psicologia- ef sujeto ha de advenir. Y para saber lo que
estd allt no hay més que un método, detectar la red, pero @SOm@1S®
GeeRRETRS, Pues, porque uno regresa, vuelve, se cruza con su
‘camino, que los cruces se repiten y siempre son. los mismos, y no hay
‘en ese captiulo siete de La interpretacién de los suefios otra. confirma-
tcién de Gewissheit sino ésa: Hablen de azar, sefiores, si les da la gana:
‘yo, en mi experiencia , no encuentro en, eso nada arbitrario, pues los
‘cruces se repiten de tal manera que las cosas escapan al azar.
Tey, sujeto determinado, sujeto del inconsciente, sujeto de Ja ley,
sujeto cientifico, sujeto imposible de concebir sino en términos
‘cartesianos. Pero, écémo empieza la frase? dice, allf donde eso estaba
20, el sujeto no la psicologta, eso debe advenir. Qué quiere decir?
Después del ‘como 1e saber dénde esta el sujeto de}
inconsciente, él parte de que para saber eso hay que i
tion, que es “alli donde eso estaba el sujeto debe advenir”. Se ve bicn
que es Io ético, que es el sujeto ético lo que orienta af mecanismo de la
SS eraacaenm do i
to dol inconsciente captado como ley, 5
{orientailo 6fie0, 65 ali xeves. Is lo ctico lo quo orienta al mecanisiio, eS
tun registro de lo ético que excode al del mecanismo, es el dea sespon~
Eabilidadide unaposioionisubjetive. 1s decir, no se trata del sujeto de
Thecho, que uno puede explicar por la ley del significante, sino que se
trata del sujeto de derecho, del sujeto ético, que tiene que responder
por los efectos del signilicante en su propia dimensién subjetiva.
‘Vemos entonces en estos puntos lo que Lacan exphica durante todo
GWMEBo Es que alli, en los mismos capitulos donde ef esta Fettersndo”
Ta afirmacion del estatuto estructuralista del sujeto, alli donde el su-
2.
. Poricién del Inconscionte
jjoto es un sujeto congruente con el sujeto de la ciencia posible, en la
‘medida en que es post-cartesiano, ahi mismo ubica a la responsabili-
dad de la posicién subjetiva, ubica al sujeto ético, al sujeto del wo es
war, soll Ich werden. GUMSGnalsajets ellalenunciacion que yesyel)
‘ujeto de la eleccién, que siempre implica una posicién subjetiva
El concepto de causa lo diferencia del eoncepto de ley, en la pagina
29; La causa se distingue de lo que hay de determinante cn una cadena.
9, dicho de otra manera, de ia ley. beoneeptolde causa, diterenciable:
del concepto de ley, surge del eoncepto de ley como mecanismo con el
que el significante implica lo real por viarde la cieneia. FE] coucepto co
causa es un concepto que encuentra ev Hipi1 cn Ia interseceién wacia
entre el sujeto determinado -@0Bij@t0)dellaley=yelsuy ico, entre
ito de heeho, cf styeto de laley, ef stretodedaiprencia- y el sujetor
enunciacién, el sujeto de Ja eleccin; en la hiancia que hay entre estos:
dos seul el conc le la causa, entre el suje la
la enunciacién, que es el sujeto responsable de sus enunciados. Ahi
hay que encontrar la causa
Esto implica que el sujeto de derecho es el que tiene que respon-
der, decidir, precisamente porque es el que se enfrenta con la no rela-
og es ere tiene que inventar una posicién de aceptacién, de
rechazo, de salida, de inveneién de eleceién... precisamente por
esta determinado. anti anseoet
Esto tiene consecuencias fundamentales en la clinica. Es decir,
que si se tratara del sujeto determinado, del sujeto del significante, no
habria eleccién, no habria decisién, porque mi mamé esto, porque mi
papé esto, porque el significante... y como resultado de ese efecto, no
hay ninguna decisién; hay decisién cuando se determina esta otra di-
mension del sujeto, porque wna vez estd instalada la causa emerge el
‘sujeto que tiene que elegir, que tiene que ler esta li-
mensién de la estructura. anes eens Sed
Causa 01 psicoandlicis no implica relacién causa efecto, implic::
que no hay relacién sexual ni hay relacién entre el significante y lo real
que se pueda establecer al modo de la ciencia en términos de necesidad.
m En ese punto, se ve bien que es el momento de emergencia dol
“ifjeto de la ciencia, donde la certeza de Descartes se afirma en el re-
chazo de toda creencia para poder purificar el cogifo cartesiano. Pero
-25-‘Cuadernos del INES - 4
41 mismo después, para poder eonstruir un sistema come mace te
ie tiene necesidad de reencont fe en el
ee ‘de Ja verdad, en el dios cartesiano garante de la ver
GABP y act hace juego Lacan con que seria alguien que Ho enya,
‘etc no es el dios del sujeto ético, no es el dios de quien tiene que
decidir si obedece 0 no obedece, no es el dios de Abraham, no es el dios
Ge Moisés, no es el dios al cual hay que serle fiel, este dior garante de
Ja verdad es el dios de los filésofos, de los cientificos, e] que en si mis-
‘mo es inconsciente, porque es el dios estructurado como un lenguaje,
como dios de la ley significante que impide el engafo. No hay ninguna
lucha con este dios, no hay que obedecerle, no cae serle ee = .
ede Lraicionar @DSsear bes liste que ereer en) ,
lio: este no es: ic err
encuano sat ode sa eK Se Tecra
Gtica, del modo como puede responder el sujeto que Freud y Lacan
impliean en el wo es war, soll Ich werden. S@lesiieboldelatetencia esta
justamente eso mit 25,
TT jue se desyanece cuando Ta" .
been por el psicoandlisis desde esta otra perspectiv
‘Si se habla de sujeto cartesiano es en terminos de Ser y no en
términos de deber. Es el sujeto sobre el cual se funda el psicoandiisis,
porque sino no se podria concebir el sujeto come ley significante del
inconsciente, y él sujeto cartesiano no es en ‘ningdin caso el sujeto del
deber. Esto nos lleva a considerar que cuando uno plantea el estatuto
ético del inconsciente, nos orienta en eb sentido de ue adentiiieat el
ijeto del jcoane suje ae Sa
pls ore extraordina-
[ae ‘de un modo definitive en Posicidn del Incon~
sciente es esta ruptura, esbozada por F Sia Seto a alest acta aay
at ‘cuestion miticamente-constituida, os
‘equivnlento al sujeto del psic
dimensién de sujeto ético sin
plantea Lacan en este Seminario.
‘Queria exponer ante ustedes Ta perspectiva que a mi entender es
una referencia muy importante en este momento para Lacan, para
-28-
Posicién del Inconscionte
ubicar la cuestion del estatuto de la sexualidad en relacién al ser vi-
viente.
En general hay una idea, que tiene su sustento biologico, de que
Jos organismos unicelulares que se reproducen por divisién simple,
tienen la eondicién de la continuidad individual, donde no hay un apa-
rato sexual femenino y masculino sino que se trata simplemente de la
division de la célula, es la época en que toda esta cuestidn del sexo y la
muerte, la inmortalidad, la continuidad, estaban en auge principal-
mente por el texto de Bataille El erotismo, y hay mucho de este sus-
tento on las reflexiones de lo que se trabaja aqui en relacién a la sexua-
Hidad, el significante y 1a muerte.
Los organismos unicelulares que se reproducen por divisién sim-
ple, por ejemplo la ameba, tienen su nticleo; la division simple consis-
te en varios pasos, en los cuales se va estrechando el micleo, se estre-
cha el citoplasma, y en un momento dado donde habia una hay dos
@élulas, donde habia un individuo hay dos. Esta es una reproduceién
‘que no permite ubicar una dimensién de muerte, hay una continuidad
del individuo, ahi no hay discontinuidad individual. Pero cuando se
instala Ja reproduccién sexual, cuando hay en la especie un macho y
una hembra, hay un aparato especialmente dedicado a la reproduc-
in y aparece la discontinuidad individual. Aparece el resto mortal,
yano es que siempre se reproducen, mueren i no hay condiciones on
clambience. De ahi qué sexo y muerte sea una articulacién que estaba
‘(nla cabeza de la cultura, de los pensadores, de los bidlogos, de Frew:
del lenguaje en los eeres hablantes que se reprodnefan sexnalmente,
Geom animales no parlantes, era indiferente la muerte de
ieonigenere! Pero, la historia de la humanidad demuestra que para
el resto mortal, para el humano, no es nada indiferente; tanto es asi
1¢ los monumentos funerarios son evocaciones del ser sexuado ha-
Blante que fue, que est ahi represontado por ese monumento de valor
aartistico y significante, dando cuenta de una discontinuidad indivi.
dual Se instala el-sexo, se instala la muerte, se instala el resto
mor-COuadernoe del INES -4
Rota euestién seré retomada por Lacan en lo referente 3
Cr
"Ahora bien, cémo ubicar en este momento dela ensehanza de Lacan
la cuesti6n de la sexualidad. Lacan, ustedes lo van a ver, la trata en
términos del replanteo del estatuto de la pulsién en este Seminario y
en este Escrito especialmente.
acer goorito estan muy claros los diferentes momentos de la
constitucign del sujeto. ¥ es un verdadero esfuerzo el que hace Lace
saquf para ubjear en un nuevo estatuto la cuostién del goce, es deci Ge
auuello que no se correspond con lo que podia ser capturado y eaptado
por el significante; habia tenido en el Seminario de La Btica unos ato
retes con Das Ding -La Cosa- un despliegue muy importante, abt el
oce estaba dofinido como algo que de un modo esténdar estaba necesa-
amente fuera del alcance de la experiencia subjetiva. Es decir, que
Tormalmente esta dimensién del goce no estaba incluida en la expe
Hiencia subjetiva, solamente en situaciones excepcionales ct a
‘experiencia sAdica, perversa, transgresiy
nALhahor unr reptanteo del estatuto de la pulsién, aparece un re-
planteo también de la postbilidad que tiene el sujelo en relacién a)
‘oa el sentido de que aqui en Posicién del Inconsciente ya la di
no es una expe-
una experiencia
riencia masiva, no es una experiencia P na expe
roica, no es una experiencia Nevada a los extremos trangresivos de
rorversi sadomasoqui esta relacion
‘Ahora, la cuestion amphament i
ocupa, quo es la de la eausaciGn del sujet, esté sobre Ia baso de dos
Spetaciones: fo aliggacign primer moviraiento, y la separacién, 9
indo movimiento.
_ Posicidn del Tneonseiente
ca, transgresiva, de excopeidn. Esto es una variante fundamental en
relacién al estatuto que tiene el goce en este Seminario y en este Es-
crito, En ese punto, la reflexién que hace J.-A. Miller en los Paradigmas
del goce se refiere a esta cuestién, y toma el punto de cambio de pers-
pectiva de Lacan en el Seminario X7, y muy espeetficamente el Eseri
to Posicién del Inconsciente en relacién al estatuto del goce. Me pare-
ce importante guiarse por esto porque permite ubicar el momento en
Ja ensefianza de Lacan y sus consecuencias elfnicas y porque es algo
que ayuda a establecer la idea de que no hay nada -del principio hasta
Ja tiltima ensehanza de Lacan- que ee pueda dejar de lado para enten-
der la clinica.
Un andlisis es de alguna manera ~desde el comienzo hasta lo que
puede concebirse como su fin~ la puesta en acto de la teorfa, de la ense-
jianza de Lacan en bloque, tomando de su ensefanza el hecho de que él
nunca se olvida de Freud. Este punto esta perfectamente articulado en
este Escrito, donde él do ubi tinencia de la pulsién en
yelacién al significant
‘Aqui J.A-Miller por necesidad de ubicar con claridad el paradig-
rma, insiste en que en la ceparacién Lacan pone la cuestién del cuerpo
y del goce de un modo subrepticio. Mi impresién no es asf, porque el
punto de partida del primer movimiento de la separacién es el ser
viviente sexuado marcado por la muerte, y si esta vinculado a la di-
mensién de la palabra ya no es un puro ser viviente. Es el punto de
partida de la alienacién, el hecho de ese primer tiempo en que efecti
vamente el sujeto es absorbido, capturado, identificado por un
significante del Otro, y que hace al mismo tiempo evidente que en el
sujeto eo rrovoque, se produce, y ce mantiene, un vacio cons-
io hE, Counce viene ol
signifieante, lo que se anula de una vez. para siempre es el puro ser
jente, Es como si hubiera una metéfora: el significante sobrepo-
sndose al puro ser viviente. Se terminé el puro ser viviente, pero
queda un resto y es ese resto -el puro ser viviente que queda elimina-CCundeenas del INES - 4
do, hundido, metaforizado, sustituido por el significante- e! ave des-
puée es rotomado en el segundo movimiento de Ia separacien, Es de-
wer no es tan subrepticio, no es solamente la cuestiOn de las dos caret
cias, 1a del _sujeto y la del Otro,’ on de!
Me parece que Ta nenein de ex ‘movimiento, serfa el
fading constituyente do la identifcacién primordial donde &) sujeto es
re signifcante en el cual queda completamente alionado al significant;
J que es solamente oso, punto de identificacién. Me resulta mit “itil
Yensar dentro mismo de la alienscién dos momentos, un primera donde
Pigmifieante ataca y metaforiza al ser viviente puro como diciendo '>
que es ose sujeto, y ese es el fading conatituyente de su jdentifieacién
Srimordial -pagina 815~y un segundo donde bay un llamalo obligado
Ty eleceidn forzada al significante dos, al saber. Aqui sf diria que os hn
puro movimiento signficante, hay un llamado obligado de eosin for-
rae alS, al signifieante del Otro, que hace par con el S,y que instala
Jano la identificacién sino Ta.representacién del sujeto, donde vb stl
ve a representado por un significante para otro significante, Aqui se
toto solo de identificacién, también de represion y representaciOn,
porque aqui cuando aparece el significant, quiere decir aus el
rgnificante que representa al sujeto queda debajo de este olro
significante que el sujeto viene a llamar.
"Ahora, el segundo movimiento, el de la separacion, implica efee-
tivamente la confrontacién de los dos vacios, de las dos earenciaa “Ia
tneia dol sujeto y la carencia del Otro-, la castracién del sujeto por
ie dimensién significante porque este sujoto es completamonte vaci-
sathrer an sujeto que no encuentra paz, estun sujeto que si bien esti
sent’ Gado como sujeto de la ley, es un sujeto con una dependencia
Toca do este significante dos, porque este significante cambia y cams
bis ol centido del sujeto. Entoncee, el sujeto del inconsciente 5 vn
sujeto que no encuentra lugar, no encuentra manera de sosenst%
por eso va ala separacién, Rs una cuestién de vida o muerte, Es decir,
Rrene que recuperar algo que dé fin a esa indeterminacién, a 6s de
pendencia completa de este signficante que lo leva permanentemen:
-20-
Posiién del Inconsciente
te acambiar su estatuto porque depende completamente de ese S, para
al valor que tiene como sujeto. Be ce
ta
Ssatoncenurtron pueden lero de dae mancras
sigificante como efectuando un sentido que es el sujeto, signi
cidn de Ia cadena significante, prehisiadems
objeto hace’
cién loca que implica la dimensién significante, Este sujeto, que es un
Bes Sepa auagon enti de Seaman a eal
fantasma, con el objeto a que es el objeto de la pulsién, pero no adore-
mos al fantasma tanto, es una seguridad fantasmatica la que obtiene,
pero bienvenida sea porque sabemos muy bien que no hay linica posi
bile sin fantasma que se articule en la estructura.
‘Ahora bien, aparece en todo su interés
interseccién de los dos vacios se = a ; S euideie
ef objeto a como objeto de la
pulsién, que es con lo que la estructura responde a la ‘dontificacion y
a la representacién, y responde con Jo que tiene que es el vacio, y si
até ol ‘objeto a es porque en la identificacién, en el primer tiempo de
ee nese iamada en sus dos tiempos, no en. la representacién sino
eet icacién propiamente dicha, hay algo del ser viviente que
En la pagina 817 describe al ineonscient
e te como un horde que se
abre y se cierra, y la dimensién de lo pulsatil, del latido, de una alter-
nancia de pulso, de succién, dice Lacan, que es puesta de relieve para
mostrar que el inconsciente es homogéneo a una zona erdgena, que
1(Cuadernos del INES -4
hay una estructura comin entre el inconsciente pulsatil y el funcio-
namiento de la pulsién, {SReORe8s Halpin CObIe moawlaeiOng POE
Jado en esta perspective l goo so model en resin oo was ote
cadena misma produce el objeto de su |
Se ve bien por qué conviene tener en cuenta este doble movimien-
to. De ahi que pueda pensarse, en un momento de la ensehanza de
Lacan, al inconsciente como real. @ vacio creado por la anulaciéy
significante sobre el puro ser vi fiente, que es mitico, es un vacio aco-
tado, es un hueco que va a ser delimitado por el recorride significante
sera siemy una i
que es parcial respecto de su 7
‘Es decir, si uno considera que hay un vacio que "esta creado por la
anulacién que hace el significante sobre el puro ser viviente, este va-
cio es un vacio acotade, es un hueco acotado por el significante sobre
ese ser viviente, es una falta que se instala y que va a ser delimitada
forel recorride significante y que va a ser colmado por exe resto @br
esto que se puede recuperar del puro ser viviente, del puro instino de,
rida que era ese ser viviente que dejé de serlo de una vez y para Siem
pre porque intervino ahf el significante del Otro.
Es una manela de Cescribir cetae Opernetones cue permite ubicar
bien que el vacfo del significante es un vacio que tiene forma. Bs decir,
no es la cosa abismal del Das Ding donde cae todo el goce de una ma-
pera norinal y dnicamente se puede recuperar por una via transgresiva
yde una manera masiva; es una vacio ‘acotado por el significante. ¥ en
de esa dimension libidinal que estabe
Se Por eso es ta inte
resante, porque para Lacan cuando describe el mito de la Jaminilla
como puro instinto de vida, es un érgano que se pierde en el viviente
‘sexuado y por eso dice que es parecido a la placenta, a las membranas
amniéticas, a las secundinas, Luego plantea que ol seno también, que
nno es una parte de la madre, que es una parte perdida tanto para uno,
‘como para otro, etc. (HN iiteressin GSEs Rme 16 ae etSseDaIayicon
‘que se separa el sujeto del Otro es con esta recupe
cial de la libido, que camo érgano total
Esto es muy importante porque si no se hubiera dado esta opera-
cin de separacién con esta recuperaci6n de Ia libido que por otra par-
te estd perdida para siempre, gracias al punto de alienacién, si no se
2
—______Posicion det tnconesionte
diera esto, el sujeto serfa un sujeto que estaria permanentemente do-
pendiendo de la significacién del Otro, estaria permanentemente
alienado en la representacién. De esta manera el sujeto se separa y es
muy importante en la elfnica “
Eseuché ad.-A. Miller en Brasil e
: asil en una propuesta de elaboracién
hhabfa drogas de la alienacin y de la soparacién, donde se verifica que
estas dimensiones tienen consecuencias eliicas que permiten resp
tar incluso Ja dimensién pulsonal,fntasmatien del sujet, y enton-
ler c6mo tn sujeto a veces necesita pasar por Ia via fantasmatica y
hasta por la via autoer6tiea para poder efectuar esta separacién y
poder acompafar al sujeto en este proceso que es constitutivo, y que
Tama Lacan cireular pero 10 reelproce =
a fe - re =
y que
Cetisusrpo viviefe narnia pportiin ln plssonies or i
0 : palsién es exo, Es la dimension
CARERS etc, tiene un dole
ceardcler, por un lado tiene una @SGRREISREHE), es une cosa que
‘uno (60STESEORED, vero en esa estructura elemental @HiGsSeOntaES
tiene que ver con una dependencia del significante. Por o20 s2 puede
hablar de @OSiSEERGlaIOgica del objet0. CERBIESISUSERGIM) tiene que
ver con efectos de satisfaccion en el cuerpo, yi DISmeLSgmaGamtale>
SEALS SL RRARLSNTSERGAARAD yur tra igen
ay una sustancia gozante, y el objeto a pertenece a la su
y hay ung sustandia pozane gol obsto caperences gla sustain
r de ele
‘es un elemento de goce
Bien, las preguntas, las articulaci iscusi
; intas, ciones, la discusién y esta se-
gunda parte que tenia preparada, las vamos a inchuir de ae
medida que aparezean las eontribuciones de los colegas que son muy
interesantes y que van a ayudar a gam
lar a que tengamo:
rica de Posicign del Inconsciente. eee ae
ese punto se diferencia del significanta en que
-23-a1
La DISCIPLINA DEL COMENTARIOEE
Comentario de Susana Dicker
Parrafo seleccionado:
“Separare, se parare: para guarecerse del significante bajo el cual
sucumbe, el sujeto ataca la cadena, que hemos reducido alo més justo
de un binarismo, en su punto de intervalo, Bl intervalo que se repite,
a més radical estructura de la cadena significante, es el lugar fre-
‘cuentado por la metonimia, vehfculo, por lo menos eso enseniamos,
del deseo,
En todo caso, bajo la incidencia en que el sujeto experimenta en ese
intervalo Otra cosa para motivarlo que los efectos de sentido con que
Jo solicita un discurso, es como encuentra efectivamente cl deseo del
Otro, aun antes de que pueda siquiera nombrarlo deseo, mucho me-
nos aun imaginar su objeto,
‘Lo que ya a colocar alli es su propia carencia bajo la forma de la
cearencia que produciria en el Otro por su propia desaparicién, Des.
aparicién que, si puede decirse, tiene a mano, de la parte de sf mismo
que le regresa de su enajenacién primera.
Pero lo que colma asf no es la falla.que eneuentra en el Otro, es en
primer lugar Ia de la pérdida constituyente de unade sus partes, y por
Ja cual se encuentra en dos partes constituido. Aqui yace la torsién
por la cual la separacién representa el regreso de Ia enajenacién. Es
que opera con su propia pérdida, que vuelve a llevarle a su punto de
partida.
‘Sin duda el “pudiera perderme” es su recurso contra la opacidad de lo
que encuentra en el lugar del Otro como deseo, pero.es para remitir al
sujeto a la opacidad del ser que le ha vuelto do su advenimiento de
sujeto, tal como primeramente se ha produeido por la intimacién del
otro”. (Pags. 822-823),
1964 es el afio en que Lacan publica Posicién del Inconsciente y el
Seminario XI. A esta altura de su ensefanza, estos dos textos sirven
para mostrar un ineonsciente que ya no estd descrito desde la regula-
ridad de una cadena, sino que el acento esta puesto en la discontinui-
osCuadernos del INES - 4 ee
dad, caracterfstica de la ordenacién significante. El inconsciente de
1964 es un horde que se abre y se cierra y que, como tal, implica una
comunidad de estructura con las zonas erégenas; més aun, “una co-
munidad de estructura entre el inconsciente simbélico y el fumeiona-
miento de la pulsién’”", La sexualidad, como pulsacién temporal, par-
ticipa de la estructura de apertura y cierre del inconsciente y se cons-
tituye, asi, en el punto de insercién de la pulsién en éste.
En el inicio mismo de Posicién del Inconseiente, Lacan dice: El
inconsciente es un concepto forjado sobre el rastro de lo que opera para
constituir al sujeto (Pag. 809). Nos esta planteando su posicién, pero
también la posicién misma del inconsciente, pues nos pone directamen-
te fronte a lo que sera central en el desarrollo del texto, tal es puntuar,
desde el comienzo, que para el psicoandlisis no hay posibitidad de pen-
sar un auto engendramiento para el sujeto. El no es causa sui, No es
posible pensar su constitucién, excluyendo el campo del Otro,
La libido es otro concepto clave en la direecién que Lacan da a
este desarrollo, tanto en este texto como en el Seminario XI. Libido,
pulsién de muerte, sexualidad, le permitirén introducir el ineludible
tema del cuerpo en esta probleméitiea. Explicitamente nos dice: “Vamos.
a ver de qué modo el organisino se prende en la dialéctica del sujeto”
La sexualidad introduce la muerte y la més radical diversidad en-
tre los individuos cuando introduce la pérdida en el ser vivo, introdu-
cigndola como condicién, En el ser hablante, esta condicién de pérdida.
se actualiza y se redobla en el hecho mismo de que el sujeto es efecto del
lenguaje. Y io es por nacer de esa rajadura original en que se constituye
como “desaparecido” como sujeto; desaparecido bajo el significante en.
que se convierte (fading) en la eaptura de la identificacién.
El inconsciente como concepto forjado sobre el rastro de lo que
opera para constituir el sujeto traza un vector entre sexualidad y
significante, entre libido y pulsién de muerte, entre significante y goce.
De esto dan cuenta las dos operaciones en funcién de las cuales se
constituye el sujeto: la primera, la alienacidn, que introduce una pér-
dida de goce como efecto de la represién y de la identificacién, como
efecto de la “desaparicién” del sujeto capturado por el significante
que serd su representacién; y la segunda, la separacién, respuesta que
produce, inmediatamente, una recuperacién de goce
MILLER, J-A *Los seis paradigm del goce" on lenguaje aparato de goce,p5?- Diva
____ Posi cet inconsctenta
4J-A. Miller, cuando trabaja ol cuarto paradigma del goce, resu-
me la finatidad de estos dos mecanismos, diciendo: “Se trata de una
articulaci6n estrecha entre lo simbélico y el goce. Se trata de mostrar
que, desde esta perspectiva, el goce no viene en més, se inserta en el
funcionamiento del significante, es conexo al significante”®. En este
punto ya no se trata de un clivaje entre significante y gave, sino que
Lacan forja una alianza, una articulacién estrecha entre ambos.
Es decir que, ante una operacién inaugural en la constitucién
del sujeto, como lo es la alienacién —operacién propiamente de orden
simbélico~ necesariamente habra una respuesta de goce. La separa-
cién seré la operacién con la que Lacan “retraduce” la funcién de Ia
pulsién, como respondiendo a la identificacién y a la represién. “Ahi
donde estaba el sujeto vacio, viene el objeto perdido, el objeto a”.
El hecho de concebir al inconsciente como pulsacién temporal,
como apertura y cierre, ya le hace decir a Lacan que se trata de una
articulacién circular, pero no recfproca, pues da por supuestos dos
dominios: el del sujeto y el Otro y, entre ambos, el inconsciente como
su corte en acto. Inconsciente que gobierna las dos operaciones de
causacién del sujeto, imprimiendo esa relacién circular pero no rec
proca y que, en el Seminario XI, aparece representada en un pequefio.
rombo que emplea como algoritmo, con la intencién, explicita, de in-
tegrar algunos productos de esa dialéctica: 0} fantasma $ 0a y la
pulsién $ 0 D. Dice de él: “Bs un borde, un borde fancionando. Basta
dotarlo de una direccién vectorial”®
El parrafo por mi elegido seré mi recurso para tratar de explicitar
la segunda operacién de causacidn del sujeto, de la que Lacan dice:
Este soborno segundo no cierra s6lo el efecto del primero, proyectan-
do la topologta del sujeto en el instante del fantasma; lo sella, rehu-
sando al sujeto del deseo que se sepa efecto de palabra, o sea lo que es
por no ser otra cosa que el deseo del Otro”.(B15)
Es interesante pensar los eaminos que lige Lacan para entrar
al desarrollo de esta operacién. Por un lado, utilizando las formas
Iogicas. Por esta via, articula la alienacién a la forma légiea de la
reunién, que deja al sujeto apresado en una “falsa eleccién” y, por lo
2 MILLER, J-A “Opus Cit", p.155
3. LACAN, J BY Seminario XI, p. 217,(Cundornoe del INES «4 =
tanto, en la captura por el significante en el que se convierte. Y la
separacién, como respuesta a esta captura, queda del lado de la inter
seceién 0 del producto.
Pero también entra por la via de Ia falta, 1a del $y 1a del A, como
dos opacidades que se reeubren: ol sujeto confrontado a la opacidad
del deseo del Otro, responde a ella ofreciéndose como sujeto. Pero allt
mismo s¢ enfronta con su propia opacidad. En este sentido, la opera~
cin separacién “responde, en primer lugar, a la inscripeién del deseo
del Otro quo lama a la falta del sujeto para que se inscriba alli”
Y, finalmente, por el recurso a la libido como “6rgano de lo incor
poral on el ser sexuado”, que le pormite pensar la sexualidad articulada
al inconseiento, en los intereambios entre el viviente—ya imposible de
advenir entero en tanto apresado por la palabra— y el Otro.
Frente al “factor letal” de “ni lo uno ni lo otro” que instala el vel
de la alienacién, la separaci6n introduce una torsién esencial. La ope-
racion légica con que Lacan la representa, tiene dos elementos: Ja no
reciprocidad y la torsién en el retorno. Bs decir que la interseccién es la
forma légica que modifica dialécticamente esta operacién y lo hace en
tanto el produto es entro ay a”. Esto, en Posicién del Inconsciente esta
formulado de la siguiente manera: Esta funci6n aqut se modifica por
una parte tomada de la carencia a la carencia, por la cual el sujeto viene
a encontrar en el deseo del Otro, su equivalencia. a lo que él es como
‘sujeto del inconsciente. Por esta. via el sujeto se realiza en la pérdida en
la que ha surgido como inconsciente, por la carencia. que produce en el
Otro, segtin el trazado de la pulsién de muerte”(Pég. 822)
Instalada la falta en el sujeto, éste la plantea respecto del Otro,
a busea, Ia induce, la interroga: “équé es lo que quieres?”. El sujeto
bucea en el deseo del Otro y, en tanto no encuentra una respuesta
‘univoca, ese deseo es un enigma. ¥ lo que el sujeto plantea como res-
puesta es la propia falta, pero localizada en el Otro: “Puedes perder-
me?”, fantasma de separacién que traslada un “te hago falta”. Y una
nueva respuesta del sujeto, cerrarse para no dar lugar al Otro, en una
libertad fantasmédtica como intento de desembarazarse del efecto de
afénisis del vel de la alienacién, allf donde el sujeto es producido como
sujeto parlante y petrificado por la bateria significante minima S,- 8,
La disimetrfa del retorno en la separacién, en cambio, se produce por
MILLER, J-A "Le doctrina de ls cura anaitica’ on Lo realy el enti, »30- Diva
-40-
Posi det Inconscionte
Ja via del ataque a la cadena, en el intervalo entre S y S,. Bs el lugar
del sujeto, que debe irrumpir en la cadena significante para conseguir
alli la separacién. Se trata de hacerse un lugar, funcién de la “liber-
tad”. Es el punto en el que tiene cabida el juego lingtifstico de Lacan:
separare, su escansién se-parare y la derivaein al se parere. Desde el
“‘yestirse” al “ponerse en guardia”, al parirse, engendrarse... la posi-
hilidad de la paricién del sujeto como funcién de la “libertad”, res-
iringida, limitada en tanto trabaja desde Ia falta. Ataque a la cadena e
intimidacién al Otro, como intento de provocar en él esta misma fal-
ta, Ante el enigma por el deseo del Otro, la respuesta interrogativa
del sujeto: “épuedes perderme?”, en un recubrimiento de las faltas,
jugar del inconsciente ubieado ya por Lacan en el tiltimo piso del grafo
en Subversidn del sujeto, pero también no respuesta a la demanda del
Otro, a la “domesticacién” por el significante.
‘Aqui se introduce la torsidn que es la novedad de la operacién de
separacién. A partir de la dialéctica del sujeto —dialéctica de faltas y
significantes— no es posible entender lo que concierne al goce. ¥ el
recurso de Lacan es introducir el organismo en la dialéetica del sujeto,
como “elemento suplementario, un elemento de ser que es preciso apor-
tar a esta dialéctica de las faltas"®, Su propuesta es que “el sujeto ubi-
que, en el momento de la separacién, en la zona de interseecién, su libido
y los objetos de esta libido, tanto los freudianos como los lacanianos
(..) tanto las heees como el pecho, la voz como la mirada, incluso el
objeto (-). Puebla esta zona intermedia con partes del ser”.
‘Aqui podemos incorporar un aporte de J.A.Miller, que desarrolla
en Los signos del goce. Alli plantea que las dos operaciones, aliena-
ciény separacién, concuerdan con el doble valor del sujeto: significante
‘y goce y se distinguen segtin un ordenamiento temporal, donde 8; ya
ze inseriben en el mismo lugar, sucesivamente, en ambas operaciones:
alienacién separacién
5. MILLER, 4-A: Idem p. 31Gundernos del INES - 4
La primera enfatiza al sujeto del significante; la segunda al del
goce. Mientras la primera es una representacién, donde el sujeto, en
tanto tal, es otra cosa, en la separacién ol sujeto no esté representado:
s6lo es a, es identidad en tanto a, identidad del sujeto con su ser. Se
hhace valer como a, en una positivacién que proviene del uso que hace
de su propia falta como sujeto del significante, al alojarse en Ia falta
del Otro. El sujeto se afsla de! sentido que procura el Otro -funeién de
la “libertad” y apunta a su ser. Allf donde era S,, representacién
significante del sujeto a partir del rasgo unario, en la operacién de
soparacién, adviene el a, su ser de goce.
Esto, que J.-A. Miller ubiea como posibilidad de sustitueién de 8,
ya, en Posicién del Inconsciente se hace evidente en el hecho de que la
separacién no se realiza de una vez y pata siempre, por cuanto
estructuralmente estamos tomados en y por esta dialéctica de la alie-
nacién y la separacién,
Esa torsién que se produce en la operacién de separacién, alli
donde el sujeto pone en juego eso de si mismo que es el objeto a, en-
cuentra un ejemplo en el juego freudiano del fort-da. Con él podemos
mostrar la diferencia entre el Lacan de 1953 y el de 1964. No se trata
ya de un juego repetitivo, simbélico, donde lo primordial es la ausen-
‘iia de la madre. Ahora es en el carretel mismo donde se juega lo esen-
cial de la operaci6n: “El carretel no es la madre; el carretel no es sino
Jo que se desprende de si mismo”. Esto “es homélogo a la estructura
del fantasma”,
La operacién de separacién, tal como es concebida en 1964, 51
braya una diferencia entre Freud y Lacan: mientras que, para el pri-
mero, Ia condicién de la separacién es la ausencia de la madre, para
el segundo se trata de la presencia del deseo del Otro, de su inscrip-
cién, “el Otro marcado por un agujero y que va a ser la condicién
para que el nifio juegne (...), si es que quiere (...) Ante la presencia del
deseo dol Otro, si ol nifio quiere, va a jugar. Y en la medida en que
juegue, en ese punto se separa del deseo del Otro y arma su propia
respuesta ante el enigma del deseo del Otro”. Es la novedad
lacaniana: la separacién como eleccién. Con ella, el sujeto encontra-
6. NEPOMIACHI, R. “Alienselin y separacin® en Brodsky, @: Fundamentos\ Comentario
Gel Seminario XI- Cuadernos del ICBA, p. 197
7. NEPOMIACHI, Re Idem. P 188
a
= Posietin det Inconsciente
ra su propia respuesta, a diferencia de la alienacién. Mas aun, ven-
drd de su propio cuerpo, como cuerpo sexuado.
El concepto de libido, tal como es abordado por Lacan en el texto
y también en el Seminario XI, le servird para abrochar ese desarrollo.
¥ lo hace a través del mito. Desde el neologisma hommeletie a la libido
como 6rgano, desde el “Rompiendo el huevo se hace el Hombre
(Homme), pero también la omelette u Hommeletie”, al derivado en la
palabra francesa lamelle, que traduce como “laminilla”, la libido es
representada como aquello perdido por el viviente cexuado, en su con-
+ dicién de tal. Ks esa laminilla que desliza el ser del organismo hasta
su verdadero limite, que va més alld que el del cuerpo. Ella es 6rgano
por ser instrumento del organismo y, como tal, es objeto perdido y
matriz de los objetos perdidos (seno, heces, voz, mirada), De ahi que
Lacan designe como separacién, a la operacién de recuperacién de la
libido como objeto perdido, como recuperacién de goce.
En su tratamiento del cuarto paradigma del goce, J.-A. Miller
subraya que, para poder presentar la operacién de separacién y la in-
troduccién del objeto a como respuesta a la falta de significante, Lacan
tiene que sustituir al sujeto el cuerpo viviente, el cuerpo sexuado. Y
con él sus propicdades, la mortalidad y la relacién con el Otro sexo.
La recuperacién de los objetos de la pulsién vienen a reparar la pérdi-
da de vida, El objeto a es, aqui, sustancia de goce, lo que establece una
diferencia fundamental con el significante.
Sobre el final del texto, Lacan hace la articulacién entre muerte y
sexualidad y es taxativo cuando subraya que toda pulsién es, virtual-
mente, pulsién de muerte. Por el recurso a la laminilla como “6rgano
de lo incorporal en el ser sexuado”, puede abordar Ia euestién de la
Separacién cuando dice que eso es lo que del organismo el sujeto viene
a'goloea en el tiempo en que se opera la separacién. Por él es que
pvede hacer desu muerte el objeto del deseo del Otro, Por su interme-
io venddran a ese lugar los objetos. Por ello la pulsién resulta ser esa
actividad que se dediea a dar vueltas a esos objetos, para restaurar en
ellos su pérdida original. Como representante de la sexualidad en el
inconsciente, ella es pulsin parcial. Esta es su carencia esencial, que
“implica la vacilacién en el sujeto respecto a su ser de masculino 0
femenino”, en tanto el acceso al Otro sexo serd siempre por la via de
las pulsiones parciales tras el objeto imposible de restituir esa pérdi-
da de vida que lo marea como ser sexuado.
43‘Cundernos del INES - 4
ra concluir, quedan abiertas dos cuestiones, que podran
Facies on faeirpoteria loa derarvilosde Locarede!1 607
cuando produce una transformacién con la construccién de la rela-
cién alienacién- verdad. Y, fundamentalmente, la importancia de la
separaci6n en relacién a la interpretacién y a una doctrina de Ja cura
analitica, Cuestién ya esbozada, de alguna manera, en Posicién del
Inconsciente.
Discusion
Samuel Basz: “Vamos a ver de qué modo el organismo se prende
en la dialéctica del sujeto”. Si el organismo entonces preexiste a la
dialéctica del sujeto, cunndo'se prende en la dialéctica del sujeto ahi se
hhace cuerpo, que 3 todo Jo que el sujeto tiene. El enerpo es lo que
sujeto es. Esta frase permite ubicar como punto de partida ese ser
viviente que es efectivamente organismo, Ahora, 4eémo es que se prende
en Ia dialéctica del sujeto? es lo que Lacan se esfuerza por mostrar.
‘Ahi donde estaba el sujeto vacto viene el objeto perdido, el objeto
a, éPor qué el objeto perdido? Si hay un objeto perdido es porque effec-
tivamente hubo una operacién que constituy6 ese objeto en tanto per-
ido, por lo menos miticamente. Me parece que lo que hace més con-
sistente la logiea del objeto a es pensar que el objeto perdido es ya una
produccién del significante sobre el organism.
Susana Dicker: Eso va a dar el sentido a la separacién como
operacién y produce la diferencia esencial con la alienacién. En la
alienacién el sujeto, ante la falta, va a buscar al Otro para que resti-
tuya la falta, busca un significante del Otro, en cambio, on la opera-
cidn de la separacién lo novedoso es que tiene que poner una parte de
si mismo, que es esta parte perdida.
‘Samuel Basz: Que es esta parte perdida pero con la cual después
tiene accoso al Otro como alguien del Otro sexo. Lo interesante que
est también plantendo en Posicién del Inconsciente es el punto en el
que la pulsién misma, en tanto representa la sexualidad en el incons-
ciente, es lo que toma después Lacan como aquello que vehiculiza y
hace posible ir al campo del Otro. Ea separacién pero es también lo
ae
Posieisn del Inconsciente
que permite ir al campo del Otro como Otro sexo para poder estable-
cer el orden del encuentro, no sobre la base de una relacién preexis-
tente. No porque haya una, justamonte esto es lo que hace imposible
Ja inscripeién en el inconsciente de In diferencia sexual en términos
de hombre o mujer, porque el acceso que hay al Otro sexo es siempre
por la via de la pulsién, de la pulsién parcial; todo lo demés tiene que
yer con el Ideal, la cuestién del hombre, de la mujer, de cémo se lo
busea, de toda esa historia que forma parte de las concepciones del
Edipo y sus consecuencias en la cultnra, pero el punto propiamente
humano del acceso al Otro sexo es por esta via, por la pulsién parcial,
Esto es importante ademéds por el hecho de que la pulsién, en tan-
to representa la sexualidad en el inconsciente, da cuenta también de
tun aspeeto de la transforencia, que es el momento de cierro de ésta.
Asi como esté la apertura y el cierre dol inconsciente, esté la apertura
de la transferencia que es paradéjicamente por la via de la alienacién,
a via de la representacién, la vin significante, que implica un sujeto
como efecto de significacién en relacién a la cadena significante que
es el Sujeto supuesto al Saber, Es un sujeto que se efectiia en relacién
a Ja cadena en el lugar de la verdad. Pero hay otro aspecto de la trans-
ferencia que es el que tiene que ver con la pulsi6n como aquello que
representa la sexualidad en el inconseiente.
¥ équé implica la pulsién y el cierre del inconsciente? Son proble-
mas que implican tener que trabajar topolégicamente, porque el mo-
mento en que se cierra el ineonsciente es el punto de maxima transfe-
rencia y es el punto de cierre del inconsciente donde el sujeto ya entra
en una rolacién donde la presencia del analista, sino estuviera la abs-
tencién, esa cosa genial de Freud, se cortaria el sistema porque esta-
Mia la relacién transferencial bloqueando por la via del amor. ¥ enton-
ces ol analista équé hace? Fl analista se sustrae de eso. No se ofrece
como una sustitucién desviada de la causa del deseo, deseo del analista
para Lacan, maxima diferencia entre en el Ideal y el objeto a, Enton-
£8, e0 permite el relanzamiento del discurso en el punto de maxima
tranaferencia que es el cierre del inconsciente y eémo volver a abrirlo.
Este movimiento muestra la dimensién donde la pulsién empioza
jugar un papel fundamental en el punto on que, después de la separa-
cién, también permite el vinculo con el Otro dado que no hay relacién
sexual.
-5-Cuadernos det INES
La elaboracién de J.-A. Miller del partenaire-sintoma esté basada
en esta dimensién. La idea de pensar que el amor no es solamente una
cuestién imaginaria esta planteada por el hecho de que tanto para la
pulsién como para la causa del deseo y para el amor, el objeto a es un
‘operador esencial. Si no, quedarfamos solamente en el amor con la
dimensién del reconocimiento 0 con la demanda al Otro, como una.
demanda de algo a alguien. Si el amor es demanda de nada es precisa
mente porque esta el objeto a jugando aqui, Porque uno équé le de-
manda al partenaire amoroso? Es algo del orden del ser que esta basa-
do en Ia légica més de la separacién que de la alienacién. Por eso es
tan importante todo esto, es una doctrina de la cura que sustenta Lam-
bién una doctrina de la vida amorosa.
Sobre los cfrculos de Euler en el sentido de la reunién y de la
interseccién, épor qué los usa Lacan? Porque si nosotros tenemos dos
conjuntos, pongamos el conjunto A, By C, y después el conjunto A, Z y
X, la reunién de los conjuntos es ¢l conjunto: CBAXZ, en la reunién
algo se perdié. El elemento A que estaba en los dos conjuntos ahora
solo esté en el nuevo conjunte que se forma, ah hay una primera pér-
dida. Ahora, desde el punto de vista de la interseccién tengo que leer
solamente lo mismo que estaba en los dos conjuntos que no se repite.
Reunion Interseecin
Cc) @®
“Lacan con esto explica las dos operaciones. Resalto la dimensién
de pérdida que siempre implican. Ademés, aqui se ve en el pasaje del
punto de alienacién al de soparacién, que donde estaba el S, aparece el
‘objeto @ y queda la bateria significante completamente del lado del
Otro. Porque el estatuto del S, en la medida en que su lugar viene a
ser ocupado por el objeto «, es la cuestién de la letra. Cuando el S, esta
aislado y no esté articulado en la cadena, tiene ese valor de letra, Mien-
tras est articulado forma parte del par significante, es un significante
encadenado y tiene otro estatuto.
16.
Posioién det Inconscente
En cuanto a la dialéctica de la alienacién y la separacién
Fijense que en la separacién del Otro ésta dimensién de libertad no
implica una asuncién por parte del sujeto de una autonomia respocto
del Otro en términos:de sentido y de significacién. Lo tinico que puede
hacer en términos de libertad os afirmarse en esa identificaci6n al ser, a
su ser de goce, y ol tiltimo reenrso que tiene, que puede parecer
significante, es el fantasma, pero no deja de ser una via imaginaria en
relacién al goce. Siempre paga con ese precio de goce. Por eso es que la
“libertad” que implica la dimensién de significacién es algo que est en
relacién al Otro, es alienacién, Por oso ee trata de apuntar a lo real en
la practica, porque todo lo que implique aumentar con sentido esta del
lado de la alionacién, y el cémo cada uno se posiciona respecto de su ser
de goce es el maximo grado de libertad, cémo retorna en el sujeto ético,
cémo admite y eémo hace algo con ese niicleo de goce que esta on altima
instancia en Ta definicién de su ser de goce, que es el niicleo del sfntoma
En cuanto al fin de andilisis,
Lacan puede plantear una perspectiva del fin de anilisis justa-
mente por estas dos cosas: atravesamiento del fantasma, que es esta
solucién de la separacién por la via més imaginaria, e identificacion
al sintoma, que es un cambio de posicién subjetiva.
El neurético tiene una posicién subjetiva que esta del lado de la
alienaci6n, que es creencia en el Otro como lugar del saber; el psicdtico
no llega a ego, parte de otra posicién que es la inereencia. Ya lo habia
planteado Freud, la creencia en que el sintoma tiene algiin sentido,
alguna signfficacién, es lo que establece esta relacién con ol Sujeto
supuesto Saber propia del neurético.
@Qué es la identificacién al sintoma? Es haber constituido a través
del andlisis un sintoma analitico. No el sintoma bruto sino un sintoma
muevo, un sintoma que no es cualquiera en el sentido de que no importa
cualquiera sea, sino que sea Ja singularidad més absoluta. Porque en
880 sintoma esté el niicleo de ser que es el niicleo de goce del sujeto,
punto que se esclarece en esta dimensién de la separacion. ¥ las posi-
ciones que tome, que evite, que procastine el sujeto respecto de su sfnto-
ma, son distintas posiciones subjetivas. Cuando lo admite, cuando sahe
hacer con eso, ahi podemos hablar de identificacién al sintoma.
“1Por ego no hay estndar posible para pensar un fin de anélisis, no
hay evaluacién posible que pueda hacerlo porque es algo que, en el
uno por uno, se produce en el propio andlisis.
Este sintoma cualquiera, asi considerado, importa porque ahi se
conjuga la méxima singularidad con la posici6n de separacidn. Es otra
(Cuadernos del INES - 4 _ Posiclén del Inconsciente .
razén por la que le damos tanta importancia al procisar y aclarar Comentario de Elena Sper
estos conceptos y su vinculo con estas operaciones de alienacion y
seperarign Pérrafo seleceionado:
“Coneeder esta prioridad al significante sobre el sujeto es, para noso-
tros, toner en cuenta la experiencia que Freud nos abrié de que el
significante juega y gana, si puede decirse, antes de que el sujeto se
percate de ello, hasta el punto de queen el juego del Witz, del rasgo de
ingenio, por ejemplo, sorprende al sujeto. Con su flash, lo que ilumi-
za es la divisién del sujeto consigo mismo” (Pag. 819),
El predominio de lo simbélico sobre el sujeto, 0 dicho de otro modo,
Ja subordinacién del sujeto al lenguaje (al significante) es la idea més
original, fecunda y plena de consecuencias del peicoandlisis lacaniano.
Por lo que podemos deducir que hay una condicién previa y absoluta de
Ja subjetivacién y de las relaciones que el sujeto establece con el mundo.
Lacan biillé una correspondencia entre los mecanismos freudianos
del funcionamiento del inconseiente, 1a condensacién y el desplaza-
miento, con dos figuras de la retérica antigua, la metafora y la meto-
nimia, formalizados por la lingtiistica moderna.
En el uso que hace del algoritmo original, se trata de dos nivelas
superpuestos y permanecen separados por una barrera resistente a la
significacién. Es decir que la diferencia entre ambos (Ia barra que los
separa) da cuenta de una hiancia o apertura permanente, que se man-
tiene como una barra divisoria y es a través de esta por donde pasa el
deseo, 0 sea la significacién inacabada, que promueve la biisqueda de
sentido,
E] sentido del deseo no se plantea como un a-priori, como un saber
dado de antemano. Se obtiene 0 adviene como resultado de lo que pueda
pasar de manera articulada entre un significante y otro. Tenemos en-
tonces que el sujeto como inconsciente, es un efecto de la articulacién
do los significantes, un efecto de lenguaje y que por lo tanto se reduce a
Ja significacién que toma cada uno en su relacién con el Otro.
4 q 49-Ccundernos del INES - 4
El Otro es una referencia de la que no se puede preseindir, ya que
decide los signifieados. (..) no hay ninguna significacién que pueda
sostenerse sino es por la referencia « otra significacién.
‘Tanto Lacan como Freud insisten en que la constitucién subjeti-
va conlleva una operacién de conjuncién entre el campo de la pulsién
y el campo del Otro, es decir entre el sujeto y el Otro. En esta conjun-
‘cién hay dos operaciones: la alienacién y la separacién. Estas opora-
ciones funcionan en el marco de un proceso circular, que es el del reco-
rrido de la pulsi6n. Se apoya en un rombo que articula al sujeto con la
demanda en la formula de la pulsién. Lo usa como un borde en funcio-
namiento que tiene una direccién veetorial.
La alienacidn es la primera operacién fundacional del sujeto en el
campo del Otro, y es de orden significante. J.~A. Miller plantea que
esta permite unificar los conceptos freudianos de identificacion y re-
presién, ya que la alienacién incluye un significante amo, un S,, con
‘el que el sujeto ge identifica; y por otra parte, supone que se constitu-
ye una eadena significante minima en tanto el S; se articula con el S,
{que cae bajo represién. Entonces la definicién Iacaniana de un sujeto
es “lo que representa un significante para otro”.
‘Asi en el campo del significante, el sujeto no queda asido de nin-
grin lado, esta indeterminado. Se desvanece por estructura entre un
signifieante y otro. Con esto ya podemos darnos cuenta que el deseo
tiene un amarre mas allé del campo del significante, Pero esta prime-
ra operacién de causacién del sujeto no alcanza para entender este
amarre. El resultado es el sujeto barrado.
El vector de la alienacién funciona como un vel, un conector logi-
0 que puede tener varios sentidos, pero Lacan solo toma el sentido
que se apoya en la forma légica de la reunidn. Se trata de una eleceién.
donde elijamos lo que elijamos, hay pérdida. Como el famoso "la bolsa
o la vida”. Si elegimos Ia bolsa, perdemos todo. Si elegimos la vida, la
conservamos pero cercenada de la bolsa. Tal es el estigma sobre el vel
de la reunién logica que, como se sabe, equivale a un si.y no. Como se
ilustra en que a més largo término habrét que abandonar la vida des-
pués de la bolsa y que no quedaré finalmente mas que la libertad de
‘morir. (Pég. 820)
Si el sujeto elige el ser, no pasa por los significantes del Otro y
desaparece, pero si pasa por el campo del Otro (el sentido), hay sujeto
y hay sentido, ya que el sentido necesita de ese par minimo de
-0-
significantes. Pero este sentido no sera pleno, porque en el cruce de
ambos conjuntos, se recorta un espacio que Lacan identifica con ol
yombo mismo y es el inconsciente. El Inconsciente es la porcién de sin
sontido que se juega para el sujeto. ¥ esto es fundamental para enten-
der la verdadera nocién de la interpretacién. No esté abierta a todo el
sentido, opera en el campo del sin sentido, con el objetivo de reducir
Jos elementos a sus sin sentido. Sefalard que para que un andlisis sea
posible se necesita que la demanda de sentido sea interpretada: que no
es el efecto de sentido el que opera en la interpretacién, sino la articu-
Tacién en. el sintoma de los significantes (sin ningtin sentido) que se
encuentran allt apresados. (Pag.821)
La separacién es la operacién en la que la relacién del sujeto con
el Otro llega a su término. La separacién se relaciona con “parirse a
i mismo”. Solo aquf el sujeto encuentra el camino de regreso al suje-
to mismo, que en este trayecto devino otro
Se tata, como lo plantea J.-A. Miller, de la respuesta de la pulsién
al resultado del pasaje por el Otro. La operacién légiea con la que se
relaciona es la interseccién: lo que es comin a los dos eonjuntos, tan-
‘to en el campo del sujeto como en el Otro, la presencia de la falta.
{Qué hace entonces el sujeto ante la falta del Otro? El sujato res-
ponde con su falta, que es légicamente anterior a la del Otro. Pero la
falta en el sentido de 61 mismo faltandole al Otro. Aqui podemos en-
contrar la rafz del juego del escondite, donde el nifio se escabulle al
Otro, gozando de esa brisqueda que el Otro emprende.
‘Sabemos que la estructura del juego no la da el par significante
fort-da, sino el carrete que simboliza al objeto a. Aqui es el mismo
nifio el que se pierde, se descuenta y le falta al Otro.
Entonces en un momento posterior cuando se revela Ia falla en el
Otro simbélico, “Fl deseo del Otro”, el sujeto responde con su falta
misma, Esta operacién de separacién permite que se libere el sujeto de
Ja cadena significante, porque en su Como me quiere? ha hecho la ex-
periencia del punto débil que hay en la pareja S,-S,, es decir, del interva-
Jo, Aqui se constituye “el deseo del sujeto” més all4 de la alienaci6n
significante. Su amarre se encuentra en la dimensién de la pulsién.
Lacan nos dice que para situar al sujeto y al deseo necesitamos
reconocer la pulsién, porque con ella se introduce la dimension de
objeto que no tiene que ver con la homeostasis, eon el placer, sino que
son objetos intitiles y hasta perjudiciales. Son los objetos en tanto
“8h(Cuadernos del INES - 4
‘ocupan, pero siempre inadecuadamente, el hueco que traza la pulsién
en eu recorrido, La pulsién se liga a Io real, a la satisfaccién, a Ia
libido objetal, a lo parcial y a la fragmentacién, El deseo se conecta
con el registro de lo simbélico y apunta a diferencia de la pulsion a la
insatisfaccién, a la falta de objeto.
Esta inmortalidad perdida, es recuperada mediante un érgano
muy particular: la libido, Lacan la define como un “érgano” para acen-
tuar eu caracteristiea de ser “parte”, no totalidad del organismo. La
representa como una laminilla, algo muy chato que anda por todas
partes, es como la ameba que no somos. Este 6rgano es irreal, no ima-
inario, no existe pero esta representado por objetos “a” que son los
abjetos de la pulsion y que encarnan esa parte de sf que el sujeto per-
did al nacer, El sujeto busca esa parte perdida para siempre, esa vida
perdida, Es decir, que por este sesgo la sexualidad va de la mano con la
muerte como lo plantea Freud en Mas allé del principio de placer. Hay
libido porque hay mortalidad. Y esta mortalidad que afecta a todo ser
viviente sexuado, en el sujeto humano tiene valor de castracién.
Lacan reseata la nocién freudiana de pulsién de muerte y la iden-
tifica con la cadena significante inconsciente, La cadena significante
inconsciente insiste y determina al sujeto; este se inscribe en ella, y
sin saberlo, queda alli sujetado. Podemos decir que el lugar de locali-
zacién del sujeto en el inconsciente es la pulsién.
Este efecto de longuaje que es por si mismo el orden causal de un
sujeto, opera segtin dos leyes fundamentales que rigen su encadena~
miento y su combinatoria y se reducen a la dicotomfa de dos movi-
mientos de direccién inversa: el movimiento sinerénico 0 discontinue
(metéfora) que se produce en el nivel vertical , sustituye al ser del
sujeto por un significante primero §, que lo identifica en el conjunto
dol lenguaje; y el segundo movimiento es diacrénico 0 contimuo (meto-
nimia) y se produce en el nivel horizontal permitiendo los
deslizamientos del sujeto en el discurso por medio de las palabras que
lo hacen presente.
‘La metonimia explicita la relacién por contigiidad seméntica en-
tre los significantes de la cadena, el desplazamiento de sentido de pala~
bra a palabra. Entre uno y otro significante, se abre un intervalo en el
que se pone de manifiesto la falta de eorrespondencia entre ambos sen~
tidos, vacfo que indica el lugar de un objeto resistente a la significa-
cién, eensurado, Este se presenta como ausencia, falta de sentido.
Posi det Inconsctente
En la metéfora se produce en cambio la sustitucién de una pala-
bra por otra, y esto explica cOmo surge el sentido, la chispa creadora
‘eespiritu de la palabra. Una palabra ocupa el vacio de significacién y
hhace surgir un nuevo valor de verdad del sujeto. Hay paso de sentido.
“La chispa creadora de la metifora no brota por poner en presen-
cia dos imagenes, es decir dos significantes igualmente actualizados.
Brota entre dos significantes de los cuales uno se ha sustituido por el
‘otro tomando su lugar en la cadena, mientras que el significante ocul-
to sigue presente por su conexién (metonimica) con el resto de la ca-
dena. Bs pues entre el significante del nombre propio de un hombre y
el que lo cancela metaféricamente donde se produce la chispa postica”
(Formaciones dol Inconaciente. Seminario V).
El fundamento del Wite ha de situarse entonces en la formacién
de una palabra insélita, que depende de su efecto metaférico. Lo nue-
‘yo sustituye a lo anterior, disolviéndolo, y a través de esta operacién
el chiste se convierte en el vehiculo por medio del cual se introduce en
fl lenguaje una nueva y mas auténtica relacién con la verdad reprimi-
da, que se ilumina de manera instanténea.
Lo que otorga al chiste su carécter particular, su valor y atracti-
yo, reside en la economia de medios, en la brevedad con la que es eapaz
de develar algo, un objeto, oculto o eseondido, cuya satisfaccién reside
fen la facilitacién del desplazamiento del deseo, Esta es su esencia. ¥
la condicién de su trasmisién se basa en el reconocimiento y la ratifi-
cacién por el Otro. “Tenemos entonces en el Witz una traslacién de la
Hamada esfera psiquica a la dimensién social” (Entonces Sach).
J.-A. Miller en el comentario del Seminario V, en su texto Forma-
iones del Inconsciente, nos dice que en efecto, Lacan reconoce en el
texto froudiano del Witz esta funci6n transindividual que es la del
inconsciente, en tanto que el chiste solo so acaba en el Otro y para el
Otro. Pero hace un rodeo en esta lectura y punttia como centro de ésta
la técnica significante” disminuyendo la importancia de la funcién
del placer y el goce.
Se romite acd el bebé, por donde empieza Freud, comienza con ol
halbuceo, en los fonemas que emite el bebé (ba, ba, ma, pa), en los
Tuidos con la boes. A ese nivel hay placer fundamental, que es el puro
placer lidico del significante. “Que el placer del chiste, para Freud,
hunde sus raices a nivel del desarrollo, en un estadio del sujeto donde
41 Otro no esta todavia constituido, donde por el contrario hay una
53.(Cuadernos del INES - 4
conexi6n directa del goce con el significante, sin pasar aun por el Otro
que dice que si”.
Esto nos pone a pensar que hay en el Witz una dimensién de goce
autista y tnico en la relacién pura del sujeto y el significante, una
satisfaccién interna como lo particular del Witz. Se trata de una rela-
cidn directa entre el S, y el a, precisamente en el ruido de la boca, en el
simple placer de la homofonfa, en los sonidos que se repiten por ol
simple hecho de que el sonido al repetirse sea agradable.
Estos fonemas se van repitiendo automaticamente y van sucediéndose
‘unos a otros y organizéndose en forma de cadenas de palabras que con el
tiempo se estructuran en formas gramaticales. Pero a pesar que el
diseurso tiene su coherencia y transmite o comunica lo que quiere de-
cir, siempre queda algo por decirse, ya que las palabras no reducen
“todo” el sentido de la necesidad original a las palabras que lo expre-
san, quedando un resto inasimilable. Ese “resto” permanece latente.
‘Vemos entonces que hay lenguaje porque hay falta. Y a partir de
alli el lenguaje como decia Hegel, es el asesinato de la Cosa.
‘Mas alla, los enunciados hegelianos, incluso ateniéndose a su texto,
son propicios a decir siempre Otra-cosa. Otra-cosa que corrige su
nexo de sintesis fantasmatica, a la ver, que conserva su efecto de de-
nunciar las identificaciones en sus trampas (PAg. 816).
Este resto que permanece latente es lo que podemos llamar “EL
meso del ser”, es una metiifora que acerea al eoneepto que se intenta
explicar en Freud como el nticleo del inconseiente. Que hay que enten-
derlo desde la represién primordial, en. la que el representante de la
pulsién ve rechazado su acceso a la conciencia, y como polo de atrac-
cién en la represi6n propiamente dicha, la represiOn secundaria.
Ese hueso, ese “resto”, en tanto no simbolizado es algo del orden
de lo que Lacan llama real. El sujeto en tanto dividido, reserva ese
resto como consuelo, con el status de objeto. Es el objeto a condensa-
dor de un goce clandestino que pasa a través del chiste, como de eon-
trabando, camuflado en la metéfora/metonimia. Verdad reprimida que
ticne ya la sustancia de un significante y que se nombra como el S,,
rasgo unario y primordial que no remite a otro significante y queda
como un significante solo, El chiste permite que ese significante, que
designa inconscientemente al sujeto, pueda emerger a través de los
procesos de produccién del mismo. Se trata de una emergencia parcial
y por lo tanto siempre renovada.
oe
Posicién dl Tnconscionte
“Preud aislé precisamente, cémo el chiste esté al servicio de la
Dendanz, lo que nosotros traspusimos como Witz pulsional: montaje
significante en la posicién doble del Jano que viene en ayuda de la
pulsi6n contra la represién” (Lacan lo dice con sus palabras: Ia inter-
pretacion concierne a la causa del deseo) (Entonces Sssh, Pag. 28).
Si el Witz con su rasgo de ingenio sorprende al sujeto, no es por
otra cosa que porque en este se aloja el objeto @ bajo el aspecto
motonimico. En el Seminario V sobre la esencia y agudeza del Witz
freudiano, precisa de manera clara que lo que alli es mas punzante es
el escéindalo que introduce la aparicién de la verdad y dice “su rela-
cién radical, es que se refiere esencialmente a Ia verdad (...) a la di-
mensiGn coartada de la verdad”.
Lo que ilumina y sorprende al sujeto.
Discusién
Samuel Basz: Vamos a recorrer una serie de nociones que nos
van a ayudar a delimitar el eje de la discusién, estan tomadas del cur-
50 de J-A. Miller, “Los divinos detalles”, y de Lacan, las referencias
estan prineipalmente en los Eseritos La Direccién de ta cura, La Sig-
nificacién del falo y Subversi6n del sujeto.
La necesidad
El punto més interesante es el considerar que Ia necesidad impli-
ca una falta que tiene como exigencia un complemento particular. Es
decir, el ser viviente tiene esto lo ubica claramente Freud en los Tres
ensayos- una exigencia minima como organismo para sobrevivir, que
eel alimento, El alimento y el hambre estén en el estatuto de la nece-
sidad, en la condicién de satisfacer el hambre para asegurar la vida, la
sobrevivencia individual. Después est la sexualidad que esta ubicada
también, si uno la piensa desde el punto de vista de la necesidad, como
algo referido a la idea de un complemento particular que implica una
falta, en este caso la nevesidad para la sobrevivencia de la especie. En.
este plano af se podria decir que hay relacién sexual porque estamos
en el campo de Ja necesidad, en el plano del organismo como ser vi-
viente y esto vale para todos los organismos que se incluyan en ese
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